Anais Angela Chapelli Méndez Resumen
El estudio del rol paterno en condiciones de monoparentalidad es un tema
socialmente nuevo pues nos muestra una realidad distinta en algunas comunidades
en donde los hombres son jefes de hogares monoparentales; además es un tema con
un insuficiente abordaje teórico. Por estas dos razones urge entonces impulsar
estudios donde se caracterice el rol paterno y las contradicciones que lo
sostienen en este tipo de familias y donde se conozca la dinámica familiar en
condiciones de monoparentalidad. Es por ello que nos planteamos como objetivo
general de nuestro estudio caracterizar el rol paterno en familias
monoparentales.
Los resultados aportan información en torno a los elementos más importantes que
caracterizan el desempeño y el imaginario individual del rol paterno en familias
monoparentales. El análisis de estos aspectos y las conclusiones finales del
trabajo dieron respuesta al problema y los objetivos planteados.
Palabras claves: familia, rol paterno, imaginario individual, dinámica familiar
Abstract
The study of parental role in terms of socially single parental is an issue
because new shows a different reality where men are heads of single-parent
households, is also an issue with a theoretical approach inadequate. For these
two reasons then urges boost studies which characterized the single parental
role and what the contradictions that sustain this kind of families and knows
where the family dynamics in conditions of single parental. That is why we set
as our overall objective of our study to characterize the single paternal role
in single-parent families.
The results provide information about the elements more (important as that
characterize the performance and imaginary individual single parental roles as
single parents. The analysis of these aspects and the final conclusions of the
work responded to the problem and stated goals.
Keywords: family, paternal role, imaginary individual, family dynamics.
Universidad de Las Tunas, Cuba
anaiscm@ult.edu.cu
Introducción
En la actualidad podemos encontrarnos ante diferentes tipos de familia, tomando como criterio de clasificación su estructura: familias reconstituidas, familias nucleares (compuestas por la pareja (heterosexual u homosexual) con hijos o no, familias extensas (en ella conviven más de dos generaciones familiares), familias ampliadas y familias monoparentales. En cuanto a este último tipo de familia, se ha venido mostrando que la mayoría de hogares monoparentales están encabezados por mujeres.
No obstante, en los últimos años esta situación adquiere nuevos matices, pues están emergiendo familias monoparentales encabezadas por hombres, siendo un nuevo fenómeno en el contexto cubano. Su extensión está asociada a diversas razones, entre las que se encuentran: abandono del hogar de la figura materna, viudez, salida de la madre por misiones internacionalistas, etc. (Chapelli Méndez, 2007).El tratamiento de la figura paterna y su importancia no se ha consolidado teóricamente. En nuestro país aunque se ha estudiado la familia y se ha tocado el tema de la paternidad, los estudios acerca del rol paterno, principalmente enfocados desde la óptica del propio hombre, han sido escasos. Es a partir de finales de los 80 y la década de los 90 que se realizan estudios que enfocan al padre desde una posición positiva y promueven los beneficios de una asunción del rol de padres de forma participativa y empática. Tenemos referencia de los trabajos que ha venido desarrollando diversos autores cubanos en relación a este tema del rol paterno (Arés Muzio , 1990, 1996; Rivero Pino , 1998; López Arcia, 2000), siendo diversos los aportes que ellos nos han brindado, específicamente referidos a la importancia que reviste la figura paterna no solo para los niños considerados normales sino para los que presentan alteraciones psíquicas; a la contradicción rol- función, así como la propuesta de indicadores para el estudio del rol paterno.Con respecto al rol paterno en condiciones de monoparentalidad no tenemos referencia de ningún estudio, lo que implica que se desconoce la dinámica familiar existente en estas familias, la manera en que estos padres desempeñan su rol, cuáles son las actividades que ellos realizan así como los malestares y conflictos asociados a su desempeño. Urge entonces impulsar estudios donde se caracterice el rol paterno y las contradicciones que lo sostienen en este tipo de familias. Continuidad necesaria de los estudios exploratorios que hemos realizado en la región oriental de Cuba, específicamente en la ciudad de Las Tunas.
Por lo cual hemos formulado como interrogante de investigación: ¿Cómo se manifiesta el rol paterno en familias monoparentales de la ciudad de Las Tunas?
A partir del cual nos trazamos como objetivo general:
Caracterizar el rol paterno en familias monoparentales a través de un estudio de casos en la ciudad de Las Tunas.
Como objetivos específicos:
• Caracterizar teóricamente las significaciones imaginarias asociadas al rol paterno.
• Explorar el imaginario individual del rol paterno en familias monoparentales.
• Caracterizar el desempeño del rol paterno en familias monoparentales.
• Identificar indicadores de reafirmación o de contradicción entre lo asignado y lo asumido con relación al rol paterno.
El estudio del desempeño del rol paterno en familias monoparentales, donde los hombres constituyen la figura principal y responsable de la crianza de sus hijos desde la perspectiva del Enfoque de Género y bajo la metodología cualitativa es un tema de marcada novedad. Este estudio ha permitido adentrarnos en el análisis de un tema relevante para la sociedad cubana para conocer y analizar críticamente la visión de los hombres sobre el desempeño de su rol de padres de una manera particular a través del Estudio de Casos, así como los significados que ellos le atribuyen al ejercicio de su paternidad. Además, el estudio muestra también entre sus resultados una descripción del imaginario individual del rol paterno y la identificación de indicadores de reafirmación o de contradicción entre lo asignado y lo asumido con relación a la paternidad. También consideramos que, metodológicamente, este trabajo brinda una manera de abordar y estudiar el rol paterno en familias monoparentales que pudiera ser utilizada en otras poblaciones o investigaciones. Las conclusiones a las que arribamos posibilitan, por un lado accionar sobre la realidad estudiada al indicar éstas el núcleo hacia el cual debe dirigirse la atención y por otro, ofrece pistas para la orientación individualizada a los sujetos que lleguen a consultas con demandas y malestares asociados a la paternidad en condiciones de monoparentalidad.
Familia y monoparentalidad
A partir de los grandes cambios y transformaciones del mundo contemporáneo, tales como: la incorporación de la mujer al trabajo y su acceso a puestos de dirección, el desarrollo científico que posibilitó la producción de métodos para la anticoncepción, la eliminación progresiva de los sostenedores externos del matrimonio (dependencia económica, prescripciones religiosas y morales), la revolución sexual, el movimiento feminista y su batalla contra la autoridad patriarcal, el individualismo creciente en algunas sociedades (ahora se cuestiona la relación en la que se diluye el yo en el nosotros), el conflicto con que se vive lo asignado en cuanto a roles a partir del cuestionamiento ( padre-madre, hombre-mujer: antes no había conflicto, en todo caso resignación), la redefinición de términos como autoridad y obediencia. , la familia se ha diversificado en su composición, estructura y tipología; han cambiado las formas de hacer pareja, las pautas de crianza y los modelos de paternidad y maternidad.
La panorámica actual no sugiere la extensión de la familia sino su transición a nuevas formas organizativas, una de ellas está representada por las familias monoparentales.
Las familias monoparentales son las compuestas por un solo miembro de la pareja progenitora (hombre o mujer) en diversas situaciones como:
Separación conyugal o divorcio.
Fallecimiento de un progenitor.
Ausencia permanente o prolongada de un progenitor:
- Enfermedades y hospitalización.
- Motivos laborales.
Emigración
- Encarcelación
- Exilio y guerras
Históricamente las estadísticas han mostrado que la mayoría de hogares monoparentales están encabezados por mujeres. Sin embargo, actualmente están surgiendo familias monoparentales encabezadas por hombres.
Una mirada a las familias monoparentales desde la Psicología muestra que las características estructurales de las mismas condicionan una dinámica diferente a la de otras tipologías familiares. Implica para el jefe de hogar, en numerosos casos, desempeñar de modo independiente algunas funciones de la familia.
En el seno de la familia monoparental la relación rol de hombre – rol de padre adquiere matices peculiares, puesto que el hombre asume el protagonismo total en el cuidado de los hijos y la realización de las labores domésticas, a la vez que desempeña las tareas supuestamente masculinas, las cuales han sido asignadas y forman parte de su identidad (sustento económico, proveedor, autoritario, etc.) Esta pluralidad de funciones puede llevar a una relación conflictuada entre los roles masculinos.
Son múltiples los retos que entraña para el hombre ser figura principal o jefe de un hogar monoparental, y más cuando su nuevo rol de padres en condiciones de monoparentalidad supone realizar actividades supuestamente femeninas que pudieran, desde la cultura patriarcal, lacerar su virilidad. El creciente índice de familias monoparentales en Cuba demanda la realización de investigaciones que contribuyan a desmitificar la negatividad de la situación monoparental en el sentido de la incompatibilidad de la relación rol de hombre – rol de padre.
Lo real es que la monoparentalidad no tiene una valencia positiva o negativa en sí misma, ello depende de los estilos educativos que se empleen, la forma de ejercer los roles e imponer la autoridad, los ingresos económicos y la relación con la figura ausente.
¿Qué significa entonces ser padre? ¿Cuáles son las significaciones imaginarias asociadas al rol paterno?
Ser padre es colaborar en la formación y educación de una persona e influir a través del vínculo con ella en su salud, su desarrollo y su felicidad. No obstante muchos hombres encaran la tarea de ser padres con mucha ansiedad por el temor que produce su ejercicio.
No es una tarea fácil y más cuando no existen ni escuelas ni recetas para aprender a ser padres sino que hay que aprender siéndolo realmente, hay que aprender por experiencia, probando y errando, mayormente errando.
La función paterna encierra todo el conjunto de acciones que desarrolla esta figura para por medio de la cooperación dar cumplimiento al conjunto de las funciones familiares. Incluye el aporte económico proveniente de su actividad laboral para contribuir a la existencia física de toda la familia, su participación en la realización de las tareas domésticas, conjuntamente con la madre encarna la autoridad dentro del hogar y debe a la par de ésta, mantener una comunicación franca y abierta con los hijos y brindarles el afecto necesario para formarle una personalidad armónicamente desarrollada; además de desempeñar un papel muy activo en su educación y en la transmisión de valores, normas, juicios, ideas morales acorde con las existentes a nivel social. En esencia, el ser padre significa ocupar una posición en la estructura social, cuyas normas y expectativas asignadas constituyen toda una carga socio-cultural que no se elige, sino que está históricamente determinada por los intereses económicos, sociopolíticos e ideológicos dominantes. Estas determinantes condicionan la manera de expresar la paternidad y actúan como normas organizadoras de la vida cotidiana, llegando a concebirse como lo natural, lo dado.
Hablar entonces del rol paterno, implica referirnos a asignaciones sociales que han sido construidas históricamente por una cultura y una estructura social de poder, que marcan y matizan las relaciones que se han establecido entre padres/ hijas(os), situación que explica el por qué en la relación de los padres con los hijos / as, tradicionalmente y de forma general, ha primado el control y su participación ha sido como autoridad última o principal en el proceso de educar pero no en lo referente a trasmitirles afecto y más cuando esta es una de las expropiaciones del género masculino. Ser un padre bien visto por la sociedad para muchas personas ha significado (estereotipo aceptado socialmente) servir de sustento económico del hogar, tener autoridad para sobrellevar las riendas de la casa y tener siempre la razón, ser fuerte de carácter y sentimientos y encaminar a los hijos por el camino del bien y en ese ideal se han atado, esa ha sido su guía conductual, la que ha señalado la vida, la historia, las condiciones sociales existentes y la que ha marcado por tanto el rol que han de desempeñar como padres; sin embargo a las madres, se muestran como el consuelo en el hogar, están vinculadas al afecto y al cariño y son dedicadas y preocupadas en el cuidado y educación de sus hijos.(Rivero Pino, 1998)
Así, mientras el binomio mujer-madre es inseparable, reconociéndose la identidad de la mujer a través de su rol de la maternidad, fin para el cual ha sido preparada desde pequeña, la paternidad no constituye un elemento que define la identidad del hombre pues es una de sus expropiaciones del rol masculino. Evidencia de ello, es la escena cotidiana habitual en los varones donde son censurados por jugar con muñecas, este hecho tan aparentemente trivial distancia a los varones desde edades tempranas del rol paterno. Tal y como refiere Rivero Pino (1998): “A él se le prohíbe jugar a ser papá, se le trunca el desarrollo de ese sentimiento y junto a ello toda la carga afectiva que lo acompaña. De esta manera el varón se va educando en que su lugar no está donde está su hijo, sino fuera del hogar como proveedor y sustento económico de este y que su responsabilidad es básicamente la de ejercer la autoridad”.
En este sentido a los hombres se les ha expropiado el ejercicio de una paternidad cercana y afectiva, se considera que la función del padre y su labor educativa radican precisamente en la capacidad que este tenga de ser prohibitivo, temperamental y rudo, capaz de imponer respeto. Se les expropia la paternidad cercana. El ser proveedor legitima y justifica su ausencia. Según Patricia Arés (1996), las cargas culturales promueven para el hombre una paternidad representativa (en tanto autoridad, sostenedor del hogar) y periférica (a distancia). La responsabilidad con los asuntos de la crianza como alimentar, cuidar, enseñar a valerse por sí mismos y mimar afectivamente, queda en manos de la madre. Las madres se muestran como el consuelo del hogar, precisamente, porque es la que más tiempo permanece en el mismo, participando en las tareas de reproducción y ocupándose de todo lo referido a los hijos, a ella están más vinculados el afecto y la comunicación.
Sin embargo, las investigaciones de algunos autores cubanos (Gordillo Raiza, 1994; Rivero Pino, 1998; López Arcia, 2000) reflejan emergentes de cambio desde la percepción del rol de los propios padres que sirvieron de muestra, según los cuales el padre también debería ser el amigo, el consejero, con quien siempre se pudieran comunicar los hijos/as y conversar de sus asuntos íntimos, quien les demuestre amor, que fueran bondadosos, cariñosos, corteses, que no fueran dominantes, que pasaran tiempo con su familia y que compartieran las tareas del hogar, entre otras. En contraste con lo anterior, la realidad muestra que la participación de los padres en estas tareas implica asumir e involucrarse en labores tradicionalmente femeninas que lesionan su virilidad. Es por eso que pensamos que existen notables contradicciones entre los elementos instituidos e instituyentes del rol paterno.
Paternidad en el contexto cubano. Indicadores para su estudio.
Los estudios en Cuba sobre el rol paterno, incipientes e insuficientes todavía se han venido erigiendo gradualmente como un tema importante y de obligada discusión en la comunidad científica. Las primeras incursiones sobre la temática y sus aportes teóricos metodológicos fueron difundidos en el contexto cubano a partir de finales de los 80 y la década de los 90, las cuales promueven los beneficios de una asunción del rol de padres de forma participativa y empática.
Tenemos referencia de los trabajos que han venido desarrollando diversos autores cubanos, algunos de ellos adjudicados a la Dra. Arés Muzio (1990; 1996; 2002). Esta autora realizó un estudio acerca de la disfunción paterna y el desarrollo infantil, constatándose que la figura paterna reviste gran importancia no sólo para los niños considerados normales, sino para los que presentan alteraciones psíquicas. No obstante, en estos segundos la disfunción paterna aparece con mayor frecuencia, lo que indica que puede considerarse un factor potencial patógeno o de riesgo.
El Dr. Rivero Pino (1998) es otro de los autores que aborda la temática del rol paterno desde un enfoque psico-sociopolítico, adentrándose en el análisis de un asunto de gran relevancia para la sociedad cubana: la reproducción de formas inadecuadas de pensar la paternidad y las funciones de los padres, y su nexo con prácticas disfuncionales para la relación padre-hijo y familia-sociedad.
A partir de su estudio el autor nos declara otra contradicción asociada al ejercicio de la paternidad: la contradicción que se presenta entre la asunción del rol paterno y su función, explicándonos que: “La función que deben jugar los padres se distancia del rol que desempeñan. Dicha función esencialmente consiste en descubrir (hacer conscientes) las necesidades básicas y las contradicciones fundamentales que en cada etapa de la vida de los hijos potencian su crecimiento saludable. Este autor propone una metodología para el estudio del rol paterno así como diversos indicadores a tener en cuenta, haciendo alusión al cómo se comportó algunos de ellos específicamente en el grupo de los padres. Entre estos indicadores se encuentran: ofrecer seguridad, afectividad, trasmisión de valores, autoridad y comunicación.
Como hemos podido apreciar a partir de estos estudios, podemos visualizar las diversas asignaciones al rol paterno que las muestran estudiadas han declarado, las formas en que estos padres las han asumido y los indicadores que estos autores han definido para el estudio del rol paterno, los cuales consideramos de valiosa significación en las construcciones teóricas y metodológicas acerca del tema de la paternidad en Cuba y constituyen un antecedente importante para esta investigación.
Particularmente para el cumplimiento de los objetivos de nuestra investigación hemos definido los indicadores para estudiar el rol paterno en condiciones de monoparentalidad, estos son:
Afecto y comunicación: estilo de relación del padre con sus hijos en cuanto a comunicación verbal y contacto físico, teniendo en cuenta el flujo de emociones que se propicia en esta relación, alude a las formas de expresar sus sentimientos con sus hijos y de comunicarse con ellos.
Participación doméstica: implicación del padre en las tareas hogareñas, la manera en que las realiza así como las vivencias asociadas a su desempeño.
Autoridad: desempeño de las funciones de dirección y decisión en el hogar por parte del padre, los métodos utilizados para ejercerla y las vivencias asociadas.
Conclusiones
El análisis realizado de los estudios de paternidad nos permitió identificar como elementos característicos de las significaciones imaginarias asociadas al rol paterno:
- las significaciones imaginarias asociadas al rol han sido construidas históricamente desde una cultura –patriarcal- y una estructura social de poder, que marcan y matizan las relaciones que se han establecido entre padres/ hijas(os),
- la asunción del rol paterno implica enfrentarse a nuevos y constantes desafíos y responsabilidades ya que los hombres no transitan por un proceso de socialización que los entrene para el ejercicio de la paternidad.
- las significaciones instituidas del rol paterno se concretan fundamentalmente en servir de sustento económico del hogar, ser protagonista de la toma de decisiones trascendentales y ser fuerte de carácter para imponer la disciplina y el respeto.
- el imaginario social contiene aspectos instituyentes que indican los emergentes de cambio con relación al rol paterno. Se destacan la participación en las tareas domésticas, la asunción de algunas responsabilidades en el cuidado de los hijos y la expresión de afectos.
-el imaginario social instituido del rol paterno deviene de los contenidos asignados al género masculino por la expropiación del ejercicio de la paternidad que estos contenidos determinan, lo que entra en contradicción con los elementos instituyentes del rol paterno asociados a la expresión de los afectos y a una paternidad cercana.
La exploración del imaginario individual nos permitió apreciar:
- la confirmación de las significaciones instituidas e instituyentes develadas en los estudios de paternidad en Cuba.
- que el imaginario individual del rol paterno en los padres estudiados devela la valoración de la paternidad en condiciones de monoparentalidad como sustitutiva, a partir de la polarización de asignaciones a los roles materno-paterno y la ausencia de la figura materna, lo que constituye una fuente importante de conflictos y malestares al suponer una dislocación del rol masculino.
En cuanto al desempeño del rol paterno en familias monoparentales este pasa por un proceso de redimensionamiento, pues añaden a las tareas asignadas al rol tradicional (proveedor y el ejercicio de la autoridad) aquellas labores asignadas al rol materno (cuidado y educación de los hijos, transmisión de afectos, preocupación por el aprovechamiento académico de los hijos y la realización de actividades domésticas).
La asunción del rol paterno en condiciones de monoparentalidad implica la realización de tareas tradicionalmente femeninas”, abandonando gradualmente la habitual posición masculina de un “ser para sí mismos”, lo cual guarda relación con la visión que también tienen del rol asumido, como sacrificial y de esfuerzo personal. No obstante, esta situación de “heroicidad” deviene en autovaloraciones positivas que les reportan placer y satisfacción desde la asunción de una paternidad cercana y afectiva.
Las vivencias asociadas al desempeño de este rol develan malestares vinculados a la realización, específicamente, de actividades domésticas que continúan siendo concebidas dentro del rol femenino, no siendo así con la expresión de los afectos, que asumen con satisfacción como una responsabilidad de ellos también. Otro de los malestares referidos tiene que ver con el rompimiento de la estructura y dinámica familiar, pues la familia nuclear constituye socialmente el ideal familiar.
La manera en que ejercen el rol paternal estos hombres y los comportamientos asociados a estos están asociados a los referentes de los padres que tuvieron, a la manera en que sus esposas lo hicieron y a los contenidos del rol masculino.
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