CAPITAL HUMANO COMO FACTOR DE CRECIMIENTO ECONÓMICO:
CASO DEPARTAMENTO DE CALDAS (COLOMBIA). 1983 2003
Duván Emilio Ramírez Ospina
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3. MARCO TEÓRICO
Esta investigación se aborda desde la ciencia económica, teniendo en cuenta sus planteamientos sobre acumulación de capital, crecimiento económico y la teoría del Capital Humano. El abordaje teórico, parte de la economía clásica, cuyos principales exponentes son: Adam Smith, (1723 1790); Jean Baptiste Say; Jonh Stuart Mill (1806 1873); David Ricardo (1772 1823); Thomas Malthus (1766 1834). De esta escuela se deriva la teoría del Capital y el Crecimiento, cuyos principales representantes son: Joseph A Schumpeter (1883 1950); Frank H knight (1885 1972); Sir Roy Harrod (1900 1978); Sir John R Hicks (1904 1989), premio Nobel de Economía en 1972. De aquí surge la teoría del Crecimiento expuesta por: Theodore W Schultz, Premio Nóbel de Economía en 1979; Sir W Arthur Lewis, quien compartió el Nobel de 1979 con Schultz; Robert M Solow, Premio Nobel de Economía en 1987 y Robert Lucas Jr, Premio Nobel de Economía en 1995, Gary S Becker, Premio Nobel de Economía en 1992. Aunque Carlos Marx, no hace parte de ninguna de estas escuelas del pensamiento económico, es tenido en cuenta aquí por sus teorías sobre el capital, la división del trabajo y éste como fuente de valor.
Para hablar de Capital Humano, es necesario abordar el estudio del concepto capital en la teoría económica. En el libro II Investigación y causas de riqueza de Las Naciones (página 7); Adam Smith , establece como el origen de la acumulación de riqueza la introducción de la división del trabajo; teniendo en cuenta que cada hombre, con su trabajo en particular, no alcanza a satisfacer todas sus necesidades, sino una porción muy pequeña de ellas y la mayor parte se remedia con el trabajo de los otros hombres, que aquél compra o adquiere con el producto o con el precio del producto del trabajo propio. Pero como dicha adquisición no puede hacerse hasta que el producto de este último no sólo se haya completamente efectuado, sino también completamente vendido, es necesario acumular en varias partes un fondo de diferentes géneros y mercancías, suficiente para mantener al trabajador y para surtirle de materias e instrumentos de su labor, hasta que se verifiquen, por lo menos, aquellas dos circunstancias.
Así como la acumulación de un fondo, según el orden natural de las cosas, debe ser previa a la división del trabajo, así éste sólo puede irse subdividiendo a proporción del fondo que se vaya acumulando. Pero, cuando el hombre que posee un fondo suficiente para mantenerse meses y años, procura regularmente sacar alguna utilidad de la parte principal de su caudal, reservando solamente aquella menor porción que baste para sustentarle mientras llega el momento de hacer efectiva aquella utilidad, con lo que todo su haber, o todo su fondo, se divide en dos partes distintas, de las cuales, aquella de que se espera sacar ventaja de producto o utilidad, se llama propiamente capital. De la misma forma, Smith, hace una distinción entre el capital fijo y el capital circulante, subrayando las diferentes proporciones de cada tipo de capital en diferentes industrias; el capital circulante está integrado por materias primas y bienes semiterminados que generan un rendimiento para sus propietarios al venderse; de otro lado, el capital fijo participa en el proceso de producción sin cambiar de manos. En estos planteamientos, Smith reconoce como capital el fruto del trabajo que se va acumulando y se le da un destino diferente al consumo, del cual se puede obtener una utilidad, considerando el intercambio de mercancías resultante de la división del trabajo como uno de los elementos fundamentales para el proceso de acumulación; en estos términos podemos considerar la formación, la inversión en salud y otras actividades que pueden contribuir a incrementar la capacidad de producción y elevar el nivel de vida de las personas como acumulación de trabajo que puede ser utilizado en la producción de otros bienes, adquiriendo la forma de capital humano.
Continuando con el trabajo de Smith y como otro aporte de los economistas clásicos, David Ricardo en su definición de capital (1817 pág. 91), incluye la parte fija y la parte circulante; definió como capital, aquella porción de la riqueza de una nación que se emplea en la producción, y comprende los alimentos, vestidos, herramientas, materias primas, maquinarias, entre otros, necesarios para dar efectividad al trabajo; el capital circulante constituye el fondo de salarios, lo que Smith consideraba como la acumulación de bienes y servicios necesarios para el sostenimiento del trabajador mientras termina el proceso de producción y comercialización. Ricardo, consideró dos formas de acumular capital: la primera por medio del ahorro, resultante del mayor ingreso con relación a las necesidades básicas, y la segunda, por la reducción del consumo; además afirmó que la tasa de acumulación de capital está regulada por dos factores: la capacidad de ahorrar y el deseo de ahorrar. La primera depende del volumen del excedente sobre la parte del producto total necesaria para mantener el nivel de subsistencia de la mano de obra, lo que llamó Ricardo, el ingreso neto de la sociedad, cuanto más grande sea éste excedente, mayores son los medios para ahorrar. El segundo, o sea, el motivo para ahorrar, está determinado por la tasa de beneficio; mientras las utilidades del capital sean altas, los hombres tendrán motivo para acumular; si la tasa de utilidad baja, las personas aumentaran su consumo, en lugar de invertir; los motivos que tienen los hombres para acumular capital disminuirán con cada disminución en las ganancias, y llegarán al punto de detenerse, si las utilidades se sitúan a un nivel tan bajo que no les proporcionen una compensación adecuada.
Con relación a la acumulación de capital, a partir del trabajo de Smith y Ricardo, Jean Baptiste Say (pág. 45), se ocupo de la riqueza como resultado de la acumulación de capital, llamando riqueza aquellos bienes que tienen un valor que les es propio y que se volvieron propiedad exclusiva de sus poseedores, como las tierras, metales, monedas, granos, telas y mercancías de todo tipo. De acuerdo con su planteamiento, el valor de cada cosa es arbitrario y vago; se presenta cuando otras personas aceptan dar a cambio de ella, para adquirirla, otras cosas a su vez dotadas de valor; la cantidad de estas últimas que se aceptan dar es la medida del valor de la primera, pues, se consiente dar tanto más, porque ésta vale más. Say, concluyo, que la riqueza es creada por la industria humana con la ayuda de los instrumentos que emplea, dándole valor a las cosas; por lo tanto, las riquezas son susceptibles de ser creadas, destruidas, de aumentar, de disminuir en el seno mismo de cada nación. Para crear valor en las cosas, es necesario que el hombre industrioso posea productos ya existentes, sin los cuales su industria no podría funcionar. Esas cosas son: (Say 1841 P 55) 1. Las herramientas, los instrumentos de diferentes artes... 2. Los productos que pueden permitir el mantenimiento del hombre industrioso hasta que haya concluido su porción de trabajo en la obra de producción. El producto del que se ocupa, o el precio que sacará de él, debe, a decir verdad, reembolsar dicho mantenimiento, pero se ve obligado a anticiparlos continuamente. 3. Las materias brutas que su industria debe transformar en productos terminados. El valor de todas estas cosas integra lo que se llama capital productivo. Como puede verse, también en la teoría de Say, aparece el trabajo del hombre como fuente de riqueza e instrumento para determinar los diferentes niveles de acumulación de capital.
Teniendo en cuenta el trabajo humano como fuente riqueza, y factor de acumulación de capital, la Escuela Austriaca planteó su teoría del capital; es así, como uno de sus representantes, Bohm Bawerk, diferenció los factores productivos entre originales o primarios y producidos o intermedios; considerando que la oferta de los originales o primarios es fija, o es una función de decisiones no económicas; en el caso de los producidos o intermedios, la oferta depende de la tierra y la mano de obra utilizadas en su producción en el pasado. Bawerk, clasificó el capital como factor producido o intermedio, cuyo papel en la producción consiste en permitir la adopción de métodos de producción más productivos. Dado que los bienes de capital son en sí mismos el producto de aplicaciones anteriores de tierra y mano de obra, su valor debe ser igual al costo de los salarios y las rentas de la tierra pagados para su producción. En otras palabras, todo el valor neto agregado a los bienes finales debe ser igual a los pagos hechos a los factores originales.
Continuando con la tendencia clásica a considerar el trabajo como fuente de valor y elemento que contribuye a la acumulación de riqueza, John Stuart Mill, (1848 P. 72), consideró el capital como un acervo, previamente acumulado, de los productos del trabajo anterior, que influye en la demanda de mano de obra, haciéndola crecer en la medida que sea mayor la reinversión de las ganancias del capitalista y menor sea su gasto en bienes para su consumo personal; una de sus proposiciones fundamentales es que el capital resulta del ahorro, de esta forma, mientras mayor sea la tasa de ahorro de una economía, mayor será su acumulación de capital, por lo cual al aumentar el ahorro se incrementa la demanda de mano de obra.
De la misma forma, el tema de la formación o acumulación de capital, es abordado por Carlos Marx , en el volumen I de su obra El Capital; Crítica de la Economía Política, (página 103), señala la circulación de mercancías cómo el punto de partida para la acumulación de capital; sin embargo, planteó que el aumento del valor de las mercancías no se da en el proceso de intercambio, considerando al comercio como el responsable de crear las premisas históricas para que este surja, situación que sitúa en el siglo XVI, con el comercio y mercado mundiales. Plantea como resultado final del proceso de circulación de mercancías el dinero, y éste es la forma inicial en que se presenta el capital, que surge allí donde el poseedor de medios de producción y de vida, encuentra en el mercado al obrero libre como vendedor de su fuerza de trabajo; y ésta condición histórica envuelve toda una historia universal. Por eso, el capital marca, desde su aparición, una época en el proceso de la producción social.
Según Marx, el poseedor de dinero para convertirlo en capital tiene que encontrar en el mercado el obrero libre en dos sentidos, de una parte ha de disponer libremente de su fuerza de trabajo como mercancía y, de otra parte, no ha de tener otras mercancías que ofrecer en venta. Este estado de cosas es el fruto de un desarrollo histórico precedente, el producto de una serie larga de transformaciones más antiguas en el campo de la producción social. En la existencia del producto como mercancía van implícitas condiciones históricas determinadas; para convertirse en mercancía, es necesario que el producto no sea creado como medio directo de subsistencia para el productor; la transformación del producto en mercancía lleva consigo, una división del trabajo, tan desarrollada que en ella se consuma el divorcio entre el valor de uso y el valor de cambio, entendido aquel como la posibilidad que tiene un bien de satisfacer una necesidad del ser humano, mientras que el valor de cambio es la propiedad por medio de la cual un bien se puede vender en un mercado. Marx, al igual que Smith, reconoce la importancia de la división del trabajo en el proceso de acumulación de capital, pero le agrega un ingrediente nuevo, la necesidad de que se produzca un encuentro entre el poseedor de dinero y alguien que sólo posee su fuerza de trabajo para convertirla en mercancía, que pueda cambiar por dinero, para poder adquirir otras mercancías, que requiere para su subsistencia y la de su familia.
Apartándose de los postulados Clásicos, la teoría del Capital y el Crecimiento, abordada inicialmente por Joseph A Schumpeter, definió el capital como la suma de los medios de pago que está disponible en cualquier momento para ser transferida a los empresarios; consideró el capital como la palanca por medio de la cual el empresario sujeta a su control los bienes que necesita; no es más que un medio de retirar los factores de producción, dedicándolos a nuevos usos, o de dictar una nueva dirección de la producción.
Teniendo como base los Planteamientos de la teoría del Capital y el Crecimiento, otro grupo de economistas se dedicaron a estudiar el tema del crecimiento económico; uno de sus representantes es W Arthur Lewis , que plantea la distinción entre el capital físico acumulado y el capital cultural acumulado, entendiendo por éste, el conjunto de conocimientos acumulados por la sociedad; como capital físico denominó el medio ambiente físico necesario para el disfrute de determinadas satisfacciones; desde su perspectiva, el capital no es lo único que se requiere para el desarrollo económico, y si se cuenta con éste, sin tener al mismo tiempo una fructífera estructura para utilizarlo, se desperdiciará. Dividió la formación de capital en dos componentes principales: El trabajo de edificación y construcción y la fabricación de equipo; el uso adecuado de los bienes de capital depende del nivel de capacitación y formación de los trabajadores, la tasa de depreciación de este tipo de bienes es mayor en los países atrasados; además, el capital es menos productivo en los países menos desarrollados, porque el uso provechoso del capital depende del mejoramiento constante de la tecnología, y en los países menos desarrollados el conocimiento aumenta más lentamente; el capital es más productivo cuando se emplea para implantar nuevas técnicas, muy superiores a las prevalecientes; así también, es más productivo cuando se emplea para iniciar la explotación de nuevos y ricos recursos, que, cuando ayuda solamente a explotar mejor los recursos que ya se están aprovechando. Lewis, argumentó que cuando el capital se invierte en un servicio público, la inversión puede incrementar la productividad no sólo en ese servicio, sino también en el resto de la economía, de modo que el resultado neto obtenido por la economía en su conjunto puede ser mayor que el efecto medido en un solo sector.