BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

APUNTES DE TEORÍA Y POLÍTICA MONETARIA

Mario Alberto Gaviria Ríos

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1.3.      El Monetarismo.

Para principios de la década de los setenta del siglo XX la curva de Phillips estaba sometida a serios ataques tanto apoyados empíricamente como sustentados en la teoría. En el terreno empírico, enfrentaba la estanflación que caracterizó a la economía mundial. Al nivel teórico, analistas prestigiosos como Milton Friedman argumentaron que la mecánica de la curva estaba montada sobre un supuesto erróneo: que los trabajadores padecían de Ilusión Monetaria y terminaban aceptando aumentos salariales efímeros que eran neutralizados por el alza consiguiente en los precios. 

Según Friedman, debe esperarse, en cambio, que los trabajadores aprendan de la experiencia y perciban que, al final, un mayor salario nominal no les está representando un mayor poder adquisitivo. En ese caso los trabajadores, aunque sea de manera imperfecta, son capaces de anticipar el comportamiento de los precios y, en consecuencia, de su salario real, siendo este último el objeto de la negociación con el empleador. A partir de dicho planteamiento se reformula la curva de Phillips incorporando en ella las expectativas inflacionarias.

En la formulación de la teoría económica se supone que la conducta de las personas depende no sólo de variables y acontecimientos pasados, sino también de las expectativas que ellas tengan sobre el valor que puedan tomar estas y la evolución futura de dichos acontecimientos (Argandoña, et. al. 1997, capítulo 3).

Predecir el futuro es una tarea difícil, porque por definición este es incierto. Sin embargo, siempre resulta necesario formular proposiciones sobre acontecimientos que aun no han tenido lugar. Normalmente las personas esperan que al día siguiente salga el sol, e incluso se atreven a predecir la hora en que esto ocurrirá. Lo primero es el fruto de un ejercicio simple de extrapolación de la experiencia acumulada, pero lo segundo exige el conocimiento de las leyes de movimiento de los astros. 

En el análisis económico la revisión del futuro (la formación de expectativas) ocupa un lugar especial en la explicación de la conducta de las personas. Por esto es necesario entender como se forman las expectativas en las personas, según la teoría económica.

Al respecto, la teoría de las expectativas adaptativas o extrapolativas señala que las personas asumen que el futuro viene determinado por el pasado y el presente. Aplicado al comportamiento de los precios, esto implica que las personas consideran que los precios futuros (expectativas inflacionarias) dependen sólo de la dinámica presente y pasada de los mismos. En este sentido, las personas corrigen sus predicciones en respuesta a los errores del pasado (ecuación No 8).

                 (8)

Con,  pe: expectativas de inflación.

         pe-1: expectativas de inflación del período anterior

         p-1: inflación observada en el período inmediatamente anterior

         @: factor de aprendizaje.

         0< @ <1

Transformando la ecuación 8 se tiene que,

              (9)

Según esta última ecuación 9, las expectativas de inflación se forman en función de las inflaciones observada y esperada del período inmediatamente anterior.

Como,

Entonces,

 

De nuevo, como:

Entonces,

Ecuación que es equivalente a: 

Entonces, si se hacen sustituciones sucesivas de p-i:

                  (10)

Según la ecuación 10, si se parte de unas predicciones adaptativas, las expectativas inflacionarias terminan siendo un promedio ponderado exponencialmente de las tasas de inflación observadas en el pasado. Dicha ponderación depende directamente del factor de aprendizaje [@], que no es más que la habilidad de los agentes económicos para aprender de sus errores. A su vez, esa ponderación es decreciente[54], lo que significa que los agentes económicos dan más importancia al pasado reciente frente al más lejano.

A partir de esta consideración, Friedman replantea la Curva de Phillips incorporando las expectativas inflacionarias y la tasa natural de desempleo[55] (tasa de desempleo de pleno empleo) - mn; esto último dada su defensa de la tradición neoclásica según la cual las fuerzas del mercado conducen las economías hacía el pleno empleo (ecuación No 11).

                    (11)

Según esta ecuación, la tasa de inflación tiende a aumentar si la tasa de desempleo alcanza un nivel inferior a su tasa natural y/o aumentan las expectativas de inflación. En consecuencia, si bien sigue existiendo un trade – off entre desempleo e inflación[56] en el corto plazo, en el largo plazo este desaparece; es decir, en el largo plazo la Curva de Phillips es vertical (gráfico No 5).

Gráfico No 5. Curva de Phillips (versión de M. Friedman)

Estando la economía en pleno empleo, es posible que una expansión de la demanda agregada, al presionar una elevación en los precios, propicie una caída en el salario real y estimule un mayor nivel de empleo. Pero con el tiempo los trabajadores lograrán corregir sus expectativas inflacionarias y lucharán por incrementos salariales equivalentes a la variación en los precios, con lo cual el salario real y el empleo recuperarán sus niveles iniciales y lo único perdurable será el aumento en los precios. 

Según lo anterior, la curva de Phillips de corto plazo se desplaza hacia arriba a medida que aumentan las expectativas inflacionarias, con lo cual una misma tasa de desempleo tiende a coexistir con una mayor tasa de inflación.

Los desarrollos anteriores sirvieron a Edmund Phelps para  plantear lo que se conoce como la hipótesis aceleracionista, según la cual si un gobierno decide mantener la tasa de desempleo por debajo de su tasa natural utilizando para ello políticas económicas expansivas de manera sucesiva, esa actuación sólo tendrá efectividad en el corto plazo y provocará un incremento continuado en la tasa de inflación.

Sin embargo, de manera más reciente, la teoría de las expectativas racionales, desarrollada  por macroeconomistas de la nueva escuela clásica como Thomas Sargent y Robert Lucas, se ha impuesto en el análisis económico. En términos generales estos teóricos han considerado que, al suponer que las personas sólo utilizan la información pasada y presente de una variable para formar sus expectativas sobre ellas, se está asumiendo que prescinden de otra información disponible y relevante, lo cual las induce a cometer errores sistemáticos.

Por eso es más lógico pensar que las personas tratan de evitar los errores en la formación de expectativas, utilizando toda  la información disponible y del mejor modo posible. Una parte de esa información está contenida en los errores que cometen. Además, se utiliza la teoría existente sobre el comportamiento de la variable en estudio. Esa es la base de las hipótesis de las expectativas racionales.

En consecuencia, las personas alcanzan una previsión acertada del comportamiento de los precios y la inflación de manera mucho más rápida, frente a lo que sugiere la teoría de las expectativas adaptativas. Es decir, p y pe tienden a acercarse mucho más rápido y, en consecuencia, tienden a coincidir las Curvas de Phillips de corto y largo plazo.

Si se presentan expectativas racionales, en la ecuación replanteada por Friedman el componente b(m - mn) en la ecuación 11 tendrá un valor cercano a cero (0); es decir, no es posible un trade - off entre desempleo e inflación:

Como,

Entonces,

Por lo que,, en el corto y en el largo plazo.

A partir de la discusión anterior es claro que el origen de la inflación para el monetarismo está en las expansiones de la demanda agregada, pero al igual que en el planteamiento clásico esa demanda está relacionada directamente con la oferta monetaria. Para el monetarismo la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario, ningún proceso inflacionario puede permanecer sin la existencia de abundancia de dinero que permita realizar el mismo volumen  de transacciones económicas a unos precios mayores.

Sin embargo, la formación diferente de expectativas propició la bifurcación del monetarismo en dos corrientes básicas. De un lado, está la que se conoce como el monetarismo blando (Milton Friedman) que considera la posibilidad de una formación de expectativas adaptativas, por lo que en el corto plazo una parte de las variaciones en la oferta monetaria se puede traducir en expansiones del producto y el empleo, afectando en forma menos que proporcional los precios.

De otro lado, está el monetarismo duro (Thomas Sargent y Robert Lucas) que confía en una formación racional de dichas expectativas, con lo cual el total de la variación en la oferta monetaria se traduce en aumento de los precios, sin afectar en el corto plazo el empleo y el producto. Las conclusiones de ésta última corriente son iguales a las de la visión clásica que se desarrollo atrás, y es por eso que se le ha dado el nombre de Nueva Escuela Clásica. 


[54] El factor 0 < @ < 1 y su exponente es creciente.

[55] El planteamiento sobre la tasa natural de desempleo había sido criticado por los autores keynesianos pues, como llegó a afirmar James Tobin, no había nada más antinatural que la tasa de desempleo. Sin embargo, recuérdese que esa tasa hace referencia al hecho que existen un desempleo friccional y estructural que difícilmente se pueden enfrentar con política económica. Es decir, la tasa natural de desempleo no se puede entender como una situación óptima del mercado de trabajo, pues ese desempleo friccional y estructural es ya bastante alto en economías como la colombiana.

[56] Un intercambio de inflación por desempleo


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