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La transición de mercados a sociedades emergentes
Iván Ureta-Vaquero
Mercados emergentes o sociedades emergentes.
Resumiendo lo que hemos comentado en las anteriores secciones, los Mercados Emergentes, son los recipientes o receptores de una variedad de programas de aportes financieros internacionales para impulsar sus economías. Estas incluyen préstamos y otras asistencias como las organizaciones multinacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, ayuda extranjera de naciones saludables como los Estados Unidos, y especiales condiciones de negocio con tarifas reducidas para sus exportaciones hacia países más avanzados. Los mercados emergentes también han formado grupos de negocio entre ellos: MERCOSUR, el Mercado Común del Cono Sur, por ejemplo.
Algunos inversores internacionales se insertan a los stock y entornos de los Mercados Emergentes por el potencial de alto retorno en un período de tiempo relativamente corto. Esta es una alta porción del riesgo que se envuelve estas inversiones por que los mercados emergentes están por definición es estado de transición y sujetos a políticas inesperadas y trastornos económicos. Los valores de los stocks, entornos y la moneda pueden cambiar drásticamente sin noticias.
Mejoradas las economías se beneficia a las naciones mercados emergentes con mayores niveles de ingreso, mejor salud y servicios sociales, y más estabilidad de estructuras políticas. Las naciones avanzadas se benefician del desarrollo de los recursos humanos y naturales de los mercados emergentes a través de la esperanza de una mayor estabilidad y un más y beneficioso comercio internacional.
Según estas ideas podemos establecer varios supuestos y contrasupuestos, que en definitiva son los intentos por establecer un nuevo diálogo en torno al papel que los agentes que integran los mercados emergentes pueden tener.
Supuesto 1:
Teóricamente el mercado emergente es una oportunidad para los inversores extranjeros.
Propuesta contra el supuesto.
El mercado emergente es una oportunidad para el desarrollo autogenerado de sus propios integrantes.
Supuesto 2:
Los mercados emergentes, según Helene Rey, colapsan cuando se abren a los mercados financieros.
Propuesta contra el supuesto.
La apertura a los mercados financieros podría relacionarse con una política de autofinanciación de su crecimiento y desarrollo.
Supuesto 3:
Según Stiglich la tensión de los mercados emergentes es mayor ya que el FMI presiona a estos países para que se integren los circuitos comerciales característicos de la globalización.
Propuesta contra el supuesto.
Los mercados emergentes podrían organizarse de forma interna para hacer frente a los requerimientos del FMI.
Según el primer supuesto (S1), los Mercados Emergentes (ME), son diferenciables en función a las características macro que presentan los indicadores de las economías y a las características culturales y políticas de cada una. Según este supuesto, no podemos generalizar el concepto de ME sin hacer referencia a las peculiaridades particulares.
Según un segundo supuesto (S2), los ME no se pueden observar únicamente como oportunidades de inversión para representantes del subsector económico formal (SEF). Los ME son el primer lugar un marco de oportunidades para los propios integrantes del subsector económico informal (SEI). La referencia a las oportunidades del SEI puede estar relacionada con las posibilidades de generar un modelo de integración basado en la “Optimización de Recursos Internos” (ORI)
Con esta propuesta de ORI, se quiere evitar que la intervención del SEF sobre el SEI genere un tipo de dependencia o pueda incurrir en la creación de un clima de competencia imperfecta en el cual, los productores más débiles sufran las peores e injustas consecuencias. Se quiere minimizar el efecto martillo-yunque que tan gráficamente ilustra las relaciones entre empresas de diferentes tamaños. Generalmente cuando se persiguen soluciones en el corto plazo, las empresas del SEI están expuestas a las políticas de las empresas o grupos inversores, las cuales pueden retirar los capitales, perdiendo el SEI las posibilidades de reinvertir sus utilidades en la diversificación de sus actividades económicas cayendo así en una espiral de depresión.
No se puede negar el papel de los capitales inversores en cuanto a la generación de empleo y de incremento de rentas reales. Sin embargo, como en el caso de muchas economías de enclave, que caracterizan la explotación de recursos naturales de muchos países emergentes, estas se benefician de las utilidades en un plazo de tiempo corto y medio. Sin embargo a largo plazo las empresas inversoras tienden a retirarse del medio por diversas causas: agotamiento de los recursos explotados, incremento de los salarios, desviaciones del mercado y de las necesidades de la demanda, detección de nuevos emplazamientos fabriles con menores costos de producción.
Aquí habría que mencionar los casos de la postindustrialización, como son el éxodo, desempleo…Se trata de evitar que las negociaciones entre los SEI y SEF se desarrollen en menor grado de desigualdad y se puedan establecer diálogos más horizontales. En caso que los recursos disponibles en el SEI puedan optimizarse se puede buscar la rentabilidad en el mediano y en el largo plazo, con la realización de pequeñas y medianas operaciones de reinversión de las utilidades obtenidas de forma individual, buscando así las respuestas a un modelo de crecimiento endógeno – cuantificable en unidades monetarias y de desarrollo integral- de la comunidad que actúa como agente de la integración y de la optimización.
También podría hacerse referencia a las consideraciones de Héléne Rey, la cual comenta que los ME pueden llegar a colapsar cuando ingresan en los mercados financieros. Obviamente esto ocurre debido a que los flujos de intercambio que operan entre SEI y SEF carecen de igualdad y obviamente SEI ejemplifica el colapso al no propender a su ORI, sino que más bien se potencia tanto intrínseca como extrínsecamente la presencia predominante del SEF sobre el SEI. Al no tender a la ORI, consecuentemente los mercados del SEI colapsan.
Este argumento puede ayudar a la idea de que los ME necesitan organizar necesariamente su ORI. En teoría los flujos de capital que caracterizan el SEI son importantes pero incidencia en el SEF es muy limitada, por lo que difícilmente pueden conseguir préstamos para invertir en el crecimiento de los negocios. Sin embargo, tendiendo a la organización de asociaciones de productores, distribuidores, vendedores o prestadores de servicios, puede organizarse una red interna que favorezca las operaciones de crédito. Estas operaciones de crédito se crearían a imagen del sector potencialmente beneficiario por lo que su integración podría resultar más atractiva que el acercamiento tradicional a las entidades de banca y crédito formales.
Por este motivo las Cajas de Ahorro, o las Cooperativas de Ahorro y Crédito podrían vincular a sus asociados de una forma más participativa y consecuentemente limitando los índices de morosidad. En la medida que el beneficiario de un producto se vea dueño de un parte de la entidad prestadora, su comportamiento podría cambiar de signo y ser más fluido y proactivo. Según esto, los instrumentos financieros deben crearse desde dentro.
Para definir con precisión lo que es un ME hay que tener en cuenta varios factores como dijimos más arriba. Etimológicamente es posible hablar de ME siempre y cuando nuestro análisis se circunscriba a una visión puramente comercial: mercado en el sentido clásico, como lugar físico de intercambio de mercancías o productos financieros, o mercado en el sentido actual, como ente abstracto, ilimitado y universal donde pueden realizarse negocios incluso de forma impersonal, sin que ya intervenga el carácter físico del anterior. Por ello, según la definición de ME de Agtmael, se estaría observando al país emergente en definitiva como un mercado emergente, y las esferas son necesariamente diferentes. En la actualidad se confunden y se fusionan las dos esferas perdiéndose así la noción y el significado diferencial de cada una de ellas.
Cuando hablamos de ME en teoría estamos asumiendo que en estas plazas, identificables físicamente se pueden desarrollar actividades económicas lucrativas para aquellos representantes de los sectores A y B de la economía, o sea, para las empresas más pudientes, que buscan una alta tasa de retorno de la inversión en el menor tiempo posible. Esta política que es desarrollada por muchas empresas está lejos de la asunción de la responsabilidad social corporativa. No vamos a hablar de responsabilidad social de la empresa, puesto que eso tiene implicaciones que pueden confundirse en este contexto. En definitiva, cuando una empresa decide invertir en uno de estos ME, con esta política de rentabilidad agresiva, no se está dando cuenta que puede trastocar las potencialidades que ese ME tiene como Economía Emergente (EE). ¿Cuáles son las diferencias, pues, entre ME y EE?. No son únicamente conceptuales, también son prácticas. Las relaciones mercantiles correspondientes al modelo de ME, están vinculadas a las transacciones de bienes y servicios. Es decir, a la esfera política, económica y financiera. Sin embargo, conceptualizamos a la EE, como la fusión de las esferas políticas, económicas y financieras con la social. Es decir, cuando hablamos de ME estamos haciendo referencia a una relación lineal entre compradores y vendedores que tienen que desarrollar su actividad mercantil dentro de unos esquemas políticos.
En la actual globalización, no es ninguna genialidad decir que los gobiernos nacionales están supeditados a los gobiernos de los intereses de las grandes transnacionales. Por tanto, observando esta realidad global dentro de la cual se insertan las políticas exteriores de cada país que en definitiva restringe la posibilidad de desarrollar las políticas internas de cada país. Por eso, los países a los que se denomina emergentes podrían graficarse del siguiente modo:
Mercado Global
Subd.
Des.
Sin embargo, no podemos olvidar que una EE, integra las esferas del estado, el mercado y la sociedad tal y como propone Etzioni. Por lo tanto la diferencia entre el ME y la EE puede definirse en las diferencias del anterior gráfico con el presente:
O.R.I.
En el anterior gráfico se definen las características que deben regir la comprensión de una economía, independientemente que sea emergente o no. Pero era necesario establecer la diferencia entre un ME y una EE. Ahora sería interesante especificar el marco de relaciones entre una EE y una Economía Desarrollada (ED) para provocar un desarrollo responsable que tienda a la ORI de las EE. En el esquema tradicional que define a los mercados emergentes las relaciones entre la economía emergente y la economía desarrollada puede establecerse según este modelo en forma de diamante:
El esquema que se ha mostrado supone ante todo un modelo de interacción simétrica, a través de la cual se pueda dialogar en torno a una relación sana que busque ante todo la promoción de la justicia social y que entienda básicamente que los mercados por ser entes irracionales no tienen autoridad moral para dirigir las políticas de los países, que en última instancia tienen que proveer un servicio a la sociedad y un beneficio al individuo. Este gráfico que puede modificarse y adaptarse para analizar diferentes modelos de interacción comunicacional, representa en esencia la fusión conceptual que hicimos más arriba y de hecho integra de forma gráfica la filosofía que guiaba esa propuesta interdisciplinar que busca la simetría y el beneficio mutuo: la suma 1, gracias a la cual, se puedan desarrollar diálogos con niveles mínimos de ruido y fomentando los niveles de contenido sobre los de relación, con una meta básica, la responsabilidad de las acciones emprendidas y el logro de la eficiencia.
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