COMPROMISO POLÍTICO Y SOCIAL DE MANUELA BALLESTER. VIDA Y OBRA HASTA EL EXILIO (1908-1939)

Cristina Martínez Sancho

Universidad Complutense de Madrid (España)


Resumen:
El presente trabajo aborda el estudio sobre la vida y obra de la artista valenciana Manuela Ballester en el periodo comprendido entre 1908 y 1939, año en que parte al exilio. Partícipe de la renovación de la plástica valenciana de los años treinta, Manuela Ballester supuso un ejemplo paradigmático de la generación de artistas e intelectuales progresistas que hicieron su aparición en el panorama cultural de esta convulsa década. Artista polifacética y profesional, desarrolló también una importante actividad literaria y política por medio de artículos e ilustraciones para las revistas Estudios, Orto, Nueva Cultura y Pasionaria principalmente, llevando a cabo al mismo tiempo una constante labor en defensa de los derechos y las reivindicaciones sociales de las mujeres.

Palabras clave: Manuela Ballester, Mujer artista, Militancia, Arte español siglo XX, Valencia.

Abstract:
The aim of this paper is the study of the life and work of the valencian artist Manuela Ballester between 1908 and 1939, year in which she was forced to exile. Involved in the renewal of the valencian art scene during the thirties, Manuela Ballester meant a paradigmatic example of the generation of progressive artists and intellectuals who arise during that decade. Professional and multifaceted artist, also developed an important literary and political activity, by mean of articles and illustrations for magazines such as Estudios, Orto, Nueva Cultura and Pasionaria, evolving at the same time an unceasing labour in defense of the women’s rights and social vindications.

Keywords: Manuela Ballester. Women artist. Militancy. 20th century spanish art. Valencia.

1. Introducción

            El periodo que comprende la llamada vanguardia artística valenciana de los años treinta ha sido tratado en algunas investigaciones dada su gran relevancia1 . Pese a esto, algunos de los artistas de gran prestigio entonces todavía no han sido reconocidos en su justa medida. Es el caso de Manuela Ballester Vilaseca (1908-1994), que por diversas circunstancias aún hoy no ha alcanzado la posición que su figura merece. En primer lugar por el simple hecho de ser mujer. Son incontables los casos en la Historia del Arte donde la mujer artista queda relegada a un segundo plano, aún siendo su obra de igual interés que la de sus colegas masculinos contemporáneos 2. También por formar parte de una generación de artistas exiliados y marginados por la crítica y la erudición oficialista del régimen anterior. Además, hay que decir que estuvo casada con el principal fotomontador y cartelista de la época, Josep Renau, por lo que su labor se mantuvo en un discreto segundo plano 3.

            La recuperación de la figura de Manuela Ballester se inició hace varias décadas con la muerte del dictador, aunque aún a día de hoy esta rehabilitación es modesta y quedan importantes lagunas por conocer sobre su vida y su obra. Es la problemática común que nos encontramos regularmente a la hora de afrontar la investigación de una mujer artista: la mayor parte de su testimonio y de su obra se encuentra perdida o en posesión de familiares, los cuales no suelen ser muy tendentes a prescindir de ella.

Los estudios publicados sobre Manuela Ballester no son muy numerosos, y los pocos con los que contamos nos dan una información sesgada y biográfica de la artista, en la mayoría de los casos tocada de soslayo al referirse a Josep Renau. El principal conocimiento que tenemos de Manuela y su producción nos llega de la mano de personas que la conocieron de primera mano, como son el crítico de arte Manuel García y el investigador Francisco Agramunt Lacruz4 . El primero fue el encargado de realizar la publicación más completa que tenemos de Manuela 5, la cual fue consecuencia de una exposición-homenaje que se realizó en honor de la artista un año después de su fallecimiento.  

Contamos además con tres entrevistas que concedió la artista valenciana al periodista Rafael Ventura Meliá 6 y a su amigo Manuel García7 . Suponen los únicos documentos en los que Manuela toma las riendas y habla de sí misma, por lo que resultan imprescindibles para acercarnos a su conocimiento.

Aparte del trabajo artístico, otra de las facetas de Manuela fue la escritura, tanto a nivel más intimista mediante la creación de poemas 8, como de compromiso político-social debido a su ímpetu por formar parte de las vicisitudes que le tocó vivir9 .

Respecto a las fuentes procedentes directamente de familiares contamos con un número considerable. Albergamos testimonios directos escritos, como son el de su cuñados, Juan 10 y Alejandro Renau11 , y el de su hermano Antonio Ballester 12, los cuales narran su propia experiencia en la que evidentemente Manuela también aparece reflejada. Y por supuesto los escritos del que fue su marido durante años, Josep Renau 13. En cuanto a las fuentes orales es imprescindible mencionar los testimonios que nos ofrecen sus hijos en el documental dirigido por la directora valenciana Giovanna Ribes14 , así como la entrevista que tuve la oportunidad de realizar a su sobrino, el también artista Jorge Ballester 15.

Uno de los actos más relevantes que se han realizado en torno a su figura, y de lo que nos ha quedado constancia, ha sido el ciclo monográfico titulado Manuela Ballester: creadores oblidades, organizado por la asociación valenciana Dones en Art en el año 2008 16. Gracias a la colaboración de la presidenta de dicha asociación, Antonia Bueno, se han podido consultar las conferencias y actividades que se llevaron a cabo en este proyecto.

Algunos de los más importantes investigadores del Arte Español del siglo XX también se han referido a la artista a la hora de establecer un contexto en el que situar sus investigaciones, entre ellos hay que destacar a Jaime Brihuega Sierra 17, Javier Pérez Segura18 , Juan Manuel Bonet 19 o Vicente Aguilera Cerni 20 entre otros.

Además, cabe mencionar el importante número de exposiciones en las que Manuela participó, tanto en vida como después de su muerte, y de las que ha quedado constancia en la prensa de la época y en los catálogos de exposición 21.

Con la realización de este trabajo se pretende resaltar aquellos años de compromiso político de la artista, donde la causa de la mujer estaba muy presente. Años en los que las mujeres artistas, que hasta entonces se habían visto limitadas a temáticas y quehaceres academicistas, se empaparon del ambiente político del momento y agarraron sus pinceles empleándolos como armas para realizar carteles de propaganda, ilustraciones comprometidas en revistas, o incluso murales, intentando concienciar de este modo a las clases trabajadoras mediante un pensamiento predominantemente de izquierdas. Se incorporan pues a la biografía de Manuela Ballester nuevos datos de interés que habían pasado desapercibidos hasta la fecha, queriendo además huir del lenguaje paternalista con el que se la ha tratado en algunos estudios.

2. Primeros pasos: siguiendo el oficio paterno (1908-1922)

“Si estos tiempos están en contra de vosotras (…) resiste y lucha como ella
(Luisa Roldán) debió resistir y luchar, hasta imponer su derecho.”22

            Manuela Ballester Vilaseca nació en Valencia el 17 de Noviembre de 190823 , siendo la segunda hija 24 del matrimonio formado por el escultor Antonio Ballester Aparicio25 y la modista Rosa Vilaseca Oliver. Manuela estuvo ligada desde muy temprana edad al mundo artístico de la Valencia del momento gracias al taller de imaginería que tenía su padre en la calle Salvador, y por supuesto a todos los artistas que allí acudían26 . De este modo su padre le inculcó, como al resto de sus hermanos27 , la vocación artística28 . Según palabras de la propia Manuela: “Mi padre era un Donatello (…), de allí me vino la afición, o la necesidad de hacer un trabajo”29 . “Una de las más caras aspiraciones de mi padre, quizás por reflejo de aquel afortunado Pedro Roldán, padre de Luisa, era que alguna de sus hijas aprendiéramos su oficio”30 .

Su destreza en el ámbito del dibujo y su interés por la pintura convencieron a su padre para que la matriculara, en 1922, en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia 31, donde fue alumna de los maestros Ferrer Calatayud, Isidoro Garnelo, Francisco Paredes, Gonzalo Salvá, Ricardo Verde y por supuesto, de su padre 32. En esta escuela predominaba, en la década de los años veinte, la estética postsorollista, “un figurativismo costumbrista de desdibujado trazo pastoso en el ámbito pictórico” 33. Según Agramunt Lacruz, allí la joven alumna despertó enseguida la curiosidad entre sus condiscípulos y profesores, los cuales advirtieron de inmediato su dominio del dibujo académico34 y sus conocimientos técnicos larvados en su infancia en el taller paterno 35. En estos momentos que nos ocupan, cabe recordar la poca presencia de mujeres que se formaban en las escuelas de arte -y en el ámbito universitario en general-, y las dificultades que ello entrañaba. Son significativos los comentarios que hace Manuela al respecto:

“En aquellos tiempos, los últimos años de la monarquía en España, la muchacha estudiante era mal mirada en general, pero particularmente lo era la estudiante de las escuelas de bellas artes, pues estas escuelas eran terreno vedado a mujeres. Recuerdo las burlas groseras de los bedeles, las puyas hirientes con que los mismos maestros trataban de desanimarnos y en el mejor de los casos, la indiferencia de los compañeros”36 .
Y prosigue:

“No había tantas mujeres estudiando, y menos que se sintieran dueñas de sí mismas (…). Éramos cuatro o cinco. Yo no sentía el problema, ese complejo ante los hombres. Cada uno tiene su función”37 .

Como podemos observar, Manuela era plenamente consciente del machismo imperante tanto en los estudios universitarios como en las escuelas de arte; del mismo modo era complicado para las mujeres que allí estudiaban alcanzar voz propia. Pese a esto, Manuela no se dejaba desanimar sino todo lo contrario, le motivaba a seguir esforzándose y mejorando.

Durante su periodo de estudios, ganó un premio de retrato38 , motivo por el cual realizó su primer viaje a Madrid para poder aprender en primera persona de las grandes figuras de la pintura española en el Museo del Prado. 39 Manuela Ballester se interesó desde el principio por el retrato, género que practicaría durante toda su vida pero que realizaba a allegados y familiares de manera desinteresada 40.

3. Concienciación político-social del arte (1923-1932)

“Y con eso llegó Renau, como una tromba (…) Y con Renau, cómo no, la política.
He tenido una relación muy especial con la política”41.

Aunque en los primeros momentos de su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia se interesó principalmente por el arte más clásico y académico, pronto sintió la necesidad de mirar hacia otras manifestaciones artísticas más en consonancia con las inquietudes juveniles que se estaban fraguando en aquel ámbito cultural. En contra de este gusto académico se formó un grupo de ideología republicana dentro de la Escuela, liderado por un jovencísimo Josep Renau, que apostaba por una renovación plástica de fuerte compromiso político. Dentro de este grupo se encontraban Francisco Carreño, Francisco Badía, José Sabina, Ricardo Rosso, Juan Renau42 , Rafael Pérez Contel y Tonico Ballester 43. Manuela entró en consonancia con las inquietudes revolucionarias que se iban desarrollando en estos momentos, por lo que entabló amistad con los miembros de este grupo, acentuando de este modo sus inquietudes políticas.

En un primer momento, este grupo de jóvenes artistas en torno a Josep Renau estuvo muy influenciado por Marinetti y el Manifiesto Futurista, el socialismo ruso, el dadaísmo, el surrealismo, etc. 44, aunque como bien explica el propio Renau, sus inquietudes no eran exclusivamente artísticas y políticas45 .

Manuela Ballester participó junto a sus compañeros en las reuniones y tertulias artísticas literarias que por entonces se celebraban en los cafés, y en particular en la Sala Blava 46. La apertura de la Sala Blava en el año 1929 fue acogida como símbolo de triunfo de las nuevas corrientes estéticas, desechando así unos postulados que se consideraban caducos o superados, y penetrando en otros más ideológicos y revolucionarios47 . Coincidiendo con dicha apertura, tuvo lugar la Exposición de arte de Levante en la que, según relata Vicente Aguilera Cerni, “predominaban los artistas anclados en las mitologías dominantes de 1909 y 1910”48 . Cabe mencionar esta exposición en el apartado dedicado a la vida y obra de Manuela Ballester que nos ocupa porque, según Agramunt Lacruz, Manuela participó en la citada muestra49 , algo poco probable si tenemos en cuenta el carácter de la misma y los intereses de la pintora valenciana en esos momentos, alejados de la pintura de tintes regionalistas y académicos. La Exposición de arte de Levante motivó a Josep Renau para realizar un vehemente y combativo manifiesto contra el academicismo valenciano que se pudo ver en dicha exposición; otro motivo más para afirmar que Manuela Ballester no pudo participar en la citada muestra. Este manifiesto supone un buen ejemplo para describir la inquietud juvenil de Manuela Ballester y sus compañeros:

“(…) Queremos sentir la emoción, no de la forma y el color, sino del alma, de la forma y del color. Queremos sensibilidad dinámica, humedad de sentimientos, calor de pasiones, locura de voluptuosidades. Este es nuestro medio ambiente, este es nuestro siglo, y esto, en fin, queremos que refleje nuestro arte. Sin ortografías ñoñas, sin cánones cómodos y decadentes, sin prejuicios cobardes. (…) El pasado ya fue, está detrás de nosotros y ya no nos pertenece. El futuro será, está entre nosotros, es nuestro y podemos moldearlo a nuestro sentir. Vayamos hacia él, y cuando nuestro hoy sea ayer, si nuestras obras no reflejan nuestra inquietud de ahora, si quedan inconsecuentes a las gentes de mañana, que sean destrozadas, quemadas, y que se aventen sus cenizas” 50.

            Poco después de su creación, la Sala Blava presentaba ya graves problemas económicos 51, de manera que un año después a su apertura el local tuvo que ser adquirido por un partido nacionalista, la Agrupación Valencianista Republicana52 . Se organizó entonces la Exposició: pintura, escultura, dibuix (1931), en la que se reunieron obras de Manuela Ballester, Francisco Carreño, Josep Renau, Jiménez Cotanda y Enrique Climent, entre los pintores, y de Vicent Beltrán, Antonio Ballester, Pérez Contel, Francesc Badía y Ricard Boso, como escultores, además de dibujos de Renau, Salvador, Vivó, Francesc Badía, Pérez Contel y Antonio Ballester 53.

Los artistas e intelectuales de la Valencia de este periodo introducirán cada vez más contenidos sociales en sus respectivas actividades, iniciando así una trayectoria que únicamente se vería frenada tras la Guerra Civil54 . Como apunta Pérez Segura, fueron algunos miembros de esta generación de artistas valencianos comprometidos, como hemos indicado, tanto con la renovación del lenguaje artístico como con determinadas ideas políticas, quienes concibieron en primer lugar la idea de una Exposición de arte español moderno, realizando las gestiones necesarias para que ésta se llevara a cabo, estableciendo contacto con los miembros del Ateneo Mercantil valenciano, institución que posteriormente se dirigirá a la Sociedad de Artistas Ibéricos (SAI) 55. Se organizó por tanto, la llamada Exposición de arte novecentista (1932)56 , que correspondía a la segunda presencia de la SAI durante la República. Dicha exposición generó diferentes opiniones, las cuales quedaron recogidas por los críticos de arte de la época en las distintas publicaciones para las que trabajaron. Buena parte de la crítica señaló en la diferencia de calidades de las obras allí expuestas, de la ausencia de unidad entre ellas o incluso de la falta de originalidad, pero también hubo críticas favorables 57.

            Con todo esto, Manuela y sus compañeros fueron haciéndose un nombre dentro de todo este ámbito político-cultural valenciano. El testimonio del escultor Antonio Ballester nos ofrece una panorámica de todo este compromiso que afloró en estos momentos, y de cómo los jóvenes se agarraron a él con gran entusiasmo:

“Estábamos interesados por esta vanguardia del arte y luchábamos en Valencia, en nuestro terreno, contra la academia, contra el academicismo, y organizábamos exposiciones dentro de nuestro ideario” 58.

Del mismo modo continúa diciendo:

“Éramos un grupo de artistas, que no éramos proletarios; éramos de la clase más o menos liberal (…) Militábamos en el Partido Comunista y en la FUE [Federación Universitaria Escolar] (…) Llevábamos exposiciones a los centros obreros, a los sindicatos, y organizábamos exposiciones nuestras en vez de las galerías, en sitios donde estaban los obreros” 59.

Como comenta la militante comunista Alejandra Soler “Manolita y Renau ya eran artistas reconocidos” 60. Según nos relata también la propia Manuela, durante estos años “contacté, a través de Renau, con los anarquistas valencianos del periodo. De ahí surgieron las colaboraciones, por ejemplo, en la Revista Estudios. También contactamos con los anarco-sindicalistas. A partir de ahí empezamos a colaborar con Orto. Luego terminé militando en el Partido Comunista 61”. Manuela también colaboró con la revista Nueva Cultura. Posteriormente quedará afiliada a la Agrupación de Mujeres Antifascistas de Valencia, dirigiendo además la publicación femenina Pasionaria: Revista de las mujeres antifascistas de Valencia 62.  

4. Encargos y oficios: figurines e ilustraciones (1924-1931)

Durante estos años de aprendizaje y desarrollo, Manuela fue adquiriendo, al igual que sus compañeros, un carácter político del arte y de fuerte compromiso social que explosionaría en los años de la Guerra Civil. Hasta entonces, compaginó la pintura con el diseño gráfico y la moda, realizando figurines de moda63 para la revista Crónica (Madrid) y Hogar y Moda (Valencia)64 . Estas aportaciones al mundo de la moda suponían una fuente de ingresos que la artista por aquel entonces no podía rechazar.
 
            Manuela llegó también a colaborar en la ilustración de portadas de revistas como Blanco y Negro (octubre de 1929), en donde podemos observar influencia del estilo art déco, que tanto gustaba a los ilustradores valencianos de estos momentos. Se puede apreciar ya el uso del aerógrafo en estos carteles, mérito que muchos especialistas otorgan a Renau 65.

            En cuanto a su quehacer en la ilustración de libros, hay que destacar la portada que realizó para la edición en España de la novela Babbitt 66 del Premio Nobel de literatura Sinclair Lewis, por la cual ganó el concurso convocado por la Editorial Cenit para la realización de dicha portada. Al concurso se presentaron otros diseñadores gráficos de indudable talento como: Penagos, Ribas o el propio Josep Renau, entre otros 67. Este hecho quedó recogido en la prensa de la época, como fueron El Sol 68de Madrid, en donde se anuncia el libro como la primera traducción hecha en español del mismo y el primer premio del concurso concedido a Manuela Ballester; también el Heraldo de Madrid69 dedica un apartado a este fallo del concurso de portadas. En este sentido hay que resaltar el espacio que le dedica la publicación valenciana La Semana Gráfica a la concesión del citado premio a Manuela Ballester, diciendo lo siguiente:

“ (…) Ayer Renau, casi un niño, triunfador en Madrid con su exposición de dibujos admirables, y hoy esta dulce y bella Manolita Ballester, aventajada discípula de la Academia de Bellas Artes, cuyo nombre suena en el mundo del arte por vez primera pregonado por los clarines de Éxito. Esta joven artista acaba de alcanzar el primer premio en el concurso de portadas abierto por la Editorial Zenit para elegir la destinada a la novela Babbitt, de Sinclair Lewis. Acudieron al citado concurso los más renombrados dibujantes españoles que han sido en esta ocasión vencidos en franca lid por el arte de Manolita Ballester. La importancia del concurso señala el hecho de que el segundo premio ha sido otorgado a Penagos.” 70.

            Como podemos observar es inevitable ya por entonces referirse a Josep Renau al hablar de Manuela Ballester, aún teniendo en cuenta que Renau no ganó el concurso de portadas de Cenit. Podemos comprobar también el lenguaje paternalista o condescendiente del crítico mediante el uso de adjetivos que nada tienen que ver con la factura de la portada premiada, referidos en numerosas ocasiones a la mujer artista, lo cual resulta algo distorsionante, con adjetivos tales como “dulce” y “bella”71 . En esta tónica se refieren otros estudiosos de la figura de Manuela Ballester al hablar de su manera artística:

“Contemplando sus carteles, portadas y dibujos publicados en las revistas se observaba ese compromiso y un ímpetu viril en la manifestación gráfica que, paradójicamente, nunca suprimió el candor, la sensibilidad y el alma femenina que se documentaba a través de sus obras” 72.

            Tales acepciones han sido semejantes la mayoría de las veces al referirse a una mujer artista. Si bien es verdad que había muchas mujeres en estos momentos que realizaban un trabajo similar al de sus colegas masculinos contemporáneos, ¿por qué al referirse a su práctica artística se tiene que hablar de virilidad? Pero eso sí, siempre conservando su feminidad. Lo que está claro es que la obra de Manuela Ballester en estos momentos tiene la entidad suficiente como para poder valerse por sí misma, independientemente del género que se le quiera dar.

            Manuela Ballester sigue realizando ilustraciones para libros, como es el caso de la ilustración de La novela d´una novela de Francesc Almela i Vives 73, de la editorial Nostra Novel.la, en la que también colaboró Josep Renau y que estaba ligada al incipiente nacionalismo valenciano. Aquí podemos observar unas ilustraciones algo naíf conectando con la vanguardia surrealista. En este periodo también encontramos portadas de libros para niños, como El castillo de la verdad74 , o La perla que naixque en lo fang75 .

5. Crítica de artes y letras: colaboraciones con revistas culturales y comprometidas (1932-1936)

            Con la proclamación de la II República había comenzado una nueva etapa que, beneficiada por su libertad de expresión, pondría en evidencia los graves problemas que arrastraba el país76 . Esto se hizo patente en las revistas de carácter comprometido que surgieron en estos años. En lo que refiere a la ciudad de Valencia, esta incrementará su actividad intelectual, sobre todo al convertirse en capital de la II República a partir de noviembre de 1936.

            Es en estos momentos, a principios de los años 30, cuando Manuela Ballester aparecerá ligada a ese fenómeno que supuso las vanguardias comunistas de entreguerras, de la mano de su ya marido Josep Renau77 . Renau funda con otros compañeros, y por supuesto con Manuela, la Unión de Escritores y Artistas Proletarios, sección española de la Association des Écrivains et Artistes Révolutionnaires. Durante este tiempo el trabajo de Renau se incrementa sobremanera, por lo que no se entiende su avance sin la colaboración de Manuela Ballester, la cual ayudaba a su compañero en los numerosos encargos que al famoso Renau realizaban78 .

            Aparte de sus colaboraciones en revistas más “amables” mediante su aportación de ilustraciones y figurines, Manuela Ballester decidió comprometerse junto a sus compañeros en revistas de contenido político y social principalmente. Tal fue el caso de las revistas Estudios. Revista ecléctica (1928-1937), Orto. Revista de documentación social (1932-1934)y Nueva Cultura. Información, crítica y orientación intelectual (1935-1937), atendiendo especialmente en este último caso al suplemento Nueva Cultura para el campo (1936-1937). Para estas revistas realizó ilustraciones, fotomontajes, artículos y opiniones, los cuales serán expuestos continuación.

5.1 Estudios. Revista ecléctica

            La publicación Estudios. Revista ecléctica, fue editada en Valencia entre los años 1928 y 1937. Se podría decir que es “una revista cultural anarquista por el pensamiento de sus creadores, pero ecléctica por la diversidad ideológica de sus autores y la originalidad de los temas tratados” 79. Sirvió como vehículo de las necesidades de formación de la generación de jóvenes republicanos, su lenguaje y sus hábitos de vida. Sus contenidos abarcan desde la educación sexual, el arte, la ciencia, hasta la cultura en general. Estudios. Revista ecléctica es la continuación de otra publicación similar: Generación Consciente. La parte gráfica, sobre todo de sus portadas, tuvo una especial mención, y originó una manera de creación en este ámbito que era muy reconocible. En este sentido destacó la participación de ilustradores como Manuel Monleón, Josep Renau o Helios Gómez. La colaboración de Manuela Ballester en esta revista se limita a la realización de una única portada para la misma (Fig. 1). Se puede observar la clara relación que existe entre la obra gráfica de Manuela Ballester y la de otros ilustradores como los mencionados anteriormente. Se evidencian unas formas volumétricas y rotundas que tanto recuerdan a los carteles soviéticos. Debido a que esta es la única aportación de Manuela en la revista, podríamos suponer que se trata de un encargo que fue realizado a Josep Renau y que por motivos que desconocemos este no lo pudo entregar a tiempo y se lo encargó a su compañera siguiendo la misma tónica de la revista80 . Aún así, es significativo que una mujer artista aparezca como ilustradora en la portada de una revista, ya que como vemos, en nada difiere del estilo del grafismo-cartel que en estos momentos realizaron sus contemporáneos.

5.2. Orto. Revista de documentación social

            La revista fue publicada en Valencia, bajo la dirección de Marín Civera, desde marzo de 1932 hasta su cese en enero de 1934. Sus veinte números constan de 64 páginas cada uno y, tal y como indica Javier Paniagua, “en ellos escriben principalmente autores no españoles que pueden, en algunos casos, identificarse con un marxismo heterodoxo o un anarcosindicalismo que intenta dar una alternativa al movimiento libertario desde unas bases de organización social y económica inspiradas fundamentalmente en el sindicalismo” 81. La revista tuvo como redactor gráfico a Josep Renau, en donde participaron ilustradores dentro del círculo de estos artistas valencianos comprometidos. En ella se trataron diversos temas: como la sanidad, la divulgación científica, aspectos críticos de la religión, el urbanismo, actualidad política, economía, sexualidad, arte, feminismo y luchas sociales entre otros.

            La colaboración de Manuela Ballester en esta revista no destaca a nivel cuantitativo, pero sí a nivel cualitativo. Contamos con un fotomontaje (Fig. 2) realizado por la artista, ocupando la totalidad de una de las páginas de la revista, en donde establecemos importantes influencias con los fotomontajes que ya estaba creando por entonces su marido y que ella realizó a la par. Al igual que Renau, Manuela también publica en Orto su primer fotomontaje político, titulado “Las instituciones armadas cuidan de que no sea perturbada la tranquilidad de las “gentes de orden” 82. Se perciben influencias de la cinematografía soviética (teoría del montaje de Pudovkin), grafismo constructivista y un pequeño guiño a los fotomontajes dadaístas. Al igual que los de Renau, es un fotomontaje de contenido agit-prop (agitación y propaganda), en blanco y negro y de gran compromiso revolucionario 83. También publicó en las páginas de la revista un artículo 84 que muestra a un tipo de colectivo especialmente reprimido y perseguido: el ejemplo de una mujer negra. Aquí se pone de manifiesto, además de la dificultad que ya de por sí tienen las mujeres de alcanzar voz propia, el tema del racismo, y anima al lector a exigir justicia contra ello.

5.3. Nueva Cultura. Información, crítica y orientación intelectual

            La revista Nueva Cultura se publicó en Valencia entre los años 1935 y 1937. Fundada por un grupo de intelectuales comunistas valencianos encabezado por Josep Renau, apareció con periodicidad mensual. Fundamentalmente escrita en castellano, se pueden establecer en ella dos etapas: la primera comprende trece números entre enero de 1935 y julio de 1936, caracterizándose por su antifascismo militante y por su intento de organizar el Frente Popular de la cultura española; la segunda etapa está compuesta por ocho números, realizados entre marzo y septiembre de 1937, en donde sirvió como órgano oficial de la Alianza de Intelectuales por la Defensa de la Cultura de Valencia (AIDCV)85 . Durante el tiempo en que Nueva Cultura estuvo sin publicar, surgieron nuevas publicaciones que dependían directamente de las Ediciones de Nueva Cultura, como por ejemplo: el Manual del Miliciano, tres números especiales de Nueva Cultura para el campo -en los cuales como se verá, Manuela Ballester participó activamente tanto a nivel de ilustraciones como de textos-, cuatro hojas de Nueva Cultura para los que luchan en el frente, aparte de diversos textos del propio Renau, de Francisco Carreño Prieto o de Gil-Albert.

            Como ya adelantábamos, la participación de Manuela Ballester en la revista fue notable. Colaboró con la publicación a base de textos que abarcaban desde la crítica de libros, que estaban en consonancia con el pensamiento de Nueva Cultura, hasta artículos de opinión. En este sentido caben destacar las críticas realizadas para el libro “Reparto de Tierras”, de Cesar M. Arconada 86, y para el poema “Voz de la Tierra”, de Pla y Beltrán87 .

            Además encontramos un interesante artículo escrito por Manuela Ballester que versa con el título de “Mujeres intelectuales88 ”, y que supone una crítica a un artículo recogido en la revista zaragozana Noreste89 haciendo alusión a una exposición de un grupo de mujeres que mostraron sus dibujos y escritos en la Librería Internacional de Zaragoza 90. Es el primer texto de la artista en el que se habla abiertamente de su verdadero interés por el arte en relación directa con el momento histórico-social. Se trata por tanto de una crítica ante la ausencia de compromiso político en la obra expuesta de las pintoras consideradas las más renovadoras del momento, como Ángeles Santos, Norah Borges, Rosario de Velasco y Marisa Pinazo. Manuela Ballester alude ferozmente a la pérdida –por parte de estas pintoras- del llamado “espíritu de mujer 91”, en cuanto interesándose éstas por temas considerados poco tiempo antes como “femeninos”, como fueron los bodegones florales o los retratos. En este sentido Manuela termina el texto diciendo las siguientes palabras:

                                                                   “No pedimos nosotros ni pide el arte que el artista exprese sus emociones al dictado de tal o cual ideología. Pero sí que pide la Humanidad y exige el arte un mínimum de honradez y de dignidad del artista para consigo mismo. Una sinceridad que refleje en las obras las palpitaciones humanas; y en este caso, en que de mujeres artistas se trata, exige además la Naturaleza que la obra, además de viva y fecunda, sea un amargo grito maternal de protesta contra el dolor de la carne inocente o un imponente exigir paso a la vida”92 .

            Cabe comentar que en el germen de Nueva Cultura “se halla la voluntad de instaurar un nuevo realismo socialmente comprometido que conectara con el pueblo. Se rechazaba así la abstracción, considerada como un ejercicio gratuito y ocioso, y se buscaba soporte en determinadas épocas y figuras de la tradición pictórica española elaborando un armazón teórico al que no es ajeno el texto de Plejánov Arte y vida social” 93.

            Mención especial se refiere el suplemento que editó la revista Nueva Cultura con el nombre Nueva Cultura para el campo, el cual constaba de tres números como vimos anteriormente. En esos tres números Manuela Ballester participa activamente, ya sea mediante la realización de fotomontajes o ilustraciones como por la aportación de artículos destinados al conocimiento del trabajo de la mujer en el campo; realizando un llamamiento a las mujeres de los pueblos para que se organicen en comités de mujeres antifascistas pudiendo de este modo llevar a cabo el trabajo de retaguardia necesario para poder triunfar en el frente. Tal es el caso de artículos como “El trabajo de la mujer en el campo 94”, “¿Por qué y para qué constituir en los pueblos comités de mujeres antifascistas? 95” o “Derecho  la tierra 96”.

            En cuanto a la parte gráfica, Manuela Ballester colaboró con la revista Nueva Cultura y su suplemento Nueva Cultura para el campo a través de la realización de fotomontajes y dibujos que ilustraban los diferentes escritos que en ella aparecían. Son dibujos impregnados de gran carga política, realizados a tinta, cuyo fin es concienciar al lector y ofrecerle un testimonio realista de los hechos que están aconteciendo en esos momentos, además de servir como estimulación a la hora afrontar los inconvenientes que están surgiendo. Un ejemplo es la ilustración que realizó Manuela Ballester (Fig. 3) para otorgar una potente visión de la Elegía a Aída Lafuente97 con la que el poeta Pla y Beltrán rindió homenaje a la militante comunista.

            En los fotomontajes, cabe resaltar los que acompañan a un antiguo cuento ruso que Josep Renau se encargó de traducir y que fue publicado en el número nueve de la revista Nueva Cultura (Fig. 4 y 5). Los fotomontajes sirven de síntesis del relato: un episodio imaginario de la construcción del socialismo contado por el anciano Tuta Temdachov.

            Son fotomontajes a la manera de Renau, asemejándose a la serie de “Testigos negros de nuestro tiempo” que el valenciano también tiene en Nueva Cultura.

            Otro de los fotomontajes fue realizado esta vez para el suplemento Nueva Cultura para el campo (Fig. 6). De nuevo Manuela Ballester recurre al fotomontaje como arma de crítica social, para denunciar la falta de alimentos que tienen los niños. El fotomontaje acompaña un texto escrito también por la artista y que ya comentamos en líneas anteriores.

6. Militancia y educación para la mujer: La Escuela femenina Lina Odena (1936-1937)

            Del mismo modo en que Manuela Ballester colaboraba con publicaciones comprometidas, también era partícipe de las reivindicaciones políticas y sociales que se desarrollaban en estos años 30. Al igual que sus compañeros de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, Manuela Ballester se adscribió al Partido Comunista de España con la intención, como tantos jóvenes, de crear una revolución social similar a la de la Unión Soviética.

            Es en 1936 cuando, con motivo de las elecciones legislativas 98, realiza su primer cartel político-propagandístico del que se tiene constancia (Fig. 7), en donde se incita a la mujer para que opte por el Frente Popular99 . El cartel de Manuela refleja de manera clara los impedimentos a los que se enfrentaban las mujeres a la hora de decidir sobre el futuro del país. Se representa a la mujer-madre 100 -o matriarcal y de heroicidad abnegada 101- intentando ejercer su derecho al voto mientras que es tirada de sus ropajes por una serie de personajes pertenecientes a los estratos más anquilosados de la sociedad: la derecha y la iglesia; los cuales a su vez pisan un montón de cadáveres. Carmen Grimau comenta que “la clara tendencia a la masculinización de la silueta de la mujer se opera mediante recursos formales geometrizantes de origen postcubista o mediante recursos formales de recuerdos populares, tales como tratamientos envolventes de los volúmenes”102 . De la misma manera dice que “en los carteles del Partido Comunista predomina el concepto económico y sobrio de las formas (…); toda la composición se basa en este principio de economía conceptual, reducción de elementos expresivos a su justa medida, tan característico de los carteles de la Bauhaus. No se representan rostros, y cuando se hacen son impersonales, tipificados”103 .
           
Tras la pérdida en las elecciones de la derecha desunida, los extremistas de derecha de todos los partidos de oposición empezaron a conspirar junto con el ejército, dando como resultado el alzamiento militar que desembocaría en la Guerra civil española. Según relata Agramunt Lacruz, “el estallido de la Guerra civil frustró algunos de los proyectos artísticos en los que se encontraban trabajando el joven matrimonio –Renau y Manuela-, sin embargo, para Manuela Ballester fue una experiencia enriquecedora, en el sentido de que puso sobre el tapete dramáticamente, su radical desnudez, ciertos sentimientos íntimos y valores esenciales hasta entonces ocultos” 104.

            Como militante activa del Partido Comunista y miembro destacado de la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura, llevó a cabo una incesante labor en defensa de los derechos y reivindicaciones sociales de las mujeres. Decidió colaborar con la causa republicana en la lucha contra el fascismo, convirtiéndose, en el año 1936, en un miembro importante de la Agrupación de Mujeres Antifascistas de Valencia105 , colaborando además en diversas tareas del Ejército Popular. En relación a este hecho, es en ese mismo año cuando se convierte en fundadora y directora de la publicación Pasionaria: revista de las Mujeres Antifascistas de Valencia.

            En 1937 colaboró junto a su entonces marido Josep Renau, a la sazón Director General de Bellas Artes, en las tareas organizativas del Pabellón Español en la Exposición Internacional de París celebrada ese mismo año, y en la selección de los artistas españoles que participaron en él 106. Algunos autores, como Francisco Agramunt o Manuel García, insisten en que Manuela Ballester también pudo exponer en el Pabellón Español, sin embargo no se ha conseguido documentación fidedigna que nos aclare este hecho107 . Además, participó activamente en la organización del Segundo Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura, celebrado en junio de ese mismo año en el Ayuntamiento de Valencia 108. Durante esta etapa, una de sus funciones también fue la de concienciar mediante mítines –a la manera de La Pasionaria- a las mujeres del importante trabajo que estaban realizando en la retaguardia, haciendo hincapié en la formación de los Comités de Mujeres Antifascistas en el campo.

            Otra de las ocupaciones destacables de Manuela en estos momentos fue la de colaborar como docente en la recién formada Escuela Femenina Lina Odena de Valencia. Esta Escuela gratuita estaba situada en la calle Paz nº5 de Valencia. Fue creada, el 17 de enero de 1937 109, por la Sección Femenina del Partido Comunista para todas “aquellas mujeres valencianas, sin distinción de ideologías, en quienes la falta de la más elemental institución pudiera ser hoy obstáculo para cualquier servicio en la retaguardia” 110. Erradicar el analfabetismo fue uno de los asuntos clave de los que se ocupó el Gobierno de la República y, como hemos podido comprobar en la revista Pasionaria, la formación de la mujer era un asunto importante ya que, ante el abandono por motivos bélicos de los puestos de trabajo de muchos hombres, las mujeres tenían que ocupar sus lugares y tenían que estar perfectamente preparadas para ello. Además, con el aliciente de acabar con el fascismo, muchas de estas mujeres se abrían nuevos horizontes en cuanto a que se las animaba a participar políticamente en los asuntos de su ciudad y de su país. El nombre de la escuela supuso un homenaje a la joven miliciana Lina Odena, muerta en el frente 111.

            En la fotografía que Vicente Vidal Corella 112 realizó para la revista Crónica de Madrid (Fig. 8), aparece Manuela Ballester, no siendo referida en el texto (empezando por la derecha, la tercera de las mujeres que están sentadas). Gracias a esta imagen hemos podido conocer otra de las muchas facetas a las que se dedicaba Manuela en estos momentos, siempre al servicio del Partido Comunista y para la causa de la mujer antifascista.

            Carmen Puyol (en el centro de la imagen) fue la responsable de esta Escuela y en la misma revista Crónica de Madrid nos detalla su puesta en funcionamiento y sus objetivos:

            En primer término, solicité y obtuve del Comisariado de la Vivienda el local para la Escuela, destinado gratuitamente por dicho organismo para los fines interesados. Conocedora de que el Control de Chóferes (U.G.T.-C.N.T.) poseía determinado material escolar, obtuve de dichos compañeros la dotación de un buen número de mesas, cedidas con un gran desinterés y un gran espíritu de solidaridad para nuestra causa. (…) Ellas –las camaradas- pintaron las mesas, decoraron el local y se encargaron de dotarla de material de enseñanza, pidiendo donativos a diversos centros y librerías. (…) Fundada para la instrucción de analfabetos, se enseñará en ella Lectura, Escritura, Aritmética, Geografía, Gramática, Dibujo y Corte y Confección. (…) Cuando la marcha de los acontecimientos lo permita, se organizarán cursos de Puericultura y Maternidad, principalmente sobre Enfermería e Higiene infantil”113 .

            Además de impartir cursos, la Escuela disponía de una biblioteca propia. Cabe recalcar que, según las propias fundadoras, la Escuela Lina Odena fue pensada para todas las mujeres con carencias de alfabetización, independientemente de cuál fuera su matiz político. Allí acudieron anarquistas, sindicalistas, comunistas, socialistas y sin partido.  

            La creación de esta Escuela no fue un caso aislado. Otros centros de formación y capacitación de mujeres en Valencia durante la Guerra civil fueron la Casa de la Cultura de Mujeres Libres y la Institución para la Enseñanza de la Mujer 114.

            Como se puede observar, Manuela Ballester se encontraba inmersa en la actividad política de Valencia durante el transcurso de la Guerra civil. Además de realizar carteles propagandísticos, de colaborar en revistas comprometidas, y de tener un papel destacado en la Asociación de Mujeres Antifascistas de Valencia, Manuela también se dedicó a alentar a los combatientes en el frente y a las mujeres en la retaguardia dando discursos que en ocasiones aparecieron publicados en las revistas en las que ella colaboraba. En estos discursos se hacía especial hincapié a la importancia que tenía el trabajo de las mujeres en el campo, del requerimiento de conseguir los víveres necesarios para que la guerra pudiera desarrollarse sin ningún percance.

7.Traslado a Barcelona y exilio por los Pirineos (1938-1939)

            En noviembre de 1937 el Gobierno de la República se trasladó desde Valencia a Barcelona y posiblemente Manuela se mudara junto a Renau y su familia a la ciudad condal ya que Renau fue requerido para un nuevo cargo, la dirección de la Propaganda Gráfica del Comisariado General del Estado Mayor Central. Renau afrontó este cargo dese abril de 1938 hasta enero de 1939115 .

            En ese mismo año de 1937 Manuela se convirtió en dibujante de la Sección de Prensa y Propaganda del Comisariado General del Ejército de Tierra. Por estas fechas obtuvo el primer premio en el concurso convocado por el Ministerio de Defensa Nacional para el proyecto de la Medalla del Valor.  

            Tras el fatídico desenlace de la Guerra civil, Manuela Ballester y su familia iniciaron un largo periplo en busca de un nuevo hogar en el que asentarse. En el año 1939, se encontraban en Barcelona cuando finalizó la contienda, marcharon entonces a en dirección a Francia, pasando toda clase de penurias y dificultades 116 -Renau permaneció en España poco tiempo más debido a sus obligaciones-. De Francia partieron en barco hacia Estados Unidos, en el que también iban otros intelectuales117 . Una vez en el país americano, tomaron un autobús en dirección a México, lugar que les recibió con los brazos abiertos118 .

8. Conclusiones

            Como hemos podido comprobar, Manuela Ballester supuso un ejemplo de emancipación femenina en la primera mitad del siglo XX. Si bien es verdad que su modelo no fue nada generalizado, otorgándole por tanto un carácter de excepcionalidad dentro del panorama social de ese momento. Sin embargo, en algunos aspectos es complicado hablar de Manuela sin remitirnos al que fuera su compañero durante muchas décadas, el también artista y político Josep Renau. En este trabajo se ha tratado matizar el poder influenciador de Renau en Manuela, intentado referirse lo menos posible a él, queriéndonos distanciar de esos estudios que califican a Manuela únicamente como esposa de Renau y madre de sus hijos, huyendo por otra parte del testimonio puramente biográfico y sensacionalista que ha sido la tónica de los últimos años. Esta pretensión inicial ha tenido evidentemente sus limitaciones a la hora de separar ambas carreras artísticas. Si bien reconociendo que la creación artística de Manuela durante estos años es influenciada por el carismático Renau, quizás habría que tener en cuenta que la obra de Renau depende también de la de Manuela119 .

            En este sentido resulta cuanto menos excepcional que una mujer se dedicara de manera profesional a la práctica artística a principios del siglo XX, y más si cabe que lo hiciera volcándose en un territorio dominado por los hombres al hacer obra de fuerte realismo combativo, convirtiéndose así en una especie de miliciana con los pinceles. Existieron otros ejemplos de mujeres que se dedicaron a la práctica artística propagandística, como fue el caso de Elisa Piqueras 120 o Paquita Rubio121 . Seguramente se dieron algunos casos más, por lo que es necesario un estudio en profundidad que recupere a todas esas mujeres artistas dedicadas a estos temas, algo que puede resultar interesante no tanto a nivel artístico -ya que realizaban exactamente lo mismo que sus compañeros- sino a nivel sociológico y cultural. Resulta llamativo además que, a pesar del supuesto progresismo de determinados ambientes y personajes, estas mujeres eran iniciadas en la práctica artística de talante comprometido por medio de sus parejas masculinas. Destacan unas declaraciones que ofrece Paquita Rubio en donde comenta que a ella nunca le interesó esta práctica combativa, sino que simplemente ayudaba a su marido -José Bardasano- con los encargos que a éste le hacían. A nivel general, esto nos puede llevar a pensar que estas mujeres no tenían un verdadero interés por la política y, en consecuencia, por la práctica artística propagandística; algo que no podemos afirmar con rotundidad ya que como hemos visto a lo largo de todo este trabajo, Manuela Ballester se interesó por los hechos que acontecían en su ciudad siendo fiel a su ideología y compromiso político, independientemente de que en un principio fuera Renau y su grupo de amigos los que la motivaran para dedicarse a esta práctica.

Por todo lo expuesto, el estudio de la vida y la obra de Manuela Ballester durante este periodo concreto, ha permitido arrojar algo de luz en torno a esta artista que poco a poco comienza a ser reconocida dentro de los movimientos artísticos de los años 30 del siglo pasado. Esperemos que en futuros trabajos de investigación, e incluso en las aulas, su nombre quede reflejado no como un mero apéndice de Josep Renau, sino como una artista completa e independiente.

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1 El estudio más completo hasta la fecha, pero que carece en ocasiones de rigor historiográfico, sigue siendo: F. AGRAMUNT LACRUZ, La Vanguardia artística valenciana de los años treinta: arte y compromiso en la II República, Valencia, Consellería de Cultura, Educació i Esport, 2006.

2 Ya en 1971, la profesora norteamericana Linda Nochlin lanzó al mundo en la revista Art News una pregunta incómoda pero fundamental: “Why Have There Been No Great Women Artists?. La respuesta era aparentemente sencilla: a lo largo de toda la Historia del Arte no encontrábamos muchos ejemplos de mujeres artistas debido principalmente al impedimento, por parte de determinados factores sociales e institucionales, de que su talento se desarrollara de forma libre. Véase: E. DE DIEGO, “Figuras de la diferencia”, en V. BOZAL (ed.), Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas, vol. II, Madrid, La balsa de la Medusa, 2002, pp. 434-451. El texto de Linda Nochlin aparece traducido en el catálogo de la exposición Amazonas del arte nuevo que se realizó en Madrid, en el año 2008. Véase: L. NOCHLIN, “¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?”, en Amazonas del arte nuevo (cat. exp.), Madrid, Fundación Mapfre, 2008, pp. 283-289. Es significativo que este artículo tardase varias décadas en ser traducido y publicado en España.

3 Según la propia artista, el mantenerse en un segundo plano fue algo completamente voluntario, como se puede apreciar en la entrevista concedida a Rafael Ventura Meliá para el diario Levante. R. VENTURA MELIA, “Entrevista. Manuela Ballester. Viuda de Renau: Queremos que su obra esté en  Valencia”, Levante, Valencia, 21-XII-1986, pp. 3-5. Nos detendremos más adelante en esta cuestión que no se corresponde del todo con la realidad.                                                                                                                                                                                                                                      

4 lo cual supone a su vez un inconveniente, ya que estos dos estudiosos se han encargado de monopolizar el tema y de ofrecernos una visión de la artista que se centra casi exclusivamente en su papel de esposa de Renau. De este modo resulta necesario otorgar un punto de vista más objetivo y centrado en su producción.

5 M. GARCÍA (ed.), Homenaje a Manuela Ballester, Valencia, Institut Valencià de la Dona, 1995.

6 R. VENTURA MELIA, “Entrevista. Manuela Ballester… ob. cit.

7 M. GARCÍA, “Entrevista con Manuela Ballester”, en Homenaje a Manuela Ballester, Valencia, Institut Valencià de la Dona, 1995, pp. 83-99., y GARCÍA, Manuel: “Manuela Ballester: salí de España a pie, con mis hijos, por los Pirineos”, en Hoja del Lunes, Valencia, 20-III-1989, p. 74.

8 M. BALLESTER, Cosas, México, s.n. 1981.

9 Manuela Ballester escribió artículos para las revistas Estudios, Orto, Nueva Cultura y Pasionaria entre otras durante la década de los treinta. En este trabajo que nos ocupa se analizarán detalladamente estos textos y se les dará una razón de ser.

10 J. RENAU, Pasos y sombras. Autopsia, México, Colección Aquelarre, 1953.

11 A. RENAU, Hasta donde la memoria alcanza, México, 1986 (Texto inédito).

12 A. BALLESTER, “Elena Aub entrevista al escultor Antonio Ballester”, en Antonio Ballester: recuerdos de infancia, guerra y exilio, Valencia, IVAM, 2000, pp. 17-166.

13 J. RENAU, La Batalla per una nova cultura, Valencia, Climent, 1978.

14 G. RIBES, Manuela Ballester, el llanto airado, Tarannà Films, 2008. (Película). 

15 C. MARTÍNEZ SANCHO, Entrevista a Jorge Ballester, Valencia, 2012 (Texto inédito).

16 En el año 2008 se cumplió el centenario del nacimiento de la artista, por este motivo se decidió conmemorar y homenajear la labor de la figura de Manuela Ballester, pero también a todas aquellas mujeres creadoras que alzaron la voz y lucharon por un bien común. Como apunta el resumen del proyecto del ciclo, “la finalidad de este proyecto es, pues, contribuir a la eliminación de los estereotipos sexistas y la promoción de la igualdad de género en la cultura y, por ende, en la sociedad”.

17 J. BRIHUEGA SIERRA, Las Vanguardias artísticas en España. 1900-1936, Madrid, Istmo, 1981, p. 326.

18 J. PÉREZ SEGURA, Arte Moderno, Vanguardia y Estado. La Sociedad de Artistas Ibéricos y la República (1931-1936), Madrid, CSIC, 2003, p. 82-84.

19 J. M. BONET, Diccionario de las Vanguardias en España. 1907-1936, Madrid, Alianza Editorial, 1995, p. 81.

20 Arte valenciano años 30, Valencia, Consell Valencià de Cultura, Generalitat Valenciana, 1998, p. 15.

21 Entre ellas hay resaltar: Exposició: pintura, escultura, dibuix, en la Sala Blava de Valencia (1931), Manifestación de Arte Novecentista, en el Ateneo Mercantil de Valencia (1932), Exposición colectiva de la Casa de la Cultura en México (1940), Exposición en el Club de Creadores de Cultura de Berlín (1963), Mostra d´Arte Contemporánea en Milán (1972), Exposición colectiva, Cerca del Edén, en la Galería Punto de Valencia (1973), La Mujer en la Plástica en el Palacio de Bellas Artes de México (1975), Pintores y Escultores Republicanos Españoles en la Galería Mercedes y Jordi Gironella de México (1975), Exposición del Movimiento de Solidaridad con los Pueblos de España en el Ateneo Español de México (1978), Exposición retrospectiva en la Galería Estil (principios de los años 80), La Vanguardia Artística Valenciana de los Años Treinta en Valencia (1981), El Exilio Español en México en Madrid (1983), Homenaje a las víctimas del franquismo y a los luchadores por la libertad en Valencia (1988), Un siglo de pintura valenciana, 1880-1980, en Valencia (1994), Homenaje a Manuela Ballester en Valencia (1995), Mujeres que fueron por delante/Dones que van anar al davant, en Alicante (1998), D´Apres: Versiones, ironías y divertimentos, Valencia (2005), Después de la alambrada: el arte español en el exilio, 1939-1960 (2009) y Manuela Ballester en el exilio. El traje popular mexicano, Valencia (2015).

22 M. BALLESTER, “La escultora Luisa Roldán”, en Mujeres Españolas, México, octubre, 1954.

23 Costando en el Registro Civil exclusivo nº3 de Valencia como Manuela Rosa Ballester Vilaseca. Reproducción íntegra del asiento correspondiente obrante en la Sección 1, Tomo 227-2, p. 54 de este Registro Civil.

24 En total fueron cuatro hermanas (Teresa, Manuela, Rosa y Josefina), y dos hermanos (Estanislao y Tonico).

25 Escultor de imaginería religiosa. Fue profesor en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Para conocer más sobre su vida y obra consultar F. AGRAMUNT LACRUZ, Diccionario de Artistas Valencianos del Siglo XX, Tomo I, Valencia, Albatros, 1999, p. 154.

26 F. AGRAMUNT LACRUZ, “La gran dama el exilio valenciano”, en Homenaje a Manuela Ballester, Valencia, Institut Valencià de la Dona, 1995, p. 123.

27 Rosa, Josefina y Antonio (Tonico) Ballester fueron importantes artistas en sus respectivos ámbitos. Rosa y Josefina Ballester se dedicaron principalmente al grabado y al dibujo; mientras que Antonio Ballester se dedicó a la escultura, alcanzando gran fama dentro y fuera del país. Las figuras de Rosa y Josefina Ballester requieren de un reconocimiento aún no otorgado.

28 El caso de Manuela Ballester y sus inicios en el ámbito artístico supone el típico ejemplo de artista femenina cuya vocación plástica le venía por vía familiar. Como comentaremos en apartados más adelante, las mujeres que querían iniciarse en el arte tenían que proceder de familias que se dedicaran al oficio, ya que de otro modo nunca hubieran tenido la oportunidad de aproximarse por sí mismas, debido sobre todo a la mediatizada hostilidad del ambiente en el que vivieron.

29 R. VENTURA MELIÁ, “Entrevista a Manuela Ballester… ob. cit. p. 3.

30 M. BALLESTER, “La escultora… ob. cit.

31 Manuela cursó estudios de pintura desde el año 1922 hasta 1928.

32 M. GARCÍA, “Manuela Ballester: artista, mujer y exiliada”, en Homenaje a Manuela Ballester, Valencia, Institut Valencià de la Dona, 1995, p. 71.

33 A. FORMENT, “Josep Renau. Vida y obra”, en Josep Renau, 1907-1982: compromís i cultura (cat. exp.), Valencia, Universitat de València y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2008, p. 39.

34 Su sobrino Jorge Ballester insistía en lo extraordinariamente bien que dibujaba su tía Manuela, y en la querencia por su parte de seguir sus pasos logrando estudiar en el mismo lugar que ella. En C. MARTÍNEZ SANCHO, “La responsabilidad de Jorge Ballester. Conversaciones con el hartista”, ASRI. Arte y Sociedad. Revista de Investigación, nº 9, octubre 2015.

35 F. AGRAMUNT LACRUZ, “La gran dama… ob. cit., p. 123.

36 M. BALLESTER, “La escultora… ob. cit.

37 R. VENTURA MELIA, “Entrevista a Manuela Ballester…ob. cit., p. 3.

38 Según Manuela el importe del premio fue de seiscientas pesetas. Ibídem.

39 C. ESCRIVÁ MOSCARDÓ, “Recordando a Manuela Ballester”. Título de la conferencia impartida por la autora el 15 de octubre (2008), organizada por la Asociación Dones en Art de Valencia, en el Festival 08: Manuela Ballester: Creadores olvidades (Texto inédito).

40 En este trabajo no se incluirán estas obras por la derivación misma del propio tema. Algunos de estos retratos quedaron recogidos en el catálogo de exposición: Después de la alambrada: el arte español en el exilio. 1939-1960, Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2009, pp. 85-87.

41 R. VENTURA MELIA, “Entrevista a Manuela Ballester…ob. cit., p. 4.

42 Juan Renau, hermano de Josep Renau, define a Manuela como “una chica pintora discípula de mi padre, espigada y rubia, de andares arrogantes y clara inteligencia”, en J. RENAU, Pasos y sombras. Autopsia, Sevilla, Renacimiento, 2011, p. 311. Con esta afirmación también podemos suponer que Manuela Ballester regentaba el taller de José Renau Montoro, algo que no está probado y poco probable teniendo en cuenta que el padre de Manuela también tenía taller propio.

43 F. AGRAMUNT LACRUZ, Un Arte valenciano en América. Exiliados y emigrados, Valencia, Consell Valencià de Cultura, 1992, p. 119.

44 Algo que llama la atención y pone en evidencia el fuerte retraso con el que llegaron las vanguardias históricas al país.

45 “La cosa va començar cap al 1926 amb la meua idea de fer un curs de francès a un reduït grup de condeixebles, compost per la futura mare dels meus fills, Manuela Ballester (pintora), el seu germà Tonico Ballester (escultor), Francesc Carreño (pintor), Paco Badía (escultor) i potser algú mes que no recorde. Naturalment, la cosa no tardà a desbordar la motivació ocasional i vàrem formar un grup que anà afermant-se amb inquietuds comunes fins constituir el nucli inicial d´allò que avui s´anomena “l´avantguarda artística valenciana dels anys 30”... però jo crec que molt impròpiament, puix que les nostres inquietuds essencials no eren exclusivament artístiques, sinó també d´altres ordres; ni tampoc pròpiament polítiques, ja que uns altres, més anònims, ens havien precedit, en aqueix sentit el els obscurs anys de la dictadura primoriverista (...) es tractava d´alguna cosa, inconscient encara per a nosaltres , però d´índole totalment nova en el context intel·lectual valencià”. En J. RENAU, La batalla per una nova cultura, València, Eliseu Climent, 1978, p. 31.

46 F. AGRAMUNT LACRUZ, “Diccionario biográfico”, en Arte valenciano años 30, Valencia, Consell Valencià de Cultura, 1998, p. 240.

47 F. AGRAMUNT LACRUZ, “La Sala Blava, núcleo de la vanguardia artística valenciana de los años 30”, en Historia y vida, nº 354, 1997, p. 57.

48 V. AGUILERA CERNI, “Valencia Años 30: notas sobre ideología y compromiso”, en Arte valenciano años 30, Valencia, Consell Valencià de Cultura, 1998, p. 17.

49 Francisco Agramunt afirma esta participación sin aportar documento alguno que lo corrobore, de manera que no se puede considerar del todo fiable.

50 V. AGUILERA CERNI, Ibídem., p. 19.

51 F. AGRAMUNT LACRUZ, “La Sala Blava… ob. cit., p. 62.

52 J. PERÉZ SEGURA, Arte moderno, Vanguardia y Estado. La Sociedad de Artistas Ibéricos y La República (1931-1936), Madrid, CSIC-MEIAC, 2003, p. 82.

53 Ibídem.

54 Ibídem, p. 83.

55 Ibídem.

56 “(…) Unos muchachos entusiastas del arte, del progreso y de la historia (…) consiguieron que el Ateneo Mercantil hiciera suya la idea de organizar en sus salones una manifestación de arte novecentista y de reunir a un puñado de obras llegadas a Valencia desde Madrid y desde Barcelona (…) y exponerlas ante el público valenciano en fraternal compenetración con los novecentistas indígenas (…) Han expuesto muchos: de Valencia, Pedro Sánchez y Jenaro Lahuerta, cada vez más seguros y más hondos; Manolito [sic] Ballester, que inicia su carrera con síntomas atrayentes; José Pinazo, con dos cuadros finísimos, y su hija Marisa, (…) Fernando Cabedo Torrents, Jiménez Cotanda, Esbert Arcos, Jerónimo Renau, Ruperto Sanchís, ya premiado en exposiciones nacionales; A. Ballester, escultor tan variado como acertado; Vicente Beltrán, Ricardo Boix, Pérez Contel, Ernesto Marco, escultor de ímpetu; Luis Mora Cirujeda, Vicente Muñoz, Luis Roig, José Amérido, Armando Ramón, Salvador Dunar (…)”. En M. ABRIL, “Exposición novecentista en Valencia”, Blanco y Negro, Madrid, 6-III-1932, pp. 39-40.

57 Para recibir una información más detallada de las opiniones vertidas en torno a la exposición remitirse de nuevo a J. PERÉZ SEGURA, Arte moderno… ob. cit., pp. 85-93.

58 A. BALLESTER, “Elena Aub entrevista al escultor Antonio Ballester”, en Antonio Ballester: recuerdos de infancia, guerra y exilio, Valencia, IVAM, 2000, p. 51.

59 Ibídem, p. 47.

60 A. SOLER, Evocando a Manolita, Conferencia impartida por la autora en el III Festival Dones en Art, dedicado a la figura de Manuela Ballester y transcrita por Antonia Bueno, 15 de octubre, 2008 (Texto inédito).

61 M. GARCÍA, “Entrevista con Manuela Ballester… ob. cit., p. 88.

62 Revista quincenal ilustrada surgida en el seno de la Agrupación de Mujeres Antifascistas entre los años 1936 y 1937. Para profundizar más en lo relativo a esta publicación de mujeres, remitirse a: C. MARTÍNEZ SANCHO, “Revista Pasionaria: órgano de expresión de la Agrupación de Mujeres Antifascistas durante la Guerra civil española (1936-1937)”. AC-Research/2015. Plataforma Digital de difusión para Jóvenes investigadores, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, Grupo de Investigación Arte, Arquitectura y Comunicación en la Ciudad Contemporánea, 2015, pp. 149-170.

63 Ruy Renau, uno de los hijos de Manuela Ballester, explica cómo realizaba su madre estos figurines de moda: “Se modelaba en plastilina cuerpos de mujer a escala reducida y después los vestía con elegantes vestiditos. Luego tomaba fotos y trasladaba sus modelos al papel desde varios ángulos”, en R. RENAU, Correspondencia con Fernando Bellón, 2006 (Texto inédito).

64 M. GARCÍA, “Entrevista con Manuela Ballester… ob. cit., p. 88.

65 “Josep Renau renueva técnicamente el panorama artístico introduciendo en Valencia y España en uso del aerógrafo”, en A. FORMENT, “Josep Renau… ob. cit., p. 41.

66 S. LEWIS, Babbitt, Madrid, Cenit, 1930.

67 M. GARCÍA, “Entrevista con Manuela Ballester”, en Homenaje a Manuela Ballester, Valencia, Institut Valencià de la Dona, 1995, p. 88.

68 ANÓNIMO, El Sol, Año XIV, Núm. 4131, Madrid, viernes 7 de noviembre de 1930, p. 2

69 ANÓNIMO, El Heraldo de Madrid, Año XL, Núm. 13.793, Madrid, sábado 12 de abril de 1930, p. 2.

70 ANÓNIMO, La Semana Gráfica, año VI, Núm. 202, Valencia, 24 de Mayo de 1930.

71 Este tipo de calificativos se pueden observar en toda la historiografía del arte que nos precede, refiriéndose a la pintura de estas mujeres como “delicada”, “cándida”, “femenina”.

72 F. AGRAMUNT LACRUZ, Diccionario de Artistas Valencianos del Siglo XX, Tomo I, Valencia, Albatros, 1999, p. 170.

73 F, ALMELA I VIVES, La novela d´una novela, Valencia, Nostra Nove.la, 1930.

74 H. Z. MÜHLEN, El castillo de la verdad, Madrid, Cenit, 1931.

75 Ll. AGULLÓ PUCHAU, La perla que naixque en lo fang, Valencia, Lo Rat Penat, 1934.

76 J. L. ALCALDE, “La ilustración gráfica valenciana en la década de los treinta”, en Arte valenciano años 30, Valencia, Consell Valencià de Cultura, 1998, p. 111.

77 Es inevitable evitar la omnipresente figura de Josep Renau al hablar de la concienciación político-social en la obra artística de Manuela Ballester que nos ocupa. Sin embargo, cabe destacar cómo la pintora poco a poco se centrará en un compromiso con la causa de las mujeres, tanto a nivel artístico como de escritos.

78 Lo cual no quiere decir que a Manuela no le encargaran trabajos porque no estuviera capacitada, ya que ella realizaba el mismo trabajo que Renau, pero obviamente la personalidad arrolladora de él y su cualidad de hombre hacía que la capacidad de la joven Ballester quedara mermada.

79 J. V. MARTÍ I BOSCÀ, “Estudios: educación sexual, arte, ciencia, cultura general”, en Estudios: revista ecléctica, números 64-165, Valencia, 1928-1937, Valencia, Faximil Ediciones Digitales, 2007, p. 1.

80 Según testimonios de familiares y allegados de Manuela Ballester, esta colaboraba con su marido en los diferentes encargos que a él le ofrecían e incluso en ocasiones los realizaba ella y salían a nombre del taller de Renau, como ocurriría más adelante con los carteles de cine que realizaron en México.

81 J. PANIAGUA, (ed.): Orto (1932-1934): revista de documentación social, Valencia, Centro Francisco Tomás y Valiente, UNED Alzira-Valencia, 2001, p. XVI.

82 Ibídem. p. 1049.

83 A. FORMENT, “Josep Renau… ob. cit., p. 43.

84 M. BALLESTER, “Una madre en defensa de sus hijos”, en Orto: revista de documentación social, Año I, nº 8, Valencia, oct. 1932.

85 M. AZNAR SOLER, “La revista Nueva Cultura y la construcción del Frente Popular cultural de la revolución española (1935-1937)”, en Nueva Cultura. Información crítica y orientación intelectual, números 1-13 y 1 al 6-7-8/1937, Valencia, 1935-1937, Faximil Ediciones Digitales, 2007, p. 1.

86 M, BALLESTER, “César M. Arconada: Reparto de Tierras. Publicaciones de Izquierda, 1934”, en Nueva Cultura. Información crítica y orientación intelectual, Valencia, nº 3, Marzo de 1935, p. 4.

87 M. BALLESTER, “Pla y Beltrán: Voz de la Tierra (Poema). Ediciones U.E.A.P, Valencia”, en Nueva Cultura. Información crítica y orientación intelectual, Valencia, nº 6, Agosto-Septiembre de 1935, p. 15.

88 M. BALLESTER, “Mujeres intelectuales”, en Nueva Cultura. Información crítica y orientación intelectual, Valencia, nº 5, Junio-Julio de 1935, p. 15.

89 La revista Noreste fue editada en Zaragoza entre los años 1932-1936. Compartieron la dirección de la misma T. Seral y Raimundo Gaspar. Salieron un total de catorce números. Más información de la revista en: J. M. BONET, Diccionario de las vanguardias en España (1907-1936), Madrid, Alianza, 2007, pp. 442-443.

90 ANÓNIMO, Noreste, Año IV, nº 10, primavera 1935, pág. 2.

91 Manuela Ballester se retrae en su utilización del adjetivo femenino por considerar que ha perdido para muchos su significado exacto. Con el empleo del “espíritu de mujer”, Manuela se refiere a la verdadera preocupación que tienen que sentir las mujeres las mujeres en este periodo: la guerra, lo cual debe expresarse en un medio tan potente como es el arte.

92 M. BALLESTER, “Mujeres intelectuales… ob. cit.

93 J.L. ALCALDE, “La ilustración gráfica valenciana en la década de los treinta”, en Arte valenciano años 30, Valencia, Consell Valencià de Cultura, 1998, pág. 118.

94 M. BALLESTER, “El trabajo de la mujer en el campo”, en Nueva Cultura. Información crítica y orientación intelectual, suplemento de Nueva Cultura para el campo, Valencia, nº 1, 1936, p. 4.

95 M. BALLESTER, “¿Por qué y para qué constituir en los pueblos comités de mujeres antifascistas?”, en Nueva Cultura. Información crítica y orientación intelectual. Suplemento de Nueva Cultura para el campo, Valencia, nº 2, 31 de diciembre de 1936, p. 2.

96 M. BALLESTER, “Derecho a la tierra”, en Nueva Cultura. Información crítica y orientación intelectual, suplemento de Nueva Cultura para el campo, Valencia, nº 3, 31 de enero de 1937, p. 6.

97 La joven militante comunista asturiana murió combatiendo a los 17 años. La llamaban “la Libertaria” y defendió su causa en el octubre asturiano de 1934. “Defendió con una ametralladora, al lado de los mineros, las calles de Oviedo. Hasta que los legionarios y los moros la acribillaron a tiros”. Para saber más acerca de la figura de Aída Lafuente consultar: C. ALCALDE, La mujer en la Guerra Civil española, Madrid, Cambio 16, 1976, p. 130.

98 El 16 de febrero de 1936 se celebraron en España elecciones legislativas para cubrir 473 escaños de diputados, ganando en las urnas el Frente Popular.

99 El 1 de octubre de 1931 se aprobó en las Cortes el Sufragio femenino en España gracias al nuevo régimen democrático de la Segunda República. Para conocer más acerca del Sufragio femenino en España, véase: C. FAGOAGA, La voz y el voto de las mujeres. El sufragismo en España, 1877-1931, Barcelona, Icaria, 1985.

100 Según Carmen Grimau, a la hora de analizar la producción cartelística dirigida al público femenino, se pueden observar las imágenes de la mujer-luchadora, la mujer-trabajadora, la mujer-madre o la mujer-madrina. En C. GRIMAU, El cartel republicano en la Guerra Civil, Madrid, Cuadernos de Arte Cátedra, 1979, p. 215.

101 Mónica Carabias distingue dos tipos de modelos iconográficos femeninos en la Guerra civil que ya se observan en los albores de la misma: el modelo rupturista o de heroicidad compartida y el modelo matriarcal o de heroicidad abnegada. En M. CARABIAS, “Las Madonnas se visten de rojo. Imágenes de paganismo y religiosidad en la Guerra civil española”, Las mujeres y las guerras: el papel de las mujeres en las guerras de la edad antigua a la contemporánea, Barcelona, Icaria, 2003, pp. 229-238.

102 C. GRIMAU, ob. cit.,p. 215.

103 Ibídem, p. 144.

104 F. AGRAMUNT LACRUZ, Un Arte valenciano… ob. cit., p. 122.

105 La Agrupación de Mujeres Antifascistas (AMA) fue una organización unitaria de mujeres creada por el Partido Comunista en el año 1933. Tuvo especial relevancia durante el transcurso de la guerra, movilizando a la mujer con su trabajo y su ánimo combatiente. Para conocer más acerca de esta organización consultar: M. NASH, Mujer y movimiento obrero en España, Barcelona, Fontamara, 1981, pp. 243-247.

106 F. AGRAMUNT LACRUZ, Un Arte valenciano… ob. cit., p. 122.

107 En el catálogo de exposición Pabellón español 1937: exposición internacional de París, Madrid, Ministerio de Cultura. Dirección General de Bellas Artes y Archivos, D.L., 1987, no aparece ninguna referencia a la participación de Manuela en la muestra, sin embargo sí que se la podría ubicar dentro del apartado “colaboradores de Renau”.

108 F. AGRAMUNT LACRUZ, Un Arte valenciano… ob. cit., pág. 122.

109 Noticia recogida en ANÓNIMO, Pasionaria: Revista de las mujeres antifascistas de Valencia, núm. 8, 29 enero 1937, p. 6.

110 ANÓNIMO, Crónica, Año IX, núm. 379, Madrid, 14 febrero 1937, p. 7.

111 Lina Odena fue una militante comunista catalana que murió en la provincia de Granada en 1936, mientras defendía el frente con los campesinos y mineros. Se mató a sí misma antes de que los legionarios y los moros la alcanzaran. Al igual que Aída Lafuente, supuso un ejemplo de valentía y sacrificio en estos duros tiempos de guerra. Más información sobre Lina Odena en: C. ALCALDE, La mujer… ob. cit., p. 126.

112 Periodista y fotógrafo valenciano que colaboró en numerosas publicaciones relatando y fotografiando la Valencia del momento.

113 ANÓNIMO, Crónica (Madrid), Año IX, núm. 379, 14 febrero 1937, p. 7.

114 Para más información sobre estos centros de mujeres, mírese Valencia. 1931-1939. Guía urbana. La ciudad en la II República, Valencia, Universitat de València, 2010, pp. 48-49.

115 A. FORMENT, “Josep Renau… ob. cit., p. 49.

116 Manuela Ballester recuerda toda esta odisea con gran cantidad de detallismo en prácticamente todas las entrevistas que le realizaron. Véase R. VENTURA MELIA, “Entrevista a Manuela Ballester… op.cit., pp. 3-5; M. GARCÍA, “Entrevista con Manuela Ballester… ob. cit., pp. 90-92.

117 Los escritores José Bergamín, Josep Carner, Paulino Masip, Emilio Prados, la periodista Luisa Carnés, los pintores Miguel Prieto y Antonio Rodríguez Luna, etc. En M. GARCÍA, Memorias de posguerra: diálogos con la cultura del exilio (1939-1975), Valencia, Universitat de València, 2014, p. 161.

118 Durante el largo tiempo que estuvo en México, Manuela siguió compaginando su faceta como pintora, cartelista, ilustradora con la más activamente comprometida, centrándose en los colectivos sociales más desfavorecidos, como los niños o las mujeres. Colaboró en varias ocasiones con Siqueiros en la realización de murales. Siguió dedicándose a la pintura en su círculo más familiar, realizando retratos, paisajes y bodegones. Realizó junto a Renau carteles de cine en el Taller de Publicidad e Imagen que la familia había instalado en la capital federal. Participó en revistas de los republicanos exiliados realizando ilustraciones. Así mismo, se interesó por el traje típicamente mexicano y creo toda una serie de figurines de moda que ilustraban las diferencias del mismo en las regiones del país. Su reconocimiento en el país mexicano fue notable, al recibir premios por su creaciones artísticas.
En 1959 se trasladó con Renau y con parte de sus hijos a la República Democrática Alemana, principalmente por el traslado por motivos de trabajo de Renau a este país, asentando su residencia en Berlín. Aquí se dedicó a su faceta como pintora y a la realización de dibujos comprometidos políticamente, rememorando nostálgicamente el conflicto bélico que les obligó a abandonar su país.
Manuela Ballester no regresaría nunca de manera definitiva a Valencia, realizando sin embargo viajes esporádicos una vez finalizada oficialmente la Dictadura. Fallecerá en Berlín en 1994, dejando tras de sí una larga trayectoria artística que fue poco reconocida en vida pero que poco a poco está siendo revitalizada.

119 Nunca sabremos hasta qué punto esto fue así, sin embargo ya nos referíamos en este trabajo a que en ocasiones la obra de Manuela y Renau están muy ligadas, llegando incluso a no diferenciarse bien la una de la otra (sirviendo como ejemplo los carteles de cine que realizaron en México y que no hemos mostrado en este trabajo por querernos central en el periodo español de la artista).

120 Elisa Piqueras (1912-1974) fue una ilustradora gráfica de guerra que estuvo casada con el escultor Antonio Ballester. Podemos ver sus dibujos en la revista Pasionaria de Valencia y en el diario comunista Verdad. Exiliada en México junto a la familia Renau-Ballester.

121 Juana Francisca Rubio (1914-2008) fue una cartelista e ilustradora de guerra que realizó números dibujos para organizaciones comprometidas con la causa republicana, como fueron “Muchachas de Madrid”, “Unión de Muchachas de Valencia”, así como para diferentes publicaciones de guerra, como Espartacus o Companya. Casada con el dibujante José Bardasano, tras la derrota del bando republicano partió al exilio junto a su marido dirección a México.

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