Lilian Reza Suárez
UCSG
lilianreza@gmail.comResumen
Esta teoría de la personalidad se basa en la aprendizaje a través de la experiencia, es decir que el ser humano tiende a renovarse constantemente, es por eso que trata de alcanzar el mayor limite posible, siempre está tratando de tener un número mayor de logros positivos, y estos logros intervienen en la formación de la personalidad. La actualización y la auto actualización lleva a los seres humanos a hacer lo mejor para su existencia. Esta investigación la realizan los alumnos del II Ciclo de la Carrera de Psicología Clínica, de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil UCSG.
Palabras claves: personalidad, experiencia, logros, actualización, investigación.
Abstract
This theory about personality is grown in the learning process through the experience, so that the human being tends to the constantl,y renew that is way he tries to reach the best goals he can, he is always trying to get a huge amount of positive achievements, which are part of the personality growing. The updating and the self-updating carry out the human beings to do the best for a better existence. This investigation was carried out by students of the second term of the Clinical Psycology career of “Universidad Católica Santiago de Guayaquil” UCSG.
Keywords: personality, experience, goals, updating, investigation.
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
Lilian Reza Suárez (2016): “El yo, el existir o el ser según la teoría de la personalidad por Carl Rogers”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (abril-junio 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/cccss/2016/02/existir.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/CCCSS-2016-02-existir
Biografía
Carl Ransom Rogers, nació el 08 de enero de 1902 en Oak Park Illinois, Estados Unidos y muere el 04 de Febrero de 1987 en San Diego California. Fue un prestigioso psicólogo en la historia de su país, quien junto a Abraham Maslow llegarían a fundar el enfoque humanista en psicología. Fue partícipe y gestor instrumental en el desarrollo de la terapia no directiva, también conocida como Terapia centrada en el cliente, y luego renombrada como Terapia centrada en la persona. Sus obras más relevantes son:
Introducción
En el presente ensayo se ofrece información recopilada sobre la teoría de la personalidad de Carl Rogers, sus aportes y contribuciones en la psicología y desarrollo humano, así como también se han difundido en áreas como la medicina, la industria y, desde luego, la educación. Esta teoría se basa en años de experiencia con pacientes, quien se basaba en la individualidad y el desarrollo personal es una temática particularmente rica y extensa, evidentemente fundada, con una aplicación amplia y de mucha importancia en el ámbito de la psicología. Rogers considera a las personas como buenas o saludables, o por lo menos no malas ni enfermas. En otras palabras, cree que la salud mental es la progresión normal de la vida y entiende como enfermedad mental las distorsiones de la tendencia natural, piensa que todo individuo tiene fuerzas constructivas en su personalidad que necesitan ser exteriorizadas, por lo consiguiente la persona tiene una predisposición al desarrollo y a la actualización. Entonces, ¿El individuo tiene la capacidad suficiente para manejar en forma constructiva todos los aspectos de su vida que potencialmente pueden ser reconocidos en la conciencia?
A lo largo del tiempo, la hipótesis de Rogers está organizada a partir de una sola fuerza de vida, la cual se la puntualiza como una motivación connatural presente. Rogers entiende que todo individuo pretende hacer lo mejor de su existencia, y si fracasan en su propósito, este no será por falta de deseo. También, el autor amplió la idea a los ecosistemas afirmando que si vivimos como deberíamos, nos iremos volviendo cada vez más enredados, como el bosque y por tanto más flexibles, es decir más adaptables a cualquier desastre, sea pequeño o grande.
Marco teórico
Capítulo 1. Fundamentos teórico – filosóficos de Rogers
Como toda teoría se construye a partir de diversas teorías, o de algunos principios de orden filosófico a su época, así también mediante la observación empírica. Entre los fundamentos de la teoría de Rogers encontramos; El naturalismo y el psicoanálisis, con las que desarrolla la teoría de la personalidad, conjunto a la terapia centrada al paciente.
En conjunto, es decir relacionado con los fundamentos teóricos – filosóficos de este autor está el concepto de no-directividad, lo cual es la misma teoría de Rogers que toma el nombre de no-directiva o centrada en el cliente o en el alumno. Esta terapia imprescindible en la actualidad toma dos aspectos sumamente importantes.
Es decir que ni el padre, ni el maestro, ni el terapeuta deben dirigir la conducta del niño o paciente, sólo deben "facilitarla", esto es, poner las condiciones necesarias para que se desarrolle. Carl Rogers afirma que: “El niño debe ser tratado como persona única, digna de respeto, con el derecho a evaluar su experiencia a su manera, con amplios poderes de elección autónoma" (ROGERS, Carl R. 1980: 19).
Esto se puede aplicar en los diversos campos, pero si lo aplicamos en el campo estudiantil, mediante la función del maestro, esta debe ser cambiante y flexible, pero definitivamente no-directiva. Debe crear un clima de aceptación en el grupo, aceptar a sus alumnos como son y ayudarles a que se acepten entre sí mismos. Desde luego, la función de los padres debe cambiar: El concepto educar a los hijos debe substituirse por relacionarse con los hijos. (Carl R. 1980: 19). Todos estos aspectos deben ser tomados en cuenta en las terapias, porque va llevado de la mano.
En el terreno terapéutico encontramos también el diálogo con los padres, porque muchas veces no educan a sus hijos, sería como una terapeuta que no aconseja, orienta o propone soluciones; un terapeuta que debe desproveerse aún de su propio yo con el fin de no influir o perjudicar al paciente.
1.2 La imagen subjetiva de nosotros mismos
En la terapia centrada en el cliente, éste encuentra en el consejero otro yo genuino, en el sentido técnico y operacional, un yo que temporariamente se ha desprovisto de su propia yoidad, excepto en lo que se refiere a la cualidad de intentar comprender" (ROGERS, Carl R. 1977:49)
La teoría está fundada en torno a dos conceptos fundamentales: el concepto del sí mismo, o imagen subjetiva de nosotros mismos y el organismo o totalidad organizada de la psique y el soma, en pocas palabras El yo, el existir o el ser. Estas dos nociones claves sirven para ubicar a la teoría rogeriana dentro de dos corrientes importantes de la psicología: la tradición fenomenológica importada a los Estados Unidos por Snygg y Combs, y la tradición organísmica representada por Goldstein, Angyal y otros psicólogos humanistas americanos.
Rogers toma muchos elementos de estas teorías, así como también de otras hipótesis y les da la impresión de su propia personalidad, es decir, los combina con una gran simplicidad y optimismo. El organismo humano, es concebido por este psicólogo, como una totalidad organizada de experiencias, las cuales se constituyen en un campo fenoménico regido por las leyes de la Gestalt. En base a esto Rogers desarrollado una interrogante ¿Por qué buscamos amor, seguridad y un sentido de la competencia?, respondió: es propio de nuestra naturaleza como seres vivos hacer lo mejor que podamos. Es decir que el organismo es dinamizado por una tendencia fundamental, el impulso hacia la actualización o autorrealización, y al mismo tiempo está dotado de un sistema regulador mediante el cual dirige su conducta hacia la satisfacción de las necesidades derivadas de ese impulso básico.
1.2.1 Definición del concepto del sí mismo según Rogers
El concepto del sí mismo es un constructo fenomenológico, no es un yo agente en sentido psicoanalítico, es una porción del campo perceptual que va formándose a medida que la persona interactúa con el medio ambiente. Es la propia imagen fenoménica del sujeto. Contiene valores, ideales y percepciones del individuo, constituidas en una configuración o Gestalt que tiene rasgos de ser totalmente consciente.
Dentro de la dinámica de la personalidad, el concepto del sí mismo tiene la función de seleccionar las percepciones del individuo y regular la conducta del mismo. El principio conforme al cual se rechazan o admiten las experiencias en la consciencia es el de su consistencia o coherencia con la “imagen de uno mismo”.
La definición operativa del mismo es la siguiente: «La "estructura del sí mismo" es una configuración organizada de las percepciones del sí mismo que son admisibles a la consciencia. Se compone de elementos tales como las percepciones de las propias características y capacidades; los preceptos y conceptos de sí mismo en relación con los demás y con el medio; las cualidades de valor que se perciben como asociadas con las experiencias y con los objetos; y las metas e ideales que se perciben como poseyendo valor positivo o negativo. Es por tanto, la pintura organizada existente en la conciencia, bien como figura, bien como fondo, del sí mismo y del sí mismo en relación, juntamente con los valores positivos o negativos asociados a estas cualidades y relaciones, percibidos como existentes en el pasado, presente y futuro». (Gondra, 2011)
En el desarrollo de la personalidad, no suele darse una consistencia o coherencia plena entre el concepto del sí mismo y las experiencias del organismo. Al contrario, la persona suele desarrollar un estado de incongruencia, o lo que es lo mismo, se divorcia de su realidad orgánica. El conflicto reside en los primeros años de la infancia aunque no se especifica cuándo. Debido a las actitudes evaluativas y poco aceptativas de los padres, el niño, impulsado por una necesidad que primero es de conservar el amor paterno y luego de conservar su propia autoestima, desarrolla unas condiciones de valor o introyecta unos valores ajenos como si fueran propios, y se ve forzado a rechazar ciertas experiencias satisfactorias y a distorsionar la simbolización de otras.
Mi experiencia es mi máxima autoridad. Mi propia experiencia es la piedra de toque de la validez. Nadie tiene tanta autoridad como ella, si siquiera las ideas ajenas ni mis propias ideas… Ni la Biblia, ni los profetas, ni Freud, ni la investigación, ni las revelaciones de Dios o del hombre, nada tienen prioridad sobre mi propia experiencia directa. (Rogers, 2013, Pág. 90)
A partir del momento en que se produce la primera distorsión de la experiencia, comienzan a afirmarse las bases para la posterior incoherencia o discrepancia entre el organismo y el “concepto del sí mismo”. Este va distanciándose cada vez más de las experiencias reales de la persona, y los valores organísmicos van siendo sustituidos por otros valores casuales recibidos de los demás.
Capítulo 2. Teoría de la Personalidad
La teoría de Rogers es basada a los años de experiencia con pacientes, cabe recalcar que esta teoría se dio a cabo cuando se puso en práctica la teoría no directiva. Rogers comparte esto con Freud, por ejemplo, además de ser una teoría particularmente bien desarrollada, y lógicamente construida, con una aplicación amplia. Sin embargo, no tiene nada que ver con Freud, lo que Carl Rogers considera a las personas como básicamente buenas o saludables, o por lo menos no malas ni enfermas. En otras palabras, considera la salud mental como la progresión normal de la vida, y entiende la enfermedad mental, la criminalidad y otros problemas humanos, como distorsiones de la tendencia natural. Además, tampoco tiene que ver con Freud en que la teoría de Rogers es en principio simple.
Menciona que el individuo tiene una motivación innata presente en toda forma de vida, dirigida para desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible. No estamos hablando aquí solamente de sobrevivencia: Rogers entendía que todas las criaturas persiguen hacer lo mejor de su existencia, y si fallan en su propósito, no será por falta de deseo.
"Finalmente sentía que tenía que empezar a hacer lo que deseaba hacer, no lo que pensaba que debería hacer. Esto es un cambio total en mi vida… ¡Al diablo con todo! Creo que de ahora en adelante seré solamente yo, rico o pobre, bueno o malo, racional o irracional, lógico o lógico, famoso o no famoso". (ROGERS, C.. 1983, Pág. 90)
Rogers agrupa bajo el nombre de visión positiva, es decir la motivación, a cuestiones como el amor, afecto, atención, crianza y demás. Está claro que los bebés necesitan amor y atención. De hecho, muy bien podría morirse sin esto. Ciertamente, fallarían en prosperar; en ser todo lo que podrían ser.
Nuestra sociedad también nos reconduce a morir como copias. A medida que crecemos, nuestros padres, maestros, familiares, amigos y demás solo nos dan lo que necesitamos cuando demostremos que lo merecemos, más que porque lo necesitemos. Podemos beber sólo después de clase; podemos comer un caramelo sólo cuando hayamos terminado nuestro plato de verduras y, lo más importante, nos querrán sólo si nos portamos bien. En psicología lo denominamos condicionamiento, deberíamos plantearnos esto, que pasaría si algún momento dejan de existir los premios, simplemente todo habrá sido volver desde 0.
Según Rogers estas son las cualidades que debe presentar un terapeuta. Para ser un terapeuta especial, para ser efectivo, un terapeuta debe tener tres cualidades especiales:
2.1 Evidencia Empírica
En su exposición de 1959, Rogers presenta algunas pruebas empíricas favorables a su teoría. Presento aquellos trabajos presentados en 1951, pero esta vez como evidencia de los cambios terapéuticos. Pero además se hace mención de otros trabajos importantes de la terapia centrada en el cliente, y sobre todo, de un nuevo instrumento para el estudio del concepto del sí mismo”. Lo que antes no había podido ser medido más que de modo indirecto, es decir, mediante el estudio de las actitudes relativas al self, ahora es accesible a una investigación más directa. La investigación sobre los efectos de la terapia llevada a cabo por los rogerianos en la universidad de Chicago durante los primeros años de la década de los 50, la cual estaba resumida en el libro titulado Psychotherapy and personality change, es la mejor expresión de estos intentos de estudiar empíricamente el concepto del sí mismo.
Pero el otro concepto capital de la teoría rogeriana, el de la experiencia del organismo, permanecía sin base empírica, para verificar esta teoría se tomó el concepto de la experiencia que será uno de los factores que impulsarán a la teoría de Rogers hacia derroteros más existenciales, intentaron acercarse a este concepto mediante el uso de varias técnicas psicoanalíticas. Así, por ejemplo, Butler y Haigh (242) dieron por supuesto que la distribución del self ideal correspondería al concepto de experiencia orgánica, mientras que la del self real representaría al concepto del sí mismo, y compararon ambas distribuciones con vistas a medir los cambios operados por la terapia en las mismas.
El proceso de convertirse en persona Rogers establece la psicoterapia centrada en el cliente que se basa en aceptar la persona tal y como es por el simple hecho de ser persona, aceptando así sus sentimientos y sus vivencias para poder comprenderlos sin juicios.
El paciente es potencialmente capaz de mejorar todos los aspectos de su vida y de su persona por lo que el individuo llegará a la mejora personal a la superación propia, posee la visión de Maslow de la autorrealización y para conseguirlo la mejor manera es introducirlo en un ambiente adecuado y una aceptación incondicional del terapeuta hacia el paciente. El terapeuta no debe ser simplemente alguien que cure a otro que está enfermo, como acostumbramos a creer, sino una persona que sepa comprender a su cliente, el paciente por sí mismo debe buscar una solución, es psicólogo no cumple la función de reparador, ni hada madrina, que soluciona todo sus problemas sino este debe ser el espejo de su vida y convertirse en algo así como su asesor o su consejero. Por otro lado, asegura que el protagonismo debe recaer en el propio paciente, no en el terapeuta. Así, el paciente y psicólogo, emprenden una búsqueda de sí mismos que les lleva a desarrollar un diálogo comprometido emocionalmente intenso y de curso impredecible. Y el paciente, a partir de ahí, pasa a vivir una maduración efectiva vivida y le permite convertirse en persona.
Conclusión
En consecuencia, la conducta ya no intenta satisfacer las necesidades del organismo, sino más bien se hace defensiva, es decir, intenta preservar la rígida “estructura del sí mismo”, y como resultado, la tendencia actualizante no puede llevar a cabo la actualización del organismo y es desviada hacia direcciones perversas, por ello el individuo tiene la capacidad suficiente para manejar en forma constructiva todos los aspectos de su vida. Así también, puede producir la inadaptación psíquica. La persona que vive en tal estado de incongruencia o de disociación es una persona que vive en estado de tensión. Frente a la amenaza que le proporcionan las numerosas experiencias expulsadas de su conciencia, reaccionará con angustia y conductas defensivas. Por lo que necesitará de una psicoterapia, la cual intentará restablecer la congruencia entre el organismo y el self, mediante una reorganización de este último.
De esta manera, la terapia centrada en la persona recibe una explicación coherente. El terapeuta, con vistas a facilitar esta reorganización, tendrá que poner unas condiciones de aceptación y comprensión que rectifiquen de algún modo la falta de las mismas durante las primeras experiencias de la infancia de la persona. Creando una atmósfera de libertad y seguridad, facilitará al individuo el liberarse de la amenaza y explorar sus propias experiencias. Comprendiendo a la persona, podrá facilitar la reorganización de todas sus experiencias en torno a un self más amplio, flexible y maleable.
Finalmente podemos deducir que la conducta defensiva extrema de ese individuo va en consecuencia por las experiencias vividas, desde la infancia poniendo así una muralla para conservar el sí mismo, permanece un estado de ansiedad, tensión, angustia, que viene acompañado de la disociación que va adquiriendo también en sus experiencias presentes, porque lo que llega es a temer a todo lo que vive, observa, percibe, etc. Entonces la terapia centrada en el cliente, el terapista orienta al cliente a que acepte sus defectos, sus bajos negativos que lo están afectando y comprender la historia del paciente para ayudarlo a que explore su tiempo de línea como algo maravilloso o parte de la vida cotidiana según sean los acontecimientos vividos.
Hemos realizado entrevistas a los docentes de la institución y nos han dado las siguientes respuestas acerca de esta Teoría Rogeriana; según la entrevista realizada a la Psicóloga Tatiana Torres, nos comparte que la terapia centrada en el Cliente de Carl Rogers si es aplicable en la actualidad porque es el paciente quien busca la solución de sus dificultades, acompañado y orientado por un terapeuta, también realizamos al Psicólogo Efrén Chiquito en la cual nos explica que la Teoría Rogeriana es muy práctico utilizar en situaciones como la depresión alcoholismo, drogas y otros trastornos de personalidad, aplicando de una manera que el paciente acentué su presente, permitiendo a sus experiencias revelar un significado en lugar de imponerlas, la función que cumpliría el psicólogo es claramente saber escucharlo y hacer que él se escuche así mismo, orientándolo a adquirir la confianza suficiente en sí mismo. Es evidente que los pacientes ya sean en diferentes casos, tiene la capacidad suficiente para recibir esta terapia, en donde el profesional correspondiente acudirá para ayudar a sus pacientes de forma directa en donde él será su guía mas no su consejero para que el individuo solo pueda sobrellevar su problema y así lograr la tranquilidad y decisiones adecuadas.
Referencias Bibliográficas:
Gondra, J. (2011). Obtenido de http://psicologos.mx/2-el-concepto-del-si-mismo.php
ROGERS, C. (1972) Psicoterapia centrada en el cliente. Buenos Aires: Paidós.
José M. Gondra Rezóla. "La psicoterapia de Carl R. Rogers. Sus orígenes, evolución y relación con la psicología científica" Capítulo V. Ed. Desclie de Brouwer, 1981.
Millon, T. y Davis, R. (1998). Trastornos de la personalidad. Más allá del DSM-IV. Barcelona: Masson.
Boeree, G. (1987). Obtenido de: http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/rogers.htm
Gondra J. (1981). Obtenido de http://psicologos.mx/7-la-teoria-de-la-personalidad-resumen.php
Padilla, K. (2013). Obtenido de https://prezi.com/pbdkjpcbruas/teoria-de-la-personalidad-segun-carl-rogers/
Rogers, C. (1972) Psicoterapia centrada en el cliente. Buenos Aires: Paidós.
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