Lismary Montiel Hernández
Profesora del CUM Pancito Gómez Toro
Dayami Peña Pérez
Profesora del CUM Pancito Gómez Toro
Universidad de Sancti Spiritus Jose Marti Perez, Cuba
lismary@uniss.edu.cuRESUMEN
La enseñanza en la etapa pre revolucionaria en el territorio que actualmente ocupa el municipio de Jatibonico estuvo basada en patrones extranjeros fundamentalmente, primero durante la colonia la educación era totalmente memorística, a la usanza de los métodos utilizados por la metrópoli española y más tarde con la instauración de la república mediatizada, comenzó a ejercerse la docencia de acuerdo a los cánones norteamericanos de la época. Lógicamente, la didáctica que guiaba el proceso de enseñanza aprendizaje en aquel entonces no respondía precisamente a los intereses de alumnos y profesores sino a las necesidades del gobierno de turno y a la corrupción que imperaba por aquellos años. Sin embargo, en Cuba y específicamente en Jatibonico existieron maestros destacados que revolucionaron la docencia utilizando componentes novedosos de la didáctica en aquellos momentos. El presente trabajo realiza un acercamiento al tema por lo que se traza como objetivo describir el desarrollo de la didáctica dentro de la historia educativa de Jatibonico antes de 1959. Lo que permitió conformar la historia de la educación del territorio en esta etapa.
Palabras claves: educación, didáctica, historia, territorio jatiboniquense, etapa pre revolucionaria.
TITLE OF THE WORK: THE EDUCATIONAL DIDACTICS APPROACH IN JATIBONICO FROM A CRITICAL PERSPECTIVE BEFORE 1959
SUMMARY
The teaching in the pre revolutionary stage in the territory that at the moment occupies the municipality of Jatibonico was sabed fundamentally on foreign patterns, first during the colony the education was totally by memory, to the usage of methods used by the Spanish metropolis and later with the setting-up of the mediatized republic it began to be exercised the educational according to the North American taxes of the time. Logically, the didactics that guided the process of the teaching learning at that time didn't respond in fact to the interests of students and professors but to the shift government's necessities and the corruption that it reigned for those years. However, in Cuba and specifically in Jatibonico outstanding teachers that revolutionized the educational using components of the outstanding didactics in those moments existed. The present work carries out an approach to the topic for what is traced as objective to describe the development of the didactics inside the educational history of Jatibonico before 1959. What allowed to conform the history of the education of the territory in this stage.
Key words: education / didactics / history / jatiboniquense territory / pre-revolutionary stage.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Lismary Montiel Hernández y Dayami Peña Pérez (2016): “Acercamiento a la didáctica educativa en Jatibonico antes de 1959 desde una perspectiva crítica”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (octubre 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/atlante/2016/10/didactica.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/ATLANTE-2016-10-didactica
INTRODUCCIÓN
La educación en Cuba comenzó siendo una tarea que se realizaba por el sector privado. Era natural que así fuera, si se tiene en cuenta que las escuelas públicas a nivel de educación primaria todavía no existían en el siglo XVIII en los territorios españoles ni siquiera en la Península a causa de lo cual se considera que todavía en 1803 el 94 por ciento de la población de España era analfabeta.
El primer maestro de Cuba fue el sacerdote católico Padre Miguel Velázquez, mestizo de español e india, y sobrino de Diego Velázquez, que fue nombrado maestro en la Catedral de Santiago en 1544. A partir de entonces, la Iglesia Católica cargó sobre sus hombros la responsabilidad de impartir la poca instrucción que se ofreció durante casi dos siglos a los niños de edad escolar que vivían en la Isla.
Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XVIII ya habían surgido otras «escuelas» dirigidas por laicos, en las cuales maestros privados, llamados «escueleros», y mujeres de humilde extracción, llamadas «amigas», ofrecían instrucción rudimentaria a niños cuyas familias podían pagar algún tipo de cuota, y aun a muchos que no podían pagar nada. Es interesante destacar que muchos de estos «escueleros» y «amigas» pertenecían a la clase de los «libertos», y que en las escuelas cubanas, desde sus comienzos, se admitían y se educaban juntos varones y hembras, blancos y «de color».
La educación comenzó a tomar algún impulso en la Isla a partir de la fundación de la Sociedad Económica Amigos del País, que tuvo lugar en La Habana en 1793, cinco años después de que se había fundado la de Santiago de Cuba. También contribuyó a incrementar la educación la llegada a la Isla de algunas Órdenes Religiosas dedicadas a la enseñanza, la primera de las cuales fue la de las Ursulinas, cuyas monjas llegaron a La Habana en 1803. En 1826 había en la Isla un total de 140 escuelas, en las que se educaban cerca de 6,000 niños, entre «acomodados» y «pobres».
Iniciado 1840, el Gobierno Colonial empezó a mostrar algún interés en la educación, por lo que se establecieron Escuelas Normales para formar maestros, y la enseñanza primaria se puso bajo la responsabilidad de los Municipios. A consecuencia de estas medidas, y del constante estímulo de las Sociedades Económicas, en 1862 había en la jurisdicción de La Habana un total de 158 escuelas, 65 públicas y 93 privadas. Después de esta fecha, las públicas continuaron creciendo y atrayendo mayor cantidad de estudiantes, mientras que, bajo la presión del Gobierno, disminuía el número de las privadas a la vez que se reducía la matrícula. Ya en 1867 el 65 por ciento de los educandos asistía a escuelas públicas, mientras que las privadas atendían tan solo al 35 por ciento.
De todas formas, los tres eventos de mayor significación para la enseñanza en Cuba durante el período colonial fueron: la Fundación de la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo (la Universidad de La Habana), en 1728; la Creación del Seminario de San Carlos y San Ambrosio, en 1769; y el establecimiento del Colegio El Salvador, por José de la Luz y Caballero, en 1848. La primera de estas instituciones impartía enseñanza en el más elevado nivel universitario, el Seminario era en realidad un Colegio-Seminario al que asistían tanto los Seminaristas que aspiraban al sacerdocio como jóvenes que buscaban una sólida preparación universitaria, el colegio de José de la Luz solamente alcanzó los niveles primario y secundario.
Sin embargo, El Salvador fue el principal representante de una serie de colegios privados que existieron en La Habana y en toda la Isla, entre los cuales se debe incluir el San Anacleto de José Sixto Casado, y el San Pablo, de Rafael María de Mendive, a los cuales asistió José Martí y donde adquirió parte de su formación patriótica.
La educación no falta en ninguna sociedad ni en ningún momento de la historia. En toda sociedad el hombre se educa. La importancia fundamental que la historia de la educación tiene para cualquier educador es que permite el conocimiento del pasado educativo de la humanidad. Por cuanto la educación ha sido un factor relevante en la historia y a su vez la cultura es fuerza determinante de una educación. En consecuencia con lo anterior surge la necesidad de investigar la historia de la educación de cada sociedad. (Guichot Reina, 2006:11)
El territorio que ocupa hoy la actual provincia de Sancti Spíritus no estuvo muy alejado de lo que fue la educación en Cuba en los primeros años de la colonia, por ser esta una de las primeras villas fundadas por los españoles. Aquí, al igual que en el resto de la Isla, la educación se caracterizó por la existencia de escuelas privadas fundamentalmente y de corte religioso, impulsadas por la llegada a la Isla, en el siglo XVIII, de algunas Órdenes Religiosas dedicadas a la enseñanza.
Algunos autores como Enrique Sosa Rodríguez y Alejandrina Penabad Félix (1997), consideran que los primeros frailes llegaron a Sancti Spíritus con el objetivo de fundar un convento con fines educacionales en el siglo XVII y se establecieron en la Hermita de La Vera Cruz donde realizaron la docencia de las primeras letras y de gramática (latín) además de enseñar doctrina cristiana. Luego de forma gradual fueron apareciendo e incrementándose las escuelas públicas, a lo cual contribuyó considerablemente el establecimiento de las Escuelas Normales para formar maestros.
En el año 1905, la Junta de Superintendentes aprobó los primeros cursos de estudio. De esta forma fueron apareciendo escuelas de nivel secundario, llamadas de segunda enseñanza, institutos de estudios técnicos, escuelas pedagógicas y de educación superior que se hicieron extensivas también a Sancti Spíritus. Exceptuando estas últimas, pues sólo hay evidencias de ellas en la década de 1960, momento en el que aparece una entidad de la UCLV en la Estación Experimental de arroz en el municipio de La Sierpe, perteneciente a la facultad de agronomía de esta universidad.
Hasta el momento se han realizado varias investigaciones que demuestran la rica historia de la localidad espirituana en cuanto a la existencia de instituciones educativas, así como de relevantes figuras que han aportado elementos valiosos al quehacer educacional en Sancti Spíritus, las cuales forman parte del Proyecto en el que participan profesores e investigadores de la Universidad de Sancti Spíritus titulado: Proyecto para el estudio de la Filosofía, la Historia de la Educación, las Instituciones Educativas y Sociales en la provincia de Sancti Spíritus, con el objetivo de promover las investigaciones filosóficas e históricas y políticas en Sancti Spíritus, a través de investigaciones que contribuyan a la publicación de estos resultados en disímiles escenarios nacionales e internacionales y con ello lograr modificar la actual situación.
El mismo ha dado lugar a la realización de varias tesis de maestría como son: “Aproximación al modelo pedagógico del Colegio La Natividad de La Salle en Sancti Spíritus”, (Pentón, 2009). “Las figuras femeninas en Sancti Spíritus, su rol en la educación escolarizada durante la época colonial”, (Santos, 2011). “Texto históricode la educación musical en Cuba y Sancti Spíritus para la asignatura Historia de la Educación y la Enseñanza”, (León de la Paz, 2011). “Colegio Presbiteriano Carlos de la Torre: Particularidades en el contexto de la educación espirituana”, (Castellanos de la Paz, 2011). “Instituciones, personalidades e ideario pedagógico en la ciudad de Sancti Spíritus en la etapa colonial”, (Rojas Díaz, 2015).
Estas investigaciones han abordado de una forma u otra la historia de la educación en Sancti Spíritus y sus instituciones educativas, desde la etapa Colonial, la seudo República y después del triunfo revolucionario. Sin embargo, no existe hasta el momento ninguna investigación que refleje estudios de este tipo en otros municipios y poblados de la provincia, sólo la tesis de maestría de Rolando López Concepción (2010). Por cuanto falta aún mucho por conocer sobre este tema en el territorio espirituano.
El municipio de Jatibonico, es un valuarte histórico no sólo de las luchas contra el colonialismo español donde se destaca el poblado de Arroyo Blanco, sino además de historias de vidas de personalidades y figuras que aportaron al fomento de la nacionalidad, a la formación del hombre nuevo y en ello entra a desempeñar un papel fundamental la educación, a partir de las escuelas y maestros que existieron en estas localidades en la etapa pre revolucionaria y que aportaron de una forma u otra a la historia del actual territorio espirituano.
La investigación pretende hacer un acercamiento a esta problemática pues la ausencia de estudios de este tipo en dichas localidades significa una carencia del conocimiento histórico local. El cual se encuentra disperso en archivos municipales, documentos museables y en la memoria de los que vivieron aquellos años.
En consecuencia, se realiza este trabajo en el que se propone como objetivo: describir el desarrollo de la educación y la didáctica dentro de la historia de Jatibonico antes de 1959.
DESARROLLO
La Didáctica es una ciencia pedagógica, que contiene las técnicas para enseñar y aprender. Sin ella, no puede existir un proceso consciente y pleno de enseñanza- aprendizaje. No pueden existir técnicas rígidas y formales para enseñar, pues, el maestro recrea en cada clase, de acuerdo con su tacto pedagógico, las estrategias didácticas que utilizará cada día. (Chávez Rodríguez, 2007).
Teniendo en cuenta el anterior criterio, la presente ponencia se acerca a la manera en que se desarrolló la enseñanza en Jatibonico, así como los diferentes componentes de la didáctica, en la etapa pre revolucionaria. Territorio en el cual existieron maestros destacados que, amén de las dificultades de la época, marcaron pautas en la educación cubana. Educadoras como María Montejo Pérez, Aida y Argelia Gómez, Sara Vega, Gloria Figueroa, entre otros, distinguieron la docencia en Jatibonico al realizar actividades extraclases con los estudiantes donde incentivaron valores como la laboriosidad, responsabilidad y patriotismo, aún cuando no se encontraban diseñadas dentro del plan de estudio de aquellos años. Y sin contar con los medios necesarios, a pesar de las limitaciones de recursos y la corrupción que caracterizaba a aquellos gobiernos, crearon técnicas y formas novedosas para ejercer la enseñanza.
En Jatibonico, durante la colonia, el aprendizaje era fundamentalmente memorístico, a la usanza de los métodos ejercidos entonces en la metrópolis. Más tarde, con la ocupación norteamericana, la estructura general de la enseñanza primaria, en sus aspectos técnicos y administrativos, desde la Dirección Nacional hasta las Juntas de Educación y los Distritos Municipales, quedó organizada conforme a un patrón norteamericano.
La orientación técnica se basó en las doctrinas de J.F Herbart con todo su formalismo acentuado en el método y los principios pedagógicos de Spencer en cuanto al contenido de los programas. Así, la educación en esta localidad, pasó de memorística en la colonia a intelectualista con la ocupación. Los primeros textos escolares fueron traducidos de libros norteamericanos que exaltaban su historia y modo de vida.
Con la creación del sexto municipio de la provincia de Camaguey: Jatibonico, se desarrollan elecciones especiales en este territorio. De esta forma son elegidos Alcalde, Concejales y miembros de la Junta de Educación. El 15 de abril de 1915 se celebra la sesión inaugural del nuevo Ayuntamiento, siendo el presidente de la misma Amado Granado Pérez. A partir de este momento se evidencia en las actas de las diferentes sesiones del Ayuntamiento, cierta preocupación por la instrucción pública.
En acta del 1ro de mayo de 1915 puede leerse:…se acordó por unanimidad pedir a la secretaría de Obras Públicas que las casas que se van a construir para Escuelas Públicas en los barrios rurales, se construya una en cada barrio de este término…. En acta del 11 de agosto del propio año, en reunión ordinaria de Concejales en el punto 11 aparece….donación de salones para casa escuelas.
Ya para 1919, el Censo Nacional desarrollado ese propio año informa, que Jatibonico tiene 5001 habitantes. Esto hace suponer que la matrícula de la Escuela Pública #1 se incrementó y se hizo necesario otro local para la escuela que se ubica en un inmueble de madera y techo de zinc, situado en la actual calle Juan Manuel Feijoo, entre Céspedes y Juan Blas Hernández.
Años más tarde, Mr. Frye elaboró en colaboración con algunos autores cubanos, un Manual para Maestros que aún en 1924 se continuaba usando. Se impartía Aritmética, Lenguaje, Moral y Cívica, Historia y Corte y Costura. Además de las escuelas públicas y privadas existió una escuela de corte religioso El Salvador, donde se ejercía la influencia de la fe en los alumnos.
La educación primaria se regía por la Ley Escolar del 18 de julio de 1909 y estaba a cargo de las Juntas de Educación. Los maestros pasaban un período de prueba y luego eran aprobados o rechazados. El salario fluctuaba entre cincuenta o setenta y cinco pesos mensuales. La asistencia era obligatoria desde los seis hasta los catorce años de edad. La mayoría de las escuelas eran privadas, aunque había escuelas públicas fundamentalmente en las zonas rurales, los maestros de estas no asistían con frecuencia y eran mal pagados. Se ofrecían enseñanzas de corte y costura y Kindergarten de forma gratuita.
Para la década del veinte la Escuela Pública #1 tenía un colectivo de maestros para los tres primeros grados y una maestra para el kindergarten que sabía tocar el piano, requisito indispensable para trabajar en ese nivel. No todos eran maestros graduados de instrucción primaria, sino que estaban habilitados para ejercer la docencia y cada cierto tiempo rendían exámenes en la Escuela Normal para Maestros.
Esta situación fue el resultado de una circular decretada por los gobiernos de turno, en este caso Mario García Menocal y más tarde Alfredo Zayas debido a la carencia de maestros para cubrir aulas vacantes, lo que daba la posibilidad de aceptar a todo aquel que obtuviera más de 25 puntos en un examen de 100 y aspirara a ejercer el magisterio. Es importante destacar que algunos educadores de la época en Jatibonico, a pesar de las difíciles condiciones del momento continuaron sus estudios hasta obtener el grado científico de Doctor en Pedagogía. Aspecto que será detallado en otro momento de la investigación.
En la Escuela Pública #1 se daban clases separadas por sexo. Los maestros más enérgicos le daban clases a los varones: Eugenia Valdespino, Juana Bravo y Enrique Mateos a 1ro, 2do y 3er grado respectivamente. Dalia Alvariño, Bertila López y María Montejo, a las hembras de igual grado.
En la década de 1920 surgen en el municipio las primeras escuelas privadas. De esta forma apareció La Inmaculada, de las hermanas Emma y Rita Quintero. Situada en la actual calle José Miguel Gómez en el local que ocupa hoy el Registro Civil Municipal. La escuela no estaba reconocida por el gobierno y cada niño debía pagar la cifra de $1.50 al mes. Llegó a tener una matrícula numerosa, por lo que cada niño debía llevar su propia silla para sentarse. Las maestras eran muy bondadosas y dulces, no ejercían el castigo y cuando se cometía alguna indisciplina era analizada con los padres.
La primera maestra que tuvo el poblado de Jatibonico fue la destacada pedagoga, escritora, promotora cultural y luchadora contra la tiranía y la corrupción de los gobiernos de turno, María Montejo Pérez. Quien aportara a la historia educativa de la localidad formas novedosas de docencia, además de obras literarias y de teatro. Actuó de modo consecuente con lo que enseñaba y se encontraba inmersa en la lucha contra el tirano. Eliminó de sus clases la enseñanza memorística e introdujo el método de evaluación sistemático orientando tareas donde el estudiante debía aplicar lo aprendido en clases (López Concepción, 2010).
Al realizar un constructo de los conceptos elaborados por diferentes autores contemporáneos sobre evaluación puede plantearse que, es el proceso por medio del cual los profesores buscan y usa información procedente de diversas fuentes para llegar a un juicio de valor sobre el alumno o sistema de enseñanza en general o sobre alguna faceta particular del mismo. Por lo que se infiere que María Montejo revolucionó la educación en Jatibonico en aquella época.
Esta maestra comenzó su labor en el año 1906 con la creación de la primera escuela pública en el territorio y se mantuvo activa hasta después del triunfo revolucionario. Creó una escuela nocturna para alfabetizar y superar a jóvenes y adultos que en su niñez no habían podido estudiar, a la vez que los preparaba para incorporarse a las Brigadas Internacionales que luchaban por la República en la Guerra Civil Española. Lo que le permitía además de enseñar las diferentes asignaturas, inculcar en sus alumnos el rechazo a la injusticia y el amor por el internacionalismo.
Los Archivos del Museo Municipal de Jatibonico evidencian que en esta época los maestros no recibían el salario de forma estable y la cuantía correspondía a la vergonzosa suma de veinticinco pesos. En las actas de las diferentes sesiones del antiguo Ayuntamiento se puede apreciar que para el año 1915, con la instalación del nuevo alcalde, aparece cierta preocupación por la instrucción pública y se donan salones para casas escuelas.
A partir de la década del 20 comienzan a preparase maestros que se habilitaban para ejercer la docencia y cada cierto tiempo rendían exámenes en la Escuela Normal para Maestros. Algunos continuaban estudiando y obtenían el grado científico de Doctor en Pedagogía .En Jatibonico las escuelas públicas se mantenían, muchas veces, por el esfuerzo que hacían los maestros que aportaban de su salario para la compra de útiles escolares. Se impartía Aritmética, Lenguaje, Moral y Cívica, Historia y Corte y Costura.
Además de las escuelas públicas y privadas existió en esta etapa la escuela de corte religioso El Salvador, donde se ejercía la influencia de la fe en los alumnos. No existía estabilidad en el claustro de las escuelas públicas, pues muchos maestros venían de otros pueblos a trabajar y se marchaban después de algún tiempo buscando mejoras económicas.
El 12 de agosto de 1933 se produce la caída de Machado y da comienzo el efímero gobierno de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada. Debido a la difícil situación económica, el pueblo sufre la mayor hambruna que recuerde la historia, María Montejo le pide a algunos hacendados que le faciliten algunas cabezas de ganado para darle de comer al pueblo, los ricos se niegan y entonces ella manda a decomisarlo, para lo cual contó con el apoyo de una partida de hombres que meses antes había organizado con el propósito de combatir a Machado, esto le permitió mantenerse por más de dos semanas repartiendo carne gratuitamente entre las personas más necesitadas. Por este motivo fue detenida y se le celebró juicio. Por actitudes como esta llegó a ser muy querida por el pueblo, la burguesía y las autoridades sin embargo, la odiaban y la llamaban despectivamente “La Coronela”.( López Concepción, R 2007).
En Jatibonico, al producirse el golpe de estado del 15 de enero de 1934, se establece un gobierno militar encabezado por Arturo L. Arbona Rodríguez, segundo teniente supernumerario de la guardia rural con carácter de facto, cargo que desempeñó hasta el 6 de Septiembre en que restablece un gobierno civil aunque también de facto. El nuevo alcalde Domingo F. Marín Gómez respondiendo a la política impuesta por Batista, cumple estrictamente las medidas adoptadas por el gobierno, tendientes a crear en la opinión pública un ambiente favorable a la falsa apariencia de legalidad y normalidad política.
En este período el tirano Batista empleó, en el campo de la enseñanza, una técnica demagógica habilísima. Aprovechó el abandono casi total de la escolaridad en las zonas campesinas y se aferró al lema martiano de crear un cuerpo de maestros misioneros, para establecer un sistema militarizado de educadores llamados Maestros Cívicos Rurales. Estos maestros vestían uniformes kakis, portaban armas, tenían el grado de sargentos y estaban destinados a mantener el control de la zona rural.
Se pudo indagar en los archivos del Museo Municipal que en la zona de Cristales, perteneciente al municipio de Jatibonico existió un maestro cívico militar, nombrado Enrique Pérez Hebra. Su ubicación respondió a la situación imperante en la zona donde había encuentros continuos entre obreros y patrones, lo que provocó el éxodo de muchas familias y las que quedaron lo hicieron en franca rebeldía. La escuela contaba con una matrícula aproximada de 100 alumnos que en su mayoría sobrepasaban los trece años de edad. Se impartían las asignaturas de Lengua Española, Aritmética, Moral y Cívica, Educación Física e Historia de Cuba. El maestro exigía la disciplina por medio de una correa con la que le pegaba a los niños pequeños y una funda de sable para los mayores.
En el año 1935 es nombrado Aurelio Robeau, Maestro de Instrucción Agropecuaria y fue ubicado en el Campo de Demostración Agropecuaria en la Finca Rolletito, a pocos kilómetros de la cabecera municipal y al lado de la Escuela Pública Rural #5 José Martí.
En 1936 la maestra María Montejo creó una escuela nocturna para alfabetizar y superar a jóvenes y adultos que en su niñez no habían podido estudiar, a la vez que los preparaba para incorporarse a las Brigadas Internacionales que luchaban por la República en la Guerra Civil Española.
Según Ramos Gómez (2003), en febrero de 1937 se constituye en su casa de la calle Maceo, en la actualidad marcada con el número 132, el grupo del Primer Partido Comunista. Blas Roca, Flavio Globart y otros dirigentes de talla nacional la visitaban, era un verdadero centro de efervescencia revolucionaria. Cuando se funden los Partidos Comunista y Unión Revolucionaria Comunista, con vista a las elecciones de 1940, quedó como presidenta de su Comité Ejecutivo: María Montejo Pérez. Ya para esa época había obtenido su Certificado para trabajar con 6to grado.
Para la década del treinta existían en Jatibonico las siguientes escuelas públicas rurales:
-Escuela Pública Rural en Juan Benítez, los primeros maestros que transitaron por ella fueron Félix Quintero, Olga Romero, Gloria Figueroa, Gladis Castillo y Margarita Cáceres.
-Escuela Pública Rural en Iguará, los primeros maestros fueron Georgina Salazar, Aracelia Cubero y enrique Fariñas.
-Escuela Pública Rural José Martí, en Rolletico, los primeros maestros fueron Juana Bravo, Justina Salsa, Mario Cruz y Sara Vega (la cual ejerció como maestra en esta escuela años más tarde alrededor de 1945
-Escuela pública Rural en la Finca Melones, actual Reforma 1, el primer maestro fue el mexicano Arturo Cobert.
-Escuela Pública Rural en la Finca Santa teresa, hoy Jobo 5, primer maestro Francisco Menéndez Celorio.
-En las urbanas se fundaron nuevas aulas públicas. Un aula en el Batey del Central y otra en el barrio Las Charcas. Donde se impartía a los niños pobres enseñanza de algunos elementos básicos para que pronto comenzaran a trabajar.
En consecuencia con esto, se pudo ultimar que, desde la época colonial en que sólo existía Arroyo Blanco como núcleo poblacional de la zona y hasta la década de 1930, la enseñanza en el territorio jatiboniquense fue en ascenso amén de la difícil situación económica y social de la época, así como de la poca preocupación de los gobiernos de la República por el desarrollo educacional.
En la década del 30 tuvo Jatibonico la primera maestra de Educación Física, Sara Vega, (Titica), como cariñosamente era conocida por todos impartía sus clases con recursos propios, pues los gobiernos de turnos desviaban los fondos destinados a comprar implementos deportivos para lucros personales. Con este modo de actuación renovó la didáctica en su territorio con una correcta utilización de los medios de enseñanza.
Según (González Castro, V 1989:46) los medios de enseñanza constituyen el soporte material para ejecutar el método, para posibilitar el logro de los objetivos. Sin embargo, hoy, momentos en los que se cuenta con una escuela revolucionaria, donde los recursos están al alcance de todos, muchas veces las clases no tienen la calidad requerida por causas injustificadas y los medios de enseñanza no desempeñan el rol requerido para el logro de una buena clase.
En enero de 1942 las hermanas Aida y Argelia Gómez fundaron una escuela que creó precedentes en el municipio, llevaba por nombre Luz y Caballero. En ella se aplicaban los mismos programas que en las escuelas públicas y alcanzó gran auge y prestigio por la calidad de las clases que allí se impartían. Por esos años no existía uniformidad en los programas de las diferentes asignaturas, el diseño curricular no lo realizaban un grupo de expertos a nivel nacional, si no que se hacía regional, por lo que cada zona del país dosificaba de manera diferente cada disciplina y en esto influía además la cantidad de escuelas privadas que no tenían en cuenta los Programas Nacionales. El hecho de que Aida Gómez realizara su Doctorado en Pedagogía en la Universidad de La Habana influyó notablemente en la eficiencia con la que trabajaban estas maestras, las cuales ajustaban sus clases según el Programa Nacional.
Muchos maestros jatiboniquenses se preocuparon por mejorar la calidad de la enseñanza en el territorio como fueron Julio Manuel González, Félix Quintero y María Montejo, los cuales, sin estar diseñado en el Plan de Estudio, impartían clases de tejido, bordado y pintura a los estudiantes, Todo esto lo realizaban en los ratos libres durante el recreo o en sus hogares de manera gratuita. Actividades que muchas veces hoy no se realizan en las escuelas, aún cuando están planificadas en los diferentes programas y dentro del diseño curricular de las diferentes enseñanzas. En la década del 40 en Jatibonico la maestra María Montejo Pérez llevaba a sus alumnos a una fábrica de algodón que se encontraba ubicada en el barrio Las Charcas de esa localidad para que se familiarizaran con el trabajo y vincularlo con el estudio como tantas veces convocó Martí. Actividad esta que, por su puesto, no estaba incluida en los Planes de Estudio.
En esta propia década y siendo el director de la Escuela Pública número 1, Félix Quintero, se organizó la primera Banda Rítmica Escolar Municipal, integrada por hembras y varones de quinto y sexto grado, esta banda fue un paso alentador y positivo dentro del movimiento cultural y educacional cubano, actividad que tampoco estaba incluida dentro de los currículos de la época. Se realizó con el esfuerzo de los propios educadores pues la educación en Cuba se encontraba sumergida en el abandono por parte de los que ejercían el poder.
El currículo tradicional hace el mayor énfasis en la conservación y transmisión de los contenidos considerados como algo estático, con jerarquización de disciplinas, con un elevado enciclopedismo y sobrecarga de contenidos. Este tipo de currículo obvia las relaciones escuela-sociedad. (Mesa Carpio, ca 2010). Por lo que no cabe dudas que la educación en Cuba en la etapa pre revolucionaria estuvo impregnada de dogmas y tradicionalismos que incluían esta clase de currículo. Sin embargo, los maestros jatiboniquenses hicieron cumplir las palabras de Martí cuando expresó: “El primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo. No aplicar teorías ajenas, sino descubrir las propias. No estorbar a su país con abstracciones, sino inquirir la manera de hacer prácticas las útiles.” (Martí Pérez, J. 1991:7)
En el año 1945 tiene lugar un hecho cultural relevante en el municipio: ve la luz El Veguero Libre; mensuario que se declaraba “fiel defensor de la clase campesina” y “por la cultura y el progreso de este término municipal”, esta fue la publicación periódica de más larga vida en el territorio y puede decirse que cumplió en buena medida con sus declarados propósitos, resultando, pese a su pretendida imparcialidad política, una tribuna de denuncia desde donde se luchaba a favor de todas las causas justas. En julio de 1947 sale por primera vez en El Veguero Libre “La Página del Maestro”, y fue desde el principio tribuna de denuncia al servicio de la educación. Los primeras aparecieron sin firma, pero a partir de abril de 1948 comienza a aparecer firmada por María Montejo.
En consecuencia con lo anterior las autoras de esta investigación pudieron confirmar y resumir que la pobreza en sentido general, las malas condiciones de los locales donde se impartían clases, la discriminación racial y social, la falta de preocupación por parte del gobierno por los problemas de la educación y el bajo salario de los maestros fueron aspectos presentes en las escuelas públicas del territorio.
Por otra parte, no todas las familias contaban con una situación económica favorable para pagarle escuelas privadas a sus hijos, lo que conllevó a que en 1959 él índice de analfabetismo fuera bastante alto y por el contrario, el nivel escolar alcanzado por la población, muy bajo.
Sin embargo, el esfuerzo de algunos educadores por elevar la calidad del aprendizaje y formar valores entre sus estudiantes, así como la labor realizada por varios centros de enseñanza en esta dirección debe ser precisado, descrito y narrado para brindar la información necesaria a las jóvenes generaciones.
Sin lugar a dudas, el territorio que actualmente ocupa el municipio de Jatibonico aglomeró en su ceno a un grupo de relevantes educadores que aportaron a la enseñanza cubana en general aspectos renovadores en cuanto a la forma de desarrollar el proceso educativo, que no se conformaron con instruir solamente, si no que educaron a aquella generación en el amor a la patria, la laboriosidad, la honestidad, la solidaridad y el odio a las injusticias. Que demostraron el respeto a la profesión que ejercían siendo capaces de luchar contra los dogmas de la época e introducir en sus clases componentes de la didáctica que están vigentes en la docencia de hoy. Por lo que se puede corroborar que la historia de la educación en Jatibonico en la etapa pre revolucionaria enriquece la historia de la provincia de Sanctus Spíritus y por consiguiente la de Cuba. No puede hablarse de la trayectoria educativa de esta Isla antes de 1959 sin dejar de mencionar la labor de los maestros jatiboniquenses.
CONCLUSIONES
Al finalizar la presente investigación se pudo arribar a las siguientes conclusiones:
En la etapa pre revolucionaria la educación en Jatibonico se distinguió, entre otros aspectos, por la destacada labor de maestros que estuvieron interesados en revolucionar la enseñanza y aportar elementos positivos para su desarrollo.
En estas circunstancias varios educadores incluyeron en sus clases métodos novedosos de ejercer la docencia en los que se incluyeron componentes de la didáctica como la forma de evaluar, la utilización de medios, así como la introducción de actividades dónde se vinculara el estudio con el trabajo y se fomentaran valores de laboriosidad y patriotismo entre los estudiantes, aún cuando no estaban concebidos en los programas de la época. Todo ello conformó lo que, a la postre, sería la historia de la educación y la didáctica en Jatibonico antes de 1959.
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