Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


DEMOCRACIA EN MÉXICO, O LA MARCHA DEL CANGREJO

Autores e infomación del artículo

Raúl Rodarte García *

Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México

rodarte@uaeh.edu.mx

Resumen
Los que parecían pasos seguros en la construcción de la democracia, en la realidad fueron pasos hacia atrás, la alternancia en el gobierno fue una cortina de humo que le aseguró a las élites gobernantes alargar su dominio autoritario quince años más y hoy las leyes y las instituciones electorales que los partidos políticos han impuesto al país garantizan la estabilidad del sistema autoritario que hoy gobierna y determina la vida nacional.
Es lamentable, pero los partidos políticos están jugando un papel fundamental en el retroceso político de México, hoy son instituciones forjadas al calor de la cooptación monetaria y sin ningún rubor sus miembros y dirigentes mienten, engañan y roban.
Se han vuelto negociantes desde el poder y las élites que hoy gobierno impulsan estas conductas  ya que les garantizan por un lado una relativa estabilidad política y legitimidad para sus acciones de enriquecimiento a costa del poder público.
Otro espacio legitimador son las instituciones electorales a las que el poder político mexicano les ha otorgado la carta de la máxima autoridad moral política del país con el único afán de buscar cubrir sus espaldas ante los cuestionamientos de los políticos y analistas opositores.
Pero existe un espacio poco cuestionado y que es una de las piezas más importantes de la legitimización de las élites, los opinadores o analistas políticos alineados, cooptados, comprados o pagados que esgrimen sus formaciones académicas como el aval absoluto de credibilidad.
Así que el objetivo de este trabajo es analizar cómo se conjugan la  élite económica, los partidos políticos y  los analistas políticos con el fin de perpetuar la realidad autoritaria y de despojo que hoy gobierna a México.

Summary
Those who seemed confident strides in building democracy, in reality were steps back, the alternation in government was a smokescreen that assured the ruling elites extend its authoritarian rule fifteen years and today laws and electoral institutions that political parties have imposed on the country ensure the stability of the authoritarian system that now governs and determines national life.
It is unfortunate, but political parties are playing a key role in the political setback of Mexico, are now institutions forged in the heat of monetary cooptation and unabashedly members and leaders lie, cheat and steal.
They have become businessmen from power and government elites today encourages this behavior because on the one hand guarantee them relative political stability and legitimacy for their actions enrichment at the expense of public power.
Another legitimating space are the electoral institutions that the Mexican political power been given the letter of the highest political moral authority of the country with the sole purpose of seeking cover behind by questioning opposition politicians and analysts.
But there is a little space in question and that is one of the most important pieces of the legitimization of elites, political pundits or analysts aligned, co-opted, bought or paid to brandish their academic backgrounds as the absolute guarantee of credibility.
So the aim of this paper is to analyze how to combine economic elite, political parties and political analysts in order to perpetuate authoritarian and dispossession reality that governs Mexico today.
Keys words: Democracy-political parties-organizations-government-society. Democracia-partidos politicos-gobierno-sociedad. (https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3digos_de_clasificaci%C3%B3n_JEL. I38) (UNESCO 540303)

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Raúl Rodarte García (2018): “Democracia en México, o la Marcha del Cangrejo”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (enero 2018). En línea:
http://www.eumed.net/rev/caribe/2018/01/democracia-mexico.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1801democracia-mexico


Partidos políticos o negociantes desde el poder.
La democracia electoral solo puede existir con partidos políticos, eso quedo establecido en la teoría política (o dogma político). Y en resumen se establecía que los partidos políticos estaban obligados a ser los constructores y protectores de la democracia, que tenían que ser el crisol donde las demandas y necesidades de los diferentes sectores que componían cada partido fueran resueltas y así contribuir al desarrollo general de un país. Así que, los partidos políticos deberían ser el ejemplo de construcciones democráticas que funcionaran para el bien y el desarrollo nacional.
Que son hoy los partidos políticos, en la mayoría de los casos negociantes de prebendas económicas con el fin de vender a las elites “legitimidad democrática” para imponer el gobierno y los políticos que hoy en la mayor parte del planeta gobierna. Además, hoy se dedican a construir  reglas para que sus parcelas de poder jamás sean cuestionadas y arrebatadas. Rodríguez Araujo menciona que “el régimen político estará determinado –en un país capitalista– no sólo por la clase dominante (la burguesía) sino principalmente por fracciones de éstas y por su diferenciación con quienes forman las clases dominadas. ...determinado también por la legitimación que tiene u obtiene…”(Gilly, 2016,p.5).
Es decir los partidos y políticos son hoy empleados de las grandes empresas trasnacionales que y tienen la obligación de garantizar la acumulación del capital. Con esto las elites empresariales garantizan la continuidad de sus estrategias para apoderarse de más del 60% de la riqueza y bienes mundiales.
Adolfo Gilly menciona que “en esta suerte de revolución tecnológica que implica la digitalización, quienes controlan ese gran cambio “son los dueños del dinero, que no son siquiera los dueños del poder político ni el Presidente ni los senadores o diputados ni los militares…Se trata de un poder abstracto que se impone a todos ellos. Un poder impersonal, pero materializado en seres humanos que deciden sobre nuestras vidas y sobre el Estado. Los dueños del dinero y las finanzas, no sólo nacionales sino internacionales –están en todos los territorios–, tienen el control de las vidas a través de las nuevas tecnologías como el Internet, la televisión”.
En este 2016 la campaña presidencial de los Estados Unidos es el ejemplo más importante de la calidad humana y política de los contrincantes que encubren sus relaciones financieras para no mostrar los intereses que hay detrás de ellos y los debates en que se presentan durante el periodo electoral  los muestran de cuerpo entero por ejemplo, y como lo señala el periódico La Jornada “El segundo debate entre los candidatos presidenciales estadunidenses Hillary Clinton (demócrata) y Donald Trump (republicano)…fue la escalofriante demostración de la insustancialidad, la frivolidad y hasta la chabacanería que caracterizan el sistema político del país vecino...El desmedido afán de ganancias de las corporaciones dueñas de los medios informativos, especialmente la televisión, ha desempeñado un papel de suma importancia en la extrema banalización de la política … un fenómeno que si bien no es exclusivo de Estados Unidos, adquiere allí una dimensión trágica…Resulta obligado concluir al respecto que ese discurso rudimentario, fóbico y violento es satisfactorio, gratificante y alentador para un número de ciudadanos estadunidenses… Trump es un candidato válido para el sistema político y resulta un referente deseable para un importante sector del electorado estadunidense.” (La Jornada, 2016, Editorial).
Muchas veces los gobernantes surgidos de esos partidos políticos argumentan que sus leyes que aprueban son por el bien de la economía y niegan rotundamente la imposición de leyes o reglamentos o planes de las grandes trasnacionales, pero la realidad muestra el cambio radical de las leyes que protegían la inversión y los mercados nacionales para crear capitales y acumular la riqueza en los territorios patrios por aquellas de libertad total a los flujos de capitales internacionales.
Hay que reconocer que el ejercicio de gobierno se ha vuelto una de las actividades más lucrativas de la sociedad, claro que las condiciones para acceder a esas riquezas es primero quitarse cualquier indicio de dignidad, de honradez, de respeto y principalmente de nacionalismo y en la mayoría de los casos se debe pertenecer a las familias políticas que dominan a los partidos.
Muchos se preguntan como ha ocurrido este proceso y tratan de investigar en los países que se han señalado como los más corruptos las condiciones en que se generó las clases políticas, pero esas investigaciones no quieren reconocer que está en la esencia misma del sistema económico y que se presenta con diferentes intensidades en la mayor parte del mundo.
Por ejemplo Raúl Zibechi  al trabajar con el concepto de cultura extractivista explica que “que vivimos en una sociedad cuya cultura dominante es de apropiación y robo… La cultura extractivista es el resultado de la mutación generada por el neoliberalismo, a caballo del capital financiero. El trabajo no tiene el menor valor positivo, lugar que ocupan ahora el pillaje y sus contracaras, el consumismo y la ostentación...hoy se festeja la apropiación, aun cuando la víctima sea vecina, amiga y hasta familia.” Y continúa señalando que “el extractivismo ha evaporado los sujetos, porque en la llamada producción sencillamente no los hay. Incluso en la esfera de la reproducción, el sistema se esfuerza por mercantilizarlo todo, desde los nacimientos hasta la alimentación, arremetiendo contra el papel central de las mujeres en esos espacios.” (Zibechi, 2016).
Aunque en otros artículos se ha mencionado que la democracia electoral y de partidos fue forjado fundamentalmente dentro de la institucionalización capitalista y que los partidos necesariamente tenían que representar a los grupos económicos que eran los dueños del capital y del espacio, desde ahí solo se confió en la población para depositar el voto para que uno de esos grupos económicos capitalistas manejara el sistema. Es decir que desde este momento no se garantizó un partido para los pobres, para que ellos buscaran mejores formas sociales de organización que les brindara una oportunidad humana de desarrollo.
Se podría argumentar que esto no es así que si hay una representación popular. Pero por ejemplo, Estados Unidos desapareció el Partido Comunista y obligó a muchos de sus miembros a huir de su país para no ser apresados. En el Reino Unido sólo viven políticamente dos partidos. Y es hasta después de la segunda guerra mundial cuando países como Francia e Italia reconocen y le dan un papel legal a la izquierda reconociendo su papel primordial en la resistencia antinazi.
Políticamente, uno de los factores para que funcione la anterior realidad es la falta de una cultura política y democrática en los grupos dispuestos a formar parte de un partido político.  Pero para un partido mientras el individuo manifieste un mayor desapego ideológico va a ser un mejor prospecto para ingresar a sus filas. Además, esta condición permite que dentro de los partidos no haya disidencias y si llega el prospecto al poder las élites estarán seguros de garantizar la continuidad de las farsas electorales, que permiten que el sistema de gobierno tenga vía libre para imponer todas las acciones que garanticen la concentración de la riqueza. En este sentido Fabrizio Mejía “distingue cuatro tipos de personas: los buenos, que actúan en beneficio de ellos y los demás; los incautos, cuyas acciones sólo benefician a los demás; los malos, que obtienen ganancias a costa de perjudicar a los demás; y los estúpidos, que se perjudican en la medida en que arruinan a los otros.” (MEJÍA, 2016) Mejía añade al “súbdito que alaba al más poderoso” y que acostumbra  “acatar el estado de cosas, aunque no te beneficien” y que cree “que votar a la derecha o justificarla es acercarse a los ricos” con el pensamiento oculto de “si apoyo al poderoso, dejo de ser pobre y tengo buen gusto” Esto a pesar que en cada elección “que apoya el inmovilismo aterrorizado no recibe más que su propio espejismo”.
Y como se señaló en otro artículo, uno de los elementos que constantemente mencionan los científicos que analizan la crisis de los partidos políticos es el alejamiento de la realidad social en ese sentido mencionan que se han formado élites políticas que no tienen ningún contacto con la sociedad y desconocen totalmente sus demandas y necesidades. Para ello y como lo menciona Rodríguez Araujo (Rodriguez, 2016) “los partidos reciben del Estado Mexicano grandes cantidades de dinero “para afianzar la separación y alejamiento de los partidos políticos de la sociedad en general.” Y agrega “cuando los priístas se percataron de que el sistema político en el que habían crecido perdía simpatías y credibilidad (creciente abstención, luchas contra el autoritarismo –guerrillas incluidas–, divisiones en las organizaciones de trabajadores), pergeñaron una reforma que llamaron política para fomentar el surgimiento y desarrollo de partidos de oposición e inventaron el financiamiento público para éstos….la trampa en que cayeron, especialmente los partidos de izquierda es que perdieron la autonomía que los caracterizaba y la militancia entregada que tenían cuando se bastaban a sí mismos con sus propios recursos…e iniciaron arreglos con las elites burocráticas de la administración pública y del Congreso de la Unión hegemonizado por el PRI…”
Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Así, sin adentrarnos a una historia de los partidos, el mejor ejemplo de la descomposición partidaria en el caso mexicano es el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero se debe reconocer que la gran parte de partidos y políticos que actúa en el territorio mexicano tiene una historia larga de putrefacción. En este estudio solo se analizaran los más representativos.
El Partido Revolucionario Institucional nace como un frente de aquellos revolucionarios mexicanos que querían institucionalizar los logros de la revolución mexicana, en este partido se fusionaron luchadores sociales cercanos al socialismo, como anarquistas destacados junto a militares defensores de la pequeña propiedad y el capitalismo. Esa imagen funcionó de una manera casi perfecta hasta la década de los años setenta del siglo pasado en que hay una renovación generacional y los hijos de esos revolucionarios poco a poco empiezan a insertarse en los puestos de mando del partido. El cambio fue que muchos de ellos criados en la abundancia bajo ideas de lo material y la acumulación empezaron a utilizar al gobierno para acumular riqueza, para que esto funcionara perfectamente, empiezan a cooptar y desplazar a los defensores de los derechos sociales y a los incorruptibles los obligan a dejar el partido.
Este proceso duro cerca de veinte años y en ella se cultivó “la ideología de la cultura priista (que) no es, como se sabe, ni de izquierda ni de derecha, sino del saber acomodarse. Se mueve apenas lo necesario para perder lo mínimo. Sus súbditos son adiestrados en “lo mexicano”: el aguante del dolor, la resignación de ceja levantada, la contención que permite confiar en que todo va a empeorar; ese fatalismo. La cultura priista es una del miedo y sus súbditos aprenden a simular que no están aterrados. “Que se pongan a trabajar”, dice la cultura priista ante toda protesta”. (MEJÍA, 2016)
Hoy las famosas bases priistas no existen, este partido funciona desde hace varias décadas con el dinero  del presupuesto público y de fuentes mafiosas para comprar militantes y votos como lo mostró “El consejero del Instituto Nacional Electoral en Chihuahua, César Augusto Gutiérrez, (quien) denunció al Partido Revolucionario Institucional (PRI) ante la Procuraduría General de la República, por afiliar a alrededor de 70 mil ciudadanos del estado sin su consentimiento…Gutiérrez Fierro explicó que las afiliaciones forzadas atentan contra la libre determinación de cada ciudadano para afiliarse o no, a un partido. (Proceso, 2016).
Aunque muchos denigran a la sociedad mexicana de seguir votando por ese partido, pero no quieren reconocer que desde 1988 en que es derrotado por un frente de partidos ha recurrido al miedo, al robo electoral a las peores prácticas para seguir justificando una legitimidad que ya no tiene. Por ejemplo, Denise Dresser sostiene que  “se advertía que Enrique Peña Nieto había recurrido a las peores prácticas para ganar la elección presidencial. Allí estaba Monex. Allí estaba Soriana. Allí estaba el financiamiento de fuentes poco claras. Pero ahora, años después, viene la confirmación proveniente de alguien que lo revela todo. El estratega de campaña que confiesa a la revista Bloomberg lo que hizo para llevar a Peña Nieto a Los Pinos. Una historia de espionaje, de hackeo, de múltiples violaciones a la ley. Una historia que debería motivar investigaciones, comisiones, juicios y probablemente una destitución si México fuera una democracia funcional. Ahora parecería que es un presidente ilegítimo.…Desmanteló la historia secreta de lo que él mismo reconoce como “una de las campañas más sucias en América Latina”. Encomendada por el PRI, financiada por el PRI, puesta en marcha por el PRI.” (Dresser, 2016).
Dresser de una manera acertada establece que “Y como en el caso de Monex y Soriana, el PRI lo niega todo. Niega la participación de Sepúlveda, niega la contratación de Rendón. Pero la multiplicidad de las mentiras priistas en los últimos tiempos no abona a la credibilidad del partido. El PRI está acostumbrado a hacer fraude y parecería que sigue con ese modus operandi, sólo de manera más sofisticada. Con tarjetas Monex y Soriana. Con espionaje y hackeo.”
Para las élites el 2012 era clave para continuar su dominio y a pesar del deseo de no trabajar con los gobernadores priistas y el priismo de base nacional establece una alianza territorial con mafias locales que tenían una gran fuerza de presión que era necesaria para legitimar al candidato Enrique Peña Nieto, esta es la razón para que en las elecciones de ese año se echara a andar la maquinaria publicitaria para crear la idea de una renovación de ese partido. Se puede afirmar que esa publicidad no iba dirigida esencialmente a la ciudadanía mexicana, sino más que nada para que los militantes priistas trabajaran con gran convicción de que retomarían o fueran parte de la repartición de poder.
Pero en este momento se puede afirmar que esto ha terminado, la alternancia en varias gubernaturas que en otras elecciones fueron defendidas por todos los medios por y para los priistas hoy fueron entregadas fácilmente al partido de su confianza el Partido Acción Nacional. Esto ha sido una jugada de varias bandas, primero realinea a sus militantes que por miedo no abandonaran sus filas, elimina poderes locales que ya estaban poniendo en peligro el poder de la élite gobernante y se deshace de un partido que ya no quiere seguir arrastrando porque significa un lastre imposible de cargar.
Ante esta degradación el PRI presente ya a un partido en el fondo del abismo en el que la élite ya no confía y con el que inicio una eutanasia lenta. Así que, el futuro del antes poderoso PRI, se debe reconocer que inició en el año 2000 porque es este momento histórico el que permitió a las élites vislumbrar los beneficios de la alternancia al obtener una nueva servidumbre política. Con esta realidad se pueden hacer las siguientes conjeturas y que ayudaron a las élites a:

  1. Romper con la influencia de grupos de poder nacientes en la figura presidencial.
  2. Debilitar a los grupos mafiosos regionales y que no se plegaban al dominio del núcleo de poder central.
  3. Controlar las instituciones y los medios para elegir y determinar a los candidatos deseables para gobernar en nombre de ellos en los diferentes Estados. En esto cobra relieve la centralización del sistema electoral en el Instituto Nacional Electoral (INE).
  4. Y evitar que la Izquierda crezca como movimiento político.

Los doce años de presidencias panistas permitieron que el PRI sufriera una depuración gigantesca en que muchos de sus militantes aguerridos y que estaban fuera del control de las mafias locales buscaran acomodo en otros partidos políticos que ya trabajaban directamente con las élites.
Partido Acción Nacional (PAN).
Se debe resaltar que este partido si se originó como un partido de clase en donde se unieron todas las variantes más conservadoras que habían perdido su poder político en la lucha revolucionaria.
En el PAN, las clases medias de pequeños comerciantes e industriales encontraron el espacio para defender sus posiciones políticas, así que el crecimiento de este partido se debe en gran medida del desarrollo nacional que creó clases medias con una visión procapitalista muy acentuada.
Aunque muchos de sus militantes son profesionistas su falta de formación humanista e intelectual es su característica básica como alguna vez los caracterizó Carlos Mosivais. Y esto lo manifiestan muchos de sus  militantes con la defensa a ultranza del catolicismo y sus posiciones más conservadoras.
Este partido para coordinar y acordar en su militancia se caracterizó por procesos políticos abiertos democráticos, Pero para ser militante se le exige a sus miembros una militancia de varios años y destacadamente una posición económica buena.
Bajo estos principios el PAN se mantuvo como un partido honesto hasta la década de 1980. Esto coincide con el triunfo de su primer militante a una gubernatura. Pero esa década marca lo que los militantes panistas llaman el arribo de los broncos del Norte o los Neopanistas. Este grupo se caracteriza por políticos y empresarios con posiciones económicas muy poderosas que por pertenecer a las élites económicas tienen abiertas las puertas al gobierno y cogobierno con los nuevos priistas con los que muchas veces coincidieron en colegios y barrios económicamente caros. Al igual que los priistas jóvenes la mayoría hizo posgrados en los Estados Unidos. No se puede establecer que si esos elementos fueron los más importantes para el inicio de su etapa de descomposición, pero al igual que el PRI al arribar al poder se acelera el deterioro de este partido que en la guerra política su aliado de cogobierno y supuesto contrincante siempre saca a relucir los nexos que muchos políticos de ese partido ya tienen con el narcotráfico (tal vez el caso más significativo lo represento Santiago Creel que para financiar su precandidatura a la presidencia autorizó en el sexenio de Felipe Calderón la instalación de casinos por gran parte del país a pesar que muchos de los empresarios privilegiados eran conocidos como prestanombres de grupos de narcotraficantes).
Así que el PAN actualmente es visto como parte medular del cogobierno PRIISTA y que apoya todas las iniciativas que de esta mancuerna emanan por ejemplo Bellinghausen establece que “con los gobiernos tecnocráticos del PRI hubo un retroceso en la concepción de la historia nacional y de la patria (y como ejemplo) con el panismo se tuvo “la oportunidad centenaria de revivir al ya bien resucitado Porfirio Díaz” así que “los gobiernos recientes se identifican mil veces más con él y su régimen de modernización racista y autoritaria que con el tumultuoso levantamiento popular que lo derrocó y cuyo incendio dio origen al régimen que desde el fin de la Revolución gobierna sin interrupción alguna. Bellinghausen cierra con una afirmación lapidaria “En perspectiva, no podemos tomar en serio como cambio los dos sexenios del PAN, cuando éste ya era un instrumento más de lo que, por pereza mental, seguimos llamando PRI; administraron el changarro mientras los ex revolucionarios terminaban de barrer bajo la alfombra el 68, el 71, el 88, el 94, el 97, uf.” (Bellinghausen, 2015).
Así que, no es de extrañar y que los indicios de las últimas elecciones demuestran que los ciudadanos mexicanos pueden ver el retorno del PAN a la presidencia, primero por las gubernaturas que fueron reconocidas por el gobierno y el PRI en este 2016 y segundo porque desde el gobierno han puesto en la agenda nacional propuestas panistas como el aborto, las uniones lésbico gays, la familia y la posibilidad de una presidenta mujer.
Con ello tratan de desplazar los fracasos de las reformas estructurales y principalmente  borrar de los medios los movimientos sociales y el aumento de las preferencias electorales a Manuel López Obrador candidato visible de la Izquierda. Y aquí tomarían importancia las críticas que ha hecho López Obrador contra Margarita Zavala de catalogarlas como misóginas y a partir de ahí ha iniciado la nueva campaña difamatoria como en el año 2006.
Pero que esperar en el futuro cercano para este partido parecería que va a ser su regreso a la presidencia y mayor crecimiento en su militancia, pero sus dirigentes van a cerrar los ojos a una realidad que los militantes valiosos de pequeños comerciantes e industriales que lo impulsaron se están retirando de este instituto, que poco a poco se vuelve más autoritario y que al final se convertirá en un partido repudiado por ser igual o más corrupto que el PRI.

Partido de la Revolución Democrática (PRD)
El caso más significativo de degradación es el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que nace como un partido revolucionario, nacionalista y que lucharía contra la corrupción nacional. A partir de la unión de partidos y grupos que deseaban una alternancia en el poder para desde ahí reconstruir la economía nacional.
No se puede especular si desde un inicio sus militantes ya tenían en la mente la negociación de canonjías por legitimidad, pero se debe reconocer que algunos miembros que se unieron al PRD ya eran mencionados por su enriquecimiento y por la utilización de grupos sociales para conseguir fuerza política.
Y se debe reconocer que sus principales líderes tenían un historial de lucha y de gobierno de simpatías populares que se manifestaron en 1988 en torno a la figura de Cuauhtémoc Cárdenas cuando compite por la presidencia de la república y que es reconocido como el triunfador de esa contienda (el mismo expresidente Miguel de la Madrid lo reconoció años después).
Diversos politólogos han establecido que Carlos Salinas de Gortari fue convenciendo a muchos militantes de este partido para ir aumentando y acaparando posiciones de dirección para que desde esa posición obtener un manto de legitimidad a su gobierno y a la élite en general. Así que, desde su fundación poco a poco sus miembros destacados fueron engullidos por el mismo sistema político que criticaban y que hoy sin rubor apoyan todas las iniciativas que los gobiernos de la élite económica construyen para seguir utilizando el poder público como un factor de enriquecimiento.
A pesar que el año 2006 marca la mayor fuerza que tuvo ese partido, también ese año inicia su implosión. Esto, a pesar de las evidencias de que su candidato Andrés Manuel López Obrador obtuvo el triunfo en las elecciones ese año, por el contrario, la dirigencia de ese partido avala la decisión del Instituto Federal Electoral y la élite al reconocer como triunfador al candidato Felipe Calderón Hinojosa. Esto se observa desde el momento que no apoya el plantón que los perredistas que defendían a su candidato realizan en una de las avenidas más importantes de México y por el contrario alientan la división de este grupo para abandonar a López Obrador.
Esta acción crea un parteaguas en la historia política del PRD los militantes más radicales y orientados a los movimientos sociales abandonan el partido. Y conforme los militantes adeptos a la corrupción se apropian de los puestos de decisión los militantes prominentes y de prestigio popular se alejan del partido o lo abandonan a su suerte.
La última oportunidad que se tuvo para recomponer el prestigio de ese partido como símbolo de izquierda fue el 2012. Pero los líderes que dirigían ese instituto abiertamente abandonan a su candidato (López Obrador) y meses después de la elección le piden que reconozca el triunfo del candidato Priista Enrique Peña Nieto y se adhiera con ellos al famoso Pacto por México que era bandera de gobierno de ese candidato.
Estas razones aceleraron la salida de Andrés Manuel López Obrador para fundar un nuevo Partido que siguiera enarbolando la bandera de un gobierno honesto, de la gente y para la gente.
A partir del 2012, el PRD está desapareciendo del espectro político nacional y el síntoma más grave es que en las últimas elecciones forma mancuerna con el Partido Acción Nacional que muestran dos síntomas, primero de seguir gozando de las canonjías que el poder les ha brindado al legitimar a los gobiernos de derecha y segundo el de mantener la figura de la “izquierda moderna” que legitime el poder y a la vez que contrarreste votos al nuevo partido de izquierda.
Esta última afirmación no ha funcionado y básicamente porque en la izquierda se encuentra la población que tiene una cultura política más desarrollada que impide la manipulación por los grandes medios que son y están al servicio de la élite del país.
Se puede establecer que los pocos “triunfos” reconocidos son más que nada migajas desde el poder para su sobrevivencia.
Así que, el año 2018 tiene posibilidades de desaparecer como institución política. Sus últimos militantes tienen ya puestos los ojos en otros partidos como un medio de sobrevivencia en la política.

Los Otros
¿Quiénes son los otros? Un conjunto de partidos que no tienen en absoluto ideología definida que dependiendo de la situación política se dicen de derecha o de izquierda, que pueden abanderar causas como la pena de muerte o apoyar las iniciativas del Partido Acción Nacional entorno al aborto y que desde que nacieron han sido parte del juego político de las elites para dividir el voto de la izquierda (aunque en algunas ocasiones los han utilizado para atraer votos de la derecha cuando hay un candidato incomodo o que representa una independencia política no deseada).
Así, se pueden encontrar partidos de organizaciones sindicales como el Partido Nueva Alianza (PANAL) formado por profesores adheridos al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación SNTE. El Partido del Trabajo y El Movimiento Ciudadano (que se dicen de izquierda pero siempre han apoyado al gobierno en turno), y tal vez el más nefasto es el Partido Verde Ecologista que quedó al descubierto en su esencia cuando a uno de sus dirigentes se le comprobó el tráfico de influencias para aprobar proyectos turísticos en zonas naturales que supuestamente ese partido debería proteger.
Se debe reconocer que estos partidos han sido muy valiosos para el dominio de la élite en la medida que le permiten legitimidad y con ellos logran controlar al PAN y al PRD al impedir gozar de mayoría en las cámaras de diputados y senadores que pudiera representar una amenaza a sus intereses.
Pero eso sí, cada vez que los partidos ligados a las élites económicas ven en peligro su control nacional de inmediato inicia procesos agresivos contra los opositores un ejemplo se vivió con el movimiento 132 que formaron estudiantes en el año del 2012 como una forma para oponerse a los políticos que medraban con las necesidades político democráticas y crear una conciencia nacional democrática. Este movimiento de reivindicación fue rápidamente controlado a pesar que como señala Rodríguez “La Acampada Revolución (lugar donde se concentraba el movimiento) era prueba de pluralidad”. Y puntualiza “sin embargo, esa apertura posibilitó que agentes del gobierno o los partidos boicotearan las asambleas, de manera que a las pocas semanas las divisiones, de por sí originadas en la ideología de los participantes, se exacerbaron por la intervención espías y operadores de los grupos poder”. (Rodríguez, 2015. P.5).
La crisis de la participación Ciudadana.
El Estado tiene que reconocer que la historia electoral del país ha sido la del constante fraude, el engaño, el abuso y como lo establece Arturo Rodríguez “Constante es la sensación de fraude electoral en el país. Desde la elección de 1910 –que se acepta como resultado de la voluntad popular y se concreta por la vía armada- hasta la elección del 2000 –que dimos en llamar transición democrática por resultar en un cambio de partido en el poder-, México jamás ha tenido elecciones que se crean pleidnte democráticas”.
Un ejemplo claro fue la resolución en las elecciones de 2016 de retirar las candidaturas a dos gobiernos estatales del partido Movimiento de Regeneración Nacional  con un argumento tan débil de no presentar a tiempo los gastos de precampaña en ese sentido “El presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, anunció que acudió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para defender las candidaturas para gobernador de David Monreal, en Zacatecas, y de Guillermo Fabela”1 . Esta acción logró que se respetaran esas candidaturas, porque se argumentó que muchos candidatos de otros partidos habían tenido el mismo problema y a ninguno se les había retirado la candidatura.
Este también es un fenómeno mundial por ejemplo David Brooks analiza el caso americano a partir de las frases de dos candidatos ideológicamente diferentes Donald Trump y Bernie Sanders que señalan que el sistema electoral americano está “amañado”  “la mayoría no confía en los candidatos presidenciales, ni el Congreso ni en gran parte de las instituciones del aparato político, y menos en el económico…Esto se refleja en que los candidatos presidenciales de los dos partidos que tienen el monopolio sobre la democracia electoral son rechazados por la mayoría del pueblo...También se refleja en que el nivel de “alta o suficiente confianza” en la institución del Congreso es sólo de 9 por ciento…Dos tercios del pueblo opina que el país va sobre una vía equivocada…En un sondeo de votantes empadronados este mes, 40 por ciento afirmó: “yo he perdido la fe en la democracia estadunidense”.
Brooks concluye con esta afirmación  “Todo esto se alimenta de un hartazgo popular ante una sistema político que pretende representar a un electorado pero que en los hechos ha abandonado a amplios sectores sociales. Ante ello, no sólo no confían en “el sistema”, sino que no pocos están dispuestos a que estalle y…O sea, de cierta manera, ante esta crisis política, tienen que salvar al sistema de sí mismo. Eso no regenera la confianza en lo que dicen que se llama democracia”. (Brooks, 2016)
Está realidad es tan clara que mucha de la población se ha alejado de los procesos electorales, primero porque desconfían de los políticos y creen que con la abstención hacen una acción política en contra de la corrupción y los malos políticos, y segundo porque piensan que el voto no cambia nada, y tristemente la realidad les podría dar la razón.
Otro grupo de población que por el contrario busca sacar un provecho inmediato de lo que denominan las farsas electorales y que desacredita el voto y el sistema electoral son aquellos que forman parte de la masa que sin chistar reciben las migajas del poder y que saben que en cada periodo electoral pueden vender su voto al partido que ofrezca más dinero o bienes. Este grupo que es muy codiciado por los partidos políticos fue el que utilizó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para hacerse de la presidencia nuevamente y a pesar que esta estrategia fue claramente probada por el caso de las tarjetas Monex que fueron repartidas por millones en los Estados más pobres del país las instituciones liberaron al PRI de toda responsabilidad.
Se debe destacar que en la manipulación y el desánimo influyen especialmente los grandes medios de comunicación que como lo establece Luis Linares  “Para tal fin utiliza toda la parafernalia de la comunicación moderna a su entera disponibilidad” y a los “templos de la academia, fundaciones de prestigio y organismos multilaterales. … Dentro de estos aparatos pulula todo un regimiento de difusores de distinto calado y efecto persuasivo… Su influencia se hace sentir por todo el orbe. Se han unificado en sus perfiles e intereses, en los estudiados énfasis retóricos, pero, sobre todo, en la radical similitud de su línea argumental.” (Linares, 2016)
Y continua Luis Linares señalando que “Los llamados intelectuales se producen y reproducen por camadas de distintas calidades, un grupo de ellos tras de otro” y establece que  “la comentocracia, ha alineado sus visiones e intereses con los de la clase gobernante. Es esta una rala juntura de mandones que se cierran para integrar la actual plutocracia.”
Aunque parezca contradictorio estos intelectuales orgánicos (como los define Gramsci) han existido en toda la historia de la humanidad ya que son los sujetos del poder encargados de justificar sus acciones, tal vez en momentos históricos de descomposición presentan su peor cara al justificar lo injustificable y de brindar argumentos que convenzan a la población para continuar con modelos obsoletos (o asesinos como el que hoy se vive en México).
Ante esta realidad se enfrentan aquellos ciudadanos que intentan mejorar la situación de un país por la vía electoral. Pero creo que es necesario preguntarse ya si el sistema electoral sirve actualmente para construir la democracia.
Victor Toledo  afirma que “el clásico dilema de la transformación social: reforma o revolución, voto o balas vía electoral o vía violenta ha dejado de tener sentido y se ha convertido en mito. La razón: en su fase actual, la de la mayor concentración de riqueza en la historia de la humanidad, el capital ha terminado por devorarse al Estado y a sus mansos, edulcorados y burocratizados partidos políticos. Hoy los límites entre el poder económico y el poder político se han diluido o se han borrado…Los ciudadanos, su poder, han quedado anulados”. La democracia (representativa, formal, institucional), principal aportación de Occidente, se ha convertido en mera ilusión.” (Toledo, 2016).
Es decir, la teoría política dominante fue diseñada para explicar y fortalecer la ideología capitalista democrática, está por su herencia positivista se desliga de una visión holística, con el fin de permitir una mejor manipulación ideológica. Esto se refiere a que el juego electoral permite al sistema cooptar a los políticos y alinear a los ideólogos al limitar los análisis a los juegos de poder de las consecuencias sociales y económicas que vienen aparejadas en la toma de decisiones.
Así, define a la política como un juego de élites que buscan el mejor funcionamiento del sistema económico político.
Otro elemento que la propia globalización económica se encargó de destruir es el del Estado que era considerado como el aglutinador de la acción política y desde donde partían las orientaciones y las soluciones a los conflictos entre unidades diferentes y grupos sociales diferentes.
Así que es necesario reconstruir “Temas como el nuevo rol del Estado, las formas concretas de participación política de las fuerzas sociales, la refundación del Estado, las formas de asamblea constituyente por las cuales se debe luchar, el tipo de sociedad radicalmente democrática que se ambiciona, los grandes temas de la juventud, de las mujeres, de los distintos sectores oprimidos en la sociedad actual, tienen que formar nuevos objetivos de lucha, de busca de futuro, de construcción de nuevos consensos de transformación radical de nuestras sociedades.” (Sader, 2016)
Luchar por la democracia.
Como se afirmó en anteriores trabajos, “tal vez la democracia no sea la panacea que llevará a la humanidad a la felicidad y la satisfacción de sus necesidades, pero se debe reconocer que el establecimiento de un sistema verdaderamente democrático permite a los hombres resolver mejor sus problemas, en la medida que facilita propuestas más justas entre los individuos y las comunidades.” Así que, la democracia como un proceso histórico ha permitido que la humanidad vaya borrando la diferencia en el acceso a la toma de decisiones. La democracia vista como un proceso más que como un concepto, significa la posibilidad que la sociedad en general tiene de planear y realizar sus proyectos de construcción y organización de su sistema social, con el fin de construir el sueño de muchas generaciones de una sociedad más justa.
Este autor está de acuerdo con la idea de que el futuro ya se está construyendo y que los movimientos y organizaciones sociales y comunitarias que hoy están activos están guiando la conformación de un sistema más horizontal que presenta una vía para la construcción democrática. Victor Toledo de una manera clara establece que “otros mundos se están construyendo de manera silenciosa y a contracorriente de los modelos dominantes. Estos mundos no son visibles a los reflectores de la dominación, ni a las élites intelectuales, ni a los ojos que se mantienen aferrados a los lentes de siempre” y esto se debe a que los intelectuales seguimos “aferrados a dogmas, algunos que se remontan al siglo XIX, tesis anacrónicas, percepciones que ya no corresponden al mundo de hoy” lo que obliga a un “cuestionamiento radical y profundo de los principales bastiones de la civilización moderna e industrial: el petróleo, el capitalismo, la ciencia, los partidos políticos, los bancos, las corporaciones, la democracia representativa, el consumismo”. (Toledo, 2016).
Tal vez de una manera empírica la lucha de las organizaciones sociales va encaminada a construir asambleas decisión practicadas por un lado por los anarquistas, o la “actualización de un concepto de democracia directa” (Omanos, 2011),  en sus experiencias históricas y por los movimientos  campesinos e indígenas de América. Estos son dos ejemplos que confluyen en una misma orientación que es que cada persona tenga un protagonismo constructor en su barrio o en sus actividades sociales.
Para la formación de un sistema de gestión democrática social algunos intelectuales de izquierda ya han iniciado a teorizar, pero esto es sumamente difícil porque los marcos de la teoría política no permiten comprender esos procesos que Raúl Zibechi marca como las “microresistencias” y que sitúa en el “el tianguis, el barrio, los territorios populares, los espacios colectivos del más diverso tipo”. Y establece su importancia en función que “Ellas alimentan las grandes rebeliones…”y remarca lo que se ha dicho que “Si es cierto que la cultura hegemónica bajo el extractivismo obstruye los procesos emancipatorios, la organización y las resistencias, estamos ante la necesidad imperiosa de trabajar a contrapelo de esa cultura”. Y concluye estableciendo que “Los cimientos del mundo nuevo están ahí, en la vida cotidiana. Por eso el empeño en los trabajos colectivos, en todas las resistencias. Esos trabajos moldean una cultura nueva, que rescata lo mejor de la cultura obrera e intenta (no siempre) acotar las opresiones.” (Zibechi, 2016).
Todo el mundo que participa en la política nacional reconoce al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional como la cara más visible de los resultados que tiene un movimiento popular al margen de la estructura política tradicional, simplemente el haber sobrevivido más de veinte años como movimiento social armado, pese a enfrentarse al poder del actual Estado Mexicano que ha utilizado dinero, paramilitares, policías y militares para exterminarlos. Y los avances de organización y en el desarrollo de las comunidades autónomas son un ejemplo que se puede asegurar como lo hacen sus voceros es la alternativa para el futuro mundial.
Somuano enlista otros movimientos similares al zapatista como el de la "Guerra del Agua" cochabambina y las luchas del movimiento cocalero en el Chapare boliviano; los levantamientos indígenas impulsados por la CONAIE en Ecuador en 1996 y en 2000; la emergencia y extensión del movimiento de trabajadores desocupados en; las iniciativas de ocupaciones de tierras masivas de carácter nacional acometidas por el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) en Brasil; las movilizaciones campesinas en Paraguay…etc” (Somuano, 2007)
La característica principal es que los movimientos sociales generalmente se están formado por jóvenes formados profesionalmente que desconfían del sistema político, en este sentido es una novedad porqué muchas veces ya no son esos movimientos de obreros y campesinos, pobres en que su movimientos caían en la desesperación de la violencia hoy esos jóvenes sobretodo revindican la paz y la no violencia como una arma contra la represión armada de los Estados con los que se enfrentan por ejemplo el movimiento “15M no tuvo ni líderes ni programa y sus voceros cambiaban constantemente” estrategia parecida a la empleada por los luchadores anarquistas españoles en los años 1925- 1936, (Omanos, 2011). Pero algo más importante que destaca Eduardo Omanos es que para el caso de Europa “los movimientos sociales han desarrollado  un nuevo concepto de democracia…reivindicando la legitimidad de modelos alternativos a la democracia parlamentaria…. Ellos demandan la abolición del sistema actual de partidos y la creación de esferas públicas alternativas y abiertas”.
La ventaja del Zapatismo ya como un proceso real alternativo de desarrollo es que esas ideas alternas muy bien embonaron con el comunitarismo centenario de los indígenas y campesinos mexicanos y para los estudiosos de esos procesos sería interesante analizar la reproducción en contextos sociales diferentes. Esto en función de los graves problemas que tiene el sistema socialista ante el protagonismo del Estado en todos los ámbitos de sus sociedades. Pero principalmente que las opciones alternas y comunitarias si están influyendo directamente en las ideas morales y cívicas de las comunidades involucradas. (Wisniewski, 2015).
Víctor Toledo (Toledo, 2016) establece que “necesitamos de una transformación civilizatoria. Y eso implica la revisión del pensamiento crítico y las acciones emancipadoras y de la adopción de nuevos paradigmas... Sólo un sistema que elige representantes por territorios o regiones y que va escalando en la construcción de una estructura de abajo hacia arriba, bajo el riguroso principio de mandar obedeciendo resulta real. Se trata de poner en práctica una verdadera democracia participativa, radical o territorial.
Así que, sin llegar al dogma hoy la izquierda “requiere reconstruir su proyecto de sociedad, de país, de Estado; desarrollar una extensa lucha de ideas en todos los rincones de la sociedad, para recomponer el bloque social y político que pueda reconquistar la hegemonía ideológica, retomar la ofensiva política, con base en nuevas ideas y valores….la izquierda necesita, además de balance de las experiencias, avances y problemas acumulados, la participación del pensamiento crítico latinoamericano, que más que nunca está llamado a colaborar en la intensa disputa hegemónica que se desarrolla en nuestras sociedades.” La intelectualidad latinoamericana debe recuperar los espacios que antes fungían como lugares de elaboraciones teóricas vinculadas directamente a los grandes dilemas contemporáneos, para movilizar y promover el trabajo teórico articulado con las necesidades y las prácticas de las fuerzas sociales y políticas que más directamente organizan la decisiva lucha hegemónica en nuestros países”. (Toledo, 2016).

Conclusión

Se debe reconocer que es imposible que las ideas e instituciones que creó la democracia capitalista en el siglo XIX, aún sigan funcionando para conducir los destinos políticos de más de 7,500 millones de personas, para un mundo que ecológicamente muestra signos de agotamiento y que ya no permite el derroche y la concentración de recursos y riquezas en el uno por ciento de la población. Es obvio que por estas dos simples razones la humanidad es testigo de una marcha hacia atrás o retroceso en la democracia, porque para las élites gobernantes del planeta el control de la población mundial solo la vislumbran a través del control policiaco-militar de las masas, la cooptación de líderes políticos y la enajenación con los medios de comunicación.
Esta fórmula ya no funciona en la medida y pese a lo alienante de la educación que muchos gobiernos han perfilado, hoy el planeta cuenta con mucha más población informada y formada políticamente que exige la participación y la distribución de las decisiones (el poder) en la sociedad, sin regateos ni control alguno. Para que, y utilizando una frase de del poeta Sergio Cordero, “el pasado no resucite porque fue enterrado vivo”.2


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* Profesor-Investigador, Área de Ciencias Políticas y Administración Pública, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Dr. en Geografía, rrodarte@uaeh.edu.mx
1 Proceso. “Morena impugnará ante el TEPJF casos de Zacatecas y Durango: AMLO.http://www.proceso.com.mx/436151/morena-impugnara-ante-tepjf-casos-zacatecas-durango-amlo. POR ROSALÍA VERGARA , 6 ABRIL, 2016NACIONAL
2 Bellinghausen Hermann. “Cuando el pasado se nos atraviesa.” http://www.jornada.unam.mx/2015/07/06/opinion/a08a1cul


Recibido: 09/11/2017 Aceptado: 10/01/2018 Publicado: Enero de 2018


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