César Francisco Boggiano Sánchez
Profesor Auxiliar. Centro Universitario Municipal Julio Antonio Mella, Cuba
cesarb@ uniss.edu.cuRESUMEN
Abordar acontecimientos culturales importantes de la ciudad donde vivimos, ocurridos en épocas pasadas constituye un reto y desafío en los tiempos modernos que vivimos cuando desde la panorámica musical nacional e internacional proliferan una inmensa cantidad de compositores e intérpretes quienes con su forma de hacer música y su proyección temperamental en la escena acaparan el gusto de una gran mayoría donde un elevado por ciento está representada por adolescentes y jóvenes, ávidos consumidores de las melodías, ritmos y expresiones bailables que se difunden por las agencias responsables de la difusión musical donde no siempre lo difundido aunque goce de mayoritaria aceptación no es compatible con los códigos de calidad y valores éticos y estéticos que defiende nuestra sociedad socialista. Lo planteado anteriormente constituye una de las causas para que las nuevas generaciones no muestren interés y preocupación por conocer la obra musical de muchos compositores e intérpretes de su localidad que en tiempos pretéritos consumaron una labor cultural de extrema valía para honra y gloria del patrimonio musical de la ciudad.
El presente trabajo expone la labor musical y pedagógica emprendida por los músicos trinitarios Catalina Berroa Ojeda, José Manuel Jiménez Berroa y Julio Cueva Díaz, destacados músicos de la localidad quienes dejaron un legado cultural de singular valía para el patrimonio musical de la nación y que desafortunadamente no es del conocimiento de la mayoría los habitantes de la villa.
Palabras claves: músicos trinitarios, labor pedagógica y musical. patrimonio musical.
SUMMARY
To approach cultural important events of the city where we live, happened in last epochs it constitute a challenge and challenge in the modern times through that we live when from the musical national and international panoramic one they proliferate an immense quantity of composers and interpreters who with his way of doing music and his temperamental projection in the scene monopolize the taste of a great majority where a high per cent is represented by teen and young, eager consumers of the melodies, paces and dance expressions who spread for the agencies persons in charge of the musical diffusion where not always the spread though possession of majority acceptance is not compatible with the codes of quality and ethical and aesthetic values that defends our socialist company. The raised previously constitutes one of the reasons in order that the new generations do not show interest and worry for know the musical work of many composers and interpreters of his locality that in past times consumaron a cultural labor of extreme value for honor and glory of the musical heritage of the city.
The present work there exposes the musical and pedagogic labor undertaken by the musicians trinitarios Catalina Berroa Ojeda, Jose Manuel Jiménez Berroa and Julio Cueva Díaz, out-standing musicians of the locality who left a cultural legacy of singular value for the musical heritage of the nation and who unfortunately are not of the knowledge of the majority the inhabitants of the villa.
Key words: musicians trinitarios, pedagogic and musical labor. Musical heritage.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
César Francisco Boggiano Sánchez (2016): “Acercamiento musical y pedagógico a las vidas de Catalina Berroa, Lico Jiménez y Julio Cueva Díaz”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (octubre 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/atlante/2016/11/berroa.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1611berroa
Introducción
Trinidad, relicario de leyendas y evocación perenne del pasado, con sus callejas empedradas que sintieron el paso de los conquistadores, con sus campanarios y tejados sobre los que parecen haberse detenido los siglos, con sus amplias
casonas que supieron de los saqueos de corsarios y piratas, y con sus palacios de donde salió alguna vez una regenta de España, es la estampa del ayer que vive todavía , luciendo orgullosa al presente su rico tesoro de tradiciones y leyendas. Y esta antigua e histórica ciudad fue la cuna de personalidades ilustres en el panorama musical cubano como lo fueron: José Manuel- Lico- Jiménez Berroa. Catalina Berroa Ojeda y el músico internacionalista Julio Cueva Díaz.
Al dialogar de arte y cultura en Trinidad no se puede dejar de mencionar a Antonio Her y su hermana Micaela. Antonio fue un pintor desatacado y ella enseñó música durante largos años y según narra Francisco Marín Villafuerte en la Historia de Trinidad, su casa fue un templo de las musas donde alternaban la poesía, la pintura, el teatro y la música clásica y criolla. 1
El arte de bien combinar los sonidos y el tiempo, tiene en la villa trinitaria exponentes de altos quilates que dejaron una huella imborrable en el panorama musical de la nación aunque lamentablemente no son del conocimiento de grandes mayorías como lo son las personalidades de Catalina Berroa, Lico Jiménez, Félix Reina, Felo Bergaza, Julio Cuevas, entre otros músicos de nuestra localidad, que vivieron en épocas pasadas, procedentes de clases sociales diferentes que ha pesar de sus tabúes y prejuicios sociales, supieron saltar esas fronteras y cumplir la hermosa misión que cada uno llevaba en lo profundo de su ser para bien y goce espiritual de la humanidad.
Propiciar un acercamiento a la obra musical y pedagógica de los músicos trinitarios Catalina Berroa, José Manuel –Lico- Jiménez y Julio Cueva Díaz constituye una necesidad imperiosa dado el desconocimiento que se tiene sobre la vida y obra de estas personalidades de la cultura así como los apuntes recopilados conforman un material informativo para el lector interesado en el tema que no tiene acceso a la escasa bibliografía existente que aborda la labor de los músicos de la villa trinitaria.
Se hace significativo destacar la huella que dejaron en el plano musical y pedagógico para la cultura local que desafortunadamente no es del conocimiento de las actuales generaciones. Músicos de una sólida formación académica unidos por un denominado común, no se limitaron exclusivamente a la actividad musical como instrumentistas y compositores sino que aparejado a este hecho, ejercieron la enseñanza, dando cumplimiento a uno de los ideales más puros de nuestro héroe nacional, el contribuir a la educación de los demás.
El desarrollo de la investigación se apoyó fundamentalmente en la búsqueda bibliográfica y documentos facilitados por la Bilblioteca Gustavo Izquierdo y el Archivo Municipal Joaquín Llaverías. Después de localizada y fichada la información, se procedió a la selección de aquella que arrojara un dato de interés para la confección del cuerpo del trabajo.
Desarrollo
I- CATALINA BERROA OJEDA
- Inicios.
- Labor pedagógica de Catalina Berroa.
II- JOSE MANUEL JIMÉNEZ BERROA
- Lico, el alumno eminente de la profesora Catalina Berroa.
- Europa, cuna de éxitos del artista trinitario.
III- JULIO CUEVA DÍAZ
-Julio, el músico trinitario.
- El trompeta internacionalista.
-Maestro y revolucionario
l- CATALINA BERROA OJEDA
- Inicios.
- Labor pedagógica de Catalina Berroa Ojeda.
Inicios
La familia Jiménez Berroa fue una de las más sobresalientes en el panorama musical trinitario. En la ciudad de Trinidad nace Catalina Berroa y Ojeda que según las fuentes consultadas fue en la misma casa donde nació su sobrino Lico Jiménez (Guarabo esquina a Gutiérrez), en un radiante día del mes de febrero del año 1849.
Catalina era hija de José Manuel Berroa, quien fue su primer maestro y María Sacramento Ojeda, su madre.
Sus primeros conocimientos musicales los recibieron de su progenitor y más tarde recibió clases con sus familiares en su mayoría músicos, algunos directores de orquesta y también violinistas.
En plena adolescencia Catalina ejecutaba varios instrumentos musicales, dotada de una rigurosa técnica, el piano (su favorito), órgano, violín, guitarra y algunos instrumentos de viento como la flauta, cornetín y otros. Cuando en alguna orquesta faltaba un músico ella lo sustituía con mucho placer y `profesionalidad. Ejerció como instrumentista en la orquesta de los Dávila y en otras agrupaciones de este tipo. Fue organista de la iglesia de San Francisco de Asís y directora del coro de la iglesia Santísima Trinidad. Integró un trío donde tocaba el violoncello junto a Manuel Jiménez y Ana Luisa Vivanco. Fue violinista del teatro Brunet, lugar muy visitado por el público trinitario y extranjero por la calidad de sus conciertos, donde interpretaba obras musicales de célebres compositores de diferentes períodos como el barroco, el clásico y el romántico.
Labor pedagógica de Catalina Berroa Ojeda
La fructífera labor pedagógica de la profesora Catalina Berroa se materializa al fundar una academia de música en la ciudad de Trinidad, donde formó y enseñó a numerosos jóvenes, entre ellos, su sobrino Lico Jiménez. Preparaba sus clases con gran dedicación utilizando la documentación bibliográfica de elevado contenido científico y pedagógico. En su autopreparación utilizaba los textos de Slava, Carpentier y otros musicólogos de importancia.
Catalina fue una de las compositoras trinitarias de gran prestigio por la belleza y calidad de sus composiciones. En su catálogo hallamos composiciones como: La trinitaria, La Virgen de Cuba, El talismán, Rosa Gentil y el Vals Cecilia, obra para piano y banda. También le cantó a los mártires de la Patria, como fue la heroica composición dedicada al General Serafín Sánchez Valdivia.
En cuanto a la canción ‘’ La trinitaria’’ hay que destacar que por su importancia en nuestro folklore y calidad estética, esta composición (escrita para piano y guitarra), fue llevada al programa oficial de Educación Musical aplicado a la circular No. 120 del Ministerio de Educación (1950-1951) e incluida en el quinto grado de Historia de la Música como canción folklórica, posteriormente pasó a formar parte del repertorio musical en la Escuela Primaria Superior.
La Escuela Primaria Superior, luego Secundaria Básica Calos Echenagusía Peña, desde su cátedra de música se dio a la tarea de dar a conocer y divulgar esta canción que formó parte de muchos programas presentados por otras escuelas. Por acuerdo de la Asociación Pro-Trinidad en el año1956 fue aprobada como Himno de Trinidad.
Por su importancia y repercusión nacional como pedagogo y músico, Catalina recibió importantes visitas del mundo musical que la llenaron de plena satisfacción como fue la visita del violinista Claudio José Brindis de Salas, quien amenizó su boda con Lucas Jiménez en la iglesia La Santísima Trinidad. También recibió la visita del eminente guitarrista Gelabert, quien quedó profundamente impresionado por la exquisitez de su maestría artística.
Una de las anécdotas que nos relató la profesora Josefa González Vivas sobre la vida de Catalina fue la que le contaron a ella las hermanas Sánchez, muchachas trinitarias que mantuvieron una amistad casi familiar con la profesora Berroa Ojeda.
Le narraron que el ilustre guitarrista Gelabert le pidió a Catalina que interpretara alguna de sus piezas en la guitarra, la profesora dejó correr sus maravillosos dedos sobre las cuerdas y trastes del instrumento y al concluir su interpretación, el maestro quedó tan sorprendido que solamente se limitó a decir: Y después de escucharla a usted ¿Qué puedo yo interpretar?
En noviembre de 1949 por iniciativa de la directora de la Escuela Superior de esta ciudad, Dra. Carmen Martínez y la profesora Josefa Gonzáles Vivas, celebraron el centenario de su nacimiento. Para esta actividad se preparó un programa y un concurso sobre la biografía de la homenajeada.
En la calle Coco, esquina San Cayetano se encuentra una tarja de mármol colocada por sus compañeros de la Unión Sindical de Músicos.
EL 23 de noviembre de 1911 fallece la profesora musical Catalina Berroa Jiménez en la calle citada anteriormente.
II- JOSÉ (Lico) MANUEL JIMÉNEZ BERROA
- Lico, el alumno eminente de la profesora Catalina Berroa.
- Europa, cuna de éxitos del artista trinitario.
Lico, el alumno eminente de la profesora Catalina Berroa
De una familia de abolengo musical que es iniciada en los albores del siglo XVIII, nació en Trinidad el 7 de diciembre de 1851 José Manuel Jiménez Berroa (Lico). Como lo nombraban sus íntimos amigos y admiradores.
La tendencia hacia la música le llega de su familia paterna, desde antaño dedicada a los ejercicios musicales, su abuelo fue uno de los primeros trinitarios que ejerció la docencia de este arte. Su padre fue un distinguido violinista José Julián Jiménez, formado en el extranjero donde llegó a ocupar los primeros atriles en agrupaciones musicales de renombre internacional.
Inició sus estudios musicales con su padre, violinista y compositor, quien descubrió tempranamente las habilidades del muchacho para la percusión pianística.
Conjuntamente con otros muchachos de su edad José Manuel, después de recibir las primeras nociones musicales, prosiguió sus estudios en la academia privada de la profesora Catalina Berroa. Allí recibió un conjunto de asignaturas que llegaron a completar su prematura formación musical, amplió su horizonte al recibir de su tía y profesora un adiestramiento pianístico intensivo donde no faltaban materias imprescindibles como el solfeo, teoría, contrapunto y armonía entre otras. El joven Lico supo atesorar todos los conocimientos transmitidos por su tía, formando una sólida base musical de singular importancia para el desarrollo de estudios superiores. Su profesora quedó sorprendida por la entrega y dedicación que había en el joven hacia la profesión pianística, su aprendizaje era acelerado, haciéndose dueño de una técnica depurada y elegante que llamaba la atención de todos por el virtuosismo que emanaba de sus poderosas manos.
Europa, cuna de éxitos del artista trinitario
Al concluir sus estudios con la profesora Berroa, el joven José Manuel viaja a Alemania, allí amplió su perspectiva musical al recibir un cúmulo de disciplinas técnicas que perfeccionaron su estilo y le permitieron desarrollar a plenitud su talento. Tuvo como profesores a Jorge Suk y Fernando David en la especialidad de violín, y al los maestros Moschellos y Ritter en las materias de piano y armonía.
En Alemania, el viejo Jiménez (padre de Lico), figuró mucho tiempo entre los violinistas principales de la famosa orquesta de Leipzig, primeramente en calidad de solista y después acompañado de sus hijos Nicasio y José Manuel (Lico) con los que alcanzó la consagración mundial en París, ciudad donde fundó una orquesta y compuso numerosas danzas.
En la sala Herz los más severos críticos distinguían en el triunvirato de músicos al jovencito Lico por la limpia y apasionada ejecución.
El trinitario José Manuel llegó a ocupar niveles superiores de interpretación, esto hizo posible que fuera admirado por Liszt y por Wagner, a presencia de los cuales interpretó algunas composiciones del repertorio clásico, provocando la admiración y respeto de los presentes.
El arte de José Manuel Jiménez Berroa conoció de los aplausos y elogios de un público culto y exigente, tanto en Europa como América que se sintió fascinado por el cautivo temperamento y refinado gusto de sus melodías de ensueño. El artista fue condecorado por la maestría de su obra, al recibir el primer premio en el Conservatorio de Leipzig y primer premio en el Conservatorio de París.
En todos estos años de vida en el exterior Lico no dejó de mantener correspondencia con sus queridos amigos y manifiesta su apoyo a la causa de la independencia de Cuba y a la lucha iniciada por Martí. Mucha música de José Manuel Jiménez Berrroa se escuchó y divulgó entre la emigración patriótica de los Estados Unidos en los años que antecedieron a la fundación del Partido Revolucionario Cubano y en funciones de gala en beneficio de la causa de la independencia de Cuba, ejecutada impecablemente por Guillermo Tomás y la incomparable Anita Aguada.
En el año 1879 regresa a Cuba y realiza algunos conciertos, pero a pesar de su talento, a Lico se le veía como el mulato pobre, la discriminación racial la sufrió en carne propia. El periódico ‘’El Fígaro’’ describió su situación en un párrafo que en su texto decía: ‘’Esa talla artística, con tan bien cultivado talento no pudo en su país hacer la vida del concertista ni un breve tiempo siquiera, ni recogió más que lauros, tantas decepciones y disgustos. Para poder vivir decorosamente ejerció la enseñanza del piano en una academia privada en la ciudad de Cienfuegos. 2
Por las razones mencionadas anteriormente y las necesidades económicas que apremiaban al artista, hicieron que regresara a Alemania en el año 1890. En esta oportunidad contrae matrimonio con la alemana Emma Filter, con quien tiene tres hijos.
En la ciudad de Hamburgo muere José Manuel Jiménez Berroa, el 15 de enero de 1917 a la edad de 65 años. Antes de fallecer ocupaba el importante cargo de director y profesor del Conservatorio de Música de esta ciudad.
En el catálogo musical del músico trinitario se hayan registradas las siguientes composiciones: ‘’Elegía Solitude’’, ‘’Murmullo del Céfiro’’, ‘’Rapsodia Cubana’’, ‘’Sufrimiento’’, y el vals ‘’Capricho’’. También escribió algunas canciones y piezas para piano.
III- JULIO CUEVA DÍAZ
-Julio, el músico trinitario.
- El trompeta internacionalista.
-Maestro y revolucionario
Julio, el músico trinitario
Julio Cueva nació en la ciudad de Trinidad el 16 de abril de 1897 en una casa de la calle Gracia No.14, hoy Francisco Cadahía. Desde temprano comenzó a sentir una fuerte vocación hacia la música que lo hizo dedicarse desde edades tempranas al estudio de las escalas y notas musicales. Sus padres se nombraban Josefa Díaz y Bartolomé Cueva. De origen humilde su niñez transcurrió como la de cualquier niño pobre de aquella época. Para ayudar a su familia vendía agua por los diferentes barrios de su pueblo natal.
En el año 1908 en la Academia de Música Municipal, ubicada en la calle Rosario y Gloria, teniendo como directores a los hermanos Rafael y Ventura Dávila, Julio recibe sus primeros estudios sobre música, nociones que influyeron favorablemente en su porvenir como futuro trompetista. En ese mismo año se crea en Trinidad la Banda Infantil dirigida por los hermanos Dávila, a la que como otros niños perteneció el inquieto adolescente que se iniciaba en el mundo de las corcheas y semicorcheas.
Cuando Julio cumplió 16 años, su tío Bartolo Vidal al saber de la calidad y preocupación del sobrino, lo invita a participar en la orquesta típica que este dirigía, ocupando una de las plazas dentro de la agrupación. En el año 1915 comienza a tocar en una orquesta típica como ejecutante diestro, más tarde .lo encontramos como director de bandas y orquestas. A partir de 1916 fue cornetín solista en la Banda Municipal de Santa Clara.
En el año 1920 se une a la orquesta de la Compañía de Teatro del comediante Arquímedes Pous, con quien realizó una exitosa gira por todo el país. Tres años después fundó la Banda Municipal de Trinidad, de la que fue su director durante varios años, hasta que se estableció en la ciudad de La Habana, donde integró afamadas orquestas de aquella época como la de Moisés Simons y la de Don Aspiazu, con la de este último viajó a Estados Unidos y Europa.
Establecido definitivamente en La Habana y coincidiendo felizmente con la inauguración de la emisora Mil Diez, Julio Cueva funda su primera orquesta, la que llevaría su propio nombre ‘’Julio Cueva y su Orquesta’’. Esta orquesta estaba integrada por músicos que Cueva tuvo la facultad de seleccionar atendiendo a sus condiciones como profesionales. En sus inicios la orquesta la integraban trece miembros y en su formato instrumental contaba con cuatro saxofones, dos trompetas, un bajo, un baterista, una tumbadora y un bongosero. Existían dos cantantes que trabajaban líneas diferentes, uno interpretaba boleros y canciones y el otro se especializaba en la interpretación de las guarachas y sones. Después de surgida esta agrupación otros cantantes pasaron a formar parte de la misma como fue el popular Manolito Licea, conocido por Puntillita, quien popularizó números en su voz, entre ellos ‘’El Golpe de Bibijagua’’.
El trompeta internacionalista
Encontrándose en Madrid estalla la Guerra Civil Española y de inmediato Cueva Díaz se pone al servicio del gobierno republicano, incorporándose a la Décima Brigada de Choque, donde conoció al valeroso luchador Pablo de la Torriente Brau, cuyos restos mortales acompañó con profundo dolor.
Al poco tiempo de integrarse a las filas republicanas fue nombrado Capitán Director de la Banda de Música de la 46 División del Ejército Antifascista, responsabilidad que desempeñó durante los tres años de guerra en que por orden del gobierno de la república fueron desmovilizados todos los extranjeros que se batían contra el fascismo en tierra española.
En su autobiografía señala:
Una de las actuaciones de aquella banda de música que recuerdo con mayor satisfacción es la que se efectuó en el recibimiento a los delegados que asistieron al Segundo Congreso de los Escritores, quienes visitaron nuestro cuartel en Alcalá de Henares. En esta oportunidad confraternizamos con viejos luchadores por todos muy queridos como Juan Marinello y Guillén. 3
Como colofón de este período en el año 1939 el músico trinitario es trasladado al campo de concentración de Argelés Sur Mer, en Francia, donde permanece durante 78días. La amarga experiencia no amilana su espíritu festivo y crea un son y una guaracha, a pesar de las condiciones hostiles del lugar, composiciones que tituló: ‘’Juntemos las colillas’’ y ‘’Alé Alé reculé’’. En ambos números musicales el choteo resulta espina dorsal y otra manera de enfrentarse a la barbarie fascista.
En 1940 regresa a Cuba en el vapor ‘’Órbita’’. Julio se instala en la proa del buque al hacer este su entrada en el puerto habanero y acompañado de su trompeta, con gran orgullo patriótico deja sonar las notas de nuestro Himno Nacional y seguidamente ejecuta el Himno de la Internacional.
Maestro y revolucionario
Antes del triunfo de la Revolución Julio realizó numerosas actividades que lo definían como luchador revolucionario. Desde su posición de artista supo denunciar en sus múltiples composiciones, los males y vicios de los gobiernos de turno, la politiquería de los candidatos, la discriminación racial, los robos y desvergüenzas de los presidentes. Denunció la explotación del trabajador en el capitalismo, el desalojo, las consecuencias de la prostitución, las miserias familiares y otros males heredados de la sociedad de consumo.
Julio Cueva Díaz no perdió el vínculo con la Revolución Cubana ni claudicó de su militancia comunista. El Consejo Nacional de Cultura lo nombró profesor de teoría y solfeo en la Escuela Brindis de Salas en Cojímar durante cinco años. Fue fundador del CDR No. 5 ‘’Pablo de la Torriente Brau’’ del que fue presidente y en el año 1973, por sus grandes méritos artísticos y revolucionarios, la CTC le otorgó junto a Alicia Alonso y Blanca Becerra la Orden ‘’Primero de Mayo’’ el 26 de abril de 1973.
Números musicales como El golpe de bibijagua, Tingo talango, El marañón, La camisa sin botones, escritos por el músico trinitario, quedan en la preferencia de un pueblo que bailó y disfrutó la música del virtuoso trompetista, orgullo de la villa trinitaria.
Conclusiones
En las páginas memorables de la historia musical de la isla de Cuba queda registrada la obra de cada uno de estos músicos y pedagogos, quienes entre los aportes de mayor significación para el patrimonio cultural de la localidad y la nación se destacan:
Referencias bibliográficas
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Giro, R. (2009). Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba. (Tomo 2).La Habana: Editorial Letras Cubanas.
González Vivas, J. (1989). Artistas trinitarios: Ponencia. Material Mecanografiado 1989. 11 p.
Marín Villafuerte, F. (1945). Historia de Trinidad. La Habana : Editorial Jesús Montero.
Orovio, H. (1992). Diccionario de la Música Cubana. La Habana: Editorial Letras Cubanas,
Ruíz de Zárate, M. (1982) Lico Jiménez, Músico cubano, Universal. Juventud Rebelde. (La Habana) : 3 oct.
1 Marín Villafuerte, Francisco. Historia de Trinidad . /Francisco Marín Villafuerte. – La Habana: Letras Cubanas, 1981.
2 El Músico. Los cubanos en el extranjero. El Fígaro. (La Habana): 1984.
3 Cueva Díaz, Julio. Autobiografía de Julio Cueva Díaz. Músico compositor y revolucionario/ Julio Cueva Díaz.- (Trinidad: s.n. , s.a.)
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