1.3 OTRA MIRADA DE LA RELACIÓN ECONOMÍA Y CONTABILIDAD
En la línea de Investigación en Contaduría Internacional Comparada de la Universidad del Quindío, a la cual pertenezco, se está adelantando un macro-proyecto orientado al análisis de modelos contables en uso y a la formulación de una estructura para la construcción de modelos contables pertinentes a los entornos en los cuales se aplica, de conformidad con las necesidades de los usuarios de dichos informes.
En el desarrollo de la investigación titulada “Análisis del concepto de responsabilidad social corporativa y su relación con los estándares internacionales de reportes financieros IFRS emitidos por el Consejo de Estándares Internacionales de Contabilidad IASB”, se efectuó una exhaustiva revisión bibliográfica que permitió analizar el componente gnoseológico para determinar la ubicación de la contabilidad en el campo del conocimiento, asumiendo para el presente trabajo, las diferentes definiciones de algunos autores que la relacionan con la economía, indistintamente de si pertenecen o no a la Escuela Económica de la Contabilidad, la cual quedo publicada en el libro virtual de Mora Roa, Gustavo; Montes Salazar, Carlos Alberto y Mejía Soto, Eutimio.(2011) Contabilidad Internacional y Responsabilidad Social de las Organizaciones, Edición electrónica gratuita. Texto completo en www.eumed.net/libros/2011b/949/, del cual se presenta a continuación algunos apartes:
1.3.1. Con respecto a la ubicación de la Contabilidad en el campo de conocimiento:1.3.1.1. Contabilidad como ciencia: Mora, Montes y Mejía (2011, 20-24) citan algunos autores que definen la Contabilidad como ciencia:
“La contabilidad es una ciencia social de naturaleza económica que tiene por objeto, mediante un método especifico, elaborar información en términos cuantitativos, relativa a la realidad económico-patrimonial que se da en una unidad económica para que los usuarios de la información puedan adoptar decisiones en relación con la expresada unidad económica” (Muñoz Merchant2003) (resaltado fuera de texto).
Esta relación de la contabilidad con la unidad microeconómica – empresa - igualmente se reafirma en la definición de Patón W.A. y Stevenson R.A, citados por García Casella (2001), cuando expresa que “La contabilidad es aquella ciencia que trata sobre los métodos de registración de las transacciones en los negocios y que interpreta las argumentaciones asentadas en libros y documentos para que así el lego pueda tener una clara concepción de la exacta posición financiera o gerencial de la firma o empresa, tanto como un todo como por partes”(resaltado fuera de texto) 1
“En un sentido amplio la contabilidad es una ciencia que intenta presentar y clasificar las estadísticas de la propiedad y los derechos de propiedad de la empresa de negocios” (Carnap, 1934, citado por García Casella, 2001)
“La contabilidad es una ciencia económica que atiende a la información explicativa, predictiva y de control, de la medida y agregación del valor de la riqueza y de la renta generada en el intercambio de los sujetos privados y públicos” (Mallo Rodríguez, 1991, citado por García Casella, 2001).
Del mismo modo se afirma que "La Contabilidad es la Ciencia que deduce de la teoría económica y jurídica el conjunto de principios que deben regular el registro ordenado de las operaciones económicas ejecutadas en un patrimonio hacendal, a fin de conocer, orientar y criticar una actuación económico-administrativa". (Lluch Capdevilla 1951, citado por Tua Pereda, 1995, 129).
"La Contabilidad es una ciencia de naturaleza económica, cuyo objeto es el conocimiento pasado, presente y futuro de la realidad económica, en términos cuantitativos a todos sus niveles organizativos, mediante métodos específicos, apoyados en bases suficientemente contrastadas, a fin de elaborar una información que cubra las necesidades financieras y las de planificación y control internas" (Cañibano, 1979, 33).
Igualmente la contabilidad se define como una "Ciencia del grupo de laseconómico sociales, que estudia y analiza el patrimonio, en sus aspectos estático y dinámico, establece normas para su correcta representación valorada y para el registro de las operaciones y de las previsiones, controlando los resultados; todo ello para facilitar la cuidadosa administración y el gobierno eficiente de la masa de riqueza poseída por cada ente, público o privado (microeconomías), y por conjuntos de entes armónicamente estructurados (macroeconomías)" (Goxens, 1970, citado por Tua Pereda, 1995, 138).
"La Contabilidad, como cuerpo de conocimientos, es una ciencia empírica, de naturaleza económica, cuyo objeto es la descripción y predicción, cualitativa y cuantitativa, del estado y la evolución económica de una entidad específica, realizada a través de métodos propios de captación, medida, valoración, representación e interpretación, con el fin de poder comunicar a sus usuarios información objetiva, relevante y válida para la toma de decisiones". (Gonzalo, 1983, citado por Tua Pereda, 1995, 183).
“La contabilidad es una ciencia económica que atiende a la información explicativa, predictiva y de control, de la medida y agregación del valor de la riqueza y de la renta generada en el intercambio de los sujetos privados y públicos” (Mallo Rodríguez, 1991, citado por García Casella, 2001, 114)
Según lo expuesto por Contreras y Molina (2001) citando a Osorio (1998), cuando se ubica la contabilidad en el campo de las ciencias, esta no limita su objetivo a la mera información, sino que se extiende a la interpretación de los fenómenos propios de la circulación económica, criterio que está ganando terreno en los últimos trabajos de investigación.
Como una primera conclusión se puede evidenciar que la mayoría de los autores que han construido una definición de Contabilidad la han ubicado como una ciencia social de naturaleza económica que da cuenta de la realidad económica patrimonial, que permite igualmente visualizar la situación financiera de la empresa o negocio, considerada como unidad económica.
En el mismo sentido definen la Contabilidad como una Ciencia que deduce de la teoría económica y jurídica, entre otras, el conjunto de principios que deben regular el registro ordenado de las operaciones económicas ejecutadas en el desarrollo del objeto social de un ente económico, a fin de conocer, orientar y cuestionar una actuación económico-administrativa que permita tomar decisiones a partir del conocimiento pasado, presente y futuro de la realidad económica, es decir, que dé cuenta del estado y la evolución de la economía de la empresa, la cual atiende con la información explicativa, predictiva y de control sobre la medida y agregación del valor de la riqueza y de la renta generada en la circulación económica entre sujetos privados y públicos.
1.3.1.2. Contabilidad como disciplina, técnica, arte, rama, sistema: También se puede evidenciar en Mora, Montes y Mejía (2011, 24-27) que algunos autores han construido una definición de Contabilidad, la cual han ubicado como disciplina, técnica, arte, rama, sistema o herramienta, entre otros conceptos, guardando igualmente relación con el campo de la economía, así:
La contabilidad como “Disciplina tiene por objeto registrar las transacciones de carácter financiero, efectuadas por una entidad y, con base en dicho registro, suministrar información financiera estructurada en forma tal que sea útil a los administradores de la entidad y a otros interesados en ella” (Vartkes, 1995).
“La contabilidad no es meramente una colección de técnicas y procedimientos que se aprenden por regla; es una disciplina académica intelectualmente demandante con un cuerpo central de teoría derivada de los objetivos económicos y sociales y de la relevancia de la contabilidad” (Morrison, 1970, citado por García Casella, 2001, 179).
La contabilidad “es una disciplina que se refiere a las descripciones cuantitativas y predicciones de la circulación de la renta y los agregados de riqueza por medio de un método basado en un conjunto de supuestos básicos” (Mattessich, 1964, citado por Tua Pereda, 1995, 173).
La contabilidad es la "técnica que se utiliza para producir sistemática y estructuradamente información cuantitativa expresada en unidades monetarias de las transacciones que realiza una entidad económica y de ciertos eventos económicos identificables y cuantificables que la afectan, con el objeto de facilitar a los diversos interesados el tomar decisiones en relación con dicha entidad económica." (IMCP, 1973, citado por Tua Pereda, 1995, 40).
"La Contabilidad es un arte en el sentido de que requiere agudeza de juicio y conocimientos desarrollados a través del estudio intensivo. Es una ciencia, en el sentido de que es rigurosa, maneja mediciones y se relaciona con otras ciencias, tales como la estadística y la economía". (Matulich y Heitger, 1980, citado por Tua Pereda, 1995, 175).
“Rama de la contaduría que sistematiza, valúa, procesa, evalúa e informa sobre transacciones financieras que celebran las entidades económicas” (Elizondo, 2003).
"La Contabilidad es un sistema de medida y comunicación para proveer información económica y social con respecto a una entidad identificable, que permita a sus usuarios juicios informados y decisiones conducentes a la colocación óptima de recursos y al cumplimiento de los objetivos de la organización". (Langenderfer, 1973, citado por Tua Pereda, 1995, 169).
“Es la herramienta que se utiliza para elaborar la información de carácter económico y financiero. Proceso que recoge y selecciona información económico-financiera relevante, la interpreta y la registra, mostrando como producto final unos informes que sirven al usuario de los mismos en la toma de decisiones” (Segovia, 2008).
En conclusión, la contabilidad algunos autores la definen como disciplina, técnica, sistema, arte y herramienta, con el objeto de registrar las transacciones de carácter financiero y económico, efectuadas por una unidad económica y con base en dicho registro, suministrar información estructurada sobre la circulación de la renta y los agregados de riqueza en forma tal que, una vez analizada e interpretada, sea útil para la toma de decisiones económicas por parte de los administradores y otros interesados en ella; relacionándola con la economía en su concepción micro.
1.3.1.3 Normativa Internacional: En el campo de la normativa internacional se puede señalar como referente conceptual de la relación de la Contabilidad con la Economía, el citado en Mora, Montes y Mejía (2011,28):
Según Gonzalo y Tua (1988) “…es lícito hablar de la Contabilidad Internacional como disciplina en formación, con un pasado que justifica su consideración como tal, pero, sobre todo, con un futuro prometedor, en función de los movimientos y fenómenos económicos que la proyectan como una necesidad ineludible, para que la comunicación de información financiera empresarial adquiera relevancia entre usuarios de diferentes países.”
En conclusión, la contabilidad es una disciplina que al registrar fenómenos económicos, resulta ser muy útil para los usuarios de los diferentes países interesados en dicha información financiera.
1.3.1.4. En los últimos desarrollos en materia de Contabilidad social, algunos autores citados por Mora, Montes y Mejía (2011, 30-31) tienen la siguiente conceptualización:
“La contaduría es una práctica social, fundamentada en un conjunto de conocimientos económicos, administrativos, humanísticos, matemáticos, éticos y jurídicos, aplicados con relación a la contabilidad como disciplina central, con el propósito de elaborar y comunicar información sobre la actividad económica social desarrollada por una organización” (Uribe Piedrahíta, 2006).
Cuando se establece la relación entre contabilidad y sociedad, se abre paso a la denominada contabilidad social, en la cual se abarcan dos niveles: “el macro y micro 2 en torno al sistema económico y social, en las organizaciones o entidades en que se desenvuelven estos sistemas” (Machado, 2004).
Desde el campo del conocimiento, la contabilidad social es considerada una rama de la contabilidad, permitiendo que los avances producidos desde la contabilidad social impacten en la contabilidad para medir, captar, interpretar, conocer y controlar la realidad social relacionándolo con el ámbito financiero, económico y administrativo. (Machado, 2004).
Tua Pereda, (1995) al igual que Moisés García (citado por García Fronti, 2006, 121, 123) le da un carácter de disciplina científica a la contabilidad, pero que a su vez debe estar vinculada a una realidad económica, además debe facilitar la toma de decisiones a los usuarios y no basta con poseer un contenido financiero sino social para que la organización ejerza una responsabilidad social.
Para la AAA 3 citado por Machado (2004) la contabilidad social es “la ciencia o técnica de la medición e interpretación de actividades y fenómenos de naturaleza económica y social esencialmente”, revelando los esfuerzos sociales y el impacto causado.
En conclusión, respecto al estudio de la contabilidad social se han encontrado pocos autores que han mostrado el componente social de la empresa y/o la agregación de las variables económicas de un país, como importante dentro de la contabilidad y la cuantificación de los impactos. Sin embargo la disciplina contable está catalogada como una práctica social aparentemente fundamentada en la economía y la administración, entre otros saberes, cuyo propósito es reflejar la realidad económica de las organizaciones, enmarcadas en un entorno social y ambiental, que proporcionará información a unos usuarios internos y externos que tomaran decisiones de tipo económico-financiero pero también socio ambiental, afectando positiva o negativamente a una comunidad, y contribuyendo o no al desarrollo económico y social de los diferentes entornos empresariales.
1.3.2 Con respecto al objeto de estudio de la contabilidadMora, Montes y Mejía(2011, 34-37) citan algunos autores:
García Casella (2001) referencia a Lisdero quien considera que el campo de estudio de la contabilidad es:
Mallo Rodríguez citado por García Casella (2001) expresa que “La contabilidad como ciencia general no se ha limitado lógicamente al campo de la empresa……sino que puede aplicarse a toda la realidad económica privada, semipública o pública”.
El enfoque económico se ubica en el objeto de la contabilidad, al representar información sobre la actividad económico social(Uribe, 2006).
Araujo (2007) afirma que el objeto de la contabilidad son los recursos, entendiéndose por recursos “todas aquellas cosas, acerca de las cuales hay un interés de un sujeto, ya que tiene una potencialidad para satisfacer necesidades, es decir, es socialmente considerado, como útil”. Pero estos deben ser identificados de manera tangible, “por ejemplo, la contabilidad se ocupa de los recursos financieros, establecer el flujo de fondos y efectivo, cómo se obtienen y cómo se aplican esos recursos financieros”. Los recursos económicos son medibles en cuanto a los costos que implican la producción y la maquinaria. El reconocimiento de estos recursos le da un carácter interdisciplinario a la contabilidad.
Igualmente cita los aportes hechos por otros autores que definen el objeto de estudio en la contabilidad así: Para Rafael Franco, es la riqueza; Danilo Ariza, afirma que es el patrimonio, últimamente ha propuesto que es el control, y muchos otros hablan de la información. En general, la contabilidad informa sobre el patrimonio y la riqueza como acumulación de utilidad. Dicha utilidad está en función de una concepción y uso particular de los recursos.
García Fronti (2006) cita a Moisés García quien le da a la contabilidad el carácter de disciplina científica al servicio del análisis económico básico, y presenta la nueva contabilidad como aquella que tiene por objeto el estudio y conocimiento del sistema de circulación económica, que para poder realizarse es necesario emplear el análisis circulatorio.
Continúan Mora, Montes y Mejía (2011, 37 y 38) señalando que si se analiza el objeto de estudio en la Normativa Internacional esta se delimita exclusivamente a lo económico y financiero; para las Normas el fin último de la contabilidad es generar información financiera que sea útil para la toma de decisiones económicas, de allí que dentro del Marco Conceptual se identifica lo siguiente:
“El objetivo de los estados financieros es suministrar información acerca de la situación financiera, desempeño y cambios en la posición financiera. Se pretende que tal información sea útil a una amplia gama de usuarios al tomar sus decisiones económicas.” (Marco IASB, 2009, 12)
“Los estados financieros preparados con este propósito cubren las necesidades comunes de muchos usuarios. Sin embargo, los estados financieros no suministran toda la información que estos usuarios pueden necesitar para tomar decisiones económicas, puesto que tales estados reflejan principalmente los efectos financieros de sucesos pasados, y no contienen necesariamente información distinta de la financiera.” (Marco IASB, 2009, 13)
“Las decisiones económicas que toman los usuarios de los estados financieros requieren una evaluación de la capacidad que la entidad tiene de generar efectivo y equivalentes al efectivo, así como la proyección temporal y la certeza de su generación. En último extremo, esta capacidad determina, por ejemplo, la capacidad de una entidad para pagar a sus empleados y proveedores, satisfacer los pagos de intereses, reembolsar préstamos y efectuar distribuciones a los propietarios. Los usuarios pueden evaluar mejor esta capacidad para generar efectivo y sus equivalentes si se les suministra información centrada en la situación financiera, el desempeño y los cambios en la posición financiera de una entidad. (Marco IASB, 2009, 15)
Respecto a la nueva conceptualización sobre la Contabilidad Social Mora, Montes y Mejía (2011, 39 y 40) citan la definición de otros autores, tal es el caso de Patón, William A, y Gay, Edwin F. (1962), que son citados por Canetti (2005) donde sostienen que la contabilidad “tiene por finalidad reunir e interpretar los datos financieros de las entidades comerciales”, además a partir de ello sirva de soporte para la toma de decisiones, tener en cuenta las diversas necesidades de los stakeholders y la organización, añade que esta información debe “lograr determinaciones justas de derechos a la luz de las normas vigentes de conducta y la relación económica”. Para Canetti esta última definición considera a la contabilidad en un campo social.
Machado (2004) hace referencia a los diversos agentes como lo son las empresas, el Estado, la comunidad y la familia. Añade también que “el carácter social de la contabilidad se lo concede el objeto de conocimiento representado en las variables de tipo social que son impactadas por las relaciones que en los sistemas económicos y sociales, establecen diversas entidades contables agregadas como agentes económicos y sociales”
El American Accounting Association no establece una definición propia de contabilidad social, utiliza la genérica de la contabilidad: “La contabilidad es la técnica y/o ciencia de medición e interpretación de las actividades y fenómenos que son de naturaleza económica y social esencialmente.”
Concluyendo, se puede afirmar que para la mayoría de los autores, el objeto de estudio de contabilidad se encuentra en la realidad económico - social, la cual debe tener carácter medible para que se pueda registrar, informar, analizar e interpretar por parte de los usuarios o de los diversos grupos de interés, con especial atención en el patrimonio y la acumulación de riqueza de la entidad, no sólo en el ámbito de lo privado sino también en lo público.
En el aspecto internacional, el objeto de estudio de la contabilidad está centrado principalmente en la realidad económico – financiera actual, que permite a los usuarios empresariales y financieros tomar decisiones de carácter económico, pero relacionado principalmente con la capacidad de la organización para generar efectivo, lo cual conserva el objeto de la contabilidad en el ámbito microeconómico.
En el campo de la contabilidad social, existe un sistema económico y social del cual surgen variables de tipo económico – social, que constituyen el objeto de estudio de la disciplina contable. Aunque tradicionalmente el enfoque dado al objeto de estudio de la contabilidad ha sido económico – financiero, cada vez es más evidente la necesidad de incluir el aspecto social y ambiental para que verdaderamente se atienda a las necesidades de información del mundo actual.
1.3.3 Respecto a los métodos en Contabilidad.Mora, Montes y Mejía (2011, 43-45) citan autores como Romero (2004) el cual considera que la contabilidad utiliza los métodos deductivo, inductivo y científico.
El método científico aplica el método inductivo en tres etapas: la observación, que busca obtener una percepción clara y exacta de los fenómenos estudiados; la hipótesis, que se basa en suposiciones proyectadas en el campo de las posibilidades y la experimentación que es la provocación del fenómeno de acuerdo a la voluntad del investigador.
“La contabilidad tiene sus propias leyes y enumera sus juicios científicos y procede a sus indagaciones con los métodos propios de cualquier ciencia; métodos inductivos y deductivos de cualquier naturaleza, y que en particular se vale de los métodos contables y estadísticos para individualizar, relevar y exponer los fenómenos patrimoniales interpretados de tales indagaciones y representación con el complejo de conocimiento que le son propios” (Bertora, 1975, citado por García Casella, 2001, 101).
Los métodos apropiados para el estudio de la contabilidad son las “Estructuras lógicas y sistemas deductivos; la medición e inducción; las relaciones de comportamiento; la responsabilidad y responsabilidades normativas” (Devine, 1960, citado por García Casella, 2001, 135).
Para García Casella (2001,168) la contabilidad económica logra alcanzar su objetivo mediante tres métodos: el método del valor agregado, el método del ingreso, y el método del gasto.
Uribe Piedrahita (2006) considera que la metodología de la contabilidad utiliza enfoques generales y particulares. Dentro de los generales los más utilizados por la contabilidad son: el enfoque deductivo que se caracteriza por ir de lo general a lo particular y de la teoría a la práctica; se inicia con los objetivos, características y la relación con el entorno económico social de la contabilidad para derivar los principios, normas técnicas y reglas de procedimiento. El enfoque inductivo es un proceso va de la práctica a la teoría, es decir, de lo particular a lo general; este enfoque en el análisis separa el todo en sus partes para estudiarlas individualmente y elaborar conclusiones sobre el todo. El enfoque de la síntesis va de lo simple a lo complejo, se refiere tanto a la acción de unir, como al todo producido con la unión de las partes.
Entre los métodos particulares más utilizados en contabilidad se tienen: el enfoque pragmático cuyo propósito es examinar y describir las prácticas vigentes, va de la práctica a la teoría, aunque no la desarrolla; y el enfoque comunicacional plantea que las necesidades de información de los usuarios constituyen la base para desarrollar las normas, principios y en general la teoría.
Considera Uribe Piedrahita (2006) la existencia de otros enfoques que influyen en el desarrollo de la teoría contable, ayudando o colaborando con otros métodos como son: enfoque de la conducta (las teorías adecuadas son las que conducen a la toma de buenas decisiones), enfoque sociológico (las teorías adecuadas sirven para suministrar información sobre el bienestar social), enfoque macroeconómico (las teorías adecuadas sirven para proporcionar información económica), enfoque ético, enfoque no teórico, enfoques elípticos.
Richard Mattessich citado por Suárez (2001a) afirma que “en contabilidad la sofisticación procede de la adaptación de los métodos y técnicas prestadas de otras disciplinas; sobre todo de ciencias como las matemáticas, la investigación operativa, la economía, las finanzas, ciencias del comportamiento e informática, pero también del derecho, la pedagogía y la filosofía, así como de la historia y la arqueología”. Respecto a la contabilidad ambiental y social convoca de forma directa la relación con la hidrología, biología, física, química, sociología, geología y la arqueología.
Mora, Montes y Mejía (2011, 45-49) señalan que el proceso que llevó a cabo el IASB para la creación de un Marco Conceptual para la Contabilidad es el seguido para la emisión de Normas Contables en los Estados Unidos, por su organismo emisor FASB, según el análisis hecho por Gonzalo y Tua (1988).
Las etapas de este proceso según Tua Pereda, mencionado con anterioridad en este trabajo son: el Subprograma de Aceptación Generalizada4 , el Subprograma Lógico5 y el Subprograma Teleológico6
Finalmente la contabilidad utiliza diferentes teorías, entre otras como las siguientes:
En conclusión la contabilidad no tiene un método de investigación único que lo identifique; según los aspectos evaluados, diferentes procesos regulativos han utilizado diversos métodos de estudio en la contabilidad.
En la actualidad, el método más utilizado es el método deductivo, que reconoce la necesidad de identificar los rasgos característicos del entorno económico y social para posteriormente derivar unos principios contables.
Existe igualmente el enfoque macroeconómico que son las teorías adecuadas que sirven para proporcionar la información económica.
La inclusión de los aspectos sociales y ambientales, necesariamente generan una visión distinta de la metodología contable, exigiendo la apertura de métodos concebidos y propios de las ciencias sociales y del ambiente.
1.4 A manera de conclusión sobre la relación de la Economía y la Contabilidad:Tal como lo planteaba Vlaemminck (1961, 1) “la historia de la técnica de las cuentas data de la más remota antigüedad, puesto que se confunde con la historia de la economía. En efecto, todo progreso económico viene necesariamente marcado por el nacimiento del desarrollo de técnicas que le sirven de apoyo y de auxilio”
A manera de referencia el primer periodo, que comprende desde la antigüedad hasta la alta edad media, aproximadamente al inicio del siglo XIII, como parte de la etapa histórica definida como de la contabilidad empírica (Álvarez 2001, 13), se “caracteriza por la inexistencia de sistemas contables completos, aunque si se muestra (…) una permanente preocupación social por el mantenimiento de sistemas contables en coordinación con el desarrollo de las actividades económicas”.
Posteriormente la transformación de la partida simple en la partida doble, se da gracias al auge comercial, el desarrollo de las operaciones de crédito, al nacimiento de las sociedades comerciales y la representación comercial bajo la forma de contratos de mandato o comisión, tendencia que constituye la aparición del mercantilismo, antesala del capitalismo.
Este proceso contable finaliza en un sistema más completo, lógico y coherente hasta llegar a la partida doble, que es el resultado de las dinámicas de la empresa y su entorno económico y político, cuyas operaciones se hacían más complejas y donde los contadores no tenían una teoría que los guiara, es decir, la realidad económica de la empresa era el motor de la evolución de la contabilidad. Se puede considerar en este periodo el siglo XVI como el de más rápida difusión de la partida doble que se dio en las regiones más comerciales y financieras de Europa(Italia, Alemania, Inglaterra, España y Países Bajos), respondiendo así a esa necesidad real, ya que se adaptaban a la perfección los registros a las nuevas complejas operaciones económicas.
La decadencia del pensamiento sobre la técnica contable de Italia se inicia en el siglo XVII y se acentúa en el siglo XVIII, como consecuencia del marasmo económico al que contribuyeron las guerras y la inestabilidad política de esta nación, que era hasta el siglo anterior cabeza del comercio internacional.
La importancia de la literatura contable Francesa se inicia en el siglo XVII donde la contabilidad abandonará el plano de la simple teneduría de libros y algunos autores trataran de elaborar una teoría de las cuentas. Francia logra su mayor expansión en el siglo XVIII, seguida por la Gran Bretaña y Alemania, en tanto que se ve entrar por primera vez en las corrientes de los estudios contables a Estados Unidos, Suiza y Portugal, lo cual coincide con la génesis del capitalismo en dichos territorios.
La contabilidad industrial atrae a los autores contables básicamente a partir del siglo XIX, como resultado del impacto del maquinismo en el desarrollo de la empresa, fruto de la revolución industrial.
La literatura contable del siglo XIX o “Siglo de los contrastes”, corresponde a la necesidad de explicación de las nuevas dinámicas económicas del capitalismo a partir del simple hecho del registro y control de la nueva empresa capitalista y su propietario, en la búsqueda de alcanzar la ganancia, tipo de empresa que empieza a desarrollarse como tal a finales del siglo XVIII.
El siglo XX, conocido como “el siglo de la organización científica”, toma una nueva orientación con una serie de importantes estudios, que se desarrollaron a partir de la primera guerra mundial, donde la técnica contable sigue buscando el camino de prestar los servicios que razonablemente pueden esperarse de ella por las nuevas disciplinas de la organización científica y la economía de la empresa, lo cual obliga a considerar la contabilidad desde un ángulo nuevo, ya no como una técnica autónoma como pensaban algunos autores y no pocos contemporáneos. De otra parte se desarrolla una poderosa corriente de pensamiento contable que ha estimulado el nacimiento de múltiples ramificaciones, que cada vez hace más difícil trazar unos claros límites de separación entre autores y doctrinas, así como aplicaciones de la contabilidad a nuevos campos como el social y ambiental.
La Contabilidad de Gestión es una nueva concepción en la orientación de la contabilidad en los Estados Unidos, la cual data desde principios del siglo XX, y se ha venido generalizando en otros países anglosajones al igual que en los de la Euro zona, entre otros, como un método hacia el control de gestión para que sean utilizados por los directivos para basar sus decisiones, superando así la idea de considerar la contabilidad como un valor tradicional legado por el pasado y entendida solo por un número reducido de personas.
En esta perspectiva se desarrolla inicialmente los trabajos de los autores americanos en relación con la contabilidad especialmente industrial, pero no se trata solo de determinar el costo de los productos, se quiere es orientar los métodos hacia el control de gestión. Así las cosas, los pensadores de esta corriente contable consideran la contabilidad como un método al servicio de las empresas, donde la organización de la contabilidad forma parte de la organización general de la empresa, por ende debe necesariamente adaptarse a la misma, constituyéndose en uno de los mejores instrumentos de coordinación y de control.
Los métodos de la contabilidad de gestión están adaptados a las ideas de descentralización de autoridad y responsabilidad y tienden a ser un instrumento coordinador hacia un mismo objetivo común de todas las unidades descentralizadas, que permita un control eficaz, fácil y rápido de los directivos para con los inmediatos colaboradores en las diversas sucursales o agencias y frente a su propietario, estando así buscando respuestas contables a la gran empresa nacional, pero también a la transnacional, muy en boga en el desarrollo de la economía capitalista de los siglos XX y XXI.
La contabilidad se ha convertido en un instrumento esencial para medir el grado de productividad de la empresa moderna. Esta necesaria unión de la contabilidad y la economía, transforma al contador en economista de la empresa. La contabilidad entra a desempeñar un importante papel de contribuir a dotar a la empresa de una racionalidad científica, con el objeto que esta importante célula económica y social, pueda basar sus decisiones, gestionar y cumplir con su cometido propio de lograr la máxima eficacia, utilidad e impacto.
El cálculo del beneficio y del patrimonio, sin importar quien lo recibe y por qué, condujo a la contabilidad a buscar y tomar conceptos fundamentales de la teoría económica, especialmente la microeconomía, suponiendo que así se facilitaría aquel cálculo y la distribución de los recursos.
La empresa aparece entonces en el centro de la vida económica y sus hechos se deben reflejar en las cuentas, pero de manera integral, donde los fenómenos económicos no es lo único que se presenta en la expresión contable.
Finalmente, el desarrollo de los acelerados procesos de globalización de los mercados financieros y de capitales, ha planteado la necesidad para la contabilidad de contar con un marco de regulación internacional, para lo cual se hace necesario dotarla de un soporte teórico que permita la determinación de los conceptos básicos para la definición y desarrollo de la nueva norma contable.
Afirman Cañibano y Angulo citados por Álvarez (2001,39), que “al prescribir el marco conceptual la naturaleza, funciones y límites de la contabilidad financiera y de los estados financieros, el proceso de emisión de normas contables será más fácil y más operativo. Una vez asentadas las bases conceptuales, está delimitado el campo de juego, por lo tanto las reglas que se derivan de ellas tendrán mayor coherencia lógica, se evitaran contradicciones, las discrepancias se resolverán por referencia a las bases comunes, etc.”.
La preocupación central por la búsqueda de unos estándares que apunten al alcance de unos objetivos considerados deseables para los estados financieros y la información contable en la perspectiva inicial del inversor y el emisor bursátil, conduce a la contabilidad, ya no a hablar de principios sino de estándares y la preocupación ya no es por una información única y verdadera, sino la búsqueda de una información válida y útil al usuario empresarial y del mercado bursátil, antes que profundizar en cuestiones teóricas más propias de ambientes académicos en quienes parece delegar esta tarea.
Las consideraciones anteriores permiten apreciar la estrecha relación existente entre los requerimientos contables con las dinámicas económicas, y su incidencia en el desarrollo del pensamiento contable.
De igual manera se han desarrollado numerosos ensayos que buscan fundamentar una doctrina de la contabilidad con la ciencia económica o con el hecho económico, lo cual no es reciente en su historia (desde inicios del Siglo XIX)
Autores como el francés J. Dumarchey consideran que la contabilidad pertenece al grupo de las ciencias económicas y sociales y estudian los relaciones que existen y deben existir entre contabilidad y economía, vínculos estrechos que tienen que existir, ya que la contabilidad no puede referirse más que a cuestiones de producción, distribución y consumo de las riquezas. Gabriel Faure considera que hacer contabilidad es tanto como dedicarse a una clasificación de cifras que permitan describir los acontecimientos económicos que afectan a una empresa y exponer adecuadamente los resultados. Estas visiones hace que críticos como Charles Penglaou, considerara que estos pensadores no hayan situado a la contabilidad en su entorno compuesto también de fenómenos jurídicos, administrativos, financieros, entre otros.
Este aspecto a concluir, es respecto a que en la diversidad de teorías se abordaron múltiples fenómenos que la contabilidad debe abarcar, clasificar y expresar en valor monetario, tales como los fenómenos jurídicos, financieros, económicos, administrativos y fiscales, entre otros, lo que permite observar una segunda relación con la economía, pero sin ser esta la preocupación central y única de esta disciplina contable
Otro importante debate se da frente al rápido empleo en la contabilidad de algunos conceptos de la economía, como por ejemplo el concepto de valor que es esencial para todo teórico que pretenda descubrir, tras la heterogeneidad de las cuentas, un elemento catalizador que las reduzca a una unidad de orden económico. Ante las diferentes concepciones del valor que se observa en el aparte de las doctrinas económicas, advierte el francés J. Dumarchey, sobre los peligros que pueden derivarse al asumir los movimientos de valores de una manera simplista y poco discutible, sin diferenciar valor de precio y su expresión en moneda, sin tenerse la suficiente preparación científica en el terreno económico por parte de los prácticos en contabilidad.
Igual sucede al considerar el concepto del ciclo económico que la doctrina contable no puede asumir como único, pues dicho ciclo es solo uno de los muchos movimientos discernibles en la economía, que se diferencia del circuito económico de producción, distribución, cambio y consumo de los bienes, por consiguiente no puede afirmarse que exista coincidencia entre las cuentas expresadas en unidades monetarias con la realidad económica. Esta observación plantea que la expresión parcial de orden económico en la contabilidad puede ser insuficiente en la comprensión económica del fenómeno contable, además de no permitir una consideración más amplia del hecho contable que se encuentra inmerso en una realidad más compleja, el cual está también íntimamente ligado al derecho y la administración, entre otros.
Así mismo sucede con la aplicación de las nociones de empresa y de capital. Respecto a la empresa piensan algunos teóricos de la contabilidad que no puede asumirse solo desde el aspecto económico: como la organización en la que el empresario aplica los factores productivos a la producción de bienes y servicios, destinados al cambio y para así obtener unos ingresos, con ánimo de conseguir un beneficio; pues se considera que esta visión es una amputación de la realidad para el análisis de la explicación contable de la misma.
Igual sucede para la contabilidad cuando se le asigna la función esencial de expresar los eventos del capital, tales como aportaciones iníciales, ampliaciones posteriores, resultados de las ganancias o pérdidas que lo alteran aumentando o reduciendo su masa, y que se conocen mediante la medición de sus oscilaciones. Se considera que el capital como concepto económico no proporciona un conocimiento contable completo, por ejemplo frente a concepciones jurídicas y administrativas del patrimonio.
Estas críticas que hacen algunos autores a la teoría económica de las cuentas y frente al uso de conceptos empleados por la ciencia económica como valor, ciclo económico, empresa y capital, entre otros, no excluye que se considere a la contabilidad como extraordinariamente importante desde el punto de vista económico. Además la contabilidad suministra a la ciencia económica una parte de los datos que ésta, dentro de su cometido, ha de interpretar y reducir a síntesis que, a su vez, generaran hipótesis explicativas, es así como la contabilidad es una valiosa técnica al servicio de la economía, pues concreta los hechos y, por ende, suministra una base firme a numerosas discusiones económicas.
De igual manera es importante observar que numerosos autores del pensamiento contable científico se adhieren a la teoría económica de las cuentas, perteneciendo a otras escuelas, y solo recurren a la economía para definirla o para expresar el objeto de la contabilidad o en la búsqueda de la aplicación de un método o una técnica. Por consiguiente para los historiadores del pensamiento contable se hace difícil catalogar los autores que deben ser incluidos en la escuela económica y su relación, si no se supera la confusión que existe entre los objetivos de la contabilidad, la naturaleza de las cuentas y la expresión monetaria de las mismas.
Como se observa existen menciones que muestran una relación entre las dinámicas economías y la ciencia contable desde la definición, el objeto y los métodos contables. Autores como Richard Mattessich expresan que “en contabilidad la sofisticación procede de la adaptación de los métodos y técnicas prestadas de otras disciplinas; sobre todo de ciencias como las matemáticas, la investigación operativa, la economía, las finanzas, ciencias del comportamiento e informática, pero también del derecho, la pedagogía y la filosofía, así como de la historia y la arqueología”(citado por Suárez, 2001a, 176), así como con otras ciencias como la metodología de las ciencias, la administración, la ingeniería industrial, entre otras. Sin embargo es claro que la relación del pensamiento contable tiene como esencia facilitar el registro de los hechos económicos al servicio de los usuarios de la información y sus intereses, así como de la necesidad de explicar desde la teoría contable las dinámicas y tendencias del entorno económico, social y ambiental7 .
2El enfoque macro abarca la óptica económica y el micro se refiere a la óptica contable
3 American Accounting Association
4 La Heurística positiva o metodología para desarrollar este subprograma es el método pragmático. Este método ha sido objeto de críticas por ser producto de la práctica con éxito, avalada por un organismo, lo cual no garantiza una teoría razonable y lógica, ni por lo tanto un desarrollo teórico. En consecuencia la general aceptación constituye un mecanismo eminentemente sociológico, de institucionalización de una práctica en uso y, a la vez, de control de calidad de los estados financieros que influye en todo el mundo en la actualidad y por consiguiente también tendrá presencia en las etapas siguientes.
5 Es un método lógico deductivo, predominantemente positivista, ya que, aunque comienzan aparecer aspectos normativos como los objetivos de la información, esto sucede de manera positiva, como externos a la construcción del modelo. La formalización es semántica (por explicación deductiva y no con lenguaje matemático o axiomatización): los postulados describen el entorno, de ellos se infieren los principios básicos; y de estos últimos las reglas para aplicaciones concretas. En este subprograma no se comprende explícitamente el carácter normativo de la contabilidad que comienzan a aparecer en las declaraciones, solo se desarrollan en el subprograma teleológico; tampoco se comprende la diferencia epistemológica entre teoría general y sistemas contables.
6 En esta etapa los organismos responsables de la regulación contable tienen una composición abierta y representativa de los estamentos afectados con la norma; igualmente el proceso de emisión de normas es lento para dar cabida al debate público en busca de consenso y normas depuradas.
7Para ampliar este último tema pueden consultar la Línea de Investigación en Contaduría Internacional Comparada de la Universidad del Quindío las publicaciones de:Mora, Montes y Mejía (2007) y Mejía, Mora y Montes (2008) y Mora, Montes y Mejía (2011)