Mayra Luzmila Pomaquero Yuquilema*
Juan Carlos Pomaquero Yuquilema**
ESPOCH, Ecuador
jpomaquero@espoch.edu.ecResumen
Desde el siglo XVII, las universidades se han enfrentado a casos de acoso sexual en cualquiera de sus formas, estos comportamientos sexuales no consensuados, han seguido ocurriendo desde entonces hasta ahora en los escenarios de educación superior. El trabajo de investigación muestra un análisis acerca de la problemática de acoso sexual en las instituciones de educación superior. El Consejo Politécnico de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo mediante Resolución 179.CP.2017, dispuso el diseño y el lanzamiento de una campaña de prevención al acoso sexual dirigida a las y los estudiantes de la institución cuyo fin fue sensibilizar a los y las estudiantes acerca del acoso sexual, promover la denuncia de casos y dar a conocer el protocolo institucional en los casos de acoso sexual y violencia basada en género.La metodología aplicada fue cuantitativa, exploratoria y transversal, a través de encuestas ex – ante y ex – post, aplicadas en una muestra de 265 personas permitieron mediante las respuestas medir el nivel de impacto de la campaña. Se concluye que es necesario que las universidades implemente campañas que sensibilicen acerca del tema y que den a conocer los procedimientos de denuncia y que sean permanentes.
Palabras Clave: campaña, acoso sexual, violencia, educación superior, análisis
Abstract
From XVII century, universities had delat with sexual harassment cases, this unaprppiate behaviour continues up until today. The investigation works shows an analysis about sexual harassment problem in superior education institutes. The Politechnic Council from Escuela Superior Politécnica de Chimborazo by resolution 179.CP.2017, decreted the creation and launch of a campaing about prevention of sexual harassement, targeted to the students, with The objetive of make them sensible to this problem, promote the delation if there were a case and introduce the internal protocolos to deal with sexual harassment and gender based violence. The applied methodology was quantitative, exploratory and transversal, through the use of surveys before and after to a focus group of 265 people, allowed to measure the level of response of the campaing. It can be concluded that universities need to implement these campaings to sensibilze about the topic get to know the right delation process
Keywords: Campaign, sexual harassement, violence, superior education, analysis
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Mayra Luzmila Pomaquero Yuquilema y Juan Carlos Pomaquero Yuquilema (2018): “Acoso sexual en estudiantes universitarios. Análisis cuantitativo del impacto de la campaña acoso acuso en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo – Ecuador”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (enero 2018). En línea:
http://www.eumed.net/rev/caribe/2018/01/acoso-sexual-espoch.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1801acoso-sexual-espoch
El acoso sexual se refiere a comportamientos sexuales no consensuados que pueden afectar a las víctimas tanto física como mentalmente. Esto puede ser contacto verbal, no verbal o físico no deseado, lo que hace que una persona se sienta incómoda. Han existido casos de estudiantes de instituciones de educación superior acosadas sexualmente desde el siglo XVII, aunque la mayoría de los estudiantes se lo guardaron durante este período. Sin embargo, en el presente siglo, los estudiantes y otros trabajadores del personal que experimentan escenarios tan desafortunados se animan a informar estas incidencias a las autoridades pertinentes. La mayoría de los perpetradores de acoso sexual son hombres, lo que significa que un gran porcentaje de las víctimas de acoso sexual son mujeres. Sin embargo, hay escenarios en los que los estudiantes varones también son acosados en las universidades. Estos acosos generalmente provienen de los funcionarios de la universidad, es decir, de los profesores y otros miembros del personal, o entre los mismos estudiantes. El acoso sexual entre estudiantes universitarios ha sido un problema global y esto los ha afectado de diversas maneras, y algunos incluso han optado por abandonar las universidades.
A pesar de la toma de conciencia y las medidas tomadas para frenar esta amenaza de acoso sexual en las universidades, el asunto no parece estar disminuyendo como se esperaba. Esto se debe a que, en algunos casos, la mayoría de los perpetradores de estos ataques son funcionarios de la universidad. Se sabe que los profesores practican este tipo de comportamientos, especialmente cuando tienen una ventaja sobre un tema. Por ejemplo, hay casos en que un alumno puede presentar su trabajo tarde, lo que puede dar lugar a sanciones. La mayoría de los estudiantes se vuelven vulnerables durante tales situaciones, y sus profesores pueden tomar ventaja como resultado. Esto se debe a que algunos de estos estudiantes tienen dificultades para presentar sus trabajos, exámenes en la fecha indicada, lo que significa que no se arriesgarían a tener que volver a realizar una determinada prueba debido a la presentación tardía de una clase reprobada. Al descubrir este aspecto, los perpetradores lo usan en su beneficio para acosar sexualmente a los estudiantes a cambio de buenas calificaciones. Se sabe que esto es común en las universidades de todo el mundo, lo que significa que hay miles de estudiantes en universidades que sufren estas desafortunadas circunstancias.
La investigación también muestra que la mayoría de las víctimas de los casos de agresión en las universidades son estudiantes de postgrado (Press Association, 2017). En primer lugar, la mayoría de estas clases tienen un pequeño número de alumnos, lo que les facilita el análisis de cada individuo. El acoso sexual, en tales casos, ocurre cuando uno está trabajando en su proyecto porque involucra compromisos directos con los supervisores. Otros estudios muestran que una de cada seis estudiantes de posgrado pasa por esto, y cuando eligen informar tales casos, reciben una calificación reprobatoria (Press Association, 2017). Los estudiantes son ocasionalmente amenazados por sus profesores: en la mayoría de los casos, las universidades apenas hacen nada para controlar tales situaciones. Estos casos han llevado a la suspensión de muchos estudiantes universitarios que asistieron a las universidades con la expectativa de que van a lograr sus sueños al cumplir su objetivo de completar sus estudios, especialmente para los graduados. Un ejemplo de este caso es el de Karissa Fenwick de la Universidad de California, que estaba trabajando en su disertación para su doctorado (North, 2017). Karissa fue enviada a un seminario junto con su profesora, y esperaba que la oportunidad la ayudara a conectarse en el mercado laboral. Sin embargo, esto empeoró cuando su profesora comenzó a acosarla sexualmente y la amenazó con denunciar el asunto. Esto frustró a Karissa hasta el punto de que realmente consideró abandonar la escuela (North, 2017). Esto es bastante desafortunado teniendo en cuenta que algunos de los brillantes estudiantes se enfrentan a estos escenarios todos los días, lo que equivale a matar sus sueños de avanzar en sus estudios.
Otros casos de acoso sexual que se han observado en las universidades se encuentran entre los propios estudiantes. Las investigaciones muestran que ha habido preocupaciones sobre el aumento de los casos de agresión sexual entre compañeros. La mayoría de ellos surgen de chantajes emocionales. Esto es cuando una persona recibe información preocupante sobre la otra y opta por usarla como chantaje para favores sexuales. Esto también es una forma de acoso sexual ya que todo el asunto no es consensual: una de las partes está obligada contra su voluntad. Esto es desafortunado teniendo en cuenta que algunas de estas personas son personas a las que la víctima tiene en gran estima, probablemente como amigos o colegas. De manera similar, tales casos han sido reportados en áreas públicas donde un estudiante puede sugestivamente mirar a otro, lo que lo hace sentir incómodo, lo que significa que también es una forma de acoso sexual.
Esta es probablemente una de las formas más comunes de acoso sexual en las instituciones entre los estudiantes. Del mismo modo, los casos de acoso sexual entre los estudiantes ocurren durante las fiestas (Telegraph Reporters, 2016). A los alumnos del campus les encanta ir a fiestas y consumir drogas y sustancias, lo que hace que muchos de ellos sean vulnerables al abuso sexual: algunas de las víctimas terminan drogadas o están demasiado incapacitadas para resistir.
Las investigaciones muestran además que alrededor del 45% de los estudiantes en universidades que son víctimas de agresión sexual son víctimas de personas que ya conocen: el 68% de los atacantes son compañeros de estudios ("Informe de agresión sexual en la universidad", 2017). El acoso sexual por parte de los compañeros también es sorprendente ya que uno espera obtener ayuda de sus colegas en caso de un problema. Sin embargo, la mayoría de estos casos no son verbales. Por ejemplo, en Sudáfrica, cualquier forma de atención sexual se convierte en acoso sexual suponiendo que el comportamiento es constante y el receptor deja claro que se siente ofendido por la atención constante (Chaffin, 2008). Supongamos que este comportamiento no se detiene, entonces se considera como acoso sexual. Este es un comportamiento que es común entre los estudiantes universitarios, por lo tanto, puede explicar el gran porcentaje de acoso sexual entre ellos.
De acuerdo con la investigación y el análisis sobre el acoso sexual realizado por Hill y Kearl (2011), una broma que implica una base sexual, comentarios sobre el propio cuerpo, gestos sexuales y tocar a alguien intencionalmente puede clasificarse como acoso sexual. Esto se debe a que infringe la vida privada de un individuo y muestra falta de respeto por la otra parte. Su investigación también fue interesante teniendo en cuenta que hubo un giro de los acontecimientos, ya que descubrieron que, en el pasado reciente, los hombres son actualmente las principales víctimas de los casos de acoso sexual (Hill & Kearl, 2011). Esto se debe al aumento en la homosexualidad que ha visto a muchos hombres siendo víctimas de acoso sexual en comparación con las mujeres. Sin embargo, la investigación general aún sostiene que son las mujeres las principales víctimas del acoso sexual (Young, Gray y Boyd, 2008).
Leaper y Brown (2008) afirman que el acoso sexual ha sido tan común en la medida en que cuando ocurrió, las víctimas no se dieron cuenta de que realmente les estaba sucediendo. Esto probablemente se deba al hecho de que las personas perciben el acoso sexual como un tipo físico de asalto y no uno verbal y no verbal. Por lo tanto, los estudiantes universitarios llevarán a cabo sus actividades diarias, especialmente las mujeres, independientemente de si un hombre le mira con los ojos o pronuncia palabras sugestivas. Esto se debe a que la mayoría de las mujeres solo ven el contacto físico como acoso, lo que significa que cada vez que un enunciado sexual se dirige hacia ellos, entonces no lo consideran como una forma de acoso. Sin embargo, esto es desafortunado teniendo en cuenta que son las miradas sugerentes no verbales las que llevan a su verbalización, que luego se convierte en agresión física. Por lo tanto, los estudiantes deben tener cuidado con el tipo de señales de comunicación que se transmiten entre ellos. También deben ser conscientes de que podría dar lugar a problemas graves como la violación.
La popularidad de la gestión sexual en las universidades es generalizada, lo que significa que este problema debería estar disminuyendo. Sin embargo, este no es el caso ya que el inverso parece ser cierto. A pesar de los esfuerzos realizados por estas instituciones, la mayoría de ellos todavía tienden a abordar estas cuestiones a la ligera para salvar su reputación: la mayoría de estos casos se manejan silenciosamente para mantener la reputación de la institución, lo que puede estar en juego suponiendo que tales noticias se propaguen. sobre la incapacidad de la universidad para proteger a sus estudiantes. Por ejemplo, suponiendo que un estudiante informe una agresión sexual por parte de su profesor, la universidad regularmente se pone del lado del profesor. Esto se debe al valor que otorgan los profesores. Además, sin pruebas, entonces el caso probablemente no progrese, dejando la puerta abierta para asaltos similares. Del mismo modo, cuando estos ataques ocurren entre los estudiantes, el castigo es mínimo: esto anima a los ´´delincuentes´´ a continuar su acto perverso.
Los casos de acoso sexual han sido comunes últimamente porque las organizaciones no están haciendo lo suficiente para frenar la situación. Esto ha llevado a los estudiantes a hablar sobre el tema en las plataformas de redes sociales para ventilar las injusticias que les suceden en la universidad. Numerosos estudiantes como Karissa Fenwick han salido a la luz pública para nombrar y avergonzar tales comportamientos con la esperanza de restaurar la esperanza para aquellos que han pasado por situaciones similares en sus instituciones de aprendizaje. Sin embargo, esto es bastante desafortunado teniendo en cuenta que realmente puede conducir a la difusión de la malicia y la información alterada solo para que puedan ganar popularidad. Una vez que una persona decide expresarse a sí misma en las redes sociales, se desarrolla la presión de hacer que la historia sea interesante, lo que significa que la información puede no ser confiable. Algunos incluso pueden decidir hacerlo por enojo o luchar por los trabajadores universitarios o compañeros de estudios, lo que arruina su credibilidad en público. Las universidades deberían, por lo tanto, esforzarse por prestar atención a los estudiantes que informan tales incidentes para que no sientan que no se les escucha o que no se les haga justicia, entonces pueden dar lugar a medidas innecesarias que también pueden arruinar la reputación de la institución.
A lo largo del tiempo en que se ha experimentado el acoso sexual en las universidades, el mayor efecto que ha tenido en los estudiantes es que afecta su rendimiento académico. Esto se debe a que la mayoría de estos estudiantes se sienten inútiles, avergonzados y sucios hasta el punto de experimentar un momento difícil al asistir a sus clases. Esto es porque sus perpetradores pueden ser los profesores de esa clase o sus compañeros estudiantes. Asistir a tales clases les recuerda el desafortunado evento que ocurrió. La única solución es estar ausente de las clases. Esto automáticamente les hace perder la información que se comparte, lo cual es útil para ellos durante sus exámenes y otras tareas de clase. Del mismo modo, el absentismo de las clases en la mayoría de las universidades a nivel mundial se considera una ofensa. Como resultado, los estudiantes que pierden clases no pueden tener la oportunidad de rendir sus exámenes.
La mayoría de las víctimas de violencia sexual terminan cayendo en la depresión, especialmente cuando se las maltrata constantemente debido a alguna forma de chantaje. No poder hablar con alguien cuando está desesperado por el miedo le hace pensar mucho, lo que a su vez puede hacer que el individuo desarrolle depresión. La constante sensación de indignidad debido al acoso sexual quita la autoestima de una persona: las mujeres se ven más afectadas que los hombres. La depresión es relativamente peligrosa ya que él o la afectada puede contemplar el suicidio o involucrarse constantemente en actos auto agresivos. Una persona deja de funcionar normalmente porque su mente se ve afectada, y eso también puede afectar su memoria visual (Yousefi, 2009). Todos estos reflejan automáticamente en el rendimiento académico del individuo. Las víctimas no podrán comprender las lecciones de clase ya que estarán reviviendo constantemente los eventos que les sucedieron. Esto se debe a que la depresión interfiere con las subdivisiones de memoria. Por lo tanto, cualquier información recibida y almacenada en la memoria a corto plazo desaparece antes de que llegue a la memoria a largo plazo. La memoria a largo plazo es primordial en la educación, ya que brinda la oportunidad de recuperarla durante los exámenes o el rendimiento general en el aula.
La depresión debido al acoso sexual también puede llevar al aislamiento social tanto de los compañeros como de los profesores en el aula. Esto se debe a que muchos verán a la víctima como un inadaptado, que está constantemente malhumorado y se siente desanimado al tratar de relacionarse con ellos. Esto es especialmente cierto con las víctimas que son reacias a compartir su experiencia con alguien, ya que ayudarlos se convierte en un desafío. Desafortunadamente, un gran porcentaje de los estudiantes sufren depresión porque se sienten avergonzados de narrar su odisea a otros. Esto puede ser debido a la vergüenza con respecto a lo que había sucedido inicialmente y el resentimiento que tienen dentro. Sin embargo, también puede ser el resultado de un chantaje y el temor a ser herido aún más si se tiene en cuenta lo que les sucedió: la mayoría de estas víctimas son amenazadas por sus perpetradores para que no hablen de lo sucedido. En consecuencia, pueden optar por guardarlo para sí mismos, lo que a su vez conduce a un estado depresivo.
Numerosas investigaciones han demostrado que un sueño adecuado es esencial para el correcto funcionamiento del cerebro. Las víctimas de abuso sexual que sufren de depresión pueden tener dificultades para tratar de dormir porque experimentan el miedo que emana de su trauma: recordar constantemente lo que les sucedió o la sensación de que dormir traerá de vuelta a los perpetradores cuando están en su punto más vulnerable. Como resultado, la mayoría de ellos sufren de insomnio, que es más un mecanismo de defensa para ayudarlos a evitar pensar en sus pruebas. Esto, sin embargo, afecta el cerebro ya que tiende a carecer de un descanso adecuado, lo que dificulta su rendimiento en clase o en cualquier otra actividad.
El Consejo Politécnico de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo en sesión ordinaria realizada el martes 4 de abril de 2017, mediante Resolución 179.CP.2017, dispuso que Vicerrectorado Administrativo conjuntamente con la Dirección de Bienestar Estudiantil, realicen una campaña de prevención al acoso sexual dirigida a las y los estudiantes de la institución, campaña que fue declarada como Acto Protocolario e Institucional.
Los objetivos de la campaña fueron: Sensibilizar a la comunidad politécnica acerca del acoso sexual y la violencia basada en género, motivar a los y las estudiantes de la ESPOCH a denunciar el Acoso Sexual. Socializar el protocolo de prevención, denuncia, seguimiento y sanción de los casos de acoso sexual y violencia basada en género de la Escuela superior Politécnica de Chimborazo (Saeteros y Viteri, 2017)
En el presente estudio se determinó la muestra (n= 265 ) mediante la aplicación de la fórmula de ecuación estadística para proporciones poblacionales. El tamaño de población fue de 15450 estudiantes, con un margen de error del 5% y un nivel de confianza del 90%.
La metodología aplicada es cuantitativa, exploratoria y transversal, mediante una encuesta a los estudiantes del campus central de la institución. El objetivo de la encuesta fue determinar en primera instancia el conocimiento y experiencia que los universitarios han tenido respecto al acoso.
Este primer cuestionario (ex-ante) se aplicó entre los meses de Junio y Julio del 2017. Las preguntas que respondieron recogen en su primera sección, el género con el que los estudiantes se identifican seguidamente pregunta si han tenido alguna experiencia en el ámbito cotidiano y/o institucional de acoso sexual. En tercer lugar, explora si tiene conocimiento de los protocolos a seguir para denunciar los casos.
Posteriormente al lanzamiento y socialización de la campaña, entre los meses Diciembre y Enero del 2018 , se volvió a aplicar el cuestionario(ex-post)pero en esta ocasión adicionando una sección que explora el conocimiento específico acerca de la campaña.
Los resultados obtenidos se presentan como ex -ante y ex post . La tabla 1 muestra el número de hombres y mujeres y personas que se identifican con otro género que respondieron a la encuesta. En el cuestionario ex – ante , el 52.9% de los encuestados fueron hombres, el 44.1% mujeres y el 3% otro. En el cuestionario ex – post , el 45.7% hombres, el 54% mujeres y el 0.3% otro.
En relación a si han experimentado o vivido situaciones de acoso sexual se desprende que el 38.1% (ex – ante ) y 38.5%( ex – post ) de estudiantes han sido víctimas de acoso en cualquiera de sus formas. En cuanto a si han vivido experiencias de acoso sexual en el campus politécnico el 23% (ex – ante ) y 28.5%( ex – post ). Tabla 2.
En la pregunta para determinar el tipo de acoso sexual que han experimentado, los estudiantes podían escoger más de una opción. El cuestionario ex – ante obtuvo que los silbidos y otros sonidos , es la forma más común de acoso con el 50.9% , seguida por miradas morbosas o lascivas con el 36.8% , y el contacto físico no deseado con el 32.5% . Las otras opciones tiene un menor porcentaje como se observa en la Tabla 3.
Las respuestas en ex – post reflejan que el 53.9% han sido acosados a través de silbidos y otros sonidos. El 28.9% han sido víctimas de miradas morbosas o lascivas y el 24.2% fueron acosados por medio de piropos o frases de carácter sexual incómodas.
Cuando se preguntó a los estudiantes sobre la frecuencia respecto a las situaciones de acoso, en el ex – ante , el 5.1% de encuestados han sido siempre acosados , el 26.3% ocasionalmente, el 33.1% a veces y el 35.6% rara vez. , En el ex – post, el 3.5% de encuestados han sido siempre acosados , el 18.9% ocasionalmente, el 34.3% a veces y el 43.4% rara vez. Tabla 4
En el ámbito sobre quiénes son los que provocan las situaciones de acoso se obtuvo en el primer cuestionario que el 51.6% de las situaciones han sido provocadas por otras personas, el 41.9% por los mismos compañeros estudiantes, el 20.4% por docentes y el 4.3% por funcionarios politécnicos. En el segundo cuestionario aplicado se obtuvo que el 45.2% de estudiantes han sido quiénes han provocado la situación de acoso, el 40% por otros , el 18.3% por docentes y el 7% por funcionarios politécnicos. Tabla 5
En la sección con respecto al conocimiento de los protocolos para denunciar los casos dentro de la institución, se obtuvo en el cuestionario ex – ante que el 83% de los estudiantes no conocen el proceso para denunciar y sancionar un caso de acoso en la institución frente al 17% que si conocen cómo hacerlo. En el ex – post se obtuvo que el 73.2% de estudiantes no conocen los procedimientos de denuncia y el 26.8% de estudiantes afirma conocer dicho proceso. Tabla 6
Al preguntar acerca del departamento que cree que es el pertinente para denunciar las situaciones los estudiantes responden en el ex – ante, que es el Departamento de Bienestar estudiantil el indicado con el 45.7%, dirección de escuela con el 35.1%, psicología clínica con el 12.5% , y el 6.8% a los encargados de seguridad en la institución los guardias. En el cuestionario ex – post, el 66.4% de los estudiantes afirman que el departamento de Bienestar estudiantil es el idóneo para denunciar casos de acoso sexual, el 24.2% en dirección de escuela, el 5.7% en psicología clínica y el 3.8% a los encargados de la seguridad institucional o personal de guardianía.
En el segundo cuestionario se adicionaron dos preguntas para conocer directamente el impacto de la campaña y se obtuvo que el 63% de los encuestados conoció acerca de las acciones realizadas en la institución con respecto a los temas de Acoso Sexual, frente al desconocimiento del 37%.
Al preguntar acerca del medio o los medios por los cuáles se enteraron de la campaña el 73.2% de los estudiantes respondieron que fue por medio de redes sociales (Facebook e Instagram) , el 42.5% a través de las vallas publicitarias ubicadas en el campus universitario, el 18.9% a través de los foros y las marchas que se organizaron en torno al tema. El 6.6% por otros y el 4,8% por los diarios /periódicos de la ciudad.
Cuando una persona es acosada sexualmente, es crucial que actúe inmediatamente y busque ayuda médica o profesional, lo que ayudará a prevenir la depresión, entre otras cosas. Algunas de las recomendaciones que se pueden implementar para minimizar el acoso sexual en las universidades incluyen la incorporación de políticas que guiarán a los estudiantes y al personal involucrado en los métodos para tratar el acoso sexual. Estas políticas ayudarán a crear conciencia entre los estudiantes sobre lo que se puede llamar acoso sexual y las medidas que pueden tomar en caso de que se encuentren en un escenario similar al descrito. Estas políticas también deberían implicar medidas proactivas de tratar con tales víctimas en lugar de con las reactivas. Esto ayudará a mantener los límites ya que otros perpetradores serán testigos de lo que otros delincuentes habrán sufrido. También se deben presentar programas educativos sobre los efectos del acoso sexual, que ayudarán a educar a los estudiantes sobre los efectos que el acoso sexual causa a un individuo. Una vez hecho esto, más estudiantes conocerán el tipo de tortura que realizan a sus colegas, lo que puede reducir el número de casos, especialmente entre los compañeros. Los profesores también deben estar al tanto de las implicaciones legales de agredir sexualmente a un estudiante, lo cual debe ser exhaustivo. Las universidades deberían, por lo tanto, esforzarse por garantizar que encuentren maneras de crear un lugar seguro para los estudiantes en sus instituciones en lugar de centrarse en su imagen.
En conclusión, el acoso sexual es una amenaza mundial ya que ha habido informes de estudiantes sexualmente hostigados por sus profesores o compañeros de estudios en todo el mundo. Esto es desafortunado porque el acoso sexual puede llevar a casos de depresión entre las víctimas, que interfieren con su progreso académico. Por lo tanto, se deben implementar recomendaciones y políticas adecuadas para ayudar a minimizar este problema que ha estado en curso a lo largo de los años.
La campaña implementada en la institución muestra que de las personas encuestadas que en el ex – ante el 17% afirmaban conocer el proceso de denuncia en la institución de casos de acoso sexual , para el ex – post el porcentaje del 26.8% indica que el conocimiento del protocolo implementado en la institución ha tenido un incremento pero sigue siendo por debajo del 30% , por tanto, aunque la campaña ha tenido un impacto positivo en este punto sigue siendo importante que se siga difundiendo el protocolo en toda la comunidad politécnica.
Acerca del departamento que los estudiantes creen que es el adecuado para denunciar el acoso sexual la campaña incidió en que un 20.7% más de los estudiantes señales a Bienestar Politécnico como el adecuado para este proceso.
La campaña contra el acoso sexual y violencia basada en género basándonos en las respuestas de los encuestados, la asistencia a los eventos programados, foros, marchas y la difusión en la denominada feria en contra de la violencia de género permitió que los estudiantes tengan un mayor conocimiento del tema y se sensibilicen ante esta problemática social. Además se concluye que es necesario que las universidades implementen campañas similares y que sean permanentes.
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