Uno de los elementos más básicos de la construcción es la infraestructura de la región, la cual consiste de toda la superficie y el desarrollo de la construcción sobre esta tal. Como son el sistema proveedor de agua, líneas de gas, sistema de drenaje, carreteras, vías de comunicación y muchas facilidades comerciales (Goeldener y Ritchie, 2011, p. 329).
Blanco (2008: p. 18) define la infraestructura turística como la dotación de bienes y servicios con que cuenta un territorio para sostener sus estructuras sociales y productivas y como tal condiciona el desarrollo turístico.
Forman parte de la misma los siguientes:
La infraestructura general es la base para que un destino se encuentre en condiciones que permitan a la población la facilidad de desarrollarse como una sociedad activa. Por su parte la infraestructura turística como se mencionó permite el desarrollo turístico, es por ello que deben existir planes estratégicos y gestiones para que cada destino mantenga dicha infraestructura de modo que el turista disfrute y se sienta cómodo de acuerdo a las instalaciones o servicios que este requiera.
La tabla 2 presenta cada uno de los componentes que integran la infraestructura básica general de cualquier destino, mismos elementos que son indispensables para facilitar la estancia de los turistas.
De acuerdo con la Secretaría de Turismo (2005) la infraestructura turística debe estar a disposición de todas las personas que integran una comunidad, sean residentes o visitantes, su función básica es satisfacer las necesidades de la comunidad.
Necesidades: Salud, educación, recreación, accesibilidad, agua, electricidad, saneamiento, etc., cuando se habla de infraestructura (p. 76).
Otro de los componentes de la oferta turística son los atractivos turísticos los cuales son el motivo principal del desplazamiento de los turistas.
La Secretaría de Turismo (2002) afirma que los atractivos realmente auténticos son aquellos que no han sido “inventados”, paisajes naturales o aspectos de la cultura local que son únicos, no se pueden copiar y constituyen una ventaja competitiva. Por el contrario, hay regiones que dependen de atracciones creadas por el hombre tales como casinos o parques temáticos. Dicho tipo de atracciones presentan un mayor riesgo ante la competencia porque no ofrecen nada que no pueda ser replicado en otro lugar y han de introducir cambios constantemente para mantener su posición competitiva (p. 30).
Asimismo, la Secretaría de Turismo (2002) explica que para que los recursos se conviertan en atracciones turísticas es necesario un cierto grado de desarrollo que los haga atractivos, accesibles y visitables (p.33).
Gartner, William (1996) menciona que las atracciones tienen el poder de “atraer” visitantes y pueden estimular el crecimiento turístico. Sin atracciones que generen visitas, el potencial de un destino quedará sin explotar. Las atracciones pueden ser muy diferentes y atraerán la atención de segmentos diferentes de la demanda aunque, las condiciones del entorno en que se encuentra, así como el modelo de desarrollo turístico (tipo y densidad de construcciones, etc.), también tendrán una influencia en el atractivo final del destino.
Law (1993) señala que dos factores contribuyen al atractivo de una región turística. Primeramente aparecen el clima, ecología, tradiciones culturales, arquitectura tradicional, y las formaciones de la tierra. Segundo los destinos son el desarrollo introducido específicamente para turistas, como hoteles, transportación, actividades y atractivos (p. 14).
Tabares (2007) explica que dentro de los atractivos turísticos es importante estudiar su jerarquización, ya que ésta determina la calidad de los mismos, o sea, la razón principal de la inversión. Desde luego, si son de baja calidad la productividad será escasa debido a la poca demanda (p.14).
Goeldener y Ritchie (2011) citan a Gum (1972) quien opina que sin atracciones turísticas no habría turismo. Sin turismo no habría atracciones turísticas (p.291).
Asimismo, Goeldener y Ritchie (2011) explican que las atracciones se pueden clasificar en diferentes maneras (figura 7). Una de las categorías que primero se vienen a la mente es parque temático o de diversiones. Los antecedentes de estas atracciones datan desde Europa medieval, cuando los jardines de place fueron creados. Estos jardines fueron los precursores de los parques de hoy en día, juegos de feria, fuegos artificiales, baile y juegos (p.211).
La tabla 4 presenta otra clasificación de atractivos turísticos propuesta por Boullón (2004) la cual se divide en 4 principales categorías conformadas por un gran número de atracciones turísticas.
Según Gartner (1996) una atracción turística puede ser un lugar singular o varias atracciones pequeñas agrupadas. Casi cualquier cosa se puede convertir en una atracción turística con la dosis adecuada de imaginación, planificación y desarrollo. Es por ello que existen tres posibles estrategias:
1. Desarrollar atracciones totalmente artificiales, por ejemplo:
2. Promover la práctica de actividades recreativas en lugares con cierto atractivo, pero que quizá por si solos no justificarían un viaje. Esta opción puede requerir el desarrollo de pequeñas infraestructuras y medios organizativos (puentes, senderos, pasarelas, muelles, observatorios de pájaros, etc.) que faciliten la práctica de actividades deportivas y recreativas tales como: ciclismo, senderismo, pesca, observación de pájaros, etc.
3. Agrupar atracciones del mismo tipo o relacionadas para crear una ruta o marca de destino que aumente el valor del conjunto, ejemplos: Tesoros Coloniales del centro de México o la Ruta Maya. Como dice Gartner “un edificio antiguo es un edificio antiguo, pero diez edificios antiguos forman un casco histórico”. De este modo, atracciones que por sí solas no tendrían suficiente poder de atracción, pueden agruparse con otras similares y pasar a convertirse en una atracción primaria para estancias o turismo itinerante. Ello no sólo incrementará su poder de atracción, sino que disminuirá los costes de promoción (economías de escala) y mejorará la oferta de actividades. Otros ejemplos de este tipo de enfoque son: la Ruta del Esclavo (África), Ruta de la Seda (Asia), Camino de Santiago (España), Ruta del País Cátaro (Sur de Francia), etc.