Jeannet Pérez Hernández *
Colegio Superior para la Educación Integral Intercultural de Oaxaca
janelgirl@gmail.comResumen:
En el presente artículo se presenta el resultado del análisis del método por proyectos. Está basado en observaciones, definiciones y consideraciones, que distintos autores han ido realizando sobre dicho método, realizándose una recopilación de ellas. Pudiéndose apreciar los distintos tipos de proyectos, como son los de simulación, de investigación, los cooperativos y los tecnológicos. En el trabajo se mencionan los fundamentos pedagógicos en los que se sustenta este método, como son, el aprendizaje significativo, la identidad y la diversidad, el aprendizaje interpersonal activo, la investigación sobre la práctica, la evaluación procesual y, la globalidad.
Palabras clave: Trabajo por proyectos, Método por proyectos, Estrategia de aprendizaje, Desarrollo, Educación.
Abstract:
In the present article the result of the analysis of the method by projects is presented. It is based on observations, definitions and considerations, that different authors have been making about this method, making a compilation of them. Being able to appreciate the different types of projects, such as simulation, research, cooperative and technological. In the paper, the pedagogical foundations on which this method is based, such as meaningful learning, identity and diversity, active interpersonal learning, research on practice, process evaluation, and globality are mentioned.
Key words: Project work, Project method, Learning strategy, Development, Education.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Jeannet Pérez Hernández (2017): “Bases teóricas del método por proyectos en la Educación”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (julio 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2017/08/proyectos-educacion.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1708proyectos-educacion
1. Introducción al método por proyectos.
Según Isabel Vizcaíno, hablar de proyectos en educación infantil es hablar de fantasía, de aventura, es sinónimo de indagar, de buscar información, de leer y aclarar esa información, es hablar de investigar para resolver las dudas planteadas ante un dilema, es la resolución de un conflicto, hablar de creatividad, de fomentar la creatividad de todos. Es una creación, es construir entre todos, diseñar, planificar y resolver. El método por proyectos fue impulsado por William H. Kilpatrick (1871-1965). Los proyectos de trabajo, según Hernández, F., se presentan como una apelación a la inventiva, la imaginación y la aventura de enseñar y aprender. Se trata de una concepción educativa en la que se busca que el alumno se enfrente a nuevos desafíos y conecte nuevos conocimientos y problemas con su experiencia.
Encontramos los orígenes de este método de proyectos en la Escuela Nueva. Este movimiento surge a finales del siglo XIX y tiene como objetivo acometer una revolución en el campo de la enseñanza, rompiendo con la metodología rígida y en la que no se tenía en cuenta a los más pequeños, para dar paso a una metodología activa, atractiva y motivadora. Su premisa fundamental era formar personas, no llenar cabezas. Destaca Decroly como uno de los máximos representantes de la Escuela Nueva, hablar de Decroly es hablar de globalización. Es el primer pedagogo que utilizó la globalización en la práctica de la enseñanza.
Decroly postuló el principio de globalidad en el cual explica que el pensamiento del niño es sintético, nunca analítico. El niño percibe la realidad de forma globalizada. La perspectiva globalizadora se perfila como la más adecuada para que los aprendizajes que los niños y niñas realicen sean significativos. Supone que el aprendizaje es el producto del establecimiento de múltiples conexiones de relaciones entre lo nuevo y lo ya aprendido. El método por proyectos, que se encuentra dentro del enfoque globalizador, se puede definir como un procedimiento de aprendizaje que permite alcanzar los objetivos a través de la propuesta práctica de una serie de acciones, interacción y recursos, con motivo de resolver una situación o problema.
2. Descripción del método por proyectos.
Como hemos mencionado anteriormente, el impulsor del método por Proyectos fue el norteamericano William H. Kilpatrick (1871-1965) que a su vez fue discípulo y colaborador de John Dewey, padre de la educación democrática y el pragmatismo. Dewey (2004) consideraba que las diferencias individuales con las que partían los alumnos era un aspecto muy importante a tener en cuenta, asimismo, el autor defendía la necesidad de fomentar el interés y la acción de los estudiantes por encima del intelectualismo. Paymal (2008), explica que el método Kilpatrick se basa en la acción y en la potenciación de las fortalezas individuales de los estudiantes.
Según la autora, Paymal (2008, Pág.242), la elaboración de un proyecto es “el eje generador de ideas y un importante instrumento del proceso de aprendizaje. Ésta actividad lucha contra los medios artificiales utilizados en la enseñanza para aproximar la escuela lo más posible a la realidad. Un proyecto es una actividad intencional que requiere un plan de trabajo y la realización de tareas individuales y sociales, emprendidas voluntariamente por un alumno o grupo de alumnos. Al elaborar los proyectos los estudiantes despiertan su iniciativa, afán de investigación, creatividad, responsabilidad, y deseo de autorrealización, además de posibilitar el desarrollo del pensamiento divergente”.
De la misma forma, Zabala (1995) explica que mediante proyectos los estudiantes
aprenden de forma significativa y globalizadora, siendo ellos mismos responsables y gestores de su propio aprendizaje. Según Zabala (1995), Kilpatrick defiende la importancia de la actividad del alumno en el proceso de aprendizaje (dado que diseña, elabora, crea, experimenta, desarrolla e imagina) partiendo de sus intereses y motivaciones. Según el autor, otra característica del método de Kilpatrick es la creación de condiciones de aprendizaje que sean lo más cercanas posible a la vida real de los estudiantes. Establecer una enseñanza globalizada donde el punto de partida sea una situación o problema que conozcan los estudiantes y que les genere cierto interés o inquietud por resolverla.
A partir de ahí, con ayuda del maestro, los niños van aportando posibles respuestas a las necesidades globales de partida, concretando, analizando e integrando la información. Vizcaíno, I. (2008) muestra algunas definiciones de proyecto de diversos autores:
• Trueba, B: “Los proyectos de trabajo responden a una intención organizada de dar forma al deseo natural de aprender. Parten de un enfoque globalizador abierto, para provocar aprendizajes significativos a partir de los intereses de los niños y niñas y de sus experiencias y conocimientos previos”.
• Malaguzzi, L: “Lo más importante es que los niños sean capaces de utilizar su capacidad para hacer proyectos y para organizar el trabajo. Se trata, por tanto, de un método que permite que los niños se encuentren bien dentro de un montón de túneles que tendrán, poco a poco, que superar, abandonar y sustituir. En su gran capacidad de negociación entre ellos nacerá, así, una forma de inteligencia diversa, con actitudes diversas capaces de converger para dar, como fruto, muchas ideas.
• Hernández, F: “Los proyectos de trabajo se presentan como una apelación a la inventiva, la imaginación y la aventura de enseñar y aprender. Se trata de una concepción educativa en la que la evaluación no busca que el alumno repita lo que ha estudiado, sino que se enfrente a nuevos desafíos a la hora de dar cuenta de su trayectoria y de los momentos clave de su recorrido. Y donde conecta nuevos conocimientos y problemas con su experiencia y la del grupo con el que aprende a dar sentido a todo el proceso de aprendizaje”.
• Martín, X: “Destacamos los proyectos de trabajo como paradigma de una tipología
de actividades en las que los valores cristalizan con fuerza (…) La investigación colectiva está impregnada de valores (autonomía, democracia, colectividad, diálogo, empatía, búsqueda de acuerdo, respeto…) que los niños practican mientras trabajan individualmente o en grupo”.
Vizcaíno, I. (2008), también nos dice que los tipos de proyectos que podemos llevar
a cabo en nuestras aulas son los siguientes, según Vázquez y otros que establecen la siguiente clasificación de los mismos:
1. Proyectos de simulación. Ligados al juego simbólico y dramático o al elemento fantástico y misterioso. En ellos los niños pueden imaginarse que son monstruos o
astronautas, jugar a los médicos o a los prehistóricos.
2. Proyectos de investigación. Donde los niños y niñas aprenderán a resolver problemas y dudas a través de la observación y experimentación. Irán conociendo su propio cuerpo y el medio natural y sus elementos, que les asombran y les sorprenden, y del que no conocen sus leyes y relaciones de causalidad. Por ejemplo, jugaremos con la tierra, el aire, los colores, conoceremos los animales, los árboles, etc.
3. Proyectos cooperativos. Para aprender juntos unos de otros, resolver conflictos entre compañeros y amigos, disfrutar de muchas situaciones. Los niños necesitan la interacción y la convivencia para elaborar las reglas sociales. Planificaremos una huerta, fiestas, acampadas, obras de teatro y aprenderán a ser amigos.
4. Proyectos tecnológicos. Basados en juegos de construcción, en los que se desarrolla un plan y un diseño. Dentro de ellos encontraremos cómo sonorizar un cuento, como hacer una maqueta de una ciudad, una casa de ladrillos o diversos juguetes.
Podemos decir, por tanto, que hablar de proyectos en Educación Infantil es:
• Hablar de fantasía, de aventura. Es sinónimo de indagar, de buscar información, de leer y aclarar esa información.
• Es hablar de investigar para resolver las dudas planteadas ante un dilema.
• Es la resolución de un conflicto.
• Es hablar de creatividad, de fomentar la creatividad de todos. Es una creación.
• Es construir entre todos, es diseñar, planificar, resolver.
Porque un proyecto es una ilusión, un compromiso con el grupo. Es conversar, escuchar, compartir, mirar al otro y crear juntos. Hernández, R. (2006), considera que “el método de proyectos, a pesar de que en su inicio se concibió como una técnica didáctica, podríamos definirlo en la actualidad como un procedimiento de aprendizaje que permite alcanzar unos objetivos a través de la puesta en práctica de una serie de acciones, interacción y recursos con motivo de resolver una situación o problema”. El proyecto como plan de trabajo o conjunto de tareas libremente elegido por los niños con el fin de realizar algo en lo que están interesados y cuyos contenidos básicos surgen de la vida de la escuela, genera aprendizajes significativos y funcionales al respetar, de manera especial, las necesidades e intereses de los niños, que son quienes proponen a través de la función mediadora de la educadora. La función principal de este es la de activar el aprendizaje de habilidades y contenidos a través de una enseñanza socializada”.
El método emerge de una visión de la educación en la cual los alumnos y alumnas toman una mayor responsabilidad de su propio aprendizaje y en donde aplican, en proyectos reales, las habilidades y conocimientos adquiridos en el aula. Busca enfrentar a los alumnos a situaciones que los lleven a rescatar, comprender y aplicar aquello que aprenden como una herramienta para resolver problemas o proponer mejoras en el contexto en el que se desenvuelven. Cuando se utiliza como estrategia, los alumnos y alumnas estimulan sus habilidades más fuertes y desarrollan algunas nuevas. Se motiva en ellos y ellas el gusto por el aprendizaje, un sentimiento de responsabilidad y esfuerzo y un entendimiento del rol que juegan en el grupo-clase.
El método por proyectos puede ser considerado como:
• Un conjunto de atractivas experiencias de aprendizaje que involucran a los alumnos en proyectos complejos y del mundo real a través de los cuales desarrollan y aplican habilidades y conocimientos.
• Una estrategia que reconoce que el aprendizaje significativo lleva a los estudiantes a un proceso inherente de aprendizaje.
• Un proceso en el cual los resultados del programa de estudios pueden ser identificados fácilmente, pero en el cual los resultados del proceso de aprendizaje de los alumnos y alumnas no son predeterminados o completamente predecibles.
• Es una estrategia de aprendizaje que se enfoca a los conceptos centrales y principios de una disciplina, involucra a los alumnos/as en la solución de problemas y otras tareas significativas, les permite trabajar de manera autónoma para construir su propio aprendizaje y culmina en resultados reales generados por ellos mismos.
Trabajar por proyectos es todo un reto. Pero no tanto porque se necesiten condiciones
materiales especiales, sino porque supone ante todo un enfoque nuevo, un cambio de actitud por parte del educador. Fundamentalmente nos coloca como adultos en una postura consciente que le interesa realmente, a través de sus acciones, de sus preguntas, para “enganchar” con su pensamiento, alimentando su profunda necesidad de aprender, sin perder la muchas ocasiones que se nos ofrecen a cada paso.
Debemos aceptar por otra parte que no solo se aprende en la escuela, sino en todas partes. Y que los niños no aprenden siempre aquello que intencionadamente les pretendemos “enseñar”, sino lo que realmente desean (sin olvidar que el deseo de aprender algo no responde nunca a un mero capricho sino a una profunda necesidad). El papel del educador se sitúa en este caso en un plano más humilde, porque en muchas ocasiones debemos aprender a callar a tiempo, no anticipando con nuestras respuestas un descubrimiento que entonces ya no será tal, dejando que los errores se produzcan puesto que son el natural camino de todo aprendizaje. De este modo, nuestro papel se hace más interesante y también más complejo: como canalizador de propuestas, organizador de intereses, enriquecedor de puntos de vista, haciendo preguntas inteligentes y oportunas, previendo recursos y evaluando la propia actividad y los nuevos conocimientos. Implica un respeto a la diversidad y a la expresión de la identidad al integrar diferentes intereses individuales en un proyecto colectivo y potenciar la búsqueda de soluciones diversas a un mismo problema.
No se basa en una idea de educación homogeneizadora e igualitaria, sino, por el contrario, en la diversidad como valor que enriquece a una comunidad: cada niño, cada maestro/a, cada centro, cada familia, cada entorno es único y diferente de los otros, y esto es un factor a potenciar que en el trabajo por Proyectos encuentra una expresión concreta de toda una filosofía educativa. El trabajo por proyectos se sustenta en una serie de principios pedagógicos sólidos y, aun remontándose sus orígenes a hace más de medio siglo, hoy, desde las Reformas Educativas, éstos tienen una especial vigencia y actualidad. Sin pretender ser exhaustivos, citaremos aquellos fundamentos pedagógicos en los que se sustentan:
• El aprendizaje significativo.
• La identidad y la diversidad.
• El aprendizaje interpersonal activo.
• La investigación sobre la práctica.
• La evaluación procesual.
• La globalidad.
Siguiendo con Hernández, R. (2006), nos cuestionamos lo siguiente, ¿por qué lo podemos considerar como una alternativa en Educación Infantil? Según Piaget, una de las características de los niños y las niñas en edades de educación infantil es el sincretismo, capacidad por la que los menores tienden a captar las cosas de forma global, es por ello por lo que la metodología que empleamos en esta etapa, ha de ser globalizadora, entre otras cuestiones por favorecer la manera natural de aprendizaje de éstos.
En este sentido, hemos de entender que los proyectos no han de ser una única forma de entender la metodología en esta etapa: “El método de proyectos” es una opción para trabajar con los niños; no es el único, pero lo ideal es que el docente pueda seleccionar otros métodos globalizantes, de acuerdo al momento del proceso de aprendizaje grupal, el entorno, las posibilidades de realización, pero sobre todo de acuerdo con el conocimiento real de su grupo, y de su formación profesional”. Es por ello por lo que hemos de entender que lo podemos considerar como una alternativa dentro de la metodología de Educación Infantil, nunca como la única alternativa, sino como una más dentro de los distintos contextos globalizadores y de las situaciones de aula que se producen dentro de la rutina escolar de dicha etapa.
Hernández, R. (2006), dice que teniendo en cuenta su experiencia dentro del ámbito docente en la etapa de Educación Infantil, y tras haber experimentado bastantes opciones metodológicas, considera como aspecto prioritario, que no debe existir un único modelo, la forma que debemos tener los maestros para llevar a cabo nuestra metodología no debe ceñirse exclusivamente a un modelo concreto, es decir no es partidario de trabajar solo “por rincones”, o “por talleres integrales”, o por “proyectos”, o por talleres”, etc., precisamente y por la experiencia de haberlo experimentado, aconseja valiéndose del refranero español, “que cada maestrillo tiene su librillo”, que el método ideal es aquel que es capaz de aglutinar distintas forma de trabajo, ya que de esta forma se pueden trabajar las distintas potencialidades de los niños, es por ello que debemos intentar complementar los distintos métodos, y darles cabida dentro de la flexibilidad que nos permite la organización del tiempo en el marco de la rutina diaria, esto es que haya momentos para actividades colectivas y de desarrollo del lenguaje oral (asambleas), que los niños puedan aprender por si mismos o en compañía de sus iguales (actividades por rincones), o a través de actividades colectivas generadoras (talleres, proyectos), ya que estas últimas van a favorecer el trabajo cooperativo.
Para culminar este apartado mencionamos a Vizcaíno, I. (2008), ya que según ella los principios metodológicos que inspiran el trabajo por proyectos residen en el conjunto de teorías explicativas del aprendizaje que, en suma, se han venido a identificar como corriente constructivista: Teoría del aprendizaje social (Vygotsky), Teoría del aprendizaje verbal significativo (Ausubel), y Teoría genética (Piaget), entre otras. Hablar de principios educativos nos acerca a la parte más íntima del docente. Efectivamente, pedir a un maestro que explique cuáles son los principios que inspiran su labor es obligarle a que exponga las bases ideológicas de su práctica. Pero también que las contraste con la práctica del día a día. En definitiva, es pedirle que ponga en relación la práctica cotidiana en el aula con la teoría.
En este sentido, los principios educativos que inspiran la elección de la metodología del trabajo por proyectos por un lado tienen como referencia los elementos ideológicos que hablan de “cómo creo que debería ser la educación y para qué debería servir”, y por otro lado pretenden acercarse a la satisfacción más inmediata de las necesidades e intereses reales de los niños. Ellos son los protagonistas del aprendizaje. Y el maestro/a deberá:
1. Tener en cuenta el momento evolutivo del niño y conocer sus capacidades y posibilidades de acción.
2. Abordar los contenidos desde una perspectiva globalizadora. El niño aprende globalmente, sin separar por áreas sus nuevas experiencias y conocimientos.
3. Favorecer que los aprendizajes que el niño realice en esta etapa sean aprendizajes significativos. Para ello, el niño debe relacionar el nuevo aprendizaje con lo que ya sabía y establecer un vínculo entre las dos ideas.
4. Concebir el aprendizaje como una actividad constructiva, siendo, por tanto, un proceso activo por parte del niño. Para que tenga lugar, es necesario actuar sobre la realidad y a partir de situaciones motivadoras.
5. Contemplar el juego como un instrumento privilegiado para el desarrollo de las capacidades del niño, además de ser un agente motivador nos ayudará a dotar de funcionalidad los aprendizajes.
6. Atender a la individualidad. Cada niño tiene unas motivaciones, unas capacidades, unas expectativas, etc. Debemos conocer el nivel de desarrollo y conocimiento de cada niño, potenciar sus intereses y ayudarle a relacionar y generalizar sus aprendizajes.
7. Valorar que el niño aprende en interacción. El desarrollo y el aprendizaje es fundamentalmente social. El niño va construyendo un mundo de significados a través de la interacción con los adultos y con los niños o niñas. En general, los procesos que tienen lugar en las situaciones de interacción son especialmente interesantes por las oportunidades que ofrecen en la aceptación de las normas sociales, la comprensión de otros puntos de vista, el desarrollo de intereses, etc. En definitiva, en la interacción se encuentra el desarrollo de capacidades afectivas, sociales y cognitivas.
8. Procurar al alumno el ambiente de seguridad y confianza que necesita estableciendo vínculos afectivos entre el maestro y el niño; unos vínculos en los que los alumnos se sientan aceptados y valorados, fomentando así su autoestima positiva.
9. Contar con la familia, ya que es un contexto educativo primordial. Es necesario que el centro docente comparta con la familia la labor educativa. La escuela deberá ser un espacio abierto donde todos los elementos que componen la comunidad educativa tenga cabida y se potencie la participación tanto en el centro como en las aulas.
3. Conclusiones
En este artículo se ha realizado un análisis del método por proyectos basándonos en la revisión teórica de distintos autores. Cada uno de ellos aporta su visión sobre dicho método, obteniendo así una perspectiva general del método por proyectos. Basándonos en Vizcaíno, I. y en su clasificación de los tipos de proyectos que se pueden realizar, siendo éstos de simulación, investigación, cooperación y tecnológicos, podemos apreciar que todos ellos favorecen y facilitan un aprendizaje constructivo por parte del alumno, al igual que significativo y motivador. Esto justamente es lo que se persigue al trabajar por proyectos.
Al realizar esta revisión nos damos cuenta que trabajar con este método es todo un
reto, porque supone ante todo un enfoque nuevo, un cambio de actitud por parte del educador. Involucra a los alumnos en la solución de problemas y tareas significativas, lo que permitirá trabajar de forma autónoma. Esto será beneficioso en un futuro para los alumnos en su desarrollo hacia la adultez, pues les dotará de estrategias para enfrentarse por sí mismos a sus problemas y situaciones de la vida cotidiana.
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