José Luis Montes de Oca Montano*
Beatriz María Fuster Cabrera**
Universidad de Ciencias Médicas, Cuba
ocamd730715@minsap.cfg.sld.cuResumen:
La transportación, vista desde la perspectiva del papel que desempeña en el desarrollo de las actuales sociedades, constituye un complejo fenómeno de alcance mundial; no existe sociedad alguna que pueda aspirar a crecer y desarrollarse sin poner especial énfasis en el mejoramiento progresivo y sostenible de sus medios de transporte. Pero en Cuba resulta imposible hablar de un perfeccionamiento sostenido y progresivo en este frente, al estilo de las naciones desarrolladas del primer mundo. Una amplia amalgama de factores socio-económicos y políticos han incidido en los altibajos y quebraderos de cabeza de toda una nación en materia de transporte. La población civil paga un alto precio por el deterioro del transporte público de pasajeros y su infrecuente circulación, la nación hace esfuerzos por solventar estos servicios, consciente de la importancia que revisten. El presente artículo pretende arrojar luz sobre la heterogénea composición de elementos relativos al comportamiento de la transportación de pasajeros en la menor de las Antillas, así como las presuntas soluciones aplicadas, que en la actualidad presentan también sus lados oscuros, como los coches tirados por caballos.
Palabras Claves: Cuba, medios de transportación, transportación pública de pasajeros, coches tirados por caballos, maltrato animal.
Abstracts:
Transportation, seen from the perspective of its role in the development of modern societies, is a complex global phenomenon; there is no society who can aspire to grow and develop without putting special emphasis on the progressive and sustainable improvement of their means of transport. But in Cuba it is impossible to speak of a sustained and gradual improvement on this front, at the same style of the developed nations of the first world. A wide combination of socio-economic and political factors has influenced the ups and downs and headaches of a nation in terms of transport. Civilians pay a heavy price for the deterioration of public transport of passengers and its infrequent circulation, the nation is making efforts to solve these services, aware of their importance. This article aims to shed light on the heterogeneous composition of elements relating to the behavior of the transportation of passengers in the smallest of the Antilles, the alleged applied solutions, which now also have their dark sides, like horse-drawn carriages.
Keywords: Cuba, means of transportation, public transportation of passengers, horse-drawn carriages, animal abuse.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
José Luis Montes de Oca Montano y Beatriz María Fuster Cabrera (2017): “Cuba: Sobre la transportación de pasajeros, coches tirados por caballos y otras complejidades”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (enero 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/01/transporte.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1701transporte
1.- Introducción:
En Cuba resulta imposible hablar de un perfeccionamiento sostenido y progresivo en el frente de la transportación de pasajeros y al estilo de las naciones desarrolladas del primer mundo. Una amplia amalgama de factores socio-económicos y políticos han incidido durante décadas en los altibajos y quebraderos de cabeza de toda una nación en materia de transporte. Con el objetivo de abordar este difícil tema se hace necesario poner en claro un conjunto de conceptos básicos, así como deslindar ciertas funciones y responsabilidades, para poder más tarde referirse a la heterogénea composición de elementos relativos al comportamiento de la transportación de pasajeros en la menor de las Antillas, las presuntas soluciones aplicadas, que en la actualidad presentan también sus lados oscuros.
El transporte es definido (Intef, n.d.) como “…una actividad del sector terciario, entendida como el desplazamiento de objetos o personas (contenido) de un lugar (punto de origen) a otro (punto de destino) en un vehículo (medio o sistema de transporte) que utiliza una determinada infraestructura (red de transporte).” La actividad del transporte es una de las que mayor expansión ha manifestado en el de cursar de los últimos dos siglos, esto ha tenido, como entes precursores, al aumento del comercio, de los desplazamientos nacionales e internacionales de seres humanos, la industrialización y a los más novedosos avances tecnocientíficos que han provocado además una mayor rapidez, capacidad, seguridad y menor coste de los transportes, estos adelantos constituyen las más marcadas tendencias internacionales en materia de transportación.
Por norma general se aceptan y conocen a los medios de transporte como a los diferentes sistemas o maneras de desplazar contenido de un lugar a otro. Estos se clasifican en “…medios terrestres (ferrocarril, automóvil), aéreos (avión) o acuáticos (fluviales o marítimos), cada uno de los cuales necesitará unas infraestructuras diferentes para su funcionamiento: Vías férreas y estaciones para el tren, carreteras para los automóviles, aeropuertos para los aviones, y puertos náuticos para los barcos” (Intef, n.d.).
Por su parte el transporte colectivo de pasajeros o transporte público exige de sus clientes que deban adaptarse a los horarios y a las rutas ofrecidas por el operador. Usualmente los viajeros comparten el medio de transporte y este se encuentra disponible para el público en general. Incluye diversos medios como autobuses, trenes, ferrocarriles suburbanos o ferrys (Arévalos, 2012).
En Cuba existe consenso en lo que respecta al transporte de pasajeros como componente imprescindible del proceso de actualización de su modelo económico y por ello ha sido refrendado en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido Comunista de cuba (PCC), aprobados en el VI Congreso. Específicamente los lineamientos 269, 283, 272, 278, 280, 281, 283 y 284 del Capítulo X, Política para el Transporte, están referidos al transporte de pasajeros de una forma u otra. (Cubadebate, 2013).
En su artículo “Realidades y perspectivas del transporte de pasajeros en Cuba” publicado en el año 2013, Cubadebate pone de manifiesto un conjunto de elementos que caracterizan al sistema de transporte público de pasajeros en la menor de las Antillas, a saber:
“Se trata de un servicio público porque se realiza en interés de la colectividad y su gestión es asumida directamente por la administración (gobierno) o supervisada y controlada por este y decimos que es un sistema pues tal como explicara el Vicepresidente Marino Murillo recientemente en la Asamblea Nacional, su éxito depende de un conjunto de factores de la Sociedad. Es decir, estamos hablando de las transportaciones colectivas fundamentales que garantizan la movilidad de la mayoría de los ciudadanos”.
“Aunque existen diversas clasificaciones, por el alcance de estas transportaciones de pasajeros, se pueden dividir fundamentalmente en: urbanas, todas aquellas que se realizan en el perímetro urbano, intermunicipal (rural), cuando la transportación se realiza entre dos o varios municipios, e interprovincial cuando esta se realiza entre dos o varias provincias”.
“Las organizaciones estatales dedicadas a los servicios de transporte, urbanos e intermunicipales y rurales, se subordinan a los Consejos de las Administraciones Provinciales y Municipales del Poder Popular, mientras que las transportaciones nacionales y las de los trabajadores del turismo, se realizan por entidades estatales que se subordinan al Ministerio del Transporte”.
“Actualmente con la ampliación del trabajo por cuenta propia y las cooperativas se ha incrementado la participación de estas formas de gestión en todos los tipos de transportación, bajo el control de los Gobiernos territoriales. También participan en la transportación de pasajeros, los medios pertenecientes a las entidades estatales que transportan fundamentalmente a sus trabajadores”.
En lo que se refiere al Ministerio del Transporte como organismo rector de la transportación en el país, el Sitio Web del Gobierno de la República de Cuba (Gobierno de la República de Cuba, n.d.) define y delimita la misión, visión y funciones de dicho ministerio. Por la relevancia que ostenta esta información para los temas que se abordan en el presente artículo, el autor considera importante traer a colación algunos fragmentos publicados en la referida web:
“El Ministerio del Transporte, es un Organismo de la Administración Central del Estado, subordinado al Consejo de Ministros, Como rector de la actividad, ejerce las funciones rectoras en el transporte para los restantes Organismos de la Administración Central del Estado”.
Este ministerio tiene como misión la de “Dirigir, ejecutar y controlar la política del Estado y del Gobierno en cuanto al transporte terrestre, marítimo, fluvial y lacustre, su infraestructura, sus servicios auxiliares y conexos, así como la navegación civil marítima. Ofrecer un sistema de transporte seguro, que satisfaga la demanda, respetuoso del medio ambiente y al máximo nivel de eficiencia para la economía nacional, la sociedad y el comercio internacional”.
De conformidad con las disposiciones finales sexta y séptima del Decreto Ley No. 147, además de las funciones comunes a todos los organismos de la Administración Central del Estado, El Ministerio del Transporte tiene atribuciones y funciones específicas, entre ellas sobresale la siguiente: “Conceder, limitar, modificar, suspender o cancelar las licencias y permisos para la prestación de cualquier servicio de transporte operado por el sector estatal y privado en todo el territorio nacional, y sus aguas jurisdiccionales conforme al procedimiento establecido”.
2.- Desarrollo
2.1.- Altibajos de la transportación pública de pasajeros en Cuba.
El excelente artículo de Cubadebate, ya referido en el presente estudio (Cubadebate, 2013) aporta elementos fundamentales para comprender las complejidades de este tipo de transporte en dicha nación. Después del triunfo de la Revolución Cubana y desde sus primeros años, la transportación pública de pasajeros se vio beneficiada por un fuerte programa inversionista en todas sus ramas, lo cual hizo posible que en el año 1989 se llegaran a transportar más de 3 mil millones de pasajeros.
Durante la década del 90 del pasado siglo, el transporte público de pasajeros prácticamente colapsó, afectándose no solo los medios y la infraestructura sino también la disponibilidad de personal calificado en las especialidades técnicas y de operaciones que se consideran clave para el éxito de una actividad tan especializada (Cubadebate, 2013). Esto se debió a los efectos de una situación de emergencia económica conocida en Cuba como “período especial de tiempo de paz”. Esta fue el resultado de una combinación de factores. En primer lugar, de los profundos cambios políticos, económicos y sociales ocurridos en los antiguos países socialistas de Europa del Este, y de la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Los referidos sucesos produjeron la desintegración del Consejo de Ayuda Económica (CAME), que tenía vinculada a Cuba y a muchos países socialistas. Cuba sostenía el 85% de su intercambio comercial con estos países y mantenía con los mismos estrechas relaciones bilaterales y multilaterales de colaboración económica, científica y técnica para el desarrollo. Quizá de algún modo relacionado con lo aquí expuesto, el gobierno de los estados Unidos de América decidió recrudecer, desde 1992, las medidas de bloqueo económico, comercial y financiero que habían sido impuestas contra Cuba desde marzo del año 19961 (Ríos, n.d.).
Según datos aportados por Cubadebate (Cubadebate, 2013) y publicados en el sitio web de la Mesa Redonda (2013), en la década del 80 existían en el país aproximadamente 15 800 ómnibus destinados al servicio público, al desaparecer el campo socialista y arreciar el bloqueo económico y financiero de los Estados Unidos; este parque se fue deteriorando y disminuyó a 1500 ómnibus. En el artículo de Mesa Redonda que aquí se refiere, el Director de Transporte de pasajeros del Mitrans, Oscar Carbajal, precisó que “…a pesar de los esfuerzos, aún los equipos que tenemos no satisfacen la demanda”. El directivo enumeró entre las insuficiencias objetivas y subjetivas del ramo: la falta de ómnibus, la diversidad de marcas y modelos que dificultan la reparación técnica y la sostenibilidad de estos, las malas condiciones de los talleres, el no cumplimiento de las normas técnicas de las reparaciones y mantenimiento habituales, la inestabilidad de la fuerza de trabajo, los viales en mal estado que atentan contra los vehículos, y la prestación de servicios con mala calidad (exceso de velocidad, estaciones indebidas, deficiente información a la población, indisciplinas sociales y la no recaudación), entre otras fisuras.
En otro esclarecedor artículo publicado por el periódico Granma (órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba) (Cabrera, 2015), el jefe técnico de la base de ómnibus urbanos de Santa Clara, Javier Medina Gómez, declaró que de los 68 equipos con que disponían en aquel momento, —la mayoría de los cuales se encontraban paralizados—, con excepción de las Diana, el resto tenía más de 15 años de explotación. A continuación se aportan otros datos procedentes del mismo artículo y que constituyen citas textuales del mismo.
“En el caso de las 30 guaguas Diana que ha recibido la provincia, un promedio de diez, y a veces más, se rompen a diario, motivado por desperfectos en la caja de velocidad, el cloche, los frenos o los cranes, entre los problemas más frecuentes, explica el funcionario”.
“En el caso de las Mercedes Benz, de 18 equipos, solo laboran entre cuatro o cinco cada día, con una respuesta casi nula a las solicitudes de piezas de repuesto por parte de la firma responsabilizada, a cuya adversidad se suma la de los nueve semiómnibus recibidos en los últimos años, de los cuales casi siempre hay cuatro o cinco rotos en el taller”.
“Otra complejidad, es la crítica situación de las rutas suburbanas, que trasladan a personas hacia lugares más distantes como el Yabú, Manajanabo, la Base Aérea, Suazo o Hatillo, entre otros, adonde solo llegan esos medios de transporte, e incluso, cientos de niños dependen únicamente de esos equipos para poder asistir a sus escuelas, refiere Javier, quien especifica, que aunque tratan de priorizar los referidos destinos, no siempre tienen respuesta para las necesidades”.
“Un dato revelador aportado por el directivo municipal, es que para satisfacer la demanda de los santaclareños, la entidad debe propiciar unos 840 viajes diarios; sin embargo, en la mayoría de las ocasiones solo pueden dar poco más de 300, en los que transportan entre 300 000 y 350 000 pasajeros del más de un millón 836 000 que tienen como plan cada día”.
El complejo escenario aquí descrito ha motivado la aparición de otras variantes en apoyo al transporte público de pasajeros, estas han constituido experimentos en los que se comenzó a trabajar a partir del año 2010, lo cual permitió la inserción, en el 2012, de ómnibus arrendados a sus propios choferes, quienes pagan al Estado una cuota y se quedan con el resto del ingreso mientras pagan los impuestos correspondientes por sus ganancias. También se han efectuado cambios en el modelo del servicio de taxi con el arrendamiento de los carros, a esto se han sumado las nuevas cooperativas del transporte urbano, entre otras novedosas opciones (Rivera, 2013).
La tracción animal, por su parte, se mantuvo sin regular desde la primera mitad del siglo XX, no obstante, el Estado reconoció la importancia de esta variedad para el transporte público y estableció en 1997 un conjunto de disposiciones legales y regulaciones para los servicios de transporte de carga y pasajeros, usando vehículos de tracción animal. Desde 1998 se estableció el requisito de obtener una Licencia de Operación de Transporte con vistas a ofertar servicios de transporte con tracción animal, de carga y de pasajeros. En el año 2000 había más de 16000 vehículos de tracción animal registrados, brindando servicios de transporte (Ríos, n.d.).
2.2.- Una solución y sus complejidades.
Todo apunta al hecho de que, en Cuba, se han estado gestando soluciones cortadas a la medida de sus características y necesidades, pero lo cierto es que no todas estas han constituido “soluciones felices”; al menos una de ellas está trayendo tantos “efectos colaterales indeseables” como beneficios, ese es el caso de la transportación de pasajeros por medio de coches tirados por caballos. Varios autores se refieren abundantemente al incontable número de indisciplinas en que incurren los conductores de estos vehículos, así como a otros efectos nocivos no tan evidentes pero igualmente dañinos que obligan a reflexionar sobre si es esta una forma eficaz de aliviar la falta de otras modalidades de transporte urbano o una novedosa manera de complejizar aún más, esta vez para mal, la difícil dinámica de la sociedad cubana.
Sobre el tema se pronuncia Tiempo21.cu (CMLL, Radio Victoria, 2013), sitio web de Radio Victoria en Las Tunas, Cuba, por medio de su artículo “En coche o en bicitaxi… pero disciplinadamente”, cuando asegura:
Por su parte la Agencia Cubana de Noticias (ACN) añade otros elementos al ya cargado rosario de problemas causados por no pocos conductores de estos coches tirados por caballos, y lo hace por medio de un artículo publicado en este sitio web por Onelia Chaveco (2014), por su relevancia para el tema que aborda el presente trabajo, se incluyen aquí varios fragmentos:
Otros artículos del patio reflejan opiniones procedentes de la población, este es el caso del trabajo publicado en 2014 por Yuniel Labacena Romero, en el sitio web de Cubahora; Primera Revista Digital Cubana, los siguientes fragmentos son ilustrativos del tema:
Otra situación negativa que afecta a este tipo de transporte no estatal de pasajeros es la presencia de transportistas ilegales, o sea, desprovistos de la adecuada autorización para ejercer este oficio y que sistemáticamente usurpan el pasaje a sus “colegas” que sí se mantienen debidamente registrados y autorizados para brindar este servicio a la población. Sobre este tema versa el artículo de Nieves (2015, Marzo), cuando nos cuenta que:
La disponibilidad y suficiente distribución de puntos de presencia de coches tirados por caballos (piqueras), en espacios geográficos previamente identificados y conocidos por la población, en añadidura al uso de otros medios de transportación pública de pasajeros, como son los ómnibus, semiómnibus, entre otros, debería ser suficiente razón para que, junto con el incremento de las opciones de transporte, también se mantuvieran las tarifas establecidas y quizá con el tiempo algunas de estas mostraran cierta tendencia a la disminución, con el objetivo de hacer frente a la competencia. Contrario a lo que dicta la lógica, el escenario aquí descrito se distancia de la realidad en lo que al precio de los coches se refiere, pues este tiende a mantenerse o a subir. Algunos cocheros llegan a preferir ser alquilados por particulares para el traslado de estos o de alguna forma de carga, en lugar de dedicarse únicamente al transporte de pasajeros; toda vez que esta alternativa les aporta mayores dividendos en menos tiempo y en ocasiones les permite viajar llevando menos peso. El artículo a que se hace referencia a continuación (López, 2014), ilustra en cierta medida lo aquí expuesto y aporta otros elementos útiles en la comprensión del dilema, estas crudas citas textuales pueden herir la sensibilidad de cualquier lector.
Cabe preguntarse qué puede estar pasando que impide la moderación de los precios y los apetitos, a pesar de que, por lo general, no faltan coches en las piqueras durante las horas de mayor demanda, ni resultan despreciables las ganancias legalmente obtenidas por los cocheros durante un día de honrado trabajo.
Una aproximación a esta problemática se localiza en la carta a la dirección, recibida y publicada por el Diario Granma (órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba) con fecha 27 de enero de 2012. Una vez más se recurre a la cita textual por lo esclarecedor del texto redactado y su pertinencia:
Asociaciones informales como la aquí descrita no son infrecuentes dentro del quehacer del cuentapropismo cubano actual, a esa razón obedece la extraña uniformidad que presentan no pocos de los productos y servicios ofrecidos en este ámbito, sobre todo en lo concerniente a sus precios, se trata de una extraña modalidad de cofradía que garantiza la homogeneidad de las ofertas de cara al mercado, el perdedor en este caso casi siempre resulta ser el cliente.
3.- Conclusiones.
La transportación, vista desde la perspectiva del papel que desempeña en el desarrollo de las actuales sociedades, constituye un complejo fenómeno de alcance mundial; no existe sociedad alguna que pueda aspirar a crecer y desarrollarse sin poner especial énfasis en el mejoramiento progresivo y sostenible de sus medios de transporte. A pesar de esto, en Cuba resulta imposible hablar de un perfeccionamiento continuado y gradual en el frente de la transportación de pasajeros (al estilo de las naciones desarrolladas del primer mundo). Una amplia amalgama de factores socio-económicos y políticos han incidido durante décadas en los altibajos y quebraderos de cabeza de toda una nación, en materia de transporte. Dentro de este complejo tejido de factores imbricados en tan sensible tema se encuentran: la férrea y resuelta voluntad política del gobierno y el estado cubano, el advenimiento del período especial con su pléyade de complicaciones y el recrudecimiento del genocida bloqueo económico impuesto a Cuba. Este escenario está matizado, además, por el desvanecimiento del campo socialista, así como por los “efectos colaterales indeseables” que, hacia el interior de la sociedad cubana, aportan algunas soluciones con rostro de problema; como la transportación de pasajeros por medio de coches tirados por caballos, modalidad de trabajo por cuenta propia con incontable número de indisciplinas y otros efectos nocivos que hacen dudar de si es esta una forma eficaz de aliviar la falta de otras modalidades de transporte urbano, o una novedosa manera de complejizar aún más la enmarañada dinámica de la sociedad cubana.
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