Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


NUEVOS EMPRENDIMIENTOS DE TURISMO COMUNITARIO EN LATINOAMÉRICA: LA FUERZA DE LAS REDES COMO INSTRUMENTO DE COHESIÓN

Autores e infomación del artículo

Carlos García Palacios

Universidad de Salamanca, España

cargarpal@gmail.com

Resumen
En la sociedad globalizada del siglo XXI, las redes de conocimiento constituyen las máximas expresiones del hombre como productor de conocimientos y su necesidad de intercambiar y transferir lo que aprende y lo que crea, a partir de la interacción social dentro de una plataforma tecnológica y un contexto muy particular. Para su desarrollo, toda red necesita vincularse a una revolución individual y colectiva relacionada con la  evolución mental, donde el aprendizaje es el factor clave. Este es el caso de algunas comunidades indígenas de Latinoamérica que están incursionando en actividades turísticas, donde las denominadas redes de turismo comunitario, juegan un papel fundamental.
NEW COMMUNITY TOURISM ENTREPRENEURSHIP IN LATIN AMERICA:
THE RELEVANCE OF NETWORKING AS AN INSTRUMENT OF COHESION

Abstrac
In the globalised society of the XXI century, knowledge networks are the ultimate expression of transferring what he learns and creates through social interaction within a technology platform and a very specific context.  For this spread to occur, the use of networks needs to be linked to an individual and collective revolution related to a mental evolvement in which learning might be the key factor.  This is the case of some Latin American indigenous communities who are dabbling in tourism activities where the so-called community tourism networks play a vital role.



Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Carlos García Palacios (2016): “Nuevos emprendimientos de turismo comunitario en Latinoamérica: la fuerza de las redes como instrumento de cohesión”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (marzo 2016). En línea: https://www.eumed.net/rev/caribe/2016/03/turismo.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/CARIBE-2016-03-turismo


La relación entre el turismo y los pueblos indígenas
A partir de la evolución y especialización del turismo rural y como parte constitutiva de un turismo de tipo cultural, aparece una nueva modalidad orientada al conocimiento de las tradiciones y costumbres locales, así como también al desarrollo de actividades de intercambio cultural con habitantes originarios de las áreas visitadas denominada Etnoturismo. Dicha variante fue definida como: “una actividad turística centrada en la cultura étnica vigente y pasada, que un grupo social diferenciado de la sociedad nacional expresa a través de sus manifestaciones cotidianas y festivas, materiales y espirituales, con arraigo y localización  preferentemente en un espacio rural.(Sepúlveda, 2005) Pero más allá de esta definición, lo  cierto es que  hasta el día de hoy no existe un concepto unificado para la actividad turística gestionada por pueblos indígenas, aun cuando en la práctica esta variante turística hace referencia a dos componentes básicos, que actúan en forma complementaria: ecología y cultura. De este modo, términos como Etnoturismo, Ecoturismo, turismo indígena  o turismo comunitario son algunas de las denominaciones que recibe esta incipiente modalidad turística, que busca fusionar equilibradamente los factores económicos, ecológicos y culturales, para conseguir el preciado "desarrollo con identidad", en el que los protagonistas deben ser las propias comunidades y familias indígenas. (C, Paillalef y P, Llancaleo 2002)
Ahora bien, este proceso no ha sido fácil de abordar. De hecho, la inversión turística efectuada en sus territorios rara vez ha considerado en la planificación la presencia de estas comunidades, empleando únicamente sus tradiciones y costumbres como bienes transables, proceso que se repite en las distintas etnias que habitan la región. Por su lado la industria de viajes, operadores de turismo y quienes prestan facilidades para la estadía local, sólo las consideran como fuente de mano de obra barata para la atención de los visitantes, o para explotar lo típico o exótico de sus costumbres. Ante este escenario de desprotección, la creación de la Red de turismo comunitario REDTURS por parte de la Organización Internacional del trabajo (OIT) y la intervención  del Banco Interamericano de Desarrollo1 (BID) en la financiación de proyectos fueron clave para dar impulso a gran parte de estos emprendimientos, pero aun así, queda mucho por hacer. Todavía se observan distintos niveles de gestión de las iniciativas, lo que responde básicamente a tres factores: autonomía, instrucción y asociatividad. La primera se refiere a la capacidad de la comunidad de ejercer el desarrollo de la actividad, lo que implica su poder de reflexión y decisión, respecto de si el turismo se ajusta o no a sus valores e intereses; asimismo, se refiere a la capacidad negociadora de la comunidad indígena. El segundo factor primordial es el nivel de instrucción que poseen los integrantes de la comunidad, lo cual hace referencia a la formación técnica y/o profesional de los individuos, especialmente de quienes ejercen la facultad de tomar decisiones y de negociar con agentes externos a la comunidad. En este sentido, en las iniciativas indígenas se observan distintos niveles de instrucción. Un tercer y último factor que es posible comprobar, se refiere a la capacidad de asociación, el cual forma parte de la tradición indígena, donde el beneficio colectivo tiene poder por sobre el  individualismo.

El concepto de red

El término genérico "red" hace referencia a un conjunto de entidades (objetos, personas, etc.) conectadas entre sí. Por lo tanto, una red permite que circulen elementos materiales o inmateriales entre estas entidades, según reglas bien definidas. La teoría de redes ha tenido un desarrollo muy rápido a partir de los años ochenta como consecuencia del estudio de la formación de redes en la gestión de negocios. Conceptualmente, las redes son sistemas organizados definidos por un tipo específico de relación que los vincula. El concepto de redes permite analizar tres niveles o escalas distintos: el mundial, el de los territorios de los Estados y el local y con ello intervenir en la tensión local-global y la existencia de las mismas se torna condición para potenciar el carácter endógeno del desarrollo. (Santos, 2000)                              
Al mismo tiempo, las redes no son uniformes, y en un mismo espacio o subespacio existen superposiciones de redes, ya sea principal o afluente de las primeras, en una especie de constelación de nodos, puntos y líneas de enlace. En este entramado la sociedad se apropia en grados diferentes de los beneficios de su uso, a la vez que los diferentes agentes cumplen funciones distintas en su control. Las redes pueden ser virtuales al mismo tiempo que reales. Y se tornan realmente en reales cuando son utilizadas en el proceso de la acción. A su vez las redes son tanto técnicas como sociales. Se fundamentan en la circulación, en la fluidez y en una cierta condición de uniformización de los flujos y sus códigos. Como sostiene Szarka (1994) para que el concepto sea operativo deben darse dos condiciones: primero, la identificación de la existencia de un conjunto de personas, objetos o hechos, lo que permite describir el tipo de red, y segundo, la forma en que se constituye, es decir su comportamiento. El conocimiento que circula en la red crea una externalidad positiva en la producción que constituye un valor intangible de enorme significación orientado a la creación de redes productivas locales (Yoguel, 2000).

El papel clave de la OIT a través de REDTURS

La Red de Turismo Comunitario Sostenible de América Latina, en adelante  REDTURS, es actualmente la principal alianza de redes nacionales de turismo comunitario que existe en la Latinoamérica. Una red de Desarrollo Sostenible que en la actualidad abarca 15 países: Bolivia, Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Panamá, Argentina, Ecuador, Costa Rica, Venezuela, El Salvador y Chile.
REDTURS fue creada en el año 2001 bajo el auspicio y dinamización de la OIT2 con la coordinación de Carlos Maldonado, experto en políticas de empleo y desarrollo empresarial. La idea de esta Red se gestó en el propio seno de algunas comunidades indígenas, quienes alertadas por tener conocimiento de  que algunas ONG estaban realizando proyectos turísticos en comunidades de la región, piden la intervención de la OIT para que analice cuáles serían los impactos positivos y negativos del turismo en el ámbito de sus comunidades.
REDTURS entre sus objetivos principales, facilita el intercambio de información, difunde experiencia promocional y de mercado y ofrece acceso a servicios de desarrollo de empresas, por ejemplo, ofreciendo formación. Esta Red, tal como consta en su presentación institucional, pretende “apoyar a los procesos de formación y fortalecimiento de las redes de turismo comunitario de América Latina, con el fin de diversificar sus fuentes de empleo e ingreso, valorar su cultura y afianzar la cohesión social.” Para ello fomenta el diálogo social y alianzas entre organizaciones comunitarias, entidades públicas, empresas privadas, ONG, universidades y agencias de cooperación. Por su parte, la OIT  provee asistencia técnica y respaldo institucional con el fin de facilitar el acceso de los pequeños negocios rurales a servicios de desarrollo empresarial y a nuevos mercados en condiciones de equidad. Por otra parte, la Red ha venido realizando una serie de reuniones técnicas a nivel nacional y regional para suministrar a los miembros de las comunidades indígenas las capacidades necesarias para promover el turismo en sus tierras nativas y al mismo tiempo respetar y proteger su cultura y patrimonio. En resumen, REDTURS es  la sede virtual de un proyecto de la OIT para apoyar a comunidades indígenas y rurales en la generación de empleos decentes y el desarrollo de economías más sólidas, con respeto al patrimonio cultural y los recursos naturales
Para hacer frente a este reto, desde la óptica de REDTURS el primer imperativo consiste en alentar procesos asociativos que articulen eficientemente la oferta de servicios; procuren una inserción competitiva en los mercados y fomenten el uso sostenible del patrimonio comunitario. El segundo imperativo radica en mejorar la capacidad de gestión autónoma, tanto en el ámbito empresarial como en el ámbito organizacional, calificando para ello recursos humanos y líderes de una nueva generación. La conservación del patrimonio también es clave para la red que, siguiendo las recomendaciones de la Declaración de San Jose3,  establece que pese a las oportunidades económicas que se pudieran obtener, estarían dispuestos a suspender cualquier proyecto "cuando este conduzca a una carga intolerable para su población, su cultura y medio ambiente

La capacitación como herramienta imprescindible

Uno de los mayores aportes de REDTURS,   el cual podría ser un verdadero núcleo de aportación de ideas e iniciativas válidas para el logro de un turismo justo en el ámbito indígena y que también reivindique sus derechos, es su plataforma de capacitación denominada negocios turísticos en comunidades, en adelante NETCOM. La idea de esta plataforma, es fortalecer las competencias técnicas de los recursos humanos comunitarios con negocios turísticos en marcha. Dado su contenido y alcance, sirve también de soporte a las comunidades que deseen esclarecer su decisión, antes de iniciar un proyecto turístico.
Sus destinatarios son líderes comunitarios campesinos o indígenas, dirigentes de cooperativas y asociaciones de proveedores de servicios turísticos, promotores y administradores de proyectos, profesionales del turismo, ONG e instituciones públicas vinculadas al desarrollo rural y turístico. También son beneficiados cooperativas y asociaciones proveedoras de servicios al turista o gestores de pequeños negocios familiares que deseen nivelar y actualizar sus conocimientos y destrezas para una eficiente gestión de su empresa.
Al respecto, y teniendo en cuenta que entre los objetivos principales de REDTURS  está la  incorporación de equipos formadores competentes, para ayudar a mejorar los conocimientos de las comunidades rurales sobre el mercado turístico y generar capacidad para gestionar negocios eficientes y viables, formando conciencia sobre los costos y beneficios del turismo, es requisito  para NETCOM  que los destinatarios cuenten con un nivel de instrucción superior a la primaria,  dominar la lectura, la escritura y  las cuatro operaciones básicas. Todo participante deberá comprometerse a asistir a todos los talleres y cumplir con las actividades programadas antes, durante y luego del evento, integrarse a la Red Latinoamericana de Formadores de Turismo Comunitario y aportar regularmente información sobre la aplicación de NETCOM y sus efectos en los beneficiarios finales.   Por último la OIT-REDTURS acredita a los participantes, sus conocimientos, competencias y funciones dentro de la mencionada Red, otorgando diplomas de formador y gestor de formación. 

Otras Redes de fuerte presencia en la región asociadas a REDTURS

El nacimiento de REDTURS en el año 2001 fue un gran incentivo para  el sector, sobre todo teniendo en cuenta la implicación directa de las Naciones Unidas a través de la OIT. Así surge en México a finales del mismo año 2001, la Red de Turismo Comunitario Sostenible de América Latina, (RITA) formada por 32 empresas indígenas dedicadas al turismo en el ámbito comunitario. Esta red se expresa como un espacio colegiado, plural y propositivo para poder incidir en las políticas de uso y usufructo de la biodiversidad de los territorios indígenas, además de la difusión, razonamiento, entendimiento y apropiación de los derechos específicos de estos pueblos.  Básicamente, pretende iniciar un proceso de opinión, participación e incidencia en las leyes sobre turismo que se realizan en este país. Además,  quieren demostrar que los pueblos indígenas son capaces de planear, ejecutar y administrar empresas propias con base en sus propios recursos, y como un derecho, que los asiste, hacia la definición del autodesarrollo.
Un elemento  central  de este  enfoque, es que la actividad turística desarrollada en sus territorios por empresarios particulares, debe dejar de utilizar a las tradiciones, culturas y personas indígenas como mero folklore.  Se busca superar el tipo de turismo en donde se  ensalza la grandeza del indio muerto y se margina al indio vivo, marcando como  uno   de sus objetivos   primordiales “el re-apropiamiento y la  revaloración de su cultura y territorio”, en donde el trabajo ecológico lleva implícita la herencia cultural que han preservado como un medio de cohesión comunitaria y regional.
En la actualidad, la red tiene su base en la ciudad de México y se asienta en 15 estados del país y otorga beneficios a más de 20.000 personas, generando empleo a casi 600 miembros de las comunidades a través de casi 100 empresas. Un aspecto muy importante a resaltar de RITA, es que fue la primera red manejada por los propios indígenas quienes, además aportaron interesantes ideas, por ejemplo realizar recorridos para que los visitantes conozcan las propiedades curativas de sus plantas o la observación de su fauna.
Hasta el momento a la red temática RITA se han sumado 46 investigadores de diferentes disciplinas (antropología, economía, sociología, ciencias sociales, geografía, arqueología, educación, historia, marketing, arte, neurolingüística y traducción) procedentes de 7 países. Tiene convenio con diversas universidades europeas y con el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México, dos de las instancias educativas más grandes del país.
Finalmente, otra red Mexicana que merece ser mencionada es La red de ecoturismo chiapaneca, en adelante SENDA SUR. Esta red está integrada por 16 centros ecoturísticos comunitarios que se localizan en las áreas naturales más atractivas de Chiapas, en México, apoyados por dos operadores especializados en ecoturismo. En el año 2006, SENDA SUR   inauguró su centro de información y reservaciones, con el propósito de proporcionar a sus socios servicios estandarizados de promoción, difusión, comercialización y reservación. Es así que por primera vez operadores privados y comunidades indígenas de distintos orígenes étnicos sumaron sus fuerzas para lograr una representatividad del ecoturismo responsable en Chiapas.
En el caso de Brasil,  la Rede Cerarense de Turismo Comunitario  (TUCUM) está desarrollando un papel muy activo. Esta red  que nace en el año 2006 como un proyecto piloto en el estado de Cearà tiene por finalidad construir una relación entre la sociedad, la cultura y la naturaleza, con el fin de alcanzar una sostenibilidad social y medioambiental, tanto en el mercado nacional como en el internacional, poniendo a la población autóctona al alcance del control efectivo de su propio desarrollo.  TUCUM remarca que todas sus iniciativas se basan en principios que pretenden garantizar la sostenibilidad social y medioambiental, al igual que en las relaciones éticas y solidarias entre las poblaciones autóctonas y los visitantes, la justa creación y distribución de los ingresos, la conservación medioambiental y la valorización de la producción local, de la cultura y de las identidades. Por lo tanto, las estrategias prioritarias de la Red para crear rutas de visita incluyen experiencias con la comunidad, intercambios culturales entre los visitantes y la población local e itinerarios de interpretación medioambiental.
En Nicaragua, cuando los cooperantes extranjeros llegaron en los años ochenta para trabajar con los campesinos en los cortes de café, nadie se imaginaba que, de alguna manera, con la convivencia entre extranjeros y campesinos estaba naciendo una nueva forma de turismo en el país: el turismo rural comunitario, que hasta 2008 no sería reconocido como tal y que ahora es un sector que crece a pasos agigantados. En el primer trimestre del año 2012 se efectuaron 16,852 visitas a iniciativas de este tipo, cifra muy superior a las 11,235 que se reportaron en el 2011. (Núñez, 2012) Sin dudas, este avance se debe en parte al nacimiento de La Red Nicaragüense de Turismo Rural Comunitario (RENITURAL)  constituida en el año 2005 como la primera organización nacional dedicada al fortalecimiento y la promoción del turismo rural y al turismo comunitario; contando con 22 organizaciones fundadoras.  En la actualidad RENITURAL, es una organización reconocida a nivel nacional e internacional que actualmente asocia a más de 55 iniciativas turísticas que se desarrollan en el área rural, las cuales son gestionadas por distintos tipos de organizaciones, (cooperativas y uniones de cooperativas, asociaciones comunales, pueblos indígenas, etc) que comparten el deseo de generar fuentes de ingresos y empleos para sus comunidades, en un ambiente de respeto, valoración y conservación de sus recursos humanos, naturales y culturales.
En Bolivia, casi todos los emprendimientos están relacionados  a La Red Boliviana de Turismo Solidario Comunitario (TUSOCO) creada en el año 2003. Se trata de una asociación sin fines de lucro que reúne a organizaciones comunitarias campesinas e indígenas de Cochabamba, La Paz, Oruro, Potosí, Santa Cruz, Tarija, Pando, Chuquisaca y Beni para desarrollar el turismo como una forma alternativa de incrementar y diversificar sus recursos económicos y de valorar la identidad de estos pueblos. Esta asociación que se inició con solo ocho proyectos  hoy lleva el control de  más de 26 emprendimientos a lo largo de todo el territorio nacional boliviano, en su gran mayoría comunidades campesinas e indígenas que recurren al turismo como fuente complementaria de ingresos y como herramienta para salvaguardar sus culturas y tradiciones. Como un dato a destacar, TUSOCO es una asociación autogestionada y dirigida por sus propios socios, en este caso, organizaciones comunitarias de turismo solidario las cuales no pertenecen a ninguna organización política ni religiosa o de cooperación internacional, pero  trabajan con diferentes organizaciones públicas y ONG nacionales y extranjeras que comparten su visión. Finalmente, esta red a través de sus agencias TUSOCO Viajes ubicadas en la ciudad de Cochabamba y sucursal en la ciudad de La Paz comercializan sus rutas y productos  turísticos a nivel nacional e internacional, generando un mayor desarrollo económico en las comunidades rurales
Con respecto al turismo en el ámbito indígena guatemalteco, su principal referente es  la Federación nacional de Turismo Comunitario de Guatemala, (FENATUCGUA). Esta organización fue creada en enero del año 2005 con el apoyo de la OIT, específicamente a través de su programa ETEDPI4 atendiendo los reclamos de los proyectos de turismo comunitario preexistentes en este país, los cuales se hacían inviables entre otras cosas debido a su dispersión geográfica y a los esfuerzos aislados.  En el presente, las políticas establecidas por FENATUCGUA abarcan tres ámbitos correlacionados: medio ambiente, interculturalidad y género. Su objetivo principal es promover y fortalecer la iniciativa turística comunitaria en Guatemala para mejorar la calidad de vida de la población indígena y la protección de su patrimonio cultural y natural, desde la perspectiva de la equidad de género.  En la actualidad, la Federación está integrada por 28 proyectos comunitarios y se ha convertido en el interlocutor principal del gobierno y la empresa privada en el desarrollo del turismo comunitario.

En Honduras, en el año 1987 nace La Alianza Ecoturística La Ruta Moskitia, (LARUMO conformada por seis comunidades indígenas que han desarrollado productos de ecoturismo y servicios dentro de la Reserva de la Biósfera del Río Plátano5. Las empresas son auto-gestionadas por las comunidades y, por ende, todos los beneficios que se generan se distribuyen entre sus miembros. Las comunidades ofrecen alojamiento, alimentación y servicios de transporte, así como varias opciones de tours naturales y culturales.  Cada negocio está gestionado por un “grupo empresarial ecoturístico,” integrado por 10 a 20 miembros debidamente capacitados en sus tareas, incluyendo operadores, administradores financieros, guías turísticos, conductores de botes, cocineros y ayudantes de limpieza. Las familias obtienen ganancias tanto por los servicios que brindan como por las utilidades que son repartidas anualmente. La conservación de los territorios y la biodiversidad, al igual que los beneficios comunitarios de La Ruta Moskitia se sustentan en el principio de que cuanto más ingreso se genere del turismo sostenible, la población dependerá menos de las actividades de subsistencia, como la caza, la pesca, las labores agrícolas y ganaderas.
En Colombia, uno de los principales emprendimientos relacionados a REDTURS es  Kaí Ecotravel ,  un operador de turismo que promueve y trabaja en eco y etnoturismo en las regiones de la Alta Guajira, incentivando una alternativa económica sostenible para las rancherías Wayuu en las zonas visitadas, y una verdadera opción para el mejoramiento de su calidad de vida. Kaí Ecotravel, es una organización comunitaria conformada por una red de familias indígenas prestadoras de servicios turísticos, que se encuentran localizadas, en los escenarios naturales más espectaculares de la región.  Algunas de estas familias con una tradición de atención al viajero de más de 20 años, brinda una atención a los visitantes basada en sus propias prácticas y formas organizativas consuetudinarias.  Es así que a lo largo de este periodo se ha visto crecer su número, que empezó siendo de 50 visitantes al año en 1.997 y está en un promedio de 600 entre el 2006 y el 2007, llegando a los 800 en 2008. De la mano de este  aumento del número de visitas, la red se ha fortalecido, pasando de 10 familias con las que se empezó el proceso y se fueron construyendo las rutas, a 50 familias que a lo largo del circuito eco turístico, se benefician directamente y benefician indirectamente a otras 150 que durante la temporada tienen contacto comercial con los turistas. 
Por último, Chile es en la actualidad el país con mayor cantidad de redes de turismo comunitario, algunas con fuerte presencia en la región como es el caso de la Red de Parques Comunitarios MAPU LAHUAL6. Esta Red que nace en el año 2001, está ubicada en la Cordillera de la Costa, Provincia de Osorno y es producto de las iniciativa de un conjunto de comunidades mapuche “huilliche,” que decidieron unirse en torno a una estrategia común de desarrollo económico regional. Entre los objetivos de esta red está la preservación del bosque para las futuras generaciones, rescatar y revalorar los conocimientos colectivos tradicionales y generar alternativas de empleo e ingreso para las familias de las comunidades mediante el turismo. Además se trabaja en la producción de artesanías y la realización de otras actividades productivas compatibles con la conservación de los recursos naturales. Las principales áreas de turismo que se desarrollan son el ecoturismo, agroturismo y etnoturismo.

La retroalimentación entre REDTURS y sus redes asociadas

Una de las mayores fortalezas que presenta  toda Red, es la posibilidad de poder interactuar entre sus distintos componentes, un valor agregado que permite evaluar las áreas más sensibles para prevenir crisis futuras. Al respecto REDTURS efectúa periódicamente encuestas y sondeos entre sus socios, lo cual permite incorporar paulatinamente nuevas estrategias. Gracias a estas herramientas, el último informe de REDTURS, nos brinda un panorama muy aproximado a la realidad del turismo comunitario en la región. Según este estudio, el 75 por ciento de las federaciones nacionales y la mitad de las asociaciones locales emergieron en el período 2002 – 2005, por lo cual podríamos establecer que es un  fenómeno reciente.
En el Estatus jurídico, se advierte un fuerte contraste entre las organizaciones nacionales y las locales: 8 de cada 10 asociaciones nacionales tienen personería jurídica, mientras que en el caso de las locales, sólo una minoría (25 por ciento)
En términos de membrecía, los resultados de la encuesta indican una participación relativamente limitada. En la mayoría de los casos (80 por ciento) son  asociaciones con menos de 40 miembros. En el caso de las redes locales, la mayoría (60 por ciento) tiene menos de 20 miembros. 
En términos del nivel de organización y el tipo de miembros que integran las redes, se puede afirmar que éstas se componen de diferentes miembros: una mezcla de empresas comunitarias, asociaciones, cooperativas y grupos familiares. No obstante, existe una diferencia importante entre las redes nacionales y las locales. En efecto, la mayoría de las organizaciones nacionales (80 por ciento) congrega básicamente como miembros a agrupaciones (comunidades, asociaciones y cooperativas) es decir, son instancias federativas de segundo o tercer grado. Las asociaciones locales, en cambio, están integradas mayoritariamente (40 por ciento) por familias o grupos familiares frente a las otras opciones empresariales mencionadas.
La casi totalidad de las asociaciones ofrece dos tipos de servicios: el primero es el de representación y vocero de sus miembros, papel de intermediación que asumen antes una amplia gama de interlocutores institucionales y sociales. Esta representación incluye esencialmente cabildeo político sobre propuestas de fortalecimiento institucional, preparación y defensa de proyectos, y acciones de tipo técnico. La promoción y mercadeo es otro de los servicios importantes que asumen y comparten la mayoría (75 por ciento) de las asociaciones, sean estas nacionales o locales.
Con respecto al crédito, a diferencia de los servicios anteriores, extrañamente, no parece constituir una tarea prioritaria para las organizaciones, ni directa ni indirectamente. La preferencia por la opción de movilizar recursos (56 por ciento) atribuibles directamente a la organización, generalmente bajo la modalidad de donaciones parece explicar esta tendencia. La construcción de infraestructura aparece también como un servicio de menor peso relativo en las prioridades comunitarias.
En lo que respecta al gobierno y a la cooperación internacional, las relaciones tienden a ser buenas. Por el contrario, las relaciones con las cámaras de turismo, y en algunos casos, con el gobierno local, el Ministerio de Turismo se estiman conflictivas. Según el panorama general, pareciera ser que las organizaciones comunitarias de turismo perciben positivamente y se relacionan de manera favorable con el sistema de actores locales, nacionales e internacionales.
Tanto las federaciones nacionales como las redes locales afirman mayoritariamente (75 por ciento) que su misión es fomentar la sostenibilidad de los emprendimientos turísticos comunitarios en sus diferentes dimensiones. Para ello, buscan brindar servicios de calidad a sus socios (50 por ciento); la misión de generar ingresos complementarios (37.5) ocupa solamente el tercer rango de sus prioridades.
Vinculados a esa misión están los objetivos específicos de las organizaciones que se aglutinan en torno a tres ejes mayores: brindar servicios de calidad para que los negocios alcancen la sostenibilidad deseada (94 por ciento); fortalecer la comercialización con miras a la apertura de nuevos mercados (75 por ciento), que se puede interpretar como parte del portafolio de servicios, y, finalmente propiciar acciones encaminadas a la definición de políticas públicas favorables al turismo comunitario, función que es confiada con mayor frecuencia a las federaciones nacionales.
Dos amenazas principales han sido identificadas por la mayoría de las organizaciones: la falta de políticas públicas en beneficio del turismo comunitario y la creciente competencia turística. La falta de políticas públicas por parte de los gobiernos locales o nacionales es percibida como la mayor amenaza: 7 de cada 10 de ellas lo ven como una discriminación real. Por otra parte, la fuerte competencia es expresada como una potencial amenaza por la mitad de los entrevistados, competencia que puede venir del sector privado o del comunitario en el mismo país o fuera de él.
La mayoría de las organizaciones encuestadas reconoce tener dos debilidades principales. Una está asociada con la insuficiencia de medios financieros (94 por ciento) para poder costearse activos empresariales como equipos, infraestructura y tecnología para entregar servicios de calidad. La otra debilidad reside en la organización interna, se diagnosticaron problemas de gestión, por carecer de estructuras consolidadas para el turismo y de personal experimentado y/o entrenado para desempeñar eficientemente las diversas funciones del negocio.
Por último resalta el hecho de que el 74 por ciento de los recursos de las organizaciones comunitarias proviene del exterior; la proporción asciende a 82 por ciento cuando se considera a las federaciones nacionales y baja a 62 por ciento en el caso de las redes locales. Estos resultados se pueden explicar por el carácter reciente de dichas organizaciones, como se anotó más arriba, que necesitan apoyo externo para poder consolidarse. No obstante, si una dependencia tan grande se confirmara a mediano plazo, la autonomía y la sostenibilidad de las estructuras representativas del turismo comunitario estarían en peligro.

Reflexiones finales

Toda red necesita vincularse a una revolución individual y colectiva,  y en el caso de los pueblos indígenas de Latinoamérica, este proceso revolucionario comenzó a partir de los años 70, con fuertes movilizaciones reivindicativas que permitieron importantes logros para sus derechos, como el Convenio 169 de la OIT, la Declaración de las Naciones Unidas del año 2007 o las modificaciones de injustas Constituciones, las cuales incorporaron recientemente la cuestión indígena en sus textos.

Con respecto al Turismo Comunitario, todavía es pronto para saber si esta nueva actividad ofrecerá más ventajas o  inconvenientes para los indígenas, lo que sí ha quedado claro, es que el aporte de las TIC e internet se convierten en pilares fundamentales de todo emprendimiento en el seno comunitario, los cuales se están gestando en un nuevo tiempo aún más complejo para los indígenas: la globalización económica. Un escenario que presenta dos caras: por una parte se alientan y reivindican sus derechos pero se les sigue despojando de sus tierras, sus recursos naturales y hasta de sus culturas y conocimientos tradicionales. Al respecto, el turismo no tan solo podría ser una verdadera oportunidad de desarrollo social o económico, sino también una verdadera herramienta reivindicativa de sus derechos.

Finalmente, la posibilidad de  intercambio de experiencias, de información y la aportación de nuevos conocimientos desde las redes están dando como resultado, la conformación de sinergias estratégicas,  permitiendo a los pueblos indígenas, al menos en este tema, transitar un camino con menos incertidumbres.

Notas

1.- El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es una organización financiera internacional con sede en la ciudad de Washington D.C. (Estados Unidos), y creada en el año de 1959 con el propósito de financiar proyectos viables de desarrollo económico, social e institucional y promover la integración comercial regional en el área de América Latina y el Caribe. Es la institución financiera de desarrollo regional más grande de este tipo y su origen se remonta a la Conferencia Interamericana de 1890. Su objetivo central es reducir la pobreza en Latinoamérica y El Caribe y fomentar un crecimiento sostenible y duradero. En la actualidad el BID es el banco regional de desarrollo más grande a nivel mundial y ha servido como modelo para otras instituciones similares a nivel regional y subregional. Aunque nació en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) no guarda ninguna relación con esa institución panamericana, ni con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o con el Banco Mundial. En la actualidad el capital ordinario del banco asciende a 101.000 millones de dólares estadounidenses

2.- El primer gran aporte de la OIT para los pueblos indígenas fue el Convenio 169/1987. Este instrumento de carácter vinculante, protege y regula los derechos de los pueblos indígenas en diferentes áreas de su interés. El Artículo 23 establece que la artesanía, las industrias rurales y comunitarias, deberán tomarse especialmente en cuenta en los programas de formación profesional, con lo que queda establecido que los pueblos indígenas deberán tener el derecho a decidir sus propias prioridades de desarrollo –como sería el caso de incursionar en la actividad turística- en la medida en que este desarrollo afecte sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual.

3.- Esta declaración del año 2003, firmada por los representantes de los pueblos indígenas y comunidades rurales de América Latina (Bolivia, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Perú) afirma que el desarrollo del turismo se sustenta en los valores de solidaridad, cooperación, respeto a la vida, conservación y aprovechamiento sostenible de los ecosistemas y de la diversidad biológica; debe proporcionar una justa distribución de los beneficios entre todos los actores participantes; señala la necesidad de fomentar la autogestión del turismo; concibe la percepción del turismo como actividad complementaria a su economía comunitaria y familiar; debe potenciar los encuentros interculturales; aplicar códigos éticos; garantizar el derecho de propiedad y control de sus tierras y territorios. Por último, invita a todos los agentes favorables al turismo comunitario a sumar sus esfuerzos para consolidar la Red de Turismo Sostenible

4.- El proyecto ETEDPI ha contribuido a ayudar a los pueblos indígenas a salir de la pobreza. Proporcionó escuelas para los adultos para luchar contra el analfabetismo y para formarlos en diversas habilidades. Ahora pueden comenzar su propia micro empresa y administrar sus recursos.  El objetivo del proyecto, que comenzó en 2004 y finalizó en 2006, era reducir la pobreza y la exclusión social de los pueblos indígenas de Nicaragua, Honduras y Guatemala creando empleos y generando ingresos, ofreciendo educación y formación profesional y aplicando las normas internacionales del trabajo para los pueblos indígenas,  El proyecto permitió a los indígenas de Guatemala preservar su patrimonio cultural y sus tierras al estimular la gestión económica autónoma y fortalecer sus instituciones de autonomía tradicionales. A las comunidades indígenas se les ha reconocido voz propia con el derecho a negociación independiente con instituciones clave del gobierno, el sector privado y agencias de cooperación internacional.

5.- La Reserva de la Biosfera del Río Plátano es el fruto de un movimiento conservacionista que empezó en el área en 1972. Confrontados con la amenaza de deforestación y la pérdida de especies y recursos naturales, se hizo un esfuerzo coordinado y decidido para preservar el área. Se progresó mucho cuando UNESCO intervino en 1976 y la convirtió oficialmente en un sitio de Patrimonio Mundial. Pero la reserva del río Plátano no es simplemente importante por razones biológicas y ecológicas, ofrece preservación también; ya que en los bosques y junglas de la reserva habitan cinco grupos indígenas diferentes que se encuentran igualmente amenazados por el mundo fuera de los límites de la reserva. Se cree que los pesch es la tribu más antigua de las tribus de los bosques tropicales, y tan sólo quedan 350, del millón que había antes de la llegada de los españoles. Los pesch se ganan el sustento cultivando, pescando y cazando y se esfuerzan para no ser completamente dominados y asimilados por otra tribu local, los misquitos. Es un balance delicado, y el mínimo descuido o paso en falso pueden ocasionar un desastre para los pesch.

6.- Dada su abundante flora y fauna, esta zona es considerada como uno de los 25 sitios mundiales prioritarios para la conservación. El ecosistema de la región ha sido reconocido por el Fondo Mundial para la Naturaleza World Wild Fund y por el Banco Mundial como uno de los 200 ecosistemas mundiales que conservan elementos culturales y de biodiversidad únicos en el planeta.

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Recibido: 31/03/2015 Aceptado: 31/03/2016 Publicado: Marzo de 2016

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