4.4.- EL CÁNCER DE LA CORRUPCIÓN

Los pilares de una civilización, las normas, las reglas y el como debemos actuar en sociedad deben estar cimentadas con principios básicos de ética y moral para que puedan erigirse como grandes sociedades; para ello la familia como base principal de toda sociedad debe constantemente ser fortificada, protegida y asistida, con un trabajo digno, salarios justos, con protección y asistencia social para todos sus integrantes.

La corrupción aparece cuando estos principios líneas arriba mencionado han sido allanados, arrancados o violentados de la sociedad; Así nuestro país con un 80% de pobreza, con 40% de indigencia, con 14% de desempleo, con salarios de miseria que no cubren ni siquiera la canasta mínima de supervivencia, con analfabetismo, con terribles índices de migración, citado estos fenómenos ¿cómo se puede exigir a la clase pobre que sea moral o ética?, cuando la supervivencia en este país no esta garantizada; Si observamos desde este ángulo la corrupción ésta es entendible pero no moral y peor legal.

La cuestión se vuelve inaguantable cuando la corrupción se da en las clases económicas altas, en los hombres y en las instituciones que se encargan de velar por el bienestar de la sociedad; En este sentido esta enfermedad es amoral, antiética e ilegal, por ello es que las formas de corrupción manifestadas en: soborno, cohecho, malversación, tráfico de influencias, crímenes, delitos, y demás otras formas deben ser castigadas ejemplarizadoramente. Siendo nuestro país un Estado democrático el gobierno, la ley, los deberes y los derechos deben ser por igual para todos y no solo para beneficio de una minoría; Pero la verdad es otra, no se cumplen estos fenómenos citados en el Ecuador, convirtiéndose en un Estado antiético.

Así pues la corrupción ha existido desde épocas memoriales tal como lo sostiene Manuel Salgado129 exponiendo como ejemplo la convocatoria que se realizó a dedo para la Asamblea Constituyente en Riobamba en 1830, en la que se elaboró una Constitución a gusto y sabor de Juan José Flores, luego sobrevino los actos políticos, militares y económicos que seguidamente se suscitaron; En síntesis entre los actos corruptos más escandalosos constan las formas de elección clasista, (quienes no tenían dinero no eran considerados siquiera ciudadanos y mucho menos podían sufragar), las mismas dictaduras militares, el derrocamiento de varios presidentes (elegidos si se puede llamar democráticamente), los continuos fraudes electorales experimentados (entrados ya el siglo XX), la deshonesta delegación a la banca privada de emitir y poner en circulación dinero (echo con el cual se benefició solo la clase pudiente), la pretendida venta de la bandera, la exclusión de los sectores pobres del beneficio del desarrollo económico que el país experimentaba de ves en cuando, las reformas tributarias y agrarias ejecutadas en desmedro de las clases menos favorecidas y en beneficio de los grandes terratenientes acaudalados, y muchos otros actos más. Enfermedad que a finales de siglo se ha convertido ya en un cáncer, virus maligno que ha incubado en los actores de antaño, actores que han constituido verdaderas escuelas de maldad donde se educan sus vástagos y hoy son quienes periódicamente se turnan la administración del Estado, éstos ya especialistas en el oficio han convertido en botín de ellos las arcas fiscales, siendo así los últimos casos que he podido constatar como: La famosa sucretización ejecutada por Hurtado; La muerte de los hermanos Restrepo, el caso Arantgassi, la desaparición de la profesora Consuelo Benavidez y otros llevados a cabo por Febres-Cordero; El caso flores y miel en el gobierno de Duran-Ballen; La compra de la radio de Ibarra con dineros del Estado y para fines privados, acto realizado por Dahik; El caso mochila escolar en Bucaram; El caso fondos reservados en Alarcón; El fraude electoral en Mahuad; y muchos otros más.

Por ello es que el Estado debe pretender la creación de una democracia efectiva, con dirigentes estadistas, con formación ideológica, capaces de formular programas alternativos, de orientar a sus electores y dar solución a grandes y graves problemas130.

En pago de este trabajo y esfuerzo estos dirigentes se verán recompensados con los galardones mas altos de la moral como es la pulcritud y la transparencia131; Además hace falta el establecimiento de un sistema judicial altamente capaz, eficaz y ético, en la que se imparta la justicia con equidad e imparcialidad132Por historia sabemos que Grecia y Roma fueron pueblos florecientes y que por culpa de la corrupción se destruyeron y desaparecieron; en ese camino estamos, basta ver la calificación de Transparencia Internacional organismo especializado que nos ubica entre los países más corruptos del mundo. Por ello nuestro compromiso debe estar tendiente a cambiar y demostrarnos a nosotros mismos que queremos vivir en un país ético y moral, porque de ello depende el triunfo, el poder de las generaciones venideras, la grandeza y el cambio.