Nadia Aurora González Rodríguez
Patricia Jacqueline Muñoz Verdezoto
Universidad Tecnológica ECOTEC, Ecuador
ngonzalez@ecotec.edu.ecRESUMEN
El presente artículo pretende relacionar la gestión del docente con la pertinencia social orientada a fomentar la cultura de la paz. Este enfoque se vincula con las actuales directrices de la Educación Superior con el fin de propiciar la Cultura de la Paz entre los futuros profesionales de las diferentes áreas del conocimiento a favor de los derechos humanos en la actual sociedad donde el contexto que se vive está amenazado por la violencia, el sentimiento de poder y la vulnerabilidad de los más débiles en un mundo globalizado. Por tal motivo, se propone una alternativa a través de las asignaturas vinculadas a la formación de competencias generales de Lingüística y Ciencia Sociales para contribuir al fortalecimiento de los valores y la comunicación, de manera que sea pertinente en el contexto en el cual se desenvuelve el estudiante. Este accionar implica que se aprovechen las situaciones polémicas, para construir nuevos aprendizajes y que el docente sea el mediador que diseñe los ambientes de aprendizaje más adecuados para garantizar el cumplimiento de la gestión social como un aporte de las instituciones educativas superiores para beneficio de su nación.
Palabras Claves
Cultura de la paz, formación de valores, competencia lingüística, pertinencia social.
ABSTRACT
This article pretend to relate the management of teaching with social relevance aimed at promoting the culture of peace. This approach is linked to the current guidelines of the Higher Education in order to promote the culture of peace among future professionals of different areas of knowledge in favor of human rights in today's society where the context we live is threatened by violence, the feeling of power and vulnerability of the weakest in a globalized world. Therefore, an alternative is proposed through the subjects related to the formation of general skills for Language and Social Science to contribute to strengthening the values and communication, so that it is relevant in the context in which it operates the student. This action means that take advantage in controversial situations, to build new learning and the teacher is the mediator to design the most appropriate learning environments to ensure compliance with corporate management as a contribution to higher educational institutions for the benefit of his nation.
Keywords
Culture of peace, values education, language skills, social relevance.
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
Nadia Aurora González Rodríguez y Patricia Jacqueline Muñoz Verdezoto (2016): “La gestión educativa y su pertinencia social para una cultura de paz en las universidades ecuatorianas”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (enero-marzo 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/cccss/2016/01/paz.html
INTRODUCCIÓN
Desde tiempos inmemorables y a nivel mundial los seres humanos han estado sujetos a conflictos bélicos que han atentado contra la tranquilidad de las naciones, la memoria histórica de los pueblos conserva trágicos y tristes sucesos provocados por la lucha de poder, el egoísmo entre países y el sentimiento de superioridad. En los momentos actuales se viven situaciones convulsas en relación con este flagelo, los gobiernos en el poder sacrifican sus naciones por la creencia errónea del derecho absoluto de apoderarse de territorios que no le pertenecen; por lo que la cultura de la paz en el mundo contemporáneo es uno de los principios fundamentales que preocupa a la humanidad, como una de las necesidades imperiosas para el desarrollo social. Este problema que hoy enfrentan los países ha sido un estímulo para las instituciones educativas que se ocupan de la formación en valores de sus educandos como uno de los eslabones de vital importancia para la protección de la tranquilidad ciudadana. En los resultados de las pruebas aplicadas por la SENESCYT a los bachilleres en Ecuador, se evidenció la debilidad en el Razonamiento Lógico Verbal para la resolución de problemas. En este país durante el año 2013, en un grupo de 1000 estudiantes, 683 presentaron dificultades en la prueba de razonamiento lógico y verbal, tanto en las instituciones de Educación Media como Superior.
A lo largo de la historia, el pensum educativo en Educación General Básica (EGB) ha pretendido desarrollar competencias para formar al ciudadano del siglo XXI mediante temas relacionados con la cultura ecuatoriana que tradicionalmente se le ha dado muy poca importancia, al alienar las unidades de estudio a la Historia del Ecuador y a sus conflictos territoriales en los niveles de EGB más avanzados. A pesar de las modificaciones que se han hecho recientemente en el Sistema Educativo Nacional, no se ha logrado superar las deficiencias en el desarrollo cognitivo del alumnado y los resultados de la evaluación realizada a los egresados de Bachillerato en Ecuador, no reflejan el desarrollo de competencias integrales orientadas a la formación en valores.
En el Capítulo XI del libro “Cultura de paz y gestión de conflictos”, Icaria/UNESCO, Barcelona, 1998 se afirma que la falta de cultura de paz afecta en el ámbito educativo. "La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la condición humana. Estamos en la era planetaria; una aventura común se apodera de los humanos donde quiera que estén. Estos deben reconocerse en su humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano" (Morín, 1999). Por este motivo, el diseño del plan curricular tiene vital importancia para cumplir con el enfoque integral del sistema educativo, así como el finlandés, que ha demostrado ser eficiente y resolutivo. Ante esta preocupación, el presente artículo propone una alternativa de solución desde las diferentes asignaturas del colectivo académico “Lingüística y Ciencias Sociales” mediante una propuesta didáctica que propicie el fortalecimiento de la Cultura de la Paz dentro de las aulas de la enseñanza universitaria en Ecuador.
En relación con lo antes expuesto, debe precisarse que el papel del docente actúa como mediador entre la familia y la sociedad, la responsabilidad que éstos poseen repercute directamente en el comportamiento futuro de sus educandos. Por lo que brindarle una especial atención a la creación de nuevas propuestas pedagógicas, a través de otras teorías alternativas es un aspecto a tomarse en consideración por las evidencias reales que se presentan en la actual situación social. Algunas personas consideran que la enseñanza superior es una etapa de la vida donde no es importante atender la formación en valores ya que prevalece la instrucción en las diferentes áreas del conocimiento; sin embargo, el ser humano va conformando su personalidad durante toda la vida y reajusta sus valores de acuerdo a sus situaciones y experiencias, ante la toma de decisiones; por lo que este aspecto del desarrollo personal de los futuros profesionales es un factor indispensable a tener en consideración desde las áreas científicas. La motivación de los docentes por contribuir a la formación en valores para una Cultura de la Paz tiene que ser un eje transversal también en las clases de la enseñanza superior y las universidades del país deben prestarle el debido interés.
El Art. 8, literal d), de la LOES enfoca entre los fines de la educación superior: Formar académicos y profesionales responsables, con conciencia ética y solidaria, capaces de contribuir al desarrollo de las instituciones de la república, a la vigencia del orden democrático y a estimular la participación social. Esto implica formar un estudiante autónomo, autorregulado, con un espíritu de servicio a la comunidad y elevadas normas éticas. En la actualidad, las nuevas concepciones curriculares tanto a nivel nacional como internacional promueven el desarrollo de una Cultura de la Paz; sin embargo, el currículo de las Universidades en Ecuador aún no ha precisado los temas, contenidos, ejes transversales, para cumplir con esta aspiración. Por tal razón resulta imprescindible buscar espacios más significativos donde se le brinde el lugar que merece a la Cultura de la Paz, con mayor número de horas y con más créditos para promover de una forma más articulada y práctica, los aspectos contenidos sobre esta temática. Por lo que en este artículo se analizará la pertinencia de la educación universitaria en relación con el fortalecimiento de los valores asociados con la paz y asimismo se responsabilizará al colectivo de “Lingüística y Ciencias Sociales” como el núcleo fundamental para el fortalecimiento de la Cultura de la Paz. No obstante, es importante aclarar que todos los profesores deben sentir la responsabilidad de brindarle la debida atención al fortalecimiento de este tema desde cada una de sus asignaturas, ya que todas las áreas del conocimiento pueden aportan a esta labor educativa, de una manera interdisciplinaria.
DESARROLLO
1. LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA Y LA PERTINENCIA SOCIAL
Una sociedad de conocimiento es una forma social superadora que incluye el saber científico y tecnológico como base y debe estar disponible para todos con igualdad de oportunidades. La palabra educación se deriva del latín “educare”, que significa: discípulo a encontrar su propio camino; desde luego existen muchos enfoques entre ellos se debe considerar a la educación como parte de la inversión o factor productivo en las teorías del capital humano y economía de la educación. En consecuencia, la educación tiene la responsabilidad de formar a las nuevas generaciones sobre qué legado cultural, qué valores, qué concepción del hombre y de la sociedad se desea transmitir (Tedesco, 1995). En tal sentido, desde la época de la antigua Grecia y en relación con la evolución de la humanidad, la educación ha sido el instrumento pacífico para impulsar el desarrollo de una sociedad culta y justa en todos los aspectos de la vida, con miras a la igualdad de derechos. En los actuales momentos en el Ecuador, hablar de Educación en Valores implica un cambio de era, un giro social marcado por un reciente paradigma de evolución de saberes, que está avanzando de a poco hacia nuevos caminos de transformación y adquisición de conocimientos; sin embargo, es difícil e implica un trabajo sistemático.
No puede concebirse a la apropiación de valores separada del conocimiento porque la formación de las capacidades de decisión y elección surgen del análisis entre los miembros de una sociedad que efectivamente puedan convivir, comprender y transformar su medio natural, social y cultural sin dejar de tomar en cuenta las tendencias de conservación y cambio (Corona, 1994). De hecho, la definición de educación considera la generación de personas creativas, capaces de transformar la sociedad y de hacerse un bien a sí mismas. La educación está relacionada con la suma de habilidades, conocimientos y actitudes, para muchos es el arte de cambiar al ser humano. Carlos Karuga afirma que es posible obtener lo mejor de cada persona y destaca que en el desarrollo integral de la persona, se mantienen cuatro valores: El bien ser (la voluntad, la actitud y la calidad), el bien saber (la inteligencia, la capacitación), el bien hacer (la habilidad, el entrenamiento) y el bien tener (en la recompensa honesta).
En otros tiempos eran solo las élites privilegiadas las que tenían acceso a la educación. En consecuencia, la formación humanista constituye la base para la educación integral del futuro profesional tomando en cuenta que para superar la “colonialidad del saber”, se requiere el desarrollo del pensamiento crítico, la recuperación de la memoria colectiva y la consolidación de una cultura política democrática. Cabe recordar que la educación es una de las principales esferas de actividad de la UNESCO. Desde su creación, en 1945, la Organización se esfuerza por mejorar la educación en todo el mundo, con la convicción de que es la clave del desarrollo económico y social. La UNESCO tiene por cometido contribuir a la construcción de un mundo sostenible de sociedades justas que valore el conocimiento, promueva la paz, ensalce la diversidad y defienda los derechos humanos mediante la educación para todos.
En estos momentos de transformación global y cambios tecnológicos, Germán Escorcia, gerente del Centro Latinoamericano de Investigación Educativa (CLIE) de IBM y ex consultor de la OEA, plantea la necesidad de comprometerse a salir de la obsolescencia mental que, como país, impide forjar modelos de democracia y estrategias de sobrevivencia, dado que en un entorno como el actual, los ambientes de aprendizaje en la aulas aún conservan intactas las centenarias formas de enseñanza. En su análisis, enfoca tres aspectos que apoyan el desarrollo: el dominio de la ciencia, de la tecnología y de la información y remarca que el factor común entre esas tres variables es el impulso de la educación, lo que considera como una herramienta de supervivencia, dado que en la economía del próximo siglo los productos estarán basados plenamente en el dominio del conocimiento (Escorcia, 1993). Hoy más que nunca, la universidad requiere de espacios intelectuales, científicos, técnicos, políticos, estéticos y éticos que favorezcan el constante cuestionamiento y transformación. Cabe destacar que la innovación y la creatividad de los aprendizajes se manifiestan como un proceso colectivo, contextualizado y sistemático, que surge de la gestión del conocimiento y fortalece capacidades cognitivas ciudadanas y de los territorios del buen vivir. Las intervenciones sociales son trabajadas como procesos de construcción, apropiación y distribución de saberes.
La educación universitaria para cultivar el principio de igualdad se basa en la aceptación, el respeto y la promoción de la diversidad de culturas, personas, saberes ancestrales, formas de expresión. Por eso, la generación de espacios de reflexión y autocrítica a partir de diferentes fuentes de información, se está proponiendo en las Facultades Académicas para propiciar la participación protagónica del estudiante, siendo el actor principal en la creación de nuevas tecnologías, interacción social, en el desarrollo de proyectos culturales, sociales y productivos.
La educación universitaria valora los orígenes, la diversidad cultural y de esta manera se expresa en el Art. 26 del Reglamento de Régimen Académico: “Los campos de formación son formas de clasificación de los conocimientos disciplinares, profesionales, investigativos, de saberes integrales y de comunicación, necesarios para desarrollar el perfil profesional y académico del estudiante al final de la carrera o programa”; garantiza entonces la independencia cognoscitiva, la libre expresión, la creatividad, la integración, la reflexión, la vinculación con la vida social y productiva. Por otro lado, la pobreza en la expresión verbal y escrita de los estudiantes afecta a gran parte de la población estudiantil y se gradúan anualmente profesionales incapaces de resolver conflictos sociales y laborales, impidiendo el desarrollo económico del país. Puesto que, el macrocurrículo acoge grandes líneas del pensamiento que aportan al perfil de egreso con un enfoque prospectivo, fundamentado en las demandas de la realidad nacional y las tendencias técnico-científicas del área de conocimiento; sin embargo, no existe una directriz interdisciplinaria sobre la formación en valores a favor de una cultura de paz, porque este tema es abordado como eje rector solo en la asignatura de ética empresarial, por su evidente aportación. Por cuanto, las autoras del presente artículo defienden el criterio de que esta preocupación no solo debe ser abordado en una sola asignatura, sino que el resto de materias del pensum también deben ocuparse por abordar este tema, ya que los ambientes educativos son espacios propicios para el debate de ideas, el respeto y la valoración de la diversidad; en la consideración de principios, objetivos y metas constantes de la práctica educativa, cada vez más vinculada con la sociedad; lo que compromete al estudiante mediante su participación activa.
La planificación estratégica está atenta a nuevos modelos, sistemas y procesos de gestión de calidad, teniendo como estrategia la investigación y desarrollo de modelos con los estudiantes ya que son el inicio de un mejor sistema productivo en función de la innovación tecnológica y social, del emprendimiento y del conocimiento. Los valores desde la óptica de la ciudadanía intercultural que denomina el CES, constituyen el eje articulador de la visión ecológica de la educación superior. Por esta razón, los proyectos de vida están asociando los temas de cultura, territorialidad, ambiente, a fin de relacionar los ámbitos epistemológicos, políticos y éticos. La gestión social del conocimiento aporta a la solución de problemas del país y la región. Los problemas sociales, la carencia de salud, economía, servicios básicos, la falta de documentación histórica son enfoques necesarios que se descubren desde la vinculación social y a su vez con la interacción con otras ciencias como la arqueología, psicología, lingüística, etc. (Díaz, 2008). El trabajo de campo conocido como etnografía permite el estudio de grupos humanos para comprender la relación entre la cultura y el comportamiento.
La calidad se vuelve un eje central, parte de aquella tríada que incluye la democratización del sector –en cuanto al acceso y a la igualdad de oportunidades mediante la gratuidad de la educación de tercer nivel- como en la democratización de las prácticas universitarias; y la pertinencia, para que la educación superior sea un pilar del desarrollo futuro del país, del cambio de la matriz productiva planteado en la Constitución de 2008 y en el Plan Nacional para el Buen Vivir; de ese modo lo concibió el Informe de Rendición de Cuentas del CEAACES, Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior en lo referente a la consecución de los objetivos patrios: calidad, democratización y pertinencia.
La cultura es información, se aprende y se transmite. Son el conjunto de expresiones que el hombre incorpora a la naturaleza como el pensamiento, el arte, la arquitectura, la literatura. Estas expresiones dan valor y sentido de pertenencia. (Díaz, 2008)b respecto a la cultura, refiere que es un tema apto para el estudio de las leyes del pensamiento y la acción humana. La cultura comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre; es el conjunto de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social, por eso el ser humano se ve reflejado en sus actitudes, emociones y valores. Los aprendizajes están dados en función de la multiplicidad de ambientes, contextos, dimensiones y condiciones. Los seres humanos como parte importante de una estructura social comparten las características de su cultura. Las IES están llamadas a reflejar dentro de la visión, misión, normas institucionales, valores, historias, símbolos, el carácter sociocultural conlleva un compromiso hacia el desarrollo humano cuya tendencia a la auto regularización y autonomía funcional según los autores Rogers, Maslow, Vigostky, Watson relacionan al hombre como objeto de la circunstancia social. Por ende ha servido para la comprensión e interpretación del arte, moral, derecho, costumbres y cualquiera otra forma de comportamiento “La antropología enfrenta y reflexiona sobre las grandes preguntas de la existencia humana al explorar la diversidad humana, biológica y cultural en el tiempo y el espacio Kottak (s.f).
La nueva enseñanza hace la diferencia, el conocer y el saber resguarda la competitividad e impulsa mayor integración social; en este aspecto hay que reconocer que algunos sectores aún tienen resistencia y afán por seguir con el modelo del siglo pasado, lo cual denota muy poca capacidad de prosperar. Los educadores son los responsables de influir en el aprendizaje significativo creando ambientes apropiados según su interpretación del entorno; los resultados esperados tienen que ver con el desarrollo de la cognición y el descubrimiento de nuevas habilidades que les sirva para la vida.
Otras ideas que se deben apreciar alrededor del ambiente se refieren a la dimensión que ocupan los aprendizajes significativos para la correcta apropiación de los conocimientos, de manera que los ambientes de aprendizajes son espacios manipulados y planificados por el mismo docente (Loughlin, 2002). No basta tener aulas adecuadas para el desarrollo del aprendizaje, también se debe tener en cuenta la comodidad, la facilidad que deben ofrecer los centros educativos para desenvolverse con mayor intensidad en tareas de aprendizaje. Además, no se limita al diseño en un contexto escolarizado, sino a cualquier tipo de contexto social (empresa, comunidad, familia, región, etc.). Algunos autores destacan importantes ideas acerca de la educación y la construcción social “ecologías de saberes” (De Souza, 2007), “los aprendizajes” (Cobo y Moravec, 2011). Ellos coinciden con el desarrollo de competencias cognitivas al igual que Bloom, que se refiere al aprendizaje como un proceso no lineal sino espiral porque es profundo y complejo con niveles de aprehensión y uso de los aprendizajes. Por eso, las diferentes teorías tienen como objetivo el pleno desarrollo de la psiquis humana, éstas son: Conductistas, constructivistas, cognitivistas, humanistas, entre otras. La participación activa del estudiante es la respuesta deseada que quieren lograr los docentes, generando estrategias, oportunidades.
La antropología social está presente en diferentes campos de acción, puede interactuar a través del estudio de la Lengua, las costumbres, los comportamientos sociales. En este aspecto, el docente es el orientador del aprendizaje por ser el que está científicamente preparado para desarrollar las capacidades, las situaciones de aprendizaje, los retos, tareas, de modo que asuma de manera consciente el valor de la responsabilidad que implica la autocrítica y la disciplina constante. El método heurístico entendido como un conjunto de pasos que deben realizarse para identificar en el menor tiempo posible una solución de alta calidad para un determinado problema y el aprendizaje basado en problemas son los más utilizados para lograr la interacción social. Morín (2001) impulsa la idea de que la noción de hombre está despedazada, por un lado el aspecto biológico y por otro, el de las Ciencias humanas, aparte está la psiquis, los genes, la cultura, etc. De modo que para que el estudiante pueda gestionar con autonomía su aprendizaje se necesita analizar la pertinencia curricular en los distintos escenarios de desempeño (contexto social, contexto institucional y micro-contexto áulico (Torelló, 2011); analizando varios enfoques respecto a una realidad humana compleja. No sólo es importante que el estudiante adquiera conceptos, sino que hay que ayudarlo a que aprecie la vida y sepa ser feliz, al mismo tiempo que sea solidario, comprometido y principalmente auténtico, de tal manera que pueda estar preparado para asumir el reto de vivir una vida digna según su condición de ser. Así pues, es iluso pensar que las instituciones educativas o el profesor en particular pueda transformar una sociedad inmoral en moral, pero lo que sí es real es que el sistema educativo y en él está el docente, tiene mucho de responsabilidad en la constitución de una sociedad que sea más justa y por ende más humana.
Es necesario recalcar que por su naturaleza, la educación en valores es eminentemente auto evaluativa, por cuanto no se enjuicia ni califica conductas morales. No se trata pues de colocar etiquetas a las personas, ni de cuestionar su moralidad personal sino de orientar, alentar y aconsejar. Desde esta perspectiva y teniendo como propósito general contribuir a la formación del deber ser de la persona todos deben asumir el compromiso de realizar acciones eficaces que se sustenten en el ejercicio pleno de la solidaridad, justicia, libertad y demás valores que posibiliten una convivencia civilizada. En tal sentido es válido preguntarse si la cultura de la paz es equivalente a una educación de calidad, cuales son los principios para ofrecerla y obtenerla. Por lo que es indispensable acordar una respuesta firme, comenzar por señalar quiénes somos y a dónde van los ecuatorianos, cuáles son sus valores y defectos, para elaborar el perfil de la educación, que ha de formar ecuatorianos capaces de interrelacionarse con el mundo que va globalizando la democracia.
2. LA LINGÜÍSTICA Y LAS CIENCIAS SOCIALES, CAMPOS PROPICIOS PARA DESARROLLAR UNA CULTURA DE LA PAZ
Adoptando la postura de Morín, autor que invita a enfrentar la realidad actual con responsabilidad para desarrollar las habilidades cognitivas es el docente quien orienta el aprendizaje y el llamado a gestionar satisfactoriamente los procesos de comprensión y de producción textual tanto por la vía oral como por la escrita y para lograr este propósito se pueden utilizar proyectos comunicativos interdisciplinarios; con una estructura simple y/o contenidos familiares, a modo de reflexión personal. En este sentido, cuando se llevan a cabo éstos procesos, el docente debe aplicar diferentes estrategias de comprensión lectora tales como: leer en alta voz, en silencio, en grupo, para una mejor toma de conciencia, juicios de valor, la crítica y la autocrítica, la reflexión y comentario de las problemáticas analizadas mediante textos descriptivos, explicativos y narrativos; así como crónicas, artículos periodísticos que hablen de su realidad social en su contexto histórico-cultural, como forma de gestionar posibles soluciones a los conflictos cotidianos. Al mismo tiempo, requiere intensificar el desarrollo de las cuatro habilidades básicas que son: comprensión auditiva, producción oral, comprensión lectora y producción escrita. La lectura es "una actividad situada, enraizada en un contexto cultural (...). Leer y comprender es "participar" en una actividad preestablecida socialmente"
Para evaluar el dominio que logren alcanzar los estudiantes, el docente puede aplicar una rúbrica de evaluación cualitativa con base a una lista de cotejos.
El docente diseña un sinnúmero de actividades que le permiten conocer las realidades de los estudiantes, estableciendo ambientes cooperativos donde puedan interactuar e interrelacionar a partir de sus conocimientos previos, así como reconstruir nuevos. El estudiante como actor principal del proceso de aprendizaje reconstruye sus conocimientos mediante procesos interactivos de participación a través de la ejercitación de operaciones intelectuales, donde pensar es un elemento determinante para su aprendizaje. Fomentar la Cultura de la Paz es viable mediante el estudio interdisciplinario que propicie en los estudiantes el desarrollo de competencias lingüísticas a fin de que puedan reconocer, descifrar, definir, clasificar diferentes medios de expresión y distintos tipos de enunciados que se los emplean para mejorar la comunicación y la coordinación de sus ideas. A continuación se destaca los siguientes parámetros:
1° Los límites de la expresión. – De acuerdo al sentido más amplio de la palabra:
a) Puede ser con fines estéticos o literarios, según el arte del escritor.
b) La manera impulsiva y espontánea, según su temperamento o experiencia.
c) La totalidad de la obra, comprende la actitud de la persona de acuerdo a su situación.
2º Los límites de los medios de expresión:
a) Las estructuras gramaticales tales como los sonidos, formas, palabras, etc.
b) Los procedimientos de composición; se refiere a los versos, los géneros y la descripción.
c) El pensamiento, incluyendo los temas, visiones del mundo y actitudes filosóficas.
3° La naturaleza de la expresión: La comunicación lingüística variará según el efecto que quiera dar el interlocutor.
a) Valores conceptuales, hacen referencia a un estilo claro, lógico y correcto.
b) Valores expresivos. Es un estilo impulsivo y pueril.
c) Valores impresivos. Es el estilo irónico y cómico.
4° Las fuentes de la expresión:
a) Psicofisiología de la expresión. Estilos según el temperamento, el sexo y la edad.
b) Sociología de la expresión. El estilo clásico de los diversos oficios, de las provincias.
c) Función de la expresión. Se refiere al estilo literario, administrativo, oratorio, etc.
5° El aspecto de la expresión. – De la naturaleza y de las fuentes surgen las siguientes definiciones:
a) La forma de la expresión.
b) La sustancia de la expresión, el pensamiento.
c) El sujeto parlante y su situación.
A partir del análisis sobre un problema social abordado por un autor, el docente puede hacer preguntas sobre las diferentes ideas asociadas con las problemáticas que quiere cuestionar, estas interrogantes van enfocadas con el fin de que el estudiante pueda criticar los diferentes enfoques, cultivar el arte de escuchar las opinión de su compañeros y juzgar de manera académica. En tal sentido, este debate propicia el desarrollo de competencias comunicacionales como la oralidad, la fluidez, el adecuado uso de su código lingüístico, la capacidad de analizar y sintetizar, la capacidad de establecer comparaciones. Todas estas actividades orales se complementan con el hábito de la lectura, que se pone de manifiesto como una de las competencias en las que más dificultad tienen los estudiantes universitarios ecuatorianos, por lo que debe tomarse en cuanta para desarrollo. “La falta de lectura es un tema cultural latinoamericano, no existen hábitos generalizados de lectura, la mayoría lee por obligación” (Alcívar, 2014, p. 60). Asimismo López (2014) afirma que se afectan los procesos sintácticos e inferenciales, el conocimiento de base y el nivel de vocabulario con la comprensión oral y la comprensión lectora; lo cual significa que la habilidad para deducir el significado a partir de un texto escrito requiere el desarrollo de estas competencias en el lenguaje oral. Los niveles de comprensión y los tipos de textos conllevan a la idea global, a la capacidad de localizar y extraer la información, a la interpretación, asociación e inferencia, a la reflexión sobre el contenido, a la utilización del conocimiento exterior.
Las IES requieren promover la diversidad cultural, de la riqueza de lo diverso mediante propuestas transculturales para propiciar el cambio de actitudes a favor de los valores y relaciones interpersonales e interculturales. El principal mecanismo es cultivar el juicio crítico evitando prejuicios mediante la capacitación en pensamiento crítico para el cultivo de los principios y valores. La comunicación constituye un instrumento de desarrollo social y por ende el factor clave para el desarrollo de la cultura de paz y de los derechos humanos lo que implica adaptarse a las diversas situaciones. El colectivo académico de “Lingüística y Ciencias Sociales” puede formular propuestas de regulación pacífica de los conflictos; además de implementar estrategias que permitan indagar, analizar y realizar valoraciones críticas a partir de diversos tópicos y perspectivas espaciales y temporales; diseñar líneas de trabajo y de intervención sobre situaciones problemáticas generadoras de conflictos, inspirados en los procesos de desarrollo social, organizacional y educativo.
El docente debe impulsar dinámicas de concienciación y resolución de situaciones conflictivas para contribuir a una perspectiva comprensiva, integradora e inclusiva. Además, debe conocer la dimensión educativa del conflicto y el papel de la mediación como estrategia resolutoria. Otra estrategia es fomentar el trabajo colaborativo a favor de la comunicación personal y cultural. Las actividades metacognitivas que están a cargo del docente para impulsar la reflexión, crítica y promover procesos de evaluación que permitan replantear criterios en relación a la cultura de paz y a sus implicaciones sociales, curriculares y educativas. Desde la asignatura de Metodología de la Investigación, los estudiantes pueden realizar investigaciones donde la cultura de la paz forme parte del análisis y su correspondencia con la proyección de la empresa como sujeto de estudio. En cambio, los docentes de la asignatura de Introducción a la Psicología pueden relacionar los contenidos mediante el estudio de casos, donde el comportamiento psicológico de los individuos se relacione con la actitud moral de acuerdo a los principios éticos a favor de la paz; por lo que el estudiante tendría que vincular la teoría con su proyección práctica en la toma de decisiones.
En relación con este aspecto, es necesario comprender los enfoques y modelos políticos, sociales, económicos, educativos y curriculares predominantes y sus repercusiones en el ámbito de la práctica social, política y educativa para responder a situaciones de conflictividad y de generación positiva del conflicto. Partiendo de la hipótesis de que la Paz resulta de la necesidad de una cultura con capacidad de orientar e implementar un mundo más pacífico. La educación juega un papel importante en este ámbito por esa razón es necesario que sea de calidad, siendo la base sólida y aportando una convivencia social positiva donde se fomente la democracia y los derechos humanos. La integración es necesaria en cada individuo porque el desenvolvimiento promueve una comunicación clara, activa, el interés por las demás personas, descubriendo gustos, actitudes, comportamientos, estilos de vida, fomentando la motivación, el equilibrio y evitando los conflictos violentos. La educación para todos concentra su atención en los derechos, la equidad, la revelación y la pertinencia para construir un nuevo paradigma en la educación como derechos de todos los miembros de la comunidad educativa. La cultura de la paz es significa más que la ausencia de guerra, que la persona decidan evitar, superar o reducir todo tipo de acto violento a fin de transformar la experiencia conflictiva o violenta en una experiencia productiva.
CONCLUSIONES
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