Maximiliano Korstanje
Para mediados del siglo XX, los diversos avances técnico-científicos en Europa y Estados Unidos, asociados con una reducción en el tiempo de trabajo, mayor comodidad y tiempo de ocio como así también un aumento progresivo de los salarios, se han constituido en factores de peso para consolidar al turismo (o industria de los viajes) como una actividad masiva y comercial a nivel mundial. En consecuencia, dentro de la comunidad académica existe consenso en afirmar que el viaje y el desplazamiento son parte inherente al turismo como fenómeno orientado a lo lúdico y placentero (Santana-Talavera, 2006); la cantidad de turistas y viajeros en todo el mundo no sólo se ha incrementado en las últimas décadas sino que también continúa en asenso como muestra de las mejoras en el nivel de vida de las sociedades industrializadas (Frechtling, 1993) (Khatchikian, 2000: 250) (Getino,
2002:17) (Schluter, 2003: 42-46) (Korstanje, 2007:25) (Urry, 2007: 20). Al respecto, J. Urry afirma “anualmente se consignan más de 600 millones de arribos de pasajeros internacionales (compárese con los 25 millones de 1950); a toda hora 300.000 personas sobrevuelan los Estados Unidos (cantidad equivalente a la población de una importante ciudad); medio millón de nuevas habitaciones de hotel son construidas cada año en el mundo entero” (Urry, 2007: 17).
Según número de la Organización Mundial de Turismo en 1974 se registraban un total de 515 millones de pasajeros aéreos transportados en todo el mundo, mientras en 1976 ese monto subió a 576 millones, en 1979 a 754 millones y en 1984 a 860 millones. Asimismo en kilómetros recorridos por pasajero, en 1974 se registraban 790 kilómetros, mientras 1976 ese número ascendía a 825 kms, en 1979 a 874 y en
1984 a 907.