Juvencio Jaramillo Garza *
Jesús Fernando Isaac García **
Universidad Autónoma de Tamaulipas, México.
jesusfernandoisaac@gmail.comResumen.
Se implementó una metodología para la evaluación del programa denominado “La Participación comunitaria fortalece la salud Familiar y su entorno” con el objetivo de evidenciar el impacto en la salud de un grupo de 70 personas seleccionadas de manera aleatoria realizando una intervención directa en hábitos de alimentación y de actividad física. La propuesta metodológica se implementa con le porpósito de realizar evaluaciones efectivas aplicables a programas de corto plazo de duración. Esto, mediante una propuesta si bien simple con un fuerte respaldo estadístico. Se consideró como fundamental la modificación en la dieta alimenticia diaria así como el implementar un programa de ejercicio los cuales se instrumentó por un periodo de tres meses haciendo mediciones biológicas ex ante y post del programa.
Los resultados fueron los siguientes:
Al cambiar el consumo tradicional de agua, refrescos, carnes, pastas, cremas, comidas grasosas y comida chatarra disminuyendo estas y favoreciendo el consumo de frutas y verduras, carnes blancas como el pescado y el pollo; todo lo anterior sumando rutinas diarias de ejercicio físico, tuvo como consecuencia una disminución en los indicadores biométricos seleccionados (Peso, IMC y nivel de glucosa en la sangre). Todos los indicadores mostraron una evolución saludable concluyendo que:
Palabras clave: Evaluación- Metodología-Impacto-Salud-muestra.
METHODOLOGY TO EVALUATE PUBLIC PROGRAMS: EVALUATION OF THE PROGRAM DENOMINATED:
"Community participation strengthens family health and its environment"
Dr. Juvencio Jaramillo Garza
Dr. Jesús Fernando Isaac García.
Summary.
A methodology was implemented for the evaluation of the program called "Community participation strengthens family health and its environment" with the objective of evidencing the health impact of a group of 70 people randomly selected by performing a direct intervention in eating habits And physical activity. The methodological proposal is implemented with the purpose of carrying out effective evaluations applicable to short-term programs of duration. This, by a simple proposal with strong statistical support.
The modification in the daily diet was considered fundamental as well as the implementation of an exercise program which was instrumented for a period of three months taking ex ante and post biological measurements of the program.
The results were as follows:
By changing the traditional consumption of water, soft drinks, meats, pastas, creams, greasy foods and junk food, reducing these and favoring the consumption of fruits and vegetables, white meats such as fish and chicken; All of the above adding daily routines of physical exercise, had as a consequence a decrease in the selected biometric indicators (Weight, BMI and blood glucose level). All the indicators showed a healthy evolution concluding that:
1. Descriptive evidence suggests that a shift from diet to a diet based largely on fruits, vegetables, grains, and natural waters, has a positive impact on weight, BMI, and glucose levels remain stable.
2. Evidence suggests that subjecting people to a daily-frequency physical activity regime impacts on reducing levels of overweight, BMI.
3. Evidence suggests that if people are educated and trained in eating habits with theoretical and practical content on healthy eating, they modify behaviors towards food.
4. The program proved to be effective in reducing overweight, BMI and in stabilizing glucose.
Key words: Evaluation –Methodology-Impact-Health-sample
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Juvencio Jaramillo Garza y Jesús Fernando Isaac García (2017): “Metodología para evaluar programas públicos: evaluación del programa denominado: “La participación comunitaria fortalece la salud familiar y su entorno””, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (noviembre 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/11/evaluar-programas-publicos.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1711evaluar-programas-publicos
II ANALISIS FODA.
El siguiente análisis se hace con la intención de diagnosticar la situación actual que se relaciona con el programa así como con la muestra seleccionada para realizar la intervención planeada.
Iniciaremos con la detección de las fortalezas, continuamos con las oportunidades y terminaremos con las debilidades y las amenazas.
Fortalezas
Las fortalezas que mencionaremos están centradas en el programa y su relación con los involucrados en la intervención:
Oportunidades.
Las oportunidades que se enlistan a continuación algunas fueron identificadas con anticipación y otras durante el proceso de planeación:
Debilidades
Se identificaron las siguientes debilidades:
Amenazas.
Finalmente las siguientes amenazas se detectaron como sigue:
En conclusión, tanto las fuerzas como las oportunidades son loables si pensamos en términos del corto plazo y el impacto del programen corto plazo definitivamente sería un éxito. En cambio, las debilidades realmente no son de gran preocupación como para afectar ni la instrumentación ni la evaluación del programa por lo que en términos de corto plazo, no afectarían para nada. Sin embargo, si tomamos en cuenta las amenazas si bien estas no afectan el programa durante su duración en términos del mediano ylargo plazo si afectan pues no hay seguimiento que sería la acción principal para ver el impacto del programa en el largo plazo.
En la actualidad hay un sinfín de fenómenos que han estado afectando la salud de las personas. Factores como la obesidad, la diabetes, hipertensión arterial, cáncer, etc. En su mayoría enfermedades crónico-degenerativas has estado teniendo prevalencia importante a lo largo de los últimos años en el Estado de Tamaulipas, México.
Es importante destacar que los esfuerzos realizados por las autoridades de salud también han sido importantes para dar respuesta a tan importantes retos de salud pública que se han estado presentando en la región.
En el municipio de Casas se realizó el 5 de diciembre de 2013, el taller intersectorial y así mismo la instalación del consejo municipal de salud estableciendo el compromiso de llevar a cabo un trabajo institucional, en conjunto con la participación activa de la comunidad. Para tales efectos se determina incidir de manera positiva sobre las determinantes críticas de la salud. Por ende, se anticipará para responder a la transición epidemiológica y sus efectos en la atención a la salud. Basado en lo anterior, es de relevancia el problema detectado en la cabecera municipal del municipio de Casas Tamaulipas. Ante este desafío que en materia de salud se busca reducir mediante acciones anticipadoras de prevención y promoción de la salud, el impacto de las enfermedades crónico degenerativas no trasmisibles atendiendo de forma oportuna a las familias de la localidad mediante la implementación de programas de intervención en el área alimenticia, actividad física y educación para la salud.
De tal suerte que a partir del diagnóstico situacional de salud se ubican las enfermedades crónico degenerativas no trasmisibles en primer lugar y por ende se requiere de fortalecer la educación para la salud a través de sesiones educativas, así mismo talleres comunitarios en donde la enseñanza-aprendizaje permita la adopción de estilos de vida saludables para disminuir éste problema de salud pública, además se instrumentará la comunicación educativa brindando la información de prevención y control mediante la distribución de material gráfico, instalación de periódicos murales, medios audiovisuales y que con responsabilidad compartida e integradora de la sociedad y el gobierno realizar el trabajo en equipo favoreciendo el bien estar social.
Entonces, por lo anterior y como parte integral de las estrategias estatales de salud se ha implementado el programa público “La participación comunitaria fortalece la salud familiar y su entorno” en conjunto con las autoridades de la Jurisdicción Sanitaria 1 y las autoridades municipales del municipio de Casas, en Tamaulipas México.
Realizar una evaluación del programa mencionado para ver su efectividad y el impacto positivo que haya tenido en la comunidad seleccionada.
El programa nace debido a un problema identificado en el diagnóstico mencionado anteriormente el cual es:
“Durante el proceso de entornos y comunidades saludables. La educación para la salud es de relevancia considerando que las enfermedades crónico degenerativas no transmisibles representan un riego importante en el proceso salud-enfermedad por lo anterior, en la etapa de comunidad orientada a la formación de agentes y procuradoras de la salud, es fundamental ya que al recibir la capacitación en diferentes temas de salud, permitirá llevar a cabo la difusión de los beneficios de prevención y promoción de la salud y en una acción multiplicadora, realizar el empoderamiento en el individuo, la familia y la colectividad que permita disminuir riesgos y daños a la salud, realzando las acciones de apego al tratamiento, alimentación sana y actividad física para mejor control de la diabetes e hipertensión y sus complicaciones. Con esta referencia de intervención el resultado esperado es trascender en una nueva cultura de la salud.”
De tal manera que desprendemos el siguiente problema que se pretende resolver mediante la implementación de la evaluación del programa mencionado:
“Al no tener evidencia del éxito de programas de intervención en materia de salud en el municipio mencionado, se tiene como consecuencia la incertidumbre de seguir instrumentando programas de la misma naturaleza al desconocer el efecto ya sea positivo o negativo de la intervención.”
La evaluación del programa mencionado es requerida debido a que se requiere evidencia primaria del impacto positivo de haberlo, para seguir promoviendo y apoyando programas con la misma naturaleza pues es un incentivo para las autoridades seguir favoreciendo estos programas al ver el éxito obtenido en la salud de las personas involucradas en el programa por lo cual se requiere de manera puntual evidencia clara de que de seguir habiendo más programas de la misma naturaleza, el éxito estará garantizado.
¿Tiene un pacto positivo en la salud de las personas involucradas el programa de intervención?
¿Las personas tendrán conciencia que deben de cuidar su salud?
¿Tienen conciencia los involucrados en la actividad física es positiva en la salud?
¿Será factible seguir impulsando programas de intervención en la salud?
Empezaremos definiendo los siguientes conceptos que nos ayudarán a entender el proceso de evaluación del programa mencionado:
Se da el nombre de intervención en la salud (o intervención en salud) a todo aquel esfuerzo que tiene como objeto promover buenos comportamientos relacionados con la salud (como, por ejemplo, realizar ejercicio físico) o prevenir o evitar malos comportamientos relacionados con la salud (por ejemplo, promoviendo la interrupción del consumo de tabaco o desalentando el consumo de sustancias ilícitas o el consumo excesivo de bebidas alcohólicas).
Las intervenciones en la salud pueden aplicarlas distintos tipos de organizaciones: instituciones de salud y organizaciones de la iniciativa privada.
En los años recientes se han desarrollado diversas formas de intervención que incluyen a la familia y a los amigos, lo cual ha servido para alentar a personas que presentan comportamientos autodestructivos o adictivos a que acepten la ayuda. Esto dio inicio en la década de 1960, con la llamada Intervención Johnson. Desde entonces se han desarrollado distintas variantes de esta metodología básica, cada una de las cuales presenta ventajas y desventajas (Ventura 2011).
Salud.
"La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades". La cita procede del Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, que fue adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946, firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Official Records of the World Health Organization, Nº 2, p. 100), y entró en vigor el 7 de abril de 1948. La definición no ha sido modificada desde 1948. (OMS, 2016).
Salud pública
Por Salud Pública se entiende el cuidado y la promoción de la salud aplicados a una población o a un grupo preciso de la población. Aun cuando la Salud Pública no implica directamente la oferta de cuidados médicos a las personas, se afirma que el papel de los médicos cuando se trata de Salud Pública. Los médicos tienen la responsabilidad de cuidar la salud de las personas mentalizándolas al mismo tiempo sobre la Salud Pública. Se insiste en que no se considere la Salud Pública como algo aparte, pues está estrechamente relacionada con la salud de cada uno, el cuidado de la salud y los cuidados médicos (AMM, 2016)
Enfermedades crónicas degenerativas.
Las enfermedades crónicas son enfermedades de larga duración y por lo general de progresión lenta. Las enfermedades cardíacas, los infartos, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes, son las principales causas de mortalidad en el mundo, siendo responsables del 63% de las muertes. En 2008, 36 millones de personas murieron de una enfermedad crónica, de las cuales la mitad era de sexo femenino y el 29% era de menos de 60 años de edad (OMS, 2016).
Evaluación.
La evaluación es un proceso que tiene por objeto determinar en qué medida se han logrado los objetivos previamente establecidos, que supone un juicio de valor sobre la programación establecida, y que se emite al contrastar esa información con dichos objetivos.
Evaluación inicial
la evaluación inicial es la que se realiza al comienzo de un programa, consiste en la recogida de datos tanto de carácter personal en la situación de partida; y su finalidad es que el evaluador inicie el proceso de intervención con un conocimiento real de las características de todos y cada uno de los intervenidos, La evaluación inicial se hace necesaria para el inicio de cualquier cambio, ya que se va a servir de referente a la hora de valorar el final de un proceso o de comprobar si los resultados son satisfactorios.
Evaluación final.
La evaluación final consiste en la recogida y valoración de datos al finalizar un periodo de tiempo previsto para la realización de un programa, como constatación de los objetivos esperados. Es la evaluación final la que determina la consecución de los objetivos planteados al término de un proceso o de un periodo instructivo y los resultados que aporta pueden ser el punto de arranque de la evaluación inicial del siguiente periodo de evaluación. (L & E, 2016)
Ahora pasaremos al estado del arte en materia de evaluación de evaluación de programas de salud.
Textualmente Garrido y López (2011) textualmente señalan: “que La evaluación permanente de las acciones y resultados alcanzados por los sistemas de salud es una de las principales expresiones de la rectoría del Estado y una de las mejores formas de garantizar que sus objetivos estratégicos se puedan alcanzar. Estas acciones tienen una tendencia creciente en el mundo y actualmente no existe ningún país que pueda organizar seriamente su sistema de salud sin llevarlas a cabo.
No obstante, a pesar de que la evaluación de los sistemas sanitarios se realiza sistemáticamente desde hace por lo menos diez años, la manera de llevarla a cabo ha variado significativamente en el último medio siglo. Como ejemplo, baste mencionar que en el lapso trascurrido de los años cincuenta a los setenta la evaluación de los programas y servicios consistió fundamentalmente en la medición de metas –sobre todo a través de la comparación entre las acciones planeadas y las realizadas– y la medición de la eficiencia alcanzada durante el uso de los recursos. Unas décadas más tarde –probablemente como una de las consecuencias de la difusión que tuvo el modelo de evaluación de la calidad de la atención propuesto por Avedis Donabedian– estas primeras modalidades de evaluación fueron sustituidas paulatinamente por la evaluación simultánea de la estructura, los procesos y los resultados de los programas. Esta manera de evaluar permitió acercarse por primera vez a lo que podría considerarse una evaluación integral de los sistemas sanitarios. Un poco después, al finalizar los años noventa y paralelamente a los movimientos de reforma sanitaria que ocurrieron a escala mundial, surgió el concepto de Evaluación del Desempeño de los Sistemas de Salud, que la Organización Mundial de la Salud formalizó en su Informe Mundial del año 2000. En este caso, como indica su nombre, la evaluación se refiere al desempeño global de los sistemas y es resultado de una combinación de la aplicación de las políticas, la marcha de los programas y los resultados de las acciones de salud.
La evaluación de los sistemas de salud puede realizarse por lo menos en dos niveles. El primero es aquel en el que se encuentran los procesos que el sistema establece en la forma de programas y servicios de salud. El segundo se despliega a escala sistémica, es decir, en materia de grandes políticas. Se denomina Evaluación de Programas y Servicios a la primera modalidad y Evaluación del Desempeño del Sistema de Salud a la segunda. En general, cuando se evalúa el desempeño de los sistemas se evalúan las condiciones generales de salud que se han alcanzado en un país, la brecha sanitaria que existe entre los grupos sociales, el trato que proporciona el sistema a sus usuarios y el grado de eficiencia alcanzado al aplicar los recursos disponibles para atender las necesidades actuales y futuras.
Como puede observarse, la transformación experimentada en el último medio siglo en los modos de evaluar los servicios y sistemas de salud ha consistido, aparentemente, en la sustitución paulatina de la evaluación de la operación de los programas (medida a través del alcance de las metas del programa) por la evaluación del impacto del sistema sobre las condiciones de salud de la población (medida sobre todo a través del nivel de salud alcanzado, las diferencias en las condiciones de los distintos grupos sociales y la equidad en el financiamiento del sistema) como objetivo principal de las evaluaciones.
No obstante, y a pesar de estos avances conceptuales, para los países todavía es muy importante evaluar cada programa y servicio, debido, en primer término, a que la evaluación del desempeño sólo puede ser realizada con los insumos proporcionados por la evaluación de los programas específicos y, en segundo lugar, a que la información sobre cada política y programa es estratégica para ajustar la marcha de cada uno de ellos al alcance de sus objetivos puntuales. Esto es así porque los servicios de salud son un componente esencial dentro de los sistemas de salud, y representan una síntesis del esfuerzo colectivamente organizado con el fin de prevenir las enfermedades, prolongar la vida y fomentar la salud de la población. México, reconociendo esta importancia, ha establecido dentro del Sistema Nacional de Salud un sistema de evaluación que obliga a cada administración a realizar anualmente la evaluación de los principales programas y servicios de salud.
Para garantizar la objetividad e imparcialidad de los resultados, la normatividad sanitaria establece que la evaluación de los programas y servicios debe estar a cargo de instituciones académicas y de investigación u organismos especializados, de carácter nacional e internacional, que cuenten con amplio reconocimiento y experiencia en la respectiva materia. El propósito de estas evaluaciones es el de identificar los principales retos que enfrenta la marcha de los programas y servicios de salud a nivel nacional, documentar los avances de los programas de salud desplegados en el país y plantear las tareas necesarias para el fortalecimiento de las actividades de salud. Los hallazgos más relevantes de las evaluaciones se sintetizan en una serie de informes técnicos que son usados para llevar a cabo los ajustes pertinentes a cada programa, pero que además se presentan en documentos que se divulgan ampliamente. Es claro que este tipo de evaluación, denominada genéricamente evaluación de programas y servicios, es un proceso significativamente distinto al de la investigación científica. Por esta razón, no es común que los resultados de estas evaluaciones se publiquen en forma de artículos científicos.
Safdie (2013), describe el protocolo, objetivo, el diseño y los métodos de un ensayo controlado aleatorio de dos años realizados para evaluar la efectividad de una intervención ambiental en 27 escuelas primarias de la Ciudad de México.
El protocolo consta de dos unidades de análisis: el nivel escolar donde se evaluaron los cambios en el entorno escolar de escuelas primarias públicas de medio tiempo y el nivel individual que evaluó los cambios de comportamiento en alumnos de 9 a 11 años de edad. Se implementaros dos tipos de intervenciones: nutrición y actividad física apoyadas de una estrategia de educación/comunicación. Las intervenciones tuvieron dos intensidades: básica y plus. La evaluación de la efectividad se llevó a cabo durante los ciclos escolares 2006-2007 y 2007-2008.
Safdie encontró que las escuelas juegan un papel importante en fomentar el desequilibrio energético en los niños mediante artículos que se venden para consumo, teniendo como consecuencia un impacto en el incremento de peso y obesidad en los niños teniendo las estrategias un impacto positivo en la reducción del sobrepeso en los niños.
Safdi (2013) Evalua el impacto de una intervención de 18 meses para la prevención de obesidad en escolares de 4o y 5o grados basada en el modelo ecológico en conductas saludables en México. Mediante diseño experimental para asignar 27 escuelas a uno de los tres tratamientos: intervenciones básicas, intervenciones plus y control.
Se midió el impacto en el ambiente escolar, la alimentación y la actividad física e índice de masa corporal en niños. La evaluación se llevó a cabo en dos años en 830 estudiantes.
Encontró que en las escuelas de intervención, la disponibilidad de alimentos sanos aumentó y la disponibilidad de alimentos poco saludables disminuyó.
La ingesta de alimentos en niños no mostraron las mismas tendencias.
En las escuelas de intervención, los niños no participaron más en actividad física moderada y vigorosa. La prevalencia de obesidad no se modificó.
La intervención mejoró el entorno alimentario escolar y las conductas saludables de alimentación y actividad física.
Por su parte, Prada et al (2007) Evalúan el impacto de una intervención alimentaria sobre la frecuencia de consumo de frutas y verduras (FV) en el municipio de Girón, Santander, Colombia. Durante diez meses se realizó un ensayo comunitario donde 66 familias usuarias de 14 hogares comunitarios (HC) recibieron una intervención alimentaria basada en estrategias educativas. Setenta y tres familias en doce HC sirvieron como grupo control. La frecuencia del consumo de FV fue evaluada en mediciones repetidas con un cuestionario de frecuencia de consumo. La evaluación se realizó en dos niveles, familiar y HC.
El Método de Bland y Alman fue utilizado para determinar el impacto intragrupal e intergrupal. Un modelo de regresión lineal múltiple permitió evaluar el efecto de la intervención sobre la frecuencia de consumo de FV ajustado por variables sociodemográficas.
Encontraron que La frecuencia de consumo de frutas aumentó en promedio 1.3 veces por semana; (IC 0.3-1.8) (p= 0.040). Esto se logró cuando la probabilidad de contar con una licuadora fue mayor de 75% (R2 para el modelo 0.33; n= 26).
La frecuencia del consumo de verduras no aumentó. Concluyen que: en poblaciones pobres puede lograrse un incremento en el consumo de frutas a través de estrategias de tipo educativo. Sin embargo, el acceso limitado a equipos de transformación y conservación de alimentos es determinante del resultado final.
Por otro lado Quizán et al (2012), evalúan el efecto de un programa de intervención en escolares de seis a ocho años en Hermosillo, Sonora.
Fue un estudio experimental aleatorio y controlado, tres escuelas intervenidas (n= 62) y tres escuelas no intervenidas (n= 64).
El programa de intervención incluyó talleres educativos, carteles publicitarios, disponibilidad de alimentos saludables, premiación por consumo de alimentos saludables, copla infantil y folletos informativos.
La disponibilidad de alimentos saludables en las tiendas escolares aumentó después de aplicar el programa de intervención (p≤0.05) y se incrementó el consumo de frutas y verduras durante el recreo. Los escolares no intervenidos presentan mayor riesgo de consumir alimentos no saludables durante el recreo (RM, 95% IC, 3.7, 1.7-7.8, p=0.001).
El consumo de los macro nutrimentos fue menor (p≤0.05) en el grupo de intervención.
El PI tuvo efecto positivo en el consumo de alimentos de los escolares.
Como podemos apreciar los diferentes programas de intervención que tienen éxito se componen de tres elementos de relevancia: la educación alimentaria sana, la actividad física y la ingesta de alimentos sanos.
4.1. Muestra
La muestra se seleccionó de manera aleatoria simple entre personas que tienen problemas con su salud en relación con las enfermedades crónico degenerativas acorde al padrón del seguro popular. Fue una muestra de 70 personas que de manera voluntaria aceptaron participar en el programa distribuidas de la siguiente forma: SEXO
H M
Rango de edad: 20 – 59 13 31
Rango de edad 60 o más 17 9
4.2. Variables
Son en total 47 variables relacionadas con los alimentos y la actividad física y conocimientos en torno a la alimentación (ver cuadro 1):
Se realizara el programa por un periodo de tres meses.
Se aplicará una encuesta de hábitos alimenticios y estado general de salud, una encuesta de actividad física y una encuesta de datos biomédicos. En total tres encuestas para 70 participantes haciendo un total de 210 encuestas (ver anexos).
Las mediciones serán pre – post programa.
H1: Un cambio en el régimen alimenticio, ocasiona una disminución del sobrepeso.
H2: Un cambio en el régimen alimenticio, impacta positivamente disminuyendo el IMC.
H3: La reeducación en materia de alimentación impacta en la mejora de la salud.
H4: Mayor actividad física ocasiona una reducción en el peso de las personas.
Intervención de tipo cuasi experimental.
Se realizará en un primer tiempo las estadísticas descriptivas de las variables más relevantes para el programa. Se usarán las técnicas gráficas descriptivas de pastel, de barras así como técnicas numéricas descriptivas como la tabulación de frecuencias, medidas de tendencia central, media, moda y mediana. En un segundo tiempo, se realizará un análisis estadístico inferencial usando las técnicas clúster.
Fase I. primero se aplicarán las encuestas para conocer el estado primario de los participantes y así poder entender si hay un cambio en el futuro en torno a las variables de interés sea debido a la intervención. Se procede después a hacer el análisis de datos y pruebas estadísticas pre – programa.
Fase II. Se procede a hacer nuevamente las mediciones post programa para inmediatamente proceder a realizar las pruebas estadísticas y los análisis de datos.
Fase III. Se continúa con el análisis comparativo para detectar cambios que impliquen una mejora en los participantes como consecuencia del programa implementado.
Fase IV. Finalmente se discuten los hallazgos, para posteriormente concluir y recomendar lo pertinente.
Statgraphics
Se hace un análisis unifactorial sobre la variable de sexo y tenemos lo siguiente (ver tabla 2):
En cuanto a la edad, se tiene que hay un promedio de edad de la muestra de 59 años con una desviación estándar moderadamente alta de 12.7 con un coeficiente de variación de 21.8%. La edad mínima en la muestra es de 34 años y la persona de mayor edad es de 87 años. La mediana es de 58.5 años y la moda de 53 años; podemos afirmar que la muestra tiene una distribución de tipo normal.
En cuanto al peso encontramos que el nivel promedio de peso actual de la muestra es de 72 kilos la persona que menos pesa es de 48 kilos y la de mayor peso es de 114 kilos.
Al preguntarles sobre si tienen familiares con las mismas enfermedades que ellos padecen tenemos que 29 si tienen parientes con las mismas enfermedades y el resto es decir, 41 no tiene parientes con las enfermedades relacionadas al estudio.
Cuando se les preguntó sobre el tiempo que ha transcurrido desde que se les ha diagnosticado las enfermedades, se encontró que 17 de ellos les habían diagnosticado entre 1 y 3 años, 21 personas entre 4 y 6 años, 11 personas entre los 7 y 10 años y 21 personas les detectaron el problema de salud hace más de diez años.
También al preguntarles sobre el tipo de seguridad social al cual están afiliados 68 de ellos están en seguro popular, uno de ellos en el ISSSTE y una más en otro tipo de Seguridad social.
Ahora pasaremos a hacer el análisis estadístico inferencial pre – programa aplicando la técnica clúster para identificar grupos homogéneos entre los participantes:
Clúster 1. Participantes de mayor edad y mayor nivel de glucosa.
Este grupo agrupa el 97% de los participantes (68) los cuales son los que presentan menor cantidad de kilos de más así como los de mayor edad con los niveles más altos de glucosa y de menor peso de la muestra de participantes.
Clúster 2. Participantes de mayor peso, y de mayor índice de masa corporal.
En este clúster esta contenido el 3% de la muestra (2). Se caracterizan por ser las personas de mayor peso, las más jóvenes de la muestra así como los de menores niveles de glucosa.
Ahora plasmaremos las estadísticas descriptivas de la encuesta de actividad física:
Al realizar el diagnóstico de las personas tenemos el siguiente resultado:
Se observa claramente que el 36% tiene un problema de sobrepeso, el 27% está en condiciones normales, el 21% presenta obesidad tipo 1, el 13% presenta problemas de obesidad tipo 2 y el 3% presenta problemas de obesidad mórbida. El 73% de la muestra presenta problemas de peso.
El 47% de los encuestados manifiestan que realizan alguna actividad física, el 30% no realizan ninguna y el 23% realiza de vez en cuando alguna actividad física. La frecuencia de esta actividad física es uniforme: el 40% lo hace diariamente, el 19% lo hace 1 o 2 veces a la semana, 23% manifiesta que lo hacen entre 3 y 5 veces al a semana, el 2% 6 o 7 veces en la semana y el 16% no aplica. El 56% de la muestra realiza caminata como actividad física, el 20% trabajo duro, 11% practica algún deporte y el 10% no aplicó.
Al preguntarles sobre los beneficios de la actividad física o la práctica de algún deporte puede tener para la salud de las personas, el 96% afirma que si y el 4% no lo sabe. De la misma manera el 96% no pertenece a ningún grupo social o deportivo.
Al preguntarles sobre algún tipo de actividad física le gustaría practicar tenemos los siguientes resultados:
El 44% está interesado en la caminata, el 18% en prácticas de gimnasio, el 16% en zumba, el 9% en algún deporte formal, el 6% en correr, otro 6% en baile y el 1% no aplicó.
De todos los anteriores, el 51% estaría dispuesto a someterse a un régimen alimenticio y de actividad física saludable; el 42% tal vez lo haría y el 7% no lo haría definitivamente Al preguntar los motivos de seguir un régimen de salud, el 70% dijo que era debido a que quieren mejorar su salud, el 27% que quiere sentirse mejor y el 3% por curiosidad.
De la misma encuesta encontramos los siguientes resultados complementarios tabulados:
Ya una vez realizado el trabajo de campo e implementado el programa de duración de 3 meses se procede a recolectar la cédula para ver la evolución de los indicadores y procedemos entonces a realizar el análisis comparativo:
6.1. En cuanto a la situación pre programa.
Claramente vimos que la mayoría de los participantes son mujeres (74%) y de hombres tenemos que son el 26%. La edad promedio de la muestra con distribución cuasi normal 59 años con una dispersión pronunciada lo cual nos habla de una muestra de rangos de edad variada. La media de la glucosa es elevada con 160, el índice de masa corporal centrando en obesidad tipo 1 y el peso promedio es de 72 kilos lo cual al considerar que la mayoría de la muestra son mujeres realmente, el peso es excesivo.
Lo anterior denota problemas de obesidad, glucosa y sobrepeso. Cabe destacar que las observaciones anteriores son confirmadas al encontrar que hay 40 personas que sufren de hipertensión arterial sin tener diabetes, 11 padecen de diabetes sin tener problemas de hipertensión y 19 padecen simultáneamente de diabetes e hipertensión arterial.
Si bien, los hábitos de alimentación reflejan la enfermedad que tienen al ser reservados en cuanto a la alimentación que tienen en la actualidad (Ver tabla 6), si hay serios problemas de actividad física saludable teniendo un desequilibrio en la ingesta y quema de calorías lo que debido a este desbalance el sobrepeso es evidente y reflejado. Es destacable que el 30% no realiza actividad física alguna, el 23% de vez en cuando y el 40% si está activo y no precisamente en actividades físicas encaminadas a bajar de peso. Así, encontramos el 2% presenta obesidad mórbida, el 36% presenta sobrepeso, el 13% presenta obesidad tipo 2, el 21% presenta obesidad tipo 1 y el resto dentro de los parámetros normales. De esta forma encontramos dos grupos homogéneos de los participantes: los de mayor edad con altos niveles de glucosa y los de mayor peso (ver tabla 8). Por todo lo anterior el 44.29% a veces presenta síntomas de sueño anormal y el 47% a veces presenta cansancio anormal.
Ahora bien, siendo más específicos, tienen un consumo de agua podríamos decir óptimo pues el 44% toman entre 4 y 6 vasos de agua diariamente; el 46% consumen entre 3 y 5 veces verduras a la semana. Sin embargo, el nivel de consumo de fruta es bajo siendo que el 63% consume entre 1 y 2 veces a la semana fruta. El consumo de alimentos fritos el 34% consume entre 8 veces o más a la semana. Lo cual es elevado para el tipo de problemas de salud que presentan.
Al instrumentar el programa de educación alimenticia sana, consumo de alimentos sanos y actividad física sana se logró un impacto importante y el patrón de consumo de alimentos y actividad física fue modificado radicalmente en tres meses.
Se logró aumentar el consumo de agua llevando a que el 44% consumiera más de 11 vasos de agua al día cuando antes era el 11% tomando esta cantidad de agua; El consumo de verduras incrementándose la cantidad de personas que consumen verduras pasando de 1 a 21 personas. El consumo de frutas en la semana pasó de 1% a 41% los que la consumen entre 6 y 7 veces a la semana; el consumo de alimentos fritos y empanizados de consumirse entre 1 y dos veces por semana representado por el 59% a pasó a 81% decreciendo de manera importante; la cantidad de personas que no consumen embutidos pasó de 31% a 54% lo que representó una disminución en el consumo: por otro lado, el consumo de pan, pasteles y repostería sufrió una satisfactoria disminución pues en un principio las personas que no consumían estos productos representaban el 11% para pasar a un 59% de la muestra. El consumo de carne también experimento una satisfactoria evolución pues las personas que no comen carne representaban el 30% y ahora evolucionó a 66%. En contraste con el consumo de la carne de pollo, las personas que están en la categoría de consumo entre 3 a 5 vece por semana pasaron de representar el 11% a 83%. A su vez, y de manera positiva el consumo de puerco disminuyo drásticamente pues las personas que no lo consumen representaban al inicio del programa el 69% de la muestra para pasar al 83%; con la misma tendencia el consumo de tortilla de maíz las personas que la consumían entre 1 y 2 veces por semana representaban el 14% ahora representan el 56%; en el caso de la tortilla de harina, las personas que no la consumían representaban el 26% pasando al 44%; por otro lado, el pescado viene a sumarse a un incremento importante en su consumo con el pollo compensado las estrepitosas caídas del consumo en carnes rojas y en puerco. El porcentaje de personas que comían pescado entre 6 y 7e veces por semana era de 1% y pasó al 27%.
En cuanto a las pastas, cremas y sopas, las personas que comían entre 1 y 2 veces por semana su porcentaje pasó de 44% a 60% disminuyendo las cantidades absolutas de manera satisfactoria; disminuyendo también, los lácteos muestran una tendencia a la baja pasando la cantidad de personas que comen entre 1 y 2 veces a la semana los lácteos de 49% a 66%.
En cuanto a la comida chatarra las personas que no la consumen paso su porcentaje de 73% a 91%. La evolución del consumo de líquidos acompañando los alimentos tiene una evolución favorable; esto es, las aguas frescas pasaron de un 24% a un 47%. A su vez, el porcentaje de personas que dejaron de consumir refresco pasaron de 17% a 0%.
Como parte del programa, la actividad física estructurada tuvo una favorable evolución pasando de 47% las que ya hacían algún tipo de actividad física a 97%. La frecuencia diaria de la actividad física pasó de 40% a 91%. A su vez, el porcentaje de personas con sueño y cansancio anormal disminuyó de 11% a 4% y de 9% a 1% respectivamente.
El impacto del programa acompañado de las conductas, disciplinas en cuanto a la comida así como el ejercicio físico y la concientización de cuidar el cuerpo y la alimentación han tenido sin duda una mejora en la conducta y los patrones de alimentación en las personas involucradas en el programa. Los principales cambios se dieron en un aumento en la actividad física, disminución de carnes rojas y aumento en las carnes blancas, disminución de pastas tortillas y un aumento en las aguas naturales y disminución del refresco impactando de manera significativa en los indicadores biométricos:
Como consecuencia de los patrones de consumo de alimentos y bebidas, mayor actividad física y concientización y educación en alimentación tuvo como consecuencia:
Los niveles promedio de glucosa disminuyeron en un 4% pasando de 160 mg/dl a 154mg/dl. Lo que para un trabajo de seis meses la media al ser representativa es un logro importante.
En cuanto al IMC, disminuyo de 29.57 kg/m2 a 28.02 kg/m2 la media muestral bajó un5.53%.
Finalmente el peso promedio disminuyó de 72.12 kg a 68 kg. Una disminución del 6%.
Así mismo, el diagnóstico de personas con un nivel de IMC normal pasó de 19 a 23 personas, de 15 personas con obesidad tipo 1 pasó a 7, de 9 personas con obesidad tipo 2 solo quedan 7. En cuanto a la obesidad mórbida no hubo cambio pues se requiere más tiempo y presumiblemente algunos otros tratamientos más especializados.
Se implementó un programa para promover mejorar y prevenir las enfermedades crónicas degenerativas en ella cabecera municipal de Casas, Tamaulipas, México. El programa consistió en tres ejes: la reeducación en materia de alimentación y actividad física sana, programa de alimentación integral y nutritiva y una rutina de ejercicio acorde a los participantes. La muestra se compuso de 70 personas entre hombres y mujeres todos padeciendo enfermedades crónico degenerativas.
Al cambiar el consumo tradicional de agua, refrescos, carnes, pastas, cremas, comidas grasosas y comida chatarra disminuyendo estas y favoreciendo el consumo de frutas y verduras, carnes blancas como el pescado y el pollo; todo lo anterior sumando rutinas diarias de ejercicio físico, tuvo como consecuencia una disminución en los indicadores biométricos seleccionados (Peso, IMC y nivel de glucosa en la sangre). Todos los indicadores mostraron una evolución saludable concluyendo que:
Con los cuatro puntos anteriores quedan demostradas las hipótesis planteadas.
Se realizó el programa de manera efectiva pudiendo identificar de manera descriptiva que la intervención realizada en cuanto a los hábitos alimenticios y de actividad física y de educación alimenticia si tienen un cambio aceptable en la salud de las personas involucradas.
Por otro lado, la descripción de los hábitos pre y post programa fue muy puntual también y precisa. Se logró la medición del impacto de la educación, ejercicio físico y cambio en la dieta de las personas involucradas logrando una mejora notable en los indicadores seleccionados.
Por lo que el programa fue efectivo al final de la evaluación del mismo.
Por otro lado, se comprueba que la efectividad del programa es suficiente como para pensar dar seguimiento al mismo o extenderlo a la comunidad en general tendiendo como referencia las mejoras documentadas y medidas en las hipótesis planteadas.
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Así mismo, se contestan satisfactoriamente las preguntas planteadas a inicio de la evaluación: efectivamente el programa mientras duró tuvo un impacto positivo en la salud de las personas involucradas; los participantes desde un principio tuvieron conciencia de lo importante que es para la salud, la actividad física; y definitivamente es factible y más que rentable seguir impulsando programas de esta naturaleza pues la rentabilidad social y el beneficio colectivo es inconmensurable.
Se hacen las siguientes recomendaciones:
Bibliografía:
Sitios de internet consultados:
** Dr. En economía con especialidad en análisis de riesgo y econometría; Maestría en negocios con especialidad en finanzas; Maestría en finanzas; Maestría en negocios; Licenciatura en Administración. Director nacional de London y Econometrica Consulting Group firma consultora en investigación económica y financiera. Consultor financiero en el sector exterior para empresas exportadoras. Profesor invetsigador en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. e-mail: jesusfernandoisaac@gmail.com
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Este artículo es editado por Servicios Académicos Intercontinentales S.L. B-93417426.