Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


DESARROLLO LOCAL Y SISTEMAS PRODUCTIVOS LOCALES. UNA APROXIMACIÓN A LA DIVERSIFICACIÓN DE LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL ACUÍCOLA

Autores e infomación del artículo

Marlen Rojas Riverón

Centro Universitario Municipal Mayarí

mroja@cum.uho.edu.cu

Resumen
El presente trabajo surge a partir de una investigación realizada en el municipio Mayarí, específicamente en el espacio que ocupa la UEB pesquera “Acuanipe”, con el objetivo de elaborar una propuesta de diversificación de productos industriales en la cadena de la pesca acuícola que potencie la agregación de valor a sus producciones y que tribute al desarrollo local del municipio.
En el seguimiento de la investigación se tuvieron en cuenta la determinación de los ejes teórico-conceptuales sobre los Sistemas Productivos Locales y la de cadena de valor en el desarrollo local, el estado real en cuanto a la problemática señalada, así como la identificación de las causas que limitan la obtención de resultados superiores y sus efectos.
El diagnóstico del estado actual reveló las potencialidades que ofrece la UEB pesquera “Acuanipe” para la puesta en marcha de un proyecto de desarrollo local, sostenible desde el punto de vista económico, social y ambiental, que aporte significativamente a la economía territorial.
Palabras clave: diversificación, desarrollo local, sistemas productivos locales, valor agregado, cadena de valor.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Marlen Rojas Riverón (2016): “Desarrollo local y sistemas productivos locales. Una aproximación a la diversificación de la producción industrial acuícola”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (mayo 2016). En línea: https://www.eumed.net/rev/caribe/2016/05/diversificacion.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/CARIBE-2016-05-diversificacion


INTRODUCCIÓN
La concentración geográfica de empresas pertenecientes a un sector de actividad económica o aglomeración productiva (AP), se presenta actualmente como un elemento clave de la gestión del desarrollo local (Vázquez Barquero, 2006, 2007 y 2009), debido a que no solo contribuyen al mejoramiento del desempeño de las empresas e instituciones que las integran, sino también, al de los territorios donde se encuentran localizadas, como consecuencia de los procesos de integración entre estas y el efecto sinérgico que generan. El estudio y fomento de las formas de organización de la producción sustentadas en ella, en particular los sistemas productivos locales (SPL), constituyen antecedentes válidos para lograr la competitividad y desarrollo local (DL) de los municipios cubanos, por constituir una alternativa estratégica que contribuye significativamente a la competitividad y a la generación de impactos económicos y sociales que están asociados a la coherencia de su formación (González, 2011).
En los estudios realizados por investigadores cubanos, sobre la temática de la organización de la producción y la gestión del DL (González, 2009 y 2011; Pérez y Arguelles, 2011; González y Pérez, 2011; Bu et al, 2012; Herrera, 2013; entre otros.) coinciden de una forma u otra en que la gestión del desarrollo en la mayoría de las localidades en Cuba es visto con un enfoque funcional y operacional, a partir de la falta de una adecuada articulación en las relaciones horizontales que se establecen a un mismo nivel; verticalidad de las decisiones económicas que limitan el protagonismo de las autoridades del territorio; no existe una política integradora de todos los factores involucrados; las empresas subordinadas al nivel central responden a una política o lineamiento que en muchas ocasiones no se relacionan con las necesidades que más afectan al municipio. Todas estas insuficiencias dificultan la coordinación entre actores y provoca incoherencia entre las actividades económicas claves, los objetivos y los resultados productivos, lo que implica la necesidad de profundizar en las causas que obstaculizan la organización de la producción con enfoque territorial y la propuesta de acciones tendentes al logro de la sinergia que demanda el DL..
Actualmente en el proceso de actualización del modelo económico cubano se trata de otorgarles mayor protagonismo en la gestión económica a los gobiernos municipales, lo cual implica que los mismos deben contar con la capacidad técnica necesaria para conducir este proceso. En los lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba se plantea: “En la organización de la producción (…), deberá predominar, sobre todo, un enfoque territorial, dirigido al autoabastecimiento a ese nivel (…)” (PCC, 2011).
Para apoyar este proceso, el Ministerio de Economía y Planificación (MEP) se propuso entre sus objetivos perfeccionar el proceso de elaboración de planes a nivel municipal. Para ello orientó el diseño y aplicación experimental en algunos municipios del denominado Plan de Desarrollo Integral del Municipio, tomando como base el procedimiento metodológico para la actualización del Plan General de Ordenamiento Territorial Municipal confeccionado por Duverger y Castro (2011), autores pertenecientes al Instituto de Planificación Física (IPF). En este documento se establecen las indicaciones para la realización del proceso de diagnóstico cuya síntesis integral debe conllevar a un estudio del municipio “identificando y caracterizando las potencialidades, limitaciones o restricciones para el desarrollo de las actividades económicas y sociales, teniendo en cuenta: De las instalaciones productivas, grado de diversificación intra-sectorial; grado de diversificación intersectorial; De la red de instalaciones productivas, densidad de las relaciones inter-empresariales (…); De los mecanismos de coordinación, acuerdos de cooperación inter-empresarial; estrategia institucional de generación de economías externas.” (Duverger y Castro, 2011).
La necesidad de estudiar la organización de la producción con enfoque territorial conlleva ineludiblemente a un estudio de la cadena de valor, como herramienta para la formación de los sistemas productivos locales, que permite entender el camino por el cual las empresas y los países participan en la economía global.
En este contexto la  cadena de valor permite describir el desarrollo de las actividades de una organización empresarial generando valor al cliente final, descrito y popularizado por Porter (1985); a la vez que articula, en el mismo proceso de análisis, al conjunto de los actores involucrados en las actividades de producción primaria, industrialización, transporte, comercialización, distribución y consumo, convirtiéndose en un instrumento básico para la concertación y el diálogo de los actores, para lograr mayores niveles de competitividad. (IICA, 2003). Estos elementos denotan la necesidad de aprovechar y potenciar adecuadamente los beneficios de la cadena de valor en la gestión del DL.

I.- DESARROLLO LOCAL Y SISTEMAS PRODUCTIVOS LOCALES

La evolución del concepto de desarrollo ha estado sujeta a un constante proceso de reedición en el transcurso de la historia. Muchas de las aristas que se analizan en la teoría moderna tienen su génesis en las tesis expuestas por las diferentes escuelas de pensamiento, transitando desde una visión mercantilista hasta las corrientes clásicas, neoclásicas y keynesianas.
El enfoque que asume el concepto durante estos períodos, e incluso en décadas posteriores que llegan hasta la actualidad, tiene un fuerte matiz económico y está elaborado a la medida de los países del primer mundo que han intentado, por diferentes vías, aplicar las políticas que se definen en el mismo a los llamados “países subdesarrollados” o en “vías de desarrollo”. Este proceso tiene como resultante las enormes disparidades en el orden político, económico y social.
A partir de la segunda mitad del siglo XX e inicios del presente siglo XXI se suma al concepto el término de sustentabilidad, en un intento por dar un carácter más humanista al mismo y proponer soluciones a la cruda realidad del planeta. Paralelamente comienza a fomentarse la participación de las comunidades locales como una vía para alcanzar el desarrollo, promoviendo la participación de actores comprometidos con el proceso, asumiendo un pensamiento global y una actuación local.

1.1 El Desarrollo Local como proceso de transformaciones en beneficio de los territorios. La visión del  desarrollo local en Cuba.

Desde la década del 90 del siglo XX, en los estudios sobre el desarrollo se comenzó a prestar un mayor interés a los aspectos territoriales, percibiendo formas diferentes al enfocar el tema del desarrollo local. Cada nuevo enfoque fue anunciado como solución definitiva y completa que reemplazaba a los demás, sin embargo, hoy resulta claro que cada uno de los que han surgido no fueron mutuamente excluyentes, ni suficientemente amplios; cada uno de ellos se ha ido complementando con los demás, es por ello que se considera que el desarrollo futuro del término DL y sus componentes se continuarán enriqueciendo e integrándose en la misma medida que continúe evolucionando la teoría del desarrollo y la propia sociedad.
Se ha podido apreciar la diversidad de criterios expresados por diferentes autores en relación con el concepto de desarrollo, lo que evidencia su heterogeneidad. En este sentido, (…) “se ha producido paulatinamente una verdadera  polisemia en torno al desarrollo, es decir, una multiplicidad de significados cada uno de los cuales reclama identidad única en relación al adjetivo con que se acompaña el sustantivo “desarrollo”. Así se asiste a una verdadera proliferación de “desarrollos”: desarrollo territorial, desarrollo regional, desarrollo local, desarrollo endógeno, desarrollo sustentable, desarrollo humano y, en términos de su dinámica, desarrollo “de abajo- arriba” (o su contrapartida, “del centro - abajo”) y otros más”. (Boisier, 2001)
De esta forma definir el desarrollo local encierra incluso múltiples formas de hacerlo, algunos autores hablan de desarrollo local, desarrollo territorial, desarrollo endógeno, desarrollo económico local como los fundamentales aún cuando en ocasiones hablen el mismo idioma.
Según la percepción de Arocena (1995), el desarrollo local es el proceso que orientan los actores locales mediante acciones de transformación del territorio en una dirección deseada y es de naturaleza continua, aún cuando se trace metas parciales a modo de escalonamiento en espiral. “Cabe definir el desarrollo local como trayectorias específicas de desarrollo que se configuran en elementos históricos, geográficos y en mentalidades, pero que no están totalmente predeterminadas sino que se transforman y evolucionan a partir de las prácticas de los propios actores, combinada con circunstancias y coyunturas que lo favorecen. Pero no se puede analizar aisladamente un proceso de esta naturaleza sin relacionarlo con parte indisoluble”. (Arocena, 1995).
Por su parte Vázquez Barquero refiere  que “El desarrollo endógeno persigue satisfacer las demandas de una población local a través de la participación activa de la comunidad local en los procesos de desarrollo. No se trata tanto de mejorar la posición del sistema productivo local en la división internacional o nacional del trabajo como de lograr el bienestar económico, social y cultural de la comunidad local en su conjunto. La estrategia de desarrollo se propone, por tanto, además de desarrollar los aspectos productivos (agrarios, industriales, de servicios), potenciar las diferentes dimensiones sociales y culturales que afectan el bienestar de la sociedad. Ello conduce a diferentes senderos de desarrollo, según sean las características y capacidades de cada economía y sociedad local” (Barquero, 2000).
Según Boisier (2001), los procesos de desarrollo local incluyen las dimensiones económica, sociocultural, política y ambiental. La económica caracterizada por un sistema de producción que permite a los empresarios locales usar eficientemente los factores productivos con el fin de alcanzar niveles competitivos de productividad en los mercados. La sociocultural en la que los actores económicos y sociales se integran con las instituciones locales formando un sistema de relaciones que incorporan los valores de la sociedad en el proceso de desarrollo. La política que se instrumenta mediante las iniciativas locales y que permite crear un entorno local que estimula la producción y favorece el desarrollo y la ambiental integra todo lo anterior sobre la base de la conservación y tratamiento adecuado del medio ambiente. 
Se puede apreciar que indistintamente se usan diversos términos para abordar una misma cuestión o un mismo proceso, aún cuando las dimensiones espaciales sean diferentes, se está en presencia de una serie de elementos comunes que aparecen en los diferentes enfoques de la literatura sobre el tema.
Según Garófoli (1991), un modelo de desarrollo endógeno capaz de garantizar la autonomía y sostenibilidad del sistema económico local, debe basarse primero en las características locales y segundo, en la habilidad para controlar ciertas variables fundamentales tales como el uso de los recursos locales (trabajo, capital acumulado históricamente, empresariado, conocimiento específico de los procesos de producción, tareas profesionales específicas y recursos materiales); la habilidad de controlar, localmente, los procesos de acumulación; la capacidad para innovar; la existencia de (y la habilidad para desarrollar) interdependencias productivas, intrasectoriales e intersectoriales, a nivel local.
Se considera entonces que el desarrollo  endógeno significa la capacidad para transformar el sistema socio-económico, la habilidad para reaccionar a los desafíos externos, la promoción de aprendizajes sociales y la habilidad para introducir formas específicas de regulación social a nivel local que favorece el desarrollo de las características anteriores.
Cuando se aborda el problema para América Latina, se denota cierta espontaneidad, donde los empresarios locales, actores económicos y sociales se integran, se relacionan para crear el entorno desarrollado localmente. “La economía local se autoorganiza, de forma espontánea, guiada por la necesidad de las empresas de producir bienes y servicios para un mercado exigente…” (Vázquez A, 1995),
En este sentido, tampoco es posible considerar de manera indeterminada el desarrollo local. Siempre estará referido a un marco territorial, el cual “no puede reducirse a simple espacio abstracto e indiferenciado. En su lugar hay que considerar al territorio como un actor fundamental de desarrollo, integrado no sólo por el medio físico sino por los actores sociales y sus organizaciones, las instituciones locales, la cultura y el patrimonio histórico local, entre otros aspectos básicos”. (Alburquerque, 1999).
La actual coyuntura económica nacional, unida a los impactos derivados del despliegue de los procesos de globalización económica internacional, provoca en Cuba un conjunto de situaciones complejas y diferenciadas en el ámbito local. Es por ello que no es posible dar respuestas eficientes, desde una aproximación centralista y sectorial, a situaciones económicas diversas. Por el contrario, se requiere un diseño de políticas en el que las administraciones locales (provinciales, municipales y aún los consejos populares) intervengan como actores decisivos en el ejercicio de concertación de actores locales para hacer frente a las diferentes situaciones.
La concepción del desarrollo local que se construye se separa de la concepción economicista que identificó crecimiento económico con desarrollo y se encamina hacia una concepción que visualiza el desarrollo desde la multidimensionalidad de factores que intervienen en los procesos de crecimiento productivo, avance técnico asociado a la distribución de oportunidades, la adecuada articulación y concertación entre los actores sociales del territorio, el cuidado de los recursos y a la calidad de vida de la población.
En síntesis la autora asume la definición de desarrollo local aportada por Arias Guevara et.al (2008), al entender el desarrollo local como proceso de concertación entre los actores sociales de un territorio, visto como sistema, y que tendrá como finalidad máxima la generación del crecimiento económico, la equidad de género y entre todos los grupos humanos, el cambio social y cultural, la sustentabilidad, la calidad y equilibrio espacial, pues no concebimos otro desarrollo que aquel referido a personas y no a objetos, que es capaz de devolver al hombre su dignidad.
Se trata de un enfoque integrado en el cual deben considerarse igualmente los aspectos ambientales, culturales, sociales, institucionales, políticas, espacio turístico, enfoque de género, todos encaminados a la elevación de la calidad de vida de la población en el ámbito local respectivo.

1.2. Los Sistemas Productivos Locales en el desarrollo de los espacios locales.

En las últimas décadas el estudio de la organización y dinámica industrial en el específico ámbito espacial en el que se localizan de manera concentrada las respectivas unidades productivas, trabajadores y empresarios, ha significado la emergencia del territorio como variable económica. Es decir, cuestiones como los factores de desarrollo, los procesos de innovación tecnológica, los mecanismos de intervención institucional o la estructura, comportamiento y resultados de las empresas son susceptibles de ser analizadas desde una perspectiva territorial.
La aglomeración geográfica de empresas, se presenta actualmente como un elemento clave de la organización espacial de la producción desde la perspectiva del desarrollo local, por lo que el estudio y fomento de las formas de organización de la producción sustentadas en ella, en particular los sistemas productivos locales, resultan de interés al constituir una alternativa estratégica que contribuye significativamente a la competitividad y el desarrollo económico de las regiones, en que estos se desarrollan, a partir del mejoramiento del desempeño de las empresas e instituciones que los integran, como consecuencia de los procesos de integración entre estas y el efecto sinérgico de los mismos. Los impactos económicos y sociales de los sistemas productivos locales, están a su vez asociados a la coherencia de su formación con las condiciones existentes, expresadas estas en un conjunto de factores que tienen que ser valorados desde una perspectiva sistémica. (Madruga, 2014).
Los sistemas productivos locales son considerados como formaciones históricas territoriales. Constituyen un modelo de desarrollo de ámbito territorial, siendo la utilización de recursos endógenos y la producción basada en tecnología, las dos características que los distinguen de otros modelos de desarrollo espacial (Sáez, 1999). Es decir, se definen como una categoría amplia de las aglomeraciones económicas, que no sólo asumen las características espaciales de la actividad económica concentrada, sino que también integran una red de actores sociales, y un sistema de relaciones económicas, sociales, políticas y legales, que tejen en el territorio en el que se establecen.
Los sistemas productivos locales permiten la coordinación de las fuentes que alimentan el potencial de desarrollo lo cual se revierte en mayores niveles de eficiencia y competitividad territorial.
La literatura consultada sobre el tema demuestra que existen otros términos que se utilizan indistintamente al de sistemas productivos locales, se refieren a: distrito industrial, cluster, millieux innovador, sistemas de innovación territoriales. 
Los principales estudiosos han realizado aportes como: Los distritos industriales, de Marshall (1890); Markusen (1999) y los sistemas productivos locales, Sáez (1999), Vázquez (1999), Sforzi (2001), Haddad (2001); Cassiolato y Szapiro (2002), Helmsing (2002), Andersson, Schawaag-Seger, Sorvik y Hansson (2004) y Madruga (2014). 
Los sistemas productivos locales ostentan una gran significación tomando en consideración que en ellos, se materializan los procesos de coordinación entre los actores del sistema territorial en su conjunto, revirtiéndose dicha acción en mayores niveles de eficiencia, competitividad territorial, crecimiento económico y, particularmente, mejores condiciones para la realización de la producción y los servicios del territorio (González, 2011).
Para el caso cubano Madruga (2014), asume los sistemas productivos locales como el espacio de interacción definido por las relaciones entre empresas con funciones específicas en cada fase del proceso de producción con presencia de especialización en las relaciones productivas, que se pueden manifestar mediante la generación de vínculos territoriales entre estas e instituciones, existiendo una interacción continua entre la actividad económica, cultural, social y política; presentando una estructura organizativa que dirige las funciones en el espacio definido, donde existe una complementación de funciones entre los diferentes agentes locales orientados a fortalecer la capacidad de conocer, aprender e innovar, convirtiéndolo en un núcleo fundamental de la dinámica de una economía local.
En esta línea de pensamiento, la constitución o formación de sistemas productivos locales en Cuba, considerando la definición aportada, representa una gran oportunidad para reestructurar la actividad productiva, a partir de las aglomeraciones o concentraciones sectoriales existentes en el territorio, las cuales se irán transformando por los encadenamientos que se logren crear.
En ese sentido, los sistemas productivos locales permiten la articulación de las distintas actividades económicas, en función de incrementos productivos de las actividades intermedias y la comercialización del producto final. Se reconoce que este tipo de organización establece una ruptura en las fronteras entre lo sectorial y lo empresarial, para encontrar una nueva relación donde el territorio comienza a jugar un papel relevante en el sistema de relaciones que se establecen. Esto ofrece la posibilidad de existencia de un sistema de relaciones horizontales que son portadoras de todo un conjunto de efectos que constituyen las fuentes fundamentales de externalidades y de economía de escala a nivel de sistemas productivos locales y rendimientos crecientes. Estos aspectos justifican el hecho de que estos sistemas desencadenan procesos sinérgicos que los hacen más competitivos y les permiten desarrollarse ante la competencia.
En este contexto, el análisis de la cadena de valor es un instrumento analítico que permite entender el camino por el cual las empresas y los países participan en la economía global. De manera particular el análisis de las cadenas productivas de los sistemas productivos locales, al concentrarse en los inter-vínculos, permite cubrir fácilmente la dinámica del flujo económico, las actividades organizacionales y las coercitivas entre los productores dentro de diferentes sectores, aún en una escala global (Kaplinsky y Morris, 2001).

1.3 La cadena de valor en el desarrollo local.

Según Vázquez Barquero (1999, 2000, 2006, 2007 y 2009), los sistemas productivos locales (SPL), constituye uno de los mecanismos de la gestión del proceso de DL. Los mismos poseen una singular importancia teniendo en cuenta el criterio de que en ellos, se materializan los procesos de coordinación entre los actores del sistema territorial en su conjunto, revirtiéndose dicha acción en mayores niveles de eficiencia, competitividad territorial, crecimiento económico y, particularmente, mejores condiciones para la realización de la producción y los servicios del territorio.
La cadena de valor es un sistema interdependiente conectado mediante enlaces que se producen cuando la forma de llevar a cabo una actividad afecta el coste o la eficacia de otras actividades (Porter, 1985). Constituye a su vez una herramienta para la formación de los SPL, cuya función es representar una realidad económica que permite a los productores, procesadores y comerciantes, separados por tiempo y espacio– agregar valor gradualmente a productos y servicios, a medida que pasan de un vínculo de la cadena al siguiente, hasta llegar al consumidor final. Articula en el mismo proceso de análisis al conjunto de los actores involucrados en las actividades de producción primaria, industrialización, transporte y comercialización, distribución y consumo. Por lo tanto la cadena de valor es un instrumento básico para la concertación y el diálogo de los actores, para lograr mayores niveles de competitividad (IICA, 2003).
El término "cadena de valor" se refiere al proceso de adición continua de valor que tiene lugar mientras el producto pasa de un actor de la cadena al siguiente, incrementando gradualmente su grado de transformación. Los principales actores de una cadena de valor son los proveedores, productores, procesadores, comerciantes y compradores. Los apoyan una variedad de proveedores de servicios técnicos, empresariales y financieros. En una cadena de valor, las diversas actividades empresariales en los diferentes segmentos se conectan y, en cierto grado, se coordinan.
El estudio de cadena tiene una incidencia directa en el DL ya que al concentrase en todos los eslabones y no solo en la producción, privilegia los inter-eslabonamientos, que permiten el flujo dinámico de actividades económicas, organizacionales y de poder entre los productores, ayuda a identificar cuáles son las actividades que son sujetos de crecientes ganancias y cuales no, apoyando la formulación de políticas apropiadas y el establecimiento de vínculos institucionales al permitir la identificación de potencialidades y limitaciones locales, identificación de demandas locales codificadas, facilitar la información necesaria para lograr compromisos sociales e institucionales que logren obtener financiamiento para acciones y favorecer las relaciones entre actores en el nivel municipal.
Finalmente, permite hacer las elecciones necesarias para impulsar determinados eslabones a generar mayores ganancias y facilitar el diálogo, entre productores, industriales, comercializadores y exportadores para definir cómo hacer competitivo el producto a lo largo de todo el proceso, adaptándose a las tendencias cambiantes del mercado.
De acuerdo con Albors y Hervás (2006), las actividades necesarias para obtener los productos desde su concepción se ilustran mediante las diferentes fases que van desde la producción hasta la entrega del producto a los consumidores finales.
El análisis de una cadena valor permite evidenciar las “sinergias”, y los efectos externos, las relaciones de cooperación y de influencia, cuyo control asegura el dominio de ciertos agentes; el análisis de cadenas constituye un espacio real de despliegue de las estrategias de los actores.
En el caso del análisis de una industria desde la perspectiva de la cadena de valor nos dirige al estudio de las dimensiones existentes en estas cadenas, que según McCormick y Schmitz (2001) son el flujo o estructura de entradas y salidas, extensión geográfica y gobernanza.
Albors (2013) considera que la dimensión que más interés presenta es la gobernanza, es decir, los patrones de control de los agentes que la configuran, ya que en una cadena de valor los actores y agentes controlan directamente sus propias actividades y son controlados directa o indirectamente por otros actores.
La gobernabilidad de la cadena de valor se refiere a la organización de una cadena de valor y coordinación entre los actores que hacen posible que el producto pase, de la fase de producción primaria, a la de uso final. Esto puede incluir la facultad y destreza con la cual ciertos actores de la cadena de valor desarrollan la coordinación y control a lo largo de la cadena.
La cadena de valor puede descomponerse en un determinado número de eslabones o segmentos que dependerá de factores geográficos, tecnológicos y económicos. Dentro de un eslabón existen procesos de generación / agregación de valor, los cuales constantemente están cambiando y transformándose a través de procesos de innovación.
Se denomina “agente” a un actor económico, es decir una célula elemental que interviene en la economía, un centro autónomo de acción y de decisión. Puede tratarse de una persona natural (campesino, comerciante, consumidor, etc.) o de una jurídica (empresa, administración, organismo de desarrollo, etc.).
La producción efectiva de bienes y de servicios se desarrolla dentro de las fronteras de cada agente, transformando ciertos bienes y servicios preexistentes en nuevos bienes o servicios
La identificación de los agentes de la cadena está estrechamente ligada a la identificación de los flujos y de las operaciones para agrupar la puesta en el mercado de la producción. Los flujos son transferencias de bienes y/o servicios y  valores que circulan entre las diferentes actividades y eslabones de la cadena. La localización de flujos permite no solo localizar a los agentes sino el establecimiento y la dimensión de las cuentas económicas de las actividades de los diferentes agentes.
La identificación de la naturaleza de los flujos y de los agentes involucrados conduce a un análisis funcional de la cadena que normalmente se formaliza a través de un organigrama donde se localiza la interrelación de:

  • Las principales funciones, es decir las etapas de procesamiento y de distribución, así como las actividades de abastecimiento de los insumos que se considera necesario incluir en las cadenas.
  • Los agentes que asumen dichas funciones.
  • Los productos contenidos en la cadena: es decir el producto principal de la cadena bajo las diversas formas en que, progresivamente, se va transformando.

Esta representación permite visualizar el conjunto de la estructura económica de las cadenas y la búsqueda de eficiencia de los agentes y/o del sector producción.
Para el análisis de la cadena de valor se consideran tres categorías principales que ordenan los ámbitos que deben ser considerados:

  • Eslabones básicos: se refieren a actividades implicadas en la creación física del producto y en la transferencia hacia los consumidores, donde se incluyen la producción primaria, la industrialización o transformación, la comercialización, la distribución y el consumo. Los eslabones de una cadena interactúan entre sí bajo una relación de mercado, donde unos son los proveedores y otros son los clientes.
  • Actividades de apoyo: referidos al abastecimiento de insumos, provisión de servicios y desarrollo de los recursos humanos.
  • Actividades estratégicas: se refieren a actividades que tienen impacto sobre la competitividad y están relacionadas con la estructura organizacional y la tecnología.

1.3.1. Cadena de valor asociada al proyecto

Productos: conformados de pescado (Chorizo, perro caliente, hamburguesa, embutido y croqueta) 
Eslabones básicos o actividades:
Producción: se identificaron como actores más importantes dentro de este eslabón a los siguientes: siembra de alevines y pescadores.
Transformación: Este eslabón constituye el fundamental para el proyecto propuesto a partir de la actividad de la UEB “Acuanipe” la cual es encargada de la producción de los conformados. En el mismo se procesan los conformados, utilizando como materia prima fundamental el pescado e insumos que incluyen condimentos y extensores.
Comercialización: se identifican los clientes potenciales como: Turismo (Cayo Saetía y Motel de Pinares), tiendas recaudadoras de divisas (TRD), se tiene presente el incremento del turismo en la zona del Ramón de Antilla. Salud, educación, empresa y entidades de comercio y Gastronomía, ESUNI, y la población del municipio Mayarí.
Transportación: se identifica la adquisición de un equipo de transporte especializado teniendo en cuenta la calidad de los productos.
Distribución: la distribución se realiza por parte de la propia UEB, la misma recibe los pedidos que se hacen y lo despacha en el área de distribución a las distintas unidades.
Actividades de apoyo: la compra de productos de calidad y duraderos, debidamente embalados a los proveedores, sin los que esta actividad no se podría desarrollar, entre ellos podemos citar los siguientes: IMPESCA, FINCIMEX, ABAGRAM, CIMEX, REFRITEL.
Actividades estratégicas: adquirir la tecnología apropiada en los plazos establecidos y lograr su adecuado uso y explotación. En cuanto a productos, la problemática fundamental se centra en su sistematicidad y constancia tanto en su estado terminado así como en los insumos relacionados con los condimentos y extensores para su elaboración.

1.4 Diagnóstico sobre las potencialidades de la UEB “Acuanipe” para el desarrollo local del municipio Mayarí.

El municipio “Mayarí” está ubicado en la zona este de la provincia Holguín. Abarca una extensión territorial de 1304.2 Km². La densidad poblacional es de 78,6 hab/Km². Su población estimada para el cierre de 2012 era de 102 354 habitantes, ubicándose en las zonas urbanas 66 303 habitantes y 36 051 en las rurales, ocupando el segundo lugar en población después del municipio Holguín.
La población en edad laboral es de 61 920 habitantes, que representan el 60.5% del total municipal y la población económicamente activa (PEA) es de 37 655. Los ocupados en la economía representan el 98,8% de la PEA y el sector estatal agrupa el 80% de los trabajadores. Los sectores agricultura e industria son que los que mayor cantidad de empleos aportan al municipio. La estructura de la población de acuerdo a su distribución por los grupos de edades es una población intermedia, con una tendencia al envejecimiento, el cual alcanza el 17,0 por ciento de la población total, debido a la disminución de la natalidad y a la emigración.
Las ramas económicas fundamentales son la agropecuaria, la industrial y el turismo en menor cuantía. La actividad agropecuaria se desarrolla fundamentalmente en las zonas llanas del centro, noreste y noroeste, con cultivos varios y ganadería, fundamentalmente en territorios afectados por el proceso de reconversión, a partir del fin de la vida útil del CAI Guatemala.
De las ramas que rigen la política industrial en Cuba reconocidas por el Ministerio de Economía y Planificación, existen en el municipio la industria energética;  agroalimentaria; ligera; de producción de materiales de construcción; médico-farmacéutica y construcción de maquinarias y equipos. La industria minera que fuera anteriormente la actividad económica fundamental del municipio, hoy se encuentra afectada por causa del proceso de reconversión en su principal representante, la fábrica de Níquel “Lidio Ramón Pérez”.
El territorio cuenta con un potencial turístico con amplias perspectivas según proyección hacia el año 2020. Actualmente está representado por los polos turísticos de Pinares de Mayarí y Cayo Saetía. Se localizan áreas naturales de alta calidad entre las que se destacan el área protegida de Pico Cristal, la Españita y el puente natural del río Bitirí. Otros sitios de interés como Playa Morales, lugar por donde, según la leyenda apareció la virgen de la Caridad del Cobre, la Bahía de Nipe, presas y ríos circundantes.
Actualmente se lleva a cabo en el municipio el Programa Integral para el Desarrollo Municipal, el cual ha permitido el impulso de la estrategia de desarrollo local, en la cual no solo se definen las líneas estratégicas y los proyectos, sino que se conforman todas las acciones que desde el momento inicial en adelante se acometerán.
Una de las principales premisas para el desarrollo local que puede incidir de forma positiva tanto en los cambios socio-demográficos y físico-espaciales del municipio, como en la base del desarrollo socioeconómico, está concentrada en el desarrollo agroindustrial actual y perspectivo,  dados los recursos naturales y sociales que posee, entre los que se encuentran:

  • Las reservas de agua y el suelo como medio de producción.
  • En cuanto a los sociales, se destacan los recursos humanos y construidos.
  • La calidad de los recursos laborales y la calificación de la fuerza de trabajo.
  • Disponibilidad de tierras para el desarrollo agropecuario en 39 859.0 Ha.
  • La adecuación de uso-potencial del suelo agrícola permite una mejor utilización de todas las tierras disponibles para la ganadería, la apicultura, cultivos varios, café, tabaco, plantas medicinales, bambú, forestal y para la agricultura urbana.
  • Empresas vinculadas al desarrollo agropecuario, forestal, constructivo y de los servicios.
  • El desarrollo de instalaciones industriales con alcance provincial y nacional.
  • Industrias como  la alimentaria, la eléctrica, la cárnica, el plástico y la pesca acuícola y de plataforma.
  • Embalses que contienen peces de agua dulce, desarrollados a través de su manejo artificial.
  • Las materias primas son fundamentalmente locales, lo que aumenta su eficiencia y permiten además que otras industrias apoyen dicho progreso y se beneficien a la vez.

El diagnóstico producido en el municipio como parte del Plan General de Ordenamiento Territorial, ha permitido conocer los principales problemas que afectan a este municipio que limitan el DL, tales como:

  • Incorrecto aprovechamiento del suelo agrícola, que conlleva a la existencia de áreas subutilizadas o no coherentes con su vocación natural, Incrementándose además la salinidad y erosión de estos
  • Insuficiente equipamiento tecnológico que limita los procesos industriales.
  • Carencia de infraestructuras de servicios y empleos atractivos en asentamientos agropecuarios, lo que provoca tendencia del movimiento poblacional, por cuestiones laborales, esta situación impide que la producción agrícola cubra las demandas de la población y agreguen valor a producciones industrializadas, incidiendo en el limitado crecimiento socioeconómico.
  • Insuficiente integración de las potencialidades de los recursos naturales y sociales, con la base económica (agropecuaria, industria, turismo), las redes técnicas y el sistema de asentamiento (fuerzas productivas),
  • Insuficiente gestión y articulación entre entidades lo que limita potencialmente el crecimiento interno y externo, el incumplimiento del marco legal vigente.

El principal reto que enfrenta el desarrollo local es preparar a la población para el cambio de mentalidad, y ese reto no es sólo ideológico o cultural, sino además, de preparación profesional. Se debe tener en cuenta que en los últimos años se ha venido produciendo una ruptura en la base económica histórica, tradicional, dado que en el municipio de Mayarí, la base económica fundamental era industrial, con un desarrollo consolidado en la industria azucarera y la minera, las cuales constituían la principal fuente de ingreso y de desarrollo a escala territorial.
Actualmente y aprovechando las magníficas potencialidades naturales y sociales del municipio, se ubica a este como vanguardia dentro del Programa Integral de Desarrollo Municipal, urge a los principales decisores del territorio la presentación de iniciativas municipales locales.
Dentro de las acciones para la base económica productiva del año 2015 en el municipio Mayarí, se contempla en el acápite “Actividad Industrial”, específicamente en la línea estratégica No. 11, “Evaluar y proponer el incremento de las capacidades en instalaciones productivas de la industria pesquera en Nipe y Guatemala” (PIDM, 2011) y como resultado de ello el apoyo al Programa de Desarrollo Local y la generación de empleos con la finalidad de beneficiar a la población de Mayarí y municipios vecinos del territorio.
La Unidad Empresarial de Base (UEB), que se localiza en el antiguo macizo cañero de la Empresa Azucarera Guatemala y los márgenes de la presa Nipe, perteneciente al consejo popular Nipe-Ayúa, constituye un excelente potencial en el que la búsqueda de alternativas sostenibles para obtener ganancias que se destinen en beneficio local, como complemento de las estrategias productivas del país, tiene una de sus máximas expresiones. 
La UEB se conoce popularmente  como “La pesca”, aunque su nombre es “Acuanipe”. La misma se crea en el municipio Mayarí a partir del año 1986. Inicialmente se llamó Organización Estatal Económica y solo contaba con 2 ó 3 barcos pequeños de ferrocemento,  así como algunos botes y cherneras para la pesca.
Actualmente la UEB ostenta la condición de vanguardia nacional por sus resultados integrales en función del cumplimiento de su objeto social que consiste en la captura, industrialización, comercialización y distribución de los productos de la pesca, se  abastece fundamentalmente de los embalses existentes en el territorio, considerando entre los más relevantes la presa de Nipe y la presa de Birán. Atiende la pesquería acuícola en los embalses del territorio y el alevinaje de la granja Nipe y la granja Sabanilla del municipio Cueto; y tiene dentro de sus funciones principales el suministro de las especies acuícolas en forma de materia prima a otras industrias para que se le de fin a la producción.
Es importante resaltar que la entidad colinda con la vía principal, lo que favorece el mercado para sus producciones.
En su espacio la entidad cuenta con 11 áreas, distribuidas en:

  • Dirección
  • Seguridad y protección
  • Grupo contable financiero
  • Capital humano
  • Área de distribución y venta
  • Proceso Industrial
  • Planta de hielo
  • Operaciones pesqueras
  • Granja Sabanilla
  • Granja Nipe
  • Área de aseguramiento

Su plantilla está cubierta por 135 trabajadores, de ellos 16 son mujeres y 119 hombres. 12 técnicos, (2 licenciados y 10 técnicos medio); 8 dirigentes (1 licenciado, 1 ingeniero y 6 técnicos medios); 21 trabajadores del personal de servicio y 94 obreros.
La población que allí labora procede de los poblados de Guaro (119), Cueto (7), Nipe (4), Caridad (4) y Cosme Batey (1).
Los principales clientes lo constituyen los organismos: educación, salud pública, gastronomía; así como la canasta básica de la población de los municipios de Mayarí, Frank País, Sagua de Tánamo, Moa, Cueto y San Germán.
En el marco de la crisis económica que atraviesa el país desde comienzos de los noventa y ante los principales impactos que recibe su base económica productiva se crecen las acciones en este sector. A partir de esa década se inicia un programa de desarrollo en la infraestructura industrial, caracterizada por el montaje e instalación de una fábrica de hielo con capacidad de 10 toneladas y la creación de un salón de procesos que se moderniza gradualmente y en el que se realizan varios procesos industriales como el descabezado, eviscerado, minutas, filetes, bandas y picadillo de pescado.
Más tarde se introduce un túnel de congelación de 2 toneladas por cada 6 horas y una cámara de refrigeración de 30 toneladas.
Se ha avanzado en los años posteriores con la instalación en el año 2013 de una máquina separadora de piel y espinas de 8 toneladas por día, que produce el picadillo, que constituye a su vez la materia prima base para otras producciones.
El desarrollo tecnológico desplegado ha permitido la producción de especies de agua dulce que compiten en el mercado nacional así como un avance sostenido en cuanto a los resultados anuales. En el anexo 1 se muestra las producciones y los indicadores económicos de la UEB desde el año 2011 hasta diciembre de 2013.
El análisis realizado nos indica que existen un conjunto de potencialidades en la UEB para la puesta en marcha de proyectos que tributen desarrollo local, entre las que se encuentran:

  • El apoyo del Programa Integral de Desarrollo Municipal y su inserción en las líneas e estratégicas del desarrollo local.
  • Favorable ubicación geográfica que permite la comercialización de las producciones acuícolas hacia el mercado.
  • Contar con embalses de agua dulce dentro del territorio.
  • Contar con dos granjas de alevinaje.
  • Crecientes niveles productivos
  • Poseer la materia prima principal para la diversificación de la producción.
  • Contar con un área disponible para la ampliación de la capacidad productiva industrial con asimilación de tecnologías de avanzada.
  • Recursos humanos calificados, con experiencia en la producción de productos pesqueros, que es garantía para la continuidad de la calidad y la competitividad.

A pesar de esta situación favorable para la UEB se han identificado limitaciones que han de tenerse en cuenta a la hora de llevar a cabo este proyecto, entre las que se listan:

  • Insuficiente capacidad tecnológica instalada para la industrialización de las crecientes producciones pesqueras que limita la producción industrial diversificada para su comercialización en el mercado en divisas.
  • Decrecientes niveles del valor agregado, la productividad sobre el valor agregado y la generación de ingresos con respecto a años anteriores.
  • Insuficiente autonomía en la gestión de sus recursos, en particular con los recursos financieros generados.
  • Verticalidad de las decisiones económicas desde los niveles superiores que limitan el protagonismo de los directivos del territorio.
  • La empresa no cuenta con proveedores dentro del territorio que garanticen la máxima calidad de los productos finales a elaborar.
  • Insuficiente capacidad creadora para la utilización de los desechos derivados de los procesos productivos así como la presentación de los productos a comercializar.
  • No existen medios de transporte adecuados para el traslado de las producciones, así como para la compra de los recursos necesarios en el proceso productivo.

Se considera oportuno destacar que la UEB pesquera “Acuanipe” se enmarca en un proceso de aceleración de la gestión del desarrollo local no solo sobre la base del desarrollo de la base económico productiva, sino también sobre la base de la sostenibilidad ambiental y social, con el firme propósito de potenciar la creación de bienes materiales y la generación de empleos, a la vez que su colectivo se esfuerza en busca de la  eficiencia y efectividad para dicha gestión, de forma coordinada. De esa manera busca propiciar la unión de los esfuerzos aislados de las entidades que interactúan en el territorio de una forma estructurada.

CONCLUSIONES

  1. Revisadas las bases epistemológicas de los sistemas productivos locales y su vinculación con el desarrollo local, se plantea que su vínculo conceptual articulador es la complementación de funciones entre los diferentes agentes locales orientados a fortalecer la capacidad de conocer, aprender e innovar, convirtiéndolo en un núcleo fundamental de la dinámica de una economía local. Por tanto, es una forma de interacción continua entre la actividad económica, cultural, social y política.
  2. La caracterización del escenario local desde la perspectiva de la cadena de valor en el desarrollo local y el incremento de la agregación de valor de la producción en la cadena de pesca acuícola, permitió demostrar que en Mayarí existen potencialidades para emprender la propuesta que se presenta .
  3. Luego de conformada la cadena de valor asociada al proyecto y determinados sus eslabones, se pudo visualizar las causas que dificultan el funcionamiento de la actividad pesquera y sus efectos, lo que valida la puesta en práctica de esta alternativa, que desde la diversificación de la producción industrial acuícola sea posible incrementar la agregación de valor de las producciones de la cadena de la pesca contribuyendo al desarrollo local.

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Recibido: 18/01/2016 Aceptado: 27/05/2016 Publicado: Mayo de 2016

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