ÉTICA, PSICOLOGÍA Y CRISTIANISMO
José María Amenós Vidal y otros
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Fuente : USCCB, Agencia REUTERS y Los Angeles Times. El Papa Juan Pablo II decidió citar en 2002 a los obispos estadounidenses en el Vaticano con el objetivo de recuperar la confianza de los fieles en Estados Unidos. Allí se decidieron nuevas normas para afrontar los casos de abusos sexuales que se presentaran en el futuro, y una muestra de ello la encontramos en el código de conducta para la protección de menores en la Iglesia Católica de la Diócesis de Arlington que sigue las directrices del programa de la Conferencia Episcopal de EE.UU. (Protecting God's Children Program).
En la comisión mixta creada "ad hoc" por el Vaticano con este fin se encontraba, por parte de la Santa Sede, el hoy Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, lo cual es un signo de credibilidad en cuanto a los nombramientos efectuados por Benedicto XVI y la legislación canónica que condena los delitos sexuales, que demuestran una vez más un sincero compromiso de la Iglesia para combatir el crimen de la pederastia.
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), divulgó un estudio estadístico y otro complementario, como parte de sus esfuerzos por restaurar la fe de los 65.3 millones de católicos en la institución. Los resultados de ambos informes, que cubren el período entre 1950 y 2002, revelaron que el problema de la pedofilia es mayor de lo que se pensaba: 4.392 sacerdotes, un 4 % de un total de 109.694, fueron acusados del abuso sexual de 10.667 menores. De ese total, aproximadamente 6.700 casos presentaron suficientes pruebas, otros 3.300 no fueron investigados porque los sacerdotes ya habían fallecido, y otros mil no presentaron pruebas fiables para justificar una investigación, según aseguró la Iglesia estadounidense.
El estudio solicitado por la USCCB al Colegio John Jay para la Justicia Criminal de la Universidad de New York, que se basó en un porcentaje significativo de las 195 diócesis que respondieron a sus cuestionarios, agregó que más de la mitad de los abusos denunciados fueron cometidos contra niños entre 11 y 14 años; 81 % de las víctimas eran varones y 19 %, mujeres.
El escándalo de los sacerdotes pedófilos empezó en 2002 en Boston (Massachusetts). El caso se saldó con la entrega de 85 millones de dólares a los demandantes. Según un informe del fiscal general de Massachusetts hubo 789 víctimas de pederastas. Finalmente, y en la actualidad las indemnizaciones millonarias se han saldado a favor de 508 víctimas y por valor de 660 millones de dólares en la Archidiócesis de los Angeles.
El acuerdo alcanzado entre la Asociación SNAP - Survivors Network of those Abused by Priests que representó a las víctimas y la Archidiócesis de los Angeles (Summaries from Clergy Files), resolvió en una decisión sin precedentes la publicación de los informes personales de los acusados citados para que se pueda conocer los responsables católicos que encubrieron esos actos criminales. Desde 1950, los casos de abusos sexuales en numerosas diócesis de EE.UU. le han costado a la Iglesia Católica más de 2100 millones de dólares, a los que se suman las últimas sentencias condenatorias contra los sacerdotes pederastas, un total de gastos dinerarios atribuído a la indemnización y asistencia psicológica de apoyo a las víctimas de violación, así como a la contratación de servicios legales y tratamiento de los acusados, que en la mayoría de los casos deberían ingresar en cualquiera de los hospitales psiquiátricos de que dispone la penitenciaria del Estado, para cumplir condena y acceder a los correspondientes programas de rehabilitación.