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Sobre la definición de Organización
Organización es, a un mismo tiempo, acción y objeto. Como acción, se entiende en el sentido de actividad destinado a coordinar el trabajo de varias personas, mediante el establecimiento de tareas, roles o labores definidas para cada una de ellas, así como la estructura o maneras en que se relacionarán en la consecución de un objetivo o meta.
Como objeto, la organización supone la realidad resultante de la acción anterior; esto es, el espacio, ámbito relativamente permanente en el tiempo, bajo el cual las personas alcanzan un objetivo preestablecido. Corno objetos o sistemas, las organizaciones constituyen el principal constructo teórico estudiado por la ciencia administrativa.
En este sentido, para Robbins y Coulter (1996) una organización es un conjunto sistemático de personas encaminadas a realizar un propósito específico.
Kliksberg (1996) por su parte, plantea que toda organización debe entenderse como una institución social cuyo centro es un sistema de actividades coordinado y racional, con un conjunto de relaciones entre las actividades que en ella se llevan a cabo, que sería su estructura, tiende hacia determinados fines, y es influida por el medio en el cual está inmersa.
Carlos Dávila (1985) concibe a la organización como un ente social creado intencionalmente para el logro de determinados objetivos mediante el trabajo humano y recursos materiales, poseedora de una estructura, y ubicada en un medio o marco de condiciones históricas concretas que influyen en su desenvolvimiento.
Las anteriores concepciones sobre lo que es una organización, así como la que aportan una vasta y heterogénea gama de autores, apuntan a definir a las organizaciones sociales a partir de ciertos elementos: la presencia de un conjunto de personas o voluntades; una estructura o tejido que relaciona y le da coherencia al trabajo mancomunado, y la existencia de una serie de objetivos, finalidades o propósitos para cuyo logro se crea la organización.
Visualizada en un sentido amplio, la organización surge entonces como el espacio o esfera de actividad social por excelencia que, históricamente, ha permitido el logro de múltiples objetivos: familiares, culturales, políticos, militares y económicos.