MUNDO DE UNOS Y CEROS
EN LA GERENCIA EMPRESARIAL
Mario González Arencibia
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Parte II: Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC)
Revolución digital
Esta novedosa manifestación cultural que surge como convergencia tecnológica de la electrónica, el software y las infraestructuras de telecomunicaciones, originó lo que hoy se denomina: revolución digital. La electrónica ha aportado el desarrollo de equipamiento del proceso de la información a un ritmo muy acelerado. Luego, el desarrollo de soporte lógico para esas maquinas, que ha crecido en complejidad a medida que el soporte constituido por las maquinas ha evolucionado.
Ese soporte lógico o software se ha diseñado para mejorar su interactividad con el usuario, bajo la concepción de que sea más simple para un usuario que eventualmente, no evoluciona en sus conocimientos a la misma velocidad que lo hace el resto del sistema, permitiendo una masificación en el uso de los ordenadores. En ello desempeñado un rol importante la perspectiva de los fabricantes de software, de hacerlo en forma atractiva para el usuario y permitir el juego intuitivo de ese usuario en el desarrollo del funcionamiento y de la utilidad de las aplicaciones mencionadas.
Por otra parte, los avances incorporados a la compresión de datos hacen que el usuario consiga un mejor rendimiento de sus equipos, contribuyendo a minimizar las limitaciones físicas del hardware. A eso se suma, el desarrollo del software de comunicaciones, que ha viabilizado el uso de las redes desde los grandes laboratorios universitarios y de los complejos militares a empresas y hogares de cada usuario conectado con la Red. Las telecomunicaciones han dado a lo anterior la capacidad de interconexión y, en si mismas ofrecen un ejemplo claro de la convergencia que se viene de mencionar y del desarrollo técnico en ese sentido. Se ha permitido la coexistencia y utilización de cables de fibra de cobre, el coaxial, la fibra óptica, las transmisiones a través del satélite y las emisiones de radio de onda corta.
Este proceso de coexistencia es posible, porque las bases sobre las que se asientan los sectores involucrados en el proceso de convergencia tecnológica, utilizan tecnologías digitales, emplean un soporte físico común, como es la microelectrónica, a lo que se añade el alto componente de software incorporado a sus productos, y por el uso intensivo de infraestructuras de comunicaciones que posibilitan la deslocalización de los diferentes elementos del proceso de la información en contextos geográficos diferentes.
La sumatoria es que la asociación de estas tecnologías, da lugar a una nueva concepción del proceso de la información, en el que las comunicaciones abren nuevos horizontes y paradigmas, lo que hace a la revolución digital beneficiable e inevitable. Este procesamiento se realizaba casi exclusivamente en entornos locales, por lo que la comunicación era una función poco valorada. Por otra parte, la estrategia centralista de las corporaciones, hacía compatible la existencia de un departamento de sistemas de información centralizado en una única máquina.
Esta limitación se soluciona a partir de que con el desarrollo
de las fuerzas productivas, las nuevas formas de trabajo y la
globalización de la economía imponen la necesidad del acceso
instantáneo a la información, y por tanto, de interconectar las
distintas redes que se han ido creando, diseñándose nuevas
arquitecturas de sistemas, en las que la función de comunicación
es de igual importancia o superior por lo estratégico de la
disponibilidad instantánea de la información. A esto se añade,
la existencia de unas infraestructuras de comunicación muy
extendidas y fiables; y un abaratamiento de los costes de
comunicación, lo que estimuló la aparición de nuevos servicios
adecuados a las estrategias de las corporaciones.