Mayelín Magdely Ruiz Álvarez *
Rosa María Rodríguez Carmona **
Universidad José Martí. Sancti Spíritus. Cuba
mayelin@uniss.edu.cuRESUMEN
El mundo se debate hoy en una crisis que ha sido catalogada de sistémica, integral y única, sin precedentes en la historia. En la base de estos fenómenos está la globalización neoliberal, cuyos efectos se hacen sentir en todos los órdenes. Frente al pensamiento hegemónico, con el que la burguesía manipula intencional y deliberadamente los hechos, emerge como vía de solución el pensamiento crítico. En los textos de Fidel Castro pueden encontrarse no solo constantes y radicales cuestionamientos de las formas establecidas de la vida social sino también la necesidad de reivindicar alternativas constructivas ante el capitalismo en general. En tal sentido, este trabajo reflexiona en torno al legado de Fidel Castro al pensamiento crítico.
Palabras claves: pensamiento crítico, emancipación social, Fidel Castro, globalización neoliberal.
ABSTRACT
Keywords: critical thinking, social emancipation, Fidel Castro, neoliberal globalization.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Mayelín Magdely Ruiz Álvarez y Rosa María Rodríguez Carmona (2017): “Legado de Fidel Castro al pensamiento crítico.”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (diciembre 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/12/legado-fidel-castro.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1712legado-fidel-castro
Una mirada hacia el actual contexto internacional.
La humanidad sufre en el siglo XXI una de sus crisis más violentas, catalogada como sistémica e integral, sin precedentes en la historia del capitalismo como sistema, donde se combina la crisis energética, las calamidades derivadas del cambio climático y la agresión al medio ambiente, con la crisis alimentaria, causada por la transformación de ciertos cultivos como el maíz y la caña de azúcar en agrocombustibles y la generalización de la pobreza, la inequidad económica y social entre las naciones y al interior de cada una de ellas, unido al fantasma cada vez más amenazante de la crisis del agua, que ya condena a la quinta parte de la población mundial.
En la base de estos fenómenos se encuentra la transnacionalización de la vida económica que tiene su reflejo además en la cultura y la ideología. La desterritorialización de las industrias culturales, la concentración y privatización de los medios de comunicación, la expansión y homogeneización de las redes de información, condicionan la globalización capitalista y constituyen causa de la apatía social y el escepticismo político, a la vez que provoca que se tornen globales actitudes negativas como el consumismo desmedido, la corrupción, el racismo, la xenofobia, las drogas y otros males típicos de la sociedad capitalista contemporánea.
El gran despliegue de la ideología neoliberal ha penetrado todas las esferas de la cultura, imponiendo el criterio de que el mercado constituye la vía única para superar cualquier problema social, exaltándose como valores la eficiencia, la competitividad, el culto a la diferencia, así como la exacerbación del yo por encima de los intereses sociales.
Ante esta gravísima crisis civilizacional -como la denominara el politólogo argentino Atilio A. Borón-, en la que se debate el capitalismo como sistema universal y que pone en entredicho la sobrevivencia misma de la especie humana, se requiere de una alternativa que permita a la humanidad salir de la crisis y construir un nuevo tipo de sociedad.
En este contexto, el pensamiento crítico se destaca como una posible vía para hacer frente al pensamiento hegemónico único, derivado este del desarrollo del proceso histórico capitalista en el cual la burguesía manipula intencional y deliberadamente los hechos, fundando su ideología en el falseamiento de la realidad.
El continente latinoamericano ha sido pródigo en las contribuciones al pensamiento universal. Como reconoce Roberto Fernández Retamar: “nuestra condición colonial nos ha obligado a ser universales en nuestras preocupaciones y en nuestras miradas. “(Borón, A., 2010:5)
En el siglo XX y XXI dentro del contexto latinoamericano, se distingue Fidel Castro Ruz, hombre cuyo pensamiento emancipador y su lucha a lo largo de su vida en pos del mejoramiento humano, hizo aportes al pensamiento crítico latinoamericano y universal. Constituye sin lugar a dudas: “…uno de los pensamientos políticos y sociales más lúcidos, creativos y anticipadores de la humanidad en el último medio siglo de su historia”. (Álvarez, P., 2008:2).
En tal sentido, tiene el profesor universitario del área de las ciencias sociales un referente obligado en sus ideas, para el análisis de problemáticas relacionadas con el actual orden mundial y la necesidad de su sustitución.
Este trabajo tiene como objetivo reflexionar en torno al legado de Fidel Castro al pensamiento crítico, reconociendo su inconmensurable obra en pos del bien común, de la necesidad actual de un pensamiento divergente, ante las notables amenazas que se ciernen sobre el hombre del siglo XXI.
Pensamiento crítico. Acercamiento necesario al concepto.
Repensar la realidad surge como alternativa necesaria contra lo que se ha denominado pensamiento único, derivado este del desarrollo del proceso histórico capitalista en el cual la burguesía manipula intencional y deliberadamente los hechos, fundando su ideología en el falseamiento de la realidad, falseamiento que proviene de la práctica de enajenación mediático-cultural del sistema de dominación múltiple.
Resulta necesario enfatizar desde fundamentos teóricos, conceptos en torno al pensamiento crítico, en total sintonía con un claro posicionamiento político de izquierda anticapitalista que se contextualiza con la actualidad de los procesos sociales que tienen lugar en América Latina y el Caribe.
En tal sentido, se reconoce que: “El pensamiento crítico es una crítica social y por ende epistemológica que cuestiona de manera constante, activa y radical, las formas establecidas de la vida social y su constricción en el sentido común de los significados cotidianos, en las relaciones socio-políticas y las formas establecidas correspondientes de pensamiento, tanto en el sentido del dominante, como el subalterno… El pensamiento social crítico se configura desde una empresa reflexiva y teórica y por un enfoque holístico e integral acerca de la necesidad real de evaluar y reelaborar críticamente los aparatos conceptuales de la ciencia social crítica, aunados por el objetivo de buscar soluciones post-capitalistas, formular y reivindicar alternativas constructivas ante el capitalismo en general y el neoliberalismo en particular, pensando sus desafíos de viabilidad, repensando las posibilidades del socialismo en las actuales condiciones históricas.” (León del Río Y., 2010: 2)
El pensamiento crítico es entonces aquel que “… nos proporciona a la vez los medios para pensar el mundo tal y como es, y tal como podría ser” (León del Río Y., 2010: 2), lo que declara una carga emancipadora en el ejercicio de la crítica desde el postulado de que para liberar el pensamiento, es indispensable el entendimiento de las determinantes sociales a las que está sometido.
Para entender su esencia es necesario también tener en cuenta que: “…no se trata de un ejercicio meramente intelectual, y mucho menos academicista... ese fortalecimiento y ese aliento al pensamiento desafiante, no convencional, tiene por objetivo último ser un insumo para los movimientos sociales y fuerzas populares empeñadas en la lucha por la superación histórica del capitalismo y la construcción de una buena sociedad.” (Borón, A., 2010:5)
Se insiste además en que el pensamiento crítico es por lo tanto: “… inseparable de un compromiso con la emancipación humana y con la preservación de la naturaleza, el irremplazable hábitat de la especie humana… Este compromiso exige, inexorablemente, una crítica radical e intransigente al capitalismo habida cuenta de su imposibilidad de resolver el problema de la justicia social y la sustentabilidad ecológica del planeta.” (Borón, A., 2010:5)
Al referirse a la intencionalidad de este pensamiento, el sociólogo y periodista francés Ignacio Ramonet aborda que es el único aceptable, aceptado y propagado en las instancias académicas e intelectuales, derivado del economicismo neoliberal, como expresión universalizante de los intereses del capital financiero transnacional.
El pensamiento crítico en el actual contexto mundial se contrapone al pensamiento único, entendido este último como “La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional, formulada a partir de 1944, con los acuerdos de Breton–Wods. Sus fuentes principales son las grandes instituciones económicas y monetarias que, mediante su financiación, afilian al servicio de sus ideas, en todo el planeta, a muchos centros de investigación, universidades y fundaciones que, a su vez, propagan la consagración del orden capitalista. Este pensamiento se rige por el principio de la supremacía de la economía sobre todas las esferas de la vida social y se defiende en nombre del realismo y el pragmatismo.” (Chomsky & Ramonet, 2000: 34)
El pensamiento crítico en América Latina cobra auge hacia la segunda mitad del siglo XX, donde destacan figuras como Ernesto Guevara y Fidel Castro, pero tiene sus antecedentes en los aportes de José Martí, José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la Torre -en su mejor período-, José Vasconcelos, José Enrique Rodó, Aníbal Ponce y Julio Antonio Mella.
Pensamiento de Fidel Castro: antítesis del pensamiento único.
El hecho de ser el patio trasero de Estados Unidos, convierte a Latinoamérica en víctimas inmediatas de los insaciables apetitos imperialistas y precipita la resistencia a sus políticas. Por citar algunos ejemplos: Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y, en menor medida, algunos otros países se encuentran en la lista de las insaciables apetencias norteamericanas.
Además, esta inserción práctica en la estructura imperialista permite disponer de un horizonte de visibilidad que habilita a pensar, estudiar e interpretar la realidad del imperialismo desde una perspectiva mucho más rica que la que se puede construir desde África o Asia, o desde Europa. Por lo tanto la obligación, a partir de esa posibilidad, está dada en elaborar esquemas de interpretación que puedan ser de utilidad en las luchas emancipatorias de otros pueblos, no sólo para conocer mejor al imperialismo sino, principalmente, para derrotarlo.
En esa gran batalla de ideas en contraria y objetiva lucha por la emancipación y el reconocimiento de que un mundo mejor es posible construir, se destaca el pensamiento de Fidel Castro Ruz. Del análisis de sus textos pueden ser inferidas claves que sirven de referente a docentes universitarios para su tratamiento en las clases, en función de contribuir al desarrollo integral de los jóvenes, desde una óptima real, convincente, sin dobleces de pensamiento. Entre ellas es necesario destacar:
-Inevitabilidad de la revolución social como ley objetiva de la sociedad humana y vía insoslayable para alcanzar la plena justicia social.
-Comprensión del papel que corresponde al líder y a las masas en la Revolución.
-La justicia social determinada por el cumplimiento de los derechos humanos esenciales.
-Justicia social y democracia.
-La defensa de la cultura como vía para la definitiva liberación social del hombre.
-La historia, la identidad nacional y la cultural de los pueblos como armas en la lucha por preservar los mejores valores.
-El capitalismo como sistema no viable para las mayorías en su lucha por alcanzar la justicia social.
-Necesidad del establecimiento de un nuevo tipo de globalización a escala planetaria.
-Contextualización de las ideas en el tránsito hacia una sociedad más justa y humana.
-La nueva sociedad que se construye no puede prescindir de la ética.
-Confianza ilimitada en el hombre para el establecimiento de la globalización de la solidaridad.
-La unidad de todas las fuerzas progresistas para el predominio de los mejores valores.
-Necesidad de promover en el hombre una cultura para la paz.
- El desarrollo de una cultura económica como necesidad para la humanidad.
- La socialización de la información y los logros de la ciencia y la tecnología.
-El desarrollo de una cultura del trabajo como necesidad vital del hombre, en función de garantizar equidad y justicia social.
Fidel legó a la posteridad, desde una visión global, el rol transformador del hombre en la lucha por la defensa de las mayorías. En sus textos es recurrente la mirada crítica del actual régimen hegemónico y la impostergable lucha por un mundo mejor. En el período comprendido entre 1990 y 2007, pueden encontrarse discursos, entrevistas, reflexiones que son ineludibles al respecto. Entre ellos destaca:
Discurso pronunciado en Río de Janeiro en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo el 12 de junio de 1992: En este discurso Fidel denuncia el peligro de desaparición del género humano sobre el planeta por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida; esclarece ante el mundo la responsabilidad histórica de las potencias capitalistas en la progresiva degradación del medio ambiente y el carácter histórico de este proceso. En él resume de manera magistral los principales problemas medioambientales que padece el planeta y la relación dialéctica entre subdesarrollo-deterioro del medio ambiente y pobreza. Ofrece la posible solución a esta problemática.
En este discurso expresó: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. (…) Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente…Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer (Castro, F., 1992: 13)
En Río de Janeiro también dejaba claro que (…) Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta…Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo.” (Castro, F., 1992: 15).
Una revolución sólo puede ser hija de la cultura y las ideas. Discurso pronunciado en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela el 3 de febrero de 1999. Una idea importante de este discurso es el mensaje de Fidel sobre el carácter irreversible de la globalización como proceso objetivo, resultante del desarrollo de las fuerzas productivas y de la necesidad de establecer un nuevo tipo de globalización basada en la solidaridad entre los pueblos, subraya el papel de las ideas en el logro de un mundo sostenible.
El líder indiscutible de la Revolución cubana enfatizaba que: “Hay que buscar conceptos y hay que buscar ideas que permitan un mundo viable, un mundo sostenible, un mundo mejor” (…) ¿Cuáles serán las armas esenciales? Las ideas, las conciencias. ¿Quiénes las sembrarán, las cultivarán y harán invencibles? Ustedes. ¿Se trata de una utopía, un sueño más entre tantos otros? No, porque es objetivamente inevitable y no existe alternativa. Ya fue soñado no hace tanto tiempo, solo que tal vez prematuramente. Como dijo el más iluminado de los hijos de esta isla, José Martí, Los sueños de hoy serán las realidades de mañana. (Castro, F., 1999: 19,66.)
Discurso en la sesión de clausura del Congreso Pedagogía 2003, el 7 de febrero de 2003. En esta disertación, Fidel hace referencia a la relación entre ética, conocimiento y justicia social, destacando el papel de la cultura como vía de liberación no sólo política sino también social.
Entre las ideas abordadas en el discurso se destaca que: “El acceso al conocimiento y la cultura no significan por si sólo la adquisición de principios éticos; pero sin conocimiento y cultura no se puede acceder a la ética. Sin ambos no hay ni puede haber igualdad ni libertad. Sin educación y sin cultura no hay ni puede haber democracia.” (Castro, F., 2003: 19).
Más adelante en su intervención expresó que: “Las ideas son hoy el instrumento esencial en la lucha de nuestra especie por su salvación. Y las ideas nacen de la educación. Los valores fundamentales, entre ellos la ética, se siembran a través de ella.” (Castro, F., 2003: 26).
Siguiendo el hilo conductor de su intervención enfatizó en que: “Aún en sociedades como la de Cuba, surgida de una revolución social radical donde el pueblo alcanzó la plena y total igualdad legal y un nivel de educación revolucionaria que echó por tierra el componente subjetivo de la discriminación, existe todavía de esta forma. La califico de discriminación objetiva, un fenómeno asociado a la pobreza y a un monopolio histórico de los conocimientos. (Castro, F., 2003: 28).
En el discurso de febrero del 2003 reconoció que: “Por otro lado, en nuestra búsqueda de la más plena justicia y de una sociedad más humana, hemos podido percatarnos de algo que parece constituir una ley social: la relación inversamente proporcional entre conocimiento y cultura y el delito”. (Castro, F., 2003: 29).
El Diálogo de Civilizaciones: Este discurso fue pronunciado al clausurar la Conferencia Mundial Diálogo de Civilizaciones. América Latina en el siglo XXI: Universidad y Originalidad. La Habana, 30 de marzo de 2005. En él realiza reflexiones importantes sobre el concepto civilización y cómo ha sido manipulado por las potencias a lo largo de la historia, sometiendo a pueblos enteros bajo el dominio de otros que erróneamente se han considerado superiores.
En El Diálogo de Civilizaciones destaca la necesidad de preservar los mejores valores creados por la humanidad, en cada una de las etapas con el aporte de cada cultura. Al respecto señala: “Decirle adiós al chovinismo, decirle adiós al nacionalismo estrecho, decirle adiós a los adiós, decirle adiós a la intolerancias, decirle adiós a los prejuicios, y es trayendo todo lo que tienen de bueno todas las culturas y todas las civilizaciones y todas las religiones, educarlos en una ética universal, verdaderamente necesaria en este mundo neoliberal globalizado, que comenzó por globalizar el egoísmo, globalizar los vicios, globalizar las ansias de consumo, globalizar el intento de apoderarse de los recursos de los demás, de esclavizar a los demás”. (…) los valores que hemos creado todos debemos unirlos. Así interpreto lo que pudiera llamarse un diálogo de civilizaciones (…) Sin valores no hay civilización; digo más, sin valores esta humanidad no sobrevive. (Castro, F., 2005: 25)
Discurso pronunciado en el acto por el aniversario 60 de su ingreso a la Universidad, efectuado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre de 2005. Se distingue por la caracterización que hace del mundo actual y la denuncia a sus injusticias.
En el mismo reflexiona sobre: “¿Qué mundo es ese donde un imperio bárbaro proclama el derecho de atacar sorpresivamente y preventivamente a 70 o más países, que es capaz de llevar la muerte a cualquier rincón del mundo, utilizando las más sofisticadas armas y técnicas de matar? (Castro, F., 2005: 14).
Sin embrago el mensaje que transmitió al pueblo de Cuba y al mundo entero fue de optimismo y esperanza ante la necesidad y la posibilidad de lograr un mundo más justo, señalando: “¡Vale la pena haber nacido! ¡Vale la pena haber vivido!” (Castro, F., 2005: 102).
Un grano de maíz. Entrevista concedida por Fidel Castro a Tomás Borge en 1992. Refiriéndose al significado de esta entrevista Tomás Borge señaló: “La entrevista con Fidel me hizo comprender que esta profesión hay que afrontarla con muchísima humildad, y no creer que lo que sabes de una cosa es realmente la verdad definitiva” (Borge, T., 1992: 14). “Esta entrevista no es imparcial, busca cómo aferrarse a la vida después de los últimos funerales históricos, pretende encender una chispa en medio de las tinieblas. Para ello fue necesario provocar la descomunal memoria y singular inteligencia de Fidel Castro”. (Borge, T., 1992: 14).
Entre las ideas expuestas por Fidel Castro están sus consideraciones sobre el papel del hombre en la historia que resalta una de las cualidades que lo caracterizan, la modestia. En este sentido expresó: “Creo que, incluso, un sentido estricto de la justicia nos prohíbe juguetear con la idea de ocupar sitios prominentes, sitios destacados (…) Sí me procuraría muchísimo, y me preocupa, que las ideas prevalezcan, que la obra prevalezca, eso es lo que importa. Si se perdiera la obra, que importan los hombres que estuvieron en esa obra y que estuvieron tratando de alcanzar esos objetivos (…) prefiero mil veces pensar en el lugar que les corresponderá a las causas que estamos defendiendo, a las ideas justas, en el lugar que les corresponderá a los derechos del hombre, a la felicidad del hombre en el mundo del futuro. (Borge, T., 1992: 35).
Uno de los términos que con más frecuencia se impuso en el discurso político, a raíz de la desaparición del socialismo, fue el de “desideologización” y Fidel ofrece su juicio al respecto planteando: “Pienso que el mundo está más ideologizado que nunca, solo que se trata de un mundo donde se busca imponer la ideología del capitalismo, la ideología del imperialismo, la ideología del neoliberalismo y, precisamente, para hacer desaparecer del mapa político toda ideología que no coincida con esa ideología (…) Si por “desideologización” se entiende el desarrollo de las relaciones entre los países y la búsqueda de la paz entre y de la colaboración por encima de diferencias ideológicas, eso fue planteado por el movimiento revolucionario hace mucho tiempo, no es nuevo en absoluto.” (Borge, T., 1992: 88).
En la trascendental entrevista Fidel define el neoliberalismo y aborda las consecuencias desastrosas de la aplicación de esta política para el Tercer Mundo, destacando: “El neoliberalismo es la ideología del imperialismo en su fase de hegemonía mundial” (Borge, T., 1992: 89).
Sobre las imperantes ideas neoliberales sentenció: “(...) ¿Qué porvenir les espera a estos pueblos? Es algo insoportable, sencillamente. La vida se encargará de demostrar que esto es insoportable, y la vida se encargará de echar por tierra el prestigio actual de esas ideas capitalistas y de esas ideas neoliberales (…) Yo te digo que antes de 30 años seremos más de 800 millones, 800 millones no se pueden exterminar como chinches, 800 millones no se pueden matar, no se pueden aniquilar, y no se podrá repetir la historia del descubrimiento y la conquista con cientos de millones de seres humanos, con los nuevos indios que somos nosotros ahora, a los que nos quieren descubrir, a los que nos quieren conquistar, a los que nos quieren enseñar, a los que nos quieren educar.” (Borge, T., 1992: 93).
Es de significativa importancia el concepto abordado por Fidel Castro sobre democracia, así como la caracterización que realiza de la democracia burguesa, donde señala: “Para mí democracia implica la defensa de todos los derechos de los ciudadanos, entre ellos el derecho a la independencia, el derecho a la libertad, el derecho a la dignidad nacional, el derecho al honor; para mí democracia significa la fraternidad entre los hombres, la igualdad verdadera entre los hombres, la igualdad de oportunidades para todos los hombres, para cada ser humano que nazca, para cada inteligencia que exista.” (Borge, T., 1992: 109).
…Pienso que no puede existir la verdadera democracia en medio de la desigualdad social, en medio de la injusticia social, en medio de sociedades divididas entre ricos y pobres. (Borge, 1992: 117). “Cuando el ciudadano tiene la sensación de ser algo, de ser parte de la sociedad; cuando el ciudadano tiene la sensación de poseer una dignidad nacional, una patria, cosa tan rara, tan escasa y tan inaccesible en el mundo de hoy para la inmensa mayoría de los pueblos, ¿habrá algún país que haya hecho más por los derechos humanos que lo que se ha hecho en Cuba? (Borge, T., 1992: 225).
Cien horas con Fidel. Entrevista concedida por Fidel Castro a Ignacio Ramonet en la que se refiere al papel de la educación y la cultura en la superación de todo tipo de desigualdad: “Hemos descubierto la ley de la relación inversamente proporcional entre conocimiento, cultura y delito; por ejemplo, a más conocimiento, cultura y acceso a los niveles universitarios, menos delito. En un país de 800 mil profesionales e intelectuales, buscando datos, investigando en prisiones y en veinte lugares, vamos descubriendo las leyes de esta relación. (Ramonet, I., 2006: 262).
En este intercambio con Ramonet, ofrece razonamientos importantes sobre la situación actual en el mundo, lo injusto del orden existente y la necesidad del cambio social a escala global. En éste sentido señala: “Quinientas empresas globales dominan hoy el 80 por ciento de la economía mundial. Los precios no son de competencia, los precios a que se venden, por ejemplo, los medicamentos contra el SIDA son monopólicos. Los fármacos constituyen uno de los más abusivos, extravagantes y explotadores renglones del mundo; la medicina que le venden a la gente tiene un precio en muchos casos diez veces superior a los costos de producción. La publicidad casi determina lo que se vende y lo que no, quien no tenga mucho dinero no puede hacer publicidad de ninguna clase para sus productos, aunque sean excedentes.” (Ramonet, I., 2006: 440).
Aborda cómo en las circunstancias que ha impuesto la globalización neoliberal, las soluciones tienen que tener un carácter global. Al respecto apuntó: “La gente lucha contra el subdesarrollo, las enfermedades, el analfabetismo, pero todavía no se ha hallado la solución global de los problemas de la humanidad. Tales problemas de la humanidad no tienen solución sobre bases nacionales, porque hoy más que nunca la dominación se lleva a cabo sobre bases globales: la llamada globalización neoliberal, apoyada en el poder del imperio y sus aliados.” (Ramonet, I., 2006: 443).
Destaca la capacidad del ser humano para crear una sociedad más justa y humana. En este sentido apuntó: “La sociedad humana ha cometido colosales errores y aún los sigue cometiendo, pero yo estoy profundamente convencido de que el ser humano es capaz de concebir las más nobles ideas, albergar los más generosos sentimientos y, superando los poderosos instintos que la naturaleza le impuso, dar la vida por lo que siente y lo que piensa. Así lo ha demostrado muchas veces a lo largo de la vida.” (Ramonet, I., 2006: 455).
Constituyen estos textos de Fidel Castro una evidente defensa de un pensamiento reflexivo, lógico, coherente, objetivo, consciente, acerca de la realidad que circunda al hombre actual, con énfasis en quienes habitan en América Latina, -espacio geográfico apetecido por el más poderoso imperio del planeta- y que obliga a los latinoamericanos a pensar diferente, a pensar por el bien de su nación, a pensar sin manipulaciones, alejados de la retórica gastada del imperialismo, de su supremacía sobre las naciones del continente.
Fidel Castro, constituye desde sus ideas y acción un lúcido pensador en pos del bien de la humanidad, de la equidad, del cuidado del medio ambiente, de la necesidad de la educación, de la defensa de la identidad de los pueblos frente al neoliberalismo. Es él -sin apologetizarlo- una de las figuras cumbres del siglo XX y los albores del XXI que luchó desafiantemente por un cambio real en el contexto mundial, americano y cubano, los anteriores discursos son tan solo una muestra representativa de antítesis al pensamiento único que hoy predomina a escala universal.
A modo de conclusión puede entonces aseverarse que:
La globalización neoliberal ha agravado las contradicciones del sistema capitalista, haciendo aparecer sobre la humanidad, en especial sobre los pueblos del Tercer Mundo, los efectos nefastos de una crisis sistémica e integral sin precedentes en la historia.
El pensamiento crítico emerge como alternativa que permite dar una interpretación contrahegemónica de la sociedad capitalista y su crisis y, simultáneamente, proponer una vía de solución.
Fidel Castro Ruz en su lucha por hacer prevalecer lo mejor del ser humano, hizo aportes importantes al pensamiento crítico, constituyendo un referente importante que puede ser aprovechado por el docente en la formación de los jóvenes.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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_________________ (1999). Una Revolución solo puede ser hija de la cultura y las ideas. Discurso en el Aula magna de la Universidad Central de Venezuela el 3 de febrero de 1999. La Habana. Editora Política.
_________________ (2003). Discurso en la sesión de clausura del Congreso Pedagogía 2003. En: Las ideas son el arma esencial en la lucha de la humanidad por su propia salvación. L Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. Castro Ruz, F. (2003, febrero 26).
_________________ (2005). Podemos construir la sociedad más justa del mundo. La Habana. Oficina de Publicaciones del Consejo de estado.
_________________ (2007) Discurso pronunciado en Río de Janeiro en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo el 12 de junio de 1992 en: El diálogo de civilizaciones. La Habana. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado.
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