ENSAYOS DE GERENCIA SOCIAL
OTRA GERENCIA ES POSIBLE
Roberto Carlos Oñoro Martínez
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Se presenta en la actualidad una crisis del mundo del trabajo, que algunos autores expresan no se encuentra en la centralidad del mundo del trabajo sino en la crisis del modelo fordista y sus consecuencias nefastas para la clase que vive del trabajo. Es de allí que surge como estrategia de control del sistema de producción las diferentes manifestaciones del postfordismo.
Se expresa que “de forma generalizada, se constata la substitución del taylorismo-fordismo por los procesos flexibles de producción (comúnmente designados como toyotismo o simplemente post-fordistas). Nuevas lógicas organizativas en forma de redes de empresas ordenan las cadenas productivas, superando, por su mayor capacidad de responder rápidamente al mercado cada vez más veloz, al modelo de las empresas integradas verticalmente. La actual revolución tecnológica hace posible manejar estructuras empresariales cada vez más vastas, imponiendo el formato empresa-red en los conglomerados. La recurrente tercerización abre espacios para la asociación de las micro y pequeñas empresas, aunque de manera subordinada, en la gran economía global…las nuevas tecnologías permiten alcanzar un nuevo nivel en el desarrollo de las fuerzas productivas: la producción se mundializa, fragmentándose en diferentes países. En general, el término “globalización” caracteriza a esta nueva etapa de mayor profundización de la internacionalización del capital. El crecimiento del comercio intra-empresas evidencia esta estrategia de las grandes corporaciones globales. La extraterritorialidad, elemento históricamente central del capitalismo, se encuentra aún más fortalecido…” , lo cual cambia las visiones de antaño que servían de referente para las luchas obreras y en contraposición estas deben ser cada vez mas internacionalistas, luchas amplias de clase, trabajar en red y de manera que se articule lo local y lo global.
Se plantea que “existe un patrón general de desarticulación del empleo industrial en dirección a una mayor importancia del sector servicios, identificamos en los países del G-7 cuatro modelos diferentes en esta transición: i) el de la economía de servicios (EUA, Reino Unido y Canadá), que enfatiza más los servicios relacionados a la gestión del capital, ii) el de producción industrial (Japón y Alemania) donde aún se mantiene el empleo industrial en un nivel elevado, a pesar de su reducción, con una mayor presencia de los servicios ligados a la producción (servicios industriales), iii) una posición intermedia (Francia) que conjuga una economía de servicios con una base industrial relativamente fuerte, iv) y de la economía basada en redes de pequeñas y medianas empresas y fuerte presencia del trabajo autónomo (Italia)” , es decir el empelo se desarticula y fragmenta de tal manera que el mundo del trabajo se vuelve complejo.
Las transformaciones que observamos hoy vienen desde los setentas al decirse que “ …las décadas de los años setenta y ochenta fueron décadas de fuertes reestructuraciones económicas y productivas, a la vez que de reajustes sociales y políticos. La tendencia dominante en el contexto actual, es trabajada por algunos autores (Mattoso, J.E.: 1995; Harvey,D:1993, 1996; Leborgne,D. & Lipietz,A.:1992) como el agotamiento de un modelo de acumulación y desarrollo caracterizado como fordista-keynesiano y el tránsito hacia una nueva forma de acumulación y desarrollo caracterizada como "neo-fordista", "post-fordista" "capitalismo flexible", "toyotismo" una discusión que remite al agotamiento de un tipo de "pacto inter-clases" que se sintetiza en el denominado Welfare State (con sus consiguientes adaptaciones nacionales y regionales)…” , para analizar lo cambios de esta vision, el cambio de las estrategias de producción ver cuadro 1 y 2.
Cuadro 1 TAYLORISMO-FORDISMO TOYOTISMO
Cuadro 2 Siguiendo a esta línea de discusión “…se puede resumir lo tratado hasta el momento con lo planteado por Santos (1995), cuando sintetiza las propuestas del capital o las "soluciones " encontradas por éste, en dos conjuntos definidos: la difusión social de la producción ("descentralización", "trasnacionalización", "fábrica difusa", "fragmentación geográfica del proceso de trabajo", "desterritorialización de la producción) y aislamiento político del trabajo (precarización de las relaciones de trabajo, segmentación, dualización, heterogeinización)…” , es decir el fenómeno es complejo, dado la imposibilidad de englobar todos los fenómenos de las reestructuraciones en el mundo del trabajo.
En este análisis que se puede hacer de la transición se incluye que la vision del neoliberalismo en cuanto a la “…la desregulación y la flexibilidad laboral son parte de esta lógica neoliberal, tal como lo plantea Lucena (1990): “En el terreno laboral, el enfoque neoliberal plantea la flexibilización de las relaciones de trabajo, es decir, la supresión de los vínculos rígidos entre el trabajador y un determinado centro y puesto de trabajo, con la finalidad de facilitar los procesos de renovación tecnológica y de descentralización productiva” (Lucena, 1990: 154)…en suma, las relaciones de trabajo en la etapa actual de la globalización, para la perspectiva neoliberal, se evidencia con menos problemas que durante el periodo del Estado de bienestar, en la que se manifestaron un conjunto de distorsiones en los mercados laborales. En este sentido, Lucena (1990) refiriéndose a los argumentos neoliberales a favor de las privatizaciones señala lo siguiente: “Las administraciones estatales son ineficientes; la superioridad de la gestión privada y el incentivo de lucro sobre la gestión pública; se exalta el papel de los inversores privados; necesidad de reducir regulaciones y trabas a los negocios; necesidad de reducir la presión tributaria; relaciones de trabajo mal orientadas y especialmente sindicatos muy fuertes que poco contribuyen al funcionamiento de la gerencia” (Lucena, 1990: 154)…” , lo cual hemos apreciado en los últimos tiempos en Latinoamérica y el Caribe desde las reformas neoliberales que se concretan con la lógica de la desregulación, la flexibilidad laboral, los procesos de renovación tecnológica y descentralización productiva.
Por otro lado siguiendo la propuesta del profesor Adrián Sotelo Valencia se podría decir que “… la reestructuración del trabajo y el capital estuvo encaminada al sagrado objetivo de elevar la tasa de ganancia y la rentabilidad del capital. Para ello, echó mano de la superexplotación del trabajo y de reformas del Estado, entre las que sobresale la laboral, reforma regresiva y consagratoria de los sacrosantos principios de la economía de mercado, esto es, del derecho del capital y de sus personificaciones en los empresarios de contratar y despedir libremente a los trabajadores… introduciendo para ello la figura del contrato temporal y reduciendo o anulando la antigüedad laboral…” , es decir entre globalización, neoliberalismo y reestructuración del trabajo y el capital existe un vinculo perverso que apunta a elevar las latas tasas de ganancia y la rentabilidad de las empresas capitalistas.
En este sentido el profesor Sotelo Valencia plantea que “…dentro de la crisis estructural del capitalismo, uno de sus componentes articulados con el proceso de producción de valor y plusvalor .es decir, el proceso de trabajo y su organización, como constitutivos fundamentales del sistema del metabolismo social del capital ha sido objeto de una pro- funda reestructuración que comenzó desde mediados de la década de los ochenta del siglo pasado bajo el impacto de las políticas neoliberales del gran capital, consagradas a restablecer los mermados niveles de productividad social del trabajo, a frenar y/o destruir el activismo sindical combativo (clasista), fragmentar el mundo del trabajo, flexibilizarlo y precarizarlo. Desde entonces: Los intentos de modificación de la organización del trabajo que se han multiplicado a partir de mediados de los años sesenta se concretan en el desarrollo del control automático de la producción y en la perspectiva de la transformación de las relaciones de producción capitalistas [.] Se trata de superar la crisis de reproducción de la relación salarial que se hereda del fordismo, transformando el proceso de trabajo merced a la flexibilización que permite la automación. En la actualidad todavía no ha surgido ninguna nueva forma dominante en el proceso de trabajo [.] (Aglietta, 1979: 105)…”.
Por otro lado como lo plantea el profesor Marco Raul Mejia de lo que se trata desde la reestructuración (toyotismo) del mundo del trabajo es de “…un nuevo contrato de trabajo en el cual la empresa le ofrece una nueva identidad y una forma de trabajar en la cual desde allí hace la adhesión que lo vincula a la sociedad global. La empresa es su proyecto común. Por ello, no hace huelga, si adhiere a un sindicato es el propiciado por la misma empresa. No hay negociaciones, todo se arregla por consenso. Su pertenencia a la empresa lo hace miembro de una gran familia. Su subjetividad es construida desde los fines y valores de la empresa. La fábrica se le vuelve un todo inteligible, en donde él es actor y en ese sentido cada uno se siente fabricante, tecnólogo y administrador. Es el obrero polivalente…”, por otro lado “… el paradigma de organización jerárquica es reemplazado por el de la red de flujos interconectados, que son coordinados en sus nudos por colectivos autoorganizados en los cuales ninguno es centro. Esto ha dado socialmente origen a las nuevas organizaciones centradas en redes. Es un sistema de autoorganización, a imagen del sistema nervioso que tiene como característica ser descentrado. El ejemplo más claro de este conflicto se da: “Cuando Matsushita, por ejemplo, le compró a Motorola su fábrica de televisores en Chicago, procedió a dejar cesante a todo el personal jerárquico y sólo conservó a los trabajadores directamente productivos. ‘Para los norteamericanos explicaba en esa época un gerente japonés, están por un lado quienes piensan, y por otro quienes trabajan. Entre nosotros, los que trabajan son los mismos que piensan y no tenemos necesidad más que de la mitad de los efectivos.’ Tras dos años, Matsushita había duplicado tranquilamente la producción de televisores en Chicago y reducido en un factor 50 el número de retoques necesarios…” , es en ese sentido que surgen con estas transformaciones una intensificación de la explotación del trabajador.
Siguiendo con este autor este plantea que se presenta varias características de este nuevo trabajo, se crea un trabajo de elite, trabajo independiente contratado, precarización del trabajo.