RISARALDA, EVOLUCIÓN Y PERSPECTIVAS DE DESARROLLO
Mario Alberto Gaviria Ríos
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En el decenio de los noventa la investigación en el departamento se caracterizó por (Duque, 1991; Ríos, 1991): indefinición de políticas y áreas prioritarias de investigación, escasa sistematización y coordinación de la actividad investigativa, esfuerzos concentrados en la universidad pública y carencia de altos niveles de formación científica y tecnológica en los investigadores activos. Por su parte la Comisión Regional de Ciencia y Tecnología del Noroccidente Colombiano (1996) afirmó a mediados del decenio que no existía una cultura investigativa y se observaba escasa conciencia sobre el valor del conocimiento científico. Sin embargo, la Comisión reconoció la existencia de dinámicas orientadas al incremento de la actividad científica, como las reformas al interior de las universidades buscando convertir la producción de conocimiento en el centro de su actividad.
Para el año 2004 la agenda de ciencia, tecnología e innovación de Risaralda contabilizó la existencia de 77 grupos de investigación en el departamento, de los cuales, según el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología, sólo 31 contaba con registro ante Colciencias. En julio del 2006, en la plataforma Scienti de Colciencias aparecen registrados 140 grupos de investigación. Según lo anterior, en menos de dos años llegó a duplicarse la oferta de capacidades de investigación en el departamento.
Hasta ese primer año el departamento no contaba con grupos categoría A, pero después de la convocatoria de Colciencias para medición de grupos de mayo de 2006, 18 de los grupos alcanzaron esa categoría y cinco (5) de estos últimos pertenecen a las universidades privadas. Sin embargo, la solidez de ese crecimiento no es del todo clara: aún es elevado el número de grupos con desarrollo incipiente (el 60% de ellos aún no tiene reconocimiento de Colciencias), en su mayoría los grupos son de creación reciente (el 71% fue constituido entre el año 2003 y el 2005) y una cantidad importante de investigadores integra a la vez dos o más grupos. En general, es plausible considerar que esa expansión de la capacidad de oferta investigativa en Risaralda no ha sido equilibrada y resulta necesario aunar esfuerzos para su futuro fortalecimiento.
Es evidente la especialización del trabajo de los grupos del departamento en el área de las ciencias sociales y humanas, a la que pertenece el 44.2% de los mismos, una situación similar a la del país. Al contrario, y según la Agenda de ciencia, tecnología e innovación (CIR, 2005), es reducida la investigación en el departamento en electrónica, software y telecomunicaciones; así mismo, es limitado, e inferior al promedio nacional, el porcentaje de investigación básica (20.7%).
En cuanto a la formación de los investigadores, sorprende la dinámica que a tenido el proceso de calificación de los mismos en el departamento. Según la Agenda, a junio del 2004 el 18 % de ellos tenía una formación a nivel de maestría y el 9.7% a nivel de doctorado. En el 2006, y según el registro existente en la plataforma Scienti de Colciencias, los investigadores con estudios de maestría eran el 41% del total y con doctorado el 13%.
En el acceso a recursos de cofinanciación, y teniendo como referencia los proyectos de investigación financiados por Colciencias entre 1995 y 2003, la participación histórica ha sido bastante discreta, al obtener recursos para 32 proyectos (1.4% del total nacional). En términos comparados, Caldas recibió financiación para 48 proyectos y Quindío para 8 de ellos (Observatorio colombiano de ciencia y tecnología, 2004).
Aunque es uno de los propósitos hacía los que se debe orientar la investigación, al punto que es uno de los principales criterios para la calificación de grupos por parte de Colciencias (Convocatoria Nacional para la Medición de Grupos Reconocidos por Colciencias Año 2006), aún la investigación desarrollada en Risaralda no se constituye en la base para la expansión de los programas de postgrado en las universidades.
En el campo de la investigación formativa, la participación del departamento en el programa “jóvenes investigadores” de Colciencias ha sido más bien discreta, dado que desde su creación en 1995 hasta el 2004 Risaralda logró vincular sólo nueve (9) jóvenes talentos a dicho programa, mientras que departamentos vecinos como Caldas y Quindío lograron vincular 51 y 25 jóvenes en forma respectiva (Observatorio colombiano de ciencia y tecnología, 2005). Sin embargo, las experiencias de semilleros si constituyen un avance destacable en el departamento.
Según algunas bases de datos internacionales, la visibilidad de los grupos del departamento, medida a través del registro en ellas de sus publicaciones, es aún limitada. En la base SCI (Science Citation Index) los investigadores de Risaralda (todos vinculados a la universidad pública) tenían registradas 13 publicaciones, en tanto los de Caldas 51 y los de Quindío 22. A su vez, en la base CAB (Commonwralth Agricultura Bureau) no aparecen productos publicados por investigadores del departamento, mientras que sus similares de Caldas alcanzaron a tener 104 publicaciones y los de Quindío 26.
Para finalizar, Colciencias categorizó de manera reciente los departamentos del país a través del índice de capacidades en ciencia, tecnología e innovación que tiene en cuenta el número de: proyectos aprobados y financiados por la institución, grupos de investigación, centros de desarrollo científico, centros regionales de productividad operando, número de becarios y jóvenes investigadores. En esa clasificación Risaralda aparece como un departamento con capacidades en desarrollo, con altas potencialidades pero de dinamismo lento, con un proceso de desarrollo científico y tecnológico poco avanzado pero que puede ser activado mediante una política acertada.