Dra.C. Laritza Guzmán Vilar
Dr.C. Gelmar García Vidal
El desarrollo actual y perspectivo del turismo, como sector emergente en muchas economías, puede convertirse en un elemento que ayude, en lo posible, al equilibrio económico entre las naciones de diferente nivel de desarrollo (García, 2003). Al mismo tiempo se podría plantear que los recursos naturales y culturales de los países subdesarrollados pueden ser fuentes de recepción turística de enorme importancia económica y de enriquecimiento espiritual1.
La recepción a la que se hace referencia puede efectuarse en destinos turísticos, los que poseen peculiaridades como: la amplitud de su impacto social, la indefinición de su estructura jerárquica y de las fronteras del sistema, el elevado nivel de complejidad debido a su alcance y magnitud, el carácter modular o personal del producto turístico y el carácter multiorganizacional del proceso turístico, que les imponen retos a los enfoques de gestión turística del patrimonio cultural.
Las definiciones de destino turístico resultan variadas 2 , entre ellas se destacan: Montaner Montejano y Antich (1993), Novo Valencia (1998), Bigne Alcañiz (2000), Colaiacevo (2001), Cooper y otros (2003) Hernández Rodríguez (2004), por lo que los autores, para asumir una posición al respecto, efectuó un análisis de conglomerados jerárquico 3 , según el cual se concluye que puede entenderse como destino al conjunto articulado de procesos turísticos que actúan en una zona geográfica generando un flujo turístico con el objetivo de obtener ganancias,mediante la satisfacción de las necesidades de los turistas para su posterior utilización por las instituciones pertinentes en función de la mejora de la calidad de vida de dicho espacio.
Además de renovador de economías, el turismo es un dinamizador de intercambios culturales. El turista de hoy en día está ávido de nuevos conocimientos y pretende tener contacto con otras culturas, por lo que busca interactuar con destinos receptores para conocer sus actividades rutinarias, su historia, la evolución de su economía, de la ciencia, de la naturaleza, de las distintas expresiones del arte, es decir, “persiguen intercambiar con los habitantes locales para descubrir una cultura diferente, un modo de vida distinto, comer platos locales e incluso experimentar costumbres”4.