UNA CASA PARA SANTA TERESA EN EL MAYAB: LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA EN MÉRIDA, YUCATÁN, MÉXICO
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS)
 Resumen: 
  El presente artículo expone las múltiples  caras de la historia que rodea a la imagen escultórica de Santa Teresa de Jesús  que se conserva en la capilla de Nuestra  Señora  de la Candelaria en Mérida, Yucatán, México. Inicia con algunos detalles  biográficos de Santa Teresa de Jesús y su místico vínculo con la Nueva España.  Se considera también la historia y la descripción arquitectónica del templo  dieciochesco y el análisis del único retablo barroco salomónico dorado que se  conserva en la capital de Yucatán. Es la historia de una obra de arte que ha  sobrevivido numerosas pruebas para poder ser admirada por la sociedad del  Mayab.
Palabras clave: Santa Teresa de Jesús, retablos barrocos novohispanos, arte en la Península de Yucatán, Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria en Mérida, Yucatán, arquitectura religiosa en Yucatán.
Abstract:
  This paper  presents the many faces of history surrounding the sculptural image of Santa  Teresa de Jesus preserved in the chapel of Our Lady of Candelaria in Merida,  Yucatan, Mexico. Begins with some biographical details of Santa Teresa de Jesus  and his mystical link with the New Spain. It is also considered the history and  architectural description of the eighteenth temple and analysis of the single  golden Solomonic Baroque altarpiece preserved in the capital of Yucatan. It is  the story of a work of art that has survived numerous tests to be admired by  the society of the Mayab.
Key words: Santa Teresa de Jesús, new spanish baroque altarpieces, art on the Yucatan Peninsula, Church of Our Lady of Candelaria in Merida, Yucatan, Yucatan religious architecture.
1. El  personaje: Santa Teresa de Jesús
              En  2015 se cumplen 500 años del natalicio de Teresa de Cepeda y Ahumada, mejor  conocida como Santa Teresa de Jesús. La escritora fue una mujer divergente,  inteligente e influyente que revolucionó a la sociedad de su época por medio de  sus ideas y sus textos.
              En  los siglos XVI y XVII nacieron grandes talentos literarios cuya obra influyó en  su contexto histórico de tal manera que forjaron el espíritu de la época, der Zeitgeist para la historiografía  germana, del Siglo de Oro español. Garcilaso de la Vega, Miguel de Cervantes  Saavedra, Félix Lope de Vega y Carpio, Tirso de Molina, Pedro Calderón de la  Barca, Francisco de Quevedo y San Juan de la Cruz dominaban el paisaje  literario en Santa Teresa de Jesús, era la atrevida representante del género  femenino.
              ¿Quién  fue Santa Teresa de Jesús y cuál fue su relevancia? Nació el 28 de marzo de  1515 en Ávila, España y murió el 4 de octubre de 1582 en Alba de Tormes,  Salamanca, España. De niña, junto con su hermano Rodrigo, adoptó el gusto por  leer las biografías de los santos. Eso motivó a los niños a irse a tierras ocupadas  por musulmanes para ser decapitados, lo cual no fue más que una idea que nunca  llegaron a realizar. Cabe recordar que nació cuando todavía estaban agitadas  las turbulentas aguas de la reconquista española lograda por los Reyes  Católicos. 
              En  su adolescencia se dejó fascinar por las novelas de su época. A los 20 años  ingresó al convento carmelita de Ávila. Tras una enfermedad quedó postrada en  cama y luego atribuyó su inexplicable sanación a la intercesión de San José.  Desde entonces se convirtió en una gran devota y propagadora del culto al padre  adoptivo de Jesús. También era devota y seguidora de dos santos “conversos”:  San Agustín de Hipona y Santa María Magdalena, esto sin descuidar su profunda  piedad mariana.
              Al  ver la relajación que había en los conventos pensó en restaurar el carisma  original de la orden creando casas de oración con pocas monjas pero muy devotas  y decididas a vivir el ideal original del Carmelo. A sus monjas se les  conocería a partir de entonces como carmelitas descalzas.
  Una vez  restablecidas las estrictas reglas, se hallaban en posibilidad de difundir su  doctrina por doquier. Teresa de Jesús decidió fundar en España el primer  convento de monjas para carmelitas descalzas el 24 de agosto de 1562, en Ávila  y, a su vez, Juan de la Cruz, inspirado en el ideal teresiano y convencido de  la pérdida del ideal cristiano, reformó la rama varonil y estableció el primer  convento del Carmelo descalzo en Duruelo, España, en 1568. 1 
              A  lo largo de 20 años estableció 16 conventos: San José de Ávila, 1562; San José de  Medina del Campo, 1567; San José de Malagón, 1568; La Concepción de Nuestra  Señora del Carmen de Valladolid, 1568; San José de Toledo, 1569; Nuestra Señora  del Carmen de Patrana, 1569; San José de Salamanca, 1570; La Anunciación de  Nuestra Señora del Carmen de Alba de Tormes, 1571; San José del Carmen de  Segovia, 1574; San José del Salvador de Beas, 1574; San José de Caravaca, 1574;  San José del Carmen de Sevilla, 1575; Santa Ana de Villanueva de la Jara, 1580;  San José de Palencia, 1580; La Trinidad de Soria, 1581, y San José de Burgos,  1582.
              Entre  sus obras literarias destacan Libro de la  Vida (1562-1565), Camino de  Perfección (1566-1567), Castillo  Interior o Las Moradas (1577) y Las Fundaciones (1573-1582). “En el  Castillo Interior, escrito en 1577, obra con la que Teresa se incorpora a los  clásicos de la literatura universal, ofrece una exposición sistemática del  camino espiritual con la ayuda de la imagen de siete moradas de un castillo.  Aquí el hombre llega a su máxima perfección”. 2 Otras obras suyas son: Conceptos del Amor de Dios, Constituciones, Desafío, Poesías, Relaciones.
              Como  si del cierre de un ciclo histórico se tratara, murió el último día que tuvo  vigencia el calendario juliano en Occidente, el 4 de octubre de 1582 y fue  sepultada al día siguiente, el 15 de octubre, siguiendo el calendario  gregoriano.
              Hasta  aquí, la vida de una mujer ejemplar que logró trascender más allá de lo que su  condición de monja y mujer le permitía en su época. Pero, ¿cuál es su vínculo  con el mundo maya? ¿Acaso tuvo al menos un vínculo con Nueva España? No cabe  duda en que sí. Aunque físicamente no puso jamás un pie en el Nuevo Mundo, sí  estaba muy consciente de lo que en él ocurría. “Teresa de Jesús, quien poseía  una serie de valores de la filosofía mística y humanística, alabó  entusiastamente la necesidad de difundir la fe católica en España y la Nueva  España […]. Los carmelitas llegaron en 1585 con la finalidad de integrarse a  las órdenes religiosas ya establecidas”.3  
              De ese modo, si bien ella no llegó  físicamente a la Nueva España durante los albores de la evangelización, sí lo  hicieron sus ideas. Antes de finalizar el siglo XVI ya estaba en pleno auge la  provincia de San Alberto Magno de Indias del Carmelo descalzo. Uno de los  principales impulsores de la orden en Nueva España fue el obispo y virrey Beato  Juan de Palafox y Mendoza (1600-1659).4  “El Carmelo descalzo  no sólo veneraba y trataba de extender su culto y devoción a la virgen del  Carmen, sino también a sus propios santos patronos, como santa Teresa de Jesús  y San Juan de la Cruz, como parte de su proyecto de expansión en las  poblaciones novohispanas”. En efecto, la madre Teresa de Jesús se convirtió en  Beata Teresa de Jesús el 24 de abril de 1614 por disposición del papa Paulo V.  El romano pontífice Gregorio XV la canonizó el 12 de marzo de 1622.
              Así  como en vida de Santa Teresa se fundaron 16 conventos de carmelitas descalzas  en España, el Carmelo descalzo de varones fundó en Nueva España, hoy México, 16  conventos entre 1586 y 1747: San Sebastián de México, 1586; Puebla de los  Ángeles, 1586; Atlixco, 1589; Valladolid, 1593; Guadalajara, 1593; Celaya,  1597; Santo Desierto de los Leones, 1606; Colegio de Teología de San Ángel,  1613; Santiago de Querétaro, 1614; Salvatierra, 1644; Colegio de Filosofía de San  Joaquín de Tacuba, 1689; Toluca, 1698; Antequera (hoy Oaxaca), 1699; Orizaba,  1735; Tehuacán, 1745, y San Luis Potosí, 1747. Soria (2012) expone que todos  estos inmuebles estaban inscritos en un huerto cerrado místico que estaba  inspirado en el Castillo interior de Santa Teresa de Jesús. Los conventos  perimetrales protegían al corazón de la provincia de San Alberto de las Indias:  los colegios de filosofía y teología así como el Santo Desierto, lugar ideal  para la contemplación y meditación.
              Siguiendo  el planteamiento de Soria (2012), los siete conventos perimetrales, es decir  las siete moradas que cierra el jardín teresiano novohispano, son: Valladolid,  Guadalajara, Santo Desierto, Querétaro, Antequera (Oaxaca), Orizaba y San Luis  Potosí. Tal perímetro comprende el Altiplano Central de México así como las  regiones del norte y occidente de Nueva España que estaban pacificadas de los  indios “bárbaros”. Se aproxima a la Sierra Madre del Sur hasta antes de llegar  al Istmo de Tehuantepec. Más allá de ese castillo interior estaba la  infidelidad.
  El  castillo teresiano debía proteger de la infidelidad que provenía de las tierras  bárbaras del norte donde los indígenas nómadas no habían recibido la fe  católica. Para ello era el lienzo de muralla defendido por Guadalajara y San  Luis Potosí. Pero también la infidelidad provenía del mundo centroamericano que  no era visto como parte de la Nueva España. Recordemos que las capitanías  generales de Yucatán y Guatemala gozaron de gran independencia del virrey. Para  protegerse contra la infidelidad del sureste fue construido uno de los últimos  lienzos de la muralla: el tramo Antequera – Orizaba. 5 
              En  efecto, el mundo maya gobernado por las capitanías generales de Yucatán y  Guatemala había quedado afuera del interés de la provincia de San Alberto de  las Indias. 6 En particular Yucatán, que era monopolio franciscano.
  2. Un  lugar: La capilla de Nuestra Señora de la Candelaria
  Parece y es inusual hablar de un templo  para veneración de una imagen de Santa Teresa de Jesús y que se trate de una  capilla dedicada a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de la  Candelaria. Pero, a fin de cuentas, en el Mayab, místico territorio de los  mayas, todo puede ser inusual y atípico. 
  La ciudad de  Mérida, Yucatán fue fundada el 6 de enero de 1542 por Francisco de Montejo “El  Mozo” para ser la capital administrativa, política, religiosa y económica de la  península de Yucatán. “Los evangelizadores de la Orden de los Frailes Menores,  mejor conocidos como frailes franciscanos, desempeñaron la difícil tarea de  inculcar los principios de la fe católica a los mayas yucatecos.  Posteriormente, los curas diocesanos se sumaron al esfuerzo de los franciscanos  y erigieron parroquias administradas por el clero secular”. 7 
  Entre los templos  erigidos en Mérida estuvo la pequeña capilla de Nuestra Señora de la  Candelaria. “De acuerdo a Cogolludo, la iglesia de la Candelaria fue fundada  por sus propios bienes pro el Lic. Manuel Núñez de Matos, maestro de escuela de  Catedral, dotándola de mil quinientos pesos y una capellanía de ciento  cincuenta pesos de renta anual”. 8 El arco toral que separa al presbiterio  de la nave fija como fecha de conclusión de la obra al día 19 de noviembre de  1706.
  El templo,  localizado en el cruce de la calle 64 con 67 en el centro histórico de Mérida,  cuenta con atrio cerrado por una barda con una reja. En él habita un algarrobo  monumental con una copa de alrededor de 20 m de diámetro. Es una auténtica joya  botánica del municipio de Mérida. También se encuentra en el atrio un busto del  insigne educador y filántropo Mons. Norberto Domínguez Elizalde.
  Norberto  Domínguez nació en Mérida el 5 de junio de 1832 […]. El 24 de diciembre de  1877, S. E. Mons. Leandro Rodríguez de la Gala y Enríquez – XXXIII Obispo de  Yucatán, lo nombra Canónigo de la S. I. Catedral. En 1833, el papa León XIII,  lo designa Protonotario Apostólico, Prelado doméstico y Camarero de honor de Su  Santidad.9  
  El busto es de  mármol y se encuentra en regular estado de conservación. Vale la pena señalar  que son escasos los monumentos de este tipo en la capital yucatanense. Entre el  busto y el algarrobo se forma el marco perfecto para admirar la portada y la  espadaña del templo. “La portada de la fachada consiste en dos columnas con  base y capitel que sostiene un cornisamento con remates en forma de perillas.  En el centro está la ventana […] coronada por una espadaña con tres claros y  adornos en forma de volutas”. 10 Pequeñas campanas ocupan los nichos de la  espadaña destacando una con la fecha de su consagración: 8 de septiembre de  1947.
  Al ingresar al  templo es posible ver que sólo cuenta con una nave con bóveda de cañón corrido  hasta llegar al mencionado arco toral. El presbiterio cuenta con bóveda de  crucería. “La preferencia por la bóveda de cañón corrido en las edificaciones  religiosas yucatecas se debió muy probablemente por su relativa facilidad de  ejecución y de adiestramiento de la mano de obra indígena. Las características  de la piedra de la región son adecuadas para este tipo de cubierta”. 11 Los muros tanto interiores como exteriores  sólo cuentan con aplanados comunes estucados y pintados a la cal. 
  Dos piezas son de  gran interés a lo largo de la nave. En primer lugar destaca un cuadro de  Nuestra Señora de Guadalupe con un marco barroco colonial de madera tallada,  policromada y dorada. Cuenta con un conjunto de angelitos que soportan los  monogramas de los Cinco Señores (Jesucristo, María Santísima, San José, Santa  Ana y San Joaquín) así como la leyenda “AVE MARÍA”. Es uno de los pocos que se  conservan en su tipo en la región yucatanense.
  La otra pieza es  un retablo con tintes eclécticos y revivals del siglo XX. En él está la imagen  de María Auxiliadora, obra del representativo escultor yucatanense Francisco  Mena Valdés. Él fue uno de los principales hacedores de imágenes religiosas durante  el siglo XX. La plástica contemporánea de numerosos templos en la región no  podría explicarse sin su obra.
  Pero, por  muchísimo, la más grande obra de arte en la capilla es el retablo mayor.  Comparado con los de las grandes ciudades novohispanas es una obra magnífica  pero nada sorprendente. Entonces, ¿qué lo hace tan especial? La respuesta  obliga a recordar una dolorosa tragedia para el pueblo de Yucatán. 
  La paz se  quebrantó en 1915. Las tropas constitucionalistas llevaron la Revolución Social  Mexicana a Mérida. La noche del 24 de septiembre de 1915, turbas anticlericales  bajo la mirada permisiva del Gral. Salvador Alvarado, entonces gobernador de  Yucatán, irrumpieron en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de San  Ildefonso de Toledo y destruyeron casi cuatro siglos de tesoros de arte sacro.  La crueldad y el desprecio por la fe católica hicieron que la historia  conociera esa noche como “la más negra noche en la historia de la ciudad  blanca”.12  
  Meses más tarde  sufrieron el mismo destino casi todos los altares de los templos de la ciudad  de Mérida y de numerosos templos del interior del estado. La chusma socialista  y populista descargaba su odio y su rencor contra las obras de arte que habían  producido las élites coloniales y decimonónicas, en especial las familias de  hacendados durante el Porfiriato. La Revolución trajo consigo algunas ventajas  sociales lo cual aunado a que el partido político gobernante siempre ha visto a  dicha lucha armada como su paradigma fundacional ha hecho que se olvide o se  trate de disimular la barbarie de aquellos meses. En una lucha de la cual los  historiadores no se ponen de acuerdo entre quienes son “los buenos” y “los  malos”, las obras de arte sacro fueron una de las mayores víctimas. Ni que  decir de la persecución de sacerdotes porque parece tema tabú aún después de  cien años de los hechos.
  Entre los pocos  retablos sobrevivientes se encuentra el neogótico de la Rectoría de San Juan  Bautista que fue elaborado en madera de caoba en 1905. Apenas tenía 10 años en  los momentos de las convulsiones revolucionarias. El único retablo colonial  barroco de tal majestuosidad que sobrevivió en la ciudad de Mérida fue el mayor  de la capilla de Nuestra Señora de la Candelaria. La tradición oral cuenta que  el sacerdote a cargo del templo al ver lo que ocurría mandó pintar con pintura  muy corriente el retablo de tal manera que pareciera que era una obra tallada  en la piedra del muro por lo que su destrucción implicaría la lenta y cansada  demolición del muro. La artimaña dio resultado y el retablo se conservó.
  Se trata de un  retablo barroco salomónico dorado que ocupa todo el muro testero del templo.  Cuenta con la mesa del altar y el sagrario como solía ser en todos los templos  antes de las reformas litúrgicas posteriores al Concilio Vaticano II, que en  muchos casos fueron más brutales con el arte sacro que las propias acciones  posrevolucionarias. Afortunadamente este caso también en ello fue la excepción.  La predela es muy sencilla pues, como el resto del conjunto, sólo está decorada  con ligeros motivos vegetales. 
  Además de la  predela, el retablo consta de dos cuerpos divididos en tres calles y un remate  semicircular que adopta la forma de la bóveda del presbiterio. En la calle del  lado del Evangelio del primer cuerpo está una imagen del Sagrado Corazón de  Jesús, en la calle central del mismo cuerpo está la imagen patronal de Nuestra  Señora de la Candelaria y en la del lado de la Epístola está la imagen de San  José. En general el primer cuerpo tiene un programa iconográfico muy vinculado  al pontificado de León XIII que fue la época donde se promovió tanto la figura  de San José como el reinado universal del Sagrado Corazón de Jesús.
  En la calle del  lado del Evangelio del segundo cuerpo se encuentra una talla del Arcángel San  Rafael que se idéntica por los pescados que sostiene con su mano derecha. En la  calle del lado de la Epístola está San Antonio de Padua, santo que goza de  extraordinaria devoción en la región yucatanense y cuyas festividades en el mes  de junio llenan de algarabía al Mayab. En el amplio nicho de la calle central,  justo en el cruce de los dos ejes compositivos del retablo, está la talla  protagonista de este trabajo: Santa Teresa de Jesús.
  En el nicho que  está en el remate se encuentra una imagen de Santa Rita de Casia. Las calles  están separadas por columnas salomónicas decoradas con racimos de uvas. El tema  de la vid y los sarmientos se repite a lo largo de los retablos en recuerdo de  las palabras del Evangelio según San Juan: “Ego  sum vitis, vos palmites. Qui manet in me, et ego in eo, hic fert fructum  multum, quia sine me nihil potestis facere”.13  
  A excepción de la  imagen patronal, existen pocas probabilidades de que las imágenes del retablo  hayan estado ahí antes de la persecución religiosa. Lo más factible es que  hayan pertenecido a otros retablos y que al terminar el vendaval revolucionario  fueran reubicadas en aquellos sitios en los que fue posible. A pesar de ello el  valor artístico e histórico del conjunto es altísimo. Justamente ello fue lo  que motivó a que en 1994 la fundación Adopte una Obra de Arte interviniera el  conjunto para su rescate. Entre las acciones realizadas estuvieron: refuerzo  estructural, limpieza química, consolidación y restauración de las esculturas  pertenecientes al retablo. Todo esto con un costo de $590,000.00 pesos  mexicanos.14  
  Otras tareas se  hicieron quince años después en 2009 para lograr devolver al máximo el dorado  del conjunto. También el Gobierno del estado de Yucatán ha invertido en la  conservación del templo y lo ha dotado de un sistema de iluminación que  facilita una mejor apreciación de las obras de arte.
  El  alumbrado de este edificio en el interior está conformado por luminarias  fluorescentes ahorradoras de energía del tipo T-5 ocultas sobre la cornisa  perimetral existente para iluminación indirecta, y por halógenas de bajo  voltaje del tipo AR111 con diferentes grados de apertura para el realce de los  arcos de piedra e imágenes. En el altar se emplean luminarios compactos de  aditivos metálicos de bajo consumo para mayor flujo luminoso y reproducción de  color, ocultos a la vista en rieles para adaptarlos a diferentes alturas según  sea conveniente.15  
  3. Una  imagen: detalles iconográficos
              La  imagen es una escultura de bulto de madera tallada y policromada. Representa a  la santa madre con el hábito del Carmelo descalzo sosteniendo un libro hacia el  pecho con ambas manos. Tiene la cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha  con la mirada hacia el cielo. No es una imagen que busca tener un diálogo con el  espectador sino que sólo se entiende como parte de un conjunto. Cuando el  sacerdote celebraba la Misa, del modo que hoy se conoce como forma  extraordinaria del Rito Romano, ofrecía la hostia hacia el retablo,  representación de la gloria eterna en la que habitaba Santa Teresa.
              ¿Se  hubiera imaginado la santa de Ávila que harían imágenes de ella? Probablemente  no, lo que sí pasaba a menudo por su mente era su propio gusto por imágenes de  este tipo pues le servían para recordar lo divino.
  El uso de  la imagen en la vida y enseñanzas de Teresa era efectivo principalmente para  dos efectos: el de instrumento de ayuda para la oración mental y la meditación  de pasajes sagrados y como recordatorio de la persona amada. Esto hace entender  perfectamente porque la santa mandó a plasmar en lienzo dos veces las visiones  que tuvo de Cristo, representaciones que no iban encaminadas a crear nuevas  iconografías con fines devocionales particulares, sino que buscaban la  retención del aspecto de Cristo y María tal y como ella misma los había  observado. 16 
              Es  así como Santa Teresa de Jesús pasó a ser recordada por la sociedad  yucatanense: mirando al Cielo.
4. Un  tesoro inmaterial: las devociones
              “Para  Teresa de Jesús la devoción es un efecto edificante, causado en el alma ejercitada  para recibir esa benéfica impronta por personas, cosas o situaciones,  provocando el vertiginoso vuelo del éxtasis a pesar del demonio estorbador. Las  imágenes de devoción son acertado retrato donde se oculta el amado divino”.17  Santa Teresa debe estar orgullosa por la  gran devoción que tiene el pueblo del Mayab en su casa en Mérida: la capilla de  Nuestra Señora de la Candelaria. 
              A  pesar de que los alrededores están casi desiertos pues sólo un par de familias  aún habita en la zona, la capilla siempre es visitada. Durante décadas fue la  sede del Secretariado Diocesano de Evangelización y Catequesis (hoy Dimensión  Diocesana de Pastoral Catequética) de la Arquidiócesis de Yucatán. Generaciones  de catequistas encontraron ahí su primera formación por lo que se generó en  ellos un profundo cariño hacia ese templo y sus imágenes. Prueba de la devoción  que hay en el sitio es que siempre se puede encontrar un ramo de flores, una  veladora o una ofrenda recién depositada.
              La imagen patronal goza de gran  devoción. Su fiesta el 2 de febrero es multitudinaria. En los últimos años  también se ha impulsado la devoción a San Blas para el día siguiente así como a  San José. Si bien Santa Teresa no tiene un culto en particular en el sitio  durante su fiesta litúrgica del 15 de octubre, de un modo u otro, las  devociones ideales teresianas a la Madre de Dios y a su esposo están presentes  en el sitio. 
  5. Conclusiones 
              A  cinco siglos de su natalicio, la obra de Santa Teresa de Jesús continúa  vigente. Ella, la que vivía sin vivir en ella porque moría porque no moría, no  ha muerto pues vive por fuera de sí en su legado histórico y artístico. Revisar  algunos detalles de la vida de la santa de Ávila conduce a recordar el espíritu  de la época que envolvía las mentes de los conquistadores y colonizadores de la  Nueva España.
              Junto  con sus equipajes, en las valijas de los colonizadores estaban los ideales  humanistas del Renacimiento pero también el barroco de la Contrarreforma. El  pensamiento teresiano llegó a Nueva España y a sus capitanías generales. Al  mismo  tiempo, en la Capitanía General de  Yucatán se desarrollaba una profunda religiosidad entre los mayas recién  conversos que facilitó el surgimiento de ermitas, oratorios y capillas para la  veneración de las imágenes sagradas. Una de estas capillas en el centro de  Mérida, la capital, fue consagrada a Nuestra Señora de la Candelaria.
              La  persecución religiosa de 1915 llevó a reubicar numerosas imágenes y el destino  hizo que una imagen sobreviviente de Santa Teresa de Jesús llegara al único  retablo barroco salomónico dorado que sobrevivió al vendaval revolucionario. En  este trabajo se ha presentado como un personaje, Santa Teresa, puede vincularse  con un lugar totalmente ajeno a ella como la capilla de Nuestra Señora de la  Candelaria en Mérida, por medio de una obra de arte. 
              Así  como viaja el arte, así viajan las ideas. Una santa de Ávila del siglo XVI no  tenía relación alguna con una capilla dieciochesca de Mérida, Yucatán en el  corazón del mundo maya. Sin embargo, una talla policromada reunió ambas  historias. Al momento de analizar una obra de arte es fundamental considerar al  lugar que la alberga pues en gran medida condiciona su estado de conservación,  posibilidad de ser visitada, etc. Resulta irónico pero sorprendente, que una  revolución iconoclasta causara los avatares que llevaron a la capilla de  Nuestra Señora de la Candelaria a convertirse en una casa para Santa Teresa en  el Mayab.
  Bibliografía:
  ANDRADE  Campos, Alejandro Julián, El pincel de  Elías: José Joaquín Magón y la Orden de Nuestra Señora del Carmen. (Puebla,  mediados del siglo XVIII). Tesis de licenciatura. Facultad de Filosofía y  Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, 2013.
  CEA  Gutiérrez, Antonio, “Modelos para una Santa. El necesario icono en la vida de  Teresa de Ávila”, Revista de  Dialectorlogía y Tradiciones Populares, Vol. LXI No. 1 (2006). Disponible  en: http://digital.csic.es/bitstream/10261/7972/3/1.pdf.
  FERNÁNDEZ,  Justino (Comp.), Catálogo de  Construcciones Religiosas del estado de Yucatán. Formado por la Comisión de  Inventarios de la Cuarta Zona 1929-1933. Talleres Gráficos de la Nación,  México, 1945.
  GUTIÉRREZ  Ruiz, Nicte-Há y Raúl Enrique Rivero Canto, “Las manifestaciones artísticas de  la Ciudad Blanca: Centro Histórico de Mérida, Yucatán, México”, ASRI Arte y Sociedad Revista Investigación, No.  4, (2013). Disponible en: http://asri.eumed.net/4/centro-historico-merida-yucatan-mexico.pdf.
  KASPER,  Walter et. al., Diccionario enciclopédico  de los santos. Biografías y conceptos básicos del culto. Herder Editorial,  Barcelona, 2006.
  NOVELO  Álvarez, Andrés Celestino, Cien años de  cruz y gloria. Arquidiócesis de Yucatán. EDISA, Mérida, 2006.
  OCH  Chí, Juan de la Cruz, Templos  patrimoniales del centro histórico de Mérida, Yucatán. Proyectos de iluminación.  Gobierno del estado de Yucatán, Mérida, 2012.
  PERAZA  Guzmán, Marco Tulio, Espacios de identidad.  La centralidad urbana y el espacio colectivo en el desarrollo histórico de  Yucatán. Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, 2005.
  RIVERO  Canto, Raúl Enrique, “Historia, arte y sociedad en México: Pasado y presente de  los templos de Santa Lucía Mártir y Santa Ana en Mérida, Yucatán”, ASRI Arte y Sociedad Revista Investigación,  No. 7 (2014). Disponible en: http://asri.eumed.net/7/historia-arte.pdf.
  RIVERO  Canto, Raúl Enrique, “Reseña de Soria Soria, Arminda. El Jardín Teresiano  Novohispano: Las Moradas de Santa Teresa de Jesús. Una interpretación espacial  y arquitectónica de siete conventos del Carmelo Descalzo en México, siglos  XVII-XVIII. México: Minos Tercer Milenio, 2012”, Historia 2.0, Conocimiento histórico en clave digital, Año V Núm. 9  (2015).
  ROMÁN  Kalisch, Manuel Arturo, “La práctica constructiva de los franciscanos en  Yucatán. Sistema de cubiertas”, Cuadernos  de Arquitectura de Yucatán, No. 14 (2001).
  SORIA  Soria, Arminda, El Jardín Teresiano  Novohispano. Las moradas de Santa Teresa de Jesús. Una interpretación espacial  y arquitectónica de siete conventos del Carmelo descalzo en México siglos  XVII-XVIII. Minos Tercer Milenio, México, 2012.
2 KASPER, Walter et. al., Diccionario enciclopédico de los santos. Biografías y conceptos básicos del culto.Barcelona, 2006, p. 1577.
3 SORIA Soria, Arminda, El Jardín Teresiano Novohispano. Las moradas de Santa Teresa de Jesús. Una interpretación espacial y arquitectónica de siete conventos del Carmelo descalzo en México siglos XVII-XVIII. México, 2012, p. 40-43.
4 Beatificado el 5 de junio de 2011 por el papa Benedicto XVI.
5 RIVERO Canto, Raúl Enrique, “Reseña de Soria Soria, Arminda. El Jardín Teresiano Novohispano: Las Moradas de Santa Teresa de Jesús. Una interpretación espacial y arquitectónica de siete conventos del Carmelo Descalzo en México, siglos XVII-XVIII. México: Minos Tercer Milenio, 2012”, Historia 2.0, Conocimiento histórico en clave digital, Año V Núm. 9 (2015), p. 217.
6 Las cuatro capitanías generales semiindependientes del virreinato de la Nueva España fueron: Yucatán, Guatemala, Cuba y Filipinas.
7 RIVERO Canto, Raúl Enrique, “Historia, arte y sociedad en México: Pasado y presente de los templos de Santa Lucía Mártir y Santa Ana en Mérida, Yucatán”, ASRI Arte y Sociedad Revista Investigación, No. 7 (2014), p. 2. Disponible en: http://asri.eumed.net/7/historia-arte.pdf.
8 PERAZA Guzmán, Marco Tulio, Espacios de identidad. La centralidad urbana y el espacio colectivo en el desarrollo histórico de Yucatán. Mérida, 2005, p. 350.
9 NOVELO Álvarez, Andrés Celestino, Cien años de cruz y gloria. Arquidiócesis de Yucatán. Mérida, 2006, p. 23.
10 FERNÁNDEZ, Justino (Comp.), Catálogo de Construcciones Religiosas del estado de Yucatán. Formado por la Comisión de Inventarios de la Cuarta Zona 1929-1933. México, 1945, p. 380.
11 ROMÁN Kalisch, Manuel Arturo, “La práctica constructiva de los franciscanos en Yucatán. Sistema de cubiertas”, Cuadernos de Arquitectura de Yucatán, No. 14 (2001), p. 161.
12 GUTIÉRREZ, Nicte-Há y Rivero, Raúl, “Las manifestaciones artísticas de la Ciudad Blanca: centro histórico de Mérida, Yucatán, México”, ASRI Arte y Sociedad Revista Investigación, No. 4 (2013), pp. 3 y 4. Disponible en: http://asri.eumed.net/4/centro-historico-merida-yucatan-mexico.pdf.
13 Versión latina del Evangelio según San Juan, capítulo 15, versículo 5. Disponible en: http://www.vatican.va/archive/bible/nova_vulgata/documents/nova-vulgata_nt_evang-ioannem_lt.html#15
14 Para mayor información sobre las acciones realizadas por Adopte una Obra de Arte véase: http://www.adopteunaobradearte.com/nuevo/index.php/component/k2/item/36-retablo-de-la-capilla-de-la-candelaria
15 OCH Chí, Juan de la Cruz, Templos patrimoniales del centro histórico de Mérida, Yucatán. Proyectos de iluminación. Mérida, 2012, p. 38.
16 ANDRADE Campos, Alejandro Julián, El pincel de Elías: José Joaquín Magón y la Orden de Nuestra Señora del Carmen. (Puebla, mediados del siglo XVIII). Tesis de licenciatura. Puebla, 2013, p. 116.
17 CEA Gutiérrez, Antonio, “Modelos para una Santa. El necesario icono en la vida de Teresa de Ávila”, Revista de Dialectorlogía y Tradiciones Populares, Vol. LXI No. 1 (2006), p. 8. Disponible en: http://digital.csic.es/bitstream/10261/7972/3/1.pdf.