Juana María Vázquez Vázquez*
Maidelys Rodríguez Álvarez **
Eliany Santos Ríos ***
Universidad José Martí Pérez. Sancti Spíritus. UNISS Cuba
jmvázquez@uniss.edu.cuResumen:
La necesidad de fortalecer la preparación de las egresadas, constituye un reto en la formación del profesional de la educación. Lograr la preparación para potenciar el desarrollo de la creatividad de las egresadas, constituye el propósito esencial del trabajo, donde se abordan referentes teóricos en torno a la temática. La presente ponencia forma parte de una investigación que incursiona en torno a la calidad en la formación de los profesionales con el objetivo de fortalecer las ciencias de la educación, para un desarrollo sostenible. La tarea a la que se hace alusión en este trabajo está relacionada con el establecimiento de una estrategia de superación para el seguimiento a los egresados de la universidad apoyada en las TIC.
Palabras claves: preparación- egresadas- creatividad
Abstract
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Juana María Vázquez Vázquez, Maidelys Rodríguez Álvarez y Eliany Santos Ríos (2017): “La creatividad en la actuación del profesional de la Educación preescolar”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (noviembre 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2017/11/creatividad-educacion-preescolar.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1711creatividad-educacion-preescolar
Introducción
En la actualidad sigue siendo un incuestionable empeño del sistema educacional el progreso educativo. Ello se expresa con suficiente claridad en la Política Educacional cubana y en las transformaciones que experimentan, estas plantean a la educación, nuevas y mayores demandas que responden a sus expectativas en la formación de profesionales con un alto nivel de creatividad y desarrollo de habilidades para el trabajo.
La Universidad cubana se ha empeñado en lograr un profesional cada vez mejor preparado para enfrentar los retos y los cambios que demandan del desarrollo social, no para adaptarse a las exigencias tradicionales de la escuela, sino para producir los cambios que se requieren en ella.
En el Ministerio de Educación, se establecen objetivos priorizados para los cursos escolares, en aras de responder al encargo social encomendado a la educación; cuya misión se fundamenta en: “dirigir científicamente, de conjunto con las organizaciones, organismos e instituciones de la sociedad, la formación integral comunista de las actuales y futuras generaciones, así como del personal docente.
En el continuo perfeccionamiento del sistema educacional se plantean transformaciones educativas que reflejan un estadio superior en el desarrollo de la educación cubana. Los cambios ocurridos han tenido repercusión directa en cuanto a estilos de dirección, organización de los centros y en la preparación del personal docente.
Al revisar la literatura pedagógica, resultaron interesantes las ideas presentadas por Carlos Álvarez de Zayas (1999), quién precisa que un individuo está preparado cuando puede enfrentarse a los problemas que se le presentan en su puesto de trabajo y los resuelve. De aquí se infiere entonces, que el egresado está preparado cuando puede enfrentar y resolver los problemas de la práctica pedagógica.
Uno de los escenarios de formación de los profesionales de la educación es la institución educativa donde simultáneamente al proceso ascendente de formación de los estudiantes se va perfeccionando también la preparación y superación de su colectivo pedagógico, como un proceso que es punto de partida y resultado a la vez.
El presente trabajo es parte de una investigación que incursiona en torno a la calidad en la formación de los profesionales y tiene por título: El fortalecimiento de las ciencias de la educación en el contexto de integración revolucionaria para un desarrollo sostenible. La tarea a la que se hace alusión en este trabajo está relacionada con el establecimiento de una estrategia de superación para el seguimiento a los egresados de la universidad apoyada en las TIC.
Un profesional de la educación es una persona competente en su ámbito capaz de analizar y resolver los problemas, proponer mejoras, debe ser innovador y creativo, con dominio del contenido formativo y de estrategias didácticas ; capaz de hacer que los estudiantes se entusiasmen por aprender. Sin embargo la práctica pedagógica y la experiencia profesional alcanzada por las autoras de esta investigación, mediante la aplicación de visitas especializadas e intercambios con dirigentes de las instituciones y Jefes de departamentos evidencian insuficiente modo de actuación creativo por parte de las egresadas de la carrera de licenciatura en Educación Preescolar, por lo cual se determinan como principales razones:
Estas limitaciones demuestran la carencia teórica y metodológica que sustentan los procedimientos para lograr modos de actuación creativos en el desarrollo del proceso educativo para la primera infancia que es donde ejercen su profesión.
Desarrollo
1.1 LA SUPERACION DE LAS EGRESADAS DE LA LICENCIATURA EN EDUCACION PREESCOLAR.
La Universidad cubana se ha empeñado en lograr un profesional cada vez mejor preparado para enfrentar los retos y los cambios que demandan del desarrollo social, no para adaptarse a las exigencias tradicionales de la escuela, sino para producir los cambios que se requieren en ella.
En la medida en que el profesional es capaz de interpretar adecuadamente su realidad educativa y acceder por sí al conocimiento que guía su perfeccionamiento, se identifica más con su profesión al involucrarse como parte de la problemática y de su solución, se hace independiente y experimenta sentimientos positivos de realización personal y profesional, se transforma en productor de conocimientos y desarrolla su creatividad en función del mejoramiento continuo de la educación y de su autoperfeccionamiento profesional.
Se trata de una superación continua, que responda más a la necesidad de actualizar los contenidos profesionales y abrirse a las nuevas realidades que, en cada momento, presiden el desarrollo científico-técnico, a partir de comprender que la educación como preparación para la vida, da paso crecientemente a la idea de la educación permanente.
Esta educación postgraduada constituye el nivel de enseñanza que más resultados ofrece, ya que los participantes poseen un nivel inicial, que adquieren en el pregrado y propicia un alto aprovechamiento, pues persigue satisfacer necesidades productivas o espirituales de los profesionales que con su experiencia enriquecen y multiplican los contenidos del aprendizaje.
Relacionada con la presente investigación se enmarca la superación profesional del docente “como un conjunto de procesos de formación, que le posibilitan al graduado de los centros pedagógicos la adquisición y perfeccionamiento continuo de los conocimientos, habilidades básicas y especializadas, así como los valores ético-profesionales requeridos para un mejor desempeño de sus responsabilidades y funciones como docentes con vista a su desarrollo general e integral”. (García, G. y Addine, F., 2001:17).
Se trata de una superación continua, que contribuya a la actualización de los contenidos profesionales según los contextos de actuación y las realidades existentes, con la argumentación científica requerida, vista como una necesidad de educación a lo largo de la vida, de modo que el maestro esté a nivel de su tiempo y con capacidad de transformar la realidad educativa.
Las autoras centran su atención en la idea de que la estrategia de superación, donde se aprovechen las potencialidades que tienen las egresadas para a partir de estas potenciar el desarrollo de la creatividad, aspecto este esencial para el mejoramiento profesional mediante la autoformación, la reflexión crítica sobre su práctica y la realización de proyectos de innovación.
El proceso de enseñanza en la educación de postgrado, con énfasis en la superación profesional, ha constituido un tema de reflexión crítica por diversos autores: Añorga Morales, J. (1996), Álvarez de Zayas, C. (1997), Castro Lama, J. y Bernaza Rodríguez, G. (2005), Nieto Almeida, L. E. (2005), entre otros. Estos han profundizado en aspectos que la diferencian del pregrado, destacando su importancia respecto al carácter de multiproceso de construcción y reconstrucción social que implica autonomía y creatividad para que los docentes interioricen la cultura que requieren en función de enriquecer los saberes y su puesta en práctica.
La formación permanente es otra de las categorías empleadas en el presente trabajo, como el objetivo esencial de la superación profesional, se asocia a la formación continua. En los trabajos de Rodríguez-Arana Jaime, se conceptualiza como: “...el desarrollo del potencial humano a través de un proceso de apoyo constante que estimule a las personas a adquirir nuevos conocimientos, habilidades y comprensión de las cosas que van a necesitar para saber aplicarlas con creatividad en cualquier circunstancia con la que puedan encontrarse”. (Rodríguez-Arana, J. y otros, 2002:3).
La superación profesional del personal docente se caracteriza “por dar respuesta a las necesidades del mejoramiento profesional humano del docente; fomentar el empleo más racional y eficiente del personal altamente calificado de los diferentes subsistemas del Sistema Nacional de Educación; aunar los esfuerzos en las instituciones docentes, centros de educación superior, centros de producción, investigación, de servicios que pueden contribuir a la superación del personal docente; tener un carácter proyectivo y responder a objetivos concretos determinados por las necesidades y perspectivas de desarrollo de los docentes mediante acciones enmarcadas en un intervalo de tiempo definido; y propiciar la participación periódica de los docentes en estudios que eleven su calificación “(Berges Díaz, 2003:12).
“La educación de postgrado es una de las direcciones principales de trabajo de la educación superior en Cuba, y el nivel más alto del sistema de educación superior” (MES, 2004:2). Por lo que es incuestionable el lugar que ocupa en el sistema. En dicho reglamento se precisa la estructura que permite dar cumplimiento a sus funciones en: formación académica y superación profesional.
La concepción vigente para la superación profesional del Ministerio de Educación en Cuba tiene como objetivo “la formación permanente y la actualización sistemática de los graduados universitarios, el perfeccionamiento del desempeño de sus actividades profesionales y académicas así como el enriquecimiento de su acervo cultural” (MES, 2004:3). Incluye a todo el personal docente en ejercicio, maestros y profesores, cuadros técnicos y de dirección de los diferentes niveles de educación.
“Esta idea, tiene varias paradas estratégicas de formación vinculadas a cualquiera de las formas organizativas del posgrado. No será extraño entonces que un especialista de posgrado haga una maestría o viceversa, o que un doctor en ciencias curse uno o varios diplomados. La sociedad que se abre paso en este milenio, llamada sociedad del conocimiento, impone como exigencia que el profesional no se gradúe nunca definitivamente” (Castro Lamas, 2005:3).
El personal docente está urgido de la superación permanente ya que los sistemas educativos actuales están quedando rápidamente desfasados con respecto a las necesidades planteadas por una sociedad en cambio vertiginoso. Es indudable que en la satisfacción de estas demandas juega un papel esencial la forma de concebir y ejercer la profesión el maestro. Al respecto se ha expresado que “el maestro es, sin duda, uno de los protagonistas principales de estos cambios, entonces, hay que repensar también al maestro” (Martínez Angulo, 2005:3)
Lo anteriormente planteado no ofrece duda para que los docentes, como profesionales de la educación, asuman la superación profesional como una necesidad de la educación a lo largo de la vida, respondiendo a la idea de que la formación no termina nunca y que el ser humano, si quiere continuar su camino vital, necesita actualizar sus conocimientos y abrirse a las nuevas realidades que, en cada momento, presiden el desarrollo de la civilización. Esta reflexión deja claro que se concibe al maestro como un ente activo y dinámico que está aprendiendo durante toda la vida para flotar a la altura de su tiempo, reflexionar sobre su práctica educativa y transformarla, convirtiendo a su propia escuela en un elemento dinámico en el sistema de superación, lo cual favorece la formación de la personalidad de las nuevas generaciones en correspondencia con la acelerada producción de conocimiento que caracteriza la revolución científico-técnica de la época actual.
Está directamente vinculado con los principios rectores de la política educacional del país. No obstante, quedan insuficiencias, pues: “la estructuración actual de la superación ha demostrado lentitud para ajustarse a los cambios que se producen en la educación actualmente, además de que no reflejan la especificidad del trabajo de superación en el caso de los docentes”, partiendo “más de las fortalezas de los centros universitarios en coincidencia con las necesidades de la práctica que de colocar como elemento generador de la superación a la propia práctica”. (Nieto, L. E., 2005:50-51).
“Debe responder a las transformaciones que se requieren en la conducta, los conocimientos generales y específicos, las habilidades básicas y especializadas, hábitos, actitudes, valores, las responsabilidades, funciones laborales y cualidades profesionales de maestros y profesores”. (Santamaría, D., 2007:11).
1.2 LOS MODOS DE ACTUACIÓN CREATIVOS DE LOS PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN PREESCOLAR.
En la literatura revisada se identifica un conjunto de autores cubanos que han realizado aportes a la caracterización del modo de actuación del profesional de la educación. Se hace referencia a continuacióna a algunos estudios recientes :
García y Addine (2003) precisan que el modo de actuación del profesional de la educación está constituido por un sistema de acciones mediante las que se concretan las funciones: docente-metodológica, orientación educativa e investigación-superación, que le sirven para cumplir su tarea esencial de educar en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Reconocen como acciones de la actividad generalizada del profesional de la educación: identificar, caracterizar, diagnosticar, explicar, establecer relaciones, fundamentar, seleccionar, modelar, ejecutar, controlar, valorar y dirigir.
Calero (2005) reflexiona en torno a la necesidad de desarrollar en el proceso de formación un modo de actuación profesional pedagógico caracterizado por la ejecución de acciones originales, independientes y flexibles, a partir de una elevada motivación profesional.
Addine (2013) realiza un análisis de algunas posiciones estudiadas por ella acerca del modo de actuación del educador y precisa como elementos del modo de actuación profesional pedagógico que este se concreta en cada función profesional según su especificidad y en las relaciones entre ellas, revela el desarrollo de habilidades, capacidades, constructos que conforman la identidad profesional y la relación entre los problemas que tiene que resolver el profesional y la finalidad educativa de su proceso de formación. Apunta que se actúa sobre el objeto de la profesión y que su desarrollo en la formación del profesor es particular y en cada una de las carreras es singular.
Remedios et al. (2016) destacan que el modo de actuación profesional del docente de las universidades debe ser competente, creativo, autotransformador y transformador de su contexto, para cumplir con la misión de la universidad y con las funciones profesionales que se articulan con los llamados procesos sustantivos (formación, investigación y extensión). Enfatizan en las posibilidades de ser ajustado a las demandas del desarrollo histórico-social.
Entre los elementos comunes que los autores referenciados distinguen en el modo de actuación del docente y que las autoras asumen, se encuentran:
Por tanto se infiere que el modo de actuación del profesional de la educación adquiere particularidades en los distintos niveles de enseñanza, las que se corresponden con los elementos distintivos del proceso pedagógico. No puede haber una educación de calidad si la escuela no forma a fondo a los profesores y a los alumnos para estimularles a pensar, analizar, decidir, planear, innovar, crear y expresarse por sí mismos, si no se estimula una mayor participación de los estudiantes, dando lugar a un trabajo motivador que mueva el pensamiento creativo e innovador.
La creatividad ha sido y es objeto de análisis de muchas disciplinas como la psicología, la sociología, la epistemología, la filosofía, la pedagogía. Diversos son los estudios que centran su atención en el desarrollo de la creatividad en educación, a partir de las particularidades de la actividad pedagógica profesional, las características de la escuela, las estrategias de enseñanza y aprendizaje y el rol del maestro, entre otros aspectos.
En las obras de destacados estudiosos de la creatividad como W. Gordon (1961), A. F. Osborn (1963), S. Parnes (1972), E. P. Torrance (1976), G. Melhorn (1978), E. Bono (1982), S. de la Torre (1987), Mitjans, (1995) aparecen aportes interesantes sobre los problemas del desarrollo y educación de la creatividad en la escuela.
Una de las líneas de investigación en las que se han desarrollado diferentes estudios es la relacionada con el desarrollo de la creatividad en los profesores. Autores como A. González (1990-1994), M. D. Córdova (1992), E. Caballero (1993), L.García (1997), S. Fariñas (1997), M. Martínez Llantada (1998, 2003), R Martínez(1998), I.Daudinot (1999), M. Macías(2003), J. Remedios(2001, 2003, 2005, 2016) Calero (2005), entre otros, atienden diferentes aristas de esta línea investigativa; la mayoría coincide en la necesidad de buscar vías que estimulen las potencialidades creadoras de los profesores.
El transformar la educación implica también cambios en la actuación profesional pedagógica, ya que se hace imprescindible que el profesional sea capaz de autoperfeccionarse, instrumentar los cambios necesarios y deseados en su contexto de actuación, pero más aún, que se motive a buscar y proyectar continuamente nuevas alternativas fundamentadas científicamente, que contribuyan a perfeccionar la realidad educativa en la que se desarrolla.
En esta dirección, en la provincia de Sancti Spíritus, se han desarrollado varios proyectos de investigación (2001-2016). En sus resultados se ha profundizado en las características del modo de actuación creativo del docente, lo que permite comprender que el desarrollo de la creatividad requiere que se estimule desde la formación inicial del profesional de la educación.
En tal sentido, Juana María Remedios (2005:10) y Nancy Calero (2005:7) al referirse al modo de actuación profesional creativo precisan que este se expresa mediante: “la ejecución de acciones originales, independientes y flexibles, acorde con las exigencias educativas, a partir de una elevada motivación profesional”.
Todo lo antes planteado apunta a la inserción de la formación del profesional en el medio laboral y cómo esta debe garantizar no solo la adquisición de conocimientos teórico-prácticos y el desarrollo de habilidades profesionales, sino también, la búsqueda de soluciones creativas en su medio y para su medio.
De esta forma se puede comprender cómo la práctica juega un papel importante en el proceso creador; pues el profesional puede crear mediante el trabajo nuevos medios y desarrollar los procesos asociados a la creatividad a partir de sus propósitos, intereses y condiciones: “Sólo desde los problemas que aparecen en las situaciones complejas e irrepetibles del aula, la escuela, la comunidad, puede hacerse significativo y útil para el estudiante, el conocimiento académico teórico.” (García, G. y Addine, F. 2002: 9)
En el Plan del Proceso Docente de la carrera Licenciatura en Educación Preescolar, las diferentes disciplinas favorecen el desarrollo de los procesos asociados a la creatividad en la actividad pedagógica. Al respecto estos programas (Colectivo de autores del MINED, 2010) se plantea que desde la práctica laboral se crean las bases para la solución creativa de las tareas del ejercicio de la profesión a partir de la base orientadora para la acción, lo que posibilita que los profesores en formación posean los conocimientos necesarios y las habilidades para reproducirlas o aplicarlas a situaciones conocidas o nuevas para ellos desde posiciones éticas profesionales. La solución de determinadas tareas en la práctica constituye para las disciplinas el punto de partida para el desarrollo de la teoría. sin embargo se aprecia un vacío teórico al respecto que exige una respuesta científica de rigor.
Los modelos psicológicos actuales sobre creatividad requieren de un perfeccionamiento teórico y metodológico que permita su explicación de manera sistémica y precisa. Cuando se elabore un paradigma que cumpla estos requisitos entonces se propiciará mayor calidad en los resultados de la investigación sobre la creatividad.
Para la construcción del modelo psicológico de creatividad que se propone como alternativa, se retoman los postulados filosóficos del Materialismo Dialéctico, cuyos aportes teóricos y metodológicos a las ciencias particulares y, específicamente, a la Psicología permanecen vigentes.
Existen definiciones en las que se enfatiza la unidad de componentes psíquicos de naturaleza cognitiva y afectiva para la expresión de la creatividad. Esto se observa, por ejemplo, en la que propone el psicólogo cubano F. Chivás. Este investigador plantea que la creatividad es un “...proceso o facultad que permite hallar relaciones y soluciones novedosas partiendo de informaciones ya conocidas, y que abarca no solo la posibilidad de solucionar un problema ya conocido, sino también implica la posibilidad de descubrir un problema allá donde el resto de las personas no lo ven”(Chivás 1992). Aquí se destaca el papel de lo cognitivo tanto en la formulación como en la solución de problemas; de manera implícita señala la originalidad al referirse a lo novedoso. Considero que debe precisar la diferencia que existe entre proceso y facultad.
Los estudios realizados por la la doctora en Psicología A. Mitjans. Destacan que la creatividad “... es un proceso de descubrimiento o producción de `algo’ nuevo, valioso, original y adecuado que cumpla las exigencias de una determinada situación social, en la cual se expresa el vínculo de los aspectos cognoscitivos y afectivos de la personalidad” (Mitjans,1995). En este concepto se destaca el valor de lo social como condición en correspondencia con la tendencia de orientación marxista y se precisan la originalidad y el valor como propiedades determinantes. Se intenta explicar la creatividad desde un enfoque personológico pero aún predominan los argumentos descriptivos y se podrían establecer nexos con un carácter más sistémico.
Otros autores, como el mexicano Mauro Rodríguez, plantean que la creatividad es una cualidad de la personalidad. Por su parte, y de forma implícita, E. De Bono reconoce el valor de lo cognitivo y lo instrumental como condiciones para la expresión de la creatividad, al proponer sus instrumentos “Seis sombreros para pensar” y “Seis zapatos para la acción”. Ambos puntos de vista se corresponden con la tesis que se defiende en el presente trabajo.
Las teorías sociales, también llamadas sociológicas (Osborn, Thomas, Mead), resaltan la influencia del medio para el desarrollo de la creatividad en dos sentidos: potenciador y posibilitador. Se destaca el enfoque cultural e interpersonal de la creatividad, que entiende la creación como un proceso de acomodación del individuo al medio, sobre el cual actúan las instituciones sociales, sobre todo la familia y la escuela, en el desarrollo e inhibición de capacidades creativas.
Su principal limitación es que destaca el papel del medio en el desarrollo de la creatividad, sin buscar un justo punto entre otros elementos que la integran como el proceso, la persona, el producto y el medio.
Los enfoques humanistas (Adler, Murria, Rogers, Fromm, Nelly) y el de integraciones armónicas (Gutman, Money, Anderson, Schachtel) como punto cardinal hacen énfasis en la persona y sus trabajos van dirigidos a revelar las cualidades, características, elementos o procesos psicológicos subyacentes, que posibilitan la creatividad. En su concepción la conciben como desarrollo personal y señalan, entre las características inherentes a la personalidad creativa, el deseo de conocer y crecer, la flexibilidad, la apertura a la experiencia, la autorrealización, entre otras.
La escuela humanista valoró altamente el papel del hombre en el acto creador y concibió la creatividad como una expresión de la autorregulación de la personalidad. Abraham Maslow sustenta esta teoría e inscribe el concepto de hombre autorregulado; G. W. Allport, el de personalidad madura y Carl Rogers asume la creatividad como expresión del funcionamiento pleno de la persona.
La esencia de los trabajos de estos teóricos sustenta que cuando el individuo logra este nivel funcional de la personalidad, modifica esencialmente las particularidades cualitativas de todos los elementos psicológicos que participan en la regulación del comportamiento; asimismo ellos valoran altamente el rol del sujeto; hacen énfasis en la persona como un todo y analizan su funcionamiento pleno e integral. En este sentido Allport afirma: “El problema de la motivación ocupa una posición central en el estudio psicológico de la creatividad. Algunos autores afirman que ambas cosas son idénticas. Nosotros, aunque no creemos necesario aceptar esta extrema exactitud, reconocemos que toda teoría de la personalidad se centra en el análisis de la naturaleza de la motivación”. (Allport, G. W., 1966, citado por Mitjáns, A., 1995: 18)
En la teoría histórico - cultural aparecen ideas muy sugerentes que permiten explicar el carácter multifactorial de la categoría creatividad.
Los postulados vigostkianos conceden una singular importancia a la génesis de la actividad psíquica, donde existe como premisa que el hombre, cuando nace, trae un conjunto de potencialidades genéticamente establecidas, que sólo a través de una actividad social (actividad y comunicación) adecuadamente estructurada con enfoque desarrollador puede desarrollar. En este caso se hace mención a las potencialidades creadoras del sujeto.
Como puede apreciarse, la creatividad ha sido estudiada desde diferentes puntos de partida: unos ponen especial atención en el proceso, otros en el producto y otros en la personalidad.
Por tal razón se asume la posición de A. Mitjáns (1995), quien argumenta el vínculo entre personalidad y creatividad y explica el carácter personológico de la creatividad, donde la personalidad se ve como un todo integral, que tiene unidades funcionales; de este modo, conceptualiza la creatividad como una expresión de la personalidad en su función reguladora, como expresión de configuraciones personológicas específicas, que mediatizadas o no por la acción intencional del sujeto, juegan un papel esencial en el comportamiento creativo.
En la fundamentación que realiza A. Mitjáns (1995) de esta conceptualización aparecen elementos que son básicos, para el desarrollo de la creatividad en los profesionales de la educación, ellos son:
En síntesis, en este estudio se entiende la creatividad en educación como un proceso complejo de la subjetividad humana que resulta de la configuración de un conjunto muy diverso de elementos de diferente orden, donde se integran, el proceso de formación del profesional, en su actuación en la dirección del aprendizaje, el producto y la persona bajo la influencia de la escuela, la familia y la comunidad, como agentes socializadores.
A la luz del análisis realizado, se precisa que la motivación profesional, la flexibilidad, la originalidad y la independencia se manifiestan en la actuación del educador en una interrelación que asume un carácter dialéctico, multifactorial, plurideterminado, por lo que su estudio metodológico requiere de una concepción integradora que evite atomizar cualquiera de estos aspectos.
Por tanto el profesional innovador y creativo de la enseñanza en su actuación, la resumiríamos en su habilidad para entusiasmar e inducir a los estudiantes hacia el autoaprendizaje, hacerles tan atractivo y sorprendente el contenido que sean capaces de emplear en aprender más tiempo del habitual sin que ello les incomode. Al contrario, disfrutan aprendiendo porque hacen aportaciones personales, porque crean o recrean los aprendizajes, porque existe un reconocimiento externo y una satisfacción interna.
La creatividad tiene mucho que ver con el pensamiento divergente y convergente, ambos característicos del proceso creador. Es decir: ser intuitivo, espontáneo, emotivo, espiritual, fantasioso, y a la vez, organizado, conservador, planificador, lógico, analista, detallista; dar variedad de respuestas, aceptables y válidas, pero también concretas y precisas; recurrir a la imaginación como fuente de ideación, aunque se hace necesario también apelar a la memoria. Todo ello matizado por la libre expresión y apertura, las múltiples conexiones y analogías. Para que al final aflore lo insólito, lo nuevo, lo desconocido, lo original. Actuar en ámbitos que potencien la creatividad es conducirse por caminos que ponen en juego el logro de aprendizajes significativos y perdurables; lo fundamental es la manera en que se lleva a cabo el proceso creativo tanto como el resultado que se obtiene, porque este último es consecuencia de aquel.
Estimular la creatividad desde la primera infancia trae muchos beneficios en la educación de las nuevas generaciones. Cuando los padres y educadores apoyan la expresión de la propia personalidad mediante el fomento de la creatividad confirman la valía personal del niño. La creatividad cimienta la autoestima, por medio de esta los niños aprenden a valorarse a sí mismos. La autoestima es una condición necesaria para ejercitar la integridad personal.
En la educación para la primera infancia se necesita propiciar un ambiente creativo donde prevalezca el juego sin dejar de tomar en cuenta las polaridades presentes en su esencia: el trabajo y el placer, lo reglamentado y lo espontáneo, lo individual y lo colectivo, lo serio y lo divertido, lo imaginario y lo real, lo competitivo y lo cooperativo, entre otras. Debe existir flexibilidad, se considera la clave para fomentar la imaginación, ya que tiene que ver con la posibilidad de analizar las situaciones que se presentan desde diferentes puntos de vista.
Convertir el salón en un lugar creativo e inteligente implica, que el educador sea un excelente facilitador de procesos grupales, así como un buen puente entre el conocimiento que tiene el niño y el que desea alcanzar; se debe estimular las líneas de dialogo creativas e inteligentes en función de la actividad que se está realizando.
En los modos creativos de actuar el educador de la primera infancia debe emplear un variado repertorio de estrategias educativas, entre las que se encontrarían las de aproximación a la realidad, búsqueda, organización y selección de información, descubrimiento, extrapolación y transferencia, problematización de la realidad, fomento del pensamiento creativo, reflexivo y colaborativo, crear un clima de seguridad y fácil comunicación entre las educandos, buscar que la actividad tenga un final abierto, captar la ocasión apropiada para modelar formas de preguntar reflexivas o creativas, respetar el curso espontáneo de la actividad sin forzarlo, pero orientado hacia cuestiones productivas, la persistencia y la implicación, son cuestiones claves a tener presente.
El proceso creativo construye un sentido de la integridad personal en los niños conforme desarrollan talentos y habilidades. Animar a los niños a expresarse de forma creativa significa darles libertad para tomar decisiones. Este es un proceso complejo, pero si se comprende sus particularidades, si se tiene paciencia y se reconoce la creciente capacidad del niño para tomar decisiones adecuadas después de una serie de errores, se habrán estimulado la creatividad y la integridad personales.
No se puede desconocer que en estas edades, la creatividad esta ligada la afectividad, la sociabilidad, y a la creación de las premisas para la adquisición de valores, que es preciso proporcionarles a los niños de la primera infancia desde muy temprano, respetando su iniciativa propia, sus características, sus necesidades y sus espacios.
El educador como agente principal en la educación de la personalidad de sus alumnos y transformador de la realidad social, tiene ante sí grandes desafíos tendientes al desarrollo de las potencialidades humanas, debe cultivar desde edades muy tempranas la inteligencia, la creatividad y el talento, como base del crecimiento de los valores humanos, que caracterizan al modelo de hombre que hoy necesitan nuestros pueblos.
En la Carta del Maestro Latinoamericano elaborada en el Seminario Regional de la UNESCO (Compilación editorial 1995), se hace alusión a las condiciones y obligaciones fundamentales que deben cumplir los educadores en su papel como formadores de las nuevas generaciones ; aspectos estos, esenciales para propiciar la creatividad. Entre los cuáles pudieran citarse los siguientes :
Para el logro del trabajo creador del educador es imprescindible ante las demandas del nuevo siglo su papel decisisvo en aras de proporcionar los conocimientos necesarios al individuo y la forma de lograrlo para toda la vida. Además, tener en cuenta la relación que debe existir entre los diferentes agentes educativos.
La verdadera educación exige mente flexible y rápida, libre de prejuicios, libertad individual e inteligencia que logre seres dinámicos, responsables, comprometidos, en contínua búsqueda, seguros, confiados en sí mismos, abiertos al cambio, que rechacen la injusticia. Esas deben ser características de la educación en el nuevo siglo si queremos lograr la creatividad que aspiramos.
El proceso creativo implica la trasformación del medio y por tanto del individuo, el cual interioriza lo que aprende y asimila habilidades para emprender y solucionar los problemas de manera diferente. De ahí su relación con el proceso educativo en el que se asimilan las vías y los instrumentos para la búsqueda del conocimiento. El proceso conduce a un resultado novedoso de utilidad social en el que se incluye a las propias personas que participan en el mismo: el maestro y el alumno.
Un educador eficiente, no sólo debe poseer conocimientos teóricos y habilidades para enseñar en correspondencia con las tendencias pedagógicas de su época, también debe estar en condiciones de identificar los problemas que surgen en su práctica profesional y hallarles solución. En la medida en que sus soluciones a los problemas pedagógicos sean originales y las obtenga de manera independiente, estará expresando la creatividad.
En las investigaciones realizadas sobre la creatividad en los docentes queda claro la necesidad de su desarrollo creativo en su actuación personal, donde la responsabilidad que estos poseen, es un aspecto necesario, además de los conocimientos teóricos metodológicos sobre el desarrollo de la cretaividad. Un educador que reconoce que no es creativo puede proponerse tareas para desarrollar esta cualidad, en caso de que no logre su propósito al menos debe favorecer su desarrollo en los educandos facilitándoles la construcción de otras alternativas de actuación durante su aprendizaje.
En la carrera Licenciatura en Educación Preescolar se ofrecen herramientas que pueden propiciar el modo de actuación creativo, por considerarse este un aspecto esencial a partir de las propias características que poseen los niños y las niñas con los cuales interactúan. No obstante, se hace necesario el constante autoperfeccionamiento del personal docente.
En el modelo que se propone la doctora explicita las etapas que debe tener presente el educador para el logro de un modo de actuación creativo del educador, destacando que la proyección presupone el principio de la activación donde el educador debe determinar sus propósitos personales y plantear sus propias preguntas y problemáticas referidas al desarrollo de su creatividad. En la planificación se destaca el dominio de la precisión, en la cual el educador concreta el plan de acción con respecto al desarrollo de la creatividad. En la ejecución prevalece el enriquecimiento, pues en esta etapa se materializa lo planificado con vistas a producir cambios originales en su contexto, su personalidad y la de los educandos.
A pesar de que el perfeccionamiento de la educación es sistemático y continuo, existen dificultades por parte de las educadoras para la planificación y dirección del proceso educativo con las características antes descritas, por lo que las autoras consideran que sería muy favorable se ofrezcan cursos de superación con el objetivo de mostrar cómo a partir de contenidos muy sencillos se puede coadyuvar a la formación de capacidades creadoras e incidir en los rasgos cognitivos, personales y educativos que favorecerán el desarrollo de la inteligencia de los educandos.
La búsqueda de soluciones a situaciones que se presentan en el contexto educativo, no siempre son las más efectivas, pues no se adaptan a las características de los niños y niñas y limitan el desarrollo del proceso educativo con carácter desarrollador, aspecto este que incide en el crecimiento personal de los infantes.
En correspondencia con lo anterior se observa por parte de los educadores el no aprovechamiento de los recursos y medios disponibles que sirven de apoyo a las actividades del proceso educativo y a la enseñanza en general ; si se tiene en cuenta que esto es un elemento que facilita la asimilación de los conocimientos, despìerta el interés y favorece la motivación desde las primeras edades.
En la solución de situaciones que se presentan en la práctica pedagógica no siempre se buscan alternativas originales, creativas, independientes, flexibles que posibilite la realización exitosa de las actividades. La educación para la primera infancia no se concibe sin adaptarse a las tranformaciones que se dan en el entorno y en la propia actividad, acto este que permite al niño o niña crear, aplicar su inteligencia, imaginación e inventiva y continuar en una constante búsqueda de conocimientos.
Es necesario insistir que la preparación metodológica de los educadores es fundamental para el logro de la creatividad en las actividades, si se tiene un conocimiento claro del diagnóstico de los niños y niñas y de las propias posibilidades del maestro, posibilitaría la solución adecuada y oportuna a los problemas que se presentan. En esta preparación desempeña un papel importante los cursos de supèración que puedan desarrollarse desde el propio territorio o las instituciones educativas.
En este trabajo se diseña un curso de superación con todos los fundamentos teóricos y metodológicos que preparan al educador para asumir modos de actuación creativos en el contexto educativo con la primera infancia y brinda la posibilidad de intercambiar saberes a partir de la propia experiencia de la práctica pedagógica.
A continuación las autoras proponen temas que pudieran incluirse en los cursos de superación para egresadas de la licenciatura en Educación Preescolar.
Conclusiones
En la sociedad actual se necesitan hombres y mujeres democráticas y participativas, que piensen y actúen creadoramente. En este sentido encuentran sus principales fundamentos en el modo de actuación creativo que deben asumir los profesionales egresados de la carrera Educación Preescolar desde la superación posgraduada, la cual permite resolver las demandas sociales y dar solución a los problemas que se presentan desde su práctica profesional pedagógica. Llevar adelante la tarea de propiciar la creatividad, es una tarea de transformación del ambiente, lo cual requiere del educador convicción en sus ideales, preparación, de estrategias innumerables de enseñanzas acompañadas de una concepción humanista de su labor cotidiana educar.
BIBLIOGRAFÍA
** Licenciada en Educación, Especialidad Educación Preescolar. Máster en Ciencias de la Educación Mención : Educación Preescolar. Profesora Asistente. En el sector de la Educación 12 años de trabajo y en Educación Superior 11 años. Se desempeña como profesora del Departamento de Educación Infantil y Profesora Principal de la Disciplina Principal Integradora en la Carrera de EducaciónPreescolar.
*** Licenciada en Educación, Especialidad Educación Preescolar. Máster en Ciencias de la Educación Mención Educación Preescolar. Profesora Auxiliar. En el sector de la Educación 15 años de trabajo y en Educación Superior 11 años. Se desempeña como profesora del departamento de Educación Infantil y Profesora Principal de Año en la Carrera de Educación Preescolar. Ha participado en diferentes proyectos investigativos a nivel institucional y territorial y en diversos eventos científicos nacionales e internacionales y ha publicado diferentes artículos en la revista Pedagogía y Sociedad.
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