Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


REAFIRMACIÓN DEL CAPITAL SOCIAL A PARTIR DE LOS PROCESOS DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y EMPODERAMIENTO

Autores e infomación del artículo

Joel Torres *

Yajaira E. Pérez **

Universidad Simón Bolívar, Venezuela

jtorres@usb.ve

Resumen

El propósito de este trabajo es presentar los resultados de los estudios realizados en el ámbito de las Ciencias Políticas y que están orientados a encontrar la relación que existe entre Capital Social y Poder, partiendo de la participación ciudadana como movilizadora de una modalidad de poder denominado empoderamiento. Lo anterior surge como respuesta posible a un problema que se ha planteado en el espectro del poder comunitario: ¿El empoderamiento como resultante de la participación ciudadana, reafirma el Capital Social?; En primera instancia se acometió el estudio de las teorías que subyacen en torno al Capital Social, Poder, Empoderamiento y Participación Social. Buscado la sustentación teórica y conceptual del problema planteado, tal como lo exponen autores, como Coleman (1988) y Poster (1998). En segunda instancia se presenta la producción científica, a manera de encontrar antecedentes válidos que orienten las respuestas a la pregunta central del trabajo. En una tercera instancia, se presentarán las expectativas que se distribuyen en un continuo, que va desde las que tratan de ver este proceso de participación ciudadana como un fenómeno realmente importante para el desarrollo social, hasta otras que lo han concebido como un proceso preocupante para la estabilidad del régimen democrático y por ende del desarrollo social. En una cuarta instancia, se presentan algunas experiencias exitosas que han surgido en Latinoamérica donde la participación ciudadana ha generado empoderamiento y reafirmado el capital social. En una quinta instancia se presentan un cuerpo de conclusiones derivadas del análisis crítico que se hará a la literatura revisada, en la búsqueda de una respuesta al problema de investigación planteado.

Palabras claves: Capital Social, Empoderar, Participación, Ciudadanía y Poder.

 

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Joel Torres y Yajaira E. Pérez (2017): “Reafirmación del Capital Social a partir de los Procesos de Participación Ciudadana y Empoderamiento”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (agosto 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/08/capital-social.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1708capital-social

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El Problema.

Hay que dejar claro al comenzar éste artículo que se asumirá el empoderamiento como una modalidad de poder, que surge de la movilización de la comunidad organizada, cuando ella se ve en la necesidad de participar para protegerse y satisfacer sus necesidades de desarrollo.
En cuanto al fenómeno sociopolítico del empoderamiento la producción científica presenta dos posiciones: Los que sostienen que el empoderamiento es una resultante lógica de la participación ciudadana, cuando esta última se centra en penetrar y obtener un lugar en las instancias de toma de decisiones políticas, en función de conquistar cuotas de poder y los que sostienen, que el empoderamiento es una resultante de la participación ciudadana, capaz de movilizar factores que permiten a los ciudadanos lograr capital social positivo.
Entre los que suscriben la primera tesis tenemos a Gutberiet, Seixas, Glinfskoi y Carolsfeld, (2007); quienes, realizaron un trabajo de investigación con los pescadores artesanales del Rio San Francisco en Brasil, pudiendo determinar que la participación ciudadana, logró cambiar la correlación de fuerzas en las instancias del gobierno local, es decir, que se produjo el fenómeno sociopolítico del empoderamiento en la toma de decisión política.
Lo cierto es, que los movimientos que se generaron en torno al conflicto por el uso del río entre los pescadores artesanales y la compañía hidroeléctrica, produjeron un cambio en la composición de los organismos de gobierno de la región. En tal sentido, sectores que no tenían acceso a participar en esa instancia política o no estaban interesados en participar, como fueron los pescadores artesanales, los profesionales y los comerciantes de alimentos, se vieron forzados a participar para defenderse de la compañía hidroeléctrica. No obstante, el conflicto continúa, pero bajo otro esquema, que no es el de la confrontación sino el de la negociación.
Sin embargo, afirman los autores, que las condiciones de vida no mejoraron y  la calidad de vida no es buena, los niveles de confianza y de asociación de los diversos sectores son precarios. En consecuencia, afirman los autores no se puede hablar de capital social.
Ahora bien, la circunstancia anterior lleva a preguntarse, ¿qué papel jugó la confrontación, para no llegar a la formación del capital social?  En este sentido, se abre para este estudio una posibilidad de abordar la relación capital social y poder, ubicándose desde la perspectiva del uso de la confrontación como mecanismo para obtener empoderamiento en los gobiernos locales y de ésta manera encontrar la solución a conflictos comunitarios. Es de hacer notar, que tal postura pareciera que no conduce a la formación de capital social, debido a que no están presentes de manera efectiva y determinante entre los sectores participantes, factores como la asociación, la confianza, un proyecto de desarrollo integral y mucho menos un marco de valores compartidos sino simplemente un conflicto por intereses.
 Otro autor que suscribe esta postura es Manor (2004), quien en su trabajo Democratización con Inclusión: Reformas Políticas y Empoderamiento de las Personas de Origen Popular. El autor realizó un estudio en países pobres en los cinco continentes, encontrando que el factor común cuando los pobres se incorporan a un proceso de empoderamiento, es el compromiso de la sociedad civil y las elites de ostentar el poder, para desarrollar e implementar reformas políticas que democraticen la vida social, económica y política de todos los ciudadanos. Lo mismo que ocurre y ha ocurrido en los países desarrollados durante toda su vida republicana.
El autor advierte, que en los países pobres a diferencias de los países desarrollados existen barreras que pueden dar al traste con cualquier experiencia que se inicie con ese propósito. Estas barreras son:

  1. Las propuestas centristas de los gobiernos.
  2. La contracción fiscal.
  3. La resistencia al cambio.

Afirma el autor, que la clave está, en instrumentar las siguientes reformas: Elección directa de concejales para el gobierno local, trabajo en comités y los esfuerzos hechos por la sociedad civil y las élites para comprometerse con la consolidación del Sistema Democrático. En su trabajo Manor demuestra el por qué es necesario desmontar la resistencia a los cambios y la facilitación de los esfuerzos anteriormente mencionados, ante de medir el impacto que esos cambios producen.
 En cuanto a la segunda tesis: La cual plantea, que el empoderamiento es una resultante capaz de movilizar factores que permiten a los ciudadanos lograr capital social positivo. Para Horta (2006), es uno de los autores que se alinean con ésta posición; En su trabajo denominado: Places of Resistance, trata lo que él ha llamado “El empoderamiento: La eficiencia del desarrollo”
Afirma el autor, que para que se de un grado alto de eficiencia en el proceso de desarrollo, se necesitan tres elementos claves a saber:

  1. El impacto causado por una buena gestion de gobierno.
  2. El crecimiento en la ayuda a los proyectos pro pobres.
  3. El desarrollo de  proyectos foráneos que incrementen los niveles de calidad de vida de los ciudadanos.

En el análisis de la eficiencia del desarrollo, el empoderamiento y el crecimiento de la calidad de vida de los ciudadanos y sobre todo de los más desposeidos, el autor  encontró una relación significativa  entre  un buen gobierno y el papel que tal gestión gubernamental le da a la Ley.
(Dllar y Kray (2000) citados por Boothe2007), afirman que tal resultado se obtiene debido a la independencia e imparcialidad del poder judicial; además a la razonable velocidad y al esfuerzo que hace la sociedad para que un importante mecanismo de inversión se consolide y en consecuencia, haga a un país grande y prospero.
Otro  autor es (Kaufman (2000) citado por Boothe 2007), quien plantéa que hablar de empoderamiento es hablar de la calidad del sistema de administración de justicia e igualmente es hablar de la viabilidad del mismo, del dimencionamiento de la información que provee para entender cómo trabaja la administración de la justicia con criterio de equidad, en una sociedad democrática.
Este autor basa sus afirmaciones en los resultados de un estudio que realizó en unos 150 países; donde encontro que los países donde habían mayores libertades civiles, la participación ciudadana generaba un empoderamiento que movilizaba un capital social positivo, es decir, movilizaba tradiciones, costumbres, asociatividad, ética y confiaza en los diversos grupos, sobre todo, en las organizaciones que eran creadas por los sectores de ciudadanos pertenecientes a las clases pobres.

 En consecuencia, los niveles de corrupción eran muy bajos en  los países  donde habían libertades civiles y en aquellos países donde esas libertades civiles eran  parciales o estabán mediatizadas, los niveles de corrupción eran cuatro veces más alto.

En resumen para este autor existe una estrecha relación entre participación ciudadana, empoderamiento, capital social y reducción de la pobreza.

Tales hallazgos van a reafirmar la posición del Banco Interamericano de Desarrollo, en los trabajos de Kliksberg (2005), cuando afirma participación ciudadana permite el empoderamiento productivo sobre todo en las personas pobres y  en consecuencia, esto genera un capital social que promueve mayor calidad de vida.

No obstante, afirma el autor, que los niveles de calidad de vidad se incrementan si el modelo de desarrollo sostenido asumido, es la resultante de una acción participativa en procura de un capital natural, un capital de construción, un capital humano y un capital social, además a esto se le añade el capital espiritual, tal y  como plantea la Coorporación Andina de Fomento, en el trabajo de Matinez,2005 citado por (Ibidem, 2005) que añade esta forma de capital para dejar sentado que hay que reafirmar y consolidar marcos éticos en la participación ciudadana cuando ella busca un desarrollo sostenido.

De igual forma,Culhman (2005) en su estudio donde analiza el capital social en Canadá afirma que en esa nación, es una prioridad el concepto de Capital Social, a partir de la importancia que cobran dos de los elementos asociados a él: desarrollo sostenido y participación de la sociedad civil.

 Afirma el autor, que esa visión es compartida por el estado y el pueblo canadiense, es decir, estos dos elementos son claves en toda la toma de decisiones, donde estén planteado utilizar todas las fortalezas para asegurar que hallan ambientes naturales y planificados, que sean saludables y además que exista una comunidad dinámica, justa, que participe activamente en su propio desarrollo y que la economía no sea sólo para estas generaciones sino para las futuras.

Finalmente afirma el autor, que Canadá es una nación multicultural, multietnica, multireligiosa y plural políticamente, estas características han dado pie para que se le asuma como una nación abierta y quizas por ello el concepto de capital social se ha fortalecido en la práctica de la participación ciudadana.

Sin embargo, lo anterior demuestra que hay dos enfoques en cuanto a la influencia del empoderamiento en el capital social: El primero tal como se vio, no tiene ninguna influencia  sobre la formación del capital social, sólo se limita al posicionamiento en las estructuras del gobierno local,  para negociar en la mayoría de las veces, desde una posición de fuerza.

El segundo enfoque, muestra como el empoderamiento a partir de un proyecto de desarrollo sostenido puede movilizar la participación ciudadana en busca de capital social, pero los estudios no hacen referencia si ésta modalidad de poder comunitario confirma el capital social en una comunidad, haciendola próspera y autogestionada.

 Es por ello, que se ha planteado el siguiente problema de investigación como factor crítico en éste estudio: ¿El empoderamiento como resultante de la participación ciudadana, reafirma el Capital Social?

REFERENTES TEÓRICOS Y CONCEPTUALES.

En este punto se emprende, una revisión de las teorías que sustentan los conceptos de Capital social, Poder, Participación Ciudadana y Empoderamiento; de tal forma que se pueda encontrar, la orientación teórica que sustente la posición conceptual más adecuada para poder dar una respuesta al problema planteado que sea, consistente, coherente y congruente con el propósito del estudio. Por lo tanto, comenzaremos analizando los enfoques subyacentes al concepto de capital social.
Capital Social.
Existen una gran variedad de enfoques y posiciones en relación a definir capital social, lo que se tratará de dilucidar al revelar las más connotadas que se encontraron en la literatura revisada para este trabajo, es encontrar una definición de capital social que permita descubrir, si el fenómeno de empoderamiento resultante de un proceso de participación ciudadana, genera en primer lugar, la formación de capital social y en segundo lugar si este contribuye a su reafirmación; en éste sentido el autor afirma:
“Se debe señalar que estos enfoques también están condicionados por la aplicación de políticas públicas, por la capacidad de mover recursos económicos, la pertenencia a redes, las fuentes que lo originan, las acciones -individuales o colectivas que la infraestructura del capital social posibilita y finalmente, las consecuencias y resultados positivos y negativos que puede generar. Esto hace que la Ciencias Sociales dispongan de un amplio espectro de concepciones y enfoques que hacen el proceso de conceptualización de capital social más diverso y complejo.”  (Arriagada, 2003)

En virtud de lo cual la autora recoge en el siguiente cuadro las definiciones y los autores más relevantes y que representan las dos tendencias más resaltantes que se han podido encontrar en materia de definición de capital social. (Ver Cuadro Nº 1)

 

Como se aprecia en el cuadro, las dos tendencias reflejan que hay una conceptualización que se deriva de la investigación empírica en Ciencias Sociales, que comienza con los estudios de Bourdeu (1985) y Granovetter (1985), quienes afirman que los actores económicos no son individuos aislados, sino que están imbrincados en relaciones, redes y estructuras sociales, que han aportado elementos centrales para la conceptualización de capital social. De igual manera, otros precursores son Coleman (1990) y North (1990), en la corriente neo-institucionalista que considera a las instituciones como conjuntos de normas y valores que facilitan el establecimiento de relaciones de confianza entre actores. 

En resumen, todo se reduce a dos dimensiones o ejes conceptuales: el primero,  que se centra en la movilización de recursos por parte de un grupo y el segundo el que se centra en la disponibilidad de redes de relaciones sociales. (Atria 2003 citado por Robinson, Siles y Schmidt, 2003).
En cuanto a la primera dimensión, las movilizaciones convergen dos nociones importantes a saber; el liderazgo y la contrapartida el empoderamiento.  “El capital social es la solidaridad que una persona o un grupo siente por los demás. La segunda, se basa en relaciones de solidaridad que pueden describirse mediante el uso de redes” (Robinson, Siles y Schmidt, 2003, pág. 52).

Poder.
En referencia al poder, hay que afirmar que todos los enfoques teóricos se muestran de acuerdo con la importancia que tiene el concepto de poder.
Weber (1967), citado por Óp. Cito (2003), afirma que el poder se manifiesta “en cualquier oportunidad, en las relaciones sociales, en el imponer la propia voluntad, incluso cuando ella es resistida, sin importar cuál es la base de la oportunidad”
Por lo tanto, se infiere que el poder adopta muchas formas de manifestarse: la influencia, la persuasión, la manipulación y en casos extremos la simple y pura fuerza.
Esto permite asegurar, dice Weber, que cuando una persona o grupo de personas obtienen obediencia de otro grupo, ya sea por un propósito específico o general de personas, se está en presencia del mando o gobierno. 
Ahora bien, el poder ha sido estudiado en forma interdisciplinaria por las ciencias sociales permitiendo hoy en día tener una visión integrada de sus causas y sus efectos, tal y como lo demuestran las siguientes teorías:

Teoría Psicologista. Ella ha estudiado el poder como un instinto primario. Esta teoría no resulta nada operativa para las ciencias políticas, porque carece de dimensión sociológica. Por supuesto existe la excepción, cuando se estudia la ambición política, como conducta que fomentan los actos políticos de los hombres involucrados en el hecho político, pués éste tipo de investigación ha conducido al conocimiento del comportamiento de las élites. La teoría psicológica del poder ha sido usada por las corrientes de filosofía política irracionalista, por la ideología del socia-darwinismo, en el fascismo, en el decisionismo y en el pragmatismo.

  1. Teorías Sustanciales del Poder. Consideran el poder como un ente material y concreto; El cual se evidencia cuando el Estado apela al uso de los medios y los recursos para imponer su voluntad, a sus propios ciudadanos y para influir sobre la política exterior de otros estados. (Hobbes citado por Arnoletto 2007). En estas teorías de las relaciones internacionales, el enfoque se centra en el poder, él es descriptor y comentarista del potencial de peso de los actores que intervienen en los asuntos internacionales. Morgenthau citado por Arnoletto (2007), afirma que “el poder es para las ciencias políticas, lo que el concepto de utilidad es para la economía, lo que la norma es para el derecho.
  2. Teorías Empíricas del Poder. Este cuerpo teórico se enfocó en establecer una tipología de relaciones de poder. Esto tiene lugar cuando los investigadores, desplazaron el estudio del poder para dirigir su atención hacia la teoría de la influencia, la cual está muy vinculada al nombre de Robert Dahi, quien con su estudio permitió abrir un panorama más amplio del poder; Sin embargo, recibió las más severas críticas por haber obviado, las relaciones de poder en la consideración de la influencia como fenómeno sociopolítico.  Uno de los aportes importantes de ésta teoría lo hace Banfield citado por Arnoletto (2007), cuando en su estudio “La Influencia Política” establece una tipología de la influencia en la política como factor principal, en éste sentido, logra establecer cinco categorías:
    1. La influencia basada en el deber.
    2. La influencia basada en la amistad y el afecto.
    3. La influencia basada en la persuasión racional.
    4. La influencia basada en el engaño y el terror.
    5. La influencia basada en la coacción.
  1. El poder como Punto de Referencia y Mecanismo de Control. El Principal exponente de ésta teoría es Deutsch (1967), quien comienza por no considerar que el poder sea el centro de la política. Sosteniendo que es un elemento referencial por ser un mecanismo de control social. Tal mecanismo se mantiene latente mientras operan otros mecanismos como la influencia, el hábito y la libre coordinación; Sólo actúa mientras no se hace uso de la fuerza. El autor no se detiene en las manifestaciones del poder en factores ordinarios, sino en aquellos que surgen sutilmente como es el flujo de información del sistema social y de las perspectivas de aprendizaje social, planteadas por el modelo cibernético. En tal sentido, afirma este autor, que el crecimiento de la autoridad está en relación directa con su desarrollo actitudinal para usar la información y para digerir los nuevos aprendizajes. El autor argumenta que en el caso de la política interior cuando deja de operar el sistema de apropiación de la información, se puede predecir con cierto grado de certeza, que se va operar un cambio que se evidenciará con una ruptura brusca de la situación política, es decir, una revolución lo cual da por sentado que el centro de poder ha perdido la competencia y la capacidad de ascendencia.

En síntesis, todo se restringe a considerar el poder como un fenómeno político el cual es crítico en el sostenimiento de sistema político imperante en países democráticos, pues el uso racional que haga de él, en función de garantizar los derechos civiles y humanos de los ciudadanos, en esa misma medida la sociedad se dirigirá hacia el paradigma de las sociedades inteligentes, con capacidad de auto gestionar su propio modelo de desarrollo sustentado. Lo contrario sería conducir a la sociedad a modelos de desarrollo dependientes y a involución en materia de sistemas políticos que han resultado funestos en la historia de la humanidad.

Participación Ciudadana.

La participación ciudadana igual al concepto de ciudadanía, exige un conocimiento y comprensión de los actos humanos, cuando éstos están siendo condicionados: en primer lugar, por la interacción ciudadano Estado; En segundo lugar, por la defensa de los derechos fundamentales del hombre; En tercer lugar, por la conquista de espacios políticos en función de cambios en las políticas públicas que promuevan mejor calidad de vida; y en cuarto lugar, para crear organizaciones comunitarias efectivas, eficientes y de óptima calidad.
Partiendo de lo anterior, se entiende como participación ciudadana el fenómeno sociopolítico, donde los ciudadanos se activan en función de preservar y garantizar sus derechos políticos, económicos, sociales y culturales. (Óp. Cito, 2003)
Otros autores definen participación ciudadana como, el proceso que los individuos desarrollan para lograr la ciudadanía emancipada la cual no es más que lograr su identidad como ciudadano sin que tenga que ser asistido por ser incapaz de lograrla. La ciudadanía emancipada atiende al cumplimiento de tres condicionantes:
1.   Pertenencia a una Organización Política, donde se comparta una idea fuerte del nosotros, donde se relacionen los intereses particulares y que brinde sentido a los proyectos individuales en función de la calidad de vida.
2.   La garantía de tener las mismas oportunidades para poder acceder a los bienes económicos y sociales relevantes para una vida digna e independiente.
3.   La posibilidad de contribuir a la vida pública mediante la participación efectiva en función del nosotros y del ellos.
De no darse este contexto, se estaría en presencia de una estructura de asimetría que cierra las posibilidades de participar en forma genuina, efectiva y eficiente, para negociar la consecución de una ciudadanía emancipada.
Sin embargo, otros autores, vislumbran a la participación ciudadana, como una resultante del proceso de aprendizaje formal (Sistema Educativo) e informal (La familia y la comunidad), definiendo la participación ciudadana como una conducta que el individuo pone de manifiesto, cuando activa sus recursos, habilidades y destrezas en la lucha por su identidad cultural, derechos fundamentales y su libertad personal. Igualmente, exponen que esa conciencia, esas habilidades y destrezas deben ser adquiridas en dos ámbitos educativos; la familia y la escuela y que de la calidad de ese aprendizaje depende la frecuencia, el compromiso y los logros de esa participación.
Otros estudios que han examinado el fenómeno a partir de las percepciones de los miembros de la organización comunitaria en los EEUU, han llegado a la conclusión que participación es un proceso de activación de los ciudadanos en busca en primer lugar de un beneficio individual; en segundo lugar, se trata de un beneficio colectivo y tercero la ocupación de un espacio político, que facilite influenciar en las políticas públicas y en las decisiones políticas. (Ohmer, 2010)
En un estudio, sobre la estabilidad de la participación ciudadana con el propósito de verificar las condiciones para llevar a cabo estudios epidemiológicos, realizado en Finlandia, se definió la participación ciudadana como: un activo social que se sustenta sobre una base multivariable, como la lealtad a los compromisos con los demás, efectiva práctica de normas de buena salud, efectiva práctica de normas del buen vivir y claridad sobre deberes y derechos cívicos. (Hyyppä, Mäki,  Alanen, Impivaara y  Aromaa, 2008).

 

En tanto que en América Latina una investigación realizada por (Welp, 2008,) quien comparó los diferentes mecanismos de participación utilizados en tres países sudamericanos, Ecuador, Argentina y Perú, conceptualizó la participación ciudadana como la activación por parte de los ciudadanos, de mecanismos para la defensa de sus derechos políticos, civiles y humanos en función de incrementar la calidad de la democracia.

En este sentido, comparó tres dispositivos; las consultas populares, la iniciativa ciudadana y los referendos revocatorios, llegando a la conclusión que éstas prácticas de participación permitían una transferencia del control de la gestión pública a los ciudadanos lo que consolida el protagonismo de los electores frente al poder político de un ejecutivo con base popular y además permitiendo que éstos influyan en las decisiones políticas de manera efectiva.

Sin embargo, en un estudio que se realizó en Venezuela por la Fundación Centro Gumilla, (2008) sobre los Consejos Comunales en Venezuela, asumen  como concepto de participación: El accionar del pueblo organizado en búsqueda de ejercer la gestión de las políticas públicas en forma directa y proyectos orientados a responder a las necesidades y aspiraciones de las comunidades en construcción de una sociedad de equidad y de justicia social.
Si se toma el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, (1999), se distingue que la sociedad venezolana es definida en el texto constitucional como una sociedad de equidad y de justicia social, de manera que existe una consistencia entre la definición acogida por los investigadores que realizaron el estudio y el mandato constitucional. Sin embargo, se deja ver que tal enfoque pertenece más a un enfoque liberal institucional ya que se subordina al texto de la norma impuesta por el Estado, tal y como lo ha señalado (Tamayo, 2006).

Mientras que los otros autores que se han revisado parecen responder más al enfoque de construcción social, ya que parten de la práctica social.

En contraposición encontramos la definición que esbozan Cohen y Uphoff (2008), quienes en su trabajo denominado Descubriendo la Participación: modelos, prácticas y significados, consideran vital que se  preste mayor atención al que está participando, en qué y en beneficio de quién, por consiguiente, afirman que participar es en esencia: La  acción llevada a cabo por un individuo con los propósitos de  incrementar su nivel de vida y el de su comunidad, tal acción debe llevarse a cabo dentro de las organizaciones comunitarias, políticas o sociales, a manera de garantizar la fuerza requerida en la consecución de los objetivos.

En consecuencia, de lo anteriormente expuesto se puede definir a efectos de este trabajo como participación ciudadana: Al proceso de activación que conducen los ciudadanos en la lucha por la preservación, consolidación y expansión de sus derechos civiles, políticos, culturales y económicos. 

Ahora bien, este proceso debe llevarse a cabo dentro de una organización comunitaria, política o social, que le permita a la comunidad o al colectivo en general, incrementar su influencia en la toma de decisiones en la gestión pública, participando en la formulación de las políticas públicas y ejerciendo un control efectivo sobre los actos gubernamentales.

Es importante que esta activación en las distintas organizaciones comunitarias y políticas sea voluntaria respondiendo al compromiso con el bienestar colectivo. Todo lo anterior se logra, partiendo de los conocimientos y habilidades del vecindario, el desarrollo sostenido logrado por la comunidad y el sentido de comunidad o de colectividad.
 

Empoderamiento.

Se entiende por empoderamiento, la potenciación y autonomía física, social, económica, política y organizativa en el plano personal, en las relaciones sociales cercanas (familia, grupos) y en el nivel colectivo. (Astri (2003) citado por Manor 2004).

El Banco mundial (2002), citado por Tamayo (2006).  define el empoderamiento como el proceso que tiene como propósito la calidad de vida y el incremento de la dignidad humana, mediante la gestión de buenos gobiernos con proyectos eficientes y entregas de mejores servicios, como producto del desarrollo de proyectos eficientes.
 No obstante, hay un concepto de empoderamiento que surge de la práctica de formación de capital social, a partir de la planificación del desarrollo comunitario en la comunidad de Yunguilla, Quito Ecuador.
El concepto en cuestión afirma que el empoderamiento, es un proceso mediante el cual se construye una visión, misión, objetivos y operaciones que son producto de la participación ciudadana en función de lograr la comunidad visionada por consenso. (López y Marín (2003) citado por Ibidem 2006).

Conclusión

La comunidad participa en busca de posiciones en los niveles de gobiernos donde se toman las decisiones que afectan al colectivo, esto permite acceder a mejores niveles en calidad de vida, en consecuencia, un punto importante en la agenda política de una comunidad organizada es el empoderamiento, tal y como lo visiona en su trabajo Coleman.
Sin duda alguna, que para lograr que la participación ciudadana esté en sintonía con los elementos conceptuales expuestos, es importante que la educación de los ciudadanos se haga, a partir de las dos fuentes de formación ciudadana: La escuela desde el punto de vista formal y la familia y la comunidad desde el punto de vista informal.
Todo lo anterior se logra, partiendo de los conocimientos y habilidades del vecindario, el desarrollo sostenido logrado por la comunidad y el sentido de comunidad o de colectividad que se haya consolidado en la cultura comunitaria del colectivo a través de la convivencia.

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* Profesor jubilado de la Universidad Simón Bolívar con la categoría de Asociado. Licenciado en educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV); especialista en Asesoramiento y Desarrollo Humano en la Universidad Simón Bolívar (USB): Magíster en Desarrollo Social en la Universidad de Carabobo (UC) y candidato a doctor en Ciencias Sociales y Humanidades en la Universidad Simón Bolívar.

** Profesora de las Cátedras: Seguros, Contrato de Compra-venta, Convenios Internacionales, Fundamentos del Derecho y Legislación Marítima II.Universidad Marítima del Caribe.


Recibido: 05/07/2017 Aceptado: 29/08/2017 Publicado: Agosto de 2017

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