LAS NUEVAS TIPOLOGÍAS DE TURISMO EN ESPAÑA

LAS NUEVAS TIPOLOGÍAS DE TURISMO EN ESPAÑA

Salvador Moral Cuadra (CV)
Francisco Orgaz Agüera
(CV)
Universidad de Córdoba

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4.3 TURISMO SOCIAL

Historia

El turismo tal y como lo conocemos hoy en día sólo apareció en el siglo XIX. En aquella época, estaba reservado para una élite de la burguesía, puesto que las leyes regulando el trabajo no incluían vacaciones para los trabajadores, que tenían que trabajar todos los días, hasta los domingos. Por eso las posibilidades para irse de vacaciones eran muy limitadas para la gran mayoría de los ciudadanos.
 
En 1936, la adopción por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) del Convenio 52 sobre las vacaciones pagadas marcó el punto de salida del turismo social. El principio de ese convenio también se encuentra en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la cual se afirma que «toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas».
 
Por eso se puede decir que el turismo social nació de una exigencia ética reivindicada por militantes cuya legitimidad se basa en un derecho, el derecho al turismo, que es una prolongación natural del derecho al trabajo, al descanso y a las vacaciones pagadas.

En este contexto, unos años más tarde, en 1963, se creó el Buró Internacional del Turismo Social (BITS) cuyo mayor fundador, Arthur Haulot, garantizó durante largos años la promoción y el desarrollo del turismo social a nivel mundial. (BITS, 2011)
 
Concepto

El concepto de turismo social lleva implícito la democratización del turismo, es decir, el disfrute generalizado y sin exclusiones de toda la población de un ocio y turismo (Foro Europeo de Turismo Social. Budapest 2005). El objetivo principal del turismo social es poner al alcance de un amplio sector de población, caracterizado por tener escasos recursos económicos y ciertas dificultades, la posibilidad de acceder al desarrollo de la actividad turística, se trata por tanto, de crear las condiciones necesarias que permitan el acceso al turismo de grandes capas de la población las cuales, ya sea por lo módico de sus recursos financieros, falta de costumbre, formación o información, han permanecido al margen de los movimientos turísticos (Grupo de trabajo de turismo social de la OECE, 2002).

Uno de los elementos fundamentales que ha favorecido el desarrollo de esta tipología de turismo es su contribución a la desestacionalización de la actividad turística, especialmente en zonas de litoral, ya que de esta forma permite que se produzca actividad turística más allá de la época estival, haciendo de esta forma que los establecimientos hoteleros puedan prolongar su actividad más en el tiempo.

Tal y como apunta Arthur Haulot en su libro “Turismo social”, en el curso de los últimos años, la evolución del turismo social que engloba los movimientos de centenas de millones de personas, ha hecho progresos considerables en muchas aspectos, tales como la legislación, aumento de las masas favorecidas, esfuerzo financiero en lo que a equipamiento técnico se refiere. Sin embargo, encontramos ciertos obstáculos, destacando el problema de satisfacer la demanda, las condiciones que permitan adecuar la capacidad de compra de la clientela y las exigencias de rentabilidad de las instalaciones y equipamiento.

Las soluciones que se presentan al respecto son, por un lado, la ampliación del período de ocupación de las instalaciones, y, por otra, el aumento de la capacidad de compra de los vacacionistas.

Características del segmento

La demanda del turismo social está formado por el conjunto de colectivos y/o individuos que, por su escasa capacidad presupuestaria, se ven excluidos de poder acceder al ocio turístico. Esos colectivos son las familias, los jóvenes y las personas mayores. (Tabla 4.5).

  • Familias: Su inclusión se justifica mediante el razonamiento de que su dificultad para acceder a vacaciones aumenta cuando incrementa el número de miembros de la familia, si bien el descenso de la natalidad han restado protagonismo a este segmento.
  • Jóvenes: Fundamentado sus inicios en el excursionismo que realizan centros educativos y religiosos. Si bien, paralelamente han surgido organizaciones juveniles que además de representar la demanda, organizan y desarrollan la oferta (campos de trabajo, colonias de verano), facilitando alojamiento y ocio a este colectivo.
  • Personas mayores: Constituyen el grupo de mayor volumen dentro del turismo social, debido al envejecimiento que se produce de la población en los países desarrollados, estimándose para 2020 en España, que 1 de cada 4 personas será mayor de 60 años, sumándose el incremento de la esperanza de vida a los 80 años aproximadamente

Por tanto, el segmento de mayor edad es cada vez más importante tanto por su volumen como por el tiempo que disponen y la capacidad de viajar en cualquier temporada así como el crecimiento progresivo de su poder adquisitivo (Garau, 1998).

TABLA 4.5: Colectivos del turismo social


Colectivo

Productos

Familias

Residencias de tiempo libre

Jóvenes

Albergues juveniles
Campos de trabajo
Colonias de verano
Cursos de idiomas
Programas de Au Pair
Excursiones didácticas

 

 

 

 

 

Personas Mayores

Programas del IMSERSO

Fuente: Plan Gral. Desarrollo Sostenible 2008-2011

           
Así pues, según la demanda objeto de satisfacción, existen productos específicos, ya que los alberges juveniles facilitan accesibilidad y alojamiento a los jóvenes en condiciones asequibles para su economía, y las residencias de tiempo libre, también constituyen alojamientos a precios asequibles para las familias con rentas medias-bajas, así como los programas IMSERSO, proporcionando a los mayores el disfrute del ocio a un bajo coste.

Si bien, el turismo social no sólo se nutre de productos específicos, sino que tiene en común  multitud de ofertas de productos y servicios con otros segmentos, como puede ser el de sol y playa, el rural,… (Tabla 4.6).

TABLA 4.6: Productos característicos del turismo social



Establecimientos de alojamiento y vacaciones

Villas vacacionales
Campamentos
Casas rurales

Refugios
Albergues juveniles

 

Viajes y estancias

Viajes de intercambio juveniles
Programas IMSERSO

Excursiones didácticas (Cursos de idiomas)
Viajes solidarios

 

Actividades recreativas, deportivas y al aire libre

Equitación
Actividades náuticas y de aventuras
Senderismo

Ecoturismo
Actividades para personas discapacitadas

Turismo Solidario

Intercambio Norte-Sur

 

Fuente: La política de turismo social. Consejería de Comercio, Turismo y Deporte. Junta de Andalucía

Desde hace 25 años (1985) la Administración del Estado promueve un programa social de vacaciones destinadas a personas mayores (IMSERSO), cuyos objetivos básicos residen en facilitar la incorporación de este colectivo a las corrientes turísticas mejorando su calidad de vida y paliando las consecuencias de la estacionalidad del turismo. (Tabla 4.7).

TABLA 5.7: Programas de Turismo Social. IMSERSO


Entidades subvencionadas

Nº turnos efectuados

Número de Participantes

Nº beneficiarios

Nº acompañantes

Nº monitor

Total

COCEMFE

18

460

229

67

756

FEAFES

21

447

0

94

541

FEAPS

188

3934

0

1240

5174

PREDIF

9

156

97

29

282

ASPACE

22

315

0

237

552

Total Turismo

258

5312

326

1667

7305

Fuente: Consejería para la Igualdad y Bienestar Social.

Entre los programas desarrollados por la Junta de Andalucía en relación al turismo social, merecen especial mención los Programas de Vacaciones para Personas Mayores, desarrollados a través del Instituto Andaluz de Servicios Sociales (IASS), o el programa Europa a tu alcance…

Evolución y tendencias

El turismo social constituye un sector generador de riqueza y empleo, además de ser un instrumento eficaz para aumentar el bienestar de los ciudadanos, lo que justifica el interés por este segmento y su creciente consideración. Además, los programas de turismo social provocan sensibles mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos y facilitan su integración tanto personal como social, por lo que resultan especialmente beneficiosos para aquellos colectivos que tradicionalmente han tenido más dificultades para participar en las actividades  turísticas, ocio o tiempo libre.

Esta tipología de turismo produce un impacto económico favorable sobre la generación y mantenimiento del empleo, especialmente en temporada baja, contribuyendo a mejorar la calidad y estabilidad del mismo. Esta desestacionalización contribuye a la vez, a la optimización del uso de las infraestructuras durante todo el año y provoca un efecto positivo hacia otros costos sociales financiados por la Administración como la asistencia sanitaria o el consumo farmacéutico.

En lo que a tendencias futuras se refiere, no solo en el turismo social en Andalucía, sino en general, podemos diferenciar entre (Política de Turismo Social, 2001):

  • Tendencias globales: Se sigue con el crecimiento sostenido de las actividades del turismo social, observándose esto  tanto en la ampliación de la demanda turística como  por el número de agentes e instrumentos que están interviniendo
  • Tendencias demográficas: Descenso del crecimiento vegetativo, esto hace que junto a la bajada de la tasa de natalidad y el incremento de la esperanza de vida, se produzca un envejecimiento de la población, así como el incremento de las familias mono parentales, haciendo que el incremento de los divorcios y madres solteras incida directamente en el incremento de este tipo de familias.
  • Tendencias culturales: Afectan a la demanda, traduciéndose esto en una mayor sensibilidad en la valoración de los servicios y productos turísticos ofrecidos. El turista social no es ajeno a las variaciones culturales siendo cada vez más exigente con las instalaciones y servicios, y demandando cada vez mas un contenido mas participativo y menos contemplativo.
  • Tendencias económicas:  Se está tendiendo a una internacionalización y globalización económica, es decir, cada vez son más los agentes implicados en la configuración de los productos

Por otro lado, las recesiones económicas internacionales están suponiendo un recorte de las ayudas públicas que recibía el turismo social, obligando a replantear el turismo social. Además la reducción del tiempo laboral, la cual se está aminorando considerablemente, no solo en lo que al número de horas trabajadas se refiere, sino también a los días dedicados al trabajo, afectando esto a las actividades de ocio y de vacaciones, y por ende, al turismo social.