Alberto Enrique D’Ottavio *
Universidad Nacional de Rosario, Argentina
aedottavio@hotmail.comResumen
Desde 2013 hasta el presente han sido publicadas en revistas de este grupo editorial varios trabajos vinculados con una preocupación personal permanente por la pérdida o el extravío de valores evolutivos en la sociedad argentina, por su mayoritaria y acrítica aceptación del populismo, en tanto desarticulador de la República, y por la falta completa de respetuoso cumplimiento del artículo 1º de la Constitución Nacional que consagra, desde 1853 a la fecha, la forma de gobierno representativa (no, delegada), republicana (no, populista) y federal (no, unitaria). Persiguiendo el mejoramiento de nuestra vida ciudadana, esta comunicación, que analiza distintas conductas no republicanas para su superación republicana perdurable, pretende concluir este prolongado y modesto modo de compromiso ciudadano.
Palabras clave: República, Valores, Conductas, Desrepública, Argentina.
Summary
From 2013 to present several papers have been published in journals of this editorial group. All of them were linked to a personal and permanent concern for the loss or the mislaying of evolutionary values in the Argentinean society, for its wide and uncritical acceptance of a Republic disintegrator as populism, and for the complete absence of respectful compliance towards the article 1 of its National Constitution enshrining, from 1853 to nowadays, a representative (no delegate), republican (no, populist) and federalist (no unitary) form of government. Pursuing the improvement of our citizenship, this communication, analyzing different non-republican behaviors for its republican lasting progress, intends to conclude this prolonged and humble way of citizen commitment.
Key words: Republic –Values – Behaviors – Disrepublic – Argentina.
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
Alberto Enrique D’Ottavio (2016): “Desde una devenida Desrepública hacia la República ¿Reflexiones finales?”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (abril-junio 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/cccss/2016/02/desrepublica.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/CCCSS-2016-02-desrepublica
Marco histórico pobremente republicano
Pareciera que, desde la época colonial, hubieran predominado social y axiológicamente en Argentina (hermoso y feraz territorio donde la correlación de fuerzas ha solido y suele beneficiar las más de las veces a sus habitantes inmorales) personajes y grupos encubiertos y descubiertos (potenciales y activos), que han posibilitado, y aún facilitan, la emergencia y perdurabilidad de procesos involutivos sólo interrumpidos por breves afloramientos de otros progresivos.
Para algunos autores, alto impacto habrían tenido en favor de ello los golpes cívico-militares de 1930 y 1943 y los cívico-policiales de 1989 y 20011,2.
De allí la lentitud histórica evolutiva de un país que luce “destinado al éxito” pero linda, a menudo, con el fracaso y que coquetea más que frecuentemente con el populismo, y de una República que marcha de manera repetida hacia lo que, a contrario sensu, podría denominarse: Desrepública 3.
En ese contexto, puede que resulten esclarecedores determinados procederes no republicanos, cuya sustentable reversión debiere conducir hacia un deseado renacer institucional, habilitador de progreso (o desarrollo, como ciertos políticos prefieren decir en la actualidad).
En consecuencia, ojalá sea este trabajo, que analiza distintas conductas no republicanas en bien de su superación republicana perdurable, el punto final de un prolongado y modesto compromiso ciudadano que intentó trasuntar, a través de varias publicaciones, una permanente preocupación personal por la pérdida o el extravío de valores evolutivos en la sociedad argentina, por su mayoritaria y acrítica aceptación del populismo, en tanto desarticulador de la República, y por la falta total de respetuoso cumplimiento del artículo 1º de la Constitución Nacional que consagra, desde 1853 a la fecha, la forma de gobierno representativa (no, delegada), republicana (no, populista) y federal (no, unitaria).
De la República a la Desrepública
Más allá de los principios que caracterizan a la forma republicana de gobierno; esto es, división e independencia entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial; responsabilidad civil y penal de los funcionarios por sus procedimientos gubernamentales; publicidad sistemática (aunque no propagandística) de los actos de gobierno; respeto de las minorías, participación directa o indirecta del ciudadano en la gestión pública y alternancia en el poder, existen conductas en los distintos niveles de responsabilidad ciudadana que deterioran la República.
Sin pretender su agotamiento, pueden citarse entre ellas:
La mentira, muy en especial la asechanza (mentir para perjudicar) porque permite:
La colusión o la concreción de pactos perjudiciales para terceros
La corrupción inicial y desembozadamente llevada a cabo y presentada, luego, como “venganza o persecución política” en el momento de su condigna punición judicial. A este respecto, el escritor y periodista Jorge Fernández Díaz reseña lo que sigue, palabras más, palabras menos, en relación con la reciente y corrupta década:”… la peor corrupción no se relaciona con bóvedas, lavados de dinero y enriquecimientos ilícitos. La corrupción más grave consistió en crear una burbuja de gratuidad y de consumo irresponsable y sin respaldo, donde muchos argentinos se acomodaron a ese falso confort sin pensar que debían ahorrar y producir de manera genuina, y además creyendo que ello se eternizaría. El gobierno pasado, como un jefe de familia complaciente y obsesionado únicamente por ser querido (y votado), repartió heroína y volvió adicto a su pueblo, que, esclavo una vez más de la plata dulce (ya lo fue en pasado), atraviesa hoy un breve síndrome de abstinencia. Ese padre demagógico sacó créditos impagables y les regaló a sus hijos dinero para que lo gastaran en fiestas. No los indujo a que compraran casas, estudiaran carreras y abrieran sus propios negocios para desarrollarse y salir adelante. Sucedió entonces que la firma familiar, se fundió. Para salvarla tuvo que ponerse a la cabeza un tío antipático contra quien lanzan rayos y centellas, añorando paradojalmente al padre que quebró” 4.
El egoísmo ciudadano compatible con el gongoriano “ande yo caliente y ríase la gente”
La ausencia de rendición de cuentas o de dar respuesta (responsabilidad o accountability)
La pretensión de determinadas minorías por transformarse en mayorías a través de acciones antirrepublicanas; cuando no, delictivas
La asimetría punitiva resultante de no medir actos idénticos con la misma vara
La confusión conceptual entre gobierno y mando, logros y arrebatos, denuncias y delaciones, críticas y descalificaciones, exigencias y arbitrariedades, el orden y la orden, libertad y libertinaje, ejecutividad y falta de escrúpulos, lealtad e incondicionalidad, ejercicio y usufructo, democracia y democradura 3
La deformación intencionada de objetivos plausibles como la defensa de una educación pública seria, honesta, idónea, responsable y verdaderamente evolutiva, la protección de los desheredados, la búsqueda de la equidad social y del bienestar colectivo, entre otros. Tal deformación halla sustento en:
y de toda otra trapacería vulneradora del respeto y de la debida valoración que merecen tales metas
La manipulación electoral de los desvalidos con medidas que se aprovechan de su posible desdichada ignorancia y de sus necesidades imperiosas, impidiéndoles a la vez toda movilización social que habilite su pensamiento crítico
El nepotismo y el amiguismo digitado en reemplazo del mérito, mensurado éste mediante concursos de admisión no amañados
La frivolización de la cotiidanidad que impide bucear en las profundidades de los acontecimientos, fuerza a nadar en la superficie de los mismos y conduce a una inevitable ordinariez
La reverencia hacia las realizaciones vanas y los esfuerzos triviales
El poder desvirtuado como medio proveedor de ganancias ilícitas y como asegurador de impunidad futura
La aceptación y cultivo de verticalismos, de neto corte eclesiástico-militar
La reiteración dolosa de eslóganes vacuos y falaces
La apropiación desvergonzada de ideas ajenas, presentadas luego como propias
El ocultamiento de desmadres propios, sin la condigna autocrítica, con enfatización paralela y exasperante de desatinos mínimos ajenos, en clara demostración que ver sólo la paja en el ojo ajeno y jamás, la viga en el propio
La defensa a ultranza de supuestos proyectos, modelos, movimientos o partidos, antidemocráticos de nacencia y permanencia
La opción por continuar ignorando verdades incómodas por exclusivo provecho ideológico y/o económico y, a su sombra y en nombre de los antedichos supuestos, proseguir amparando ladrones, asesinos, malnacidos y traidores a la Nación
La presión centralista 3 que conduce a una compulsiva y arbitraria desfederalización
La compra de voluntades 3 generadora de lacayos acríticos
La persecución fiscal selectiva, las operaciones de inteligencia y la lapidación mediática 4 en contra de los adversarios, visualizados como enemigos, a quienes resulta menester condicionar o aniquilar
Además, como en estas conductas subyacen componentes psicopáticos y sociopáticos, vale el agregado de otros comportamientos que caracterizan a tales trastornos antisociales de la personalidad:
La hipocresía (doblez o doble estándar) entendida como fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que en realidad se poseen. En tanto forma de mentira, traduce una dolosa incoherencia entre pensamiento y acción
El cinismo identificado con la desvergüenza, la impudicia insolente y la despreciable jactancia, tanto cuando se miente como en el momento de defender acciones indefendibles
La anulación de la empatía; vale decir, la imposibilidad de colocarse en lugar del otro
La reducción o neutralización de la culpa, del remordimiento y de la vergüenza
La desinhibición conductual
El narcisismo o amor hacia sí mismo en tanto objeto de veneración
La malicia o maldad
La falta de sinceridad
El egocentrismo y la desbordante autoestima que derivan en autoelogios improcedentes
El desprecio por el derecho ajeno
El desdén por las leyes y normas sociales
La tendencia a comportamientos violentos (maltrato, agresión)
Las manipulaciones “encantadoras”.
¿Por qué muchas de estas conductas pueden repercutir negativamente sobre la democracia republicana?
La respuesta se centra en que muchos líderes empresariales y políticos pueden tenerlas. Y aunque no necesariamente las usen en totalidad ni de manera parcial, cuando lo hacen producen efectos nefastos.
En ese sentido, el psicólogo canadiense Robert Hare advierte que este caso: “… pueden afectar amillones de personas. Detrás de los grandes escándalos financieros, con pérdidas para miles de individuos, hay una mente psicópata. En los grandes negocios la psicopatía no es una excepción. ¿Qué tipo de persona es capaz de robar a miles de inversores, de arruinarles aunque después se suiciden? Dirán que lo sienten, pero nunca devolverán el dinero. Es incluso peor que lo que hacen muchos asesinos” 5.
Ni qué decir, entonces, cuando las evidencian los líderes políticos.
En suma, la conservación, defensa y estímulo de estas inconductas, no sólo no comulgan con la democracia republicana y violan sistemáticamente el artículo 1º de la Constitución Nacional, sino que hace a sus sostenedores: cómplices de delincuentes de pensamiento y acción y propulsores de una innegable decadencia cultural y axiológica desrepublicana, de la que trabajosamente se intenta regresar.
De la Desrepública a la República
A mi humilde entender, se acierta cuando se asevera que los problemas económicos pueden solucionarse en más o menos breves lapsos pero que los culturales, no, pues demandan decenios desde el inicio de los cambios mejoradores.
Y es así porque los desbarres axiológicos, que forman parte de éstos, llevan más tiempo para su eliminación que los requeridos oportunamente para su instauración desde que, durante ese intervalo mensurado en décadas, será menester implementar un sinfín de medidas entramadas, a distintos respectos y niveles, capaces de desmontar el instalado cuadro decadente y de reinstalar otro superador, de carácter evolutivo.
Además, ello exigirá cambios conductuales individuales que hagan comprender a las personas que los nuevos comportamientos serán más ventajosos que los actuales para la sociedad. En tal sentido, no podemos olvidar que somos legatarios de nuestros predecesores y que, a la vez, legaremos a nuestros descendientes una herencia de raigambre cultural.
En ese marco, si la misma es benéfica, el regreso desde la Desrepública será viable; en caso contrario, se profundizará la inmersión en la decadencia y con ella, en una muy posible fragmentación político-social.
De asentarnos en nuestra andadura histórica pobremente republicana, el horizonte luciría poco alentador. En cambio, si tomamos ese tránsito con altibajos como una oportunidad, puede que subsistan esperanzas de redención.
Es mi anhelo que esta comunicación sea la última de este prolongado y modesto modo de compromiso ciudadano exteriorizado a partir de 2013 en escritos sobre este tema y otros relacionados, de permanente y personal preocupación.
Hago votos que lo sea porque ello será indicio de que Argentina ha comenzado el largo, arduo y complejo camino que lleva desde la Desrepública hacia una República con mayúsculas, tras superar el estadio de República en ciernes que, hoy, titubeante, se halla intentando restablecer.
Bibliografía
4. FERNÁNDEZ DÍAZ, J (2016): Nadar en un mar de pirañas y conspiraciones. Aparecido en Diario La Nación (Buenos Aires). Disponible en Internet http://www.lanacion.com.ar/1898882-nadar-en-un-mar-de-piranas-y-conspiraciones
5. HARE, RD (2011): Without conscience. The disturbing world of the psychopaths among us EPUB e-Book
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