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CONCLUSIONES
La ciencia, entendida en un sentido amplio como una forma o vinculo de relación sistemática del hombre con el medio que le rodea, en un ejercicio de aprehensión de la realidad, sufre como noción, un proceso de replanteamiento. El concepto de paradigma, aportado por Khun, remite al cambio de paradigma científico actualmente en desarrollo, a la luz de la dinámica histórica reciente, y a la configuración y edificación de un nuevo paradigma epistémico, que supere la visión racionalista, objetivista y positivista que definían a los modelos cognoscitivos precedentes. Este nuevo paradigma epistémico demanda y plantea una nueva manera de abordar la revisión de los fenómenos sociales, en el cual la complejidad, relatividad y los matices van definiendo su perfil.
El análisis del entorno, de la realidad, plantea hoy la referencia al proceso de globalización, como constructo teórico que sintetiza al conjunto de cambios económicos, políticos, tecnológicos, sociales y culturales, en el plano fáctico o empírico, así como el surgimiento de la Posmodernidad, como la tendencia o corriente teórico-filosófica que establece el modelo analítico-conceptual para estudiar dichas transformaciones. La globalización/ posmodernidad definen así una relación realidad fáctica / modelo teórico, válida y pertinente en cualquier aproximación al contexto o entorno actual.
Los cambios en el contexto mundial, agrupados en términos prácticos en la globalización y abordados científicamente mediante el paradigma posmoderno, han generado cambios en todos los ámbitos del quehacer humano, y por ende, en el organizativo. El esquema de organización empresarial clásico, vigente por mucho tiempo, está siendo sustituido por un nuevo modelo de organización con un conjunto de características que colocan el énfasis en el plano subjetivo y humano, y en la flexibilidad ante la rapidez y vertiginosidad de los cambios en el entorno. Frente a la empresa, surgen organizaciones no gubernamentales y de participación comunitaria, que con valores, concepciones y objetivos distintos, asumen los rasgos del nuevo paradigma empresarial para alcanzar eficientemente y con éxito sus objetivos.
Un tipo particular de organización, puede implicar un tipo igualmente particular de administración; tal es la tesis de la Teoría Situacional o de la Contingencia. Si se acepta que la noción de organización, lato sensu, plantea el logro de determinados objetivos, desarrollando para ello acciones e actividades coordinadas y estructuradas, la naturaleza empresarial, comunitaria o no gubernamental de la organización, comporta criterios y valores que remiten a las razones de su creación y constitución inicial y que por ende, deben estar presentes en la toma de decisiones y en el proceso administrativo. El "qué" y el "para qué" de la organización, definen el "cómo", esquema específico de organización adoptado, así como el tipo de administración a desarrollar.
Los criterios decisorios y patrones administrativos propios de la empresa privada que persigue un lucro, generar ganancias o riqueza, estipulan un modelo administrativo de costos y beneficios en el que lo económico-utilitario prevalece sobre otros aspectos.
Pero cuando los objetivos perseguidos tienen que ver con beneficios intangibles como calidad de vida, bienestar social, participación, desarrollo o superación de la pobreza, el modelo administrativo, si dejar de emplear criterios de eficiencia económica o rentabilidad, debe nutrirse de consideraciones y premisas acordes a la naturaleza de la organización, y a valores o medidas más difíciles de identificar. La administración de lo social, de lo público o lo comunitario, define su fisonomía de manera contingente a las necesidades a resolver, sin obviar las premisas e hipótesis básicas del conocimiento administrativo.
El conocimiento, la teoría y la práctica administrativa está obligada a adaptarse a las transformaciones ocurridas en el escenario organizativo. La administración de este nuevo tipo de organizaciones demanda la adopción de un conjunto de valores coma la solidaridad, la cooperación, la confianza, la participación y la responsabilidad social, cuando se trata de conducir o gerenciar una organización de este tipo, o de intentar explicar su compartimiento.
La realidad económica, social y política venezolana, plantea un escenario recesivo, pero a su vez la existencia de novísimas normas constitucionales y legales que reflejan la intención del Estado de dar cabida a las organizaciones de la sociedad civil en los procesos de gestión pública, prestación de servicios y en la lucha contra la pobreza.
El conocimiento y la práctica administrativa desarrollada en Venezuela, debe ajustarse a esta nueva realidad, incorporando la distinción entre tipo de organización, objetivos y esquemas gerenciales, a fin de permitir su adecuación teórica y científico al nuevo paradigma empresarial y organizativo en gestación.
La existencia de experiencias exitosas en el ámbito nacional e internacional, de ONG's y OPC's enmarcadas en el denominado Tercer Sector, evidencian la posibilidad de desarrollar una práctica administrativa y gerencial en sintonía con los principios que las rigen, y que deben incorporarse a la teoría administrativa a objeto de posibilitar su compresión y aplicabilidad en el futuro, frente al crecimiento y proliferación de dichos modelos organizativos, en el marco del capitalismo informacional y del paradigma tecnoeconómico que lo sustenta, y que define y definirá, en buena medida, el entorno y las características de la nueva arquitectura organizativa en conformación.