Carmen Antonia Rodríguez Herrera*
Universidad de Oriente, Cuba
anniat@csh.uo.edu.cu Resumen
El desarrollo de las ideas sobre el socialismo en la actualidad, requiere de conocer y volver a leer el pensamiento filosófico y sociopolítico de Antonio Gramsci, Ernesto Che Guevara, José Carlos Mariátegui, Hugo Rafael Chávez Frías, Fidel Castro Ruz y otros pensadores que desarrollaron estas ideas en América Latina de forma creadora, a partir de las condiciones históricas concreta de estos países.
El objetivo del trabajo es destacar la vigencia del pensamiento de José Carlos Mariátegui, para los movimientos progresistas de América Latina.
Este pensador considera que la tarea de la construcción del socialismo peruano se afirma como utopía realista y posible. No cree que su realización provenga de la aplicación mecánica de presupuestos establecidos en otras realidades. Debe ser resultado dimanante de la realidad específica y las condiciones propias del Perú. No queremos, ciertamente- piensa Mariátegui que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica.
Estas ideas deben ser estudiadas por la nueva izquierda de América Latina, debemos volver a leer sus obras. José Carlos Mariátegui fue un intelectual orgánico comprometido al máximo con el proceso de liberación del Perú y de América Latina.
Palabras claves: Pensamiento, socialismo, José Carlos Mariátegui.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Carmen Antonia Rodríguez Herrera (2017): “Algunas consideraciones acerca del pensamiento de José Carlos Mariátegui sobre el socialismo desde un enfoque histórico cultural”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (enero 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2017/01/socialismo.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1701socialismo
Introducción:
El marxismo, teoría filosófica económica y política tiene historia. Sus adversarios trataron de ocultarlo y fue catalogado como especulativo y dogmático, tergiversando la esencia de sus ideas. Volver a él, a sus continuadores, es una tarea de primer orden en nuestros días.
Como es conocido, surgió en Europa, en la década de los años 40 del siglo XIX, revolucionando todo el pensamiento filosófico anterior y tomando lo mejor de él, pero el proceso de asimilación crítica y reelaboración teórica no concluyó con este, sino que ha continuado enriqueciéndose contra aquellos que han tratado de apagarlo .
Desde su nacimiento mostró ser una filosofía objetiva y científica, con una dimensión histórica universal y aunque surgió en otro continente no se limitó a constituir una concepción exclusiva para los habitantes europeos, su carácter abierto demostró la importancia teórico-metodológica de sus principios, fundamentalmente: el histórico concreto.
Basados en el historicismo se puede plantear que al trascender fronteras, el grado de asimilación creadora de sus ideas ha estado en dependencia de las particularidades del desarrollo socioeconómico y cultural de cada territorio en general.
América Latina recibió esta influencia desde sus propias características y sus necesidades, aspectos estos permeados por el papel creciente de los Estados Unidos en los asuntos latinoamericanos y caribeños que cercenó de inmediato las posibilidades de una genuina emancipación de estos pueblos.
Un factor importante a tener en cuenta lo constituyó el relativamente débil desarrollo de la clase obrera en dichos países a fines del siglo pasado. La compleja estructura socioclasista, con grandes dificultades en una gran población indígena en gran parte de la región continental, constituyente condicionante para el arraigo del marxismo y el desarrollo de las ideas socialistas en Nuestra América.
El peruano José Carlos Mariátegui, fue uno de los protagonistas de aquel desafío intelectual. Su pensamiento filosófico y sociopolítico transcurre entre los años de 1894 a 1930.
I. Formación del pensamiento de José Carlos Mariátegui.
La formación de un pensador está condicionada por factores históricos- sociales. El pensamiento de Mariátegui es reflejo de una etapa histórica plena de hechos y acontecimientos, donde se desarrolla el Imperialismo, la Primera Guerra Mundial, el triunfo de la Revolución Rusa y la agudización de la Crisis y las contradicciones del sistema capitalista, en torno a los cuales se forma su personalidad.
Es significativo destacar que las guerras de independencia del siglo pasado no convirtieron a los pueblos en sujetos de su transformación. La dependencia económica, política, social y cultural impide la plena realización de Nuestra América. Las deformaciones estructurales marcan toda una historia que inicia con la conquista y la colonización y sirve de base al subdesarrollo progresivo de nuestros pueblos.
Al igual que otros países de este continente, en el Perú estas condiciones internas, unidas a los cambios y movimientos sociales, políticos y culturales, engendrados en Europa, traen aparejados repercusiones radicales que ponen de manifiesto que el pueblo existe y libra batalla por su participación en la nación como sujeto.
La labor de Mariátegui se desarrolla en tres momentos esenciales, en correspondencia con su formación intelectual:
El primer momento, llamado por él Edad de Piedra de 1899 que abarca infancia, adolescencia hasta 1919. Se desarrolla con una frágil salud, comienza a trabajar en plena adolescencia con una situación familiar difícil. Carente de una formación sistemática hace del autodidactismo un medio idóneo para saciar su sed de conocimiento y cultura.
Se destaca en su labor periodística con una orientación política tomando una determinada fuerza en el combate contra el régimen existente y los partidos del gobierno. Escribe en diarios como el Tiempo, Nuestra Época y la Razón, lo que hace que adquiera gran popularidad, y contribuye con ello al desarrollo de las ideas marxistas en el Perú.
Los años finales de ésta etapa perfilan nuevas orientaciones ideológicas y políticas del mundo. El esteticismo abstracto de corte romántico cede lugar a la concreción político-social exigida por las circunstancias que lo rodean y la praxis en la cual ya él se ha integrado como sujeto. Ya en estos instantes es el Mariátegui, que exige justicia y hace causa común con los obreros y estudiantes en sus luchas reivindicativas desde la trinchera periodística.
Se nutre de pensadores como José Ingenieros, Vasconcelos, González Prada, Echeverría y Vèsar Callejo. Sus criterios en torno al pensamiento latinoamericano fundador, resultan muy importante, lo que constituye un modo de determinar el grado de influencia recibida y su preparación para asumir críticamente el pensamiento europeo. La asunción de la tradición ético- humanista es piedra angular en su labor intelectual creadora.
El segundo momento, Etapa de aprendizaje Europeo. Nueva realidad. 1919-1923, su estancia en Italia, Francia y Alemania.
En Europa desarrolla una etapa de aprendizaje y de experiencias, de enriquecimiento de su formación juvenil, lo ponen en contacto con una nueva realidad capaz de aportarle nuevos elementos de carácter cultural, político e ideológico. Entre las ideas que asume está su compromiso social y su adhesión a la revolución y su humanismo revolucionario.
La realidad europea de la posguerra, constituye un escenario determinante en la formación de Mariátegui, el análisis que él hace no se queda en el hecho económico sino que indaga en las motivaciones ideológicas, políticas y de otra índole.
En este continente alcanza su filiación marxista y ha descubierto su ser más profundo y el sentido de su destino de escritor. Ahí robustece su peruanismo y conforma la fe en el destino de América, depura el sistema y la coherencia de su ideología social. Eleva su nivel cultural y político y se da un momento de ruptura y de tránsito del hombre de letras al hombre de pensamiento y acción. Ciencia y conciencia se unen definitivamente para explicar la realidad a través de un corpus crítico concreto y un método adecuado. El aprendizaje europeo lo preparó para interpretar científicamente a la realidad peruana y de nuestra América y le esclareció el deber de una tarea americana, de luchar por transformar su país.
El tercer momento, etapa de 1923- 1930, se considera de madurez creadora. Caracterizada por la búsqueda del ser esencial peruano y su identidad deviene en núcleo reestructurador del proyecto sociocultural y político del mismo.
En su programa, la revelación de la realidad peruana, muy afincado en la historia y la cultura nacionales, descubre y abre nuevas perspectivas sociológicas de análisis e investigación porque en primer lugar, muestra la necesidad de empezar por el análisis del momento económico, sin menospreciar los restantes; en segundo lugar, por la atención priorizada que ocupa el problema agrario, y la situación de la masa indígena en los marcos de las condiciones específicas del Perú y en tercer lugar, se destaca por la forma concreta de pensar la nación en función de los individuos y no de modo intelectual y abstracto, como corrientemente sucedía en la literatura burguesa. La concepción de la nación como encarnación del espíritu de la libertad, fundada en el hombre real y en el pueblo como sujeto, proviene del sentido auténtico del programa revolucionario que propugna Mariátegui.
El investigador cubano Rigoberto Pupo define el análisis de la realidad peruana realizado por Mariátegui como un enfoque sociocultural antropológico que resulta concreto en la medida que incluye la consideración clasista y otras determinaciones, son instantes de avances cualitativos de su pensamiento exigidos por la realidad y la praxis. Parte del hombre sociohistoricamente determinado y portador de la práctica social, del hombre inserto en la sociedad, haciendo historia y cultura, expresión de su pensamiento filosófico. De ahí que el método que utiliza Mariátegui exija integridad sistémica en el abordaje de los problemas.
En su labor periodística se destaca la revista Amauta (1926) que sirve de vehículo a sus propósitos renovadores, cuya presentación sintetiza su ideario sociocultural y político, un nuevo espíritu autoconsciente de la contemporaneidad. El objetivo de esta escribe Mariátegui es el de plantear, esclarecer y conocer los problemas peruanos desde puntos de vista doctrinarios y científicos. “Consideramos siempre al Perú dentro del panorama del mundo”. 1 Amauta al pasar el tiempo se convierte en una revista socialista, esto fue debido a un proceso de radicalización propiciado por las circunstancias y por su misma continuidad evolutiva.
Todo su pensamiento filosófico y sociopolítico se concreta en su obra Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, compuesta por trabajos escritos desde 1925, y publicados en 1928. Expresa el momento cimero de un pensamiento en constante evolución y despliegue. La misma sintetiza una historia de discernimiento y búsqueda que logra encarnar un corpus crítico interpretativo de una parte de la realidad de Nuestra América, afincado en las raíces y con espíritu de universalidad.
Es criterio unánime de los especialistas su ubicación como la obra cumbre de Mariátegui, en tanto expresa múltiples cualidades que definen la madurez del autor, en cuanto a sistematicidad estructural, riqueza conceptual-metodológica y estilo propio en el abordaje de una realidad concreta de Nuestra América. Se trata de una obra sociológica con coherencia lógica y fuerza conceptual registrable, independientemente de su carácter inacabado y las limitaciones circunstanciales que implica un estudio de esa naturaleza, si tenemos en cuenta el momento en que se escribió, las fuentes bibliográficas existentes y las propias características del autor.
En Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, Mariátegui logra penetrar la realidad de este país en su naturaleza sistemática, a partir de un enfoque marxista creador, inédito en nuestro continente. En esta dirección su estudio resulta fundador no solo por el análisis integral marxista de una nueva realidad sui géneris, sino además, por el método develador de esencias cuya lógica es expresión del objeto investigado, en su diversas mediaciones y condicionamientos. Por eso, su esquema de evaluación económica, sirve de mediación referencial, al asumir el problema de la tierra, el indio, el proceso de la instrucción pública, el factor religioso, la antítesis regionalismo-centralismo o el devenir mismo de la literatura.
La estrategia metodológica que encauza los siete ensayos de Mariátegui, da cuenta de un riguroso estudio científico de la realidad peruana, fundado en el enfoque sociocultural antropológico, expuesto anteriormente lo que permite al pensador peruano evadir interpretaciones vulgares y simplistas y al mismo tiempo ubicar momentos esenciales para explicar el pasado, el presente y proyectar el futuro.
Mariátegui ubica las relaciones sociales materiales como punto de partida del conocimiento sociológico. Esto determina la estructura lógica de 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, donde el esquema de la evolución económica resulta el eslabón fundamental al cual interaccionan los restantes elementos del sistema. Con ello, las relaciones economía, historia y sociedad, educación, ideología y política y sociología y cultura y proceso literario, no hacen más que fijar momentos de la realidad peruana, y en su totalidad sistémico- procesal, reproducir la realidad peruana en su devenir contradictorio e histórico.
El objeto central de Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana es la sociedad peruana en su despliegue histórico- genético cuya labor investigativa se traduce en una “contribución de la crítica socialista de los problemas y la historia del Perú”2 , según su propio autor su principal ambición era la de concurrir a la creación del socialismo peruano.
En el esquema de la evolución económica expone las etapas esenciales por la que ha transitado la economía peruana en su desarrollo histórico. Concluye que en el Perú actual coexisten elementos de tres economías diferentes: la feudal, la economía comunista indígena y la economía burguesa.
Precisamente la labor creadora de Mariátegui reside en haber realizado un estudio profundo de la realidad peruana, capaz de develar el lugar del movimiento económico en la historia del Perú, determinar sus etapas fundamentales y la relación que guarda con otros problemas esenciales del Perú, especialmente: el problema del indio y el problema de la tierra.
El análisis de estos problemas sobre la base de una concepción nueva, y un método que parte del condicionamiento real de los proceso sociales, aporta vías de acceso en la revelación esencial del objeto:”La crítica socialista lo descubre y esclarece se refiere al problema del indio porque busca sus causas en la economía del país y no en su mecanismo administrativo, jurídico o eclesiástico, ni en su dualidad y pluralidad de razas, ni en sus condicionamientos culturales y morales. La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra. Cualquier intento de resolverla con medidas de administración o policía, con métodos de enseñanza o con obras de vialidad, constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras subsista la feudalidad de los gamonales”3 .
Mariátegui concreta y completa la visión crítica del análisis con la percepción clasista del problema del indio, ausente o sutilmente abordada en la literatura al uso, pues detrás del discurso puramente abstracto y moralista se esconden intereses económicos a los cuales les conviene la opresión indígena. La solución real exige ir al fondo del fenómeno. Era necesario reivindicar su derecho a la tierra para lo cual se requería la liquidación de la feudalidad en el Perú ya que no se podía eliminar la servidumbre, mientras existiera el latifundio. Tampoco es partidario de la solución liberal del problema consistente en el fraccionamiento de los latifundios para crear la pequeña propiedad. Cree en la solución socialista a partir de “La supervivencia de la comunidad y de elementos de socialismo práctico en la agricultura y en la vida indígena“ 4.
Así mismo, la concepción de la ideología y la política y su determinación dialéctica en la economía es una idea central que atraviesa sus Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. En su concepción de la conciencia social; Mariátegui concibe la ideología política como su nivel superior, que sintetiza valor y conocimiento con acuciante orientación práctica, es decir, no es solo conciencia de lo que falta, sino además actitud de cambio en pos de realizar el ideal de clase, que es al mismo tiempo, realización nacional, humana y social.
La formación ideológica, en criterio de Mariátegui, es vital para realizar los fines de la nación, pero a diferencia de otras doctrinas de la época, en él tiene una connotación humana muy amplia. Constituye un programa cultural que sitúa al hombre en el centro de las prioridades. Para él la formación ideológica es eficaz cuando arranca de las necesidades e intereses del pueblo, cuando es expresión de su ser esencial. Para ello tiene que ser integrado al programa cultural de la nación y sus instituciones culturales.
Mariátegui expone una interpretación profunda de la educación social en Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. La educación como derecho de las grandes masas y no como privilegio de las élites se constituye en principio. Lo mismo sucede con el lugar prioritario que atribuye al trabajo creador de riqueza y ennoblecedor de la naturaleza humana cuando se funda en la libertad plena del hombre.
Sus lineamientos ideológicos y políticos del proceso de instrucción pública en el Perú penetran en sus fundamentos teóricos hasta revelar las raíces clasistas del problema. Estos nuevos lineamientos que exaltan el lugar de la educación y el trabajo creador, integrados en una concepción cultural en Mariátegui no son más que vías de acceso y medios de concreción de su utopía socialista. Por eso comparte la definición que en torno a la educación pública incluye los siguientes aspectos:5
1. el problema educacional no es sino una de las tres fases del problema social, por ello no puede ser solucionado aisladamente.
2. la cultura de toda sociedad es la expresión ideológica de los intereses de la clase dominante. La cultura de la sociedad actual es, por lo tanto, la expresión de los intereses de la clase capitalista.
3. La última guerra imperialista, rompiendo el equilibrio de la economía burguesa, ha puesto en crisis su cultura correlativa.
4. Este solo puede superarse con el advenimiento de una cultura socialista.
Aquí el enfoque cultural abstracto sede lugar al enfoque sociocultural clasista y con ello potencia un renovado marco teórico de discernimiento de la realidad y sus contradicciones.
Concepciones sobre el Socialismo.
Considera que la contradicción entre el capitalismo y el socialismo es el problema de nuestra época. Defiende con fuerza la segunda alternativa.
Señala que crear las condiciones subjetivas imprescindibles que permitan la unión entre intelectuales y obreros ha sido objeto primario, en él, en tanto elemento decisivo para la formación de un frente de acción revolucionario, encabezado por el proletariado y su partido. Esta posición en su criterio, la única capaz de subvertir la realidad peruana en beneficio del pueblo y la nación.
……la revolución, vista como un hecho (proceso) cultural de las grandes masas, domina el programa socialista de de Mariátegui Para él, la revolución latinoamericana será nada más y nada menos que una etapa, una fase de la revolución mundial. Será simple y puramente, la revolución socialista.
Se trata de un proceso, cuya clase dirigente, el proletariado, en alianza con el campesinado indio y las restantes capas medias de la ciudad, cumplen en un primer momento las tareas democráticamente- burguesas y posteriormente dirigen sus acciones hacia la construcción socialista de la nación. 6
Tal compresión del problema, en la visión de Mariátegui solo es posible a través del socialismo, en tanto utopía realista y proyectos desalienador, capaz de insertar al pueblo como sujeto, bajo la dirección de la clase obrera, y realizar las transformaciones necesarias para transitar a una sociedad más justa.
“El socialismo- escribe de Mariátegui-, en fin, está en la tradición americana. La más avanzada organización comunista, prematura, que registra la historia, es la incaica” 7
La tarea de la construcción del socialismo peruano se afirma como utopía realizable y posible en Mariátegui. No cree que su realización provenga de la aplicación mecánica de presupuestos establecidos en otras realidades. Debe ser resultado dimanante de la realidad específica y las condiciones propias del Perú.
“No queremos, ciertamente- piensa Mariátegui- que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. 8Tenemos que dar la vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo- americano. He aquí una misión digna de una generación nueva.
Las ideas de Mariátegui surgen del conocimiento de la realidad peruana que sintetiza magistralmente en su obra Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana…., donde expresa que el proyecto socialista, más que aplicarlo había que extraerlo de la realidad concreta. Con esto no niega al marxismo, sino le sirve en su verdadero espíritu, como guía y método de transformación revolucionaria.
A finales de la década del 20, Mariategui hace énfasis en el socialismo indo americano, pues es el momento en que ha profundizado sobre los conocimientos socioculturales e históricos del Perú, y junto con ello, la creación del Partido Socialista (comunista) y la restructuración del movimiento obrero, encaminado a realizar una labor subjetiva que convierta los propósitos en creación heroica.
Sabe que al socialismo no se forja por generación espontánea, requiere de sujetos reales y actuantes. Está convencido, porque conoce la naturaleza de los procesos europeos y las características propias en que han transcurrido, que la proyección socialista en nuestra sociedad no puede copiar mecánicamente dichas experiencias. Tanto la historia, la cultura, como las estructuras económicas, políticas y sociales definen y cualifican realidades sui génesis en las naciones latinoamericanas.
El presupuesto teórico –metodológico de Mariátegui que se resume en su exigencia de seguir la lógica especial del objeto especial. Incluidas las diferencias específicas, se constituye en brújula orientadora de su creación americana en la búsqueda del ser peruano y al mismo tiempo de nuestra América.
Mariátegui no soslaya, ni resta importancia a la hegemonía de la clase obrera, pero no concibe el socialismo peruano al margen del problema indígena. La doctrina socialistas – escribe Mariátegui es la única que puede dar un sentido moderno, constructivo, a la causa indígena, que situada en su verdadero terreno social y económico, y elevada al plano de una política creadora y realista, cuenta para la realización de esta empresa con la voluntad y la disciplina de una clase que hace hoy su aparición en nuestro proceso histórico, el proletariado 9.
El método que utiliza Mariátegui para estudiar la realidad es un método que exige integralidad sistémica en el abordaje de los problemas. Que incluye lo económico, lo político, lo cultural, dándole un peso grande a este último, pues esta resulta tanto histórica como genéticamente base hermenéutica, de su devenir, es decir clave explicativa de su pasado, presente y futuro. Esta concepción sirve de base a su marxismo creador, donde se mezcla lo general con lo particular, lo que trasciende la época y nos invita a continuar su estudio, pues hoy existen países donde el indígena lucha por sus derechos como Ecuador, Bolivia, Guatemala, Chile y otros.
En este orden de cosas, el socialismo para Mariátegui, debe resolver lo que el programa demo liberal que inaugura la independencia con la República, dejó intacto: el problema de las grandes masas autóctonas y con ellas, el problema de todo el pueblo, ya que “la revolución de independencia, alimentada de la ideología jacobina, produjo temporalmente la adopción de principios igualitarios. Pero este igualitarismo verbal no tenía en mira, realmente, sino al criollo. Ignoraba al indio” 10.
En esta asunción del problema por Mariátegui, conciencia, ideología, política e ideal socialista, como momento de un todo cultural, no hacen más que reflejar la realidad peruana en su historia. Muestra el condicionamiento económico-social de dichas formas superestructurales y su función ejercida como conciencia histórica; pero al mismo tiempo revela en ellos nuevos modos de realización nacional al ser portadas por nuevos sujetos históricos, cuyas necesidades, intereses y fines sociales, coincide con el ideal de las grandes masas, con el ideal social nacional. “En esta época escribe Mariátegui, con la aparición de una ideología nueva que traduce los intereses y las aspiraciones de las masas, la cual adquiere gradualmente conciencia y espíritu de clase surge una corriente o tendencia nacional que se siente solidaria con la suerte del indio es la base de un programa de renovación o reconstrucción peruana”11
Esa nueva ideología expresada en términos de conciencia y clasista debía estar rectorada por el proletariado. La rectoría de la clase obrera se funda en su propia esencia, en el hecho de ser portadora de una nueva sociedad, y por tanto, estar en condiciones de cumplir las siguientes tareas concretas: “la organización nacional de la clase obrera, la solidaridad con las reivindicaciones de los indígenas, la defensa y fomento de las instituciones de cultura popular, la cooperación con los braceros y yancenas de las haciendas, el desarrollo de la prensa obrera” 12. Estas tareas del proletariado permeado del ideal socialista de realización humana y social median el espíritu general de Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana.
Por eso la revolución socialista en la concepción de Mariátegui no es solo un hecho histórico sino también un acontecimiento cultural de las grandes masas. Una empresa histórica que dimana de los intereses, necesidades y fines sociales, cuya praxis encarna el ideal humano que la sociedad puede proyectar. Dicha concepción se fundamenta en un concepto renovado de la conciencia como ser existencial consciente y este, el ser de los hombres, como resultado y producto de su vida práctica, objetivado en la cultura. Por eso la cultura como expresión del ser esencial humano y medida cualificadora de su desarrollo, permean la concepción de la conciencia y la ideología de Mariátegui. El enfoque sociocultural es inmanente al discurso de Mariátegui, y a su vez su método histórico dialéctico. Como parte del hombre sociohistóricamente determinado y sujeto de la actividad espiritual y práctica, cuyo ser esencial se concreta en la cultura, esta resulta tanto histórica como genéticamente base hermenéutica, de su devenir, es decir clave explicativa de su ayer, su hoy y de lo por venir.
La doctrina socialista – escribe Mariátegui- es la única que puede dar un sentido moderno, constructivo, a la causa indígena, que situada en su verdadero terreno social y económico, y elevada al plano de una política creadora y realista, cuenta para la realización de esta empresa con la voluntad y la disciplina de una clase que hace hoy su aparición en nuestro proceso histórico, el proletariado”.13
Conclusiones:
José Carlos Mariátegui fue un intelectual orgánico comprometido al máximo con el proceso de liberación del Perú y de América Latina.
Sustentado en el marxismo y en las concepciones de muchos pensadores que le antecedieron, sus ideas reflejaron su visión dialéctico materialista e histórica del mundo, concibiendo a esta teoría ajena al dogma y la rigidez.
Realizó una interpretación objetiva de la realidad peruana, latinoamericana y mundial, contribuyendo a través de su pensamiento y acción a la solidez de su labor política.
Volver a leer a Mariátegui, nos ilumina en la necesaria mirada crítica en la solución de problemas planteados por él como: el problema de las grandes masas autóctonas, el problema del indio y el problema de la tierra, la rectoría de la clase obrera, y la necesidad de un enfoque cultural a estos. La concepción de la revolución en el pensamiento filosófico y sociopolítico de Mariátegui es de gran trascendencia histórica en los momentos actuales, de evolución de los movimientos sociales en América Latina, que buscan alternativa al neoliberalismo.
La tarea de la construcción del socialismo peruano se afirma como utopía realista y posible en Mariátegui. Y considera que el socialismo en América no debe ser calco y copia sino creación heroica aspecto este de gran actualidad.
Bibliografía.
Colectivo de autores. Filosofía en América Latina. La dimensión concreta de lo humano en José Carlos Mariátegui. Editorial Félix Varela, La Habana, 1995
Mariátegui José Carlos: Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. http://www.yachay.com.pe/especiales/7ensayos/ENSAYOS/Indice.htm
(2 of 3)4/29/2004.
Mariátegui, José Carlos. Ideología y política. Editora Amauta, Lima, Perú, 1983. Tomo 13.
Martínez Heredia Fernando: Conferencia. Problemas de la historia del pensamiento marxista: los tiempos de Mariátegui.
Pupo Pupo, Rigoberto: Autoctonía creación americana en José Carlos Mariátegui…Editora Ciencias Sociales, La Habana 2009.
Santana Castillo, Joaquín. Utopía, Identidad e integración en el pensamiento latinoamericano y cubano. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2008.
Walker Gogol, Eugene. Mariátegui y Marx: La transformación social en los países en vías de desarrollo. Universidad Autónoma de México. México 1994.
* Universidad de Oriente. Departamento de Marxismo. Facultad de Ciencias Sociales. Profesor de las siguientes asignaturas: -Teoría Sociopolítica. Y Ciencias Polìticas. Licenciado en Filosofía Marxista Leninista. Universidad Estatal de Moscú. “Lomonosov.”
1 Pupo Pupo, Rigoberto: Autoctonía creación americana en José Carlos Mariátegui…Editora Ciencias Sociales, La Habana 2009.
2 José Carlos Mariátegui: Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. http://www.yachay.com.pe/especiales/7ensayos/ENSAYOS/Indice.htm (2 of 3)4/29/2004
3 Idem
4 Idem
5 Idem
6 José Carlos Mariategui. Ideología y política.38/39.
7 Ídem. Pág. 249.
8 Ídem.
9 José Carlos Mariategui. Ideología y política. Pág. 188.
10 José Carlos Mariátegui: Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana.pág.252
11 Idem
12 Idem
13 Mariátegui José Carlos. Ideología y política. Pág. 188.
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