Sissy Indira Gómez Calderín *
Adriana Mercedes Ortiz Blanco **
Universidad de Oriente. Cuba
sissy@uo.edu.cuResumen.
Fernando Boytel Jambú es sin lugar a dudas una de las grandes personalidades del devenir histórico, social y cultural de Santiago de Cuba, a pesar de sus meritorios aportes en diversos campos de las ciencias naturales e históricas; su labor ha sido poco divulgada y estudiada en el marco intelectual de Cuba. Esta investigación realiza un estudio de los trabajos inéditos de Fernando Boytel y así desentrañar su contribución a ciencias como la Historiografía, en Santiago de Cuba en el período de 1962-1986.
Palabras claves: historiografía-contribución-Boytel-ciencias-inédito
Abstract
Fernando Boytel Jambú is undoubtedly one of the great personalities of the historical, social and cultural evolution of Santiago de Cuba, despite his meritorious contributions in various fields of natural and historical sciences; its work has been little divulged and studied in the intellectual framework of Cuba. This research makes a study of the unpublished works of Fernando Boytel and thus unravel his contribution to sciences such as Historiography, in Santiago de Cuba in the period of 1962-1986.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Sissy Indira Gómez Calderín y Adriana Mercedes Ortiz Blanco (2018): “Contribución de Fernando Boytel Jambú a la Historiografia 1962-1986.”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (enero 2018). En línea:
http://www.eumed.net/rev/caribe/2018/01/fernando-boytel-historiografia.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1801fernando-boytel-historiografia
Fernando Boytel Jambú nace el 4 de agosto de 1914 en la zona de Palmarito del Cauto, en la provincia de Santiago de Cuba. Los primeros años de Boytel estuvieron determinados por un entorno y ambiente familiar favorables que le permitieron llevar en aumento su sagacidad para diversos conocimientos. Fue determinante el aliento de su padre quien lo vinculó al proceso de la producción de la horchata de ajonjolí, dado que la comunidad en la que vivió le brindó diferentes matices.
En 1937 se gradúa de bachiller y al año siguiente obtiene el título de Perito Tasador de Tierras. A partir de entonces comienza a trazarse una línea que estaría marcada por una intensa labor científica y una abundante producción de obras que no solo irían por el camino de la ciencia sino que también tendrían un marcado tono literario con la elaboración de algunas novelas, que desafortunadamente nunca llegaron a publicarse.
Para 1940 motivado por su profesor Pedro Cañas Abril ingresa al Grupo Humboldt, donde encontraría campo fértil para fomentar sus conocimientos de arqueología y encontrarse con lo que se convertiría en su mayor pasión: los franceses y las haciendas cafetaleras francesas en la Sierra Maestra, fundamentalmente en la Gran Piedra.
Como miembro del grupo, Boytel tuvo la posibilidad de participar en la gran mayoría de las excursiones que se llevaban a cabo, en las cuales tuvo a cargo la redacción de las crónicas del
La cientificidad depositada en estos trabajos viaje, o el estudio del sitio arqueológico le permitió llevarlos a diferentes congresos de Geografía e Historia realizados en el país, como el Primer Congreso de Geografía en Cuba, con la ponencia Descenso a la sima de Morlote, que le valió no pocos elogios de los participantes.
Se incluye en esta lista el trabajo Residuario de Cayo Caimanes en 1947 en el V Congreso de Historia. Los archivos de Santiago de Cuba en la Época Republicana (1899-1959) fue expuesto en el Décimo Tercer Congreso de Historia en 1960 y otros, que aunque no se encuentran en existencia, se tienen referencias, como es el caso del trabajo Enterrorio de Demayajabo del cual se conoce poseía un croquis de los reconocimientos arqueológicos hechos en la Provincia de Oriente por el autor y descripciones de las cuevas de Jagüey, llevado al X Congreso de Historia en 1953.
En diciembre de 1944 a la edad de treinta años Boytel asume la dirección del museo Emilio Bacardí. Su labor en esta institución marcó pautas dentro del panorama museológico del país, enarbolando nuevos conceptos y directrices, fruto de un amplio conocimiento de la historia y las diversas ciencias en las que esta se apoya; ahí desarrolló disímiles actividades que marcarían las funciones de este museo para profesionales y público en general. En abril de 1962 Boytel presenta su carta de renuncia al cargo de director del museo “Emilio Bacardí” para formar parte de la Regional Sur de Oriente del Ministerio de Obras Públicas en el Departamento de Planificación Física.
Estos años marcaron la consolidación de una de sus grandes pasiones -los franceses en la Sierra Maestra-, materializado en un proyecto sin precedentes: la restauración del cafetal “La Isabelica” de conjunto con el desarrollo del Parque Nacional Gran Piedra, encargado personalmente por Fidel Castro.
Hasta los últimos años de su vida, aunque de forma más sosegada, se mantuvo activo, vinculado a proyectos del Instituto de Planificación Física de Santiago de Cuba. Mucho fue el camino recorrido por Boytel desde que comenzó sus primeros estudios juveniles hasta alcanzar la madurez científica. Durante este tiempo no perdió el ímpetu de trabajo y la innovación multifacética que lo caracterizó. Su empirismo fue la raíz de todo su fruto investigativo, que supo conectar con la cientificidad en un momento histórico en donde apenas se utilizaba la integración de diferentes disciplinas académicas para tratar un objetivo común.
Varios son los materiales dedicados al estudio de la obra y el quehacer historiográfico de esta personalidad de la ciencia santiaguera y cubana en general, entre los que podemos citar: Tres siglos de Historiografía Santiaguera bajo la coordinación de Rafael Duharte Jiménez, Olga Portuondo e Ivette Sóñora Soto, dentro de la misma bajo la pluma de Juan Manuel Reyes Cardero, cuyo principal objetivo es: plasmar los principales aportes de su obra publicada. Entre estos destaca: “Restauración de un cafetal de los colonos franceses en La Sierra Maestra”, “Una colonia sueca en la parte Oriental de Cuba”, entre otros, en el 2005 la Oficina del Historiador de la ciudad publica la revista Memorias, no.2; que contiene un trabajo de la doctora. Adriana Ortiz Blanco y el profesor Juan Manuel Reyes: “Etapas de la vida científica de Fernando Boytel Jambú”; en este los autores establecen una cronología para el estudio de la vida y obra de esta figura: etapa formativa (1930-1960), etapa de consolidación práctica de su teoría científica (1960-19670) y clímax de su madurez científica (1970-1986). Otro de los trabajos que podemos citar: Ciencia y cultura en la obra de Fernando Boytel de los autores citados, está conformado por una serie de artículos que responden a varias de las facetas del conocimiento de Boytel; su papel como pionero de la arqueología santiaguera, sus estudios sobre la presencia de los franceses en la Sierra Maestra y su trabajo como director del Museo Provincial “Emilio Bacardì”.
Otra contribución al estudio de la obra de Boytel es la tesis de doctorado de la profesora Adriana Ortiz Blanco: “La perspectiva filosófica de la relación hombre-naturaleza y su expresión en figuras representativas de la ciencia en Cuba” en 2007, que expone la labor de Boytel desde la perspectiva de los estudios y análisis filosóficos, analizando la óptica de la relación hombre-mundo dentro de sus trabajos, marcados en su mayoría por el estudio de fenómenos principalmente de las ciencias naturales, sin desvincular el entorno natural del social, y destacando los efectos de este en la vida del hombre; cómo condiciona su forma de vida y cómo la transforma en pos de satisfacer sus necesidades materiales y espirituales. No debe dejar de mencionarse el trabajo de diploma de los estudiantes de la carrera de historia, Juan Carlos Peña Chacón y Rome Spick Fis, titulado: “Apuntes para un estudio de la vida y obra de Fernando Boytel Jambú” en 2005.
Estos estudios tienen su base en la producción científica publicada durante esos años, sin embargo no hacen referencia a su obra inédita, aspecto que constituye el objeto de estudio de esta investigación, entre los años 1962 y 1986, que pretende realizar un análisis de la contribución que Boytel realiza a la historiografía santiaguera a través de estos trabajos poco o casi desconocidos por la comunidad científica santiaguera.
Su período de trabajo dentro del Instituto de Planificación Física fue uno de los más fructíferos para su producción bibliográfica, de gran relevancia en el marco científico cubano. Hombres y Huracanes y Geografía Eólica de Oriente, han tenido espacio en los principales trabajos que tratan su obra publicada.
Gracias a varios compañeros, como Augusto Castillo y Edgar Ivonet, que donaron documentos inéditos, pudieron develarse importantes trabajos orientados mayormente hacia aspectos poco estudiados --para la época – de la historia de Santiago de Cuba, que destacan por lo novedoso de la temática y por su peculiar forma de escribir. Algunos no están redactados precisamente para ser publicados, pero contribuyen a sistematizar el lugar ganado por el autor dentro del ámbito historiográfico santiaguero desde 1962 hasta 1986
Varios de estos trabajos serán tratados a continuación.
“Secuencia histórica de los Recursos Naturales de Cuba: Introducción al estudio de la Evaluación de Recursos Naturales” (1974).
Siguiendo el método de lo general a lo particular el primer aspecto que aborda en este trabajo es ¿qué se entiende por Recursos Naturales?2 Sobre esta base destaca cómo puede cambiar la perspectiva de los recursos naturales en las civilizaciones, que se suponen sean los mismos: agua: madera, alimentos, etc., pero cuando estos se someten el uso de la tecnología pasan a ser: petróleo, mercurio y otros que son indispensables para el avance científico y tecnológico de la sociedad.
A continuación clasifica los Recursos Naturales, y el valor que poseen para el hombre. Ilustra con mayor claridad sus planteamientos al incluir un recuadro que recoge las características fundamentales de los mismos teniendo en cuenta los siguientes aspectos: tipo de recurso, relación de uso en un período de tiempo con respecto al uso en los siguientes períodos, posibilidad de incrementar su uso en otros períodos, relacionadas con actividades actuales, alternativa de administración y ejemplos. Para este trabajo Boytel toma los datos de John F. Timons: Comité de Conservación de Suelos y Aguas del Buró de Agricultura, Academia Nacional de Ciencias, Washington. El estudio que se realiza de los diversos enfoques que da al tema, permite comprender qué papel juega el espacio en el desarrollo de la sociedad -económico, político, social, cultural e histórico-, además de la relación inseparable entre el medio –espacio- y la sociedad.
En otro momento del trabajo explica algunas teorías y principios planteados por grandes figuras con respecto a los recursos naturales, su evolución y perspectiva. Una de las primeras tesis que tiene en cuenta es la de Thomas Robert Malthus, economista inglés, el primero en formular la tesis de que: “la población crece en relación geométrica, mientras que los alimentos lo hacen en relación aritmética.”3
Entre los méritos que Boytel resalta sobre esta tesis podemos citar: Enfoque del medio-sociedad; estudio de la evolución del medio; estudio de la sociedad; pronóstico futuro del destino medio- sociedad.
Contrario a esto señala como puntos negativos: culpar a las masas del atraso (realmente son sus explotadores los responsables), el desconocimiento de las posibilidades de la técnica para incrementar la producción, desconoce la capacidad que hay dentro de la propia población para resolver sus propios problemas. Se le señala su visión de ver a la clase trabajadora como un instrumento y no como la parte más importante de la sociedad, papel que le fue reivindicado por la teoría marxista y su Concepción Materialista de la Historia. En Cuba estas ideas comenzaron a circular, y el autor considera a Arango y Parreño como uno de sus grandes y primer exponente, que posteriormente apoyaría su obra en David Ricardo. (BOYTEL, 1974: 3).
David Ricardo, estadista inglés de origen judío, toma parte también dentro de este estudio. Si bien explica que en algunos momentos contrarrestó a Malthus, aún mantenía a la clase trabajadora como un instrumento en manos del capitalista: “Ricardo consideró que algunas técnicas podían mejorar algo las posibilidades de mantenimiento de la población. Señaló además “que las mejores tierras (suelos) serán utilizadas primero; con el incremento del uso y las tierras más pobres como una necesidad, afectando las cualidades, tamaño por un lado y la población por otra”. (BOYTEL, 1974: 4).
Continúa el análisis con Richard Jones, economista inglés. Boytel se refiere a él como un seguidor de la cátedra de Malthus, que introdujo cambios sustanciales a sus ideas, y como estudioso de la Historia analizó el medio en su conjunto, defendiendo la tesis de que: “con el crecimiento de la población en un bien gobernado estado próspero, el reino (Command) de los alimentos en vez de disminuir aumentan”. (BOYTEL, 1974: 4).
La tesis antes expuesta es clasificada y dividida por Boytel en grupos, lo que hace más unitario su trabajo; con estos economistas cierra el primer bloque que contiene según el autor, los que apoyan de manera firme lo que posteriormente se conocería como determinismo geográfico4 .
Continuando en el panorama internacional hace alusión a la figura de Alejandro von Humboldt, alemán y Geógrafo: el resultado de su obra fue la cimentación de las bases de los conceptos sobre los recursos naturales, los países y sus poblaciones. (BOYTEL, 1974: 5). En el contexto nacional introduce a Jacobo de la Pezuela y Rodríguez como seguidor de la obra de Humboldt. Cita a Jean Jacobo Rousseau (1712-1778), de él destacó sus ideas relacionadas con particularidades de las sociedades de su tiempo, recogida en su obra cumbre: “El Contrato Social”, enfocando de una nueva manera el aspecto de los recursos naturales.
Las diferentes tesis que se manejan en torno a este tema son clasificadas por Boytel en dos grupos: el Conservacionismo y el Humanismo. En este trabajo se detiene en el Conservacionismo, que consiste en extender el uso de los suelos y por tanto aumentar la producción de alimentos gracias al uso de la técnica y de maquinarias (tractor, trilladoras mecánicas y la aparición del ferrocarril, etc.) que mejoran el rendimiento, lo que permite que disminuya la mano de obra y el costo de producción. Según Boytel, esta idea adquirió fuerza desde mediados del siglo XIX entre los norteamericanos, desarrollándose todo un movimiento en pos de proteger el medio para así preservar nuestras fuentes de alimentos, entre estos menciona: “control de erosión, vedas para fauna, control de agua, forestal, guardabosques contra incendios y forestales y la plantación”. (BOYTEL, 1974: 5). Pero sin embargo, como es de esperar todo pasa a manos del capitalista o poco o nada para el trabajador.
En síntesis explica que el uso de la tecnología y el desarrollo de la ciencia han permitido encontrar soluciones más ajustables a los problemas actuales y desechar teorías catastróficas como la de Malthus, en las condiciones actuales no tan lejos de la realidad. Para Boytel, el origen de los recursos es la Naturaleza y el promotor de este descubrimiento: el hombre.
En Cuba el tema de los recursos naturales, su protección y planificación tuvo su mayor defensor tras el triunfo revolucionario de enero de 1959 en la figura de Fidel Castro revolucionario medular el cual proclamó el sistema socialista tras la guerra de liberación, realizándose en Cuba el patrimonio estatal de los recursos naturales y la liberación humana de las desigualdades sociales. (BOYTEL, 1974: 6).
Hasta aquí Boytel establece cronológicamente cuáles han sido las tesis más relevantes en torno al tema de los recursos naturales, y de forma más específica el comportamiento de la relación medio–sociedad, aunque pese a no ser un material de análisis profundo, establece de manera didáctica el contenido, permitiendo una comprensión básica para el lector.
Este aspecto del mencionado trabajo de Boytel Jambú recrea de manera cronológica cómo a través de la Historia de Cuba, desde Hatuey hasta Fidel Castro, y a lo largo de todo el proceso de liberación de la nación, se ha visto imbricado el tema de los recursos naturales; en este caso en el aspecto de la defensa del suelo, los recursos y la lucha contra aquellos que intentaron usurparlo.
Ejemplo de esta cronología encontramos:
Hatuey 1514: Representa la protesta armada del indio contra la usurpación española a su ámbito de recursos naturales: casa, pesca y oro (el indio no le asignaba valor al oro) […]
Céspedes: usuario del maquinismo, se rebela contra la opresión colonialista sobre los recursos naturales apelando a la guerra para eliminar la esclavitud. Mantiene la propiedad privada de los recursos naturales […]
Gerardo Machado reafirmó el Latifundio y desarrolló los viales e industrias diversificadas. Con la opresión favoreció el precarismo […]
Fidel Castro reconsidera el valor de los recursos naturales, ejecutando su recuperación a fueros del Estado, nacionalizando: la minería, la hidrología, los marítimos, el suelo, la cobertura vegetal (foresta) caza, pesca y la energía […] (BOYTEL, 1974: 8).
El mérito de este trabajo no radica en su extensión, fue elaborado de manera muy simple, lo que hace menos tediosa su lectura y facilita la comprensión para aquellos que conocen el tema, sino en el manejo adecuado y didáctico de su contenido y la línea a través de la cual se enfoca para explicar esta temática, usando una breve cronología en el marco del proceso histórico cubano.
El estudio del espacio (medio) y por tanto de los recursos naturales, no es solo una línea de investigación y de debate para economistas o politólogos, sino también para el historiador, porque el hombre desarrolla toda su existencia en un espacio y tiempo determinado según afirma Pierre Chaunu5 : “La supremacía que el hombre da al espacio, es otra dimensión –la primera, la más misteriosa es la del tiempo, que la historia se esfuerza por aprehender-, la supremacía del espacio, la desigual distribución de los hombres sobre la tierra, nos enseña esta lección. Por otra parte, esta desigualdad, lejos de atenuarse, es fruto del desarrollo”. (CHAUNU, 1974: 203).
Todo el devenir y el rumbo que han tomado las diferentes sociedades y civilizaciones han tenido condicionantes geográficas, por lo tanto es imprescindible que el historiador haga suyo este tipo de estudios.
Aunque no está dedicado al panorama local, es sin lugar a dudas un estudio novedoso en el ámbito historiográfico santiaguero de la época, distinguiéndose por su contenido, la promoción a través de la temática histórica de la relación hombre–naturaleza, lo que denota su amplio manejo de las ciencias naturales e históricas.
Otro trabajo importante de Boytel Jambú lo constituye: Historia de la Gran Piedra donde inicia con las primeras noticias. Introduce con la llegada de Colón a Cuba, su consiguiente viaje por la Isla y su llegada al puerto de Santiago o “Santiago del Rey” como él lo denominó, planteando su duda o la duda existente a una confirmación de este hecho.
“Sin duda el Almirante y sus compañeros fueron los primeros europeos que vieron la Gran Piedra, montaña que se perfila de manera excepcional vista desde el mar, destacándose tanto por ser la más elevada, como por tener en su cima la inmensa mole de roca característica suya. Sin embargo Colón, no habla o no parece hablar de esta montaña”. (BOYTEL, 1963:1)
Describe la declaración de Santiago de Cuba como capital hasta su traslado a La Habana y las consecuencias que esto acarreó; situación que se vio agravada con el ataque de los ingleses a esta parte del país, lo que se resumió en una gran miseria.
Entre sus páginas le dedica un espacio a Francisco Arango y Parreño, donde lo califica como un hombre inteligente y culto, “político colonialista de visión panorámica y espíritu inquieto”. (BOYTEL, 1963:4).
Explica que el principal trabajo de esta figura consistió en la lucha para fomentar la agricultura y la industria en el país, acción que –en opinión de Boytel- debía desarrollarse a partir de la copia del modelo inglés y francés del trabajo y los resultados en las colonias que estos poseían en el Caribe, como Haití y Jamaica. Boytel Jambú sintetiza en la labor tan encomiable que desarrolló, con el objetivo de cumplir esta meta; al final malograda por azares de la vida. Hace mención de su actividad política y su lucha contra la esclavitud, así como su deseo de que franceses e ingleses residentes en estas colonias emigraran hacia el país luego de la revolución haitiana, proyecto que eventualmente se vería materializado. Estos aspectos que se enumeran ameritan que lo incluyera dentro de su obra, puesto que su trabajo fue una premisa en el posterior poblamiento de La Gran Piedra por colonos franceses.
Analiza la Vida en Santiago de Cuba en el siglo XVIII destacando la emigración de los colonos y la economía que se desarrolló en la Sierra Maestra como un “destello de luz” en medio de la oscuridad política, cultural y económica de la ciudad. “Si miserable y desgraciada era la vida de los negros esclavos, peor era la de los libres en que ni siquiera tenían el privilegio de tener quien los alimentase. Los blancos por otro lado vivían prácticamente de la rapiña y la explotación inmisericorde de sus semejantes […] (BOYTEL, 1963:6)
Describe la situación económica en estado precario donde los principales productos eran de mala calidad y en pocas cantidades, comercio de rapiña como consecuencia de una pobre industria y malas comunicaciones como consecuencia de las pocas industrias, atraso de la agricultura y pobreza del comercio, la población se hundía en la ignorancia, cayendo en un círculo vicioso.
En materia cultural destaca las escazas manifestaciones sociales, el aumento del juego, el vicio y la prostitución, la pobreza del teatro y la música. Se desconocían los clubes, la masonería, las sectas evangélicas y los deportes, el arte, la pintura y el turismo, manifestaciones que ya florecían en la Habana y otras ciudades de América y Europa.
En otro memento analiza: El estado político de Santiago de Cuba a fines del siglo XVIII. Relata sobre la situación internacional ambientada por la Revolución francesa y el asilamiento de la ciudad con respecto a la misma, aunque alega que no dejaba de relacionarse con algunos acontecimientos europeos, como alzamientos de cimarrones bajo manos de la corona francesa e inglesa que generaban tensiones con el Gobernador de la isla. Hace alusión a Don Sebastián Kindelán, Gobernador de Santiago de Cuba, manifestando su posición ante la situación internacional como hábil político. Así sucesivamente mencionó las revueltas en Haití y Jamaica, haciendo referencia de la entrada en Santiago de Prudencio Casamayor como un hecho que cambiaría el destino de la ciudad.
En relación a Don Prudencio, explica su procedencia de familia francesa, siendo su verdadero nombre: Prudencio Cassimayoux Padroe. Este junto al general Kindelán debieron ser, según refiere Boytel, los primeros turistas que subieron a la Gran Piedra entre 1799-1810. En 1802 Casamayor adquiere una gran extensión de terreno en el partido de Limones, Sierra Maestra, sección la Gran Piedra.
Para ilustrar la situación que provocó esta oleada migratoria de los colonos franceses hacia el territorio oriental, titula uno de sus epígrafes: Esquema histórico franco-haitiano en el siglo XVIII, en el que Boytel comienza describiendo la situación en Francia caracterizada por un levante científico-cultural, en donde se destaca el nacimiento de la Enciclopedia. En el siglo XVIII la civilización europea se llamaba francesa y se hablaba en francés de Italia a Noruega y de Portugal a Rusia. Incluso en los países de lengua alemana. En las novelas históricas de Tolstoi los personajes rusos hablan francés entre sí afirma Andrés Maurois en su Historia de Francia.
Seguidamente entra en el plano de Haití como colonia francesa describiendo su situación grandemente privilegiada en población y en la materia prima que le suministraba la Metrópoli. Menciona la rebelión haitiana y, asimismo hace referencia a la masacre producida por los franceses, reflejada claramente a través de una carta dirigida del Gobernador de Cabo haitiano al de Tortuga:
[…] le envío, mi querido comandante un destacamento de cincuenta hombres de la Guardia Nacional del Cabo, comandada por Mr. Bari; lleva veinte ocho perros dogos. Esos refuerzos le permitirán asimismo terminar enteramente nuestras operaciones. No le dejaré ignorar que no le será abonada ninguna ración ni gastos para la alimentación de los perros/Usted debe darle negros para comer. (BOYTEL, 1963:18).
Así de esta manera comenzó a darse la migración de los franceses hacia el territorio. Sebastián Kindelán estaba dispuesto a su llegada, pero solo admitiría a los colonos.
Al llegar a la región, estos encontraron las condiciones ideales para reiniciar sus vidas como colonos: “miseria e ignorancia, lo cual quiere decir mano de obra barata, leyes autorizándoles la importación libre de esclavos; gobernantes ansiosos de progreso pero incapaces de ejecutarlos; campos vírgenes sin cultivar; terrenos amplios, bien drenados y baratísimos”. (BOYTEL, 1963:20). Es importante resaltar que el mayor freno lo constituía la Iglesia encabezado por el Obispo de Santiago Osís Alzúa quien se oponía a Kindelán alegando que los franceses introducirían en Cuba la Masonería y las ideas de los Hugonotes. Explica además el proceso de colonización de la Sierra Maestra por estos colonos y cómo rápidamente aumentó la exportación de café, dando inicio a la Hacienda de café o cafetal.
Destaca los experimentos que realizaron para obtener nuevas variedades de este producto, cómo se fueron perfeccionando los métodos de recolección y la mejora de la condiciones de vida del esclavo, permitiéndole ciertas manifestaciones de arte y cambios notables en su dieta. Incluye además el establecimiento de una magnífica red de comunicaciones, el constante trasiego de mercancías y objetos, como expresión del auge económico recreado.
En el aspecto moral Boytel refiere que actas notariales, bautismales y hechos históricos acusan siempre como responsabilidad beneficiosa a los cafetales, al crear un ambiente de arte, música, poesía, más el hecho de que al haber cierta compenetración entre amo y esclavo, fue propicio para un aumento de los nacimientos de hijos de vientres libres.
El ambiente, de gran esparcimiento y cultura, quedó reflejado en un comentario de Boytel donde expresa que se convirtió en obligatoria toda visita a la ciudad, una vez en la capital. De este ambiente surgió el patuá cubano como expresión idiomática de la influencia francesa en la región: “los cabildos de los esclavos y los saraos de los amos como expresiones sociales, la Tumba francesa como expresión artística y musical y una predisposición irrefrenable para la independencia y el amor patrio […] (BOYTEL, 1963: 26).
A partir del reconocimiento de las autoridades españolas de lo positivo de la influencia francesa se inició una corriente de bajada a los llanos que trajo como resultado la floreciente ciudad de Guantánamo.
Boytel se refiere a la invasión napoleónica a España como hecho que cambió la mirada de las autoridades españolas hacia los franceses en la isla. En abril de 1809 se publica un edicto que pedía la salida voluntaria o la expulsión forzosa de todo francés no naturalizado en Cuba6 . Para 1850 convivían dos generaciones, una de las cuales ya no se apegaba al cafetal, sino que tenían otras inquietudes como la esclavitud: “las ideas de libertad e independencia bullían en el cerebro de blancos, mulatos y negros”. (BOYTEL, 1963: 32).
Describe cómo llegó a La Gran Piedra el proceso independentista de 1868. Una llama que se fue propagando por las diferentes haciendas, iniciándose lo que Boytel denomina “el Vía Crucis” de la Gran Piedra:
La destrucción de los cafetales por fuego y sabotaje tenía en parte razón. Muchos propietarios a pesar de haber cambiado radicalmente el trato de los esclavos a diferencia del habido en Haití. Continuaban aferrados al absurdo de la esclavitud cuando ya en realidad la capacidad, la superación y las condiciones del negro había hecho incosteables su mantenimiento y por otro lado la introducción de la máquina de vapor, el desarrollo de la personalidad del cubano, su sentimiento de autogobierno e independencia hacía totalmente impráctico este desgraciado sistema otrora lucrativo.(BOYTEL, 1963: 35).
Este trabajo constituye una síntesis histórica del proceso que se desarrolló en la zona de La Gran Piedra desde su poblamiento por los colonos franceses procedentes de Haití hasta los primeros años de la Guerra del 95, y los hechos que se desencadenaron en la zona como resultado de las luchas independentistas.
Su contribución a la historiografía santiaguera radica en varios aspectos: primero que a pesar de su estado inconcluso, posee un enorme valor documental al revelar hechos hasta ese momento desconocidos sobre la historia de este territorio, lo que contribuye al enriquecimiento del panorama histórico e historiográfico de la ciudad para esos años. Segundo, constituye un aporte como estudio novedoso pues el centro de la investigación incluyen las condiciones naturales y los aspectos históricos que permiten vislumbrar con mayor claridad el enorme papel que desempeñó esta cultura en el desarrollo social, económico y cultural de Santiago de Cuba. Durante los años que Boytel desarrolló esta investigación (década del 60) no se tiene registro de otros trabajos que se vinculen a esta temática, pues no fue hasta fines de siglo XX que la influencia de los franceses en Santiago de Cuba cobró cierta importancia 7. En esta área y al analizar la influencia francesa en la ciudad, Boytel adquiere la ventaja de realizar un trabajo pionero en el tema.
El objetivo del proyecto era desarrollar un plan para transformar la actual carretera de Siboney, 9 en una vía monumental de evocación histórica. Para la elaboración de este proyecto Boytel ejemplifica las potencialidades económicas, históricas y turísticas de la carretera.
Como tónica general escribe: “Esta vía se desarrolla a través de un sistema de valles vinculados a cadenas de montañas y colinas aterrazadas, dándole a su recorrido de 14 kilómetros una constante variedad del paisaje” (BOYTEL, 1983:1). Realiza un análisis de las características climáticas, vegetación y hidrografía, las condiciones climáticas, hidrológicas y edáficas no señalan ningún factor o fenómeno negativo a la forestación de los aledaños a esta vía. El primer objetivo histórico para Boytel es La Granjita de Siboney. Como problemáticas que le ocupan para recrear este “episodio histórico” plantea la búsqueda de sus antecedentes y las consecuencias.
En el caso de los antecedentes estable una serie de hechos que se irían reflejando a lo largo de la carretera, acompañado de los monumentos que evocan la memoria de los mártires de esta epopeya, entre los que se pueden mencionar: la ocupación de la tierra y su lucha, y el origen del pueblo cubano. Para cada uno de ellos (un total de 5) se plasmarían construcciones alegóricas a estos, para ejemplificar. En el caso de la ocupación de la tierra utilizaría los hatos: “El hato construcción junto al horcón del maneadero sigue rigurosamente el diseño de la época con materiales de aquella naturaleza y constaría de: maneadero, patio, interiores […] mobiliarios […]” (BOYTEL, 1983:4).
Los objetivos que persigue el autor a través del hato son: esquematizar la ocupación de la tierra en el decursar de la colonia. Abarca desde la conquista hasta la Reforma Agraria. Destacar la luchas del campesinado por sus tierras. Con esta misma tónica describe el Caney, el Sitio, Trapiche, Palenques de cimarrones, Vega, Batey indio, Schonzen. Una de las ideas más destacadas de este proyecto es la creación del Balcón de la Historia:
Punto cimero en la loma con acceso a vehículos sencillos, caballería y peatones de turismo.
Desde este punto convertido en parque con una sección de amparo se podrá dominar el panorama en La Redonda.
Un pasamanos corrido debe estar formado por un material resistente al intemperismo o imborrable con flecas indicativas hacia los parajes donde se registraron los hechos siguientes vinculados como causales o como consecuencia de la gesta del 26 de Julio y por orden cronológico. (BOYTEL, 1983:7).
En sentido general Boytel reconoce que al arborizar la carretera de Siboney en Santiago de Cuba se están reconociendo hechos históricos importantes como el ataque al Cuartel Moncada acaecido el 26 de julio de 1953 partiendo de La Granjita Siboney a lo largo de esta vía le antecede una secuencia cronológica e interesante de carácter y causal como lo son los troncos étnicos que concurrieron a la formación del pueblo cubano. El aborigen indio, el blanco español y el negro, dando como resultado de esta fusión el criollo que puede ser o cualquiera de ellos o lo que es más frecuente su mezcla en múltiples formas.
A esto le añade varias recomendaciones como ampliar el vial, los parques y calles aledañas, incluyendo su protección destacando los hechos con los monumentos correspondientes.
Utiliza la historia con un fin intelectual y para contribuir al desarrollo económico de la ciudad a través del turismo, gran consumidor de los patrones identitarios de la cultura y la historia de Santiago de Cuba.
Aunque el propósito de este trabajo es de orden práctico, el material teórico que soporta este proyecto contiene la descripción y definición de aspectos que marcaron el desarrollo socio histórico de Santiago de Cuba hasta lo acaecido el 26 de julio de 1953, contenido en una importante cronología, donde no solo recrea la historia sino también los diferentes componentes étnicos que conformaron la identidad del cubano y de su espíritu de lucha.
Los primeros años de la década del 60 fueron testigos del desarrollo de una de las actividades más fructíferas de la vida de Boytel: su faceta como restaurador. Su trabajo cumbre fue la restauración del cafetal “La Isabelica”, y el artículo publicado en la revista de Etnología y Arqueología que responde a la labor desarrollada en este cafetal, constituye uno de los aportes más importantes de Boytel a la historiografía santiaguera.
Como resultado de todo un proceso investigativo, pudieron develarse trabajos inéditos, que aunque no tenían como finalidad su publicación, son continuadores de las pautas trazadas por este artículo. Entre los materiales encontrados 10 se puede citar su trabajo sobre el funcionamiento de la Tahona, y propuestas de restauración de la Hacienda del cafetal Fraternidad.
Boytel destacó el funcionamiento de la Tahona, aparato que consiste en un canal circular por dentro la cual gira una rueda de madera que sustituye el pilonador del café para descortezar y otras operaciones”11 . El material contiene un esquema o croquis donde señala las diferentes partes que lo componen y los procesos por los que pasaba el café, señaladas cada una en el croquis.
Entre estas operaciones se pueden citar:
Cada una de estas operaciones es minuciosamente descrita. En el caso de la número tres explica: “Esta nueva operación consiste en verter una cantidad determinada de grano de café ya descascarado […] y aventado en el canal mezclando según la demanda con dos cucharadas de polvo de carbón de cedro por canasta si se quería impartir un pulimento y coloración azulada […]”.(BOYTEL, 1983:7). En cuanto a la descripción de la máquina: “Un muro circular generalmente de mampuesto evita el movimiento de tierras de la calzada conservando rigurosamente la figura interna y externa de la máquina. Esta pieza constituye lo que se llama el muro o cimiento del “octágono”.
Este material constituye una guía para la restauración de uno de los instrumentos de trabajo fundamentales del proceso de cultivo y preparación del café, tanto para su comercialización como producción. Trabajo que permite un conocimiento de la utilidad del mismo y sus diferentes componentes, lo que representa la posibilidad de poder rescatar un objeto identitario de la cultura cafetalera francesa en la Sierra Maestra.
Realiza Boytel una propuesta de restauración de la hacienda del cafetal Fraternidad para uso recreativo en el parque Baconao.12 La ubicación del mismo se encontraba en el asiento de la finca rural conocida por Fraternidad, región de las Yaguas, Ramón de las Yaguas; antiguo municipio del Caney (coordenadas cartográficas). Construcciones existentes: Casa señorial, secadero, acueductos, horno de cal, terrazas.
Realizó Boytel Jambú una breve explicación del uso actual que se le daba a este terreno, y algunas recomendaciones. Cada una de estas construcciones consta de una explicación donde se les describe detalladamente como por ejemplo la amplia extensión de secaderos, probablemente suman más de 1000 metros cuadrados de superficie en razonable buen estado de conservación, pero cubierto parcialmente de tierra. Entre los secaderos y la casa existente un buen terraceado que parece reciente.
Boytel Jambú propuso restaurar esta antigua vivienda e instalación agroindustrial que sirvió para el cultivo y beneficio del café en la forma primaria en nuestro país para que el visitante se pueda compenetrar con los hábitos de vida, economía, quehaceres y vivencias, en general de las diversas formas de colonización y vida de los cafetales de los colonos franceses, en este caso la de los valles.
Como parte de los materiales adicionales para conformar esta propuesta de restauración, Boytel encuentra apoyo en la entrevista realizada por el compañero José Luis Brugal, a varios ancianos de la zona que conocieron y poseían algunos recuerdos de la hacienda como: José Brugal Rodríguez de 92 años y Osvaldo Pacheco Mustelier. En esta descripción afloran varios aspectos como la estructura y fachada de la hacienda, el sistema de recogida de agua y su traslado hacia la casa, el habitáculo de los esclavos, entre otros. La casa mide de largo 24ms por 10 de ancho, siendo de dos plantas, con techo de zinc y un balcón. Las paredes son de piedra con incrustación de madera de corazón que aún se mantiene en buen estado y en vez de cemento, las piedras fueron pegadas con cal que se producía en la misma zona. Se declara además el estado creciente de deterioro que presentaba la hacienda, los nombres de los dueños, así como su procedencia. El agua venía de una montaña nombrada la cimarrona, por medio de una canal de piedra cogida con cal, promedio de 250 metros de distancia.
Aunque este material carece de un análisis riguroso, dada la característica descriptiva del mismo, su contribución radica en convertirse en un trabajo de obligatoria referencia para la realización de futuros proyectos de restauración de cafetales franceses, siguiendo la metodología práctica que establece Boytel para este tipo de proyecto, rescatando en el proceso importantes datos y objetos arqueológicos para representar lo más fielmente posible la arquitectura representativa de las construcciones francesas en la Sierra Maestra.
Proyecto de arborización de la carretera de Siboney, Propuesta de restauración del cafetal La Fraternidad, y el Funcionamiento de la Tahona son materiales que comparten la singularidad de ser trabajos teóricos que anteceden la realización de un proyecto. Pese a ello, las descripciones y análisis detallados para cada caso ofrecen datos relevantes para la conformación de la historia identitaria de la cultura santiaguera, con los aspectos particulares que en cada trabajo se ofrecen como una contribución inmediata a la historiografía de la época.
El primer ensayo de este diccionario se realizó en 1962, y contiene voces, acepciones, dichos y refranes. Hasta el momento no se tiene referencia de un diccionario de este tipo o de algún trabajo que hay intentado rescatar esta lengua olvidada, en la época en que se redactó. La labor de rescate, acopio, traducción y transcripción de esta lengua constituye una contribución invaluable para el panorama histórico y lingüístico de Santiago de Cuba, tanto en la época como en la actualidad.
El Patuá según nos explica Boytel es una lengua que se desarrolló a fines del siglo XVIII y que fue hablada por decenas de personas, esclavos, amos y libertos de la zona de la Sierra Maestra. Fue precisamente a través de estas personas y mediante la entrevista, un trabajo arqueológico y sociológico del autor, que se pudieron identificar estos vocablos.
Este lenguaje comienza a desarrollarse con la primera oleada de franceses provenientes de Haití, recluidos a las montañas donde levantaron enormes plantaciones de café y majestuosas haciendas. Este vocabulario fue cobrando fuerzas y riquezas a costa del español y del francés simplificándose al eliminar muchos tiempos y verbos y otras palabras no imprescindibles para una plática sobre el trabajo.
Es así que el Patuá-Cubano fue fruto del trabajo, de la necesidad de comunicarse de forma más rápida y comprensible con los esclavos, en su gran mayoría analfabetos, por lo que se le conoció como la lengua de los esclavos. Esta misma condición fue lo que determinó que tras el Grito de Yara y la quema de estas haciendas cafetaleras, como resultado de la tea incendiaria, se haya quedado en el olvido e imposibilitado la elaboración un diccionario que la perpetuara.
Esta lengua no posee alfabeto y gramática, por lo que Boytel se vale del español para la confección de este diccionario, haciendo énfasis en las particularidades de la pronunciación cubana. Establece una serie de parámetros que permitirán al lector una mejor comprensión de la misma, aclarando que no constituyen reglas, sino una guía para su entendimiento. Estas abarcan la pronunciación de algunas consonantes y vocales de acuerdo a la posición o la letra que lo acompañe; así se podrá tener una idea o recrearse más vívidamente cómo se pronunciaban estas palabras.
El vocabulario inicia el diccionario y abarca desde la A hasta la Z, que contiene la traducción del Patuá-Cubano al Español y viceversa. En este caso recoge para alguno de los vocablos varios de los usos que se les dieron y cómo fueron empleados indistintamente y para una situación en particular. Clasifica los pronombres indeterminados, preposiciones y artículos, conformándose un total de 55 páginas. El resto lo dedica a las acepciones, dicharachos y refranes; a medida que se lee el trabajo es posible percatarse de cómo han llegado desapercibidos hasta las nuevas generaciones algunos de estos refranes manejados cotidiaidnte, el perro tiene cuatro patas, pero no puede a la vez andar por cuatro caminos; el saco vacío no puede mantenerse en pié; para trabajar es preciso comer.
El diccionario Patúa cubano español es el primero de su tipo elaborado en Santiago de Cuba, y sus páginas constituyen un tesoro de la cultura y la historiografía santiaguera. El ser un estudio novedoso y pionero para la época así como haber rescatado una lengua tan rica e identitaria de la atmósfera cultural, social y económica creada en la Sierra Maestra por los haitianos y los colonos franceses, de la cual aún se preservan retazos en el argot popular santiaguero y nacional, son la muestra de cuán profunda es la contribución de esta material a la historiografía en Santiago de Cuba.
En tan breve espacio lo expuesto tan solo es una parte de la producción científica de Fernando Boytel Jambú, sus proyectos y trabajos constituyen una referencia obligada en los procesos de restauración y estudios históricos no solo en el territorio de Santiago de Cuba sino a nivel internacional por ser un pionero en la restauración, en los estudios arqueológicos rescatando importantes datos y objetos arqueológicos muestra de nuestra historia identitaria y de la cultura santiaguera.
Bibliografía
BOYTEL, F. 1963: Historia de la Gran Piedra. (Inédito)
BOYTEL, F. 1974: Secuencia histórica de los recursos naturales en Cuba. Monografía, Ministerio de Educación. Santiago de Cuba, Cuba.
BOYTEL, F. 1983: Proyecto de arborización de la carretera Siboney. (Inédito)
BOYTEL, F. 1984: Primer Diccionario Español - Patuá Cubano, Patuá Cubano – Español.
CHAUNU, P. 1974: Historia Ciencia Social: “La duración, el espacio y el hombre en la época moderna”, París, SEDES.
DUHARTE, R. & et.als 2001: Tres siglos de historiografía santiaguera. Oficina del Conservador de la Ciudad, Santiago de Cuba, Cuba.
ORTIZ, A. 2002: Fernando Boytel Jambú: Hombre de su tiempo. Ediciones Santiago. Santiago de Cuba.
ORTIZ, A, REYES J. (Coord.) 2006: Ciencia y cultura en la obra de Fernando Boytel. Ediciones Santiago. Santiago de Cuba.
Documentos donados por el Departamento de Planificación Física al Archivo de la Universidad de Oriente Nelsa Coronado Fernando Boytel Jambú.
-Doc.1 Sierra Maestra Sur. Monografía, 1966.
-Doc.2 Ecología. 23 de octubre de 1968.
-Doc.3 Historia de la Gran Piedra. Monografía.1960-1970.
-Doc.4 Conferencias. 14/10/1974 – 26/10/1974.
-Doc.5 Folleto sobre el proyecto de arborización de la carretera Siboney.1983
Notas
*Licenciada en Historia, profesora e investigadora de la Universidad de Oriente sissy@uo.edu.cu