Irma Lorena Acosta Reveles
ilacosta2@hotmail.com
ENTRE LOS GRANDES PROBLEMAS NACIONALES aquellos que conciernen al medio rural, dada su diversidad y magnitud, ocupan sin lugar a dudas un lugar destacado. Las contradicciones que caracterizan al campo mexicano se han exacerbado en los últimos años, teniendo como una de sus más palpables evidencias la polarización en la estructura agraria y agrícola, donde prevalece un número creciente de unidades productivas en condiciones de subsistencia e infrasubsistencia, sometidas a un acelerado deterioro. Los datos que se reportan oficialmente no han podido ocultar las dimensiones de este fenómeno, ni su impacto en los más variados ámbitos de la vida nacional.
Dada la complejidad de los problemas, consideramos que para comprender la naturaleza de la crisis del campo mexicano es imprescindible reparar en la diversidad y particularidades de los agentes económicos que lo conforman. En este trabajo nuestro interés se sitúa en los productores de tipo campesino en México, en el lapso que va desde l982 y hasta el año 2000; nos interesa conocer y explicar cuáles han sido los efectos del proyecto económico que privilegia el sector exportador sobre estas explotaciones, caracterizadas por su particular forma de organización del trabajo.