EL CENTRO HISTÓRICO DE CUENCA COMO PLATAFORMA DE INVESTIGACIÓN DEL PROYECTO URBANO ARQUITECTÓNICO: UNA MIRADA DESDE LOS PROYECTOS DE FIN DE CARRERA
Universidad del Azuay, Facultad de Arquitectura.
Resumen:
Este trabajo expone la manera en que la Escuela de Arquitectura, de la Universidad del Azuay en Cuenca, aborda, a través de los proyectos de fin de carrera, el desarrollo de nuevas propuestas urbano-arquitectónicas, insertadas en contextos patrimoniales. Se trabaja, sobre todo, en temas de densificación, combinados con equipamientos y espacio público, mirando al patrimonio como una oportunidad para construir ciudades más sustentables, y no como un museo estático para la contemplación.
Palabras clave: Cuenca, patrimonio, proyecto de fin de carrera
Abstract:
This paper presents the way in which the School of Architecture of “Universidad del Azuay” in Cuenca, through the final degree project ateliers, approaches urban-architectural proposals inserted in historic contexts. The projects deal mainly with topics of densification, combined with urban equipment and public space, understanding heritage as an opportunity to build more sustainable cities, and not as a static museum just for contemplation.
Keywords: Cuenca, heritage, final graduation projects
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1. Introducción
La intervención en lugares históricos es, sin duda, uno de los retos más complejos a los que se puede enfrentar un arquitecto. Este tema ha dado lugar a un amplio debate sobre los mecanismos para la intervención en áreas patrimoniales. El diálogo entre la conservación patrimonial y los objetivos de desarrollo de ciudad, no son siempre coincidentes1 . Al respecto, Joan Busquets señala que “la discusión entre 'lo viejo y lo nuevo ', entre conservar y transformar viene de lejos y estará constantemente presente, la cuestión es hasta dónde podemos llevar nuestros argumentos y cuáles son las ideas y técnicas que nos permiten avanzar en este contexto, sin producir daños irreversibles2 ”.
La discusión sobre este tipo de intervenciones resulta fundamental en la ciudad de Cuenca, tomando en cuenta su reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1999. Esta condición generó la sobreprotección de su centro histórico, de las áreas arqueológicas y de los corredores patrimoniales, que muchas veces impiden el desarrollo de proyectos que cubran las necesidades de una ciudad sustentable, desde el punto de vista social, ambiental y económico.
Los estudiantes, próximos a obtener su título de arquitecto, no pueden alejarse de esta realidad, y a través de sus proyectos deben cuestionarse ¿cómo construir una mejor ciudad que, preservando sus valores heredados, se adapte a los nuevos requerimientos de la sociedad de manera sustentable y sostenible? Para ello, la reflexión deberá considerar que “la centralidad histórica debe ser entendida como proyecto y no sólo como memoria3 ”. Entonces, se busca que, respetando el patrimonio, se planteen proyectos pensados, sobre todo, en los ciudadanos; que miren al centro histórico de Cuenca como el escenario ideal para la sostenibilidad, ya que en él existe infraestructura, diversidad de usos, posibilidades de espacio público, cercanía al transporte colectivo, entre otras características. Pues, el 'centro histórico' es, como señala Carrión, “el espacio de encuentro por excelencia4 ” y la oportunidad para implantar proyectos de redensificación y revitalización.
En este contexto, la Escuela de Arquitectura, de la Universidad del Azuay (UDA) apuesta por la formación de líderes, técnicos, gestores, en general, tomadores de decisiones, que se involucren en el estudio de este tipo de problemáticas. Como resultado, aproximadamente un 50% de los proyectos de fin de carrera5 , en los últimos tres años6 , han resuelto temas relacionados con desarrollos urbano-arquitectónicos en contextos patrimoniales. Las estrategias utilizadas en estas investigaciones han sido coincidentes con las sugeridas y aplicadas en diversas ciudades del mundo, como por ejemplo: la necesidad de que el centro histórico tenga un rol claro, la valoración del paisaje urbano, el reciclaje de edificaciones, la vivienda como eje central de la recuperación y sostenibilidad de la zona, que no dé paso a la especulación, entre otras7 .
Como principio básico, la Escuela de Arquitectura, de la Universidad del Azuay (UDA), relaciona los proyectos de fin de carrera con otras cátedras y con los laboratorios de investigación en urbanismo (LAU), proyectos (LAP), y tecnología y procesos (LAT), enfocados en las tres escalas de la arquitectura: ciudad, edificio y detalle. El objetivo es vincular a los estudiantes a la investigación a través del diseño, es decir, a la producción de conocimiento mediante una actividad proyectual 8. En otras palabras, consideramos que la investigación debe contribuir al conocimiento, la práctica y la enseñanza del diseño urbano-arquitectónico, y viceversa, para de esa manera aportar a problemáticas reales de la sociedad. Los contextos patrimoniales son entonces los escenarios ideales para alcanzar estos objetivos académicos.
2. Intervención en contextos patrimoniales desde la mirada del proyecto final de carrera
2.1 El proyecto de fin de carrera en la Escuela de Arquitectura (UDA)
De acuerdo al Reglamento de la Unidad de Titulación de la Facultad de Diseño, Arquitectura y Arte de la UDA, los estudiantes a lo largo de noveno ciclo desarrollan un protocolo de proyecto de fin de carrera, el cual es aprobado por la Junta Académica y el Consejo de Facultad. Dentro del Reglamento existen diferentes tipos de proyectos que pueden desarrollarse, sin embargo, la carrera de Arquitectura se ha acogido a la “Propuesta de Obra Artística” que debe ser:
un producto de la percepción de la realidad y de la imaginación del artista, que sea fuente de conocimiento y de placer estético, que esté abierta a nuevas interpretaciones, a que ayude a formar nociones más exactas de la vida, que mejore la sensibilidad de la sociedad, que favorezca las relaciones sociales, y que fomente la reflexión 9”.
En este sentido, el trabajo de titulación debe mostrar soluciones a una problemática real y aportar a la sociedad, pues la Facultad de Diseño, Arquitectura y Arte de la Universidad del Azuay, como mirada epistémica se fundamenta en que:
El conocimiento se construye siempre por intereses que parten de las necesidades de los grupos; pretende la autonomía racional y liberadora del ser humano; y se consigue mediante la capacitación de los sujetos para la participación y transformación social. Utiliza la autorreflexión y el conocimiento interno y personalizado para que cada quien tome conciencia del rol que le corresponde dentro del grupo10 .
El principal escenario de actuación de los proyectos de fin de carrera ha sido Cuenca, un territorio interesante pues, según algunos actores, las ciudades intermedias tienen más opciones para lograr objetivos de cohesión social y sostenibilidad11 .Esto, sumado a la condición de Patrimonio Cultural, permite buscar, a través de proyectos urbano-arquitectónicos una ciudad más sustentable desde el punto de vista social, ambiental y económico.
El enfoque social, entendido desde el sentido de la equidad al acceso de servicios y equipamientos; a la justicia en el uso del espacio público; a la identidad y apropiación; a la cohesión social y a la diversidad de usos, entre otros. El ambiental, en cambio, encaminado al uso de materiales y técnicas tradicionales, aprovechamiento de energía, incorporación de espacios verdes, entre otros aspectos. Finalmente, la perspectiva económica a través de proyectos que buscan conseguir núcleos urbanos compactos, que reducen el gasto público en la provisión de servicios básicos e infraestructura.
Dentro del área urbana de Cuenca como ámbito de actuación, han sido varias las intervenciones realizadas en el centro histórico, como parte de los proyectos de fin de carrera. Se ha buscado que estos proyectos, a través de sus diferentes escalas, apunten a objetivos, que hoy por hoy resultan vitales para las ciudades, tales como los que se establecen en la “Nueva Carta de Atenas”, del 2003.
Esto es, el resurgimiento del diseño urbano, la rehabilitación de zonas degradadas, la dotación de oportunidades para el ocio y esparcimiento, las medidas para garantizar la seguridad individual y colectiva, la excelencia estética, y la conservación del patrimonio 12. De igual forma, se ha dado mucha importancia a los “Desarrollos Orientados al Transporte Público (DOT)” en el centro histórico, como estrategia indiscutible para reducir el uso del vehículo privado en ciudades; de igual manera, a los proyectos de densificación, entendiendo que “la ciudad compacta es seguramente el modelo urbano que ha encontrado mayor aceptación en el contexto del debate sobre las formas urbanas sostenibles13 ” y, finalmente, a proyectos de equipamientos urbanos, como instrumentos para lograr una mayor equidad social y el acceso de la ciudadanía a servicios y facilidades.
Es así que, en el centro histórico de la ciudad de cuenca, como parte de estos ejercicios académicos, se han presentado varios proyectos de vivienda colectiva, combinados con otros usos, para garantizar la diversidad, la seguridad y la cohesión; así como, los espacios de aprendizaje abiertos, centros culturales, centros asistenciales, entre otros. A partir de estas acciones se busca generar nuevas visiones que sean un modelo capaz de ser replicado en otros lugares.
2.2 Escalas de proyecto.
La cátedra de proyecto de fin de carrera se lleva a cabo a través de una coordinación vertical y una horizontal. Vertical, en el sentido de que se origina a partir de insumos y productos obtenidos en semestres anteriores, en cátedras sobre teoría de la arquitectura, urbanismo III y la preparación del proyecto de fin de carrera (PPFC). Por otra parte, un trabajo horizontal por el manejo de las tres escalas del proyecto: ciudad, edificio, detalle constructivo, de manera simultánea, con tres docentes con experiencia y formación (urbana, proyectual y constructiva) en cada paralelo.
Joan Busquets al referirse a las escalas del proyecto, expresa que: “cada proyecto se mueve en varias escalas: la suya propia, pero otras superiores e inferiores, como para demostrarse a sí mismo que tiene una condición urbana (inserción en la ciudad), pero también para comprobar su coherencia, por ejemplo, con infraestructuras más amplias14 ”. Por ello, previo a la obtención del título de arquitecto, los estudiantes deben manejar, en una misma propuesta, la escala de ciudad, edificio y detalle constructivo.
2.2.1. Escala ciudad
Para el manejo de esta escala, los estudiantes aplican herramientas aprendidas en semestres anteriores, en las cátedras de análisis de sitio, en las asignaturas de urbanismo I, II y III y paisaje I, II y III. En principio, se establece un análisis a profundidad del sitio, luego, se plantea una estrategia urbana para establecer relaciones con la ciudad y el área de influencia (sector de estudio); y, finalmente, determinar la relación del proyecto dentro de su manzana con las manzanas próximas, utilizando criterios de diseño que respeten y pongan en valor las preexistencias naturales y culturales del contexto.
Se busca que los estudiantes, a través de la estrategia urbana, apunten a ciudades más sustentables que, sobre todo, proyecten las edificaciones no como un objeto aislado, sino como parte de algo mayor: una red, un eje o un sistema. Dentro de los proyectos de fin de carrera se ha planteado la recuperación de ejes como el de la calle Padre Aguirre, de las Herrerías; así también, en ejes de infraestructuras de transporte como el tranvía; en ejes naturales como del Barranco del río Tomebamba, estableciendo directrices para futuras actuaciones. Algo similar sucede con los proyectos enfocados en redes, así por ejemplo, la recuperación de la red de escuelas abiertas, de centros de manzanas, de equipamientos culturales, de vivienda social, por nombrar algunas (Figura 1).
2.2.2. Escala edificio
La programación arquitectónica se construye en base al análisis del sitio y la estrategia urbana. Los requerimientos -producto del análisis previo- definen el programa, la escala y el tamaño de la propuesta. Se revisan de manera sistemática y analítica referentes de proyectos relevantes, examinándolos y evaluando su impacto. Se desarrolla una base bibliográfica y de proyectos sólida, con la cual el estudiante conforma su estado del arte. Este análisis determina criterios de actuación que pueden aplicar a sus diseños. En esta instancia cobra mucha importancia el viaje académico realizado por los estudiantes en semestres anteriores, mediante el cual la vivencia en los espacios les permite entender de mejor manera los atributos arquitectónicos.
Al insertarse en contextos reales con valores naturales y culturales, los estudiantes proponen diferentes criterios de manejo de las relaciones con las preexistencias; pero, todos parten del principio clave de que la nueva arquitectura debe ser capaz de modificar positivamente los lugares en donde es implantada. Los proyectos contemplan el reciclaje de edificios y parqueaderos, para convertirlos en vivienda; la re-funcionalización de otros en virtud de nuevas necesidades de los ciudadanos; y, en el caso de las nuevas edificaciones, se motiva a la sensibilidad ante la forma, proporción y escala del tramo.
El edificio debe cumplir además con otros roles, más allá de su programa, es decir, debe proyecte con bordes blandos, que como sostiene Gehl15 , generan transparencia, estimulan los sentidos, tienen usos mixtos, entre otras características. En consecuencia, garantizan el confort y seguridad de los ciudadanos; y dotan de permeabilidad, conexiones y espacio público para el disfrute de las personas (Figura 2).
2.2.3. Escala detalle constructivo
Las implantaciones nuevas que se generan en los proyectos y estas deben presentar al final la expresión constructiva del edificio. Por lo tanto, una lógica constructiva y estructural eficiente requiere de la coherencia entre sistemas y materiales; la ausencia de adornos y decoración; la optimización de los recursos; y el concepto de economía, entendido como el valor del tiempo de producción, su capacidad de repetición, durabilidad y calidad. Esto permite diseñar proyectos factibles y viables.
En las propuestas se analiza y reflexiona sobre los materiales y las técnicas de los contextos inmediatos y de la zona, incorporándolos a la propuesta a través de una lógica constructiva actual (Figura 3). En última instancia, esto busca una integración con el contexto inmediato, sin caer en una réplica de lo histórico, sino en el reflejo de la época en la que cada inmueble fue diseñado y construido.
2.3. Parámetros de evaluación de los proyectos
Los proyectos que los estudiantes han realizado en el centro histórico de Cuenca, se clasifican básicamente en cuatro categorías:
Desde el punto de vista urbano, en los cuatro casos se evalúan los proyectos desde varias aristas, tomando como base algunos de los principios utilizados por la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona: la compacidad, complejidad urbana, accesibilidad/movilidad, cohesión social y espacio público16 . Dentro de estos grandes temas, se evalúa el aporte del proyecto (muy alto, alto, medio, bajo o ninguno) y, analizan aspectos particulares tales como: densidades alcanzadas, incremento en la diversidad de usos y en la potencialización de equipamientos y servicios; generación de espacios de calidad para estancia, para peatones, para personas con capacidades diferentes, para el uso del transporte público y movilidad no motorizada, para diferentes grupos sociales y etarios; la existencia de plantas bajas activas y permeables, entre otras.
Los indicadores que evidencian una mayor incidencia con los proyectos son principalmente: densidad habitacional, incremento de espacio público, aumento de superficie verde por habitante y variación en la relación del espacio para el peatón y el vehículo. Actualmente, según el Instituto Nacional Ecuatoriano de Censos (INEC), las densidades en el centro histórico de Cuenca oscilan entre 100-120 hab/ha. Los proyectos de fin de carrera alcanzan densidades que superan los 170 hab/ha con condiciones adecuadas de habitabilidad. En cuanto al espacio público existen casos en los que se incrementa entre el 100% y 300%, con respecto a la superficie de espacio público que existe en la actualidad; lo cual va ligado al espacio para el peatón que también se eleva más del 20% en casi la totalidad de los proyectos. De igual forma, las áreas verdes llegan a 10-15 m2/hab en las diferentes propuestas.
La evaluación del ámbito arquitectónico/constructivo, demuestra que los estudiantes alcanzan resultados exitosos, en cuanto a relaciones con las preexistencias, la potenciación del lugar, a través del planteamiento de un programa que inserte actividades y nuevas oportunidades; la relación con los espacios inmediatos, la articulación de espacios históricos, la eliminación de barreras físicas, el rescate de monumentos y edificios contiguos; el tratamiento de fachadas frontales, laterales y posteriores de inmuebles preexistentes, el diseño de la quinta fachada, entre otros.
4. Conclusiones
La conciencia del territorio, el clima, la geografía, la cultura, el espacio y sus relaciones funcionales; la materialidad y su racionalización; la estructura y su efectiva ejecución; el patrimonio, su conservación y generación, toman relevancia como insumos que determinan el proyecto urbano-arquitectónico, y constituyen una guía metodológica para la práctica de nuestros futuros profesionales.
Los resultados del trabajo en contextos patrimoniales con los estudiantes próximos a graduarse han sido exitosos. Se puede destacar que, de entre los premios y reconocimientos otorgados a la Escuela de Arquitectura de la UDA, desde 2014, en eventos y concursos a nivel internacional, nacional y local, la mayoría han sido justamente proyectos en el centro histórico de Cuenca. Esto indica que las estrategias y procedimientos han sido validados por pares académicos y que, por ende, el camino emprendido ha sido el correcto.
La idea de trabajar en un proyecto de fin de carrera con clases presenciales durante aproximadamente ocho meses, en lugar de una tesis de graduación, trae consigo algunas ventajas. Por ejemplo, el hecho de interactuar en los cursos con compañeros y docentes promueve el aprendizaje y la oportunidad de un diálogo o demostración entre pares. Los diferentes detalles, programas, escalas y territorios de cada uno de los alumnos dinamizan la reflexión, el sentido de crítica y autocrítica, lo cual se refleja en los resultados finales de su proyecto. Es por ello que hemos considerado importante transmitir nuestras experiencias a la comunidad académica y a la ciudadanía en general, para de esa forma mantener una retroalimentación permanente en los procesos.
No obstante, esto no implica que en el proceso no hayan existido momentos de reflexión y cuestionamiento. Por ejemplo, los proyectos a los que hemos hecho referencia, a lo largo de este texto, implican intervenciones nuevas en contextos históricos y patrimoniales, pero no son proyectos de restauración, ni de investigación teórica pura. Ha sido objeto de debate interno, si se debería abrir el abanico de posibilidades de proyecto de fin de carrera, para que los estudiantes, cuando intervienen dentro del centro histórico, puedan realizar trabajos de restauración, o investigación teórica pura, para obtener su título de arquitecto.
Finalmente, hemos concluido que el llegar a un proyecto urbano-arquitectónico integral es la mejor forma de evaluar el cumplimiento de los resultados de aprendizaje de la carrera, y además, una herramienta para motivar a los estudiantes a convertirse en actores positivos en el cambio de la sociedad. Estamos conscientes de que estamos formando arquitectos que pueden asumir las responsabilidades de su profesión, como ciudadanos y como líderes.
Bibliografía
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2 BUSQUETS, Joan, Ciudades X formas: una nueva mirada hacia el proyecto urbanístico, Cambridge, Nicolodi Editore, 2007, p. 266.
3 CARRIÓN, Fernando, “El centro histórico como proyecto y objeto de deseo”, Revista EURE, vol. XXXI, nº 93, 2005, p. 90.
4 CARRIÓN, “El centro histórico como proyecto …”, p. 95.
5 Proyecto de fin de carrera es el trabajo de titulación, como opción alternativa a una tesis de grado. Es una asignatura presencial a cargo de profesores guía y directores en donde los estudiantes asisten a clases regularmente. Esta opción de grado se tomó con dos fines: por un lado, asegurar un mejor indicador de eficiencia terminal, y por otro, garantizar que el proceso de investigación y propuesta esté permanentemente guiado por docentes, en concordancia con la visión de la Escuela de entender a la enseñanza y profesión de la arquitectura como un oficio.
6 La carrera de Arquitectura en la Universidad del Azuay se creó en el año 2009, la primera promoción de alumnos se graduó en agosto 2014.
7 BUSQUETS, Ciudades X formas, p. 274
8 HAUBERG, Jorgen, “Research by design - A research strategy”, Revista Lusófona de Arquitectura e Educacao, No. 5, 2011, p. 51.
9 UNIVERSIDAD DEL AZUAY. Reglamento de la Unidad de Titulación, 2014
10 ALVARADO, Lusmidia; GARCÍA, Margarita, “Características más relevantes del paradigma socio-crítico: su aplicación en investigaciones de educación ambiental y de enseñanza de las ciencias”. Revista Universitaria de Investigación, n º. 2, 2008, p.190.
11 VERGARA, Alfonso; DE LAS RIVAS, Juan Luis, Territorios Inteligentes, nuevos horizontes del urbanismo.
12 ibid.
13 ibid., p. 219
14 BUSQUETS, Ciudades X formas, p. 11
15 GEHL, Jan, Ciudades para la gente, Buenos Aires, Ediciones Infinito, 2010, p. 78
16 RUEDA, Salvador, Agencia de Ecología Urbana de Barcelona. En: <
http://www.bcnecologia.net/es/modelo-conceptual/cohesión-social >, (5- febrero- 2016)