Leonel Simancas Broche
Eduardo Morgado Farias
Ernesto Ledesma Alonso
Universidad de Ciencias Médicas Dr.Faustino Perez Hernandez
yoanys.ar@ssp.sld.cuRESUMEN
Se realizó una revisión bibliográfica, la cual posibilitó aglutinar un valioso caudal de información en relación con los valores de manera general, haciendo énfasis en el valor patriotismo, por su gran importancia en los momentos actuales, se abordaron diferentes criterios y puntos de vista, relacionados con la formación y fortalecimiento de los valores y la evolución de los mismos, a través de las diferentes épocas históricas, haciendo referencia en cada momento histórico a personalidades que han enarbolado las banderas del patriotismo según la etapa en que les tocó vivir, vinculándolos al desarrollo filosófico, definiendo con claridad y vigencia el mismo.
El análisis de la bibliografía posibilitó hacer todo un recuento de puntos de vistas coincidentes o no de diferentes autores y personalidades en las diferentes épocas desde una posición filosófica y caracterizar el valor patriotismo, así como vincularlo en la carrera de estomatología.
Palabras claves: Patria, valores, patriotismo, valores morales, conciencia nacional.
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
Leonel Simancas Broche, Eduardo Morgado Farias y Ernesto Ledesma Alonso (2015): “El patriotismo, necesidad insoslayable en nuestros tiempos”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (abril 2015). En línea: https://www.eumed.net/rev/caribe/2015/04/patriotismo.html
INTRODUCCION
Vivimos hoy en un mundo unipolar caracterizado por el hegemonismo y prepotencia del imperialismo el cual pretende globalizar el neoliberalismo imponiendo sus valores, cultura, costumbres, modos de vida, llevando a la pérdida de las identidades nacionales.
Desde finales de la década de los 90, nuestro país está inmerso en la batalla de ideas con el fin de contrarrestar los efectos nocivos que provocan la globalización neoliberal en la dimensión cultural, promovida por el desarrollo acelerado de las nuevas tecnologías de la información que trasmiten mensajes dirigidos contra lo más valioso de las tradiciones e identidad de los pueblos. Todo lo anterior unido a los desesperados e ininterrumpidos ataques del imperialismo contra la Revolución cubana hace que el reforzamiento de los valores constituya una prioridad en nuestros tiempos.
A partir de 1990 con el período especial, Cuba es afectada por una profunda crisis económica que tiene su impacto en el aspecto ideológico y se produce un deterioro de los valores, aflorando en nuestra sociedad manifestaciones de individualismo, exaltación a la sociedad de consumo, indisciplinas sociales, corrupción, entre otros.
Estamos enfrentando con mucha seriedad e inteligencia el desafío más integral y gigantesco de toda nuestra historia. Resistir no es solo la disposición al sacrificio de los revolucionarios del presente, no es solo hacer que nuestros compatriotas de hoy se sientan más cubanos, más patriotas y más revolucionarios. La forja de una cultura de resistencia es vital en los momentos actuales.
De la comprensión que tenga nuestro pueblo de lo que ha sido la lucha de los cubanos por su libertad, de cuál ha sido la actitud histórica del gobierno de los Estados Unidos ante la independencia de Cuba, así como de la anticubana tendencia anexionista desde el pasado siglo hasta nuestros días, estaremos en condiciones de propiciar la continuidad de la Revolución i de sus ideales de independencia nacional. A no dudarlo, los hombres y mujeres que vivirán en este país cuando ya no exista la generación histórica que inició y dirigió la Revolución, pensarán y actuarán con respecto a la patria según su patriotismo.
En Cuba, las razones históricas que sostienen la identidad y la soberanía tienen un fuerte contenido ético, que nació y evolucionó en la conformación de la espiritualidad nacional, forjada en el trabajo, en las luchas constantes por la independencia y contra aquellos cubanos que con su conducta se opusieron a la esencia emancipadora y dignificadota de nuestra ideología martiana, marxista, leninista y fidelista. En la espiritualidad cubana, la moral y la política constituyen una unidad indisoluble y alcanzan una elevada expresión desde Félix Varela a Fidel Castro.
La lucha revolucionaria ha sido históricamente una gran batalla de ideas. En las condiciones actuales, Fidel la definió como: “…la batalla del humanismo contra la deshumanización, la batalla de la hermandad y la fraternidad contra el más grosero egoísmo, la batalla de la libertad contra la tiranía, la batalla de la cultura contra la ignorancia, la batalla de la igualdad contra la más infame desigualdad, la batalla de la justicia contra la más brutal injusticia, la batalla por nuestro pueblo y la batalla por otros pueblos, porque si vamos a su esencia es la batalla de nuestro pequeño país y de nuestro heroico pueblo por la humanidad”.
La necesidad de profundizar y fortalecer la educación en valores por todos los factores socializadores, es una tarea importante hoy más que nunca en todo el mundo. De ello depende salvar lo más preciado que ha existido en nuestro planeta: el ser humano.
Para los destinos históricos de la Revolución, es importante que en la población se refuercen un conjunto de valores, hacia los cuales se deben orientar cada uno de los factores de la sociedad, siendo estos los organismos, organizaciones, instituciones civiles y militares, los cuales por la realidad de nuestros tiempos deben prestar especial atención a la dignidad, el humanismo, la solidaridad, la honestidad, la honradez, la responsabilidad, la laboriosidad, la justicia y el patriotismo, valor este al cual haremos referencia de manera especial en el desarrollo de nuestro trabajo, por considerarlo de vital importancia en los momentos actuales y en nuestra profesión, en la cual se puede asumir un patriotismo sin límites teniendo en cuenta los componentes de este importante valor.
Por lo anteriormente planteado es que nos proponemos como objetivo de nuestra investigación:
Objetivo general:
Objetivos específicos.
Objetivos estos que serán abordados a través del desarrollo de nuestra investigación.
DESARROLLO
Para una total comprensión de los valores, un tema de gran importancia en la actualidad, es conveniente acudir a la historia acerca de su origen y desarrollo.
Antes de aparecer la axiología como ciencia –cuyo objeto es el análisis de la esencia y los juicios de valor –como disciplina teórica independiente, el tratamiento al problema de los valores había estado presente en la historia del pensamiento filosófico.
Pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles, que abarcan el período clásico de la filosofía griega, se preocuparon y tomaron en consideración en sus obras valores como el bien, la justicia, la sabiduría, la verdad, la belleza, el amor, entre otros. En la Edad Media, Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino le confirieron un peso importante a la esfera moral en la formación del hombre desde la óptica de sus posiciones teológicas. Así mismo sucedió con figuras modernas como Hobbes, Hume y Kant, entre los siglos XVII y XVIII.
La preocupación por estudiar los valores ha sido permanente entre los pensadores y para la historia de la humanidad, por la significación que estos poseen para el buen funcionamiento de la sociedad en su conjunto. Y no es casualidad que desde la antigüedad la literatura, el arte, las costumbres, así como el derecho hayan fomentado o rechazado uno u otros valores o anti-valores.
En el devenir histórico de la sociedad cubana, desde sus raíces, puede apreciarse cómo la moral y ciertos valores morales, son un componente axiológico importante en el proceso de conformación de la identidad nacional y cultural de nuestro pueblo.
Los valores son determinaciones espirituales que designan la significación positiva de las cosas, hechos, fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, un grupo o clase social, o la sociedad en su conjunto.
Están condicionados por las relaciones sociales predominantes, constituyen componentes esenciales de la ideología, expresión de la cultura y la historia de una sociedad en una época determinada, y de los intereses, puntos de vista, necesidades y contradicciones de los diferentes sujetos.
Se forman en el proceso de interacción entre los hombres y el objeto de su actividad, en la producción y reproducción de su vida material y espiritual se convierten en formaciones internas del sujeto acorde al nivel de desarrollo alcanzado, la experiencia histórico-social e individual y el impacto de los factores de influencia educativa.
Como orientadores y reguladores de la conducta, constituyen un sistema, pues guardan relación dinámica unos con otros, y conforman una jerarquía entre ellos, que es decisiva en los momentos de elección moral, su educación es un proceso activo, complejo y contradictorio como parte de la formación de la personalidad que se desarrolla en condiciones histórico-sociales determinadas y en la que intervienen diversos factores socializadores, como la familia, la escuela, la comunidad, los medios de comunicación masiva, las organizaciones políticas y de masas, entre otros.
Es necesario entender los valores como parte constitutiva de la propia realidad social, como una relación de significación entre los distintos procesos o acontecimientos de la vida social y las necesidades e intereses de la sociedad en su conjunto.
El sistema objetivo de valores es independiente de la apreciación que de él se tenga, pero eso no significa que sea inmutable. Todo lo contrario, es dinámico, cambiante, atendiendo a las condiciones histórico-concretas. Es posible que lo que hoy o aquí es valioso mañana o allá no lo sea, debido a que puede haber cambiado la relación funcional del objeto en cuestión con lo genéricamente humano.
Los valores no existen fuera de las relaciones sociales, fuera de la sociedad y el hombre, y poseen un carácter histórico-concreto, ya que lo que tiene significación positiva en un momento la pierde en otro y viceversa.
Los valores instituidos y oficialmente reconocidos pueden ser el resultado de la generalización de una de las escalas subjetivas existentes en la sociedad o de la combinación de varios de ellos. Por lo general, ciertos individuos o grupos que ostentan el poder son los que imponen este sistema al resto del universo social de que se trate, mediante la conversión de su escala de valores en oficial.
Según el Diccionario Filosófico los valores son propiedades de los fenómenos de la conciencia social, caracterizan su significado para la sociedad, para la clase y para el hombre. Los fenómenos de la conciencia social, las ideas constituyen valores, con ellas el hombre expresa sus intereses en forma ideológica, la idea de comunismo constituye nuestro ideal social o fin espiritual. En la burguesía no se dan ideales semejantes, hecho en el que se revela su crisis en la esfera del espíritu. Además de los valores materiales, económicos, estéticos existen valores morales, jurídicos, políticos, culturales e históricos. Las obras de las personas pueden constituir un bien moral o un mal (valores morales), pueden ser objeto de aprobación o de condena. Con el fin de orientar y regular la conducta de las personas, la sociedad crea todo un sistema de representaciones morales –ideales, principios, estimaciones- . Estos también son valores morales. Las representaciones de valor no sólo reflejan determinada realidad, no solo constituyen un saber acerca de algo, sino que, además orientan la actividad de los hombres, es decir, tienen un carácter práctico. Ello explica que en la sociedad de clases posean una naturaleza clasista netamente expresada. Así, la lucha entre las ideologías comunista y burguesa es, al mismo tiempo, una lucha de sistemas contradictorios de valores.
La formación de los valores tiene una gran importancia para el desarrollo de la personalidad socialista, para lograr que los jóvenes asuman una participación correcta dentro de las luchas que caracterizan la etapa de construcción de una nueva sociedad. Se trata de la formación de los valores que debe regir el comportamiento general de la juventud, los que orientan su conducta y determinan consecuentemente sus actitudes, sus formas de actuar.
Es fácil determinar los valores esenciales del socialismo. la paz, la justicia social, la libertad, la responsabilidad, el trabajo creador, el colectivismo y la ayuda mutua, el patriotismo socialista, el internacionalismo proletario, la solidaridad, la disciplina, etc., pero los valores se forman en un proceso complejo, estos no están en los objetos y fenómenos, son producto del grado de significación que adquieren en el individuo en el proceso de sus relaciones con ellos.
Muchos son los conceptos dados sobre las categorías valor y patriotismo, numerosos historiadores, filósofos, sociólogos, pedagogos han abordado la temática referida a la formación de valores. Son importantes los trabajos realizados por Esther Baxter Pérez, Dr. José Ramón Fabelo, Cintio Vitier, Dr. Gilberto García Batista, Dra. Nancy Chacón Arteaga, entre otros.
Para el Dr. Gilberto García Batista: “Los valores constituyen guías generales de conducta que se derivan de la experiencia y le dan sentido a la vida, propiciando su calidad, de tal manera que están en relación con la realización de la persona y fomentan el bien de la comunidad y la sociedad en su conjunto”.
El valor según, Fabelo, es la significación socialmente positiva que adquieren los objetos y fenómenos de la realidad al ser incluidos en el proceso de la actividad práctica humana.
Dentro del sistema de valores de la sociedad se encuentran los políticos, jurídicos, morales, estéticos, religiosos, filosóficos y científicos.
El carácter de orientadores y reguladores internos de los valores morales, hacen que ocupen un lugar especial como integradores del sistema de valores a nivel social.
Chacón, define como valor moral”…Como categoría ético filosófica, expresa la significación moral positiva, buena, en contraposición al mal de un fenómeno,(hecho, acto de conducta), en forma de principio, norma o representación del bien, lo justo, el deber, con un carácter valorativo y normativo a nivel de la conciencia, que regula y orienta la actitud de los individuos hacia la reafirmación del progreso moral, el crecimiento del humanismo y el perfeccionamiento humano.
Según Baxter, “El valor es algo muy ligado a la propia existencia de la persona que afecta su conducta, configura y modela sus ideas y condiciona sus sentimientos, actitudes y modos de actuar”. “Los valores guardan una estrecha relación entre sí y con otros aspectos de la personalidad como los sentimientos, las actitudes, las cualidades y las motivaciones personales. Por ejemplo, el patriotismo como valor esencial en la formación ciudadana está relacionado íntimamente con el sentimiento de amor y orgullo hacia el suelo en que se nace, de respeto hacia los símbolos patrios y de una actitud intransigente en su defensa.
El patriotismo como componente de la conciencia social surge y se desarrolla en distintos períodos.
Durante la etapa que abarca los siglos XVI, XVII y XVIII se lleva a cabo un proceso gradual de formación del criollo como resultado de la transculturación y el mestizaje que se produce principalmente entre lo español, lo aborigen y lo negro, que arroja una descendencia en suelo cubano, con determinadas características propias.
El proceso de formación del patriotismo como valor moral del pueblo cubano transcurrió durante un largo período de tiempo en la etapa colonial, sus raíces se encuentran en el nacimiento del criollo, en los sentimientos de amor al suelo en que nacieron y la voluntad de hacerse distinguir por cualidades propias, diferentes, sobre todo, a la de los españoles, en esta etapa se manifestó primeramente como patriotismo local. Al no existir aún el concepto de nación, la patria para muchos era la villa en que habían nacido y que defendieron a riesgo de sus vidas ante ataques provenientes del exterior, como el inglés a La Habana y los corsarios y piratas a distintas localidades.
Los escritores y poetas de la primera mitad del siglo XIX con sus cantos, narraciones, poesías lograban descubrir la belleza de la flora y fauna, las condiciones de vida, contribuyendo a formar la conciencia de amor al territorio patrio, sus costumbres, a fomentar las ansias de libertad expresadas por eminentes precursores de la cultura cubana.
La educación patriótica contó en esta etapa con insignes representantes como: José Agustín Caballero, Félix Varela, José de la Luz y Caballero, Rafael María de Mendive, Rafael Morales y González y José Martí.
Según Chacón todo esto fue creando una nueva moralidad que se expresó, no solo, en las costumbres, hábitos y normas de las familias cubanas, sino también en las representaciones del deber ser que constituye el momento impulsor del proceso de transformación y nacimiento de lo cubano, así como las representaciones de un ideal moral social propio que se desarrolla a fines de siglo XVIII y principios del XIX. Dentro de los valores de este período se destaca el patriotismo entendido como amor a la patria, a la independencia, la soberanía, la justicia social y la unidad nacional.
Al respecto Félix Varela expresó:
“No es patriota el que no sabe hacer sacrificios a favor de su patria o al que pide por estos una paga, que acaso cuesta mayor sacrificio que el que se ha hecho para obtenerla, cuando no para merecerla”.
José de la Luz y Caballero dijo:
“Hay algo para mí más grande que mi estado de salud, el estado de mi país, yo no he visto realizados mis deseos en este particular pero a mis discípulos les recomiendo mi Cuba”.
Con el estallido y desarrollo de la guerra de 1868 se fortalece el patriotismo de los cubanos con sus hechos y posiciones valientes y heroicas, generándose una capacidad de resistencia y una voluntad firme, de luchar en condiciones desfavorables respecto a la superioridad militar y económica del ejército español.
En este proceso se fraguaron los símbolos de la nación cubana y las tradiciones patrióticas de nuestro pueblo.
A partir de la década del 80 del siglo XIX José Martí desempeñó un importante papel en la generalización teórica y práctica de este principio, para él el amor a la patria se expresaba en”…el odio invencible a quien la oprime…el rencor eterno a quien la ataca.” En el pensamiento martiano la concepción sobre el patriotismo se encuentra estrechamente vinculado con el internacionalismo solidario cuando expresa: “Patria es humanidad”.
Nuestro José Martí planteó:
“Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísimo y controladora de amor y esperanza”.
Durante la República Neocolonial en la década de 1920 hay un despertar de la conciencia nacional, en esta etapa el movimiento revolucionario cubano se nutre de una nueva generación que se enfrenta a la corrupción, las injusticias y a la penetración yanqui destacándose importantes figuras como Rubén Martínez Villena, Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras, entre otros.
Las ideas revolucionarias y las tradiciones combativas de la clase obrera fueron desarrolladas por la Generación del Centenario que dirigida por Fidel, participó en las heroicas gestas del Moncada y el Granma y en la lucha de la Sierra Maestra y de las ciudades hasta la victoria del primero de enero de 1959.
Para los cubanos patria, Revolución y socialismo son una misma cosa por lo que podemos asumir entonces el concepto dado por Fidel de Revolución:
“Revolución es sentido del momento histórico,
es cambiar todo lo que debe ser cambiado,
es igualdad y libertad plenas,
es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos,
es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos,
es desafiar poderosas fuerzas dominantes, dentro y fuera del ámbito social y nacional,
es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio,
es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo,
es luchar con audacia, inteligencia y realismo,
es no mentir jamás ni violar principios éticos,
es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas,
Revolución
es unidad,
independencia
es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”.
El triunfo de la Revolución cubana significó el comienzo de una nueva etapa cualitativamente superior en el desarrollo de las ideas patrióticas.
Al respecto Fidel expresó:
“…se nos enseñó a querer y defender la hermosa bandera de la estrella solitaria y a cantar todas las tardes un himno cuyos versos dicen que vivir en cadenas es vivir en afrenta y oprobio sumidos, y que morir por la patria es vivir”.
Marx y Engels en su obra “La ideología Alemana” expresa: “Los sentimientos patrióticos se forman en la conciencia de los individuos en un largo proceso de influencia del medio circundante por sobre sucesivas generaciones, fundamentalmente por el trabajo conjunto y la actividad científico cultural”.
En el Diccionario Grijalbo, se define como patriotismo:
“Amor a la patria, calidad de patriota. Sentimientos y actitudes propias del patriota”.
Y en el Diccionario Océano Práctico se define como:
“Amor a la patria. Sentimientos y conductas propias del patriota”.
V. I. Lenin expresó respecto al patriotismo que es uno de los sentimientos más profundos, afianzados por siglos y milenios de patrias aisladas.
En el Diccionario Filosófico se define el patriotismo como:
Amor a la patria, y se plantea que no es engendrado por un misterioso espíritu nacional o por un alma racial, como por determinadas condiciones económicas y sociales. Es un fenómeno histórico, de contenido distinto en diferentes épocas. Como elemento de la conciencia social, el patriotismo adquirió especial significación en la época del capitalismo ascendente al formarse las naciones y los estados nacionales. Sin embargo, a medida que se desarrolló y agudizó el antagonismo de las clases, se fue descubriendo cada vez más la falsedad y la hipocresía del “patriotismo” de la burguesía, que pone por encima de los intereses de su patria, los beneficios y “la salvaguardia de la alianza con los capitalistas de todos los países contra los trabajadores” (V. I. Lenin).
Nuestro José Martí respecto al patriotismo planteó:
“El patriotismo es censurable cuando se le invoca para impedir la amistad entre todos los hombres de buena fe del universo que ven crecer el mal innecesario, y le procuran honradamente alivio. El patriotismo es un deber santo, cuando se lucha por poner la patria en condición de que vivan en ella más felices los hombres”.
La única clase que puede representar auténticamente el interés nacional es la que está vinculada a las tendencias progresivas de la sociedad. En la sociedad burguesa, las masas trabajadoras y ante todo el proletariado, forman clases de este tipo y por esto son realmente patriotas. Aunque bajo el capitalismo, el proletariado no tiene ni puede tener su auténtica patria, al luchar por la transformación revolucionaria de la sociedad y por la edificación del socialismo, expresa los intereses nacionales más profundos de su país, de todo el pueblo. Únicamente como resultado de la revolución socialista, el amor por la patria se funde con la fidelidad al nuevo régimen social, al nuevo Estado, creado por los propios trabajadores bajo la dirección de la clase obrera y el Partido Comunista. Los trabajadores adquieren por primera vez su verdadera patria. Sobre esta base, se desarrolla un nuevo patriotismo, socialista, que se convierte en una de las fuerzas motrices del desarrollo de la sociedad socialista. El patriotismo socialista se halla indisolublemente unido al internacionalismo proletario y excluye tanto el nacionalismo como el cosmopolitismo.
En los momentos actuales en nuestro país se expone como definición teórica de patriotismo la siguiente: es la lealtad a la historia, la patria y la Revolución socialista, y la disposición plena de defender sus principios para Cuba y para el mundo.
El patriotismo debe verse expresado en el rechazo al capitalismo, al hegemonismo del imperialismo yanqui y en la adopción consciente de la opción socialista cubana, el amor y respeto a los símbolos nacionales, a los héroes y los mártires de la Patria, a los ideales y ejemplos de Martí, el Ché y Fidel, como paradigmas del pensamiento revolucionario cubano y su consecuente acción.
Con el triunfo de la Revolución el patriotismo adquirió una dimensión superior matizada por la necesidad de defender el nuevo proyecto ante la agresividad del imperialismo norteamericano y la reacción interna. Los componentes de este valor moral han evolucionado desde el 1ro de enero a la actualidad en correspondencia con los cambios que se han producido en la situación nacional e internacional.
Varela definió el patriotismo como:
“Al amor que tiene todo hombre al país en que ha nacido, y el interés que toma en su prosperidad, le llamamos patriotismo”.
El Dr. Leopoldo Ravelo Fuentes lo define como:
“El patriotismo es un sentimiento profundo de amor y de pertenencia a la tierra donde nacemos, a sus símbolos, a su pueblo, a sus tradiciones patrióticas, históricas y culturales”.
Arteaga y Cárdenas lo definen como:
“..la relación que se establece entre el individuo y la patria, se expresa en el sentido de pertenencia y en el sentimiento de amor y respeto a sus símbolos, héroes y mártires, a la naturaleza de la patria, en la responsabilidad de su destino, en la lucha por contribuir a su engrandecimiento y el enfrentamiento a sus enemigos y a todo aquello que lo dañe o disminuya y en la actitud hacia el medio histórico cultural, la lengua y las tradiciones patrias, y sobre todo hacia el resto de los ciudadanos. Es a la vez un sentimiento, una actitud y una relación.
En los momentos actuales se define teóricamente el patriotismo como: la lealtad a la historia, la patria y la Revolución socialista, y la disposición plena de defender sus principios para Cuba y para el mundo.
Lo que se traduce en:
A partir de esta condición además del resto es que los estomatólogos podemos ser abanderados del valor patriotismo, al asumir con seriedad, cientificidad y por tanto preparación la labor que nos corresponde desarrollar en nuestra sociedad contribuyendo de esta manera al desarrollo de nuestro país o países donde la Revolución considere necesarios nuestros servicios, elevando la calidad de vida de la población, enarbolando siempre quiénes somos, cómo pensamos y cuáles son los ideales que representamos y defendemos, teniendo por encima de todo los intereses sociales y defendiendo en cualquier terreno al precio que sea necesario nuestra identidad, nuestros principios, con la ética profesional y las posiciones que nos corresponde, estando siempre comprometidos con el proceso histórico y el desarrollo político y social de nuestro país.
Si tenemos en cuenta la estrecha relación existente entre los diferentes valores entonces debemos plantear que somos patriotas los estomatólogos cuando cumplimos con cientificidad, profesionalismo, ética, responsabilidad, sensibilidad, humanismo, solidaridad….entre otros, nuestra labor, pero siempre llevando de frente los principios de nuestra Revolución, la supremacía de nuestro sistema social, las ventajas sociales, humanas y de equidad que representa y cuando defendemos en cualquier lugar y al precio que sea necesario nuestros ideales, sistema social, y logros poniendo en alto lo que representamos y demostrando nuestra superioridad social a lo largo del desarrollo histórico de nuestro país y la realidad cubana.
CONCLUSIONES
El presente trabajo refleja la relación existente entre el desarrollo de la filosofía, la formación de los valores y el proceso de formación y desarrollo del valor patriotismo en nuestra sociedad, haciendo referencia según las diferentes etapas históricas a distintas personalidades que han dedicado un espacio de sus vidas a investigar este importante tema.
Se expone la relación entre el valor patriotismo y la profesión de estomatología poniendo en evidencia la unidad indisoluble entre ambos, demostrando la supremacía de nuestro sistema social.
RECOMENDACIONES
Se propone al Consejo de Dirección de la Facultad, situar el presente trabajo en la biblioteca del centro, para que pueda ser material de apoyo para la docencia.
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