UNA APROXIMACIÓN AL SISTEMA DE FORTIFICACIONES EN CUBA

Dariel Mena Méndez (CV)

Eddy Isaac Castillo Pérez

Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas
Universidad de Cienfuegos, Cuba


Resumen
En el análisis y estudio de la asignatura Arte Cubano, se abordan elementos y cuestiones interesantes sobre las tres manifestaciones artísticas más significativas de la cultura cubana: plástica, escultura y arquitectura. Como parte de los estudios sobre la arquitectura en Cuba, se  incluyen las fortificaciones: sistema defensivo cuyo origen data de la etapa colonial. El presente trabajo tiene como propósito hacer un recorrido histórico por las  fortificaciones más importantes de Cuba, sus características y los fines para los cuales fueron creadas.

Palabras Clave: arte, fortificaciones, Cuba, escultura, arquitectura.

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Introducción

La arquitectura es una de las manifestaciones artísticas más interesantes creadas por el hombre. Los fines de la misma están dados por la funcionabilidad e intencionalidad. Desde la antigüedad se originaron construcciones magnificentes, como lo fueron: El Partenón de Atenas y El Coliseo de Roma,  con fines recreativos y deportivos,  por solo poner dos ejemplos.

Al referirse a la arquitectura el autor francés Le Corbusier realizó varios apuntes:

La arquitectura es un hecho plástico. (...) es el juego sabio, correcto, magnífico de los volúmenes bajo la luz. (...) su significado y su tarea no es sólo reflejar la construcción y absorber una función, si por función se entiende la de la utilidad pura y simple, la del confort y la elegancia práctica. La arquitectura es arte en su sentido más elevado, es orden matemático, es teoría pura, armonía completa gracias a la exacta proporción de todas las relaciones: ésta es la "función" de la arquitectura". (Le Corbusier, 1923).

Las fortificaciones son ejemplo de construcciones arquitectónicas hechas por el hombre, para la protección de ciudades y poblados. En consulta con el diccionario Laurouse, “el término fortificación se refiere fundamentalmente a la acción de fortificar, obra en la cual se fortifica un sitio, sinónimo de trinchera, baluarte o muralla…”

Ante los ataques de corsarios y piratas y con el propósito de mantener el control y dominio de los territorios ya conquistados;  los gobernantes debían tomar medidas, que fortalecieran el sistema defensivo. Lo cual constituyó el motivo fundamental para fortificar un gran número de poblados en territorios Orientales, Europa Occidental y algunos territorios de  América.

Según la autora Núria Molist,  la montaña de Olèrdola es una de las primeras fortificaciones que se conocen en la historia, simultáneamente con algunas construcciones romanas: “… enclave estratégico habitado sucesivamente por el hombre, desde la Edad del Bronce hasta la época medieval.
El primer poblado fortificado data de inicios de la Edad del Hierro (siglos VIII-VII aC). En ese momento se construyó la primera muralla, justo en el mismo lugar donde posteriormente se elevará el “vallum” romano.”
(Núria Molist, sf) 1

Para otros autores, entre las primeras fortificaciones  creadas, se encuentran las ya construidas en el mundo antiguo, como parte del arte premoderno, ejemplo de ellas: la Acrópolis de Atenas y la muralla China.

Lo cierto es que siglos más tarde, ya en nuestra era, fortificar poblados y ciudades, constituyó la misión fundamental de los arquitectos, el período de la  Edad Media fue el más significativo en este sentido.

Inmensos castillos y palacios fueron construidos bajo las órdenes de los reyes feudales, lo cual facilitaba la protección y refugio de ataques, además del alto carácter defensivo que poseían.

Durante el período de conquista y colonización de  América, también se implementaron estas magnificentes obras constructivas; en Cuba, por ejemplo, durante os tres primeros siglos de la colonia, se levantó un sistema de fortificaciones, cuya función era principalmente mantener la isla bajo el control de España. A continuación se hará referencia a las principales fortificaciones construidas en la isla de Cuba durante los primeros siglos de la colonia, donde los autores se trazan como objetivos:

- Realizar un recorrido histórico y social sobre las fortificaciones de mayor importancia de nuestra isla, surgida a inicios de la etapa colonial.

- Reconocer el carácter defensivo de las fortificaciones cubanas.

- Identificar el valor cultural e histórico que se les atribuyen a las fortalezas militares coloniales.

Para la realización de la investigación se tuvo en cuenta el criterio especializado de algunos autores entre ellos: Núria Molist, Adry Rodríguez Collazo, Francisco Pérez Guzmán y  Emeterio Santovenia.

Desarrollo

La etapa colonial en Cuba surge a partir de la conquista española, la cual nace en el siglo XV y se consolida en los siglos XVIII y XIX. Desde los inicios, la isla no solo fue de interés para los españoles, pues Francia e Inglaterra codiciaban el territorio por sus características geográficas para el comercio y la economía. Otro factor a tener en cuenta fue el incremento de los ataques de corsarios y piratas por vía marítima e incluso terrestre.

Los primeros ataques piratas que se produjeron  en Cuba, datan desde  1537, cuando, en dos ocasiones, fue atacada una flota procedente de Veracruz que se encontraba en el puerto de La Habana. Otras ciudades atacadas fueros: Santiago de Cuba en1538, quienes al ser rechazados regresan a la Habana y saquean viviendas, la iglesia, tiendas y sin piedad prenden fuego a la primitiva villa.

España, que había alcanzado el poder sobre nuestro archipiélago, tenía la necesidad de tomar medidas ante tal situación, y es así como implementa las ya conocidas fortificaciones europeas en Cuba.

Estas construcciones poseían un objetivo común: conformar el sistema defensivo de la isla por mar y tierra y evitar el ataque de corsarios y piratas.

Al respecto el autor Adry Rodríguez Collazo apuntó:

Durante la segunda mitad del siglo XVI el intenso tráfico alrededor de la bahía habanera, principal sitio de reunión de la flota y la armada españolas, la convirtió en punto vulnerable a los ataques de piratas. A partir de entonces, España comienza a desconfiar de sus flotas como único medio para la defensa de las costas americanas y emprende la construcción de fortalezas para que las villas se defendieran por sí mismas.

De esta tarea encargan al maese de campo Juan de Tejeda y al ingeniero
militar Bautista Antonelli, quienes en 1588 presentan ante la junta de Puerto Rico las plantas y diseños de las fortificaciones que se proyectaban en distintos puntos de las Indias, para garantizar la seguridad de los puertos del Mar Caribe.2

La Fuerza Vieja fue la primera fortificación construida en la isla, iniciada en junio de 1539 y terminada en 1540, por Mateo Aceituno, quien era vecino de la villa de Cuba. A pesar de su primacía, demostró estar mal trazada y ubicada, además de su poca capacidad defensiva, lo cual se demostró durante el saqueo del corsario Jacques de Sores en julio de 1555, causa por la cual se determinó su demolición en 1582.

La segunda fortificación que se conoce fue, El Castillo de la Real Fuerza en el siglo XVI, se inicia en el año 1558 y termina en 1577, “…bajo el reinado del Felipe II y su terminación estuvo a cargo del ingeniero Francisco de Calona. Los planos fueron confeccionados por Ochoa de Luyando y la dirección de la construcción estuvo a cargo de Bartolomé Sánchez”.3

De masa pétrea, con la presencia de fosos defensivos, carácter renacentista y medieval, de sistema defensivo por niveles; esta maravillosa construcción nunca fue utilizada, está ubicada dentro del área del caserío original que hoy conocemos como Habana Vieja.

Se exhibe en su torre mayor una réplica de la estatuilla de La Giraldilla, creada por Jerónimo Martínez Pinzón en 1630, quien rememora según la leyenda, la tristeza y nostalgia de Isabel de Bobadilla en espera del regreso de su marido Hernando de Soto, quien había partido a Florida en busca de la fuente de la juventud eterna; se cuenta que él nunca volvió.

El Castillo de San Salvador de la Punta, artillada del lado oeste del canal de entrada hacia la bahía, fue otra de las construcciones para fortificar la ciudad en el año 1590, en este se destaca la inmediatez al mar, cuenta con varias torres de vigía, no era de una elevada altura como el resto de los otros, tenía comportamiento mimético y su masa pétrea.

En el año 1589 se inicia la construcción de Los tres Reyes del Morro y 1630 culmina su ejecución. El cual cumplía con funciones marítimas y terrestres, tenía como nuevo precepto, el mimetismo; su masa también era pétrea, la defensa por niveles y tenía pasadizos y calabozos interiores. El asedio de la flota inglesa afectó esta construcción, aunque hoy se mantiene viva y en pie, en la actualidad es un museo y puede verse los restos de barcos y cruceros españoles que fueron hundidos en dicha etapa.

“Como elemento curiosa, también inmediato al castillo de La Punta, se encuentra uno de los enganches -tres cañones bocabajo juntos- de la gran cadena de madera, de eslabones flotantes, que cerró el acceso al puerto de los veleros enemigos, siglos atrás. En la ribera opuesta se yergue el lomón de La Cabaña, del que -cuando no existía allí fortificación defensiva alguna- se había advertido podría ser tomado y servir de emplazamiento a la artillería enemiga para bombardear la población”.4

En el siglo XVII se inicia la construcción de los Torreones de la Habana y otras construcciones militares,  con el objetivo principal de garantizar vigilada la isla, conocidos como: Torreón de San Lázaro, Castillo de Santa Dorotea de La Chorrera en 1646, Castillo de Cojímar en 1645 y el Torreón de Bacuranao en 1650.

En 1667 se construye la Muralla de La Habana y se culmina en 1740: cuya misión era proteger La Habana por tierra solamente, su altura se eleva de cinco a seis metros aproximadamente, contaba además con puntos de vigía y almenas, poseía grandes portones y su carácter era eminentemente medieval.

En el siglo XVIII se construyen dos fortificaciones importantes: San Carlos de la Cabaña y Nuestra Señora de Los Ángeles de Jagua.

San Carlos de La Cabaña fue construido en el año 1763 y se termina en 1774.

Fue la fortificación más grande de América, su masa era pétrea,  contaba con un nuevo criterio defensivo,  bajo los preceptos de Vauban: poligonal abierta y parque militar,  su carácter era más ofensivo que defensivo, facilitaba la vigía por mar y tierra, su tipología era más avanzada que la del Morro, se caracterizó por ser fortificación plaza, contaba con fosos, calabozos y pasadizos secretos.

Esta construcción fue honrada con el nombre del rey Carlos III.

“Durante los once meses que duró la ocupación inglesa -agosto de 1762 a julio de 1763-, La Habana fue teatro de una intensa actividad mercantil que pondría de manifiesto las posibilidades de la economía cubana, hasta ese momento aherrojada por el sistema colonial español. Al restablecerse el dominio hispano sobre la parte occidental de la Isla, el Rey Carlos III y sus ministros "ilustrados" adoptaron una sucesión de medidas que favorecerían el progreso del país. La primera de ellas fue el fortalecimiento de sus defensas, de lo cual sería máxima expresión la construcción de la imponente y costosísima fortaleza de San Carlos de La Cabaña en La Habana; a esta se sumarían numerosas construcciones civiles, como el Palacio de los Capitanes Generales (de gobierno) y religiosas, como la Catedral, devenidas símbolos del paisaje habanero”. 5

A pesar de sus  características, no llegó a disparar un solo tiro, salvo las salvas nocturnas que avisaban para cerrar las puertas de la vieja muralla de La Habana.

Esta fortificación se ha convertido en un lugar  con alto sentido político militar para los cubanos, fundamentalmente para los habaneros, pues cada noche a las nueve en punto suena el cañonazo que impacta a toda la ciudad

  “…hoy ese cañonazo es una curiosa ceremonia en la que participan soldados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, ataviados con los uniformes de tiempos del aludido monarca y con cañones de una antigua batería, emplazada sobre la muralla frontal de La Cabaña. Ahora los disparos advierten la llegada de las nueve de la noche en una operación que atrae a visitantes y moradores de la ciudad. El vasto espacio de esta ciudad militar, con sus plazas, pabellones y baluartes dedicados a ferias y eventos, y a varios museos militares, también recibe a turistas de todas latitudes”. 6

Nuestra Señora de Los Ángeles de Jagua surge en el año 1745, por el francés Don José Tantete Douvillier. Se caracterizaba por poseer edificios abiertos de veinticinco metros sobre el nivel del mar, también fue construida bajo los principios de Vauban, un elemento distintivo fue la combinación de sus colores con el entorno y la geografía del lugar, poseía un puente levadizo, torres de vigía, muros altos, fosos, y defendía la ciudad de Cienfuegos por vía marítima y terrestre; contaba además con los preceptos del Capitán Ambrosio de Gatica, en los cuales se consideraba defender la isla del ataque de corsarios y piratas, dominar la costa sur desde una posición central y propiciar el esparcimiento de la población hacia el centro de la isla…

Otras fortalezas  construidas durante la etapa colonial cubana fueron:

La arquitectura militar que conformó  el sistema defensivo de las ciudades y villas cubanas en la época colonial se distinguen hoy por su conservación, independientemente de algunas marcas dejadas por el ataque de los ingleses en el año 1762 y por el impacto de fenómenos naturales que han azotado la isla.

“Estas fortificaciones de escasa elevación sobre el nivel del mar, fueron una evolución de la arquitectura militar ante el desarrollo de los acorazados. Sin embargo, las viejas fortificaciones permanecen hasta hoy no sólo como callados testigos de más de tres siglos de historia americana, sino también como expresión de relevantes valores constructivos y formales, cuyas moles imponentes ya son parte del patrimonio nacional”7

En la actualidad se han convertido en patrimonio de la cultura y la historia, siendo visitadas diariamente por turistas y cubanos, además de otras funciones sociales que cumplen, como: celebración de ferias del libro, exposiciones, festivales y muchas, son hoy museos alto valor patrimonial.  Se trabaja además en la restauración de cada una de ellas, como estrategia llevada a cabo por la oficina del historiador de la ciudad de La Habana.

Conclusiones

            Después de haber realizado la investigación sobre el sistema de fortificaciones en Cuba, se arriban a las conclusiones siguientes:

Bibliografía

Boletín Cubarte. (2006).  Fortificaciones cubanas. La Habana. Doc. Soporte Digital.
   Páginas cubanas.
Francisco Pérez Guzmán. (1977). Documentos sobre las fortalezas militares de Santiago de Cuba. En revista Santiago. Nº 26-27.
Francisco de P. Mellado. (1851). Enciclopedia moderna: diccionario universal.
http://www.radiotaino.com.cu/mapa.asp?Provincia=cienfuegos&Orden=3
"http://www.ecured.cu/index.php/Fortificaciones_Coloniales_Cubanas"
Portu, Consuelo; Rumbraut, María Del Carmen y otros. 81980). Conoce el patrimonio cultural. La Habana. Editorial de Libros Para la Educación.
Real Academia de la Historia. (1885). Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas de Ultramar. Segunda serie. Madrid.
Segre, Roberto. (1990). Lectura crítica del entorno cubano. La Habana. Editorial Letras Cubanas.
Semanario Trabajadores. (2010). El Castillo del Príncipe. La Habana. Digital.
Tamara Blanes y José A. Herrera. (1982). Fortificaciones Coloniales de la Ciudad de La  Habana. Dirección de Patrimonio Cultural. La Habana.
Torres Cuevas, Eduardo; Loyola Vega Oscar. (2001). Historia de Cuba 1492-1898. Formación y liberación de la Nación. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

1 Núria Molist. (s.f.). Olérdola. España.  Red de Museos y Yacimientos Arqueológicos de Cataluña. – MAC.

2    Adry Rodríguez Collazo. (2008). Castillo de San Salvador de la Punta: el escudo de La Habana. La Habana.  Revista Digital Pionero.

3 Yaskil Moisés Álvarez Cuellar. (2010). Panorama de las Artes Plásticas en Cuba. Cienfuegos_ Texto en Soporte Digital.

4 Fernando Dávalos. (s.f.).  Quince fortificaciones coloniales… casi intactas. La Habana. Revistas Excelencia. Especial Cuba. Edición #.7.

5 .Elaborado por un colectivo de autores del Instituto de Historia de Cuba. Palacio Aldama. Amistad No 510 entre Reina y Estrella. Contactos: webmaster@one.gov.cu.

6 Fernando Dávalos. (s.f.).  Quince fortificaciones coloniales… casi intactas. La Habana. Revistas Excelencia. Especial Cuba. Edición #.7.

7 . Francisco Pérez Guzmán. (1977). Documentos sobre las fortalezas militares de Santiago de Cuba. En revista Santiago. Nº 26-27.

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