ANA RIVERO ARCOS: FOTOGRAFÍA Y PROPOSICIONES CREATIVAS
Universidad de Cuenca (Ecuador)
joseluiscrespof@yahoo.es
Resumen:
Ana Rivero Arcos es una artista tinerfeña con una considerable trayectoria como artista multidisciplinar (España). Su formación se gestó en la Escuela de Arte Fernando Estévez y en la Facultad de Bellas Artes de La Laguna (Canarias, España), y en la actualidad se desempeña como profesora de fotografía artística en la que fuera su alma mater, la mencionada Escuela Fernando Estévez. La revista Arte y Sociedad dialoga con esta brillante creativa que nos ayudará a comprender los misterios de su universo privado, descubriéndonos a la vez detalles reveladores en cuanto a la situación de la fotografía en el panorama artístico delarchipiélago.
Palabras Clave: Arte, fotografía, Imagen digital, Islas Canarias, activismo.
Abstract:
Ana Rivero Arcos is an artist from Tenerife with a remarkable career as a multidisciplinary artist. She was trained in the Fernando Estévez Art School and the Faculty of Fine Arts of La Laguna (Canary Islands, Spain). Nowadays she is working as a professor of artistic photography at her alma mater, the aforementioned Fernando Estévez Art School. The journal Art and Society speaks with this brilliant, creative artist who helps us to understand the mysteries of her private universe, at the same time presenting us with revealing details about the situation of photography in the artistic landscape of the archipelago.
Keywords: Art, photography, digital imagen, CanaryIslands, activism.
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Ana, siendo profesora de fotografía en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Fernando Estévez de Santa Cruz de Tenerife ¿Cómo se desarrolla tu trabajo? ¿Puedes hablarnos de tus recursos didácticos y estrategias pedagógicas?
Soy docente de dicha escuela y dentro de la especialidad de fotografía se pueden impartir módulos o asignaturas tales como: Medios Audiovisuales, Teoría de la Imagen y Fotografía aplicada a cada especialidad, es decir, Gráfica Publicitaria, Ilustración, etc. En los años que llevo ejerciendo la docencia he podido impartir todos estos módulos en función de las necesidades del Departamento. Partiendo de sus características y programaciones planteo cada asignatura, en la medida de los posible, desde un punto de vista práctico, sin obviar la parte técnica y la teórica. Además, intento que cada tema tenga un enfoque multidisciplinar, es decir, no sólo plantear las clases desde un enfoque exclusivamente fotográfico, sino que el alumnado adquiera unos conocimientos estéticos artísticos más amplios, para una educación más integral.
Me aplico la frase del W. B. Yeats: “La educación no es llenar el cubo, sino encender el fuego”.
Imágenes del proyecto artístico proyecto 28º30´56´´N
El retrato, el paisaje, la abstracción... Como fotógrafa ¿Cuáles son tus temas predilectos?
Realmente no tengo un tema preferido ni un proyecto definido, todo depende del momento y del motivo a fotografiar. Esta claro que el fotógrafo en particular, y el artista, en general, se va definiendo y puliendo a medida que va madurando. No sé si en mi caso es inmadurez, pero nunca termino de casarme con un estilo o temática definida. En realidad, mi concepción del arte es multidisciplinar, debido quizás a mi variada formación en diseño, fotografía, escultura y pintura, entre otros. Por esa razón concibo la fotografía no sólo como un fin sino como un medio para otras expresiones artísticas.
De las series: Florilegios y Flor de Eolo
¿Cómo has vivido el cambio de la fotografía analógica a la imagen digital? Fue una ruptura sucedida en un lapso de tiempo vertiginoso, dejando obsoletos procedimientos clásicos de revelado que fueron suplidos por programas de ordenador. ¿Qué consecuencias podrías destacar de este cambio? ¿Siguen enseñándose los métodos y conceptos tradicionales de fotografía en la escuela de arte?
Cursé mis estudios fotográficos dentro de la era analógica, a finales de la década de los 90 del siglo pasado, cuando internet todavía era un bebé para unos pocos y se escuchaba lo de la fotografía digital como algo del futuro y para nada tan inmediato. El salto me cogió realizando la carrera de Bellas Artes, pero me mantuve al margen de la fotografía porque me entregué de lleno a la escultura y a la pintura. Cuando llegó a mis manos mi primera cámara réflex digital, casi de entrada ejercí como profesora de fotografía, con lo que el cambio y la adaptación tuvieron que ser urgentes.
Por otro lado, la docencia sigue otro ritmo porque está sujeta a una legislación, en este caso, a un currículo obsoleto y cargado de recortes y ajustado a presupuestos. Con lo que si hablamos de una infraestructura digital para un aula de fotografía, difícilmente nos vamos a encontrar una adaptación automática a esos cambios. Precisamente, este año 2013 entra en vigor el nuevo marco legislativo para Fotografía Artística en el que ya están planteados en mayor medida los contenidos digitales. Otra cosa será la dotación de recursos. Pero hasta este año, se ha hecho más hincapié en lo analógico, pero intentando darle cada vez más peso a lo digital. De todas formas, me gustaría que se siguieran impartiendo los conocimientos de la fotografía argéntica, que de alguna manera quede registro de ese pasado y no se pierda, y que, por ejemplo, el alumno descubra la magia que envuelve una simple caja de zapatos cuando se le realiza un pequeño orificio y se registra en ella una imagen recogida en un papel fotosensible (cámara estenopeica).
Hoy que vivimos deslumbrados por la creatividad que se genera a raudales a través de la red, y se hace cotidiana con el uso de teléfonos inteligentes, uno tiende a pensar que las nuevas generaciones que la absorben adquieren de modo innato -como nativos tecnológicos- un don para la expresión del lenguaje visual. ¿Te parece que ahora surgen artistas más creativos de las escuelas de arte?
No creo que esta democratización de la imagen haga que explote de forma innata la creatividad y la expresividad del lenguaje visual. Creo que, al contrario, vivimos inmersos desde que nacemos en un mundo hecho para y por la imagen. Sin embargo, considero que somos unos analfabetos visuales. Se nos alfabetiza desde pequeños en la escuela, se nos enseña a leer y escribir, se nos enseña el lenguaje oral y escrito, pero no hay una educación sobre el lenguaje visual, que queda relegada a una asignatura optativa de secundaria y a las escuelas de arte. Por otro lado, se recorta y se menosprecia el trabajo y la labor del maestro o del profesor de expresión plástica y es él quien tiene las herramientas para que el objetivo de esta alfabetización sea el correcto.
Sí, vivimos actualmente bombardeados por la imagen tecnológica. Todo el mundo tiene una cámara en sus manos, en cualquier momento y situación. Con tan sólo un clic puede capturar imágenes y rápidamente compartirlas con el resto del mundo, pero no creo que esto sea sinónimo de calidad. Lo mismo ocurre con el diseño gráfico, todo el mundo tiene ordenadores y programas de diseño a su alcance, otra cosa es la codificación de ese lenguaje para la realización de buenos trabajos.
Internet ha conseguido que dé la sensación de que hay más creadores, sin embargo, lo que existe es la posibilidad de descubrirlos en mayor cantidad que antes, porque existen más plataformas para darse a conocer.
En definitiva, la democratización de la imagen no es sinónimo de creatividad, por tanto, diría que alumnos creativos y no creativos los hubo, los hay y los habrá, la diferencia es que ahora la búsqueda de información para sus trabajos, referentes y demás, es inmediata, al igual que la posibilidad de mostrar sus obras.
De la serie: Paisajes de la inocencia
¿Cuál es tu consideración acerca de las redes sociales? Teniendo en cuenta que algunas son grandes productoras de fotografías,¿podrían servir a los alumnos de instrumento pedagógico o de escenario para fomentar la creatividad y el emprendimiento?
Como comenté anteriormente, la imagen fotográfica ha sufrido un claro cambio en cuanto a su democratización. Antes era algo exclusivo de unos pocos y ahora todo el mundo tiene medios para realizarlas o acceder a ellas. A día de hoy todo es más fácil, incluso la edición final de la imagen, que para profesionales pasa por software y tratamientos exclusivos y que en otros casos con simples clics de una aplicación de móvil consigues efectos parecidos (salvando las distancias). Y claro que es una gran herramienta pedagógica por razones evidentes y ya esbozadas. Siempre digo a mis alumnos que no saben lo afortunados que son contando con una herramienta como Internet, porque antes si querías información la tenías que buscar en libros, catálogos y revistas, en el mejor de los casos y todo lo que suponía en tiempo y dinero, mientras que ahora todo está al alcance casi al instante y casi gratis.
¿Cuáles son los principales valores que deben inculcarse a un fotógrafo? ¿A qué concedes mayor importancia en tus clases, a los conceptos teóricos o a las cuestiones técnicas y prácticas?
Mi primera premisa es Aprender a Ver, ser curiosos, pacientes y observadores. No se trata de capturar imágenes técnicamente correctas, sino que tengan ese no sé qué del que hablaba el padre Feijoo o el punctum del que hablaba Barthes.
El alumnado, en la mayoría de los casos, comienzan sus trabajos con lo obvio, les cuesta desvincularse de la literalidad de lo que quieren transmitir, les cuesta simplificar y les falta creatividad, algo que se trabaja de alguna manera con la experiencia. Siempre les digo “menos es más”. Hay que hacer fotos como si estuviéramos escribiendo poesía, no hay que ser literales, hay que generar vacíos, dar pequeñas pistas, mostrar parcialmente aquello que nos interesa para generar sorpresa. Como dijo Marcel Proust: “el verdadero viaje del descubrimiento consiste en no buscar nuevos paisajes, sino en tener ojos nuevos”.
Otro apartado al que le dedico mayor énfasis es al conceptual, porque el perfil del alumnado de la escuela es diferente al de la facultad de Bellas Artes, porque les cuesta más asimilar la idea de que a veces es más importante el concepto de la fotografía que la fotografía en sí y que es este apartado el que los va diferenciar de todos aquellos que simplemente tienen una cámara.
¿Cuál es tu percepción sobre el sustrato artístico de la fotografía en Canarias? ¿Qué valoración darías al arte fotográfico actual en la provincia de Tenerife? Teniendo en cuenta estas consideraciones, ¿qué puntos fuertes presenta la fotografía canaria y en qué podría mejorar?
En Canarias, en general, hay una escasez evidente de referencias bibliográficas, como ya advierte Guillermina Casanova en su libro La historia de la fotografía en La Laguna. 1857-1936. En ese contexto, se trata de un campo que está por explorar por lo que sería muy interesante que los investigadores puedan rellenar ese hueco con estudios más completos. Sí que existen iniciativas muy interesantes como la Bienal Internacional de Fotografía Fotonoviembre realizada en Tenerife, que representa un acicate tanto para conocer las nuevas tendencias y artistas como para darse a conocer.
Con carácter general el hecho insular confiere al artista una visión especial desde el punto de vista conceptual. También actúa de manera negativa en las posibilidades de darse a conocer (menos complejas ahora con Internet). El punto fuerte está en la fuerza visual de esta tierra, llena de contrastes y con una luz casi única. Otro de los elementos importantes es el carácter cosmopolita que ha permitido al artista impregnarse de otras culturas.
La mejora habría que buscarla de manera general, con el arte y la cultura, ya que hay una merma clara de recursos destinados a estos propósitos, que en época de crisis siempre se consideran secundarios y que es un error muy común.
De la serie: Pintura
Hoy en día, a la luz de la agitada situación política en diferentes países, las revueltas ciudadanas y concentraciones reivindicativas en pos de mejoras y cambios del statu quo, nos planteamos la cuestión de si puede el arte dar una verdadera y fidedigna voz a la ciudadanía en sus demandas sociales. ¿Cómo crees que podría el arte adquirir un papel más decisivo en el activismo y la protesta sociopolítica?
Creo que el activismo artístico no es nada nuevo, siempre el artista se ha manifestado de alguna manera en contra de la barbarie. Goya es uno de mis favoritos, junto con Picasso. Actualmente, creo que vivimos anestesiados en todos los sentidos, pero sí que hay un “artivismo”, porque es sabido que los períodos de crisis agudizan la creatividad y que nos ponemos en el pellejo del otro, las iniciativas que surgen están llenas de contenido artístico. Quizás la fotografía nos ha convertido a todos en reporteros gráficos que reflejan las injusticias, los posibles excesos de las fuerzas del orden, los desastres medioambientales y todo aquello susceptible de denuncia.
A día de hoy vivimos con un exceso de información que termina siendo desinformación, por tanto muchas de las actuaciones artísticas de este tipo pasan desapercibidas. Quizás es el artista de renombre, famoso, aquél cuya ideología sea afín a esa reivindicación deba ser el que en la mayor parte de los casos preste su voz, su imagen o su obra a tal fin. Sin olvidar, claro está, que cualquier iniciativa artística sumaría esfuerzos.
Junto a Alberto Comas has puesto en marcha, desde hace muchos años, iniciativas creativas de gran interés y repercusión en circuitos alternativos. Un ejemplo notable fue el mítico fanzine La Tapa, que circuló por La Laguna en la primera década de los Dos mil. ¿Qué podrías comentarnos de esta experiencia editorial?
Todo empezó cuando entré a formar parte de la Asociación Beecham, que tenía como objeto la publicación de libros y revistas cambiando el concepto al uso para este tipo de publicaciones amateur, en el que priman unos principios de calidad que sólo entienden los que las hacen. Al margen de los libros de relatos también se publicaron novelas y un trabajo de investigación.
La Tapa fue una experiencia que ya está concluida y que fue pionera en un concepto difícil de aceptar, ya que todo lo que se envió se publicó al margen de requisitos de calidad y censura. El colaborador era su propio censor. El único requisito estaba en el tamaño de los textos que no podía ser superior a 10 líneas, con lo que representó una buena cantera de microrrelatos un poco antes de que surgiera el boom. El diseño era simple, a cada texto una imagen, ocupando dos páginas, de ahí el nombre de La Tapa, una revista de formato pequeño (Din A6) de consumo rápido, como su homónimo alimenticio. Salieron 86 números con periodicidad mensual el último jueves de cada mes durante casi 8 años, autofinanciada para su edición en papel, hasta que llegó la crisis y se quedó exclusivamente en formato digital que todavía puede ser descargado en formato PDF en www.latapa.es.
Otra experiencia fue la edición de libros de relatos colectivos con la misma premisa de participación sin requisitos de calidad. En parte de ellos realicé sus ilustraciones, portadas el diseño y la maquetación.
Ejemplos de artesanía elaborada por SAR (Soluciones Artísticas de Reciclaje)
Últimamente estás embarcada en un proyecto de diseño con materiales reciclables, especialmente chapas, para crear una amplia variedad de abalorios y ornamentos. ¿Qué nos puedes contar sobre la confección y distribución de estos productos?
Este trabajo lo elaboro con una amiga, Sensi Hernández, y todo comenzó como un hobby y con la necesidad de trabajar con materiales de reciclaje. La artesanía nos sirve como vehículo para crear pequeños objetos de carácter casi artístico y que nos ayudan a no desvincularnos, en cierta manera, de nuestra formación plástica. Creamos SAR (Soluciones Artísticas de Reciclaje) y surge primero como una preocupación por el medio ambiente con la necesidad de utilizar como recursos materiales desechados y una producción artesanal. Una premisa para sobrevivir en los tiempos actuales de crisis económica, social y medioambiental. Los hábitos de usar y tirar se deben reconducir hacia la conciencia de que nada desaparece, todo se transforma. Se desarrolla como trabajo a partir de la constante observación de los residuos que generamos, buscando en ellos esa segunda oportunidad, y obteniendo como resultado un producto a partir de un tratamiento artesanal del residuo teniendo siempre presente el valor y el diseño artístico. El producto principal lo trabajamos a partir de las chapas de botellas y se enfoca hacia el campo de la bisutería. Las imágenes que aparecen son diseños propios o reutilizando, revistas, catálogos o papeles con los que realizamos pequeños collages. Además se elaboran piezas más exclusivas a partir de diferentes residuos no tan fáciles de encontrar.
Muchas gracias por concedernos esta entrevista. Esperamos y deseamos que salgan adelante todos tus propósitos artísticos y profesionales.
San Cristóbal de La Laguna - Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca
Septiembre de 2013