LA IMAGEN DE LA REVOLUCIÓN RUSA A TRAVÉS DE LOS CARTELES DE LA ROSTA
Universidad San Pablo-CEU, CEU Universities (España)
Resumen:
Este artículo analiza uno de los estilos de cartel que se desarrollaron en la Unión Soviética durante la etapa de la Revolución Rusa: los producidos y diseñados por la ROSTA (la agencia telegráfica rusa). Dichos anuncios desempeñaron un papel esencial en el adoctrinamiento del pueblo, empleando un lenguaje simple, directo y patriótico. Con estas obras se puede seguir paso a paso la crónica de tres años de revolución y de defensa.
Palabras clave: Cartel político, propaganda, comunicación visual, Revolución Rusa.
Abstract:
This article analyzes one of the styles of posters that were developed in the Soviet Union during the stage of the Russian Revolution: those produced and designed by the ROSTA (the Russian telegraphic agency). These advertisements played an essential role in the indoctrination of people, using a simple, direct and patriotic language. With these works you can follow step by step the chronicle of three years of revolution and defense.
Keywords: Political poster, propaganda, visual communication, Russian Revolution.
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1. Introducción
Durante los comienzos del siglo xx, en Europa convivieron dos concepciones del arte claramente contrapuestas: una conservadora, representada por la burguesía dominante y que tendía a la exaltación de los valores típicos del siglo xix; otra, renovadora o crítica, que propugnaba una estética de ruptura que se rebelaba contra lo superficial proponiendo la búsqueda de nuevas formas de expresión1 . Ambas concepciones del mundo quedaron representadas de forma clara en uno de los grandes conflictos que convulsionó Europa en la segunda década del siglo xx: la Revolución Rusa, especialmente a través de sus carteles.
Con la Revolución Rusa se desarrolla el cartel político o de propaganda que, si bien ya había nacido con la i Guerra Mundial, es en estos momentos cuando adquiere toda su fuerza, pues hasta entonces no había existido la necesidad de movilizar y manipular a las masas, ya que, como bien señala Lara, “la política y sus manifestaciones, fueran pacíficas o violentas, se habían desarrollado en la mayoría de las ocasiones, en el ámbito de una pequeña élite cultural y económica” 2.
El diseño de la publicidad comercial y de la propaganda política soviética en una primera época introdujo formas y estilos muy vanguardistas, que acabaron entrando en conflicto con las directrices del estado estalinista, “que se decantó por el idealismo y el realismo más tradicional”3 .
En febrero de 1917 tiene lugar la Revolución Blanca, que supone el fin de la Rusia Zarista con la abdicación de Nicolás II, y tan sólo ocho meses después se produce el triunfo definitivo de la clase obrera a través de la Revolución de Octubre. Lenin, nuevo presidente del Consejo de los Comisarios del Pueblo, concede desde el primer instante de su mandato una importancia radical a lo que él denomina la “revolución cultural” 4. En 1918, el Comisario del Pueblo para la educación, Anatoli Lunacharsky, presentaba a Lenin un plan de propaganda en el que se marcaba la pauta para hacer llegar las consignas revolucionarias a una población cuya tasa de analfabetismo alcanzaba prácticamente el 80% 5. Según Julián-González,
las calles estaban llenas de pancartas y los carteles cubrían los muros por completo; carteles de cortos, pero eficaces «slogans». Lenin desde el primer momento solicitó el desarrollo de una gráfica revolucionaria de información y excitación que llegase puntualmente a las capas populares (analfabetos, en su mayoría) que eran susceptibles de recibir influencia de los agentes contrarrevolucionarios 6.
El plan era un conjunto de medidas que abarcaron la totalidad de los sectores de la vida social7 , y es aquí donde el cartel desempeña un papel esencial, pues se convirtió en el medio más empleado para orientar a la población, ya que en él “las ideas se presentaban siempre de un modo predominantemente visual y claramente comprensible. La mayoría de la población seguía siendo analfabeta y la imagen ostenta una mayor capacidad de comunicación”8 .
En los primeros años de la Revolución Rusa, los carteles se convirtieron en los heraldos públicos, con lemas visuales e ilustraciones de apologías políticas 9. Dirigidos a una población en gran parte analfabeta, eran directos, potentes y especialmente acertados como medio propagandístico para reeducar a las masas en los valores del nuevo estado comunista. Los constructivistas rusos buscaban un diseño utilitario relacionado con la industria y con la propaganda, y nuevas formas y enfoques para el orden proletario.
Fue una época en la que se imprimieron miles de carteles; Siverski catalogó 3.694 en el período 1918-1921, y él mismo reconoce que este número se halla lejos del total de la producción. La gran abundancia de carteles en esta época no se comprende si no se relaciona con factores tales como la prohibición que promulgó el zar sobre este tipo de expresión, la necesidad de desarrollar una propaganda política con pocos medios y el hecho de dirigir esta propaganda a una población en su mayoría analfabeta.
Con los carteles no se pretendía suscitar el entusiasmo o el desdeño –aunque también se diesen estos factores- sino que se intentaba orientar a millones de hombres en decisiones y actos, pues lo que estaba en juego era un cambio completo de la situación político-social, la cual daría como resultado un futuro y porvenir nuevos10 .
De este modo, las calles, hasta en los puntos más remotos de la geografía rusa, fueron inundadas de carteles. Se recurrió a la construcción de monumentos y vallas; se decoró el exterior de barcos y trenes que recorrían de punta a punta el país; y se fomentó un nuevo tipo de literatura, radio y cine que contribuyeron a la consolidación del sistema . Esta primera etapa, que se prolonga hasta la llegada de Stalin al poder en 1924, está marcada por la libertad del artista a la hora de elaborar el cartel, llegando a ser un periodo considerado algo anárquico. Por ello, a nivel estilístico no puede hablarse de un único modelo, sino que es posible hacer referencia como mínimo a tres niveles: primero, la producción enmarcada por la tradición del “Realismo Socialista”; segundo, la adscripción a la vanguardia, incorporando las novaciones aportadas por el expresionismo, cubismo, suprematismo, constructivismo y dadaísmo y, tercero, la producción de la ROSTA (la agencia telegráfica rusa). De este modo, convivieron tendencias vanguardistas, como las desarrolladas por Malévich o El Lissitzky, el constructivismo de los hermanos Stenberg y un cartel más formalista-realista que tiene en Dimitri Moor su mejor exponente. A ello se suma la destacable obra que realiza la Agencia Telegráfica de la Federación de Rusia (ROSTA) entre 1919 y 1922, consistente en pequeños carteles llamados “ventanas”, que tenían como misión la de ser ubicados en las cristaleras de los comercios de cara al exterior, con la temática habitual en la retórica bolchevique.
Cómo citar este artículo:
González-Díez, L., Tabuenca Bengoa, M., Muñoz de Luna, A.B. (2019). La imagen de la revolución rusa a través de los carteles de la ROSTA. ASRI. Arte y Sociedad. Revista de Investigación, (16), 37-50.
2 Idem.
3 GÓMEZ-RUFO, Antonio, 1976-1986: Diez años de Publicidad Política, Madrid, Centro Cultural de la Villa, 1986, p. 431.
4 CARULLA, Arnau; CARULLA, Jordi, La Guerra Civil en 2000 carteles, Barcelona, Postermil, 1996, p. 15.
5 CLARK, Toby, Arte y propaganda en el siglo XX, Madrid, Ediciones Akal, 2000, p. 76.
6 JULIÁN-GONZÁLEZ, Inmaculada “La propaganda rusa en el período 1917-1921”. En: <http://www.raco.cat/index.php/Dart/article/view/100151/150889> (07-08-2018).
7 SÁNCHEZ-VÁZQUEZ, Jesús, Estética y marxismo,México, Era, 1975.
8 LARA, Pilar, “El nacimiento del cartel político”.
9 QUADROS, Itanel de, “El diseño gráfico: de las cavernas a la era digital”. En: <http://www.ull.es/publicaciones/latina/a1999fjl/70ita.htm. (07-08-2018).
10 JULIÁN-GONZÁLEZ, Inmaculada “La propaganda rusa en el período 1917-1921”.
11 CARULLA, Arnau; CARULLA, Jordi, La Guerra Civil en 2000 carteles, p. 16.