José Miguel Peláez Freire*
Víctor Adolfo Iza Villacís**
Universidad Politécnica Salesiana de Guayaquil, Ecuador
jpelaez@ups.edu.ecRESUMEN
La sociedad actual tiene su mirada puesta en los avances tecnológicos y la ciencia, tal vez porque son elementales para el tiempo que vivimos, sin embargo parece que existe un vacío en la comprensión humana, en especial con respecto a la alteridad y la responsividad como categorías levinasianas de relación.
Desde la perspectiva de estudio de la filosofía personalista que profundiza en las dimensiones del ser humano, en especial en lo biológico, psicológico, sociológico, espiritual y trascendental. Se observa que a lo largo de la historia e indiscutiblemente en la actualidad el ser humano continúa interrogándose sobre su papel en el mundo sin embargo las respuestas van cambiando por el mismo hecho de las transformaciones tecnológicas, sociales y culturales.
Citando a Morin “Hoy el homo sapiens fruto de la evolución en su más alta aceptación, se ve encaminado a mirarse y pensarse en distintas perspectivas, tanto así que hoy se habla de un homo tecnologicus, homo evolutis, homo sapiens demens”, lo que nos da pie a interrogarnos sobre la sociedad y el hombre. Las sociedades como tal están estructuradas con sistemas que no “podrían” ser cambiados fácilmente, y el cambio se vuelve utópico al situarse frente a problemas sociales y humanos.
Palabras Claves: antropología, ser humano, persona, humanidad sociedad, cultura, tecnología.
ABSTRACT
Today's society has its eye on technological advances and science, perhaps because they are elementary for the time we live in, yet it seems that there is a gap in human understanding, especially regarding otherness and responsivity as categories levinasianas relationship.
From the perspective of personalist philosophy study that explores the human dimensions, especially in the biological, psychological, sociological, spiritual and transcendental. It is noted that throughout history and arguably now the human being continues questioning about his role in the world yet the answers are changing by the very fact of technological, social and cultural transformations.
Citing Morin "Today the homo sapiens result of evolution in its highest acceptance, is aimed to look and think of different perspectives, so much so that today we speak of a tecnologicus homo, homo Evolutis, homo sapiens demens", which It leads us to wonder about society and man. As such companies are structured with systems that do not "could" easily be changed, and the change becomes utopian to stand in front of social and human problems.
Keywords: anthropology, human person, man humanity, society, culture, technology.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
José Miguel Peláez Freire y Víctor Adolfo Iza Villacís (2016): “Ser antropológico y sociedad una mirada reflexiva de lo que acontece en la actualidad”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (octubre-diciembre 2016). En línea:
http://www.eumed.net/rev/cccss/2016/04/antropologia.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/cccss201604antropologia
Introducción
Preguntarse, ¿Quién es el hombre hoy? ¿Qué ha hecho de él la estructura social? ¿Cómo puede el ser humano crear sociedades más equivalentes a su nivel de evolución motivadas por la utopía de humanidad más alta y ética? ¿Es el Hombre el centro de todo? ¿Sabe el Hombre cuanta importancia tiene en este mundo hodierno? estas y otras preguntas son las que marcan y alinean el estudio académico de una antropología aplicada en nuestro tiempo, una antropología por la sociedad, para la sociedad. Por ello urge investigar la realidad del hombre, porque solo desde el (Hombre) convertiremos una sociedad consolidada en principios y valores.
La antropología es un término complejo, compuesto en los vocablos griegos de antrophos, comúnmente traducido como hombre y logos, así mismo conocido como estudio, aunque la palabra griega en su expresión es mucho más amplia. Poco se ha socializado en relación a los aportes que este concepto pueda aportar, tener en las diferentes ciencias como por ejemplo: la filosofía, psicología, biología entre otras, cabe señalar que la antropología como término a simple vista es el estudio del hombre, desde sus inicios y comienzos en el planeta, así como su evolucionismo y entorno hasta la actualidad. Estudiar al hombre como tal no es una tarea fácil, precisamente por su complejidad, sin embargo lo que si podemos profundizar es en sus dimensiones más profundas tanto en lo biológico, psicológico, sociológico, espiritual, trascendental. En cada una de ellas podremos comprender mejor las tendencias y los anhelos más profundos que a este yace en su ser e identidad.
Siguiendo el rastro del Darwinismo del siglo XIX que permitió pensar al hombre desde otras y diversas perspectivas, podemos notar que muchas de ellas quisieron y continúan dando pautas para la vida, desde el racionalismo, a la intuición, el descubrimiento del inconsciente y la polifacética ciencia de la sicología, los elementos que daban pie a las ideologías de raza, el utilitarismo, la economía, el impacto social del arte como el cubismo y el impresionismo, las megas estructuras ligadas a un tipo de filosofía pragmática, el abandono de la metafísica por el materialismo y la analítica. La fenomenología queriendo entender el ente y el ser y la cantidad de pensadores y filósofos que en cierta manera configuraron un enjambre de posibilidades para el ser humano de hoy. Frente a las situaciones y acontecimiento del siglo XX, el ser humano también reflexiona y piensa sobre sí mismo, y su realidad, sobre su entorno y su capacidad de trascendencia, se da cuenta que después de Nietzche no está la nada, sino que hace falta algo y ese algo es buscado con intensidad en especial en las relaciones humanas, en la paz, en el diálogo, en la palabra. Aparece la reflexión de la ética como elemento clave para las relaciones interpersonales y hoy por hoy con la bioética como proceso para comprender esta interrelación basada en el respeto, incluso ecológico.
El hombre en su reflexión desde el punto de vista antropológico también ha tenido un esfuerzo de comprensión ya desde Kant con la concepción de sujeto y luego Buber con la apertura a pensar al hombre en relación y persona de encuentro, en especial como encuentro yo – tú, diálogo. Sin embargo alineándonos con Levinas, que hace un giro al entendimiento del hombre. Husserl y Heidegger lo hicieron desde la ontología ligada a las tradiciones griegas, Levinas desde la tradición talmúdica nos permite experimentar una ontología ligada al Rostro y a la Otredad. Desde nuestra forma de ver es imprescinidble pensar al hombre tomando en cuenta la mirada de Emmanuel Levinas, pues no ayuda a una comprensión que sale de la mismidad para llegar a verse y comprenderse desde el otro. Aquí una antropología no puede ser individualista sino que se ejecuta con la mirada en el otro. Es desde el otro que puede existir una comprensión más amplia, menos materialista, más altruista y más ética.
Cuando pensamos en antropología, es necesario pensar en cultura. Pero una cultura que se base justamente en relaciones ligadas a la ética, por eso Levinas intuye muy bien que no es la ontología la filosofía primera, sino la ética porque es la comunidad y sus relaciones las que conlleva una vivencia más digna de sí mismo y al tiempo de todos.
El ser humano como historia genera cultura, propicia un saber y un conocimiento de sí mismo y de sus realidades, así lo comprende también Ellacuria cuando hace un análisis del ser histórico. Sin embargo hay otro punto de vista que el hombre es historia posibilitado al futuro, entonces es quien construye la cultura como argumenta Marx, esto le da una capacidad impresionante de sub realismo, pues, que es la realidad para el hombre sino su propia construcción. El futuro no es el deseable, es el que se construye y muchas veces solo desde la perspectiva de quienes tienen el poder de diseñarlo. En este caso el hombre que es libertad no es tan libre, pues habita dentro de un sistema, y no es sí mismo sino en la medida en que es “diseñado” para su propia exposición. La cultura misma entonces se convierte en algo Construido, no natural, que responde a intereses, según la democracia, de las mayorías, pero en el papel parece más bien intereses que van ligados al capital monetario hoy vislumbrado en la ciencia y tecnología de vanguardia, que diseñan un estilo de cultura, de hombre y de sociedad, ligada al consumo, al utilitarismo, materialismo, hedonismo y en ese afán el hombre en búsqueda de trascendencia, espiritualismo, algo en que creer, descuidando su relación frente al otro, basando sus relaciones en la indiferencia, la omisión ya a veces en la solidaridad.
Metodología
La metodología empleada fue una sistematización teórica a través de la consulta a fuentes bibliográficas como libros, periódicos y documentos de instituciones, con el empleo del análisis y la síntesis, la inducción y la deducción, para el procesamiento de la información.
Los resultados se enmarcan en la valoración del Ser Antropológico y Sociedad una mirada reflexiva en lo que acontece en la actualidad y en la perspectiva del efecto transformador para generar cambio al aplicarlo y replicarlo en el Ecuador, por lo que estos actores deben involucrarse y socializar internamente los alcances de las mismas. El debate debe generarse a partir de analizar en qué medida los posibles cambios involucran a las personas en estos acontecimientos.
Desarrollo
ANTROPOLOGIA FILOSOFICA
Hasta el descubrimiento de la Antropología trascendental, la Antropología filosófica del hombre era tenida como el modo más usual y adecuado para el estudio del hombre. No es que la transcendental no sea filosófica, sino que responde a un método filosófico más alto y esclarecedor que los que de ordinario han ofrecido los diversos filósofos a lo largo de la historia del pensamiento para encarar lo humano. Desde antiguo los filósofos más profundos buscaban la filosofía por sí misma, como fin último, aunque no toda filosofía vale lo mismo ni está en el mismo plano. La más alta es la que, para elaborarla, usa el nivel cognoscitivo humano más alto, pues el conocimiento humano responde a una patente jerarquía.1
El hombre por su situación existencial busca comprender la realidad de su propio ser y de su contexto, desde el momento en que se pregunta por lo natural inicia un camino de reflexión que no para y que le permite descubrir cada vez los elementos que lo rodean y que lo habitan.
Preguntarse por el sí mismo en el ser humano es un acto reflejo, que puede ser adormecido en estos días por el confort del pensamiento. He aquí un reto de las nuevas generaciones a no parar el proceso de reflexión permanente, pues aunque cada vez produzcamos mejores elementos tecnológicos para la vida. Hoy por hoy el ser humano hace y debe continuar haciendo una reflexión no solo sobre si mismo sino sobres sus actos, sus creaciones y sus producciones. La filosofía no solo debe proponer en estos tiempos la discusión sobre el ser y la interpretación de la realidad como dice Gadamer, sino también como es la propuesta de Inés Rielo, el hombre debe hacer acto reflejo de las situaciones preocupantes que ha generado en sí mismo y en el mundo; que lo hace vivir al filo de un empobrecimiento de espíritu.
Preocuparse por la comprensión del hombre contemporáneo es buscar nuevas preguntas desde su realidad tecnologizada. Al pensar como un ser tecnológico entran en juego otros y diversos movimientos, que provocan un desprendimiento de lo pensado y comprendido del hombre hasta hoy porque estamos frente a otro ser humano que ha “mutado” que se ha transformado a si mismo en su manera de pensar y entender el mundo y su valoración, la vida, los elementos naturales, el ocio, la vanidad, el consumo, los seres que le rodean. El hecho de preferir a un animal frente a un ser humano es un hecho preocupante porque la valoración, sigue siendo un valor pero con un sentido diferente, con una ética que aporta en un nuevo estado de vida. El hecho de la sensibilidad es momentánea, el ser humano puede llorar al ver en su noticiero las víctimas de un terremoto que conmociona al mundo, así como el degollamiento de un periodista a manos de unos extremistas al otro lado del mundo y en breves segundos gozar del gol de su equipo favorito. La tecnología ha mutado al ser humano y en esa mutación sus vivencias y emociones son más constantes y menos reflexionadas. Los actos realizados y decididos son menos asumidos, pues se aleja de la tradicional culpa impuesta por la creencia dogmática de la religiosidad y pasa a descubrirse como un ser que para crecer debe fallar y por lo tanto el hecho de sus fallos se internalizan como situaciones que le van generando procesos de humanidad. Esta nueva humanidad que lucha por los derechos que en ocasiones no son “derechos” y que mama el subjetivismo porque puede adueñarse de su propia verdad, esta humanidad que traza caminos nuevos al margen de la moral, la ética tradicional y heredada, la religiosidad y la espiritualidad institucionalizada, habla mucho de libertad pero se encadena a sus propias inequidades. Vive en-red-ado socialmente a través del ordenar pero recluido en su propia casa con cerrojos, rejas de seguridad, alarmas y armas.
Un ser en búsqueda de sí mismo, en busca de alguien que le contaron que fue de una manera determinada en las clases de filosofía pero frente al espejo es otro totalmente extraño a lo que le han asignado como lo que debería ser. El acto educativo está en desventaja porque enseña desde contenidos caducos, con exposiciones de teorías ajenas y alejadas de la nueva realidad del sujeto, que encuentra en sus propias situaciones la melancolía del futuro.
El término antropología viene de dos raíces griegas: ánthropos = hombre y, logos = estudio, lo cual significa: estudio del hombre. La antropología es el estudio y la comprensión científica y sistemática del ser humano en sus diferentes situaciones y contextos.
El término griego ánthropos se refiere al ser humano como tal y, no connota masculinidad como en el caso del término andrós, y por eso, para una orientación sin ambigüedades, conceptualizamos la antropología como el estudio y la comprensión científica y sistemática del ser humano en sus diferentes situaciones y contextos.
Para conocimiento general, tengamos presente que si bien las reflexiones sobre el hombre empezaron en occidente con los griegos, las reflexiones antropológicas sistemáticas aparecen en la modernidad con Blaise Pascal (1623-1662), Giovanni Battista Vico (1668-1744), Johann Gottfried Herder (1744-1803), Immanuel Kant (1724-1804)1.
En el siglo XVIII, es Kant quien le da al hombre la categoría universal de <<sujeto>>; en 1770, el primer escrito antropológico fue realizado por Herder y se titulaba “Sobre el origen del lenguaje”. Desde ese entonces la cuestión sistemática sobre la identidad del ser humano es una cuestión en constante búsqueda de respuesta2 .
El Problema en la idea del hombre
Si se pregunta a un europeo culto lo que piensa al oír la palabra hombre, casi siempre empezarán a rivalizar en su cabeza tres círculos de ideas, totalmente inconciliables entre sí. Primero, el círculo de ideas de la tradición judeocristiana: Adán y Eva, la creación, el Paraíso, la caída.
Segundo, el círculo de ideas de la antigüedad clásica; aquí la conciencia que el hombre tiene de sí mismo se elevó por primera vez en el mundo a un concepto de su posición singular mediante la tesis de que el hombre es hombre porque posee “razón”, logos, fronesis, ratio, mens, etc., donde logos significa tanto la palabra como la facultad de apresar el “qué” de todas las cosas. Con esta concepción se enlaza estrechamente la doctrina de que el universo entero tiene por fondo una “razón” sobrehumana, de la cual participa el hombre y sólo el hombre entre todos los seres. El tercer círculo de ideas es el círculo de las ideas forjadas por la ciencia moderna de la naturaleza y por la Psicología genética y que se han hecho tradicionales también hace mucho tiempo; según estas ideas, el hombre sería un producto final y muy tardío de la evolución del planeta Tierra, un ser que sólo se distinguiría de sus precursores en el reino animal por el grado de complicación con que se combinarían en él energía y facultades que en sí ya existen en la naturaleza infrahumana.3
Tomando en cuenta el análisis y valorando el punto de vista y de partida de donde proviene el hombre, es de considerar, ¿cómo haya venido en realidad importa?, Y más bien ahondar en cuanto el hombre puede aportar en la sociedad de hoy , se hace sin ninguna duda más importante , muchas veces y con carácter de debatir y de querer impresionar de quien tiene la razón de como el hombre habito en el planeta , se puede caer en una pérdida de tiempo y es ahí donde se puede decir que el hombre es relativamente un problema.
Al entender al hombre como problema estamos entendiendo en sí mismo a la sociedad, una sociedad crece por que el hombre ha sido parte de ese crecimiento, Es el hombre el fin último de cómo estamos y hacia dónde vamos, en el recae toda la responsabilidad de lo que somos y de lo que seremos como sociedad, como familia, como profesionales, comprender la problemática del hombre es encontrar la esencia del cambio en construcción.
La sociedad está hecha para el hombre o el hombre hecho para un estilo de sociedad.
La Persona
El hombre inicia desde su nacimiento un proceso de crecimiento físico, intelectual y afectivo. Por lo mismo, la persona es un ser perfectible; es decir, puede mejorar a lo largo del tiempo en todas sus dimensiones.
Como ser social, está destinado a convivir en grupo; por lo tanto, requiere de otros individuos y siente satisfacción al relacionarse con ellos. Además, es al interior de la sociedad donde la persona encuentra su espacio para desarrollar mejor todas sus habilidades.
La persona no existe sin la sociedad y no hay sociedad sin el hombre, porque fuera de ésta es imposible desarrollarse. No en vano el ser humano nace, crece y se desenvuelve en un pequeño grupo social que funciona como su núcleo primario: la familia.
La persona como base de la sociedad. El valor de la ejemplaridad como un elemento antropológico no fragmentado.
Del hombre a la sociedad Nadie hará hoy un descubrimiento si decimos que el hombre es social por naturaleza: desde la categórica afirmación del filósofo: "El hombre es un animal social", probada por largos raciocinios, hasta el gesto semi-consciente del niño que busca la cooperación de su madre y toma de alimento o juguete, todo lo está comprobando. Nos distinguimos de los infra-humanos por nuestra actitud para pensar, para tomar decisiones, para escoger. Somos responsables de nuestra propia conducta y podemos desarrollar el sentido de responsabilidad hacia los demás.
Todo ser humano es social; y lo es porque al mismo tiempo siente inclinación y necesidad de asociación con los demás. Si observamos una de esas personas sociales, reconocemos en ella ciertos modelos de comportamiento social que se conjugan en la función social que ella cumple: esa serie, de modelos o patrones de comportamiento forman el .col (papel) social que esa persona realiza: el rol de profesor está formado por patrones de comportamiento que lo hacen bien diferente del rol de estudiante. Estudiante y profesor, comprador y vendedor, político y elector, sacerdote y fiel, y toda clase de personas sociales en relación, se asocian e interactúan
Pero esas relaciones humanas se realizan a su vez en grupos sociales, dentro de los cuales las gentes cooperan a la satisfacción de necesidades también sociales. Así como esas necesidades son diferentes también los grupos se diferencian entre sí. Conceptualizando todos esos grupos en su conección total, llegamos a la abstracción que se llama sociedad.
En pocas palabras hemos delineado la anatomía y la biología de la sociedad: lo que ella es (personas, que en sus relaciones con otras forman los grupos para satisfacer necesidades fundamentales comunes, configurando finalmente la sociedad) y lo que ella hace: modelo de comportamientos personales que comportados por muchos forman instituciones sociales que configuran finalmente la .cultura. De estos tres niveles el que más nos interesa, de acuerdo con el fin de este seminario, es el de grupos de instituciones. No nos detendremos entonces a estudiar las personas sociales en sí, ni a explicar cómo y por qué medios ellas se socializan, ni en consideraciones sobre la posición que ocupan en la mente de los demás ni tampoco en sus comportamientos sociales4 . .
Cuando hablamos de Sociedad podemos decir que estamos hablando de cultura y al hablar de cultura estamos hablando que es todo aquello que el hombre hace en favor de ella, la importancia de comprender al hombre en su entorno nos lleva a sobrevalorar su rol en nuestra sociedad y del impacto profundo que este ha hecho desde sus inicios en favor de ella.
Este problema en sí mismo por su comprensión desde el plano filosófico y antropológico lo permea frente a la existencia, si bien estas situaciones límites son esenciales para el descubrirse a sí mismo, no bastan. Pues para conocerse a si mismo hay que desconocerse, no saber-se. Y para amarse hay que des-amarse. Así como para creer hay que poder darle oportunidad a la duda. Asi para ser humano hay que des- humanizarse, es decir dejar de creer en lo que me han dicho que soy, dejar de saber que tengo todas las respuestas a las infinitas preguntas. Es llegar a comprender, a veces con dolor que para llegar a saber algo hay que darse cuenta que no se sabe nada, al estilo Socrático. Por eso el hombre en esta etapa de la existencia debe llegar a permitirse navegar con Sartyre en las aguas de la nada para poder ser, y en ese camino provocarse su propia nausea. Una nausea que lo encamine al descubirmiento de una nueva existencia. Gastaldí nos da una formula, pero en le proceso de ser hombre y ser persona, también está el no ser nada para poder llegar a ser, incluso lo que no queremos, ni esperamos ser y que en algún momento de la vida finita que ha sido concedida debemos aceptarlo.
La felicidad es un hecho buscado, no comprendido, muy pocas veces encontrado, otras veces satisfecho a través del placer. ¿Será que el hombre sabe lo que es la felicidad en el siglo XXI? ¿Será que la persona humana alcanzó a comprender su alto grado de humanidad? ¿O es que queriendo ser vivimos en la negación absoluta, negándonos la oportunidad de vivir y de amar para no sufrir, parados en el andén del tren esperando que alguien venga por nosotros a “salvarnos” de la angustia de no saber quiénes somos y a dónde vamos?
En la medida que más conocemos al hombre, mas podemos decir que no lo conocemos, es un ser infinito e interminable, es un misterio, considerar el enfoque de ver al hombre como problema, en sí mismo no es ver los problemas en los que el hombre se ve inmerso es entrar y dar una mirada más profunda a lo que somos, es visualizar al hombre desde adentro y rescatar la esencia que le permite a este ser grande y sobreponerse ante las inquietudes que se le presenten
CONCLUSION
Somos seres que miran desde la sentencia a ser lo que somos sin haberlo querido y desde la esperanza utópica de la humanidad para ser lo que quisiéramos llegar a ser.
Una mirada utópica significa que el ser humano tiene la valentía de decidir no ser en esta sociedad que le indica cómo ser, que pensar y cómo actuar. Un grado de irreverencia es posible frente a la instalación mediática que han hecho de nosotros mismos dentro de la “matrix” que habitamos y sobrevivimos.
El sentido de colaboración y la solidaridad se dan solo en planos de sobrevivencia. Un verdadero proceso de cooperación seria poder desinstalar de nuestras conciencias el estilo de vida consumista y degenerativa. Es procurar entre los seres humanos el poder aprender a despertarnos unos a otros y tener la capacidad de desprendernos de aquello que nos ata socialmente a un estilo de vida inhumano y caduco, que no va de la mano con el ideal de ser humano y de persona.
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* Licenciado en Ciencias de la Educación de la Universidad Estatal de Guayaquil. Magíster en Gerencia Educativa de la Universidad Metropolitana de Guayaquil. Catedrático Universitario en Marketing Estratégico, Psicología de los Negocios, Introducción a la administración de personal, Comportamiento Organizacional, Antropología Filosófica, entre otros.
** Licenciado en Ciencias de la Educación, Docencia y Gestión de Bachillerato, especialidad Ciencias Religiosas por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Master en Pastoral Juvenil en la Universidad Politécnica Salesiana. Doctorando de Filosofía en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín Colombia
1 Juan Fernando Sellés Dauder, Antropología para inconformes: Una antropología abierta al futuro (Madrid - España, Ediciones Rialp): 194.
2 FERRATER MORA J, Antropología filosófica, Diccionario de Filosofía, (Barcelona, T. I, A-D, Ariel S. A., Barcelona 1994): 185-188
3 Scheler, M., & Romero, F. El puesto del hombre en el cosmos. (Madrid, Editorial Losada, (1938)
4 Giraldo, G. Del hombre a la sociedad. (Revista Universidad Pontificia Bolivariana No 26, 1993): 145-151
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