CUATRO MIRADAS DE APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL MUEBLE ESPAÑOL: DE LAS HISTORIAS VISUALES A LAS HISTORIAS DOCUMENTADAS
Universidad de Málaga
Resumen:
Desde el nacimiento de la Historia del mueble español en el año 1872, hasta el presente, han sido varias las metodologías de investigación aplicadas para su estudio y conocimiento. Básicamente podemos encontrar dos grandes grupos, “historias visuales” y “historias documentadas”, del mueble español. Al primero pertenecerían por ejemplo los libros de Feduchi, mientras que del segundo grupo son importantes representantes Aguiló y Piera.Hemos seleccionado y analizado cuatro monografías paradigmáticas de la Historia del mueble español, para ejemplificar y comprender como han ido evolucionando, y superándose, las diferentes metodologías que a lo largo del siglo XX y XXI se han utilizado en la historia de nuestros muebles.
Palabras clave: Mobiliario. Historia del mueble. Historiografía. Metodologías. Didáctica.
Abstract:
From the birth of the History of the Spanish furniture in the year 1872 until the present, there have been different the methodologies of investigation applied for its his study and knowledge. Basically we can find two big groups, "visual histories" and" documented histories ", of the Spanish furniture. In the first group we can include for example Feduchi's books, whereas in the second group there they are important representatives such as Aguiló and Piera, whereas in the second group Aguiló and Piera are important representatives.
We have selected and analyzed four paradigmatic monographs of the History of the Spanish furniture, to exemplify and to understand how they have been evolving and improving, the different methodologies that along the 20th century and the XXIst have been in use in the history of our furniture.
Key words: Furniture. History of the furniture. Historiography. Methodology. Didactics.
* * * * *
1. Introducción
No debe considerarse esta obra como un libro de historia del mueble español, ni aun como un ensayo de esa materia. Creemos que antes han de ponerse en circulación muchos documentos reales y escritos para que se pueda intentar esa historia. Todo el trabajo que al presente se hiciese en ese sentido sería prematuro, con todas las consecuencias que puedan dimanar de esta condición 1.
La cita con la que comenzamos este artículo, titulado “Cuatro miradas de aproximación a la Historia del Mueble Español: De las Historias visuales a las Historias Documentadas”2 , es representativa de una realidad que al día de hoy sigue vigente: la dificultad para aproximarse al mueble español y abordar su conocimiento e investigación.
Libros, artículos, exposiciones y personas, dedicadas al mueble, se mueven en unos determinados marcos históricos y circunstancias sociales, que delimitan la aplicación de un esquema de trabajo particular, que habitualmente suele ser reflejo de las corrientes metodológicas imperantes en cada momento.
Dentro de la historiografía del mueble español, se sitúan en lugares preferentes, algo así como a la “derecha” de la Historia del mueble y su historiografía, cuatro monografías y cuatro autores, que vienen a ser paradigmas en las metodologías utilizadas a la hora de construir la historia del mobiliario español. Estas cuatro monografías fueron de singular importancia, y lo siguen siendo por lo innovador de sus contenidos, o por la repercusión que las mismas han tenido tanto en España, como fuera de nuestras fronteras 3.
Básicamente las monografías propuestas responden a dos metodologías de trabajo bien diferenciadas: Historias visuales del mueble español e historias documentales del mueble español. Las primeras se constituyen a bases de repertorios de fotos, mientras que las segundas optan por documentar los muebles y en base a ello construir su historia4 .
Cada libro ha sido tratado dentro de un apartado independiente, donde el hilo argumental va a desarrollarse de la siguiente manera: Reseña; descripción física del libro, sin normalizar; análisis crítico; bibliografía; impacto de la obra.
2. Análisis metodológicos I. Hispanic furniture,de Grace Hardendorff Burr (1964)
BURR, Grace Hardendorff: Hispanic furniture, from the fifteenth through the eighteenth century,2ª ed. New York, 1964.
Desde el punto de vista de la descripción física del libro, hay notables diferencias entre la primera edición de 1941, y la de 1964. La primera de ellas de ellas es un libro en cuarta, encuadernado en rústica, con 175 ilustraciones a lo largo de 234 páginas. Ambas ediciones fueron editadas en New York, la primera impresa “by order of the trustees” y la segunda por The Archivie Press. De esta primera edición se editaron 1000 ejemplares.
La segunda edición se editó en folio, impresa en tela editorial grabada en las cubiertas, y con sobrecubierta de protección, ilustrada con la representación de un interior español. Esta segunda edición está revisada y aumentada con respecto a la anterior, donde 51 de las 207 planchas que presenta son aportaciones nuevas. Presenta XIX + 231 páginas y las ilustraciones incluidas en el texto.
Ambas ediciones presentan el mismo título genérico, pero se diferencian en el subtítulo. La de 1941, fue titulada Hispanic furniture with examples in the Collection of the Hispanic Society of Ámerica, mientras que la de 1964, se editó bajo el título Hispanic furniture. From the fifteenth through the Eighteenth Century.
En 1990 José Gabriel Moya Valgañon realizaba el siguiente comentario,
así, no es de extrañar que fuera en 1941 cuando aparezca el primer estudio científico serio sobre nuestro mobiliario antiguo. Me refiero al de Grace H. Burr. En él se atiende a la evolución del oficio, de la técnica y de sus productos, tratando de relacionar los mismos textos literarios y administrativos con las piezas conocidas como con representaciones contemporáneas, aclarando terminologías, seriándolas tanto en su forma como en su función y definiendo ésta mejor en varias ocasiones 5.
El autor anteriormente citado es, probablemente, el único que se ha hecho eco por escrito de la importancia del libro de Burr. Aunque se refiere a la primera edición, la de 1941, nosotros la hemos extrapolado a la de 1964, ya que ambas presentan el mismo esquema de trabajo, y con pocas variaciones a la hora de aproximarse al mueble. Nuestro comentario es relativo a la segunda, aunque nos valdría para la de los años cuarenta. La segunda edición, aparte de de los caracteres físicos que la diferencian de la primera, presenta un mayor número de planchas, páginas, y referencias bibliográficas, que a nosotros nos interesan especialmente, ya que nos permite visualizar lo al día que estaba la autora del libro.
Desde el punto de vista del contexto bibliográfico en el que fueron editadas las dos ediciones, ambas vinieron a traer nuevos aires a la Historia del mueble español. Cuando la primera edición vio la luz en 1941, en España estamos inmersos en una dura y larga postguerra. Prácticamente desde el año 1930, no se había editado ninguna monografía sobre mobiliario, fecha en la que Santa Marina publicó su Tratado práctico del mueble español,traducción del libro de Eberlein y Ramsdell. Las tres publicaciones previas al libro de Burr, son tres artículos, dos del año 1940 y uno de 1941, con temáticas muy diferentes 6.
En la década de los cuarenta, apenas se llegaron a editar cuatro monografías, la citada de Burr, el catálogo de esculturas y muebles del museo Cauferrat de Sitges, y dos Feduchis, su Historia del mueble,de 1946 y el Palacio Nacional, de 1949. Tres nacionales y una obra foránea. Durante estos años la repercusión del libro de Burr es prácticamente inexistente en España. Hemos de suponer que por las condiciones políticas y sociales del momento, el acceso al mismo, tuvo que ser de singular dificultad.
En cuanto a la distribución de los capítulos, la monografía de Burr presenta una combinación entre los apartados denominados por el estilo artístico que quiere reseñar, como por ejemplo el Gótico y el Renacimiento, en contraposición a aquellos capítulos identificados simplemente por centurias, como el siglo XVII o el XVIII.
Los capítulos propuestos recogen muebles desde aproximadamente el siglo XV al XVIII, más el capítulo del mueble colonial, y la colección de muebles de la Hispanic Society. Que el libro finalice su contenido en el siglo de la ilustración, pensamos que es representativo de dos posibles tendencias: La primera que consideraría al “mobiliario antiguo”, como aquél que se ha producido hasta el setecientos. Y la segunda, la falta de estudios y conocimientos sobre el mobiliario del XIX.
Sean cuales sean los intereses que movieron a Burr a poner fin a su Historia del Mueble Español, el libro termina en el siglo XVIII, mencionando algunos escasos ejemplos de mobiliario neoclásico, haciendo por ejemplo alusión a un pianoforte realizado en 1796, en Londres, para la Reina María Luisa, y una cama neoclásica, conservada en Casa Cabanyes, Argentona. Justo al final del capítulo del mobiliario del XVIII, la autora hace la siguiente afirmación: “New and cheaper Kings of Furniture were made in imitation of foreign styles”7 , de donde se deduce que sólo ha querido incluir en el libro lo genuinamente español. Suponemos que todavía no se le había hecho justicia al mobiliario Carlos IV, que a nivel de calidad no tiene nada que envidiar, por ejemplo, al Luis XVI francés, y que todavía sigue siendo un gran desconocido dentro de nuestra propia Historia.
En consonancia con la acotación de fechas a la hora de abordar el estudio, a lo largo del mismo la representación de muebles de ebanistería es bastante escasa, y los ejemplos se reducen casi en exclusiva a cabinet, tanto nacionales como foráneos. Debe reseñarse como en el capítulo del setecientos, no hay ninguna reproducción fotográfica de cómodas, y esto es realmente singular, ya que según la historiografía moderna, es uno de los muebles por excelencia del Siglo de las Luces.
La gran aportación de Burr es dar un paso en la Historia del Mueble español y superar los trabajos anteriores concebidos como repositorios de imágenes. En la medida de lo posible la conservadora pretende con su trabajo ofrecer datos comprobables a partir de la documentación. Para ello acude a todas aquellas fuentes desde las que se puede extraer información que permiten datar los muebles, tales como documentos de archivo, bibliografía, fuentes literarias, esculturas con sus muebles atributos 8, etc. Para los muebles que no puede clasificar por medio de la documentación, realiza estudios comparativos con los repertorios decorativos a los que se adscribe la pieza.
No obstante, y pese a tanta novedad, echamos en falta una aproximación directa sobre el mueble, que sería un complemento ideal para la Historia del Mueble documentado que la investigadora pretende trazar. Deberemos esperar prácticamente hasta la segunda monografía de Piera para que el mobiliario sea estudiado per se, es decir, partiendo de unos testimonios materiales conservados. De su análisis y estudios detallados se establecen relaciones con la documentación conservada, y por lo tanto relaciones causa/efecto, poniendo de manifiesto las conexiones entre muebles y documentos, de manera específica uno a uno, es decir, un mueble un documento o varios. La tendencia habitual es que partiendo de conjuntos documentales, se justifican aquellos muebles que se relacionan como un determinado contexto cronológico, o área de producción, pero no documentando casos particulares y aislados. Lógicamente documentar una por una las piezas que se han conservado in situ en sus emplazamientos originales, como iglesias, catedrales o palacios, requiere un esfuerzo, que no es necesario si se construye una historia generalista. Un ejemplo sería documentar la realización y exportación de papeleras chapeadas en carey durante el último tercio del siglo XVII, y otra cuestión muy diferente es poder afirmar que tal papelera fue realizada por tal autor, en una determinada fecha y un lugar concreto. De las cuatro monografías propuestas, sólo Piera aplicará este tipo de metodología. Aún así, Burr cita un número de ejemplares documentados.
Hay una cuestión que no dejaremos de señalar, y que es habitual en las historias del mueble; esto es, la elaboración de un diccionario de autores, mueblistas, entalladores, carpinteros, ebanistas, u otros. Aguiló aporta en su monografía una extensísima nómina de éstos.
Este tipo de diccionarios sería muy interesante, si la realidad del mueble español fuera semejante a la francesa, donde en determinados momentos fue obligatorio estampillar las piezas que salían de los talleres, y por lo tanto hay una mención expresa a la autoría de un mueble. En España no se establecen relaciones entre las entradas de los diccionarios a los que hacemos referencias, y las piezas que fueron ejecutadas por esos artistas. Un caso muy particular de esta situación es la obra de Fernández Martín, Los González Cañero: ensambladores y entalladores de la campiña 9, donde documenta y atribuye ejemplos reales a éstos ensambladores y entalladores de La Campiña Sevillana. Mónica Piera hará lo propio en su libro Audacia y Delicadeza. Burr, probablemente, por la singularidad de los muebles conservados en la Hispanic Society of America, descontextualizados de sus lugares originarios, y por lo tanto difíciles de documentar, no aborda este tipo de cuestiones.
En el capítulo V, la conservadora de la Hispanic Society alude al mobiliario colonial, y esto es algo que desde España habitualmente no se realiza, y que en Norte América, probablemente por cercanía, y por el buen número de ejemplares conservados, es habitual. Aquí, Aguiló, con su Mueble clásico español, figura entre los escasos autores que dedican un capítulo a estas cuestiones entre las páginas de sus historias.
El texto de Burr finaliza con el catálogo de obras de la colección de la Hispanic Society. Las fichas del mismo se componen de una descripción de la pieza, donde se reseñan particularmente aspectos decorativos, y donde se explican la historia y justificación de la atribución de la misma. Acompañan a esta ficha catalográfica, una foto en blanco y negro de la pieza y los datos básicos referidos a tipología, fecha, materiales y medidas, en centímetros y pulgadas.
Desde aquí pensamos que uno de los indicadores de la calidad de una investigación viene definido por la calidad y especificidad de su repertorio bibliográfico. Burr ofrece probablemente el que sea uno de los repertorios bibliográficos más actualizados, y al día de los que podemos hacer referencia. En el libro de Burr el aparato crítico detenta una importancia, difícil de detectar en otros manuales, ya que por ejemplo los mismos son mínimos y someros en los libros de Feduchi y Piera. El primero sólo cita a algunos de los autores que le precedieron, y la segunda prácticamente omite toda bibliografía histórica anterior a ella. Tendremos que esperar al libro de Aguiló, y al diccionario de Rodríguez Bernis, para que se haga justicia a la tradición bibliográfica española en cuestión de muebles.
Las dos ediciones de la obra de Burr, muestran un repertorio bibliográfico, difícil de igualar por cualquiera de los manuales que se escribieron después del suyo. Tanto la edición del 41, como la del 64, recogen prácticamente todas las obras de las que aquí tenemos constancia 10, fueron editadas en fechas previas a las respectivas ediciones del libro de Burr, tanto de autores españoles como foráneos. Así por ejemplo, en la primera edición se citan los libros de Batlle, Bevan, Bayne, Mariano Catalina, Davillier, Domenech, Pérez Bueno, Eberlein, entre otros muchos. Algo similar pasa con la segunda edición, donde prácticamente se recogen las novedades editoriales que vieron la luz entre 1941 y 1964. Desde aquí pensamos que los repertorios bibliográficos propuestos por Burr son una de las principales herramientas para quien quiera acercar a la bibliografía histórica sobre el mueble español.
En cuanto a la repercusión del libro comentado, ha sido uno de los grandes olvidados en los repertorios bibliográficos, y prácticamente la bibliografía moderna no le ha prestado la más mínima atención. No obstante, se antoja harto representativo que mientras que el mismo tiene varias entradas en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, en la Biblioteca Nacional de Madrid, no se conserve ningún ejemplar, de ninguna de las dos ediciones, y que el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español, sólo cite un ejemplar, conservado en el Museo Nacional de Artes Decorativas. También podemos poner como ejemplo de la “rareza” de la obra el hecho de que en los portales de venta de libros antiguos en España, como Iberlibro.com, la mayoría de los ejemplares ofrecidos, proceden de Inglaterra y USA.
En España, Moya Valgañón, lo cita en el catálogo del Mueble Español. Estrado y Dormitorio; Aguiló, en el libro que comentaremos en páginas siguientes, y Rodríguez Bernis, en la extensa bibliografía de su diccionario. Nos consta que es uno de los libros habitualmente recomendados por el profesor Castellanos. Feduchi, en el Mueble español,lo cita, pero no nombra a la autora, y lo encabeza por el título (cita la edición de 1941). Al final de las referencias hace un comentario indicando que la autora de los libros de la Hispanic Society es Burr.
3. Análisis metodológicos II. El mueble español,de Luis Feduchi (1969)
FEDUCHI, Luís María: El mueble español. Barcelona, 1969.
La Historia del mueble español de Feduchi está editada en folio menor, ligeramente apaisado, en cartoné editorial con sobrecubiertas. Presenta 313 páginas e ilustraciones, y está traducido al inglés, francés y alemán.
Cuando la monografía de Feduchi vio la luz en 1969, lo hizo en un contexto donde las historias del mueble que venía desarrollando su propio autor desde 1946, marcaban la pauta a seguir, o por lo menos eran los libros más conocidos y difundidos de entre los que se editaron en el periodo. Justo después de la edición de la obra de Feduchi que comentamos, entraron en escena, Aguiló, Claret Rubiera, Junquera Mato, y Mainar (que venía trabajando en cuestiones relacionadas con los muebles desde los años treinta), y con ellos nuevos aires que se irían asentando progresivamente a lo largo de los años, hasta que con el libro de Aguiló se estableció un punto de inflexión en lo que había sido nuestra bibliografía sobre mobiliarios.
Si ojeamos el esquema de trabajo propuesto por Feduchi en el Mueble Español, sorprende a primera vista por lo pretencioso del mismo, ya que pretende trazar una historia del mueble español desde el periodo prerromano hasta el Modernismo, con Gaudí.
Hasta el capítulo del mobiliario mudéjar, todos los anteriores son denominados por el período histórico al que representan, mientras que a partir de éste, lo hace por el estilo artístico predominante en el momento, y hasta el siglo XVIII, con las tradicionales clasificaciones de “Renacimiento” y “Barroco”. A partir de la Ilustración, las denominaciones son específicas del mobiliario, usando los conceptos Carlos IV y “Fernandino”, pero en cambio, al período inmediatamente posterior al reinado de Fernando VII, y los muebles que durante aquellos años se crearon, no los denomina “Reina Gobernadora”, o “Isabelino”, sino que abre un gran capítulo denominado El romanticismo y el siglo XIX,seguido del capitulo relativo a Gaudí y el Modernismo.
La propuesta de desarrollo que nos hace Feduchi, es interesante, desde un punto de vista de la teoría del mueble, ya que se sitúa en estado intermedio entre trabajos anteriores, como el de Burr, y los nuevos que se realizaron entre los años ochenta y noventa. Mientras que en Hispanic furniture de Burr se abarca hasta el XVIII, pero sin hacer alusión al mobiliario neoclásico español, esto es, al estilo Carlos IV, Feduchi, le dedica un capítulo en exclusiva a estos muebles.
En su último capítulo, destinado al siglo XX, pero en realidad dedicado a Gaudí y el Modernismo, el autor quiere incluir en su texto una producción atípica dentro de la historia del mobiliario, por diferente y rompedora, pero en cambio, no hace alusión a esos otros muebles, no tan modernos, como son los denominados “alfonsinos”, y que actualmente siguen estando poco investigados y valorados por el mercado el arte.
En la página 10 del libro se hace una interesante observación sobre la metodología propuesta por el autor. La recogemos literalmente:
El estudio se ha hecho sobre los propios ejemplares existentes, eliminando muchos de ellos que se tenían por genuinamente españoles. Como la parte gráfica ha de tener gran importancia, se ha realizado con el mayor cuidado la elección de las láminas, de modo que en ellas vayan representadas los especímenes más interesantes tanto desde el punto de vista nacional como desde el de su originalidad y composición.
El problema radica en que Feduchi no trabaja con documentación de archivo, o por lo menos no la cita. Por tanto, las fronteras de lo que él ha señalado, siempre dentro de una calidad alta, y teniendo en cuenta que probablemente los muebles a los que hace alusión, realmente sean españoles, se mueve en el mundo de la ambigüedad, con clasificaciones genéricas, como “siglo XVIII”, o “Felipe II”, por ejemplo. Queremos ilustrar estos reflexiones, deteniéndonos en un fragmento del texto:
El frailero se ha perpetuado no sólo en el siglo XVII, sino que en pleno XVIII sigue con la misma estructura invariable, con detalles abarrocados superpuestos graciosamente. Los diferentes elementos que componen el sillón responden a determinados rasgos que vamos a señalar y subrayar con los ejemplos gráficos. La estructura, siempre de nogal, es rígida y vertical, pero ya avanzado el siglo XVI, la barra posterior del respaldo se quiebra a la altura del asiento, con el fin de que el ángulo que forma el respaldo y el asiento, no sea recto sino obtuso y con esta pequeña caída tenga una mayor comodidad (…). Los brazos son completamente horizontales en la primera época y ya en el siglo XVII suelen hincar una curva muy suave que enlaza con la voluta del remate (…)11 .
Lo dicho anteriormente, es representativo del modo de operar de Feduchi en Mueble español,traza una historia, perfectamente ilustrada, que se corresponderá o no con la realidad, ya que no documenta las piezas a las que hace alusión, y por lo tanto los muebles no se pueden relacionar con determinados periodos históricos. De manera resumida los caracteres que definen la obra de Feduchi son los siguientes: Descripción general de los estilos a los que se adscriben los muebles; cita muebles que por su decoración son representativos del estilo comentado; alude a la incorporación de nuevas tipologías en diferentes épocas, aunque no las documenta; no documenta la evolución de las nuevas tipologías; no se citan documentos de archivo; dataciones genéricas; como no se citan menciones a documentación histórica, evidentemente no hay un diccionario de autores.
La bibliografía citada por el autor está en consonancia con todas las cuestiones que venimos señalando. Remitámonos de nuevo a las propias palabras del autor, para hacernos una idea en primera persona de la concepción que él tiene sobre la propia historia de la bibliografía del mueble español: “Se pueden contar con los dedos de la mano los libros, estudios y ensayos, sobre el mueble español. Son ya clásicos y siguen teniendo vigencia, los de Pérez Bueno y Domenech Muebles Antiguos Españoles y el de El Mueble, de Pérez Bueno ambos editados en 1920”12 .
A nosotros nos faltan dedos. A Burr también, ya que la primera edición de 1941, de la teórica de la Hispanic Society, reseña en su repertorio bibliográfico una gran cantidad de obras que por Feduchi han sido totalmente omitidas. De hecho, Feduchi apenas alude a autores coetáneos a él.
Aunque aquí hemos realizado un examen crítico de una de las obras de Feduchi, es inevitable afirmar que su popularidad fue inmensa, y actualmente lo sigue siendo. Por lo tanto sus libros suelen estar entre los más citados, tanto en artículos como en monografías. En el caso del Mueble español,no nos atrevemos a afirmar que en su popularidad tuvo algo que ver el hecho de que fuese editado por Polígrafa, pero ésta podría ser un posible explicación, ya que la editorial en su momento se encontraba entre una de las potentes y conocidas del momento. Si comparamos de manera general la repercusión del libro de Feduchi en la bibliografía, con el impacto provocado por Claret Rubira, con Muebles de estilo español,editado en 1974 (poco después del libro de Feduchi, que fue impreso en 1969) vemos que la del segundo es mínima en comparación con el Feduchi.
4. Análisis metodológicos III. El mueble en España siglos XVI-XVIII,de María Paz Aguiló Alonso (1993).
AGUILÓ ALONSO, María Paz: El mueble en España, siglos XVI-XVII. Madrid, 1993.
Físicamente estamos hablando de un infolio en cartoné editorial, con hierros dorados tanto en el lomo como en la tapa delantera. Presenta sobrecubierta, y su texto e ilustraciones, intercaladas entre los comentarios, se reparten a lo largo de 472 páginas.
La investigación de Aguiló que comentamos es la última Historia general del mueble español que en este Reino se ha escrito. Circunscrito a los siglos XVI-XVII, pretende poner orden y sentido a un universo tan complejo como es aquel que constituye el mobiliario renacentista y barroco, tan dispar entre sí, y a la vez, tan dependiente uno del otro. Desde los años setenta, las historias generales del mueble español son prácticamente inexistentes, con la salvedad de la primera de las monografías de la investigadora del CSIC, El mueble clásico español, donde se aproxima al mismo de una manera global. Cuando la monografía se editó en 1993, lo hizo dentro de un contexto donde la tendencia reinante era, y es, abordar la historia del mueble español desde una perspectiva geográfica; esto es, analizando e investigando muebles de una determinada área administrativa, histórica o política, lo que aquí hemos venido denominando como “historias del mueble español”13 , y que pensamos que es el futuro de la bibliografía del mueble en España.
La obra de Aguiló ciertamente era necesaria, pero en su magnitud hace gala de un planteamiento ambicioso, fruto de los modos de construir la Historia del Arte de una determinada época. Pretende acoger en su seno todos los muebles, representados, por tipologías, que se debieron producir en la España renacentista y barroca, que fueron muchos y muy variados. Tarea que, de por sí, es complicada, y mucho más si se aplica una metodología de aproximación tan minuciosa como la que propone su autora.
Los capítulos que van sucediéndose a lo largo de la monografía son tantos y específicos, que aquí pensamos que Aguiló, en vez de trazar una historia del mueble, lo que realmente hace es una incursión en la historia social del mueble de la etapa objeto de estudio, ya que en su investigación los capítulos relativos a carpinteros, ebanistas, los gremios y su organización (cofradías, patronazgos, organización administrativa y profesional, tasas de examen, piezas de examen, etc.), tiene un peso, igual o mayor que aquellos que son relativos propiamente al mueble.
Hemos utilizado el término “historia social del mueble”, en lugar del concepto “dimensión social del mueble”, ya que pensamos que para nuestro caso ambas alusiones pueden aludir a cuestiones bien diferentes. En otras palabras: Desde un punto de vista social, una determinada sociedad, se organiza y relaciona, y que fruto de este sistema se producen los muebles, dentro de un sistema gremial, que a su vez es reflejo de la propia jerarquía de la sociedad, y que trabaja según la demanda y por orden de importancia de la clientela potencial.
Desde una aproximación de la dimensión social, una sociedad que evoluciona de una determinada manera, vive de una forma concreta, y que habita en unas casas o palacios con específicas formas de etiqueta, requiere un tipo de muebles acorde a sus necesidades, y por lo tanto éstas evolucionan a la par los entornos domésticos y personales como del período para el que fue realizado. Este tipo de historia, es la propuesta por Piera, en El mueble en Cataluña, se antoja diferente a la que Aguiló desarrolla en su libro.
En la página 10, Aguiló hace mención expresa del método utilizado para identificar las piezas y abordar su estudio:
La primera tentativa me llevó a reunir un grupo de arcas catalanas con pintura en el interior de las tapas, de las que, además de permitir su clasificación por el tipo de pintura atribuible a pintores catalanes conocidos, existía documentación referente a su fabricación y destinatarios. Pero, a partir de entonces, la búsqueda de ejemplares por distintos lugares resultó infructuosa. La fiebre del mobiliario antiguo, había ocasionado ya su total dispersión y hoy es imposible poder fijar características regionales y talleres locales, como en su día intentaron Byne y Stapley. Fue entonces cuando comprendí que no podía utilizarse un solo método de los citados anteriormente, pues tanto los estudios inventariales, como los analíticos por estilos o el simplemente ebanístico, fallaban si se aplicaban aisladamente, y ya no se podía conocer los muebles regionales exhaustivamente, sí se podía intentar un visión en conjunto utilizando inventarios, documentos, descripciones, estilos e influencias, elementos todos que, combinados podrían llegar a fijar las bases de la realidad productiva española en esos siglos 14.
Éste es el modo de proceder de Aguiló: traza una historia desde el punto de vista de los documentos, a través de un profundo vaciado documental, particularmente de los protocolos notariales. De los testimonios documentales, extrae todos aquellos datos de interés que afecten al mobiliario. Una vez realizado este proceso, selecciona los muebles para trazar una historia representativa de esos datos. La diferencia con la obra de Feduchi radica en que aquí, la historia se construye desde la documentación de archivo, mientras que el anterior lo hacía desde un punto de vista visual, describía los estilos artísticos y seleccionaba ejemplos que ilustrasen los preceptos de esos estilos. Alguna de las cuestiones detectadas en la Monografía de María Paz son las siguientes:
En el capítulo introductorio conjuga tanto la historiografía del mueble como la metodología aplicada. En comparación a la importancia que adquieren en la obra determinadas cuestiones como los gremios, las herramientas, o los materiales, las líneas que dedica a la historiografía no dejan de ser unos simples esbozos, donde apenas se citan los libros de Riaño, Pollen, Miquel y Badia, Burr, Feduchi, Marqués de Lozoya y Pérez Bueno, olvidando completamente a la literatura internacional, que luego encontraremos citada en la bibliografía de manera pormenorizada , y a otros tantos autores españoles que hicieron su aportación.
La descripción de los palacios se realiza desde un punto de vista documental, con citas de espectadores de primera mano, y los muebles que se realizaron para determinadas personalidades. No detectamos una relación entre la propia evolución de las estructuras de los edificios, las necesidades de sus propietarios y el mobiliario y decoración apropiados para el mismo.
Analiza los materiales para la construcción del mobiliario, pero no parte de ejemplares documentados que presenten ese material. Por ejemplo: “Olivo. No es muy común pero aparece en algunos casos en los inventarios utilizados en planchas para frentes de escritorios y mesillas de raíz de olivo”15 .
Identifica las tipologías del mobiliario en la documentación, y a partir de aquí traza la historia. Por ejemplo:
Arcas ensayaladas. Entre las 35 de este tipo que figuran en la testamentaría de Isabel la Católica las hay ensayadas de paño de diversos colores, verde y pardillo, colorado, azul y blanco o otras de terciopelo, carmesí, morado, negro o con cintas, pero todas ellas tienen en común la guarnición rica, en hojas de lata o de Milán, siempre dorada e incluso de plata (…). Dos fueron hechas en Valladolid, y seis en Medina en 1494 y muchas de ellas fueron dadas a la reina por el Obispo de Málaga. (…) Algunas tenían compartimentos y cajones interiores especificándose que eran par documentos o joyas 16.
Aunque se hayan resaltado éstos aspectos de la investigación, indudablemente, es una fuente básica para comprender desde un punto de vista documental la Historia del mueble español de los siglos XVI y XVII, donde sus referencias textuales a documentos de época se convierten en un material imprescindible para poder analizar todos aquellos muebles que, partiendo desde la perspectiva del peritaje, pueden corresponder a estas épocas, pero que están descontextualizados de sus emplazamientos originales o contaminados por el mercados del arte, por ejemplo “refrescados”17 , algo más habitual de lo que parece entre el particular mundo del anticuariado.
Al final de la monografía, Aguiló incluye un diccionario, glosario, un apéndice documental y la bibliografía. Ya hemos comentado que este tipo de diccionarios de autores, dentro de la realidad española, tienen una función meramente informativa, ya que no establecen relaciones de causa-efecto entre muebles y autores. El glosario propuesto es de gran utilidad para comprender mejor determinados vocablos de la época, y por lo tanto una fuente de vital importancia para un correcto uso del leguaje específico sobre esta materia.
En cuanto a la bibliografía, el repertorio propuesto es uno de los más extensos de entre los que se han realizado hasta el momento, sólo superado por el incluido por Rodríguez Bernis en su diccionario sobre mobiliario. El repertorio de Aguiló incluye tanto menciones a autores españoles, como extranjeros, siendo bastante minucioso en general a la hora de incluir los términos.
Para finalizar este capítulo, como hemos realizado en los dos anteriores, no queremos dejar de hacer una breve mención a la repercusión del El Mueble en España siglos XVI-XVII. La investigación de Aguiló probablemente sea el manual de cabecera vigente actualmente entre los círculos relacionados de una manera u otra con el mueble antiguo español. Anticuarios, casas de subastas, teóricos, hacen uso de él constantemente, amén de ser uno de los libros más citados entre los historiadores del mueble español. Su enorme fama y distribución en parte ha sido promovida por Ediciones Antiqvaria, responsable de su edición, y que continuamente lo publicitó en su revista. El libro de Aguiló, junto con el de Piera, son los dos únicos, de los cuatro propuestos, que se pueden adquirir actualmente en el mercado, mientras que los otros dos, hay que buscarlos en el comercio del libro antiguo. A El mueble en España habitualmente le gusta dejarse ver, y es corriente en los catálogos de libreros especializados en artes decorativas, y, por extensión en ferias y escaparates de anticuarios y galerías. En las ferias habitualmente los encontramos en dos sitios diferentes, uno en los stand de venta de libros, y otro por los stand de anticuarios, donde suelen colocarlo dignamente al lado de un mueble de características semejantes al propuesto por Aguiló. De esta manera, se legitimiza el ejemplar en venta, pues con semejante recurso de promoción nadie podrá llegar a albergar la menor duda sobre la buena voluntad del anticuario y las bondades del mueble en venta.
5. Análisis metodológicos IV. Audacia i delicadesa. el moble de torrella de montgrí i l´ampordà, de Mónica Piera Miquel (2008).
PIERA MIQUEL, Mónica: Audacia i Delicadesa. El Moble de Torroella de Montgrí i l´Ampordà (1700-1800). Barcelona, 2008.
La magna obra de Piera se encuentra editada en una edición de bastante calidad, en folio, tela editorial con hierros en el lomo y en la tapa delantera. Presenta sobrecubierta. Su texto e ilustraciones se extienden a lo largo de 441 páginas, ofreciéndose en catalán, español e inglés.
Audacia y delicadeza, vino al mundo en un medio realmente favorecedor, tanto humano como bibliográfico. Desde un punto de vista de la bibliografía, surge en un momento en el que las “historias del mueble” español están a la orden del día, predominado aquellas obras destinadas al mueble de determinadas áreas, como son Mallorca, Canarias o Asturias. En la gestación de esta monografía, el factor humano ha sido de singular importancia, ya que si no hubiese existido la Asociación para el Estudio del Mueble, y por ende su presidenta, Mónica Piera, muy probablemente este libro nunca se hubiera gestado. En él se percibe el espíritu renovador que la principal teórica catalana impregna a sus trabajos, donde el mueble cobra importancia por sí mismo como fuente de información de primer grado.
Queremos pensar también que la obra a comentar es por sí misma un hijo de su época, ya que de otra manera no sería posible entender cómo se van desarrollándose los contenidos del mismo. En este sentido, la teoría de la narratología cobra aquí una especial importancia, ya que ante la necesidad de contar una historia, de narrarla, lo que nos cuentan en Audacia y delicadeza es una historia de muebles, para historiadores del mueble, construida a partir de micro-narraciones/ micro-historias que van sumándose, y que son parte indiscutible, y por derecho propio, de la Historia del Mueble español.
Una de las particularidades que vamos a señalar sobre el libro objeto de estudio, es el propio esquema de trabajo. Debido a la especificidad de la investigación, se propone una metodología en la que predomina el detalle, y donde se buscan todas aquellas cuestiones que estén intrínsecamente relacionadas con el mueble. Así por ejemplo, el capítulo titulado el “Empordá en el siglo XVIII, tierra rica y abierta”, sirve de marco para comprender, que sin una determinada situación económica, no se habría producido el desarrollo del arte del mueble que en estas tierras tuvo lugar durante el siglo de la Ilustración. Aquí, con respecto a las casas, no se traza una evolución de las mismas, sino que en función del desarrollo económico que vivió el lugar en la época, se analiza una estrecha relación entre la economía, casas, muebles y poderío económico y social de la familia propietaria del momento.
El esquema propuesto por la autora, forma parte de un todo en el que se va al detalle, y se aleja de las ambigüedades anteriormente citadas. Aquí podemos afirmar sin ninguna duda que la cómoda mencionada como “catalana”, del Empordà, de hacia por ejemplo 1775, es sin lugar a dudas una cómoda realizada en Cataluña, en la fecha propuesta, en el año citado, y casi con total seguridad con una paternidad expresa. Esta afirmación categórica la justificamos, por boca de la propia autora, por varias razones:
Otra característica notable de nuestros muebles es que todavía hoy, doscientos cincuenta años después de su construcción, muchos siguen prestando el servicio para el cual fueron construidos, y bastantes en la misma casa o en poder de descendientes de quienes lo encargaron. También se han ganado un respeto popular tan grande, que de muchos sabemos, por tradición oral, la casa donde estaban y el nombre de la familia que los adquirió18 .
El equipo ha dedicado muchísimo tiempo al estudio de las piezas, en el lugar donde se encontraban, analizando todos sus detalles constructivos y decorativos para poder elaborar unas completísimas fichas que reflejan la identidad de cada mueble hasta los más pequeños detalles y, partiendo de esta solidísima base en la que nada se deja a la simple apreciación personal, se han llevado a cabo estudios comparativos muy amplios que han permitido determinar tipologías y grupos que, una vez analizados, han desembocado en la concreción de clasificaciones serias, a las que bien poco se escapa, a la vez que permiten la visión de conjunto de la época, los territorios, los estilos y las influencias para sentar conclusiones que explican este extraordinario fenómeno creativo en el tiempo y en el espacio19.
El largo y dedicado trabajo de investigación en todos los archivos del territorio para encontrar lo que la materia por si sólo no podría explicar, es decir, las muchísimas circunstancias humanas que han rodeado a los muebles, y entender mucho de su entorno20 .
Las palabras anteriormente citadas, si las consideramos en relación al conjunto de los cuatro análisis realizados, veremos que sólo tienen un precedente en el libro de Burr, que como vimos, tenía entre sus objetivos trazar una historia con nombre y apellidos propios, amén de una datación, y un contexto geográfico aproximado. En las páginas siguientes a las anteriormente citadas, se menciona que las fuentes de información utilizadas, han sido cuatro, a saber: los muebles; las fotografías; los documentos; y la información.
La metodología de identificación y análisis propuesta en Audacia y delicadeza,probablemente sea la más desarrollada de entre cuantas han venido aplicando desde los orígenes de la bibliografía sobre mueble español, allá por 1872, hasta el presente.
Aquí priman los muebles como fuente de información, y en su análisis se han tenido en cuenta uno por uno de manera particular. Prueba de ello es que los ejemplares citados van ilustrados, primero con una imagen, y en segundo lugar con una ficha individual de catalogación, que muestran la especificidad de las mismas.
Un último aspecto que no queremos dejar de señalar, tal y como hemos realizado con las otras tres monografías, es un comentario sobre la inclusión de un diccionario de autores, algo que también realiza Piera, pero con unas connotaciones muy diferentes a las anteriormente propuestas. Remitimos de nuevo a las palabras de Piera Miquel:
Una aportación fundamental de esta información directa y, en gran parte inédita, versa sobre muchos maestros carpinteros de Torroella y otras poblaciones del Empordà en las que también se construían muebles parecidos y además, el conocimiento posible de sus talleres, así como de las principales familias, y de los compradores de muebles, cómo se ubicaban en las casas y el destino que recibían con el paso del tiempo 21.
Aquí el diccionario remite a una serie de autores, de los cuales un buen número conocemos obras salidas de sus manos, talleres o entorno familiar.
Entre tantas virtudes, Audacia y Delicadeza,presenta una carencia, que si bien no afecta al contenido propiamente dicho, ni a los muebles, pensamos que por muy novedoso que sea el mismo, es de justicia, citar a todos aquellos, por los menos a los catalanes, que destinaron sus esfuerzos e investigaciones a la Historia del Mueble. Aquí el repertorio bibliográfico se reduce a un grupo de referencias, que no hacen justicia a la propia autora, ni a otros investigadores catalanes.
Hasta el presente, el impacto provocado por esta monografía ha sido más bien mínimo, detectándose cita únicamente en el entorno más próximo al mismo; esto es, en los artículos de la Revista Estudio del Mueble,y por ejemplo en la bibliografía mallorquina, que está en estrecha relación con la asociación.
6. Conclusiones
Debido a la amplitud del territorio español, el número de muebles conservados, y la multiplicidad de focos de producción, el estudio y sistematización del mobiliario antiguo español es una tarea ardua y difícil. El hecho de que el mueble español no este marcado no ayuda a su identificación e investigación.
Hemos seleccionado cuatro monografías que por sus metodologías respectivas, constituyen un paradigma dentro de la Historia del Mueble en España.
En general, estas cuatro monografías engloban dos grandes corrientes metodológicas. De una parte, aquellas que propugnan una “historia visual comentada”, y por otra aquellas en las que se trabaja a base de una “historia documentada” de las piezas que utilizan para construir su discurso.
Dentro de estas “historias”, obligatoriamente hay que destacar los libros de Piera Miquel, donde predominan las historias sociales del mueble y la especificad de estudios y afirmaciones.
BIBLIOGRAFÍA
AGUILÓ ALONSO, María Paz, “El reto de las artes decorativas”, El historiador del arte, hoy: Simposio: Actas. 10 y 11 de octubre de 1997, Soria, 1997, pp. 127-132.
AGUILÓ ALONSO, María Paz, El mueble en España, siglos XVI-XVII, Madrid: Anticuaria, 1993.
ALBARRÁN DIEGO, Juan. “Historia del Arte y Tiempo Presente”: otra historiografía desde la contemporaneidad”,El Futuro del Pasado: revista electrónica de historia, 2010, 1, pp. 37-52.
BARTOLOMÉ ARRAIZA, Alberto, “Historiografía de las artes decorativas”, SALADINA IGLESIAS ROUCO, Lena, PAYO HERNANZ, René Jesús, y ALONSO ABAD, María Pilar, Estudios de historia y arte: homenaje al profesor Alberto C. Ibáñez Pérez, 2005, pp. 477-480.
BAUER, H., Historiografía del arte, Madrid: Taurus, 1980.
BAZIN, G., Histoire de l´Histoire de l´art,Madrid: Visor, 1996.
BONET, A (coord.), Historia de las Artes Aplicadas e Industriales en España, Madrid: Cátedra, 1980.
BORRÁS GUALÍS, Gonzalo M, Como y que investigar en historia del arte. Una crítica parcial a la historiografía del arte española,Barcelona: Ediciones Serbal, 2001.
BURR, Grace Hardendorff, Hispanic furniture. With examples in the Collection of the Hispanic Society of America,Nueva York: The Archive Press, 1941, (segunda edición de 1964).
CASADO QUITANILLA, Blas (coord.), Tendencias historiográficas actuales, Madrid, 2001.
CENTELLAS SALAMERO, Ricardo, “La Historiografía del arte como “historia de la civilización”: el sustrato institucionalista”, Boletín de la Institución Libre de Enseñanza,1988, 6, pp. 28-36.
D´ALLEVA, A., Methods & Theories of Art History, London, 2005.
ERCOLI, G., Storia dell critica d´arte,Milano: Jaca Bool, 1992.
FEDUCHI, Luís María, El mueble español,Barcelona: Polígrafa, 1969
FERNÁNDEZ MARTÍN, Mercedes, “Las artes Suntuarias en la historiografía Sevillana”, Estudios de Historia del Arte. Centenario del Laboratorio de Arte (1907-2007), Vol. 2, Sevilla: 2007, pp. 76-77.
FERNÁNDEZ PARADAS, Antonio Rafael, “Bibliografía de la historia del mueble español (1872-2012)”, ASRI. Arte y Sociedad. Revista de Investigación, 3, 2013.
FERNÁNDEZ PARADAS, Antonio Rafael, “El trinomio de la venta perfecta: Muebles, comercio y bibliografía”, ASRI. Arte y Sociedad. Revista de Investigación, 2, 2012.
FERNÁNDEZ PARADAS, Antonio Rafael, “La búsqueda de una identidad: Cataluña y el mueble como herramienta nacionalista. Exégesis de una historiografía”, Baética, 34, 2012, pp. 347-450.
FERNÁNDEZ PARADAS, Antonio Rafael, “Las historias del mueble español escritas por foráneos. Una visión historiográfica (1872-2011)”, Estudio del Mueble (en prensa).
FERNÁNDEZ PARADAS, Antonio Rafael, “Teoría de la Historia del Mueble Español. Una propuesta de Periodización de su Historiografía (1872-2012), ASRI. Arte y Sociedad. Revista de Investigación, 4, 2013.
FERNÁNDEZ PARADAS, Antonio Rafael, Historiografía y metodologías de la Historia del mueble en España. 1872-2011. Un Estado de la cuestión, Tesis doctoral. Málaga. Universidad de Málaga, Departamento de Historia del Arte (inédita), 2012.
FORCADELL, Carlos y PEIRÓ, Ignacio (Coord.), Lecturas de la Historia. Nueve reflexiones sobre la Historia de la Historiografía, Zaragoza, 2001.
LAFUENTE FERRARIA, Enrique, La fundamentación y los problemas de la historia del arte, Madrid: Instituto de España, 1985.
LEFEBVRE, G., El nacimiento de la Historiografía moderna, Barcelona: Martínez, Roca, 1977.
LLAMOSAS ESCOVAR, David Francisco, “La historia del arte, La historiografía, la crítica: una mirada al presente”,Alarife: Revista de Arquitectura, 2009, 61, p. 51.
MIRZOEFF, N., Una introducción al cultura visual, Barcelona: Paidós, 2003.
MOYA VALGAÑÓN, José Gabriel, “Un siglo de Historiografía del mueble español”, VV.AA., Mueble español. Estrado y Dormitorio, Madrid, 1990, pp. 11-22.
PANOFSKY, E., Idea. Contribución a la historia de la teoría de arte, Madrid: Cátedra, 1989.
PASAMAR ALZURIA, Gonzalo, “De la historia de las bellas Artes a la historia del arte: La profesionalización de la historiografía artística española”, Historiografía del arte español en los siglos XIX y XX: VII Jornadas de Arte, 1995, pp. 137-150.
PASAMAR, Gonzalo, La historia contemporánea. Aspectos Teóricos e Historiográficos, Madrid: Síntesis, 2000.
PIERA MIQUEL, Mónica, Audacia i Delicadesa. El Moble de Torroella de Montgrí i l´Ampordà (1700-1800). Barcelona, 2008
PLEGUEZUELO HERNÁNDEZ, Alfonso, “Artes populares”, VV.AA., Enciclopedia de Antropología Andaluza, La Coruña: Ediciones Hércules, 2000, pp. 84-92
RAMÍREZ, Juan Antonio, (Ed.), El sistema del arte en España, Madrid: Cátedra, 2010.
REVENGA DOMÍNGUEZ, Paula, “Sobre la historia de la historiografía artística”, Saberes. Revisa de estudios jurídicos, económicos y sociales, 2005
RUIZ TORRES, P. (ed.), La historiografía, Ayer, Madrid: Marcial Pons, 1993.
SÁNCHEZ-LAFUENTE GÉMAR, Rafael, y COTS MORATÓ, Francisco de Paula, “Las otras artes. Historia de una discriminación”, Revista de Museología, 36, 2006, pp. 12-20.
SCHLOSSER, Julius von, BONET CORREA, Antonio y KURZ, Otto, La literatura artística: manual de fuentes de la historia moderna del arte, Madrid: Cátedra, 1976.
SESEÑA, N., “La historiografía del arte popular en el siglo XX”, VII Jornadas de Arte sobre Historiografía del arte español en los siglos XIX y XX, Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1994, pp. 449-458.
SHINER, Larry, La invención del arte. Una historia cultural, Barcelona: Paídos Ibérica, 2004.
VÉLEZ, P., “De las artes decorativas al diseño industrial”, VV.AA., Introducción a la Historia del Arte, Barcelona, 1990, pp. 235-272.
1 R. DOMÉNECH y L. PÉREZ BUENO, Antiques Spanish Furniture. New York, p. 9.
2 Las historias visuales del mueble se caracterizan por obras cuyo contenido suele ser habitualmente fotografías de muebles e interiores o dibujos y esquemas de mobiliarios. Véase. A.R. FERNÁNDEZ PARADAS, Antonio Rafael, “Teoría de la Historia del Mueble Español. Una propuesta de Periodización de su Historiografía (1872-2012), ASRI.Arte y Sociedad. Revista de Investigación, 4 (2013). http://asri.eumed.net/4/historia-mueble-espanol.html (consultado el 15 de abril de 2013).
3 Estos mismos criterios son los que propusimos en anteriores trabajos para definir la selección de cada una de las monografías que serían representativas para la propuesta de periodización de la historiografía del mueble español. Véase A. R. FERNÁNDEZ PARADAS, Antonio Rafael, “Teoría de la Historia del Mueble Español. Una propuesta de Periodización de su Historiografía (1872-2012), ASRI.Arte y Sociedad. Revista de Investigación, 4 (2013), p. 4. Estos criterios fueron: 1 Importancia del autor. 2, Número de trabajos publicados por cada investigador. 3, repercusión del autor/obra en la comunidad internacional. 4, Número de citas recibidas. 5, Desarrollo de una determinada metodología. 6, Fecha de edición. 7, Amplitud cronológica. En el presente trabajo pretendemos analizar las propuestas metodológicas de cada uno de los autores.
4 Para profundizar en esta cuestión véase A. R. FERNÁNDEZ PARADAS, Teoría de la Historia del mueble… ob. Cit, p. 4.
5 J. G. MOYA VALGAÑÓN, “Un siglo de Historiografía del mueble español”. En VV.AA., Mueble español. Estrado y Dormitorio,Madrid, 1990, p. 16.
6 C. SARTHOU CARRERES, “Una arqueta primitiva en Játiva”, Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, nº 40 (1940), pp. 320-321. J. FERRANDIS, “Muebles hispano-árabes de taracea”, Al-Andalus, 5(1940), pp. 459-465. R. W. SYMONDS, “English Eighteenth Century Furniture Exports to Spain and Portugal”, Burlington Magazine, LXXVIII, 455 (1941).
7 G. H. BURR, Hispanic furniture, from the fifteenth through the eighteenth century, 2º ed. New York, 1964, p. 101.
8 Por ejemplo utiliza como fecha para datar otras piezas el conjunto escultórico de la cena de Salzillo y los muebles sobre los que el apostolado se disponen.
9 Sevilla, 2001
10 A. R., FERNÁNDEZ PARADAS, Historiografía y metodologías de la Historia del Mueble en España (1872-2011). Un estado de la cuestión. Tesis doctoral inédita. Málaga, 2012.
11 L. M. FEDUCHI, El mueble español. Barcelona, 1969, p. 102.
12 L. M. FEDUCHI, El mueble español. Barcelona, 1969, p. 6.
13 A. R. FERNANDEZ PARADAS, Historiografía y Metodologías de la Historia del Mueble en España (1872-2011). Un estado de la cuestión, Tesis Doctoral. Málaga, 2012 (inédita).
14 M. P. AGUILÓ ALONSO, María Paz, El mueble en España, siglos XVI-XVII. Madrid, 1993, p. 10.
15 M. P. AGUILÓ ALONSO, El mueble en España, siglos XVI-XVII. Madrid, 1993, p. 71.
16 M. P. AGUILÓ ALONSO, El mueble en España, siglos XVI-XVII. Madrid, 1993, p. 83.
17 Muebles a los que se ha aplicado barniz, lijado, policromado o cualquier otro procedimiento que pretende resaltar las cualidades del mismo.
18 M. PIERA MIQUEL, Audacia i Delicadesa. El Moble de Torroella de Montgrí i l´Ampordà (1700-1800). Barcelona, 2008, p. 285.
19 M. PIERA MIQUEL, Ob. Cit., p. 285.
20 M. PIERA MIQUEL, Ob. Cit., p. 285.
21 M. PIERA MIQUEL, Audacia i Delicadesa. El Moble de Torroella de Montgrí i l´Ampordà (1700-1800). Barcelona, 2008, p. 285.