ENTREVISTA A OLGA LUCÍA OLAYA PARRA: LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA PARA EL SIGLO XXI

Luisa Pillacela Chin
José Luis Crespo Fajardo

Universidad de Cuenca, Ecuador


Resumen:
Nos encontramos con Olga Lucía Olaya Parra,  quien cuenta con estudios doctorales en Ciencias sobre Arte y es directora del grupo de investigación en Educación Artística “Ámbar-GIEA”. Ella es una de las más constantes y persistentes teóricas de la educación artística en América Latina. Mediante esta entrevista queremos conocerla un poco más, así como indagar sobre su punto de vista en cuanto a cuestiones que afectan a la educación artística en nuestros tiempos.

Palabras clave: Arte, educación, pedagogía, sociedad, América Latina.

Abstract:
We are with Olga Lucía Olaya Parra, who has doctoral studies in Sciences about Art and is Director of the research group in artistic education "Ambar-GIEA". She is one of the most consistent and persistent theorist of artistic education in Latin America. Through this interview we want to know her a little more, as well as inquire about her point of view on issues which affect arts education in our times.

Keywords: Art, education, pedagogy, society, Latin America

Buenos días Olga. Es para nosotros un honor que nos haya concedido esta entrevista. Para comenzar quisiéramos preguntar sobre su vocación pedagógica ¿Cómo nació en usted la inquietud por seguir el camino de la educación artística?

Estudié en un colegio, con maestras que me permitieron hacer y reflexionar desde el arte, donde estuve desde 1968 hasta 1980 con mucha libertad y alegría de explorar y potenciar muchos campos. Al finalizar mis estudios escogí la carrera de Licenciatura en Bellas Artes, carrera que en Colombia se cursa en el contexto de una facultad de educación, y le llamaban Bellas Artes, cuyas áreas de creación siempre fueron las artes plásticas. En el centro universitario la reflexión en el campo de la educación era muy sensible y pionero en Colombia. Siempre se hacía preguntas sobre la importancia de las artes en la vida de todo ser humano y debo decir que impactó en mi de manera potente, pues nos formábamos como maestras, aludiendo no a la maestría en las artes, sino a la docencia del arte. Al finalizar mi carrera universitaria, mi primer lugar de trabajo fue en el colegio donde me formé, e inicie mi trabajo como maestra de arte en el año  1985. Simultáneamente estuve realizando posgrados en Historia y Teoría del Arte, en Crítica del arte, la Maestría en Educación y los estudios Doctorales en Ciencias del Arte. Ya en estos momentos la reflexión pedagógica era constante y cada vez demandaba de mí, nuevas preguntas y nuevas redes de reflexión.

En el año 1993 asistí a Cuba enviada por una institución educativa como ponente a un congreso – Pedagogía 93- y allí inicie lo que llamo mi proceso de internacionalización, con los amigos que aun hoy conservo, con la misma pasión y entrega.

Es en estos años cuando inicio mis conexiones epistolares con el Consejo Latinoamericano de Educación por el Arte, CLEA y con la International Society for Education through Art, InSEA; Amigos y académicos de primera línea igual de persistentes que yo y de gran vuelo académico que han liderado la investigación y las movilizaciones políticas del campo de la Educación Artística desde 1983 en América Latina, y que siento  que al mantener el trabajo en red, aun antes de existir el internet, resalta la seriedad y contundencia de una lucha por los derechos de niños, jóvenes y maestros, desde una comunidad ampliada y que reclamaba la voz singular de América Latina.

Así las cosas, mi voluntad y mi decisión por profundizar el campo de las artes y la educación ha sido acompañada por colegas y maestros que creemos con clara convicción en la importancia de darle continuidad a los estudios que demanda nuestra sociedad, expuesta a constantes cambios pedagógicos, en  especial en pleno siglo XXI, desde el Campo de la Educación Artística.

Nos gustaría destacar su papel en la Conferencia Mundial sobre la Educación Artística (Seúl, 2010) ¿Cree que se está aplicando correctamente y en los tiempos previstos, tal y como fue concebida, la Hoja de Ruta para la Educación Artística refrendada en este importante encuentro?

La hoja de Ruta surge de la Primera Conferencia Mundial de Educación Artística desde 2006, en Lisboa; los retos allí descritos están vigentes aún: supone el agenciamiento sostenido de los líderes de política pública y de los gestores e investigadores, que lastimosamente cambian de gobierno a gobierno. No obstante en el 2010 se dieron cita nuevamente en Seúl muchas organizaciones y países acordando los objetivos de desarrollo de la Educación Artística, acercándonos a retos que nos convocan a muchos sectores, para defender y sostener el campo de estudio específico de la educación artística.

Los tiempos de estos acuerdos nos trascienden a todos, o los hacemos trascendentes todos los que nos vemos en la vida cotidiana legitimando o avivando en el día a día, la educación artística como campo de estudio y conocimiento renovable.

No puede ser un lugar de llegada que se estanca, es un campo en constante tensión y reflexión, más aun desde los referentes pedagógicos contemporáneos y las prácticas artísticas contemporáneas. No hay lugar para la inquietante calma de un estudio cerrado, sino por el contrario retos permanentes a ser profundizados por comunidades que se expanden a trabajos transdisciplinares e interdisciplinares, para que nuestro hacer y nuestro ser de la educación artística contemporánea, acote en contextos tan diversos como los nuestros en América Latina, voces propias de creación e investigación y conocimiento.

En ocasiones  el artista ha sido calificado como un personaje singular,  exento de seguir convencionalismos tradicionales, sin un lugar claro en el esquema productivo de la sociedad... Pero esta generalización, esta etiqueta, no tiene en cuenta su oportuno papel en la enseñanza. ¿Desde su punto de vista, cuál debería ser el papel del artista en la educación?

La voz del artista en la educación es central. El artista al llegar a estos espacios aporta nuevas formas de construcción de conocimiento; genera atributos fundantes, no solo desde el hacer, sino desde el saber, saberes que no se constriñen a prácticas técnicas y oficios que enseñar; sino artistas que se imbrican a la mirada dialógica del espacio escolar como aventura de agenciamiento de aprendizajes, de interlocuciones de subjetividades, no de transmisores de verdades absolutas; siento que el aporte magistral del artista desde la pedagogía de la escucha, la pedagogía de la incertidumbre y la pedagogía humanista, triangula postulados de artistas-docentes contemporáneos que se requieren en la escuela de hoy. 

Hemos observado cierta tendencia en la enseñanza universitaria a derogar materias de Educación Artística en favor de, por ejemplo, áreas de interés para el arte contemporáneo y de perfil técnico, como videoarte, arte sonoro, performance... ¿Cree usted que en la enseñanza del artista contemporáneo debería mantenerse un protagonismo cardinal la educación artística?

Bueno, desconozco los debates por donde transita la educación superior en Ecuador, en la formación artística, o en la formación de educadores con énfasis en educación artística. Si te puedo compartir que en Colombia este es un debate vivo, y considero que no podemos ni por parte de las Facultades de Educación o desde las Facultades de Artes, estar ausentes de los múltiples retos que implica ser y hacer parte de la educación artística en el marco institucional. Nos exigimos cada vez más en la creación de escenarios que dispongan la investigación del campo de la educación artística, en todas sus complejidades; si bien las problemáticas artístico-pedagógicas en el plano de la educación inicial, básica, media y/o superior, cuentan con sus propios marcos epistémicos en cada uno de estos ámbitos; o cuando problematizamos la educación artística en asuntos de transformación comunitaria o social; o cuando incidimos en estudios desde la neurociencia, o la pedagogía holística. En fin no creo que sea un tema menor, ni que podamos permitirnos el lujo de no estar generando conocimiento, investigando y agudizando las preguntas problémicas que ahonden e incidan en los cambios que demanda el siglo XXI; por lo tanto debemos abogar por lograr que persistan los grupos y nichos de investigación y formación en nuestras Universidades.

En relación al sistema de evaluación de los trabajos creativos de los estudiantes de educación básica y media ¿Cree que los parámetros para medir la calidad del arte deberían ser cuantitativos o cualitativos? ¿Puede darnos alguna idea de los criterios de valoración que habría de manejar el docente?

Los sistemas de valoración, invito siempre a realizarlos en contexto, después de múltiples miradas dialógicas, donde medien aspectos que sean observables, pero a su vez discursos, sobre los métodos, los aprendizajes esperados y sus ámbitos de aplicabilidad o no; existen circunstancias de procesos de valoración que mezclan los criterios cualitativos y cuantitativos en la formulación de rúbricas, que permiten ahondar en su propia construcción en índices que son valiosos para quien hace la valoración o para quien será valorado; cuando las formulamos con los equipos de trabajo, habitualmente me permito hacer las rúbricas con la participación de los dos agentes y así los acuerdos y retos se hacen en calidad de cómplices, tanto maestros como estudiantes, no se van solo a los productos, sino a las premisas que sitúan las construcciones que legitiman la experiencia del arte en su contexto y en su etapa de formación.

Con su grupo de investigación Ambar ha realizado exposiciones en colaboración con Instituciones Educativas, por ejemplo la muestra Arteducación en la IED Antonio José Uribe de Bogotá en 2013. ¿Fomentan estas muestras la motivación artística, la estimulación de las potencialidades expresivas de las niñas y niños de primaria? ¿Lo considera un medio oportuno o acertado de socialización entre los niños y padres con la comunidad académica?

Estos procesos de trabajo con artistas en las instituciones educativas, se ven mediados por procesos de circulación, creación, investigación – sistematización; para una comunidad escolar es muy valioso, reconocer, disponer y propiciar espacios que llevan a los estudiantes a salir del mundo particular del aula, hacia el mundo del otro, con sus pares, con sus otros maestros o con sus familiares. No buscan estos espacios más que propiciar el dialogo sobre lo construido, dando lugar a que maestros y estudiantes intercambien y visibilicen narrativas del arte en el ámbito escolar que trascienda del activismo, a la acción-reflexión de la construcción social en el marco institucional.

Muchas gracias, Olga, por su amabilidad y su atención. Nos gustaría despedirnos deseándole los mejores éxitos en sus empeños para mejorar la calidad y sobre todo la calidez de la enseñanza educación artística. Hasta la próxima.

Bogotá - Santa Ana de los Ríos de Cuenca, Abril de 2015

logo universidad malagalogo asri