MINGA: EL PATRIMONIO INTANGIBLE EN LA CAMPAÑA DE MANTENIMIENTO DE SAN ROQUE, CUENCA - ECUADOR
Universidad de Cuenca, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Proyecto vlirCPM
Resumen:
El método de trabajo de la “minga”, es un patrimonio intangible que pertenece a las culturas ancestrales del mundo andino; se trata de un sistema de organización que une esfuerzos para desempeñar actividades dirigidas a alcanzar el bien común. En la presente investigación se pone en evidencia la adaptación y aplicación práctica de este modelo de actuación dirigiéndola hacia la protección del patrimonio, constatando así su efectividad, plena vigencia y factibilidad, no solo en la Campaña de Mantenimiento de las edificaciones patrimoniales de San Roque (2014), sino también en sus antecesoras en Susudel.
Palabras clave: Minga, patrimonio intangible, campaña de mantenimiento, San Roque, Cuenca-Ecuador
Abstract:
The "minga" work method is an intangible heritage belonging to the ancestral cultures of the Andean world. It is an organization system that joins efforts to carry out activities aimed at achieving the common good. In the present research, the adaptation and practical application of this behavioral model are shown, directing it towards the protection of heritage, thus confirming its effectiveness, validity and feasibility, not only in the Maintenance Campaign of the heritage buildings of San Roque (2014), but also in its preceding campaigns in Susudel.
Keywords: Minga, intangible heritage, maintenance campaign, San Roque, Cuenca-Ecuador
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1. Introducción
La “Campaña de Mantenimiento de San Roque de Cuenca”, ejecutada en la primera mitad del año 2014, se ocupó de la intervención en 22 edificaciones patrimoniales, enfatizando, fundamentalmente, los aspectos técnicos y de estabilidad de las edificaciones. Así, se abordó sobre la condición de sus estructuras y el diagnóstico de daños, para lo cual fue necesario desarrollar un complejo proceso de organización e intercambio con la comunidad. En este sentido, se incluyó a la propia comunidad no solo para poder ingresar a las casas sino, también, para poder actuar e intervenir en ellas.
Esta labor se realizó mediante la organización de grupos de trabajo que asumieron responsabilidades específicas. Esta metodología fue dirigida hacia el mantenimiento del patrimonio, con el fin de poder alcanzar los mejores resultados, costo-beneficio, de un esfuerzo colectivo no remunerado, conocido en el mundo andino como 'minga' o 'mink'a' en quechua, 'minccacuni' “solicitar ayuda prometiendo algo”.
Esta es una práctica social de trabajo comunitario o colectivo voluntario, que se usa en los andes americanos para la agricultura, la construcción de canales, puentes, obras de infraestructura en general, cuyo resultado conlleva la satisfacción de la participación por el bien común y la retribución, expresada en el beneficio directo de quienes han ayudado. La relevancia de esta iniciativa radica en que la minga, al ser esencialmente una manera de producir y gestionar en comunidad bienes y recursos, podría convertirse en un modelo alternativo de gobernanza para el bien común. En Europa, el llamado pre-común es un equivalente directo en el trabajo de los bienes comunales y, actualmente, ha tomado mucha fuerza.
La manera de producir y gestionar en comunidad bienes y recursos, tangibles e intangibles, que pertenecen a todos, es como se entiende al patrimonio, por lo cual, su recuperación constituye un problema moderno de interés común. Así, la minga adquiere el valor de un método práctico de actuación y gestión que, a más de cumplir con las metas inicialmente propuestas -el mantenimiento físico de los bienes- fortalece la conciencia colectiva y su articulación en torno a la conservación. En las imágenes de la Figura 1, presentamos a los actores y su trabajo colectivo en la campaña de mantenimiento realizada en Susudel, en el año 2011.
1.1 La Minga Institucional
La minga se consolida como una vía para construir y gestionar los recursos humanos, económicos y naturales, que nacen desde las organizaciones sociales, cooperativas y, desde las comunidades, para alcanzar metas que abonan al bien común. En este sentido, la minga se convierte en una institución de plena vigencia; eficiente y moderna, con raíces que se originan en momentos culturales pasados, incluso remotos, de las comunidades regionales y locales.
La “Campaña de Mantenimiento de las edificaciones patrimoniales de San Roque” propone la 'Minga Interinstitucional' como una vía en la que se articula el pro-común; en donde los bienes comunes se activan y se convierten en el foco del interés colectivo (siendo esencialmente privados) y, además, benefician la gestión y actuación comunitaria para la protección del patrimonio; este último entendido como un barrio o un sector.
Las campañas enfocadas en el mantenimiento patrimonial han demostrado ser exitosas, pues los bienes pueden ser protegido por la ciudadana de forma colectiva, a través de una iniciativa institucional calificada como 'minga institucional'; que guarda en su esencia un valor adicional: constituirse en un modelo de gestión que reestructura a la sociedad, estrecha nexos, reorganiza a la comunidad, invoca la convivencia para la recuperación de los bienes comunes. Esto ha dado como resultado un efecto doblemente eficaz; a través de la restauración del patrimonio se restaura también la sociedad y sus vínculos.
Las acciones que devienen del quehacer colectivo, son consideradas patrimonio inmaterial de una sociedad, como por ejemplo, las relaciones humanas, los emprendimientos sociales, la cultura, las tradiciones, costumbres, mitos y leyendas de nuestra identidad. En los resultados de esta investigación, que todavía no concluye, se pudieron constatar este tipo de valores, el barrio de San Roque, demostró ser un espacio de representación de las tradiciones de Cuenca.
2. Sistema de gestión social
La Campaña de San Roque fue articulada como un sistema de gestión social, en el que se propuso la metodología ancestral de la 'minga', a la que se añadieron ciertas innovaciones para que la experiencia cumpla sus objetivos. En este trabajo se puso en evidencia no solo el mecanismo de la minga, sino también, su entendimiento y adaptación a una experiencia multidisciplinar, interinstitucional y multi-participativa, en la que fue importante entender los aspectos y actores ocultos que viven y componen el patrimonio.
La Campaña se implementó sobre la base de las experiencias desarrolladas por el equipo de trabajo del proyecto vlirCPM, en la comunidad de Susudel , provincia del Azuay. La iniciativa fue concebida como un 'plan piloto de conservación preventiva' con el fin de aplicar las herramientas técnicas y teóricas desarrolladas dentro del proyecto de investigación vlirCPM, que tiene como fin inmediato, aplicar herramientas para la buena gestión del patrimonio.
En esta iniciativa se incorporó el proyecto de Campaña, sobre todo para facilitar la solución a problemas emergentes de conservación en donde está implicada directamente la comunidad. Entre los objetivos se proyectó: vincular a la comunidad, la Universidad, las instituciones públicas y las empresas privadas y reafirmar su compromiso con el cuidado y la protección del patrimonio; tarea que debe ser atendida de forma mancomunada entre la gestión pública, académica y comunitaria. La Figura 2 explica en forma gráfica la interacción de los actores involucrados en esta iniciativa.
2.1 Gestión Pública
A partir de mayo de 2015, en el territorio ecuatoriano, los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) se encargaron de preservar la arquitectura cultural. Los municipios asumieron la competencia de preservar, mantener y difundir el patrimonio arquitectónico y cultural, así como, de construir los espacios públicos en sus respectivos cantones. Con esto, cada GAD puede gestionar esta competencia, de acuerdo a su memoria histórica y a las necesidades de su comunidad. Los municipios pueden generar ingresos estableciendo tasas, contribuciones y promoviendo la autogestión para financiar el ejercicio de la competencia de patrimonio cultural. También, deben obtener recursos que provengan de proyectos de interés conjunto y de mutuo acuerdo con el gobierno central.
El Consejo Nacional de Competencias en el artículo 7, literal 1, sostiene que es competencia de los GAD: otorgar permiso a los Gobiernos Autónomos Descentralizados municipales y metropolitanos y organismos del sector público, para intervenciones en los bienes nacionales que pertenezcan al patrimonio cultural del Estado, de conformidad con la legislación vigente.
De igual manera el artículo 8, literal 15, afirma que otra competencia es prestar asistencia técnica a personas jurídicas de derecho privado; de derecho público, incluyendo sus entidades adscritas; y a personas naturales; para la investigación, conservación, restauración, recuperación, acrecentamiento, exhibición, inventario o revalorización de bienes pertenecientes al patrimonio cultural del Estado.
Sobre la base de las consideraciones anteriores se fundamenta el rol de la gestión pública antes, durante y después de la campaña. Además, el plan de mantenimiento requiere de técnicos especializados, estudios y gestión; las instituciones públicas no pueden estar fuera, es necesario vincular a las instancias gubernamentales porque dentro de sus competencias está regular y normar las intervenciones en los bienes que pertenecen al patrimonio.
La vinculación de las instituciones públicas se ejecutó, de forma paulatina, de la siguiente manera: acercamiento, coordinación y concreción de compromisos. Esto demandó tiempo y esfuerzo pues fue necesario provocar la convergencia y sincronía de las instancias gubernamentales, sobre todo de aquellas que están directa o indirectamente relacionas con las edificaciones.
Luego de un proceso de reuniones y gestiones interinstitucionales se hizo realidad la Campaña a través de ofrecimientos que se concretaron mediante convenios, cartas de compromiso, etc. A continuación se mencionan las instituciones más destacadas y su aporte:
El trabajo de coordinación e involucramiento entre instituciones (Figura 3 y 4) lo realizó el equipo de gestión y coordinación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca y el Proyecto vlirCPM, quienes fueron responsables de aunar esfuerzos entre el Municipio, la Universidad y la Comunidad.
2.2 Gestión académica: La Universidad de Cuenca, Facultad de Arquitectura y Urbanismo y el Proyecto vlirCPM.
La Universidad de Cuenca ha sido históricamente una de las instituciones ciudadanas más activas en la protección del patrimonio; desde 2007, está asociada a un programa de investigación en cooperación con el programa VLIR-UOS, mediante el cual se ha propuesto desarrollar herramientas para la gestión del patrimonio, que incluyen procesos de monitoreo y conservación preventiva del frágil patrimonio de la ciudad, sin perder de vista la realidad social de la misma.
Por otro lado, entre las competencias de la Universidad está la función de vinculación con la sociedad, que es un proceso interactivo a través del cual la institución se proyecta intervenir socialmente en los problemas y necesidades de desarrollo nacional, regional y local, del lugar en donde se encuentra ubicado la IES (Institución Educativa Superior). Mediante esta función, se implementan puentes institucionales para crear y fortalecer sus relaciones con los ejes y objetivos del Plan Nacional de Buen Vivir (PNBV).
En base a estos parámetros, el Proyecto vlirCPM resolvió realizar la “Campaña de mantenimiento en el barrio de San Roque”, por ser parte del territorio para el estudio; además, por su rico bagaje de historia y tradiciones, y por estar dentro del área de la declaratoria de Cuenca como Patrimonio Cultural de la Humanidad (área UNESCO). Así, San Roque, tras las experiencias previas de Susudel y la de actualización de inventarios en El Vado - Cuenca, fue el sitio escogido para la aplicación de la Campaña como una de las metodologías y herramientas que aportan a la gestión del patrimonio edificado de Cuenca.
Para aplicar un plan de conservación preventiva en una edificación o en un manzano, como es el caso de San Roque, fue necesario definir las estrategias, las acciones y procedimientos a seguir, para decidir y garantizar de la manera más idónea los pasos a cumplirse en cada instancia de la intervención.
Las etapas consideradas esenciales y que se han programado en la formulación de la propuesta son:
- Gestión y estudios preliminares
- Aproximación a la comunidad y acompañamiento
- Validación de diagnósticos por inmueble
- Coordinación y cooperación inter-institucional
- Convenios y trámites
- Pre-campaña, preparación y logística
- Campaña, cotizaciones, compras públicas
- Campaña, ejecución de obras
- Evaluación y presentación de resultados
- Monitoreo cíclico
De igual forma, es prioritario prever ciertos temas como: compra de materiales y herramientas, almacenamiento, preparación de desalojos o la acomodación del mobiliario, con ayuda de las Fuerzas Armadas del Ecuador; así también, la preparación de mecanismos de seguridad laboral, talleres con la comunidad, la promoción y difusión antes, durante y después de la ejecución de las obras.
Las campañas han adoptado y adaptado metodologías, a partir de la combinación de experiencias teóricas y prácticas sobre conservación preventiva. La estrategia denominada 3=5, (Campañas de Susudel Casas 2011 y Susudel Cementerio 2013) sintetiza la relación entre el trabajo de preparación de la intervención, programado para un periodo de tres meses, y su ejecución, programada para cinco días mediante mingas.
Una metodología y un proceso análogo se utilizaron para la intervención en San Roque. Durante esta campaña, la metodología sufrió adaptaciones: se trabajó con cinco equipos de trabajo, cada uno estuvo a cargo de la ejecución del mantenimiento de un número de cinco a seis inmuebles; cada equipo estaba conformado por un técnico del proyecto, el maestro o trabajador, que aportó cada propietario o administrador, y cinco miembros de las Fuerzas Armadas. La fórmula resulto así: 1 técnico asesor + 1 líder de grupo + 1 maestro calificado + 2 albañiles + 1 ayudante + 2 estudiantes + 5 militares + comunidad) x 5grupos = 22casas (9 semanas de ejecución. Las Figuras 5, 6, 7, 8 muestran los equipos que intervinieron en la campaña de San Roque:
2.3 Gestión: la comunidad
Las campañas son esencialmente procesos sociales y técnicos, en los que se pone en interacción a personas distintas y, en consecuencia, distintos aprendizajes y beneficios. La gestión comunitaria facilita una visión integral de los procesos, pues busca comprender las aspiraciones y las necesidades de las personas que habitan el patrimonio. San Roque conserva una particularidad que lo convierte en sujeto importante de investigación: ha mantenido la configuración social y urbana de un barrio histórico.
Las familias de este sitio están conformadas, en su mayoría, por segundas y terceras generaciones de moradores, cuyos padres y abuelos fueron los primeros habitantes del barrio. Estos vínculos han permitido que se mantengan muchas tradiciones y nexos locales, así por ejemplo como, fiestas y oficios de carácter religioso, leyendas, relatos, costumbres, gastronomía, talentos populares y sistemas constructivos tradicionales que sumados otorgan identidad al barrio.
El manzano está conformado por 28 predios y 26 edificaciones con distintos valores patrimoniales: ambiental, arquitectónico y sin valor patrimonial, en donde se desarrollan usos compartidos. El 96 por ciento de las edificaciones son viviendas, de las cuales el 14 por ciento lo combinan con tiendas de abarrotes, y el 11 por ciento con bares o discotecas. Hoy se conoce que viven allí cerca de 21 personas solas y 17 grupos de personas (familias) de 4 miembros, en su mayoría arrendatarios.
En las actividades académicas desarrolladas a lo largo del curso, los moradores del barrio mostraron una creciente disposición para colaborar con el proyecto desarrollado por la Universidad. La Campaña ha considerado el interés de participación de los vecinos como un indicador de una exitosa implementación. El barrio de San Roque cuenta con una directiva, que administra los procesos barriales, y que representa un factor importante dentro de la Campaña, por el poder de convocatoria que esta forma de organización otorga al barrio.
La aproximación a la comunidad no fue fácil: a pesar de existir estructuras administrativas y sociales, se constataron cierta resistencia y desconfianza entre vecinos, por lo que fue de vital importancia realizar encuentros con la comunidad. En ellos se establecieron acuerdos sobre la aceptación del proyecto; se abrió la participación en torno a la definición de la propuesta; se realizó la coordinación del aporte comunitario y, se preparó, de forma ordenada y consensuada, la etapa de ejecución de obras de la campaña.
En toda minga existen contrapartes. En el caso de San Roque el barrio asumió en forma organizada y responsable el pago de la mano de obra especializada de los maestros-albañiles, el costo que correspondía al tiempo que el albañil trabajó en su predio, calculándose este rubro por horas/día de trabajo. Igualmente fue responsabilidad del propietario el ofrecer refrigerios para el personal que laboraba en el predio, aspecto importante por la fuerza y dificultad de las jornadas de trabajo. Es interesante señalar que por propia iniciativa, el barrio se organizó bajo la estructura de la minga para elaborar los refrigerios. (Figuras 9 y 10)
La comunidad entera estuvo siempre dispuesta para barrer, guardar materiales, pedir o prestar herramientas, permitir que los materiales del otro predio ingresen por sus casas, e incluso, que desde sus predios se trabajen en casas vecinas, especialmente, en cubiertas y culatas, lo que se constituyó en logros propios, que ponen en evidencia la eficacia social de la campaña.
3. La Minga un modelo de gobernanza y gestión.
Según Navarro Campos (2016) la gobernanza se define como “las interacciones y acuerdos entre gobernantes y gobernados, para generar oportunidades y solucionar los problemas de los ciudadanos, y para construir las instituciones y normas necesarias para generar cambios”. Dicho de otra manera, una buena gobernanza facilita las cosas: permite gestionar inversiones, realizar trámites y procesos, en forma eficaz. Estos elementos pueden ser organizados mediante mingas, en las que los actores aúnan esfuerzos para un fin, en este caso, para el mantenimiento del patrimonio edificado. (Figuras 11, 12, 13 y 14)
La minga como herramienta para conservar el patrimonio se fundamenta entonces en cuatro premisas:
Como objeto: el patrimonio tangible e intangible es la riqueza común o el conjunto de bienes que se heredan y son patrimonio de una ciudad, de un país y de la humanidad, y se transmite a las generaciones futuras, por lo tanto, deben ser protegidos y gestionados en colectividad.
Como gestión: corresponde tanto a las instituciones públicas y privadas, esto es: Municipio, Etapa, la Gobernación del Azuay, el Ejército Ecuatoriano, la Empresa Eléctrica Regional, el ECU911, la Policía Nacional, la Universidad de Cuenca, la Fundación PACES, entre otras y la comunidad, gestionar los procesos. En las experiencias descritas la coordinación general estuvo a cargo de la Universidad de Cuenca (Proyecto vlirCPM)
Como práctica: la Campaña de Mantenimiento ejecuta un plan de conservación preventiva que permite a investigadores, profesionales, académicos, estudiantes, albañiles, propietarios y más, aprender in situ. La Universidad y la ciudadanía son las instituciones especialmente beneficiadas en estas actividades.
Como resultado: la conservación del patrimonio bajo este modelo implica: reducción de costos, mayor factibilidad de ejecución, optimización de recursos humanos y físicos; credibilidad hacia las instituciones públicas y una sensación de apropiamiento y bienestar físico, psicológico y emocional de los propietarios. Este tipo de trabajo no asalariado es a veces considerado parte del capital de las tareas de reproducción social que, al no ser remuneradas económicamente, reducen significativamente el coste de la mano de obra y del emprendimiento en su globalidad.
3.1 ¿Quiénes son los beneficiarios de una minga o campaña de mantenimiento?
Resulta importante preguntarse ¿Quiénes se beneficiaron en la Campaña de Mantenimiento de San Roque? ¿A quiénes estuvo dirigida la Campaña?
Las Campañas de Mantenimiento, constituidas en una profunda e integral experiencia, son una excepcional oportunidad de crecimiento humano individual, colectivo y social que no es de fácil cuantificación, pero es perceptible en el proceso, además que ha continuado mostrándose vigorosa en los años subsiguientes a la experiencia. Estos beneficios se suman a la tangible y cuantificable conservación de bienes patrimoniales en su estructura física.
La Campaña de San Roque generó reacciones sociales, provocó y motivó actividades compartidas; permitió visualizar nuevos intereses comunes, puso en marcha nuevas iniciativas y emprendimientos (privados y colectivos), que tienen relación con la original movilización de planificación, procesos que nacieron de una motivación que el equipo técnico y el barrio llegaron a establecer. La experiencia de la Campaña influyó en el curso de la vida del barrio, así como, en sus relaciones sociales y humanas.
En este tipo de procesos de auto-organización y recomposición de vínculos de solidaridad, también existen altas probabilidades de que se incrementen, de forma significativa, los conflictos sociales, dado el interés y la potestad de disponer de los recursos que son considerados comunes, si los parámetros de trabajo, selección y gestión no están clara y suficientemente definidos.
La experiencia de San Roque debe tener en cuenta varios aspectos a definir: los beneficiarios directos deben ser conjuntos urbanos de cuyos habitantes posean recursos económicos limitados, (clase media y media-baja) de igual manera los bienes inmuebles a ser considerados para la intervención deberían tener valor patrimonial, y además es esencial contar la voluntad de participación de los vecinos (en el caso de San Roque algunos vecinos se autoexcluyeron y el proyecto fue respetuoso de esas decisiones. Varias de las personas que no participaron en el trabajo continuaron siendo convocadas e incluidas en el proceso de talleres y evaluaciones previas y posteriores).
Se hace muy útil para un mejor entendimiento de los actores sociales, la aplicación de una ficha socioeconómica, acompañada de un claro diagnóstico emergente de la situación de la edificación y de la posible propuesta de intervención. A partir de ello, es imperativo definir las prioridades individuales y colectivas.
3.2 ¿Son solo los propietarios a quiénes estuvo dirigida la Campaña?
En el marco de la Campaña, se reconoce el gran desafío que implica para la comunidad saber intervenir y conservar su patrimonio ya que las entidades competentes, en el cometido, enfrentan muchas dificultades. La minga es un proceso de beneficios mutuos, la aplicación del Plan de Manteamiento, en sus diferentes etapas, demanda del compromiso de algunos actores, por lo que es posible afirmar que todos los participantes son, en mayor o menor medida, beneficiarios de esta experiencia.
Los propietarios recuperan sus bienes y ganan en calidad de vida, la vecindad remoza sus relaciones, se cohesiona y visibiliza nuevas iniciativas, la Universidad actúa, crea condiciones para el proceso enseñanza aprendizaje incomparables y genera información que le permite desarrollar procesos de investigación científica, los maestros son remunerados por su trabajo, los miembros de la fundación PACES (jóvenes de la calle con alta vulnerabilidad social) reciben un estimulante reconocimiento por su trabajo al sentirse realmente útiles, gracias a sus destrezas, con la sociedad, las instituciones públicas tienen reconocimiento social y refrescan su relación con la comunidad, los militares, profesores equipo técnico y administrativo y estudiantes, sienten un orgullo incomparable por haber participado en una experiencia de alto contenido social.
La ciudad patrimonial encuentra nuevas vías para hacer frente al siempre complejo proceso de preservar, en forma co-responsable con sus habitantes, la protección de su patrimonio, que es a su vez, patrimonio de toda la humanidad. La figura 15 detalla tanto en número como en diversidad los sectores involucrados
4. Resultados alcanzados mediante la Minga interinstitucional
La dimensión de la minga, como se ha expuesto, no genera resultados únicamente en el cumplimiento de propósitos técnicos, sino, sobre todo, en el florecimiento de una dinámica social en cierta forma inadvertida y poco presente en el momento en que inició la experiencia. Este trabajo decantó una multitud de experiencias, desde fuerzas de tensión entre la determinación, el entusiasmo y la comprensible presentación de desconfianza; hasta resistencias frente a un escenario incierto y desconocido. Todas estas relaciones hicieron que el trabajo adquiera un carácter y compromiso de altos valores humanos, como la cooperación, solidaridad y expresión de fe.
Durante el desarrollo de la propuesta surgieron estímulos inesperados que se constituyeron en energías movilizadores para la buena conclusión del trabajo. Así, se dibujó un escenario positivo, de alto nivel de confianza, en el que la gestión colectiva de los recursos comunes tomó forma. En definitiva, la minga alcanzó institucionalidad propia, capaz de sobrevivir a lo largo de los años.
En resumen, la minga encapsula en su esencia un bien común, una comunidad asociada a su proceso y un valioso modelo de gobernanza, que se materializa en una forma de producir y gestionar en comunidad bienes tangibles e intangibles, cuyo detentor no es únicamente el propietario, sino muchas otras personas que desbordan incluso los límites de la comunidad beneficiada. Estas son instancias en las que todas las partes implicadas tuvieron acceso, participaron y se comprometieron para asegurar su eficacia. Todo patrimonio va indisolublemente acompañando de un modelo de gestión colectiva y colaborativa humana.
Visualizar a la Minga como una alternativa de gestión, planificación e intervención, se constituye en un ejercicio de vida social, cultural y política que necesita ejercerse en comunidad para unir lo político, lo administrativo y lo económico con la ética, la cultura y la sociedad. Esa forma de gobernanza se puede mantener siempre que exista consciencia sobre la importancia de la participación activa de la comunidad. Se debe tener presente que la Campaña ha modificado positivamente el curso de vida del barrio; sus relaciones sociales y humanas se han fortalecido y ha mejorado el nivel de habitabilidad (calidad de vida) de los beneficiarios. En lo cultural, un 38,5% de los beneficiarios expresó haberse capacitado en relación al mantenimiento de un inmueble patrimonial.
Pero existe también una faceta de la minga que amerita escribirse con un punto y aparte, esto es: la fuerza de lo afectivo en el trabajo. La intervención desbordó la parte técnica o física del trabajo: inicialmente, se identificaron los predios a ser intervenidos, como casa uno, casa dos, casa ocho, etc.
¿A cuántas personas benefician este tipo de intervenciones?
Pareciera que en cada casa habita únicamente una familia, o –en el otro extremo- pareciera que los espacios físicos no tienen límites: el trabajo encontró familias compuestas, por núcleos extendidos como abuelita, hija, nieto, su esposa y sus hijos, frecuentemente los habitantes de estos inmuebles, suman más de diez personas que viven en una casita pequeña, como es el caso de Doña Carmen, propietaria de uno de los predios intervenidos. Este es un indicador directo que permite indicar que esta campaña incidió en forma determinante en mejorar el nivel de habitabilidad, la calidad de vida de muchas personas, calidad de vida que tiene relación con los aspectos físicos, y también con lo otros, humanos, afectivos y sociales.
Los recursos económicos a disposición de la mayoría de las personas beneficiadas por este tipo de experiencias son siempre escasos, apenas alcanza para la alimentación y los gastos del día a día. Por esto, para ellos es regularmente difícil pensar en desplegar acciones de mantenimiento a sus edificaciones. Al realizarse la Campaña se pasó de las duda a la esperanza, del escepticismo a la confianza y luego de la acción física algunos vecinos mantuvieron el espíritu generado levantando nuevas iniciativas y emprendimientos que se han propuesto. Posterior a esta campaña existen algunas recomendaciones, para futuras experiencias: por ejemplo: definir mejor los tiempos de intervención de acuerdo a clima, prever sistemas de compras públicas, incluir en el equipo un profesional experto en metodologías participativas que apoye la elaboración y aplicación de una ficha socioeconómica y otros aspectos vinculados a la colectividad.
5. Conclusiones
El modelo de trabajo de la Minga reconocido como un patrimonio intangible del mundo andino y que se origina en las culturas ancestrales, es una iniciativa por medio de la cual se predispone la organización de esfuerzos dirigidos y concertados para lograr una meta que resulta en concreciones de beneficio común. La presente investigación reconoce en la Minga una experiencia que puede constituirse en un verdadero modelo de gestión para proteger el patrimonio. Su efectividad y factibilidad ha sido puesta a prueba no solo en la Campaña de mantenimiento de las edificaciones patrimoniales de San Roque (2014), sino también en sus antecesoras, Susudel, y cementerio de Susudel (2011-2012).
Este nuevo modelo de gestión para la actuación en el patrimonio, requiere de una comunidad receptiva, organizada y dispuesta a asumirla. Sus alcances y efectividad que desbordan los aspectos técnicos y teóricos de la restauración e incursionan en aquellos sociales, éticos y humanos continúan siendo monitoreados y evaluados desde la Universidad de Cuenca mediante el trabajo realizado en los años subsiguientes a la Campaña (2014, 2015, 2016 y 2017), por el equipo de investigación del proyecto vlirCPM (Ciudad Patrimonio Mundial) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca. En cada experiencia de las tres desarrolladas hasta el momento, han existido grandes aprendizajes, muchos resultados positivos pero también aspectos que deben ser depurados, corregidos o adaptados en cada ocasión.
Uno de los aspectos más estimulantes y posiblemente poco visualizado al inicio mismo de estas experiencias, ha sido el de la inclusión progresivamente fuerte de la comunidad, que de una actitud inicial de receptora –en el mejor de los casos- de la iniciativa, paso a asumir una posición de actora central, de protagonista fundamental con inclusión en la toma de decisiones y la generación de nuevas ideas que facilitaron estos procesos. La construcción de relaciones renovadas entre vecinos y en general, entre los protagonistas y participantes en estos procesos son recursos inadvertidos inicialmente que desencadenan nuevas oportunidades y que pese al paso del tiempo se mantienen latentes en el ambiente del barrio. Los vínculos emocionales y reciprocidad creados al interior de la comunidad como fruto de esta experiencia, es un nuevo valor (¿patrimonial?) que se incorpora en la vida de las comunidades participantes.
El modelo denominado “Susudel”, ha sido probado en dos contextos sociales diferentes, las 2 primeras campañas se desarrollaron en un sector rural, donde la minga aun es un modelo de trabajo colectivo presente y los habitantes están inmersos en este trabajo como mano de obra directa e incluso conocen parte del oficio, mientras que intervenir en el Barrio urbano de San Roque implica distinto contexto y condicionantes diferentes, que de manera decisiva contrastaron realidades.
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