EL CARÁCTER IDENTITARIO DE LAS INICIATIVAS ARTÍSTICAS POPULARES EN EL PAÍS VASCO DURANTE LOS AÑOS SETENTA
Universidad del País Vasco – Euskal Herriko Unibertsitatea (España)
Resumen:
A lo largo de los años setenta se produjeron en el País Vasco numerosas iniciativas artísticas de carácter popular en las que pervivía, además de un espíritu de compromiso colectivo heredado de las propuestas creativas de las décadas anteriores, un deseo por definir una cultura que reflejara las características idiosincrásicas de la zona a través de las manifestaciones plásticas de vanguardia. Con todo, durante estos años, la incidencia de las mismas irá decreciendo paulatinamente y los artistas perderán su conciencia nacionalista e identitaria en favor de una estética individualista.
Palabras clave: Arte vasco, identidad nacional, iniciativa popular, responsabilidad social.
Abstract:
During the seventies in the Basque Country, there were numerous popular artistic initiatives where remains the spirit of collective commitment that was inherited by the creatives proposals of the previous decades as well as a desire to define a culture that will reflect the idiosyncratic characteristics of the area through the works of avant-garde art. Even so, during these years, the incidence of them will gradually decline and artists will lose their nationalist consciousness and identity in favour of an individualist aesthetic.
Keywords: Basque art, national identity, popular initiative, social responsibility, national consciousness.
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1. Introducción
Los años setenta se configuraron como un periodo trascendental para el arte vasco contemporáneo, dadas las numerosas transformaciones que se produjeron, tanto en el ámbito creativo y en sus artistas, como en su misma consideración, función y recepción. En esos momentos, existía una necesidad de ponerse al día en cuestiones artísticas, en aras de recuperar una normalidad que hiciera olvidar las dificultades del pasado, al tiempo que se pretendía definir una cultura que explicara los rasgos de una identidad vasca que se creía perdida o, cuanto menos, que había sido difuminada en los años de la dictadura. En gran medida, todo era consecuencia de la situación política y social que se estaba viviendo, con el paso de un régimen dictatorial a otro democrático, pero también por la herencia ideológica y artística de uno de los acontecimientos más significativos de la década anterior, el Movimiento de Escuela Vasca1 . A pesar de la brevedad de dicha experiencia, fue muy relevante la voluntad manifiesta por crear una imagen del arte vasco contemporáneo a través de la reunión de todos los creadores de la zona frente a la represión sufrida. Se debe recordar que su intención venía marcada más que por el afán de una unión utópica con un lenguaje artístico común, por el deseo de que el artista adquiriese un compromiso con su sociedad, que se mostrase dispuesto a transformarla, y, de ese modo, pudiese crear un nuevo ambiente y un nuevo estado anímico en el País Vasco. En ese afán, los artistas de vanguardia participaron en la reconstrucción nacional de la cultura vasca, al ser conscientes de la necesidad de fomentarla frente a las imposiciones políticas, e incluso se disiparon las diferentes posturas ideológicas contrapuestas que existían en la sociedad del momento para crear un frente cultural común2 .
Dicha preocupación militante de transformación de la sociedad tuvo un calado muy fuerte en los creadores plásticos y se mantuvo en la década de los años setenta. Sin embargo, entre todos los acontecimientos artísticos celebrados entonces, serán sobre todo las iniciativas populares las que mantendrán el ímpetu por asentar las características definitorias vascas. Dentro de las múltiples jornadas culturales que tuvieron lugar por toda la geografía vasca, se ofrecieron variadas actividades como conferencias, actuaciones y exposiciones de folclore tradicional o de música actual, vinculadas todas ellas a una ideología reivindicativa en favor de una identidad nacional basada en la cultura. A todo ello, se solía añadír una muestra de arte vasco contemporáneo, debido a que el arte de vanguardia todavía conservaba un papel muy significativo en la conformación de imaginarios estéticos centrados en la singularidad de la geografía vasca, y respondía a los intereses que alentaban a muchos artistas a demostrar una unidad cultural propia. Se debe destacar cómo estos acontecimientos venían a recuperar las semanas folklóricas y culturales vascas que, a principios del siglo XX, se habían llevado a cabo en diversos pueblos de la región bajo la denominación de “Euskal Jaiak” –“Fiestas vascas”, en castellano- y con un claro acento nacionalista. En estos momentos, su recuperación tiene similares intenciones, pero importan mucho también las expresiones contemporáneas de la cultura vasca3 .
Se debe tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, pese a surgir de entidades con características diversas y variadas, la manera en la que el arte participaba de estos eventos culturales era a través de exposiciones en las que los creadores vascos colaboraban de manera altruista con el envío de sus obras. El interés era doble: por un lado, ofrecer a la ciudadanía un conocimiento de la labor que se llevaba a cabo en el campo artístico de un modo popular, cercano y alejado de los circuitos de mercado o institucionales oficiales; y, por otro, demostrar una cultura con una singularidad propia del País Vasco, de manera que se reivindicaran ciertas posturas ideológicas no permitidas bajo el régimen de Franco.
En ese sentido, es muy significativo que este tipo de iniciativas tuviera una mayor incidencia en la primera mitad de la década, por la necesidad de destacar una cultura y un arte propios, frente a la paulatina desaparición que sufrirán a partir de mediados de los años setenta, como consecuencia de la institucionalización y promoción que tanto entidades privadas como públicas empezarán a hacer del arte vasco en plena transición a la democracia. Tanto es así que las muestras de arte vasco colectivo que en muchos pueblos del País Vasco y de fuera del mismo tuvieron lugar en los primeros años del decenio poco a poco fueron difuminándose en cursos y conferencias que trataban y analizaban la situación de la cultura y el arte vasco del momento, pero sin la participación de los creadores plásticos, quienes comenzaron a acomodarse a las nuevas infraestructuras que empezaron a proliferar.
Por todo ello, en este artículo vamos a dar cuenta de aquellas iniciativas que, con un cariz popular, impulsaron diversas asociaciones y agrupaciones culturales por toda la geografía vasca, en clara consonancia con los intereses nacionalistas que, si bien son protagonistas y significativos en la primera mitad de la década, irán decreciendo en su actividad a medida que las instituciones públicas y privadas vayan emergiendo y acaparando el panorama creativo y cultural. A través de una revisión documental sobre los acontecimientos populares más significativos del decenio, se procederá a dar a conocer y analizar las características de cada uno de ellos, de modo que se constaten las transformaciones que se sucedieron en el concepto identitario del arte vasco en la década analizada.
Cómo citar este artículo:
Vadillo Eguino, M. (2019). El carácter identitario de las iniciativas artísticas populares en el País Vasco durante los años Setenta. ASRI. Arte y Sociedad. Revista de Investigación, (16), 163-177.
2 UGARTE, Luxio, La reconstrucción de la identidad cultural vasca. Oteiza /Chillida. Madrid, Siglo XXI de España Editores, 1996, pp. 84-85.
3 En agosto de 1975 se quiso repetir de modo conmemorativo una muestra colectiva de artistas de principios del siglo XX que había tenido lugar con motivo de las Fiestas Euskaras de 1925 en Hondarribia. Ciudad de Fuenterrabía. Fiestas Euskaras. 1925-1975 [Cat. Exp.], 1- 23 de agosto de 1975, Hondarribia, Galería Txantxangorri, 1975.