Yousy Baby Ramírez*
Universidad de Guantánamo, Cuba
ybaby@cug.co.cuResumen
El presente artículo hace referencia a las concepciones de diferentes autores acerca de la promoción sociocultural como habilidad profesional en la carrera Estudios Socioculturales. Se tomó como muestra 10 profesores con experiencia docente en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Guantánamo y en los centros municipales San Antonio del Sur, Manuel Tames, El Salvador y 20 estudiantes de la carrera Estudios Socioculturales; 6 del tercer año que reciben la asignatura y 12 que la recibieron y reciben asignaturas de la disciplina. Nos apoyamos en la observación participante, entrevista en profundidad, encuestas y análisis de documentos a través de los cuales se pudo realizar un estudio y análisis real del comportamiento histórico por el que ha transcurrido la promoción sociocultural como habilidad profesional. Se sustenta desde diferentes perspectivas teóricas: pedagógica, psicológica, filosófica y sociológica. Esta habilidad es promotora de la cultura en su más amplio sentido de la palabra utilizando la promoción como método esencial a través de sus procesos sustantivos y en estrecho vínculo con la sociedad.
Abstract
The present article makes reference to the conceptions of different authors about the sociocultural promotion as professional ability in the career Sociocultural Studies. Took like sample 10 professors with educational experience in the Ability of Social Sciences of the University of Guantánamo and in the municipal centers San Antonio of the South, Manuel Tames, El Salvador and 20 students of the career Sociocultural Studies; 6 of the third year that receive the subject and 12 that received it and they receive subjects of the discipline. We lean on in the participant observation, interviews in depth, surveys and analysis of documents through which it could be carried out a study and real analysis of the historical behavior for which the sociocultural promotion has lapsed as professional ability. It is sustained from different theoretical perspectives: pedagogic, psychological, philosophical and sociological. This ability is promoter of the culture in its wider sense of the word using the promotion like essential method through its processes nouns and in narrow bond with the society.
Palabras claves: Habilidad, habilidad profesional, promoción, promoción sociocultural, Estudios Socioculturales.
Key Words: Skill - professional skill- promotion – promoting socio-cultural – socio cultural studies.
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
Yousy Baby Ramírez (2016): “La promoción sociocultural: una mirada como habilidad profesional desde la carrera estudios socioculturales”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (mayo 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/atlante/2016/05/habilidad.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/ATLANTE-2016-05-habilidad
Desarrollo:
El desarrollo de la personalidad se fomenta precisamente en la sociedad a través de la actividad práctica. Todo conocimiento adquirido por el alumno trae consigo la formación y desarrollo de habilidades por lo que estas son imprescindibles en el proceso de enseñanza aprendizaje. Las mismas se concretan en la frase “Aprender a aprender”.
Según resultados de diferentes investigaciones existen diversos criterios acerca de la naturaleza de las habilidades. El concepto se emplea con frecuencia en la literatura psicológica y pedagógica actual. Su estudio constituye aún un problema abierto y amplio para la ciencia pues se aprecian semejanzas y diferencias en los puntos de vistas de los autores.
En este sentido el tema ha sido estudiado en el ámbito internacional por: A. Leontiev (1981), Danilov y Skatkin (1984), N. F Talízina (1987), E. N. Kabalova-Meller (1990), N. A. Menchinskaia (1995), A. E. Dmitriv, Miranda (2000), Perrenoud (2000); Castellanos (2002), De Miguel Díaz (2005), Hernández Pina (2005), Sarzoza (2007), estos autores coinciden en plantear que las habilidades constituyen una automatización de los hábitos como consecuencia del proceso del entrenamiento mecánico.
Se coincide con los investigadores que plantean como criterio de que las habilidades profesionales son parte del producto final de un proceso educativo y que no pueden explicarse, demostrarse y evaluarse independientemente del contexto y sus exigencias; destacándose entre ellos Klingler, C y G Vadillo (1997); Eggen y Kauchak (2002); Díaz y Hernández (2002); Castellanos (2003); Alfonso (2003); Rodríguez (2004), Maya (2006), Cabello (2008); García G (2008); Laguna (2008); Martínez y Bonachea (2009); Gargallo (2009); Mazarío (2009), (2010) González , entre otros; han propuesto estrategias en aras de contribuir al perfeccionamiento del proceso de formación, sin embargo, no es suficiente las acciones que promuevan la formación y desarrollo de habilidades profesionales.
Por su parte en Cuba esta problemática se ha abordado también desde diferentes aristas como la psicología y pedagogía; realizando un aporte teórico en este campo Héctor Brito Fernández (1989), Aleida Márquez (1993), Fernando González Rey (1995), Josefina López Hurtado, Viviana González Maura (1997), Álvarez de Zayas(1995), Homero C. Fuentes González(1998), Faustino L. Repilado Ramírez, Lisset Pérez Martínez, (1996) Ulises Mestre Gómez, Canfux(2001), Fátima Addine (2002), Morris Bermúdez y Lorenzo Pérez(2004), Irigoin(2005) y Horruitinier (2006), entre otros.
El concepto de habilidad proviene del término latino habilitas y hace referencia a la capacidad y disposición para algo. Diversas ciencias han definido esta categoría. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la habilidad es cada una de las cosas que una persona ejecuta con gracia y destreza1 .
Por otra parte, en Psicología se entiende por habilidad aquella formación psicológica constituida por un sistema de operaciones dominadas que garantiza la ejecución de la acción del sujeto bajo control consciente. Para los pedagogos Danilov y Skatkin (1981) “es la capacidad adquirida por el hombre de utilizar creadoramente sus conocimientos y hábitos, tanto durante el proceso de actividad teórica como práctica”. 2
Teniendo en cuenta los criterios emitidos por los diferentes autores e investigadores se considera que cada uno de los elementos o categorías que conforman los criterios, tienen sus especificidades y lugar, lo cual significa que no se debe identificar unos por otros, así como relegar a un segundo plano lo que en realidad se da en una relación estrecha. No es posible identificar las habilidades con las capacidades, pues la habilidad es un componente de la actividad y en última instancia de las capacidades, no la capacidad misma.
Entre las clasificaciones se hace referencia en las diversas fuentes bibliográficas consultadas a las habilidades docentes, intelectuales, específicas, prácticas, profesionales, etc.
Las habilidades profesionales son importantes componentes de las cualidades que debe poseer un profesional para ser idóneo, ya que su dominio lo pone en condiciones de enfrentar con éxito las tareas inherentes a su profesión para dar solución a los problemas de la realidad de la organización donde se desempeñe. Estas habilidades continuarán perfeccionándose permanentemente durante el ejercicio de la profesión.
Para Carlos Álvarez (1996): “Habilidad profesional es aquella que permite al egresado integrar los conocimientos y elevarlos al nivel de aplicación profesional, dominar la técnica para mantener la información actualizada, investigar, saber establecer vínculos con el contexto social y gerenciar recursos humanos y materiales” 3.
En esta definición se tiene en cuenta una etapa, primero de formación, junto con la adquisición de conocimiento, para luego poder aplicarlas a la solución de diversos problemas en el contexto de la práctica.
Domingo Curbeira (2013) y un colectivo de autores definen a las habilidades profesionales como: “… acciones y operaciones ordenadas, que pueden integrarse, subordinadas a una profesión concreta, pueden formar parte de una asignatura o de varias asignaturas ya sea de forma implícita o explícita; que son sistematizadas en el proceso de la actividad, responden a un objetivo concreto y permiten la solución de los más diversos problemas de una determinada profesión”. 4
Se coincide con la definición de Domingo Curbeira y un colectivo de autores (2013) cuando expresan que las habilidades profesionales fusionan los conocimientos teóricos y prácticos y presuponen la utilización de los conocimientos y hábitos obtenidos anteriormente; sin los cuales éstas no pueden formarse. Las acciones que el profesional debe desarrollar y dominar en mayor o menor grado, deben ser sistematizadas en las asignaturas y disciplinas del plan de estudio que le permitan desenvolverse adecuadamente en la realización del ejercicio de su profesión.
En este sentido, las habilidades profesionales incluyen tanto elementos que le permiten al graduado ubicarse en las condiciones en las que debe realizar cualquier actividad, con objetivos y métodos a emplear como aspectos esenciales a poner en práctica y a controlar su ejecución adecuadamente.
En la actualidad uno de los problemas que incide en el desarrollo y formación de las habilidades profesionales lo constituye el insuficiente aprovechamiento de las potencialidades de los componentes académico, investigativo y laboral para el desarrollo de la promoción sociocultural como habilidad profesional y el limitado uso del diagnóstico como instrumento de trabajo del docente y su vínculo con la disciplina principal integradora en el desarrollo de las habilidades profesionales.
Lo antes expuesto permite corroborar insuficiencias en el trabajo metodológico y diagnosticar la necesidad de implementar nuevas vías, formas y métodos para contribuir al desarrollo de las habilidades profesionales para la formación de un profesional competente y comprometido con su objeto social. No todos los autores coinciden en el concepto, componentes, requisitos y condiciones fundamentales a tener en cuenta para la formación y desarrollo de las habilidades. En ocasiones vinculan los términos aptitud, capacidad, habilidad, destreza y competencia. Por otra parte consideran que las habilidades son hábitos no terminados, otros que las habilidades se basan en conocimientos y hábitos ya formados y algunos se representan las habilidades como capacidades para una determinada actividad.
Según Fuentes Homero, Calixto (1996) las habilidades profesionales constituyen el contenido de aquellas acciones del sujeto orientadas a la transformación del objeto de la profesión. Es el tipo de habilidad que a lo largo del proceso de formación del profesional deberá sistematizarse hasta convertirse en una habilidad con un grado de generalidad tal que le permita aplicar los conocimientos, actuar y transformar su objeto de trabajo, y por lo tanto resolver los problemas más generales y frecuentes que se presenten en las diferentes esferas de actuación. 5
En los últimos tiempos el problema de la formación de habilidades profesionales, ha sido uno de los temas actuales en la que se ha exigido una respuesta de las diferentes ciencias para buscar soluciones a las diversas problemáticas que la práctica social impone al desarrollo profesional. Es por ello que en diferentes áreas del saber humano: pedagogía, psicología, sociología, filosofía, entre otros, han dedicado especial atención a este aspecto. Tal es el caso de la carrera de Estudios Socioculturales en la que se integran disciplinas de diferentes ciencias sociales tales como: Historia del Arte, Sociología, Psicología, Comunicación Social entre otras. Su objeto social es la formación de un profesional capaz de realizar actividades de animación, gestión, investigación y promoción sociocultural.
Por su complejidad no existe una definición única para el término promoción sociocultural, actualmente muy debatido entre diferentes autores, que expresan criterios diversos y así, unos hablan de animación sociocultural como: Imhof (1966), Bernardad (1972), Charles Delorme (1982), Ander- Egg (1983), Cembranos (1992) y Ventosa (1993); otros de promoción sociocultural Graziella Pogolotti (1986), Roberto Roque y Regla de la Sierra (1986), Ramón Cabrera (1992), Estrella Matamoros (1996) y Lecsys Tejeda (2001), sin embargo especialistas del Centro Nacional de Superación para la Cultura del Ministerio de Cultura de la República de Cuba en 2010, contemplan la sociedad dentro del término de cultura y se refieren a la promoción cultural como un proceso cuyo propósito fundamental es viabilizar el acercamiento entre la población y la cultura, entre los productos del quehacer cultural y los diversos públicos. Relacionan la animación y la promoción sociocultural.
Precisan que la promoción sociocultural es un sistema de acciones dentro de las cuales incluyen la animación, que está encargada de incentivar la participación de la población en el hecho cultural para crear, con su sistematización focos o espacios de acciones socioculturales. Por eso, el objetivo fundamental del trabajo de promoción sociocultural, es establecer una activa relación población–cultura, mientras que la animación funciona como una de las vías para lograr ese objetivo.
El término promoción expresa entre otros significados los de avance, desarrollo, adelanto. En el Diccionario de la Real Academia Española (2014) se expresa que “Promover (proviene del latín promovere) iniciar o adelantar una cosa, procurando su logro”. Por promoción suele entenderse el resultado de la acción de promover, es decir, divulgar, dar a conocer determinado hecho, obra, talento o resultado que resulta insuficiente conocido por una población o público determinado y para la cual puede ser importante en lo individual o colectivo. 6 Promoción es la acción de promocionar, que a su vez se refiere a dar impulso a una empresa, es decir, a una tarea o acción que se emprende.
También puede identificarse a la promoción como toda actividad de extensión, entendiendo por tal, la promoción de nuevos productos, valores y conocimientos para que esté al alcance de una población que hasta el momento los conocía poco, los desconocía e incluso tenía una visión errónea de su significación social.
En el orden cultural, la promoción es resultado de considerar a la cultura como producto y valor que está a disposición de la sociedad para su disfrute, por lo que suele hacerse promoción de aquellos valores culturales menos conocidos y cuyo acceso resulta menos evidente y espontáneo.
Teniendo en cuenta las definiciones anteriores se coincide en que toda actividad de promoción contribuye a apreciar y significar valores culturales y sociales en general. Atraer la atención (“vender”) sobre la disponibilidad y acceso de determinados resultados, capacidades y productos; crear demandas en relación con alternativas socioculturales existentes. Así es nuestra percepción, coincidente con Manuel Martínez Casanova (2005) que la promoción cultural forma espiritualidad en la medida que crea expectativas, llama la atención y amplía horizontes culturales en la población sobre la que se realiza, estimula el rescate de talentos y valores potenciales o efectivos existentes en la población participante.7
Desde el punto de vista científico y teórico, Sonia Almazán del Olmo y Mariana Serra García (1986), citados por Roberto Roque y Regla de la Sierra (1986) definen como promoción: “(…) proceso activo dirigido a estimular y organizar a los diversos actores y agentes sociales para que participen en la transformación de su realidad, donde se dan diversas fases que van desde sensibilizar a los sujetos para motivarlos a participar, capacitarlos para que adquieran las habilidades y destrezas necesarias para la intervención y facilitarles la organización que propicie su participación.” 8
Por otro lado, en el 2001 la Dr.C. Lecsys Tejeda en su obra “Ser y Vivir” planteaque la promoción cultural es un movimiento social de alta complejidad, por la diversidad de sujetos y objetos implicados en sus principios, acciones y resultados (…) la promoción cultural implica un reconocimiento social a la herencia recibida de nuestros antecesores y a las nuevas creaciones de los participantes en este proceso donde todos tienen la posibilidad de sentir, conocer, valorar, imaginar, comunicar emociones e ideas y manifestarla en sus actitudes y comportamientos con los demás.
De las diferentes definiciones dadas hay aspectos coincidentes. La mayoría de los autores consideran la promoción sociocultural como un proceso en el que intervienen diferentes actividades, acciones, actores. En todas se explicita como propósito fundamental acercar las agrupaciones humanas a la herencia cultural de sus antecesores, rescatar talentos y valores culturales existentes entre la población, con la finalidad de que participen en la transformación de su realidad.
La promoción cultural como disciplina existe desde la acción, no se puede revelar sino como actividad. Partiendo de que la lógica y la razón de su existencia están asignadas por el cambio, el movimiento, entendiéndose como un proceso siempre inacabado, en el que el diálogo entre el pasado y el presente, entre lo propio y lo ajeno, entre el ser y el deber ser, estará orientado hacia la modelación y construcción de un futuro que ya vive entre nosotros.
Con el fin de establecer los rasgos distintivos entre promoción cultural y promoción sociocultural es preciso incursionar en el término sociocultural, el cual promueve a pensar en dos realidades en su objeto de estudio científico: “(…) la sociedad y la cultura, lo social y lo cultural” (Freyre, 1986). Asumiendo la cultura más allá de sus aspectos artísticos, profesionales, tradicionales; ya que está expuesta en todas las manifestaciones en las cuales el hombre es el principal representante: (inversión del tiempo libre y la recreación; la práctica del deporte; la búsqueda de estilos de vida favorables; la lectura, el arte, las comidas, la producción, el trabajo, etc.).
Según Ana Vera Estrada (2012) el prefijo socio “(…) resulta un elemento compositivo que recalca la proyección social, en la medida en que se proponen incidir en el comportamiento de la sociedad en su conjunto, con el fin de favorecer la creatividad, la integración y la participación de individuos, grupos y comunidades, en programas sociales. La cultura representa el amplio y complejo ámbito sobre el cual ellas actúan y al que quieren contribuir estimulando y organizando a los diversos actores sociales hacia proyectos transformadores.” 9
Por lo que lo sociocultural tiene su punto de partida en la estrecha relación que se establece entre la población y la cultura, donde los diversos grupos humanos, en concordancia con el medio natural, constituido por factores como lo jurídico, político, ideológico, ecológico, económico, religioso, cultural, ético, estético, interactúan constituyendo sus modos de vida, hábitos e identidades peculiares en cada comunidad.
La promoción sociocultural aparece concebida por el mexicano Roberto Follari (1982), uno de los más prolíferos investigadores de este tema, planteó: “Podemos entender a la promoción sociocultural, (….) como un conjunto de programas, actividades o acciones destinadas a ser rebajadas con la participación de la comunidad con el fin de producir transformaciones en los niveles de vida de estas, incorporando no sólo las variables del desarrollo material sino también aquellas que permiten expresiones sociales y culturales.10
Posteriormente la Dr.C. Graciela Pogolotti (1986) en “Pensamiento y política cultural cubanos” la define como una obra de ciencias y de artes puestas al servicio de la cultura del hombre. En esta definición se encuentra la esencia misma de la complejidad de la obra, método o estilo que abarca toda la riqueza del conocimiento y de la potencialidad creativa del ser humano, puesta justamente al servicio del hombre para resolver necesidades tales como la comunicación, participación y adaptación a las condiciones siempre cambiantes de nuestra realidad.
En Cuba, otros especialistas como Ramón Cabrera (1992), Estrella Matamoros (1995) y Mercedes González (2006), utilizan el concepto de promoción sociocultural, ya que la política educativa y cultural favorece la participación del pueblo en todas las fases del ciclo vital de la cultura que abarca:
Por otro lado, Roberto Roque y Regla de la Sierra (1986) puntualizan: “(…) la promoción sociocultural es un proceso que tiene un alcance social y global no exclusivamente institucional o ramal. Su acción se extiende por toda la sociedad, por todas las regiones, clases y grupos sociales, se ejerce por numerosos sujetos institucionales (…) y se ramifica por numerosos componentes de la cultura (…), la moral, la ideología, el pensamiento científico, la difusión, y el empleo de la información, así como, la visión estética del mundo. 11
Sandra Mustelier Ayala (1994) considera que la promoción sociocultural tiene funciones educativas, estéticas, comunicativas, políticas, lúdicas que no solo se llevan a cabo para dar a conocer un hecho determinado, aportando dinamismo y creatividad a la trasmisión de mensajes de cualquier índole.
Se concuerda con Sandra Mustelier (1994) cuando se refiere a la función lúdica que tiene la promoción sociocultural porque a través de juegos didácticos se puede lograr la motivación de los estudiantes, incluso, educarlos desarrollándole un sentido de apreciación estética de su realidad. En cuanto a la función política, se pone en práctica porque todo aquel elemento cultural que se promueva deberá contribuir al desarrollo del estudiante o comunidad dentro del sistema social donde vive.
Matamoros (1995) expresó que la promoción sociocultural es “(…) el sistema de acciones que integradas de forma coherente impulsan el desarrollo de cada subsistema del ciclo reproductivo de la cultura (creación, conservación, difusión y disfrute) para alcanzar niveles superiores en el desarrollo cultural.”12
Desde este punto de vista, es nuestra percepción la promoción sociocultural más que sistema de acciones es un proceso que se realiza mediante un sistema de acciones, porque abarca todo el ciclo vital de la cultura, lo que propicia que esos niveles superiores en el desarrollo de la cultura se expresen tanto en el plano individual, como en cada una de las manifestaciones de la cultura que sirve de contenido a ese proceso de promoción sociocultural.
Con aspectos coincidentes a estos autores, G. R. González G. y M. C. González F. (s.f.), expresan que la promoción sociocultural “(…) en tanto metodología debe ser entendida como el uso y aplicación del conocimiento científico (sociología, psicología, antropología, etc.) articulado con técnicas y prácticas que tiene como objetivo la transformación de la realidad social buscando resultados específicos y metas preestablecidas”. 13
Se coincide con las definiciones anteriores en que la promoción sociocultural debe analizarse como el accionar desde y para la comunidad, es decir, donde la comunidad no se convierta sólo en un agente pasivo, sino que sea la principal protagonista en las transformaciones que favorezca el desarrollo material y espiritual de los niveles de vida de los pobladores.
Estrella Matamoros (1995) entiende como promoción sociocultural "un sistema de acciones dirigidas a establecer o impulsar la relación activa entre población y la cultura, para alcanzar niveles de desarrollo superiores de ambos."14
De igual manera la promoción sociocultural no se debe concebir única y exclusivamente como la posibilidad de una cultura para todos, hablando solamente en términos de acceso, sino de una cultura para todos y de todos; como expresara Carlos Rafael Rodríguez (1998)"(…) la cultura hacia las masas, en las masas y para las masas." 15
Por otra parte Migdalia Tamayo Téllez (2000) asocia la promoción sociocultural "(…) con la promoción social del arte y la cultura, encabezado por el conjunto de instituciones actuantes en escenarios locales, territoriales y nacionales, sin excluir a otras personas, organismos e instituciones culturales interesadas en ello".
En las definiciones anteriores los autores hacen referencia a la promoción sociocultural asociada a la promoción social de la cultura y el arte dirigida a la población, sin embargo, es necesario incluir que la promoción sociocultural está formada por dos componentes que interactúan entre sí: la comunidad y la cultura. Integra todas las relaciones de la sociedad (economía, política, educación, ciencia, cultura, etc.) y revela la importancia que tiene para la sociedad la participación cada vez mayor del hombre en la solución de los problemas sociales del mundo en que vive.
Armando Hart Dávalos, citado por Alba Ana Babastro Noris (2002) define la promoción sociocultural como (…) un sistema de acciones que, integradas de forma coherente impulse el desarrollo de cada subsistema del ciclo reproductivo de la cultura, para alcanzar las metas que permitan acelerar el proceso de desarrollo de la vida espiritual de la sociedad donde la comunidad acceda al proceso de toma de decisiones que le permitan transformarse y ser gestor de su transformación. 16
El Centro Nacional de Superación para la Cultura de la República de Cuba (2008) considera la promoción sociocultural como aquella actividad dirigida a establecer o desarrollar la relación cultura-población; donde la población asimila e incorpora las diferentes expresiones artísticas, literarias y culturales; que incluye además rescate y revitalización de los valores culturales, la enseñanza, capacitación entre otras.17
Teniendo en cuenta los conceptos emitidos por los diferentes autores se concuerda en que la promoción sociocultural establece un sistema de acciones culturales encaminadas a propiciar una relación motivada, consciente y creativa entre los seres humanos y la cultura para el desarrollo de ambos. Es el proceso portador de valores culturales históricamente acumulados, un acto puesto al servicio del hombre y su cultura, donde se imbrican de manera sorprendente las ciencias, las artes y se transmiten los nuevos valores culturales.
Se coincide también en lo concerniente a que la promoción sociocultural involucra a todos los actores de la sociedad, los cuales juegan un importante papel; ya que la educación, comunicación y las diferentes disciplinas por las cuales se nutre esta categoría, producen cambios significativos en la manera de actuar, pensar y relacionarse los individuos que mediante sus prácticas buscan mejoras en la calidad de vida y establecen nuevos estilos, creando un conjunto de programas, actividades o acciones tendientes a ser trabajadas con la participación de la comunidad.
Por lo que, la promoción sociocultural no implica solamente que todos tengan acceso a la cultura, sino que incluye también la condición de que todos sean gestores de la cultura, que actúen de forma activa y no como entes pasivos, como espectadores de un proceso. Es decir, que la población desarrolle las capacidades para participar como creadora o espectadora culta y activa, todo lo cual no significa que se excluyan el conocimiento y los valores de los que lideran los procesos culturales.
Luego del análisis de los referentes teóricos se asume el concepto emitido por Manuel Martínez Casanova (2012) cuando define la promoción sociocultural como un sistema de acciones dirigidas a establecer o impulsar la relación activa entre la población y la cultura, para alcanzar niveles superiores en el desarrollo de ambos. Dentro de las acciones que se pueden realizar para desarrollarla se encuentra la animación, la divulgación, programación, enseñanza artística, educación estética, comercialización, labor de investigación, rescate – conservación y revitalización de los bienes culturales. Incluye un grupo de acciones a tener en cuenta como: “(…) animación sociocultural, programación sociocultural, creación, extensión cultural, investigación social, comercialización, producción industrial de bienes culturales, conservación, rescate y revitalización de los valores culturales y la enseñanza artística, educación estética y formación, entre otras.”18
Lo que evidencia las acciones y operaciones que pueden integrarse, subordinarse y sistematizarse en la práctica profesional del estudiante de la carrera Estudios Socioculturales y que responde al modelo del profesional. Al mismo tiempo constituyen las habilidades profesionales que debe desarrollar el egresado de la carrera y que responde a un objetivo concreto.
Como metodología de trabajo para el profesional de la carrera Estudios Socioculturales permite la difusión del patrimonio cultural creado. Consolida el conocimiento de los valores culturales de la comunidad a partir de sus vivencias, transmitirlo a otros individuos y dejar su sello personal. Es un recurso de perfeccionamiento espiritual y cultural, fortalece la identidad cultural, la idiosincrasia y es una vía para mantener activa la cultura.
La promoción sociocultural como habilidad profesional permite coordinar, estimular o sugerir iniciativas, proyectos o programas de desarrollo, que produzcan los cambios oportunos en el ámbito psicosocial y sociocultural. Contribuye a la potenciación de procesos de construcción creativos, no limitados al consumo de las bellas artes, sino desplazadas a los espacios de la cotidianidad que permitan la búsqueda de una vida mejor19 .
Es un modo eficaz de brindar a las nuevas generaciones la historia, la vida misma de un pueblo determinado. Además, trasmite los valores culturales de una generación a otra, equivale a mantener la historia de los pueblos, las leyendas, anécdotas, fiestas populares, costumbres, enlaza las tradiciones al desarrollo social con el transcurso del tiempo. Garantiza la identificación de los actores sociales con las diferentes expresiones culturales, la participación de forma activa como creador, a través del movimiento de artistas aficionados o como talento individual que surge y se inspira en el pueblo. Como espectador consciente, motivado, es capaz de evaluar y de apreciar el arte. Lo mantiene informado de todo cuanto ocurre a su alrededor.
Para desarrollar la promoción sociocultural, se requiere de un profesional capaz de comprender la cultura como un proceso, fomentar el desarrollo de sus fases (creación de valores culturales, acumulación, apropiación, percepción y disfrute por parte de la población de dichos valores), conocer las características de la realidad cultural de la comunidad, o del área objeto de actuación y asumir conscientemente la idea de que la finalidad de dicho proceso está dirigido a la defensa de la identidad cultural de los pueblos.
Bibliografía
* Licenciada en Estudios Socioculturales y se desempeña como profesora del Departamento de Estudios Socioculturales y Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad de Guantánamo, Cuba. Posee 6 años de experiencia docente en la educación superior. Ha sido tutora de Trabajos de Diploma que incursionan en la temática relacionada con la promoción sociocultural, animación sociocultural e intervención sociocultural. Actualmente cursa la Maestría en Ciencias de la Educación, mención Didáctica.
1 Diccionario de la Real Academia Española. Edición 23. ª de 2014.
2M. A. Danilov. A, Skatkin. M.1981. p. 127
3 Álvarez de Zayas, Carlos M., Rita Marina. El sistema de habilidades profesionales en la metodología de la enseñanza de la Historia, 1982.
4 Pedagogía Universitaria Vol. XVIII No. 3 2013. Universidad “Carlos Rafael Rodríguez”, de Cienfuegos.
5 Fuentes Homero Calixto. Dinámica del proceso docente. Cátedra Gran. Cuba, 1996.
6 Manuel Martínez Casanova (2005). La intervención sociocultural como recurso de cambio. Universidad Central Marta Abreu, Las Villas.
7 Ibídem.
8 Roberto Roque y Regla de la Sierra: “La Promoción Cultural: algunas consideraciones básicas”. En Revista Tema, #13, 1986, p.65
9 Vera Estrada, Ana. Ob. Cit., p. 238
10 Miriam Gladys Vega Marín. Promoción y animación sociocultural alternativas para la cultura: http://www.monografias.com/trabajos76/promocion-artes-plasticas-desarrollo-educacion/promocion-artes-plasticas-desarrollo-educacion2.shtml#ixzz3HEY9ZaDi
11 Roque Roberto y de la Sierra Regla. La promoción sociocultural: algunas consideraciones necesarias. Revista Temas, pág. 63.
12 Matamoros, Estrella: Instrumentos de éxito para la promoción sociocultural, pág. 66.
13 González González, Gil Ramón y González Fernández-Larrea, Mercedes C. La promoción cultural.
hhttp://www.trabajos /articulos.nsf/Educadores ( Consultado 10 diciembre , 2014).
14 Matamoros, Estrella. Instrumentos de éxito para la animación sociocultural. 1990, p. 13
15 Carlos Rafael Rodríguez (1998). Discurso pronunciado en el IV Congreso de la UNEAC.
16 Alba Ana Babastro Noris. “La promoción cultural en el contexto del proyecto de la manifestaciones de la cultura”. Tesis en opción al título de Máster. Santiago de Cuba, 2002. Pág.19. Apud. Armando Hart Dávalos.
17 Selección de Lectura sobre Promoción Cultural, Centro Nacional de Superación para la Cultura, Impreso en la U.E.B Osvaldo Sánchez de la empresa Alfredo López en el mes de Mayo, 2008, P. 6
18 Russeau Pupo, B.Ob. Cit., 1999, p. 40.
19 Documento del Plan de estudios de la carrera en Estudios Socioculturales.
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