Rigoberto Larraga Lara
Rivera Espinosa Ramón
Coordinadores
Todo lo creado por el hombre es patrimonio cultural de la humanidad, y su vida cotidiana se constituye en proceso de creación cultural, debiendo ser compatible con la naturaleza. De aquí, que considerar que la cultura sea de mayor rango que Natura, sea plantear una posición etnocentrista y conducir a la devastación a la Humanidad misma.
Bonfil (200) apunta que “la cultura abarca elementos muy diversos: incluye objetos y bienes materiales que ese sistema social organizado denominado pueblo considera suyos: territorio y los recursos naturales que contiene, las habitaciones, los espacios públicos, las instalaciones productivas y ceremoniales, los sitios sagrados, el lugar donde están enterrados nuestros muertos, los instrumentos de trabajo y los objetos que enmarcan y hacen posible la vida cotidiana; en fin, todo el repertorio material que ha sido inventado o adoptado al paso del tiempo y que consideramos nuestro- de nosotros-los mayas, los tarahumaras, los mixes, los nahuas”.1
Consideramos la cultura como expresión del trabajo creador de la humanidad en su convivencialidad; y en el desarrollo de ésta surgen tecnologías que son parte vital en el largo recorrido de la humanidad creadora en la creación de capital material y cultural.