J.M. KEYNES, EL PROFETA OLVIDADO
Mario Guillermo Gómez Olivares
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La razón por la cual existe preferencia por liquidez como medio de conservar riqueza es la incertidumbre en relación al futuro de la tasa de interés, las reacciones futuras en relación al complejo de tasas de plazos variables. Si pudiesen ser previstas con certeza las tasas que serán dominantes permanentemente en futuro, todas las tasas podrían inferirse a partir de las presentes para las deudas de diferentes plazos, las cuales se ajustarían al conocimiento de las tasas futuras.
La dificultad de determinar esta relación de modo absoluto adviene de las expectativas, que son la manifestación psicológica en el mercado sobre el futuro de la tasa de interés, tomando en consideración que esta acciona sobre la preferencia por la liquidez. Si existir alguien que piense que las futuras tasas de interés estarán por encima de las supuestas por el mercado, tendrá motivos para mantener dinero líquido real; pero quien tenga una opinión diferente tendrá motivos para demandar dinero en empréstito a fin de en el corto plazo consiga dinero para comprar deudas a plazos más largos. El precio de mercado resulta así del equilibrio de las movimentaciones altistas y bajistas.
Pero la preferencia por la liquidez permite también estudiar la relación entre la cantidad de moneda y la tasa de interés. Definiendo M la cantidad de dinero, r la tasa de interés y L la función de preferencia por la liquidez, tenemos M = L (r), es decir la cantidad de dinero es función de la preferencia por la liquidez y ambas determinan la tasa de interés.
El aumento de la cantidad de dinero provoca la disminución de la tasa de interés, la cual a medida que baja, hace con que las preferencias por la liquidez destinadas al motivo transacción absorban más moneda. En el caso en que una disminución de la tasa de interés permita el crecimiento del ingreso nacional, el montante de moneda que conviene absorber por este motivo deberá aumentar en la proporción del aumento del ingreso, al mismo tiempo que deberá disminuir el costo de la conveniencia de mantener efectivo abundante, con perdida de interés. Cada disminución de la tasa de interés puede hacer aumentar la cantidad de moneda que ciertos individuos pretenden conservar, dado que los individuos pueden tener diferentes puntos de vista sobre el futuro de la tasa de interés relativamente al punto de vista que prevalece en el mercado.
La introducción de la cantidad de moneda en la cadena causal contribuye para explicar el nivel del empleo, lo que permite descubrir como los cambios en la cantidad de moneda actúan en el funcionamiento del sistema económico: “For whilst an increase in the quantity of money may be expected, cet. par., to reduce the rates of interest, this will not happen if the prefierences of the public are increasing more than the quantity of money;...whilst a decline in the rates of interest may be expected, cet.par., to increase the volumens of investment, this will not happen if the schedules of marginal efficiency of capital is falling more rapidly than the rates of interest;..whilst and increases of the volumens of investment may be expected, cet.par., to increase employment, this will not happen if the propensite to consume is falling. Finally if employment increase, prices will rise in a degree partly governed by the shapes of the physical supply functions, and partly by the liabilite of the wage-unit to rise in term of money. And when output has increases and price have risen, the effect of this on liquidite prefierence will be to increase the quantity of money necessary to maintain a given rates of interest” .
La tasa de interés no se reducirá si las preferencias del público por la liquidez aumentaren más rápidamente que la cantidad de moneda, inclusive cuando fuese esperada una disminución de la tasa de interés. La inversión no aumentará si la eficiencia marginal del capital no aumentar más rápidamente que la disminución de la tasa de interés; si un incremento de la inversión se espera venga a reducir la des-ocupación, tal no acontecerá si la propensión al consumo se reducir. Si el empleo aumentar, aumentarán los precios, en parte a través de la función de producción, en parte porque la unidad - salario cambiara en términos de moneda. Si aumentar el output y los precios, el efecto sobre la preferencia por la liquidez exigirá una mayor cantidad de moneda para sustentar la tasa de interés.
Repárese que Keynes, en estos posibles acontecimientos abre camino a una nueva posición de equilibrio, donde la teoría cuantitativa es solo relevante cuando la cantidad de moneda ejerce presión sobre los precios, admitiendo tal hipótesis en el caso de pleno empleo, cuando la oferta se torna inelástica. Existen circunstancias en que mismo una fuerte variación en la cantidad de moneda no ejerce una grande influencia sobre la tasa de interés, que es el caso cuando esa variación provoca tal incertidumbre sobre el futuro que un motivo de demanda de moneda se fortalece relativamente al otro, de modo que:“(...) the stability of the system and its sensitivenes to changes in the quantity of money should be so dependent of the existences of varie-ty of opinion about what is uncertain” .
Por otro lado no existen mecanismos automáticos que permitan que determinados acontecimientos sucedan, teniendo en cuenta que las expectativas de los agentes son determinantes para que tengan lugar esos acontecimientos. La cantidad de moneda es importante en la determinación de la tasa de interés, lo que constituye una novedad importante relativamente al pensamiento clásico. La tasa de interés es, en definitiva, una recompensa a la renuncia a liquidez, un premio al no-atesoramiento. Es una medida de la renuncia al poder líquido que confiere a sus poseedores, presuponiendo que los individuos consideran la moneda un medio de riqueza: “It is the price which equilibrate the desire to hold wealth in the form of cash with the available quantity of cash” ”.
Para cúmulo, si la tasa fuese menor o la recompensa por deshacerse de la riqueza moneda fuese reducida, el volumen que las personas mantendrían excederá a la oferta disponible, pero si la tasa se elevar, existirá un excedente que nadie estará dispuesto a mantener.
La más importante conclusión en este punto es que la tasa de interés no se reducirá si las preferencias del público por la liquidez aumentaren más rápidamente. Cuando se espera una disminución de la tasa de interés, la inversión no aumenta si la eficiencia marginal del capital no aumentar más rápidamente que la disminución de la tasa de interés. Si un incremento de la inversión viniese a reducir la desocupación, tal no acontecería si la propensión al consumo bajase. Si el empleo aumentar, aumentarán los precios, en parte a través de la función de producción, en parte porque la unidad-salario cambiará en términos de moneda. Si aumentar el output y los precios, el efecto sobre la preferencia por la liquidez exigirá una mayor cantidad de moneda para sustentar la tasa de interés.