Rigoberto Lárraga Lara
La problemática ambiental se ha convertido en una preocupación universal. Es un reto que merece la atención y acción de todos nosotros. Proceden esfuerzos de todas las disciplinas para promover el desarrollo con equidad intrageneracional e intergeneracional, pero aún está lejos de ser una realidad.
Existe una diversidad de posturas arquitectónicas que atienden la problemática ambiental bajo diferentes premisas, algunas de ellas tan cercanas entre sí, que son difíciles de distinguir sus límites, y otras radicalmente diferentes y opuestas.
Las posturas radicales transformacionistas plantean como raíz fundamental de los problemas ambientales las características de la sociedad actual y como los humanos se interrelacionan y se relacionan con el medio ambiente y proponen una transformación de la sociedad y las relaciones humanas.
Los ecologistas profundos centran su visión en el medio ambiente con un énfasis en el valor intrínseco y las necesidades de la naturaleza dejando en segundo lugar al hombre. No obstante los corcupianos socialistas dan prioridad a la transformación social superando la desigualdad social y económica, apenas abordando los problemas ambientales, creyendo que las capacidades humanas liberadas del capitalismo pueden resolver cualquier problema.